Primer Pedido

Hola aylinkey, fuiste la primera en realizar un pedido y he aquí... Espero que te guste, quizá la extensión no es la que esperabas pero creeme que es con mucho cariño y dedicación :3 Sin más... Comenzamos! :)

Atte: JesiScorpio

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♒Camus de Acuario♒

"Los días son calurosos aquí en Grecia, hay veces en los que no lo soporto." Confesó la chica a si misma mientras caminaba volviendo después del entrenamiento a su hogar. Aylin estaba cansada, su entrenamiento se hacia cada vez más pesado y tenia que llegar a casa a descansar sumida en una inmensa soledad. "En ocasiones extraño a mis hermanos" pensó. Sus hermanos vivían en el santuario, casi nunca los veía; Aioria de Leo y Aioros de Sagitario jamás tenían tiempo para volver a casa y verle. Al principió aquello le dolió pero al paso del tiempo se fue acostumbrando. No le costó demasiado despegarse de Aioros, no era la primera vez que lo hacía; cuando Aioros murió al ser declarado traidor, ella y Aioria tuvieron que vivir en aquella casona en el pueblo totalmente sólos, cuando Aioria se mudó al santuario se sintió sola, aunque él la visitara. Cuando Athena regresó a todos sus caballeros a la vida ambos hermanos regresaron para poder estar a su lado; tras una nueva amenaza se vieron obligados a separarse y seguir su vida de forma independiente. Aylin ya tenia 19 años, entrenaba para obtener la admadura de plata de Linx (lince) así que tanto Aioria como Aioros regresaron al santuario sin preocupación alguna, sabiendo que su hermana menor se las arreglaría para no tener problemas...

Esa tarde Aylin se había agotado mucho en el entrenamiento, y el abominable calor característico de Grecia le azotaba; pasó por en medio del pueblo sin preocupación aparente, hasta que una conversación entre soldados le llamó la atención; se acercó a oírles siendo cautelosas para no ser evidente. —Me han dicho que volverá hoy de su misión. – escuchó que decía uno de ellos, eran aproximadamente cuatro soldados hablando sobre una misión en la que fue necesaria la presencia de un caballero de rango mayor.

—¿Hoy?– preguntó otro con sorpresa. —Pero si ha pasado menos de un día desde que se fue.–

—¿Olvidas que es un Santo Dorado?– agregó el primero. —No hay nada imposible para ellos.–

—Un Santo Dorado es muy fuerte, ni siquiera los caballeros de plata se les comparan.– agregó otro.

—Lo sé...–

—Sin lugar a duda siento que él es uno de los caballeros más fuertes de Athena.–

—Cierto.– admitieron al unisono.

—Es un caballero justo, fuerte, con principios. Creo que tiene mucho potencial y es digno de admiración.– concluye el primero.

Aylin se preguntó de quien hablaban con tanta admiración, así que se acercó aun mas para llamar su atención. —¿De quién hablan caballeros? Supongo que debe de ser alguien realmente importante y digno de su admiración. –

—Genial, aquí viene la gatita.– expresó por lo bajo uno de los individuos. —Realmente lo es.– admite en un asentimiento. —Pero no creo que a ti te importe, al final de cuentas solo te interesan tus hermanos.–

—Cabe decir que no hablamos de ninguno de ellos. – agrega otro.

—Lo sé, además, no creo que ninguno de mis hermanos sea ese de quien tanto hablan.–

—En efecto. –

—¿Y bien? ¿Quien es ese caballero digno de su admiración?– preguntó la muchacha esperando una respuesta, sin embargo, ninguno respondió pues tras ellos varias personas comenzaban a reunirse viendo con asombro algo que estaba fuera de su campo visual; este evento captó la atención de todos los soldados quienes se acercaron ignorando la pregunta de Aylin quien al igual que todos y vencida por la curiosidad, se acercó silenciosamente esperando que su pregunta se respondiera por si sola.

Al estar entre la multitud y apenas logrando divisar entre la gente su mirada curiosa se desvaneció para formar una mueca de disgusto. Entrando al pueblo y captando la atención de la mayoría, el caballero de Acuario hacía su entrada; No era que a Aylin le desagradara, era el hecho de que durante todo el tiempo en el que se conocían jamás habían establecido un lazo de amistad o compañerismo, simplemente por que el caballero del onceavo templo era una persona en extremo reservada.

