•Aries•

💠•Una mamá para Kiki•💠
♈Mü de Aries♈

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El sol se posaba imponente sobre toda Grecia, sin duda, había sido un día vastante duro para la chica de cabellera (C/c) que en estos momentos se encaminaba de regreso a el templo de Tauro.

Hace aproximadamente un año, ella se había convertido en la alumna del custodio de aquella casa zodiacal, pero debido a que ese día, su maestro tuvo que atender asuntos bastante importantes, había bajado sola al coliseo.

Ahora se encontraba frente a las escaleras para llegar a Aries, y de inmediato sus nervios subieron a tope, pues desde hace ya unos meses atrás, había comenzado a sentir una especie de atracción hacía el custodio de la primer casa... La simple precencia del lemuriano la ponía por completo nerviosa y aunque tratara de disimular, simplemente terminaba metiendo la pata.

Se encontraba en duda sobre si entrar o no a dicha casa, aun sabiendo que el caballero de Aries había salido esa mañana a una misión; inexplicablemente, ella tuvo la sospecha de que ya había regresado.

Comenzó a subir por los escalones hasta encontrarse frente a la gran entrada del templo, dudó nuevamente en dar un paso más, estaba nerviosa, más de lo normal, y es que al no estar acompañada de su maestro, le era demasiado difícil pasar por aquella casa con confianza.

Comenzó a caminar a paso rápido, tratando de no llamar la atención. Quería llegar a la salida lo más rápido posible sin ser vista por el caballero de Aries, pero le fue totalmente imposible, ya que, cuando estaba a punto de salir del templo, él se encontraba recargado en la puerta como si la hubiese estado esperando.

Se sonrojó con el simple hecho de verlo, y sus nervios aumentaron de formas inexplicables, gracias a Zeus y a su mascara, podía disimular a la perfección. —Buenas tardes Mü.– dijo acercándose a la salida.

—Buenas tardes Tn___.– saludó el lemuriano sonriendole con gentileza. —¿Tienes prisa?– preguntó.

—Pues... S-si, mi maestro me está esperando en Tauro y y-ya se me hizo tarde.– respondió con total nerviosismo.

—¿Y desde cuando a Aldebaran le importa la puntualidad?– sonrió un poco burlón ante el nerviosismo de la muchacha, ella siempre le pareció adorable de esa manera, le encantaba verla meter la pata cada que lograba ponerla de nervios.

—Eh? P-pues... Y-yo...– sin duda Mü había logrado lo que quería, la había puesto nerviosa y estaba a punto de meter la pata.

—Jaja! Te vez tan linda cuando te pones nerviosa.– dijo sin pensar, y obviamente al darse cuenta de lo que recién había dicho también se sonrojó.

—...–

—...–

El silencio se hizo presente en el lugar y el ambiente se estaba volviendo cada vez más tenso, por lo que Tn___ finalmente se atrevió a hablar.

—Etto... C-creo que ya debo irme... Mi maestro debe estar preocupado.– apenas había comenzado a caminar, cuando sintió la mano de Mü sujetando la suya.

—Espera, no te vayas.– suplicó.

—P-pero... ¿Y si Aldebaran se molesta?–

—Por eso no te preocupes, yo me encargaré de todo ¿Que dices? ¿T-te quedas c-conmigo?.– ahora era él quien estaba nervioso, incluso comenzaba a tartamudear y a ponerse rojo como tomate.

—E-esta bien.– Mü sonrió dulcemente, jalo levemente de la muñeca de la chica hasta atraerla cerca de él, para luego hacerla prisionera entre sus brazos.

Así pasaron durante unos segundos, hasta que una de las manos de Mü se posó sobre el mentón de la muchacha y comenzó a retirar la máscara que portaba. Ella bajó el rostro evadiendo la mirada del Lemuriano, y es que estaba consciente de la regla principal de las amazonas y no sabía si quería que su rostro fuere visto por él. Aun así Mü no quería quedarse con esa duda que tenía desde el día en que la conoció. ¿Que rostro se esconde bajo la mascara?

Así, el caballero de Aries volvió a tomar el mentón de la muchacha para que le pudiese ver.

Simplemente quedó fascinado al ver su hermoso rostro, siempre supo que era bella, pero jamás imaginó que tanto... Era única, sus hermosos ojos (C/o) lo hipnotizaban y esos lindos labios le invitaban a probarlos. Lentamente se fue acercando a ella hasta que el espacio se hizo nulo y unieron sus labios en un tierno beso.

Para Tn___, era un sueño hecho realidad, siempre se preguntó a que sabrían los hermoso labios del lemuriano y por fin sabia la respuesta.

Aquel momento era especial para ambos, pues Mü también sentía esa atracción hacia la muchacha, y eso había sido desde hace mucho tiempo atrás. Su beso apenas pudo durar unos cuantos segudos y eso a causa de que alguien había llegado de imprevisto.

—Maestro Mü...– era Kiki, quien buscaba al lemuriano, lo que los obligó a separarse completamente sonrojados.

