Ya han pasado días después de que te conocí, solo yo te conozco y claro, la familia que dices tener. Anhelo que en algún momento llegue a conocerla. Eres testigo de las noches que me paso llorando o de los días en los que estoy entusiasmado, tú de mi lo sabes todo. Espero nunca me dejes solo, Touya Todoroki...

[. ⨶ .]

—¡Padre!, mira, saque 10 en el trimestre, si sigo así puede que saque una calificación perfecta— Habla con emoción un azabache mientras le muestra la boleta al hombre frente a el. —¿No crees que es genial?— Detiene su emoción un poco para recibir la respuesta de su progenitor.

—No alardees antes de hacerlo Tenko. Además no tiene nada de sorprendente, heredaste mis genes. Es tu obligación ser el mejor de tu generación.— La sonrisa de Tenko desapareció después de escuchar aquello y ver a su padre alejarse de la sala.

—Obligación...—

[. ⊗ .]

Tenko estaba escondido entre los arbustos del gran pateo de su lujosa casa, pues allí era donde siempre encontraba a su mejor amigo, Touya. Un chico de tes blanca, unos radiantes ojos azules y un cabello rojo con mechas blancas. Solían hablar por horas asta que Tenko se cansara y tuviera que irse a dormir, Se entendían muy bien, pues tenían más o menos la misma edad. Tenko 14 y Touya 17 años. Solo tienen 6 meses hablando, pero se consideran mejores amigos.

—Ya llegue, perdón por la tardanza, pero tú ayer no viniste.— De entre los arbustos, un chico semi albino salió con una sutil sonrisa en cara.

—Es que tuve ensayo de piano y no me dejaron salir— Hablo con tranquilidad el pequeño azabache. —Pero olvidando el tema, saque 10 en este trimestre—Esta vez no lo dijo con tanta emoción que cuando se lo dijo a su padre.

—Wow, eso es asombroso. ¿Cómo lo haces?, a mi siempre me costo aprender.— Tenko soltó una pequeña risa, pues Touya lo hacia ver como si de un genio se tratase.

—No es nada genial. Solo cumplo con mi obligación de ser el mejor— Su risa se convirtió en una tierna sonrisa. Ambos se acomodaron para quedar sentados juntos, mientras seguían escondidos en los bastos arbustos.

—Yo no creo que sea tu obligación serlo. Digo, se hace lo que se puede— Se acomodo abrazando sus rodillas mientras veía hacia abajo

—Según padre, si es mi obligación, por llevar sus genes.— Volteo a ver a Touya haciendo que este de igual manera lo viera.

—Neh, papá decía lo mismo. Nunca lo escuche pero estoy feliz— De Tenko solo recibió una risa y un "eres un vago" cosa que lo hizo sonreír.

A Touya le fascinaba observar a Tenko, decía que sus ojos era especiales y que eso significaba que tenia un buen alma, ya que los ojos son la ventana del alma. Decía que sus sonrisa era inigualable y que a pesar de tener cicatrices su rostro era lindo. A Tenko siempre se le hizo raro y tierno a la vez, pero lo dejaba pasar por ser su amigo.

Pasaron unas horas charlando, ya empezaba a oscurecer y Tenko otra vez se había pasado la comida. Nadie lo buscaba para que comiera. A nadie realmente le importaba más que a Touya, que muy seguido le insistió para que fuera, pero Tenko solo decía que no tenia hambre y ya había desayunado.

Siguieron hablando unos minutos y Tenko casi no paraba de reír mientras Touya lo más que hacia era sonreír, cosa que Tenko noto.

—Oye, durante estos 6 meses solo sonríes, ¿por qué nunca te eh oído reír?— Touya con una sonrisa tierna le contesto de una manera sutil.

—No me gusta mi risa— Tenko no parecía creerlo, ¿Cómo que lo impedía reír era que le desagradaba su risa. —Es enserio, nunca me gusto mi risa, es rara. Me seria más fácil si evitamos las insistencias.— Tenko fue amable y solo asintió sin insistir más.

—Bueno, ya se hace tarde, tengo que dormir, mañana hay clase de baile— Tenko se levanto junto a Touya para despedirse, dándose un abrazo. El cuerpo de Touya era frio, siempre lo a sido. Tenko ya se acostumbro a ello.

—Me encantaría verte practicar— Otra vez la voz serena del mayor se hizo presente y Tenko solo sonrió ante aquello antes de soltarse y tener que volver a casa.

"Puede que su familia no se de cuenta de como brilla ese chico, pero algún día de verdad estará eternamente conmigo y cada mañana le hare saber lo mucho que el vale"

El albino camino adentro del los arbustos desapareciendo en una corta niebla y con una sonrisa en cara.