Ayudando a la valkiria
- Ng Mui, madre de… -
Canon
***
– Uno dos… uno dos… uno dos… ¡No, así no, mierda…!
Un golpe en seco fue más que suficiente para, en un arrebato de ira, destruir la estatua de piedra que le habían fabricado para su entrenamiento riguroso.
Así eran los días de Ng Mui, la artista marcial más fuerte y vengativa en la humanidad, durante su estadía en el Valhalla: tras su actuación "criminal" y haber platicado con la líder de las valkirias, con quien ahora se llevaba bien, tuvo la oportunidad de tener su propio espacio para seguir entrenando en los Cielos por décadas y siglos…
Todo con el fin de ser capaz de matar al Dios Padre del Cosmos, que le arrebató la felicidad de sentir el amor paterno que faltaba a su corazón… Tal vez en el próximo milenio…
Pero por ahora, algunas décadas después del final del primer Ragnarok, estaba limitada a golpear estatuas de madera y piedra para mejorar su técnica. Pero siempre terminaba destruyéndolas cada vez que sus golpes no eran como ella los quería.
– … Maldición, otra vez me sucedió…
Ng Mui suspiró de mala gana, para después tomar asiento en el suelo y revisarse la mano: los nudillos de nuevo estaban sangrando, aunque ahora menos que en ocasiones anteriores por los callos que estaban formados en esa zona.
– Otra vez… Supongo que Geir se pondría loca si me ve así…
De forma inevitable recordó la primera vez que Geir le habló; en esa ocasión había roto muñecos de madera, sus manos se llenaron de astillas y Geir, mientras le sanaba, le contó de su meta a futuro de convertirse en una líder tan fuerte y determinada como Brunhilde. También, Geir la llevó a cenar con todos los Einherjers, y por un malentendido terminó golpeándola en la cara.
Sin evitarlo, su boca se torció en una leve sonrisa al recordar ese día; el día en que conoció a su actual y única mejor amiga.
Y como si el destino la hubiera escuchado, a los pocos segundos apareció de golpe la décimo tercera hermana valkiria, abriendo la puerta de su habitación de entrenamiento.
– ¡Ng Mui…! Escuché un golpe, ¿Está todo bien?
– ¿¡Eh!? Ah si… – Ng Mui se puso de pie de inmediato para hacer una reverencia – Lo siento por el ruido.
Geir se percató que la estatua de piedra de entrenamiento estaba hecha pedazos y Ng Mui tenía las manos ensangrentadas.
– ¡Ah…! ¡Estás herida! ¡Tengo que--!
– No hace falta, yo puedo hacerlo por mi cuenta… Por cierto, ¿Qué traes ahí?
– ¿Eh?
En ese momento, la líder de las valkirias estaba usando algo adicional a lo normal: en su espalda caía una maleta de gran tamaño, mientras que al frente, a la altura de su pecho, 2 enormes bultos le colgaban envueltos en una especie de bufanda.
– Esto… ¡Ah si! ¡Sobre esto! ¡Casi se me olvida contarte!
– ¿Qué cosa? ¿Te hiciste una de esas operaciones para verte más… vulgar?
– ¿Qué? ¡No, no! ¡No se trata de eso! Se trata de… ¡De ellas! – Geir metió las manos a los bultos para exponer lo que estaba cargando de esa manera:
Un par de pequeños bebés; una envuelta en una cobija azul y con cabello rojizo, y otra en una manta verte con cabello castaño oscuro, muy parecido al de Ng Mui, quien abrió los ojos con gran sorpresa.
– … Ya veo… Así que… Por fin te animaste con ese hombre griego… Felicidades.
– … ¿Eh? ¡¿Qué!? – Geir se sonrojó en gran manera – ¡¡No, no, no!! ¡¡Lo estás malinterpretando!! ¡¡No es eso, definitivamente no se trata de eso!!
– Entonces, ¿Quiénes son ellas?
– Ellas son mis hermanas pequeñas, Líf y Lífthrasir.
– ¿Hermanas? – Ng Mui se rascó un poco la cabeza – ¿Cómo se supone que tienes hermanas si en teoría no tienes padres?
