Mi pequeña
- Deví, madre de… -
Canon
***
Los Primigenios… ¿Quiénes o qué son estos seres misteriosos y poderosos?
Ellos son los dioses originales de la creación; seres con un poder más allá del entendimiento humano y divino, quienes fundaron el tiempo y el espacio, los vivos y los muertos, los dioses y mortales. Todo tal cual es conocido hoy en día fue obra de sus manos, para después desaparecer para dejar que su creación floreciera en paz…
Pero, cuando cierta noticia le llegó, sobre una batalla que perdieron sus hijos los dioses, entonces se mostraron al mundo una vez más. En ese momento, los Primigenios fueron convocados a una conferencia con el orden actual de dioses, el Concilio del Valhalla, para llegar a un acuerdo que les trajera paz y armonía para su nueva convivencia cotidiana:
– Así que, ¿Tenemos que vivir con los dioses que creamos? ¿Debemos pasar tiempo con ellos?
– Si, así es. Es la regla número uno.
– … ¿Por qué? ¿Es obligatorio?
– Fue un acuerdo mutuo, para que ellos sepan que no somos una amenaza y nosotros no intentemos tomar control de forma desmedida. Es un acuerdo obligatorio que todos vamos a cumplir.
– ¿¡Qué!? – pero a ningún Primigenio le gustó; mucho menos a Tezcatlipoca, el jaguar de la noche – ¿¡Estás jugando, abuelo!? ¡¿Quién crees que soy para juntarme con simples dioses como si fueran mis iguales!?
– Yo tampoco estoy de acuerdo… – bostezó Sun Wukong, el rey mono, con su báculo sobre sus hombros – De hecho, no lo haré, ¿Qué harás al respecto, anciano?
El dios que había llamado a esa junta divina de Primigenios suspiró un poco molesto por las negativas de los demás: Viracocha, el Creador de los incas, primer Primigenio y fundador de su organización. Pero, ante las palabras de Sun Wukong, su respuesta fue distinta:
– No tenía pensado que tú obedecieras esa orden, después de lo que hiciste en Tian. De hecho, el Emperador de Jade comentó que no te quería en su tierra.
– Oh… ¿Así que tengo orden de no ir a Tian? De haberlo dicho antes, ahora me dieron ganas tomar unas vacaciones con el Emperador de--
– No. – Viracocha le tomó del hombro antes que pudiera levamtarse del suelo para someterlo – No irás. Te quedarás a cuidar el Rincón del Cielo.
– ¿¡Ah!? ¡¿Cuidarlo de qué!?
– Debe estar limpio y ordenado para cuando volvamos. Si no…
– ¡Argh, está bien! ¡Pero deja de poner esa cara aterradora!
– ¿De verdad es obligatorio?
Por último una diosa de gigante tamaño levantó la mano, provocando silencio entre los demás por su presencia divina superior a la de todos así como por su antigüedad…
Deví, la diosa creadora del Svarga que, a la par con Viracocha y Audumbla, fue de las primeras en nacer.
– Si, Deví… Es obligatorio que todos lo hagamos. Es un acuerdo que debemos ejecutar para la paz y armonía.
– Pero eso no tiene mucho caso, ¡Yo estoy muy feliz con mi niña! ¡Mi pequeña bebé, Nut-chan!
La diosa movió sus enormes pechos de los cuales salió a flote la cabeza azul de Nut, la bóveda celeste de Egipto, quien por su pequeño tamaño solo podía resignarse a ser el juguete favorito de la diosa hindú.
Pero mucho le molestó cuando Deví la sacó de su “escondite”.
– Que no soy tu hija, ¿¡Y por qué me sacas de aquí!?
– No Deví. Entiendo tu vínculo especial con Nut, pero deberás hacerte espacio de ella por esta ocasión. Deber ir al Svarga con tus hijos, y ella debe ir a Egipto.
– ¡Eso no es posible! – Deví se abrazó a sí misma de forma que volvió a ocultar a Nut en sus pechos – ¡Mi bebé no volverá a esa tierra de mierda!
