🦇Especial Halloween - 2ª Parte🦇
Bienvenidos a la segunda parte... que al final serán 3 partes XD.
¿Qué significa esto? Que he tenido problemas para escribir y no tengo tiempo de completarlo todo de una vez, así que con el celular he decidido ampliar y detallar la prueba de Sasaki y Poseidón para que os riais conmigo un rato y en cuanto pueda terminaré de subirlo todo :3
Aquí encontraréis del especial de Halloween...
- La prueba de Sasaki Kojiro vs Poseidón con Los bizcochos de calabaza.
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- Bienvenidos a la prueba de los bizcochos de calabaza.
El silencio reinó por un momento dentro de la sala, dónde sólo se escuchaba ahora mismo el leve frote de los pantalones del dios árbitro mientras movía las piernas lentamente.
- Esto tiene que ser una broma - Poseidón lo miró entrecerrando los ojos, enfrentándolo, pero sin mirarlo directamente a los ojos, claro.
- En absoluto - Buda se sacó el tenedor de la boca mientras masticaba - Estoy seguro que Zeus estará muy contento de que esta prueba te haya tocado a ti. Ganará la prueba... quien le de un bizcochazo al otro en la cara.
Poseidón seguía de la misma manera, enfrentándolo, mientras pensaba internamente que eso no podía ser. A su enfado se unió un leve tic en un ojo, mostrando enojo, e incluso vergüenza por lo que llegaría luego. Sasaki observó la habitación, dividida en dos por una línea central y llena de bizcochos redondos, con diferentes decoraciones: unos tenían nata, otros crema, otros glaseado, virutas de chocolate... Luego tomó una de ellas, mirándola con algo de pena.
- Sonar... suena divertido, pero la comida no está para tirarse - comentó.
- Lo comprendo, es mejor comerla, sobre todo si es dulce - Buda sacó la lengua relamiendo el tenedor de glaseado - Bien, qué más os tenía que decir... ah, si. Sólo vale el golpe si se hace en la cara, no en el resto del cuerpo, y no terminará hasta que se consiga. Si se terminan los bizcochos, aparecerán más al cabo de unos segundos. Y la valkiria... - Buda miró a la que tiembla, que seguía algo escondida tras Sasaki - Deberá buscar por la habitación una calabaza pequeña que será la que transforme al humano, al igual que lo hizo Poseidón al entrar. Dicha transformación puede ser beneficiosa o no, o simplemente neutral...pero te recomiendo buscarla, es entretenido. Por favor, id a vuestros puestos.
La sala tenía iluminación de sobra, más que otras, pues ahora no se trataba de competir, sino de enfrentarse y ganar con un golpe certero. Además, sin luz, Buda no podía comer bien su pastel. Poseidón se fue a la zona más alejada, mascullando maldiciones sobre su hermano menor y sus estúpidas ideas. El Murder Party era mejor que esto, al menos, para él.
- Ah, se me olvidaba... - el dios volvió a levantar el tenedor - No es una norma, pero cabe decir que más os vale no lanzarme a mí ninguno y que no me ensucie. Me cabrearé - dijo con un tono para nada amenazador, pero mejor no descubrir su mala faceta. ¿Estáis listos?
- Sasaki... - murmuró Hrist, la que tiembla - Haré mi mejor esfuerzo por encontrar la calabaza pronto.
- No me cabe duda - él dio una de sus mejores sonrisas girando la cabeza hacia ella.
- Empezad - comentó Buda sin apartar la mirada de su comida.
- Bien... veamos cómo se me da esto - Sasaki estiró los brazos, haciendo crujir su espalda, indicando que estaba listo.
Un instante después de notar el crujido, vio llegar uno de los bizcochos hacia su cara, evitándolo por una milésima de segundo, y acabó estrellado en la pared.
- ¡Uf, por poco! - dijo mirando al dios con los ojos abiertos - ¡Tienes puntería!
Poseidón le miró con el ceño fruncido y una mueca de enfado en los labios. Claro que tenía puntería, sabía lanzar su tridente. Aunque no era lo mismo ni se lanzaba de la misma manera, puntería tenía. Sasaki se concentró primero en él, aprendiendo cómo se movía su cuerpo para aprender a lanzar. El japonés sabía lanzar con honda, además del tiro con arco, así que sólo necesitaba fijarse en su cuerpo y calcular para poder hacerlo él también, además de aprender hacia qué lugar esquivarlos, o por lo menos, que no le dieran en la cara.