– Pues, verás… El señor Thor se casó hace unos años atrás y tuvo como hijas a estas mellizas que ha cuidado; pero por la poca genética divina que tienen, decidió enviarlas aquí para que formen parte de la próxima generación de valkirias.
» Así que serán criadas como mis hermanas pequeñas… ¡Parece que por fin, después de mucho tiempo, dejaré de ser la menor de la familia!
Geir sonrió de oreja a oreja con mucha ilusión mientras que Ng Mui se pasó la mano por la barbilla.
– Próxima generación… ¿Entonces habrán más de ellas?
– Tal vez, pero no lo sé… Por ahora solo son ellas…
La valkiria acarició suavemente las cabezas de ambas, aprovechando que estaban dormidas; esto enterneció un poco su corazón.
– Creo que… con ellas podré llevar a cabo la meta que me propuse… De ser una líder que pueda enorgullecer a Hilde onee-sama. Lo lograré por ellas…
Ng Mui solo pudo asentir con la cabeza; la verdad si sentía mucha dicha por su amiga valkiria, pero… Su cuerpo no fue capaz de expresarlo correctamente. Tal vez ese sentimiento de vacío que llenaba su interior era lo suficientemente fuerte para evitar que pudiera mostrar más que su odio contra Zeus…
– … En fin, veo que estás muy bien Ng Mui.
– Si, así es.
– Te mandaré una nueva colección de estatuas de piedra para que puedas entrenar, y también a un médico para que te revise esas heridas.
– Ya te dije que estoy bien… – Ng Mui tomó un poco de la cinta de sus muñecas para cubrir por completo sus nudillos – Ya está.
– Okey… Por favor, no te sobre esfuerces… Hora de irme, tengo que ir a terminar mis tareas del día de hoy…
La pelimorada se dio la media vuelta y se preparó para irse de la habitación de Ng Mui; pero, para su infortunio, Líf y Lífthrasir se despertaron al unísono y comenzaron a llorar con gritos.
– Oh no… ¡No, no, no, no! – Geir se alteró en gran manera – ¡Me costó una hora ponerlas a dormir! ¡No otra vez…!
La valkiria intentó arrullar a las pequeñas, pero para su infortunio eso aumentó bastante el llanto de las pequeñas; Ng Mui se tapó los oídos al escuchar tanto escándalo.
– Oye… ¿Ellas no tienen un botón o algo para apagarse?
– ¡Eso intento, eso intento!
– Parece que tienes mucha dificultad… ¿No hay algún niñero que se encargue de ellas?
– Me encantaría, pero solo somos los Einherjers, mis hermanas y yo…
» Ninguno de los Einherjer sabe cómo cuidar de un bebé, y mis hermanas están ocupadas el día de hoy… No hay nadie más que pueda hacerse cargo de ellas; solo… yo…
Al cabo de unos pocos minutos, la valkiria cayó de rodillas con sentimiento de derrota.
– Diablos… Creo que hoy tampoco podré terminar todos los deberes hasta que… Las mande a dormir otra vez…
La artista marcial solo pudo taparse con más fuerza los oídos mientras las bebés aumentaban su llanto y Geir tenía los ojos un poco cristalinos.
« Se ve demasiado difícil… Pero no debería serlo, ¿O no? »
En ese momento una idea, fugaz como un silbido en el aire, cruzó por su mente; llevándola a cabo, la artista marcial se agachó hasta la altura de Geir y extendió una de sus manos.
– Podrías… ¿Podrías darme a una de ellas?
– ¿Eh? ¿Quieres cargarlas, aunque estén llorando?
– Quiero… Intentar algo.
Geir sin dudar extendió a Líf a los brazos de Ng Mui, quien la sostuvo con un poco de malabares dado que era la primera vez en siglos que cargaba un bebé; tras unos intentos de moverse por la sala y moviendo sus brazos a modo de mecedora, por fin consiguió que la pequeña dejase de llorar aunque aún seguía despierta.
– Oh… Vaya… – los ojos de Geir se iluminaron en gran manera – Parece que… Le caes bien…
– Ahora, Geir, ¿Crees tener oportunidad de dormir a la otra?