– Ya hablé personalmente con los líderes de Egipto sobre la situación que ocurrió hace eones atrás. Ellos juraron que Geb no estará en Egipto ninguno de los días que Nut esté ahí, así que no habrá problema…
Deví todavía estaba resignada, hasta que sintió una mordida en una de sus piernas; dientes que le pertenecían a Audumbla, la vaca primordial del hielo y los gigantes. Ella le habló mediante mugidos para hacerla cambiar de opinión:
[ No estamos preguntando. Es una orden que todos acataremos. ]
– ¡¿Eh…!? Pero… Audumbla-chan…
[ Volveremos a reunirnos en un tiempo. No será para siempre. Deja de llorar. ]
La diosa hindú solo pudo asentir muy resignada, para depsués sacar a Nut de entre sus pechos, llevándose la sorpresa que la pequeña diosa le estaba lanzando una mirada de pistola.
– Si no me hubieras sacado de tu maldito escondite, no habría tenido que ir allí.
– ¡N-Nut-chan…! ¡Te voy a extrañar, mi bebé!
– Yo no.
Después de haber visto como aquellos 3 Primigenios aceptaban la orden, a los demás no les quedó de otra más que aceptar e ir cada quién al panteón que habían creado, en donde cada quien recibió bienvenidas distintas de acuerdo a los dioses de cada región…
En el caso de Deví, cuando tocó el Svarga, fue recibida por los líderes: Shiva, el dios de la creación y destrucción, y Rudra, dios de la tormenta.
– ¡Hola, señora diosa Primigenia! Bienvenida al Svarga. – le sonrió Shiva con los brazos abiertos.
– Esperemos que su estancia aquí le sea agradable. – Rudra hizo una reverencia de respeto – Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que se sienta cómoda.
Deví se sonrojó un poco ante tanta atención de parte de dioses tan lindos a su gusto, pero ese gesto no le duró mucho:
– Muchas gracias. Soy muy generosos, pero no importa… No me quedaré mucho tiempo. Tengo que cuidar a mi niña, Nut-chan, así que solo estoy de visita.
– Oh… Ya veo… – Shiva y Rudra se sorprendieron mucho del rechazo tan directo de la diosa.
– En fin… Por cierto, ¿Por qué hay tantos dioses aquí?
– ¿Qué?
Shiva y Rudra se dieron media vuelta para encontrarse con el gran club de bienvenida que se había formado: las 3 esposas de Shiva con Ganeesha en brazos de Parvati; Indra, Agni y Varuna; Vishnú acompañando a Lakshmí y Saraswati, así como las 8 hermanas gemelas de la diosa, y algunos de los oponentes que Shiva y Rudra habían vencido…
– ¿No se supone que solo me iban a recibir los líderes? – Deví ladeó la cabeza confundida – ¿Quiénes son ellos?
Shiva llamó la atención de Deví mientras que Rudra encaró a todos los demás con actitud muy molesta.
– Oigan, se supone que es una bienvenida formal y de pocas personas, solo Shiva y yo… ¿¡Qué rayos hacen aquí!?
– Fue idea de Ganeesha… – admitió Durga de inmediato – Dijo que sería mejor para una diosa como ella ser recibida por mucha gente.
– Si… Yo creo lo mismo… – asintió Kali con la cabeza.
– ¡Si, si! ¡Una bienvenida cálida! – Ganeesha bramó con su trompa de elefante.
– Además… ¡Queremos conocerla! – Parvati sonrió de oreja a oreja con ojos llenos de emoción – ¡Es la primera vez que vemos a una Primigenia! ¡Queremos saber cómo es, qué tan bonita es, y--!
– ¡Esto solo es una bienvenida, no un museo! – Rudra comenzó a correr a todos – ¡Fuera de aquí, ahora!
– Lástima… – Vishnú suspiró por lo bajo y se dio la media vuelta para tomar a Lakshmí del hombro – Parece que no podrás conocerla, querida Lakshmí. En ese caso, volvamos a tu casa… Creo que dejamos algo pendiente por hacer.
Ese comentario llamó mucho la atención de Rudra; por su parte, Deví sonrió un poco tímida por estar frente a tantos dioses que nunca había conocido.
– Creo que… Ustedes son una gran cantidad.
– S-Si, así es, señora Deví… En total, somos 1116 dioses en el Svarga… Creo que un poco más si contamos a las mujeres y a los niños.
– ¿1116? Espera, esos son… Muchos menos de lo que esperaba. Yo recuerdo haber creado más.