—Aqui estoy Kiki.– respondió y en poco tiempo su pequeño discípulo llegó.

—Maestro Mü, lo he estado buscando, me gustaría...– se detuvo en seco al ver a la joven que aun permanecía al lado de Mü. La inspeccionó con la mirada tratando de reconocerla y no lo hizo hasta que vio la mascara que estaba en las manos de su maestro. —¿Señorita Tn___? ¿Es usted?– preguntó curioso, era la primera vez que le veía sin mascara. La muchacha solo asintió levemente antes la pregunta; Kiki se acercó y la observó detalladamente para comprobar que si era ella. —Wow! Se ve diferente.–

—¿Diferente?– preguntó ella.

—Si... Se ve mas bonita... ¿No es verdad maestro Mü?– preguntó Kiki a su maestro y este solo se sonrojo asintiendo.

—Ah si?... Pues... G-gracias... Etto... Ya debo irme. Adios.– la joven tomó su mascara y retomó su camino hacía Tauro.

—Adiós...– dijo Kiki despidiéndola. —Oiga maestro...– llamó la atención de Mü

—Si?–

—A mi me gustaría que Tn___ se convirtiera en mi mamá.– dijo con toda la inocencia que un niño puede llegar a tener, y esto solo logró que Mü enrojeciera aun más imaginando cómo sería si ella se convirtiera en la joven mamá de el niño.

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Mientras tanto, Tn__ seguía su camino hasta Tauro, iba tan distraída que no se dio cuenta de quien pasaba a su lado. —¿Tn__?– preguntó aquella persona sacándola de sus pensamientos e inmediatamente levantó la mirada para ver de quien se trataba.

—Oh! Camus, eres tu..– dijo sin darle importancia. —¿Que deseas?–

—Solo quiero preguntarte. ¿Por que no traes tu mascara?–

—Eh? O/////O– se había olvidado de ponérsela en cuanto se fue de Aries, por lo que se la volvió a poner rápidamente. —Por Athena... Se me había olvidado... Gracias Camus.–

—No hay de que... Ahora dime– se inclinó un poco para verla mejor, ya que era mas alto que ella. —¿Quien fue?–

—¿A que te refieres?– preguntó nerviosa.

—¿Quien fue el que te ha visto sin la mascara? Claro... Antes de mi.–

—Eh... Pues...–

—Tn___!– se escuchó la voz de Aldebarán.

—Ya voy maestro!..– respondió ella. —Llevo prisa, te veo luego Camus.– se despidió y fue corriendo a atender el llamado de su maestro. —He llegado!– dijo al entrar a Tauro.

—¿Donde has estado? La comida se está enfriando y no llegas para comer... Vamos, apresurate que debo hablar contigo mientras comemos.–

—Claro Maestro.– asintió y siguió a Aldebarán hasta la cocina, donde ambos se sentaron dandoce la espalda, esta idea se le había ocurrido a Aldebarán para poder comer con su alumna sin verle el rostro tras quitarse la mascara.

Mientras comían, Tn___ no pudo evitar su curiosidad y preguntó: —Maestro... ¿De que quería hablar?–

—Primero que nada... Quiero pedirte disculpas por no haber ido contigo a entrenar, y en segunda... Athena me ha dado una misión muy importante.–

—¿Significa que va a ausentarse?–

—Asi es... Por eso quería avisarte, salgo mañana temprano, pero no te preocupes, no vas a estar sola.–

—¿A que se refiere?–

—Le pediré a uno de mis compañeros que cuide de ti.– ese comentario hizo reir levemente a la muchacha.

—Maestro... Yo ya no necesito niñera.–

—Lo sé.– respondió sonriendo. —Pero, necesitas a alguien que guíe tu entrenamiento mientras estoy ausente.–

—Esta bien... Pero... ¿Quien se encargará de mi?–

—Estaba pensando en decirle a Camus, ya que ustedes se llevan muy bien, pero...

—¿Pero...?–

—Seria mucho trabajo para él, así que decidí que fuera Mü.–

—¿Q-que?– preguntó nerviosa.

—Que Mü, será tu maestro durante mi ausencia... Además...– bebió un sorbo de vino. —Te llevas muy bien con su pequeño alumno, eso es importante; Mü ya tiene experiencia como maestro, algo que la mayoría aquí no tienen.– eran buenas razones, por lo que a la joven no le quedaba de otra más que aceptar.

—Ya veo... Siendo así, no importa...– volvió a colocarse la mascara, para luego levantarse y tomar su plato y vaso para lavarlos.

—Tn___– llamó Aldebarán.

—¿Si?–

—Te puedes encargar de lavar mi plato?– sonrió un poco apenado. —Es que debo ir a Aries y no me da tiempo.– se excusó

—Si maestro.– la joven tomó los trastos y prosiguió a lavarlos, mientras tanto, Aldebarán bajó hasta Aries, donde encontró a Mü hablando con su alumno.