– ¡Ah! Si, si… – casi se le olvidaba a Geir que tenía a Lífthrasir en brazos todavía llorando.
Con algunos intentos y un poco más de tiempo, finalemnte Geir consiguió que la segunda también se callase, solo que ella si se quedó dormida.
– Ya… Ya están.
– … Casi no recuerdo la calma del silencio… – suspiró por lo bajo Ng Mui, sosteniendo a Líf que con un bostezo cerró los ojos para dormirse.
– Parece que ya ambas están en paz… Muchas gracias, Ng Mui.
Geir se acercó a su amiga para tomar a Líf, pero se llevó una gran sorpresa cuando la artista marcial acomodó a Líf en el brazo derecho, acomodándolo como si fuera una pequeña cuna con su pecho como almohada, para estirar el izquierdo y tomar a Lífthrasir para acomodarla del mismo modo.
– … ¿Qué? ¿Qué estás haciendo, Ng Mui?
– ¿No es obvio? Quedarme con tus hermanitas.
– ¿Qué?
– Dijiste que tienes muchas cosas por hacer; yo en cambio, no tengo nada qué hacer hasta que me consigas los muñecos de reemplazo. Así que me encargaré de cuidar a tus hermanas por lo mientras…
– … ¿Qué? ¿¡En serio!? ¡¿Lo dices en serio!? – de forma inevitable la valkiria se expresó con mucho contentamiento.
– Ya lo estoy haciendo, así que ve.
– ¡G-Gracias! ¡Muchas gracias!
La pequeña valkiria se aferró al cuerpo de la artista marcial para abrazarla, aunque ella por sus brazos ocupados no le correspondió; tras ello, Geir se quitó la maleta que estaba cargando en su espalda.
– Aquí está todo lo que necesitas para cuidar de ellas por un rato; pañales, biberones, un par de juguetes, y también instructivo que he estado escribiendo, en caso que haya algo que no entiendas cómo hacerlo. Lo dejaré en esta mesa de aquí…
» Prometo no tardarme mucho, y volver lo más pronto posible para que no tengas que--
– Tómate todo el tiempo que necesites. Estaré bien con ellas… Supongo.
– … De nuevo, muchas gracias Ng Mui… ¡Nos vemos!
La valkiria salió corriendo de la habitación, dejando en soledad a Ng Mui con el par de bebés dormidas en sus brazos; con esfuerzo tomó asiento en el suelo y se puso a mecerlas con cuidado y en silencio.
– Cuidar bebés no debe ser tan difícil: Geir lo está haciendo, y recuerdo que Yim también lo hizo con quien sabe cuántos. Si ellas pudieron, es obvio que yo también pueda, ¿No es así?
Un pensamiento… ignorante y arrogante.
Aún si Ng Mui fuera capaz de cuidar a un bebé, el problema radica en el tipo de bebés que tenía en brazos: Líf y Lífthrasir. Sus cortas edades y tamaños pequeños eran perfectos para ocultar su alta inteligencia, astucia malvada y habilidades que las nombrarían a futuro como las mellizas más problemáticas en Asgard, el Valhalla y probablemente en todos los Cielos.
De hecho, el llanto y berrinche que habían hecho hace segundos atrás fue a propósito, para estar fuera de la supervisión de Geir; una vez que lograron la primera fase de su plan, era momento de hacer caos en la habitación de Ng Mui…
Segunda fase: de golpe se “despertaron” de repente con un estridente llanto que llamó la atención a Ng Mui.
– ¿Eh? ¿Qué les pasa? ¿Otra vez se despertaron? – Ng Mui estaba a punto de mecerlas como hace rato, hasta que un olor muy intenso llegó a sus fosas nasales – ¿¡Qué!? ¿¡Huele a popo…!? ¿¡Es culpa de ustedes!?
Las pequeñas bebés siguieron llorando por lo que Ng Mui tuvo que actuar; dando un salto y llevando a las niñas a la mesa donde Geir dejó la maleta. Rápidamente la artista marcial buscó el instructivo para saber qué hacer en esa situación.