– … ¿Ah? Supongo que… fue por la guerra civil que hubo hace tiempo…
– ¿Guerra civil? ¡¿Se han estado peleando!?
– Ah no… Ya no. No después que mi amigo Rudra y yo--
– ¡¿No me invitaron!? – Deví ignoró por completo las palabras de Shiva para expresar su afición por la palabra “pelea” – ¡Debieron haberme llamado! ¡Me encantan las peleas y los combates a muerte!
– Ah… Eh, sobre eso…
– O… O… Oiga…
La conversación entre Deví y Shiva se interrumpió con una voz tartamuda que el dios de la destrucción reconoció de inmediato: la diosa de la fortuna Lakshmí estaba intentando acercarse a la Primigenia.
– ¿¡Eh!? ¿¡Qué haces Lakshmí!?
– Déjala Shiva. – Rudra se cruzó de brazos inferiores y tomó a Shiva de los hombros con los superiores – Lakshmí quiere hablar con ella.
– ¿¡De qué hablas, Rudra!? ¿¡No estabas corriendo a toda la gente!?
– Lakshmí quiere hablar con ella… Deja que hale con ella, de preferencia todo el día, para que así no tenga que irse a su casa.
– ¿¡Qué tienes en la cabeza, idiota!?
Deví y Lakshmí cruzaron miradas una con la otra, sorprendiéndose bastante de sus apariencias:
Deví estaba sorprendida de que Lakshmí tuviera una figura tan definida y atractiva, que contrastaba con su piel oscura, cabello azabache y ojos claros como el cielo. Como cereza del pastel, la ropa morada y púrpura le gustó muchísimo de solo verla…
Lakshmí estaba anonadada con la presencia de una Primigenia, muy distinta a lo que había imaginado: varios brazos como la mayoría de dioses hindúes, de piel color como canela oscura que contrastaba con su cabello dorado y sus ojos arcoiris. Pero lo que más le sosrprendía eran las dimensiones desorbitantes de sus medidas corporales…
« … Tiene pechos muy grandes… ¿Le dolerá la espalda? Y también muy poca ropa… ¡Es muy indecente! »
– Oye, pequeña diosa… – Deví se agachó para estar a su altura – ¿Cómo te llamas?
– Eh… Yo… Yo… Yo… Yo…
– ¡Ella es…! – Shiva acudió en su ayuda de inmediato – Lakshmí, una de mis mejores amigas, mi secretaria personal, y diosa de la fortuna.
– Oh, Lakshmí… Que bonito nombre, ¿Tienes algo para mi?
– S-Si…Es… es… es… es… es… esto… – Lakshmí extendió en sus manos una canasta llena de comida originaria del Svarga – El chico Ganeesha… las esocgió para… para… para… para… usted…
– ¿Eh? ¿Ganeesha hizo esto? – Shiva abrió ambos ojos con sorpresa – Pero, no creo que a la señora Deví le interese---!
– Esto se ve delicioso… ¡Y es para mi! – Deví tomó la canasta con un par de manos, mientras usaba el otro par para acariciar a Lakshmí como una mascota – ¡Muchas gracias, pequeña Lakshmí!
Lakshmí se sonrojó bastante, por la cercanía de Deví así como por aquel halag; solo fue capaz de asentir con la cabeza pero sus nervios la hicieron temblar como gelatina.
– ¡Otra vez haciendo eso, Lakshmí! – Shiva tomó a la diosa de los hombros para llevársela – Pero parece que la señora Deví quiere descansar, así que será mejor que--
– ¿A dónde la llevas, Shiva? – Rudra le detuvo de inmediato – No estaba bromeando cuando dije que se queden juntas todo el día.
– ¡¿Qué dices!?
Eso al parecer emocionó bastante a Deví:
– ¿En serio? ¿¡Puedo estar con ella!? ¡Qué bien! – de inmediato Deví creó unos brazos extra con los cuales tomó a Lakshmí para llevársela al hombro, y acto seguido bajó corriendo la ladera de la montaña – ¡Nos vemos…!
Aquello terminó dejando a todos los dioses reunidos con las caras boquiabiertas y confundidos.
– … ¿Eso qué rayos fue? – Shiva se rascó la cabeza – ¿Acaso se acaba de robar a Lakshmí?
– Al menos logré salvar a mi querida Lakshmí… – sonrió Rudra un poco orgulloso, con Vishnú a sus espaldas molesto pero callado.
