Borrachera

Era medio día en el santuario y los caballeros habían decidido descansar un poco debido al calor. Pero...

El onceavo guardián no estaba tan relajado como el resto.

Los gemelos llevaban un buen rato tratando de convencer a Camus para que los acompañara a beber y el de cabello aguamarina se negaba rotundamente. Tras intentar diferentes formas de convencerlo, decidieron involucrar a Milo en sus comentarios, obteniendo finalmente un "si" por parte de acuario.

Horas más tarde, los caballeros de las casas de Escorpio, Acuario y Géminis recién regresaban del pueblo. Haber tomado demasiado ahora no parecía una buena idea, y el único "consciente" en ese grupo de borrachos era Milo, porque incluso Camus se había puesto como una cuba.

El escorpión ayudaba a Kanon a subir las escaleras del santuario, el géminis menor lo único que hacía era reír a carcajadas al ver a Camus y Saga subir cada escalón abrazados, tambaleándose de un lado a otro mientras cantaban en francés y griego al mismo tiempo, desentonando, se oía terrible.

Con mucho esfuerzo, llegaron hasta Géminis y entraron a la habitación de los gemelos, en ella habían dos camas, por lo que se sentaron de par en par. Comenzaron a bromear, reír, pero entre chistes y carcajadas, hubo algo que hizo callar al escorpión.

Resulta que los gemelos y el acuario confesaron sus sentimientos, ellos gustaban de Escorpio. Los tres se empujaban burlándose de ellos mismos.

–Milo nunca te querrá, eres muy amargado –dijo Kanon, y Camus frunció el ceño ante su comentario.

–¿Ah sí? No se irá contigo porque tendría que cuidarte todo el tiempo –rio– pareces niño, Milo necesita a alguien maduro.

–No elegirá a ninguno de ustedes dos –interrumpió Saga–, él sabe que yo soy su mejor opción.

–Nosotros tenemos oportunidad, tus dos personalidades acabarán con su increíble y aparentemente inagotable paciencia –habló Kanon.

–Seamos honestos, no importa lo que nosotros creamos, mientras él no diga a quién prefiere.Era cierto, aquí la pregunta era: ¿A quién quería Milo?

Esa cuestión asaltó a los tres caballeros al mismo tiempo. Escorpio simplemente los observaba mientras decían incoherencias, cuando comenzaron a hablar sobre él simplemente siguió la broma riendo tímidamente. Los tres caballeros se pararon frente al octavo guardián, preguntando a coro "¿A quién prefieres?".

Esta vez parecía que hablaban en serio.

Aunque Milo era una persona realmente bromista y extrovertida, sabía que intentar razonar con sus compañeros ebrios era un cuento de nunca acabar. Su mente se llenó de confusión, elegir a uno... quizás no sería una buena idea. Todos tenían una extraordinaria memoria aún en medio de su borrachera, recordarían cualquier cosa que dijera.

Y mientras el escorpio se quebraba a cabeza, Kanon habló con picardía proponiendo que si Milo no les daba una respuesta, los tres lo follarían al mismo tiempo. Aprovechando el aturdimiento del moreno tras su erótica sugerencia, comenzaron a besarlo y desnudarlo. Si este no conseguía pronto una respuesta, terminaría teniendo sexo con sus compañeros.

Pero decidir no era sencillo, los conocía perfectamente, sabía lo orgullosos que eran, si elegía a uno el resto se molestaría y enemistaría con él. Justo en ese momento se sentía la manzana de la discordia, destinado para el amor de su vida oculto entre sus amigos, sintió cómo la frase '¿A quién prefieres?' se grababa sobre su frente. Solo que Milo no tenía a alguien que mediara y eligiera a uno en su lugar, como narraba en la historia.

Al parecer, era preferible hacerlo por una vez y no tener que soportar el rechazo de sus compañeros de armas, confiaba demasiado en ellos, podría con esto. Quizás encontraría placer en medio de la lujuria de sus amigos, algo que le agradara y le hiciera olvidar o creer por un momento que esto era algo bueno para todos. Además, ¿Qué diablos? Ya todos eran adultos.La decisión era obvia, cedería.