Poseidón no era tonto, en absoluto. Sabía que eso podía terminar pronto si él quería, pues aunque fuera un juego estúpido, llevaba la ventaja de saber lanzar esas "armas". Podía tener una rápida ofensiva para intentar acertar rápidamente y eso serían todo beneficios: ganar, irse pronto y no ensuciarse. Otra podría ser... la que iba a hacer a continuación. Agarró varios pasteles de su lado sin prisa, sabiendo que Sasaki no le tiraría nada estando de espaldas, primero porque ahí no estaba su objetivo, segundo, porque no era capaz de atacar por la espalda a alguien. Lanzó varios bizcochos al suelo del rival como si fueran discos, haciendo que el suelo se llenase de miga y crema, manchándolo todo, y haciéndole retroceder.
- Vaya, cómo se nota que luego no lo tienes que limpiar tú... - masculló el japonés viendo el suelo.
Había comprendido rápidamente lo que Poseidón había hecho, pero aún no había decidido atacarle. No, todavía no había escaneado bien su forma de lanzar. Sasaki también prefería un golpe directo en vez de jugar a lanzar comida a diestro y siniestro. Ahora, teniendo que tener cuidado por donde pisaba para no escurrirse, su atención en Poseidón debía disminuir.
Mientras tanto, Hrist, la que tiembla, seguía buscando por la habitación la calabaza sin encontrarla, teniendo que ir a la zona de Poseidón e intentando estar lo más alejado de él posible. Estaba un poco desesperada, porque no conseguía dar con ella.
- Si vas a seguir aburriéndome... - habló Poseidón - Pienso terminar con esto rápidamente.
Sin dejar al japonés hablar, recogió más bizcochos y comenzó a lanzarlos hacia él. Sasaki movió un pie, viendo que el suelo no era estable y se podía resbalar, así que le dio la espalda y protegió su cabeza. Tumbó una mesa que había en su lado para usarla como muro y se quedó detrás, mientras ya estaba manchado de bizcocho. Mientras, Hrist corría para volver cerca de él, sin encontrar la calabaza.
- Hrist, querida... ¿cómo va eso? - preguntó Sasaki tras la mesa.
- ¡No la encuentro, lo siento! - se disculpó ella mirando tras unos libros de una estantería.
- Mira bien por ahí, no puedo concentrarme en saber responder contra Poseidón... - el japonés se puso cómodo tumbado en el suelo tras la mesa, y vio un bizcocho cerca. Se lo acercó tomando un trozo con la mano y empezando a comer. De todas formas, no podía hacer nada ahora mismo. Veía a su valkiria desesperada y temblorosa, buscando y sin ya saber dónde más mirar.
- Hrist, ¿de verdad no la encuen...?
- ¡Que ya te he dicho que no la encuentro, joder!
La que ruge hizo acto de presencia mirándolo de una forma que le hizo callar al instante.
- ¡Deja de comerte la munición y haz algo mientras tanto! ¡Estás lleno de bizcocho y él está impoluto! - replicó señalando a Poseidón al otro lado de la habitación.
Sasaki puso una cara algo apenada mirándola desde el suelo. Al decir que se comía la munición, cualquiera pensaba que estaba comiendo balas o pólvora... pero estaba comiendo bizcocho con crema.
- Muy bien, Hrist - habló Sasaki - Le voy a lanzar este en vez de comérmelo si te parece bien. Esperemos que la fortuna y la buena suerte guíe este bizcocho hasta su cara.
Sasaki lo agarró desde la base con la palma de su mano y se asomó a ver dónde estaba colocado el dios. Así que, incorporándose aún cubierto, salió rápidamente de su escondite lanzando su proyectil hacia él. Poseidón retrocedió pensando que no le daría, pero su cadera chocó contra una ancha mesa en su lado, haciéndole detenerse. El susto le duró un instante, pues el bizcocho acabó estrellado en su pecho, manchándole entero.
- ¡Huy casi! - Sasaki se alegró como si eso fuera una victoria.
- ¡Nada de "huy casi"! ¡A la cabeza! - recriminó ella.
- Por algo se empieza, ¿no? - Sasaki sonrió mirándola.
Poseidón mientras tanto, estaba mirando su traje. Su elegante y bonito traje... manchado de bizcocho, azúcar, y esa crema algo pegotosa. Su expresión era seria y algo sombría y tomó un poco de nata con una mano observándola. Luego, sin cambiar el gesto, se llevó la mano hacia su frente, recogiendo con ella su pelo hacia atrás, y cuando sus ojos volvieron a aparecer tras su mano, su expresión había cambiado a una depredadora, junto con esa sonrisa ahora llena de dientes afilados.
- Se acabó - dictó - Ahora sí que se acabó.
Hrist le miró enfadada. En esa forma, nada ni nadie la podía doblegar.