– Diablos, nunca he cambiado a un bebé… Veamos, veamos… ¡Aquí está! "Si se hacen pipí o popo, hay que cambiarles el pañal… Se cambian de la siguiente manera…”
» … No puedo creer que Geir también haya hecho estos dibujos para usar como referencia… No se les entiende nada.
Como pudo la artista marcial se puso manos a la obra: comenzando con Lífthrasir le retiró su pañal sucio, limpió todo lo que estuviera sucio de su cuerpo, y finalmente le bañó en talco para ponerle el nuevo pañal.
– Okey, eso fue más rápido de lo que esperaba… – suspiró Ng Mui mientras botaba el pañal sucio al suelo – Ahora es momento de-- ¿Qué?
Pero al voltear al lugar de Líf, se dio cuenta que la bebé no se encontraba ahí.
– ¿Pero qué…? ¿En qué momento?
Segunda fase del plan de las mellizas, la distracción, completada; ahora la tercera fase del plan: divertirse con Ng Mui.
A los pocos segundos Ng Mui sintió un peso más grande de lo normal en su pierna, solo para percatarse que Líf estaab escalando por sus piernas como si fuese un pequeño insecto.
– ¿¡Eh!? ¡Qué susto me acabas de dar…! – Ng Mui se agachó para tomar a Líf – ¿Cómo le hiciste para llegar hasta--?
Pero en cuanto intentó atraparla, la pequeña valkiria se movió a velocidad extrema para moverse de su pierna izquierda hasta la cadera del lado derecho, escapando de las manos de Ng Mui.
– … ¿Qué? ¿¡Qué!? – Ng Mui intentó atrapar a la pequeña valkiria, pero se llevó la sorpresa de que era muy veloz moviéndose alrededor de su cuerpo – ¿¡Qué es esto!?
La habilidad de las mellizas de ser caóticas incluso desde muy temprana edad; en un parpadeo muy veloz la pequeña Líf recorrió de pies a cabeza a la artista marcial de forma que pudiera abrazarla y morderla un poco en todos lados de su cuerpo.
– ¡Ah…! ¿¡Qué es esto!?
Después de unos segundos, Líf dejó en paz a Ng Mui aferrándose a su espalda mientras que la mujer caía de rodillas al suelo con gran cansancio; irónico que, a pesar de haber llevado una vida de combates contra tipos muy fuertes, el día de hoy su mayor rival fuese una niña divina… Que le estaba ganando.
« No puede ser… Se supone que solo es una bebé, pero… Es hija de dioses…
» ¿En serio hay tanta diferencia entre nosotros? »
De repente la mujer sintió algo pesado agarrado de su pie así como una sensación húmeda que le hizo ver a aquella zona: Lífthrasir estaba chupando los dedos de su pie para después soltar una mordida con sus encías.
– ¡Ahhh! ¡Suéltame!
Por mero instinto Ng Mui agitó su pierna para librarse de ella, pero Lífthrasir se aferró con tanta fuerza que la artista marcial no pudo hacer nada; al contrario, la bebé se enfadó un poco y volvió a morderle el pie, ahora con más fuerza lo que provocó que Ng Mui cayera por completo al suelo…
Solo para después sentir como Líf desde su espalda comenzaba a jalar sus mechones de cabello, y después se abalanzaba a su cara para apretar sus mejillas hasta deformar su cara muchas veces.
La tercera fase de su plan maestro había salido con éxito para Líf y Lífthrasir: ahora se la pasarían mucho tiempo jugando con Ng Mui, mientras ella solo suspiraba con fastidio.
« … Lo siento, Geir y Yim… Las he subestimado. »
Al cabo de un largo rato de un par de horas, cuando las niñas se aburrieron de Ng Mui y decidieron investigar el dojo de la mujer, fue el momento que ella se puso de pie de nuevo e intentó tomar control sobre la situación…
Intento que le tomó todo el día: Lífthrasir y Líf eran muy escurridizas a su manera, de forma que innumerables veces se escaparon de las manos de Ng Mui. A veces terminaban en los estantes de ropa de la mujer, camuflándose entre las muchas batas y trajes de artes marciales; otras veces una se salía del dojo para explorar los pasillos, por lo que Ng Mui salía a buscarla mientras la otra hacía de las suyas en la habitación…
Hasta que asaltaron la biblioteca personal de Ng Mui: mientras que Lífthrasir, a pesar de ser la menor, tiraba libros para darles una vista a las páginas como si supiera leer, Líf solo los desordenaba y mordía antes de aburrirse… O arrancarles las hojas.