En un parpadeo todos los presentes en la recámara de los gemelos estaban totalmente desnudos, besos y gemidos se escuchaban por toda la habitación.

Kanon chupaba los pezones de Milo con notorio deseo, mientras Camus lamía el pene del moreno como si de una paleta se tratase. El géminis mayor no tardó mucho en abrir las piernas del más joven de los presentes y pasó un dedo en entre los glúteos del mismo, con un movimiento lento subía y bajaba la punta de su dígito, antes de introducirlo.

Dificultosamente, la entrada del escorpio permitió el acceso al largo dedo de Saga, algo doloroso para el moreno pero placentero al mismo tiempo. Gracias a los estímulos externos por parte de sus otros compañeros, cuando un segundo y tercer dígito de abrieron paso entre sus entrañas, el dolor desapareció dejando espacio únicamente al placer.

El francés detuvo su labor, metió dos dedos a su cavidad bucal empapándolos de saliva y líquido pre-seminal antes de llevarlos a su parte posterior, intentando dilatarse mientras introducía nuevamente el miembro de Milo en su boca.

Kanon se montó sobre el pecho del octavo guardián, paseando su dedo pulgar sobre el glande mojado, metió su polla en la boca caliente del escorpión. Apoyó sus manos en la cama, comenzando a meter y sacar su miembro con un movimiento de caderas igual al de un bailarín profesional. Los ojos de Milo comenzaron a llenarse de lágrimas cuando sentía cómo el pene del géminis menor chocaba contra el fondo de su garganta, generándole náuseas, sin saber cómo era que lograba mantenerse despierto a pesar del placer por el que atravesaba su cuerpo y la falta de oxígeno.

Rápidamente se convirtieron en cuatro dedos los que penetraban a Milo, lubricados con la saliva del galo y el géminis mayor. El moreno a penas y podía gemir, sus ojos se ponían en blanco constantemente. Las voces de sus compañeros eran distinguibles, susurrando su nombre, casi gritando lo excitante que se estaba tornando todo esto, mientras el calor saturaba cada vez más la habitación.

Milo había llegado al clímax, eyaculó en la boca de Camus quien terminó tragando aquel líquido blanquecino con gusto. El galo se incorporó para limpiar la comisura de sus labios, se montó sobre el pelvis del octavo guardián y comenzó a frotar su propia polla con la de Milo para endurecerla nuevamente. Una vez erecto de nuevo, acuario se introdujo el miembro del moreno.

Kanon sacó su miembro de la boca de Milo y se corrió en la mejilla de este último. Por fin la voz y los gemidos del menor de los presentes retumbó en las paredes, el menor de los Géminis nalgueó al octavo guardián antes de volver a torturar las tetillas erectas de este tomando su miembro para masturbarlo.

Saga sacó su pene de los pantalones y lo frotó en las nalgas de escorpio, le golpeó los glúteos en repetidas ocasiones para que notara la dureza de su erección antes de meterlo por completo en un solo movimiento. Milo no pudo hacer más que enredar sus piernas en las caderas de Saga, gimiendo de nuevo y al mismo tiempo otorgándole permiso al geminiano para moverse. Tanto el géminis mayor como Camus encontraron ritmo de alguna forma, consiguiendo estimular a la perfección la próstata del moreno.

Una ola de placer nubló la mente del octavo guardián, ya no sabía lo que estaba ocurriendo a su alrededor, simplemente sentía un cuerpo saltando sobre su pene y un objeto duro provocarle poner los ojos en blanco. 

La habitación se llenó de fuertes nuevamente. 

Los saltos de Camus ayudaban al mayor para alcanzar el punto dulce del escorpión, el glande de Saga golpeó varias veces aquel sitio haciendo que Escorpio finalmente llegara al segundo climax.