***
– Eso fue… ¡Muy divertido!
Una vez que llegaron a las faldas de la montaña del Svarga, Deví se emocionó bastante por estar con los pies sobre la tierra del Svarga, y con su estatura era capaz de ver más allá de lo que normalmente alguien vería:
– Es un lugar tan colorido y llamativo… ¡Justo como a mi me gusta! ¿¡A ti también te parece lindo!?
La diosa se dirigió a Lakshmí, a quien tenía abrazada contra su cuerpo en su par de brazos extras; la diosa de la fortuna apenas era capaz de asomar la cabeza en su prisión de carne suave.
– S… S… S… S… Si…
– ¡Ay, perdón! Parece que no respiras bien… – Deví acomodó a Lakshmí, de manera que estuviera hundida sus pechos y con la cabeza a flote para poder ver todo, del mismo modo que sostenía a Nut – ¿¡Así esta mejor!?
Lakshmí estaba un poco muy asustada por estar en esa posición; sin embargo, el entusiasmo tan extrovertido de Deví así como el calor de su cuerpo que parecía una almohada gigante le parecieron motivos para no mostrarse tan negativa.
– S… S… S… S… Si… Si, está… Está bien…
– Muy bien… ¡Dame a conocer este lugar, pequeña Lakhsmí! ¡LLévame por todo el Svarga!
– … ¡¿Eh!?
La diosa hindú se asustó un poco más por eso, pero recordando las palabras de Shiva y Rudra…
« Ellos me dijeron… Si hay algo que deba o quiera hacer, tengo que hacerlo con todo mi corazón. Así que no hay otra opción, supongo… ¡Tengo que ser una guía turística para no decepcionar al señor Shiva! Ni al señor Rudra… Ni al señor Vishnú… Ni a mis hermanas ni a mis amigas… »
Su cabeza se mareó bastante, lo suficiente para hacer sacar parte de su magia divina del Padma; pero antes que Lakshmí se diera cuenta de ello, Deví abrió una nueva mano creada para absorber aquellos hilos del detino.
« … Qué interesante… »
– E… Está bien… – Lakshmí asintió como pudo – Vamos… allá…
– ¡Vamos allá!
Para Lakshmí ese fue un extraño día de chicas, mientras que para Deví un viaje de vacaciones muy emocionante:
Visitas por los barrios del Svarga, absolutamente todos para que Lakshmí pudiera explicarle a Deví sobre los sitios y sus muchos habitantes; a pesar de sus paabras tartamudas, la Primigenia dio toda su atención y paciencia para escuchar todo de la diosa de la fortuna. También fueron a palacios especiales en las ciudades del Svarga que funcionaban como centros comerciales, donde Deví visitó la mayoría de restaurantes y se sació una y otra vez de comida…
Para finalizar el recorrido, Lakshmí hizo la recomendación de visitar su ciudad natal Kedarnath para tener un relajante baño de leche en el templo de Orchha; Deví accedió y ambas fueron al templo, donde Lakhsmí reservó un sauna para la Primigenia. Pero su gran insistencia terminó por convencer-obligar a Lakhsmí de estar con ella…
Así, ambas diosas hindúes terminaron en un baño de leche termal: Lakshmí intentando que su boca y nariz no entren en contacto con el líquido, mientras Deví sumergida con la mitad de su cuerpo a flote.
– ¡Ahhhhh~♡! – la Primigenia suspiró muy sonriente y feliz – Esto es muy bueno… No sabía que habían leches termales, mucho menos en este lugar.
– … Pero… Pero fue usted… quien creó este lugar… ¿O no?
– Más o menos, pequeña Lakshmí. Yo creé la mayor parte del Svarga hace mucho tiempo, pero fueron ustedes quienes moldearon este lugar. Y debo admitir que su trabajo es muy bonito.
Lakshmí asintió con la cabeza, aunque realmente ella no había hecho nada para que ese templo existiera. Pero, el origen de esas leches termales, producto de tal vez la creación indirecta de Deví…
En ese momento de silencio, las preguntas invadieron a Lakshmí.
– … ¿Por qué usted… por qué me… me escogió para darle… Este viaje?
– ¿Por qué? – Deví rió un poco – Es que eres muy linda que no me pude resistir. Y con tu toque tartamudo, me diste mucha ternura.