- ¿Con que se acabó, eh? ¿Eso piensas? - amenazó ella mirándole a los ojos casi gritando - ¿Acaso crees que por cambiar de forma tu cabello puedes cambiar tu actitud así como así?
- Hrist - Sasaki le susurró desde detrás de la mesa - Eso es literalmente lo que haces tú.
- ¡Tú a callar! - ella estaba de los nervios, y volvió a mirar a Poseidón - ¿Acaso crees que hacer eso te vuelve más fuerte? ¿Más seguro de ti mismo? ¿Más sexy? ¡Pues por lo menos puedo dar fe que lo último si es verdad!
- Hrist... - Sasaki volvió a hablarle - La calabaza...
- ¡Búscala tú, que te he dicho que yo no la encuentro!
La valkiria se giró hacia el mueble más próximo, agarrando dos bizcochos y volviendo a mirar al dios.
- ¡Ahora tu rival seré yo! - amenazó la valkiria - ¡Y yo sí que tengo puntería!
Poseidón dio un silbido levantando las cejas. Luego dio una carcajada.
- ¿Tú? ¿Una híbrida de humano y dios? Eso quiero verlo.
Un momento después, Poseidón tuvo que mover la cabeza a un lado, pues la valkiria ya había atacado. Ahora la pelea era más movida, pues ninguno de los dos dejaba tanto de atacar como de esquivar y defenderse, además se movían bastante, tanto para recoger munición como para evitar pisar o tocar lo que ya había tirado en el suelo y caer.
Sasaki miraba a Hrist impresionado. No tenía palabras para su valkiria, pues sabía que su forma rugiente podría ser impredecible, desde haberle echado un piropo al dios del mar como seguidamente estar batallando a bizcochazos contra él defendiendo a Sasaki.
Sasaki flipando
Miró al árbitro para saber si eso estaba permitido, encontrándose el dios bastante concentrado en intentar abrir una paleta muy bien cerrada, con el envoltorio muy pegado y el ceño muy fruncido, e intentar romperlo son sus largos colmillos. O no se enteraba de lo que pasaba alrededor o no le importaba.
Sus ojos se abrieron un momento cuando enfocaron un pequeño objeto redondo y de color naranja, que sobresalía un poco de uno de los bolsillos de la ropa que el dio llevaba atada en la cintura. Miró la pelea para ver si era seguro salir de su escondite, y se acercó luego al dios árbitro.
- Disculpe... ¿puedo...?
Buda le miró un momento, viendo que señalaba su bolsillo. Entonces alzó las cejas.
- Ah, la calabaza... es verdad, se me olvidó esconderla después de todo. Adelante - dijo permitiendo que él la tomase.
Antes de que Sasaki la agarrase, tuvo que darse la vuelta rápidamente para impedir que su valkiria se lanzase cabreada contra Buda agarrándola de la cintura y cargándola en su hombro, pues lo había oído todo.
- ¡Me has visto dar vueltas por toda la habitación buscando la calabaza y resulta que no la habías escondido! ¡Será posible que te acuerdes ahora! - reñía ella sola pataleando.
- Hrist, vale, vale... - Sasaki le daba pequeños saltitos en su hombro, como quien consuela la rabieta de un bebé - Ya está, no te enfades con el árbitro, no nos sale rentable... por favor, que vuelva la Hrist que tiembla... - pidió - Por favor, esto es subrealista.
- Es la primera vez que dices algo razonable desde que te conozco - contestó Poseidón ante eso.
La valkiria tenía su vestido de bruja manchado de los ataques de Poseidón, y el dios también tenía manchado su traje de restos de los ataques de Hrist, aunque ninguno de sus ataques llegó a darles en la cara a ninguno. Sasaki dejó a Hrist tras la mesa volcada que servía de muralla, dejándola que se calme.
- Te agradezco todo lo que has hecho, pero ahora me toca a mí. Veamos qué me depara el futuro.
Dio una sonrisa confiada, mirando a Poseidón, que estaba con una actitud tranquila pero alerta, permitiéndole agarrar la calabaza. Seguía con la esperanza de que se transformara en payaso.
Se acercó de nuevo al dios, que había conseguido abrir el envoltorio de su paleta de fresa y tocó la calabaza de su bolsillo, envolviéndose en ese suave brillo. Cuando terminó, sus pies se elevaron del suelo, apareciendo una silueta grisácea vestida con un ancho kimono japonés blanco con un cinturón negro. En su frente llevaba una diadema con un triángulo en la frente y dos velas a los lados de la cabeza. Sasaki se miró impresionado, notando que estaba flotando.