En ese mismo instante Aylin tuvo el deseo de retirarse de ahí, dio media vuelta y emprendió marcha hacia su destino inicial. Aun estando a la distancia, podía escuchar las exclamaciones de admiración que todo el pueblo de Rodorio hacían. Ignoró todo y siguió hasta llegar a su humilde morada. Ya estando ahi se dispuso a descansar; retiró su mascara y la colocó en la mesita de centro, se dejó caer sobre su sofá y se dispuso a dormir; apenas sus ojos se cerraron un golpeteo en la puerta le hizo abrirlos de nuevo lanzando una pequeña maldición al aire antes de levantarse y atender.

Al abrir la puerta sus ojos no daban crédito a lo que veían, justo en su puerta el caballero de Acuario hacía uso de presencia. Aylin parpadeó un par de veces sin creer lo que veía, ni siquiera se atrevió a hablar temiendo que fuera un sueño o algo semejante.

—Buenas tardes Aylin.– dijo el caballero desviando la mirada.

—Hola.– fue lo único que atinó a decir en ese momento.

—Lamento llegar de improvisto, pero quería hablar contigo. Sin embargo... –

—¿Qué?– preguntó la fémina ladeando la cabeza.

—Antes que nada, ¿por qué no llevas tu mascara puesta?– en ese momento Aylin deseó que la tierra le tragara, cerró la puerta de golpe y corrió de regreso a la sala buscando el pequeño trozo de metal que había olvidado en la mesa, lo colocó sobre su rostro y regresó para abrir la puerta nuevamente. Camus le vio arqueando una ceja y Aylin solo agacho la mirada de forma tímida.

—Lamento el inconveniente.– expresó.

—...– el silencio por parte del acuariano se volvió incómodo, Aylin no supo como reaccionar ante aquello o que decir. —Sabes que no es la primera vez que te veo así, ¿cierto?– preguntó.

—Lo sé.– respondió ella aun con la mirada baja y con mucha vergüenza.

Hace tiempo atrás durante una visita a su hermano mayor en el Santuario, Aylin tuvo que salir, literalmente corriendo tras haber iniciado una pelea entre hermanos que no estaba dispuesta a presenciar pues conocía bastante bien a sus hermanos como para saber que un gran desastre quedaría dentro del templo de Sagitario. Antes de lograr el escape exitoso de aquella zona de guerra tuvo que agacharse velozmente para no ser impactada por una silla que salió disparada de aquel lugar, segundos después siguió su huida sin salvarse de otro impacto, esta vez chocando con alguien que se había cruzado en su camino. Apenas y se había dado cuenta del sonido que la mascara hizo al chocar contra el suelo al caer de su rostro. Por instinto su mirada se giro hacía enfrente topándose con la profunda mirada de el de hebras aguamarina. Quien después de eso había prometido no contar aquel suceso a nadie.

—... Aylin.– le habló captando su atención. —Precisamente de eso es de lo que he venido a hablar.–

—Entiendo.– la chica no hizo más que hacerse a un lado para dejarlo pasar a la casona.
Ya estando dentro ambos se dirigieron a la sala tomando asiento en el sofá. —Bien... Te escucho.–

—Aylin... Quiero hacerte una pregunta. – dice el caballero tomando seriedad ante el asunto.

—Te escucho.–

—La regla de las aspirantes y los caballeros femeninos dicta que debes escoger entre dos opciones cuando tu rostro ha sido visto por primera vez por un hombre, por lo cuál... –

—Camus, sabes bien que no puedo enfrentarme a un caballero dorado.–

—Pero si luchar por tu honor, el punto es... ¿Qué elegiste Aylin? – el silencio por parte de la fémina no se hizo esperar. Aylin pensó muy bien lo que iba a decir.

—Prometiste que lo olvidarías.–

—Prometí no decirle a nadie.– corrigió. Aylin pasó saliva y volvió al silencio sin saber que decir. —¿Que elegiste?– volvió a preguntar Camus.

—Sabes bien que no puedo matarte...– respondió en un susurro.