– … ¿Solo por eso?
– También por el poder que tienes en tu interior… – sus ojos arcoiris brillaron cuando los dirigió a ella – Posees el Padma.
– ¿Eh? ¿Usted conoce mi poder? ¿Cómo lo sabe…?
– La energía que fluye en mi cuerpo, Shakti, está vinculada con todas las cosas del universo de un modo que le conoces como “destino”.
» Pero en mi caso, ese Shakti me deja conocer y acceder a las esencias divinas de mis hijas… Eso lo descubrí una vez que estaba aburrida, y entonces supe que había alguien que también usaba el Padma…
» En cuanto te vi a ti y tu alma, supe que eras ella: mi hija que había nacido con el Padma.
– ¿El alma? ¿Puede ver mi alma también?
– Claro que si… Después de todo, yo creé el concepto y función del alma.
– … ¿¡Qué!?
– Verás: en el pasado, los Primigenios nacimos sin alma, así que nuestra vida se limitaba a lo que éramos y hacíamos hasta nuestra muerte; después de eso, desaparecemos por completo…
» Así que, junto con los demás Primigenios, decidí crear las almas como un espacio donde guardar todo lo que es un ser viviente, desde un dios hasta un animal. Y al vincularlo con el Shakti para conectar con la vida, se crea el destino de las almas…
» Ahí también nació el control del destino, y una de sus formas es la flor de loto Padma. Originalmente yo era la única con ese poder, pero… Tú naciste con él…
Deví lanzó su mirada brillante hacia Lakshmí.
– Sabes… ¿Sabes cómo o por qué naciste con ese poder?
– Eh… Yo… Sé que nací de estas leches termales, junto con mis 8 hermanas mayores… Pero de entre todas, yo soy… soy la única que puede usar el Padma. Bueno… mis hermanas también lo pueden usar muy poco… pero yo soy la única que… que lo puede usar de forma consciente y voluntaria… A veces involuntaria e inconsciente…
– Si, es lo que noté. Varias veces tu poder se salió de control, pero pude contrarrestarlo…
– … ¿¡Eh!?
Lahsmkí abrió ambos ojos con mucha sorpresa.
« ¡¿Ella estuvo conteniendo mi Padma, todo este tiempo que hemos estado juntas!? ¿¡Por eso nunca nos pasó nada malo!? Qué increíble poder… Ser capaz de manipular el Padma sin que yo misma me diera cuenta… Eso es tan genial…
» Desearía yo poder hacerlo algún día… Pero, en realidad quiero… »
– Si usted lo puede controlar… ¿También lo puede quitar?
Aquello llamó mucho la atención de Deví, quien giró su mirada un poco confundida.
– ¿Quitártelo?
– No sé si usted tuvo que ver con mi nacimiento, pero yo… Yo nací con este poder que… Nunca he controlado. Siempre le doy… Mala suerte a otros… como el señor Rudra que no pudo cumplir su sueño… y el señor Vishnú siempre tiene problemas por mi culpa…
» Yo no quiero hacer que otros sufran… pero por culpa del Padma siempre lo hago… Podría… ¿Podría quitarme este poder?
Deví quedó con la mirada abierta en sorpresa mientras veía los sentimientos de Lakshmí fluctuar de manera negativa, como si de verdad estuviera sufriendo por culpa del Padma… Sentimientos de culpa que por esa empatía divina especial Deví también sintió como si fuera su propia culpa…
Por eso mismo, le dijo toda la verdad:
– No, no puedo hacerlo.
– ¿Eh? ¿Qué dice?
– Puedo controlarlo porque compartimos esencia con el Shakti que tienes de mi… Pero no puedo quitártelo y desaparecerlo como por arte de magia. La única forma en que te quite tu poder de forma permanente… Es quitándote la vida.
La diosa de la fortuna se asustó bastante al escuchar esa explicación.
– ¿Qué dice? ¿Por qué no puede? ¿¡Por qué ese es el único camino!?
– Como bien debes saber, gracias a tu conexión con el Padma, hay cosas que están ligadas directamente al alma, como el destino… Y también los poderes divinos especiales que trascienden la lógica, como el Padma…
» Quitarte el Padma sería fragmentar tu alma para arrancar ese divino poder. El proceso puedo hacerlo, pero no puedo asegurar que tu alma quede intacta después de eso…
» Pero lo más importante es el destino que tienes: si te lo quitase, seguramente el Padma volvería a formarse en ti… Porque es tu destino ya escrito que tengas ese poder.
