No está acostumbrado en ningún sentido a estar solo con su pareja, puesto que Himiko Toga siempre estaba pegada como mosca y bien, hoy no era el caso. Había mucho silencio, no había comentarios obscenos, ni groseros solo silencio que perturba.

—¿Cómo has estado?— Habló con un hilo de voz el anteriormente teñido de azabache, ahora se deja de vez en cuando el cabello de blanco, solo por gusto y por que a Tomura le parece lindo.

—Has estado conmigo todo el tiempo, ya lo sabes— Quizá algo grosero, pero está nervioso, ¿Qué podría esperar de el al final de cuentas?.

—No sé pasar tiempo contigo si no es cogiendo...— El silencio se presentó una vez más, ahora pensando que Tomura estaba de mal humor, pero solo soltó una carcajada por que estaba en la misma situación.

—¿Qué se supone que hacen las parejas normales?, yo no quiero besos tuyos las veinticuatro horas del día— Dejaba escapar pequeñas risas y queriendo o no, ya habían empezado una conversación basada en no saber empezar una conversación.

Siguieron así hasta que Himiko regresó, los vio riendo y finió que olvidó algo, ella solo se quedaba para que hablaran un poco, si ya no necesitan eso, ella puede irse a ver sus novelas en paz.