—Pido permiso para entrar a tu casa, Mü.–

—Tienes mi permiso Aldebarán–

—Mü, necesito hablar contigo.–

—¿De que se trata?–

—Pues verás... Voy a ir de misión y no quiero que mi alumna pierda entrenamiento, por lo que necesito de alguien que se encargue de eso.–

—Y... ¿Quieres que yo?–

—Si.– asintió el de Tauro. —Quiero que tú te encargues de su entrenamiento.–

—Maestro Mü.– llamó Kiki al pelilila y este lo miró. —Acepte, yo quiero que Tn___ pase tiempo con nosotros.–

—¿Y bien?– preguntó Aldebarán captando nuevamente la atención.

—Si Aldebarán, acepto cuidar a tu alumna.– respondió el lemuriano con una sonrisa. Y el pequeño Kiki comenzó a dar pequeños saltos de emoción.

—Bien... Confio en ti Mü.– sin más, el de Tauro regresó a su templo.

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—Regresaré en tres semanas.– dijo Aldebarán mientras se despedía de su alumna a las afueras del santuario.

—Cuidese mucho maestro.–

—No te preocupes.– le alborotó el cabello. —Regresaré pronto, sano y salvo, por lo mientras, tu has caso a todo lo que te diga Mü ¿Entendiste?– La chica asintió. —Bien... Me voy.– el de Tauro dio media vuelta y emprendió camino. Minutos después, un travieso Kiki, llegó al lado de la muchacha y le llamó para captar su atención.

—Señorita Tn___– la chica volteó a verle. —No se ponga triste por la ausencia de su maestro, el señor Mü y yo la vamos a cuidar.– le tomó la mano y jaló levemente de ella para guiarla hasta Aries.

Todo parecía transcurrir de una manera normal, aunque muy a menudo, Tn___ y Mü no podían evitar ponerse nerviosos por la presencia del otro, por su parte, Kiki estaba más que encantado con la idea de que la muchacha estuviera con ellos, ya se había encariñado demasiado con ella y día con día, se encargaba de hacer todo lo posible para que los dos mayores estuvieran juntos.

Una noche, cuando Tn___ ya se iba hacía el templo de Tauro, Kiki le detuvo. —Tn___, quedate a dormir aquí.– suplicó el niño mirándola con ternura.

—Pero... No quiero incomodarlos.–

—Para nada, ven, dormiras conmigo, pero antes de eso me cuentas un cuento ¿si?– Kiki sin duda sabía convencer muy bien, ya que ella asintió y lo siguió hasta su alcoba.

—¿Que cuento quieres que te cuente?– preguntó ella mientras lo veía meterse en la cama.

—El que tu quieras... Pero... ¿Te puedo pedir un favor?–

—Si, dime.–

—¿Te puedes quitar la mascara?– la chica asintió, y prosiguió a quitársela, no sin antes asegurarse de que nadie más estuviera viendo.

—Listo.–

—Sabes... Eres muy linda, ahora sé por que a mi maestro le gustas tanto.– la chica se quedó sin palabras al escucharlo.

—¿P-por que dices eso Kiki?– preguntó con una sonrisa nerviosa.

—Por que es verdad...– la abrazó. —A mi me gustaría que ustedes dos se enamoraran, así tu serías como mi mamá.– Tn__ se sonrojó al oír al pequeño Kiki, aunque también sintió ternura al saber que el pequeño le había tomado tanto cariño.

De repente, la puerta de la alcoba se abrió de golpe y Mü cayó al suelo de una forma bastante cómica, provocando que Kiki soltara una gran carcajada.

 —¿Estas bien?— preguntó Tn___ acercandoce a él para ayudarlo.

 —Si... Estoy bien...—

—Oiga maestro Mü, ¿Nos estaba espiando?— preguntó Kiki.

—No, no... Solo venia, tropecé con algo y caí— trató de explicar el lemuriano.

—...— Tn___ y Kiki intercambiaron miradas; si alguien no sabia mentir, sin duda ese era Mü.

Sin darle mas importancia al asunto, Tn___ contó un cuento a Kiki y le dejó dormir, ella no iba a quedarse en el templo de Aries, tenia que ir al de Tauro, por lo que dio un beso en la frente de Kiki y salió de la habitación seguida por Mü.

—Crei que te quedarias.— dijo el pelilila.

—Tengo cosas que hacer en Tauro, no puedo quedarme.—

—Ya veo...— 

—Por cierto... ¿Escuchaste nuestra conversación verdad?— preguntó mirandolo y esperando una respuesta.

—Si...— respondio apenado.

—¿Y que opinas de eso?— 

—¿Encerio quieres saber que opino?— Tn___ asintió. Mü sonrió, se acercó a ella y la apricionó en sus brazos. —Opino que serías una exelente mamá para Kiki.— y sin más, unio sus labios con los de ella en un profundo y tierno beso.

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Primer One-Shots.... 

Fue mas largo de lo que yo queria, pero me inspiré xD

Voten, comenten y sigan leyendo :3

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