– ¡Eso no…! – Ng Mui logró pescar a Líf antes que rompiera una copia del Libro de los 5 Anillos – ¡Ya cálmense ustedes 2! ¡Están locas!
Pero eso provocó el llanto de Líf, que no fue solo unas pocas lágrimas sino un grito muy sonoro.
– Ugh… ugh… No llores, no llores… Eres muy ruidosa… – Ng Mui volteó a todos lados intentando buscar algo que darle.
De nuevo sintió sus pies húmedos, dándose cuenta que otra vez Lífthrasir se estaba "comiendo" sus pies.
– Tú otra vez no… ¡No sé qué hacer con ustedes!
Mientras Ng Mui se alteraba bastante, Lífthrasir dejó de morder su pie para mirarlo fijamente, voltear por encima del hombro al libro que tenía abierto, y volver a la artista marcial…
Pronunciando una de sus primeras palabras:
– Vodud.
Una luz verde rodeó el cuerpo de la pequeña valkiria y la convirtió en filamentos divinos que rodearon el cuerpo de Ng Mui, formando una pequeña corona que adornó su cabeza. Tanto la mujer china como Líf quedaron en blanco al ver eso.
« … ¿Qué carajos? » Ng Mui comenzó a sudar frío « Acaso… »
Ng Mui sostuvo a Líf con un brazo para agacharse a tomar el libro que Lífthrasir había leído: "Tercer volumen de los Principios del Budismo", abierto en la página que hablaba de la habilidad iluminada Samavadhāna, Destinos Compartidos, la cual sabía Ng Mui que las valkirias habían usado para los Volundr.
– No… No, no, no… – Ng Mui se quitó la corona de la cabeza – ¿¡Qué rayos!? ¿¡Cómo puede una niña como tú hacer Volundr siendo tan pequeña!?
De repente la corona brilló en luz verde para volverse filamentos que flotaron en el aire, hasta reunirse de nuevo en la forma original de Lífthrasir atrapada en la mano libre de Ng Mui.
– … ¡Didetido! – Lífthrasir sonrió con una risa cómica mientras aplaudía.
Ng Mui quedó con la mirada perpleja.
« Qué rayos… ¿¡Qué rayos!? ¡¿Ese maldito de Thor tuvo unas niñas tan problemáticas y nosotras debemos hacernos cargo de ellas!? ¿¡Me estás jodiendo!? »
– ¡Ota, ota! – Lífthrasir extendió sus manos a Ng Mui mientras que Líf le miraba con recelo.
– Yo, yo, quedo yo…
Antes que Ng Mui se diera cuenta, Lifthrasir volvió a hacer Volundr en esa corona divina, lo que provocó que Líf se enojara demasiado y comenzara a llorar de nuevo
– ¿¡Q-Qué estás haciendo niña!?
Ya bastante desesperada, Ng Mui salió de la biblioteca, cerrándola con fuerza para evitar que las niñas volvieran a entrar, y se fue a la mesa donde estaba el maletero de Geir.
En cuánto dejó a Líf en la mesa, el Volundr de Lífthrasir se volvió a deshacer y la niña reapareció en la mesa.
– ¡Didetido!
– ¡Yo, yo! – Líf se abalanzó a su hermana con celos – ¡Yo quedo, yo quedo!
– ¡Escúchenme!
Ng Mui levantó la voz lo suficiente para llamar la atención de ambas pequeñas.
– Pequeñas… pequeños demonios, escúchenme de una vez… No pueden estar haciendo lo que se les dé la regalada gana todas las veces que quieran… ¡Eso está muy mal!