– … ¿Qué dice?
Deví extendió sus manos para tomar a Lakshmí de los hombros, de forma un tanto cuidadosa y amable.
– Creo que eso ya lo sabes, ¿No es así? Es imposible que hayas nacido con este don por mera coincidencia o por casualidad… El Padma te escogió a ti para que seas quien maneje el destino. Así que, no importa lo que yo haga, al final esto es lo que tú debes ser y hacer.
– Pero… ¿Por qué yo? Yo no quiero este poder…
– No lo sé. Eso me recuerda a mi pequeña Nut-chan.
– ¿Nut-chan?
– Es mi pequeña bebé; por el tratado de los Primigenios tuvo que irse por el tratado de los Primigenios a su tierra natal en Egipto, pero…
» Ella también nació con un don extraño que no le gustaba; muchas veces se asustó y corrió a mi para decirme de eso, e incluso una vez también me pidió que le ayudará a quitárselo. Pero, para el día de hoy, ese don es su gran poder divino con que se proclama la más perfecta de los dioses.
– ¿En serio? ¿Qué… qué poder es ese?
– Regeneración y clonación casi infinitas.
– … Ah…
– En su caso, ese poder viene de las estrellas. Nació vestida con el manto celestial nocturno, asi que… Cuando necesita un buen vestido, nunca se le acaban las opciones.
» Pero ese vestido también refleja su don divino: las estrellas que viste son las veces que puede curarse o clonarse, de forma que su poder dejará de existir cuando su vestido esté completamente apagado, y en ese momento… Su belleza y su perfección se habrán terminado. Creo que es lo mismo contigo…
» El Padma te escogió para que tú lo controles porque, con eso, serás una pequeña niña hermosa y perfecta… Y si perdieras ese poder, también perderías lo que es ser tú.
La Primigenia se acercó un poco más hasta que abrazó por completo a Lakshmí con todos sus brazos a modo de consuelo.
– La verdad… No creo que mis palabras sean suficientes para quitarte esos sentimientos que tienes en el interior de tu corazón, pero… Espero que ahora puedas verlo de forma distinta.
Lakshmí bajó la cabeza un poco desilusionada, pero tenía razón en ese punto: el Padma ya no parecía ser esa gran maldición que pensaba frecuentemente…
– … Si… Muchas gracias…
– ¡Qué bien! – Deví apretó a Lakshmí con todas sus fuerzas y empezó a bailar en medio de la leche – Lo que me recuerda, ¡Somos igualitas tú y yo!
Es provocó que mucha leche cayera en la cara de Lakshmí, que al poco tiempo le provocó estornudos, nariz mocosa y un rojo vivo en su rostro.
– ¿¡Eh!? ¿¡Qué te pasa!?
– Soy… soy alérgica… a la leche y los lácteos… ¡Achú! ¡Achú!
– ¡Eso es terrible!
Deví creó un par de manos extras, en las cuales encendió una cantidad significativa de Shakti que rodeó a Lakshmí, de manera que en pocos momentos los síntomas de alergia desaparecieron de la diosa de la fortuna.
– ¿Qué? ¿Qué es… esto…?
– No solo puedo controlar el Padma por nuestra conezión, sino también alguna característica específica. Ahora puedes disfrutar la leche… ¡Inténtalo, pruébala!
Con algo de miedo Lakshmí llevó sus manos a la leche, temblando al recordar lo que podría pasarle si la tomaba; pero por la mucha insistencia de Deví accedió a llevarse un poco a la boca para tomar…
Y después de varios segundos, todo lo que quedó en la diosa de la fortuna fue la sensación lechosa en su boca, sin estornudos, hinchazón ni comezón.
– ¿Qué? No me… pasa nada…
– ¿Lo ves? Puedo dar y quitar.
Lakshmí abrió los ojos muy emocionada, y sin dudar tomó un poco más de leche para beber: la sensación dulce y cremosa que nunca había podido disfrutar del todo, más que para sus obligatorias terapias en un intento de deshacerse de su "maldición"…
Por primera vez en su vida, era una bendición que podía disfrutar.