- Oh, un fantasma japonés... - Hrist, la que tiembla, le habló con una sonrisa - ¡Eso es muy bueno!
Sasaki se seguía mirando con algo de impresión, pues el poder estar flotando sin los pies en el suelo le era algo raro.
- Entonces... ¿eso significa que... puedo volar y moverme por el aire? - se preguntó así mismo.
Se movió un poco, comprobándolo. No era para nada difícil.
- Con eso toda la suciedad del suelo no te va a molestar, y tienes más espacio para esquivar... ¡es fantástico! - la valkiria estaba muy contenta.
- Vaya, Poseidón... al final no fue un payaso como querías... - mencionó Sasaki mirándole con una sonrisa - Aunque... incluso siendo un fantasma... ¿también puedo atravesar objetos sin problema?
La valkiria le miró, y no puso que contestarle a eso. Si podía hacerlo, eso significaría que los ataques de Poseidón no le alcanzarían, con lo cual sería una victoria asegurada. Miró al árbitro, que había encogido las piernas, abrazándolas con un brazo mientras que con la otra mano movía su paleta a lo largo de su lengua. Él también se encogió de hombros.
- Sinceramente no tengo ni idea. No puedo prever vuestras transformaciones ni vuestras ventajas.
- Entonces... - Sasaki se puso serio - Lo comprobaremos...
En cuanto miró a Poseidón, sus pupilas se dilataron al ver llegar un bizcochazo directo a su cara... e impactando en su cara de fantasma, empujándolo contra la pared y dejándolo ahí, con todo el dulce en la cara. La cara de Hrist era un poema, pues miraba como el bizcocho se caía lentamente de la cara de Sasaki, dejándole la cara más blanca de lo que la tenía.
- Vaya, parece que al final sí que podrían darle... - comentó Buda sacando la paleta de su boca - Sí, tiene sentido... no creo que haya ninguna calabaza que de inmunidad o una total desventaja hacia una prueba. No sería justo.
- Podrías habérmelo dicho antes y no me arriesgaba... - Sasaki habló despegándose de la pared, sacando la lengua y relamiendo sus labios manchados - Que bueno está este...
Hrist suspiró, admitiendo su derrota. El Dios de los Mares sumaba otra victoria a su interminable lista de ellas, una victoria rara de contar, la verdad. Poseidón, sin embargo, no había sonreído después de eso. Sacó un pañuelo de su ropa y se limpió lo que pudo con él, empezando a caminar con paso lento hacia la salida, sin ni siquiera despedirse.
Justo cuando Hrist se levantó para limpiar con su mano la cara fantasmagórica de Sasaki, se escuchó un ruido detrás de ellos, seguido de una risa de Buda que no se molestó en aguantar. Al girarse, vieron al dios de los mares en el suelo, sentado pero agarrado rápidamente a un mueble, por lo que se puso de pie en seguida. Se había escurrido con un poco de dulce y había acabado dando un golpe en el suelo con el trasero.
Los otros dos no lo habían visto, pero no pudieron evitar dar una sonrisa al ver que el gran y todopoderoso Poseidón había dado con el culo en el suelo de una manera muy torpe.
- Al final sí que había un payaso entre nosotros... - comentó Sasaki en voz baja.
Puede que fuera el susurro de un fantasma, puede que muy bajo, pero a las puntiagudas orejas del dios no se le escapaba nada. Giró la cabeza lentamente hacia él, clavándole profundamente la mirada que le atravesaba por completo. Buda se levantó de su sitio de un salto y se dirigió hacia la puerta a paso rápido.
- Nos vemos en otra ocasión, muchachos - se despidió - Yo no estoy aquí ni un segundo más. No quiero acabar empapado.
Yéndose del lugar, Buda desapareció. Un leve temblor de tierra alertó a los otros dos, y Sasaki tuvo tiempo de agarrar la mano de Hrist y tirar de ella hacia la puerta, mientras él iba flotando a gran velocidad.
- ¿Te acuerdas lo que te dije de que saldríamos corriendo con un maremoto detrás? - preguntó Sasaki - ¡Bien, no iba a ser después de todo una locura!
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Yo no se vosotros, pero me lo he pasado muy bien escribiendo esto, es lo que pasa cuando amas a estos personajes :3
Aquí tenéis una de las pruebas narradas enteras. La razón de por que no narro todas las pruebas así es simple: 3000 palabras tiene esto.
Aunque no me parece tanto, si se que es cansado de leer tanto de golpe, y a mi algo cansado también de escribir alguna vez (porque soy una vaga y siempre me falta tiempo para todo) Así que la siguiente entrega ya será la última, con las pruebas de Jack y Raiden y un final :3
Nos vemos! :3
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