» Tienen que aprender a comportarse, en especial por su hermana mayor Geir… Ella está haciendo un gran esfuerzo por cuidarlas, educarlos, y sobrellevar todo esto… Tienen que ser más consideradas por ella…
» ¡No dejarse llevar por sus instintos infantiles! ¡Así que se controlan, ahora mismo!
Ambas hermanas quedaron con la mirada en blanco mientras escuchaban a Ng Mui regañarlas; en comparación con los regaños de los dioses de Asgard, las palabras de Ng Mui eran como una suave caricia.
– … No me entienden… O me entienden pero no les importa… – Ng Mui se pasó las manos por la cara con frustración golpeándose la frente con la mesa – No puedo más con ustedes…
Lífthrasir gateó por la mesa hasta alcanzar la cara de Ng Mui, acercándose a su mano derecha para tomar sus dedos, lo cuales empezó a chupar.
– … Ni se te ocurra hacer eso del Volundr de nuevo, ¿Me--?
– Ma… ¡Mama!
Una palabra que sorprendió mucho a Ng Mui, que le hizo levantar la cabeza de improviso.
– ¿Qué? ¿Qué acabas de decir?
– Mama… edes como… como mi mama… ¡Mama me guta muto!
La pequeña valkiria siguió chupando y mordiendo la mano de Ng Mui, pero no con curiosidad ni con ganas de fastidiar sino como una muestra de cariño; al parecer ese pequeño par de viajes en Volundr le habían mostrado muchas cosas a la niña que le hicieron encariñarse con Ng Mui…
Cosas que la artista marcial habría enterrado en el fondo de su corazón. Tal vez fue eso lo que provocó que la mujer china se olvidara por un momento de todo lo que había sufrido con las mellizas, para concluir con un pequeño momento de unión auténtica con las niñas…
Líf se acercó también a Ng Mui y le empezó a jalar de su otro brazo para llamar su atención.
– Hambe… Tendo hambe…
La mujer china suspiró por lo bajo, para después soltar una leve sonrisa que sería exclusiva para las mellizas.
– Está bien… Veamos qué pueden comer.
En ese momento el plan de las mellizas entró en su fase cuatro: descansar y dormir para recuperar fuerzas para su siguiente travesura. Por eso, dejaron sus actitudes rebeldes de lado para volverse dóciles y obedientes a Ng Mui:
En silencio tomaron sus biberones hasta quedar satisfechas; fueron acurrucadas por Ng Mui aunque cada una celosa de su hermana por estar más tiempo, y al finalizar de nuevo en cada brazo, con sus cobijas envolviendo sus cuerpos pequeños y usando los pechos de Ng Mui como almohadas, para tomar sus siestas.
Hasta ese momento Ng Mui tuvo paz de nuevo; soltó un largo suspiro agotador mientras se sentaba en el suelo y apoyada de una pared.
– Ya todo se terminó… O eso espero…
La mente de la artista marcial quedó confundida por un segundo al recordar la sensación extraña que había tenido, justo en el momento que Lífthrasir hizo ese Volundr especial.
« No tengo la menor idea de cómo lo hizo a pesar de su tan corta edad… Parece que es más inteligente de lo que demuestra. Lo que sea… Geir deberá tener mucho cuidado para que no lo vuelva a hacer y algo malo pase…
» Pero eso que sentí… No puedo hacer que desaparezca. Fue algo extraño… A pesar de que estaba asustada porque nunca pensé que algo así pudiera ocurrir, en realidad se sentía muy tranquilo y pacífico… También pude…
» Pude recordar un poco a Yim, a los otros 4 maestros que convivían conmigo día y noche… Y a… »
Su mente se negó a pronunciar el nombre de aquella persona que alguna vez se había llamado su padre; pero no podía evitar que el recuerdo le había refrescado la memoria, después de haberlo enterrado en su subconsciente por todos esos siglos.