– ¡Esto es muy rico!
– ¿Verdad que si--? ¡Achú! – Deví estornudó con mucha fuerza, para después presentar los síntomas de la alergia; algo que asustó muchísimo a Lakshmí.
– ¿¡Qué pasa!?
– Como te dije… No puedo deshacerme de esas cosas… ¡Achú! Lo más que puedo hacer es… Quitártelo y dárselo a alguien más. Pero… No hay nadie aquí, solo… Solo tú y yo-- ¡Achú! ¡Achú!
Lakshmí se sintió muy mal de escuchar eso, y con sus ojos que rápidamente se cristalizaron en lágrimas se dirigió a la diosa:
– Lo siento mucho… Por favor, devuélvame mi alergia para que usted no--
– ¿Así que esto es una alergia? ¡Qué divertido! ¡Achú!
Pero Deví se mostró muy feliz al respecto, algo que asustó mucho a Lakshmí.
– Nunca había tenido una sensación como esta… Debilidad por la leche-- ¡Achú! ¡Achú!
» Esto es… ¡Divertido y emocionante! ¡Tengo que contarle a Nut-chan! ¡Achú!
Para alguien tan poderosa como Deví que lo ha visto todo y ha hecho todo lo que un dios puede hacer, una debilidad de ese tipo puede ser una diversión entretenida que distraiga su alma divina perfecta…
– … No diga eso… Por favor, devuélvame mi alergia… – Pero Lakshmí siguió en su negativa.
Después de su rutina de leches termales, el par de diosas salieron de ahí para ir de vuelta a la cima del Svarga para pasar la noche; Deví cargando a Lakshmí envuelta en su pecho y silbando muy feliz, lo mismo que la diosa de la fortuna que a duras penas le estaba siguiendo el ritmo.
Shiva y Rudra, junto con los demás dioses que estaban encargados del palacio real se sorprendieron bastante al ver a ambas de esa forma.
– ¿Eh? ¿Qué es esto?
– ¿Señora Deví? ¿Lakshmí?
– ¡Hola pequeño par de guapos! – Deví saludó con una sonrisa muy amplia – ¿Dónde está la habitación que me reservaron?
– Eh… Se encuentra de este lado…
– Muy bien. Estaré esperando servicio matutino todos los días que me quede aquí, y también me encargaré de decorar a mi manera así que no quiero quejas.
– ¿Todos los días que se quede? Pero… usted dijo que serían pocos, ¿No es así?
– Cambié de opinión. Voy a quedarme aquí mucho, mucho tiempo.
– ¿¡Qué!?
– Lakshmí… – Rudra se intentó acercar para hablar con Lakshmí – ¿Qué está pasando? ¿Por qué que cambió de opinión tan radicalmente?
– Pues… Es que… nos llevamos muy bien… Eso creo… – sus inocentes palabras fueron acompañadas de una inocente sonrisa.
– Bien, ahora me voy con mi pequeña niña a mi habitación… Por cierto, quiero que me traigan todos los quesos que existan en el Svarga para que ambas podamos cenar.
– ¿¡Quesos!? ¡Eso no se puede, señora Deví! ¡Lakshmí es alérgica al lácteo!
– Ustedes hagan lo que digo, ahora… ¡Vámonos, mi pequeña Lakshmí!
De inmediato la Primigenia entró a la habitación con la diosa de la fortuna y cerró las puertas de golpe, dejando todavía más confundidos a Rudra y Shiva.
– … Tú querías dejar a Lakshmí con ella por tus tontos celos…
– … Si, ya lo sé. Ahora no sé qué pensar…
Esa noche Lakshmí y Deví tuvieron una pijamada, dónde además de degustar todos los quesos que pidieron también hablaron de muchos temas:
Lakshmí conoció muchos secretos respecto al comienzo del universo, en el período antes del tiempo cuando los Primigenios nacieron, así como algún que otro rumor y chisme de Primigenios que ella no conocía; por su parte Deví conoció de las aventuras de Lakshmí en el Svarga, y de su actual interés romántico en Rudra y su interés emocional en Vishnú, en dónde al parecer salieron consejos poco morales para Lakshmí sobre cómo tratar al par de dioses.