El galo sintió su interior siendo llenado e inmediatamente se corrió en el pecho del otro, Saga eyaculó dentro de Milo y Kanon se masturbó hasta acabar sobre las sábanas. El cuerpo del moreno se volvió un desastre, cubierto del semen de los otros.

Pero ese no fue el final, oh no, al parecer, ser caballeros de alto rendimiento les era útil incluso en ese sentido y además, los dorados tenían tanta ansia de Milo que iniciaron de nuevo, lo harían hasta saciarse.

Nuevamente comenzó el vaivén, pero ahora Kanon había conseguido colarse entre las piernas del escorpión, penetrándolo magistralmente. Saga tomó las muñecas del menor y se montó sobre su pecho, colocó las manos de Milo sobre su cabeza antes de meter su polla en la boca del escorpio, casi asfixiándolo, nuevamente la sensación nauseabunda llenó su cuerpo.

El calor se volvió finalmente insoportable, el vapor salía de las bocas de cada uno de los caballeros en cuando gemían. 

–Maldición, Milo... eres tan sexy... –gimió el mayor de los géminis.

La cama estuvo a punto de romperse por el movimiento realizado, Camus se incorporó para besar a ambos géminis mientras tomaba su propio pene, masturbándose. Saga sacó su enorme erección de la boca del moreno antes de eyacular en el cuello de este, una vez fuera, bajó de su pecho y se dedicó a torturar los pezones de Milo, mordiéndolos, chupándolos hasta dejarlos en un tono rojizo; soltó las muñecas del escorpio y colocó su mano en el cuello del octavo guardián, apretando los costados para generarle una sensación extraña al cuerpo del menor. 

–A este paso vas a matarlo, Saga –murmuró Kanon en tono burlón, sin dejar de penetrar a Milo.

–Cállate, idiota. Si yo tuviera que soportar tu enorme polla dentro mío moriría en el intento, así que ten cuidado con lo que haces.

–Ah... ¿Quieren callarse los dos? –interrumpió Camus, descansando sus exhaustas piernas, pero aún empalando el pene del moreno– De hecho Milo está siendo increíblemente resistente al soportarnos a los tres...

Los tres, e incluso el agotado escorpio rio con ese último comentario por parte del galo. 

Descansaron un momento sin abandonar sus posiciones, antes de continuar cada uno con su respectivo movimiento. Cuando sintieron el clímax llegar, aumentaron la velocidad de las estocadas  y saltos para acabar más pronto. Milo tomó el nuevamente erecto pene de Saga y comenzó a masturbarlo para que se viniera.

Afortunadamente, esta vez eyacularon todos al mismo tiempo.

Cinco fueron las veces que aquel sexo se había extendido, terminando con los caballeros aún con energía para otra ronda, pero decidieron irse a dormir, pues la resaca no les favorecía para el entrenamiento.

Al día siguiente Milo fue el primero en despertarse. Una vez consciente, un intenso olor a sexo inundó sus fosas nasales. El brazo que tenía encima de él lo hizo percatarse de que tenía compañía, Camus dormía a su lado, y entonces recordó todo.

Se levantó con un poco de dificultad, no por dolor u otra cosa, si no que tenía dos cuerpos durmiendo plácidamente sobre su pecho así que los hizo a un lado y bajó de la cama, miró a su alrededor, ya era tarde para ir al entrenamiento.

Se sentó en la cama contraria para meditar. Pensó y pensó... ¿Cómo fue posible que haya cedido? Con sus compañeros, sus hermanos...

Aunque debía admitir que lo había disfrutado.

Y mucho.

El resto de guardianes se despertó algunos momentos después, e inmediatamente se limpiaron y vistieron para ir al entrenamiento si no querían ser regañados por el gruñón de Shion.

Se fueron juntos los cuatro, en un incómodo silencio, honestamente sólo para Milo, porque los otros tres estaban planeando la próxima noche en que harían al escorpión nuevamente suyo.

Si... Claro que habría una próxima vez.



































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