« No entiendo porque esa niña me hizo recordar todo eso cuando hicimos el Volundr. Había escuchado de los demás que esa unión es algo muy especial en el alma de cada uno… Pero qué ella hubiera hecho eso…
» No entiendo que tiene que ver eso conmigo… Por qué esa unión especial tuvo que llevarme a este punto de recordar todo eso… »
Un pequeño paso de lo que sucedería en el siguiente Ragnarok cuando fuera su turno de combatir; algo que no se daría cuenta hasta haber alcanzado su objetivo y propósito en la vida…
Un par de golpes en la puerta interrumpieron sus pensamientos, junto con la presencia de Geir.
– ¡Ng Mui ya regresé--! – la artista marcial le hizo un siseo con los labios para ordenar silencio, a lo cual Geir se disculpó – Oh, lo siento…
Con mucho sigilo la valkiria entró en la habitación y se agachó al sitio dónde estaba Ng Mui con las niñas.
– Ya… Ya pude dormirlas…
– Después de todo lo que debieron hacer, me imagino que están muy cansadas… – comentó Geir, dándole un vistazo rápido a la habitación que estaba hecha un desastre.
– Si… Me habría gustado saber de antemano que son un caos organizado.
– La verdad es que conmigo nunca han llegado a este extremo… Por ahora. Si son traviesas, pero nunca han hecho más que una pequeña broma como un chicle o un rayón… Gracias a ti, ahora sé de qué son capaces.
– Si… Son capaces de muchas cosas… Más de lo que puedas imaginarte.
– Me imagino… Ya terminé todo lo que tenía que hacer, y vine hasta aquí para llevármelas.
– Me lo imaginaba; yo las llevaré hasta su habitación, para evitar que se despierten en el camino.
– Muchas gracias.
Con un poco de esfuerzo Ng Mui se levantó del suelo para acompañar a Geir en caminata lenta y nocturna.
– Además del desastre que lamento que tuviste que afrontar… ¿Qué tal te fue con ellas?
– Pues… Digamos que me di cuenta de algo…
– ¿De qué cosa?
– Qué si hubiera tenido hijos, sería una pésima madre.
– ¡No digas eso! Estoy segura que hiciste lo mejor posible… Y eso es algo que caracteriza a cualquier madre, sea quien sea.
– Supongo…
– Me alegro que te hayas llevado tan bien con ellas. Y de nuevo agradezco mucho tu ayuda el día de hoy.
– No es nada… Es la ayuda mínima que debo darte después de venir a vivir a tu casa.
– No digas eso; me gusta estar aquí contigo. Es un gran alivio para mi poder tenerte cerca…
Esas palabras rebotaron en la cabeza de Ng Mui de nueva cuenta, con el mismo tono que los recuerdos que le había despertado Lífthrasir. Algo muy similar…
– De… De acuerdo…
– Si te parece bien, tal vez algún otro día puedas ayudarme a cuidarlas mientras yo hago mis deberes… ¿Te parece bien?
Ng Mui cerró sus ojos por un momento y suspiró por lo bajo para dar su respuesta:
– Definitivamente no.
– Ya me lo imaginaba… – rió Geir por lo bajo, aunque se sintió muy decepcionada.
Tal como lo dijo la artista marcial, esa fue la primera y última vez que le ayudó a Geir con las mellizas hasta que cumplieron más de 500 años. Pero aún antes de eso, Ng Mui todavía seguía atenta al crecimiento y desarrollo de las pequeñas valkirias con sus hermanas mayores…
Cómo si ese Volundr hubiera despertado sentimientos que nunca había experimentado en su vida: el cariño de una madre.
***
Imagen especial de Ng Mui
"Madre" de Líf y Lífthrasir
***
Nota de autor: Muy buenas mis queridos Ragnabrothers
Otro especial de madres, uno que ya tenía ganas de escribir aunque la verdad no me quedó tan UwU como esperaba. Pero fue suficiente para poder ver un poco más de los sentimientos reprimidos de Ng Mui, y saber que llegó a ser una tía apática por su mal experiencia con las mellizas XD
Ya solo faltan 2 especiales más, que espero poder publicar la semana que viene, para Jingū y Deví. Si tienen ideas para ellas, pueden dejarlas en los comentarios para que las lea.
Sin más que decir, ¡Los leo en el siguiente especial!
Fecha de publicación: 10/01/25
ASFD
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