—...– Ahora el silencio se hizo mas profundo, era claro lo que Aylin trataba de decir; aquella información era difícil de asimilar, mil y un pensamientos se posaron en la mente de ambos, iniciando con el hecho de que la fémina era hermana menor de Aioria y Aioros. —¿Funcionará?– preguntó el acuariano.

—No tienes que corresponder si no quieres.– fue la respuesta de Aylin.

—Ese es el problema.– la chica volteo a verlo extrañada.

—¿Que quieres decir?–

—Deseo corresponderte.– el corazón de Aylin latió con velocidad y fuerza y su rostro se llenó de un ligero sonrojo que gracias a la mascara no era notorio.

—Camus... Yo... No sé como responder a eso.–

—Solo agamos que esto funcione, o tus hermanos me partirán la cara.– comentó el acuariano regalándole una tierna sonrisa y un beso en la frente, antes de levantarse y dirigirse a la salida de la casa. Aylin se quedó sentada sin poder moverse tras el impacto de lo ocurrido; parpadeó un par de veces y llevó su mano a su pierna para pellizcarla, asegurándose de no estar soñando.

Así pasó el tiempo, las visitas de Camus a Aylin se hicieron mas frecuentes, no tardó en ser evidente la relación que ambos llevaban. Aioros siendo el hermano mayor de Aylin aprobó su relación sin tomarle mucha importancia, sin embargo Aioria no parecía muy convencido, pero optó por resignarse.
La relación de Aylin y Camus iba bastante bien, y no tardó para que ambos se enamoraran realmente. Aylin logró aprender a distinguir cuando su pareja estaba bien o mal, aun cuando el acuariano siempre mostrara una gran seriedad, también logró descubrir varias cosas que ni ella misma imaginaba, como el hecho de que era bastante celoso; esto no le molestaba, al contrario, la hacia sentir que realmente la apreciaba.

—¿Aioria sigue molesto?– preguntó ella tratando de sacar un tema de conversación.

—¿Por lo que le dije o por lo que le hiciste?– respondió el acuariano.

—Ambas.– dijo acomodándose a su lado en el sofá.

—Parece que ya lo olvidó.–

—¿Y Milo?–

—Aun esta molesto.–

—¿No han hablado?–

—Ya se le pasará, al final siempre regresa.–

—A veces creo que ustedes dos, en otra circunstancia, hubieran sido pareja.– dijo soltando una risa, Camus arqueó una ceja mostrándose disgustado.

—¿Por que tendría que ser así?–

—No lo sé, es solo que, pelean por todo y siguen siendo amigos. ¿Como es eso posible? –

—Es como tú y Aioria. Pelean y siguen apoyándose.–

—Creo que entiendo...– el silencio volvió a hacerse presente, era incómodo cuando eso ocurría, ninguno sabia que decir.

—Aylin...–

—Hmmm?–

—Te amo.– esas palabras hicieron que el corazón de Aylin latiera deprisa, durante el tiempo que llevaban justos, jamás había escuchado esas palabras. Sonrió ampliamente y le abrazó con fuerza.

—Yo también te amo.– le respondió sintiendo como su abrazo era correspondido. Al separarse y al mirarse frente a frente, unieron sus labios en un beso, beso que poco a poco comenzó a subir su intensidad.

Al cabo de pocos minutos, ambos jóvenes se encontraban desnudos ante el calor de la situación; era claro lo que ocurriría en aquel lugar y ningún gramo de duda existía en sus corazones y en su mente, desnudos uno frente al otro, decidieron entregarse al amor.

Los besos de Camus bajaron lentamente al cuello de su amada, dejando leves marcas sobre este. Susurro levemente palabras de amor tan sinceras como solo él podía ser capaz de articular; besó su piel, acaricio su cuerpo y la trató con el cuidado que solo ella merecía. La penetró lentamente sabiendo que debía ser cuidadoso. Acaricio su rostro, secando un par de lágrimas, le regaló una sonrisa haciéndole saber que todo estaba bien.

—Te amo—

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Creo que hasta aqui le voy a dejar, xd

Tengo poca inspiracion, asi que disculpa si no es lo que esperabas :'v

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