En cuanto el sueño las atrapó, durmieron juntas como madre e hija, con Lakshmí acurrucada en Deví quien la abrazó como una pequeña bebé, recordando los tiempos que cuidaba y criaba a Nut en sus brazos cuando era una pequeña bebé…
La rutina de Lakshmí y Deví cambió radicalmente tras ese día: para la diosa de la fortuna, su calendario de secretaria agregó reuniones frecuentes con Deví, mientras la Primigenia dejó se visitar a Nut por estar en el Svarga. Justamente, durante esas reuniones, alguien en el palacio de Shiva adquiría una momentánea alergia a los lácteos que fue imposible de justificar.
Una rutina que mantuvieron Lakshmí y Deví durante todo un milenio…
Hasta aquella reunión divina en el Valhalla que cambió radicalmente la rutina de los dioses…
Hasta aquella presentación y batalla en los Campos Elíseos que sacudió a todos los espectadores…
– ¡La ganadora de la sexta ronda es Gangadevi, la reina poética! ¡La tan esperada victoria de la humanidad ha detenido el frenesí de los dioses!
Obviamente los Primigenios no fueron ajenos a ese evento; todos reunidos en su habitación personal quedaron estupefactos por lo que vieron en pantallas.
– Una maldita humana… Acaba de matar a esa diosa poderosa… – Tezcatlipoca gruñó con mucho enojo – No puede ser… Maldición…
[ Pasó lo que pasó. No vale la pena que te enojes por eso. ]
Audumbla mugió firmemente para tratar de mantener a raya al dios azteca, que parecía estar a punto de estallar de enojo.
[ Además, el poder de la fortuna jugó un-- ]
– ¡Qué me importa que la fortuna haya hecho un papel! Eso es solo una excusa de mierda…
» No importa como lo mires, al fin y al cabo esa diosa estúpida no era más que una debilucha--
– ¿Qué acabas de decir?
La voz de Deví apagó de inmediato las quejas de Tezcatlipoca, así como los comentarios que estaban por hacer los demás Primigenios.
No sólo eso, sino que repentinamente un aura pesada cayó sobre el lugar, como si de repente la gravedad fuera más pesada; Tezcatlipoca sintió aquello con más temor dados sus comentarios.
– ¡Ugh! ¡No me digas que--!
– Ella era… mi pequeña… Mi pequeña…
La diosa Deví tenía ambos ojos muy abiertos en la pantalla, presentes para ver la batalla de Lakshmí desde la presentación hasta la espada que cortó su pecho y corazón…
Sensación que ella también pudo sentir en carne al mismo tiempo; los últimos latidos de Lakshmí así como sus últimos sentimientos…
Tal vez… Fue ese toque especial lo que le hizo… Darse cuenta…
– … Tengo que encontrar a Nut-chan.
De inmediato se levantó de su sitio y con pasos veloces salió en busca de la diosa egipcia, quien había sido llevada por Thor y algunos egipcios para discutir unos asuntos pendientes.
– Ugh… – Tezcatlipoca tembló un poco – Realmente odio cuando hace eso. Da mucho miedo.
[ No debiste decir eso de una de sus hijas. ]
– ¿¡Y yo cómo mierda iba a saber qué le tendría afecto a alguien más que solo a la estúpida de Nut!?
[ Ahora lo sabes. De hecho, ahora todos lo sabemos. ]
***
Imagen especial de Deví
Madre de Lakshmí
***
Nota de autor: Muy buenas mis queridos Ragnabrothers
La verdad no tenía pensado terminar este quinto especial tan pronto XD, pero la inspiración me atacó y ps tuve que responder o me tomaría más tiempo continuarlo.
Un pequeño especial que ya tenía muchas ganas de hacer, para mostrar más del lado de Deví como madre no solo de su adoptada Nut. También tiene sentimientos por sus niños del Svarga, en especial por la callaita UwU; seguramente a futuro Deví seguirá sacando los pasos prohibidos de cómo ser una madre todo terreno, ganándole el puesto a mamá Eva (Date prisa Eva, te están quitando la corona 🗣️🗣️)
En fin, con esto doy por terminado los especiales de madres. Muchas gracias a todos los que estuvieron leyendo estos pequeños caps; todavía no termino con todos los pendientes pero ya voy un paso adelante UwU
Así que, sin más que decir, ¡Los leo en el siguiente especial!
Fecha de publicación: 21/01/25
ASFD
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top