Asesinato
Había estado buscándolo por todas partes, por fin lo encontré.
El hermoso chico Tibetano de cabellos lilas, si no se hubiera metido en problemas ambos podríamos vivir felices. Pero le debía mucho dinero a mi jefe. Debía tomar una decisión rápido, matarlo a él o no hacerlo y echarme la soga al cuello.
Estaba en medio de una fiesta, me acerqué poco a poco, cuando me hallé cerca de él, le llamé.
–¿Tú debes ser Mü, cierto?
-Así es, ¿Quién pregunta?
-Mi nombre es Shaka, ¿Podemos hablar a solas?
-Hum... Pues... No tienes tan mal cuerpo..., está bien.
-¿Qué? -Yo... Creí que era un chico inocente.
-¿Quieres sexo si o no?
-Ah... Claro.
Ese no era mi objetivo en realidad, pero si podría tenerlo, por lo menos un momento, quizás lo haría.
Caminamos por un largo pasillo hasta una habitación, entramos, estaba todo oscuro, no se escuchaba absolutamente nada, sólo nuestras respiraciones.
-Bien... ¿Qué es lo que te gusta? -Su voz interrumpió el silencio.
-¿A... Acerca de qué?
-Ay, no tienes que fingir, ¿Te gusta dar o que te den?
-Eh...
-Espera... ¿Eres virgen? -dijo en un tono burlón.
-Yo...
-Jaja, debí saberlo. Tranquilo, cariño, yo te enseñaré.
Sentí su cuerpo estamparse con el mío y ambos caímos en la cama, él exploraba mi boca con su lengua mientras sus manos se deshacían de mi ropa; acariciaba mi cuerpo haciendo que yo soltara pequeños gemidos. Un pensamiento cruzó mi mente: "Si va a ser la primera y la última vez, seré yo quien disfrute de él", entonces, en un movimiento, ya me encontraba encima de Mü, desgarré sus prendas al mismo tiempo que lamía y mordía su cuello; pronto, ambos estábamos desnudos, él arañaba mi espalda al compás de mis caricias. Comencé a lamer con ansias sus pezones, llevé una de mis manos a su miembro y 4 dedos a su boca para que los chupara; su espalda de arqueaba, era verdaderamente hermoso.
Saqué mis dedos de su boca para luego llevarlos a su entrada, e introduje dos de golpe, el soltó un gran gemido y tiró de las cobijas.
-Va... vamos... deja eso... Necesito tu miembro ahora...
-Pero necesito prepararte... No quiero hacerte doler...
-Nah... olvida eso... ya... ya te quiero dentro d... de mí... ah... ah...
Mi cuerpo simplemente se movió, procedí a introducir mi miembro dentro de Mü, gimió mi nombre tan sensualmente que hizo que mi control se fuera al carajo. Comencé a moverme salvajemente, mordiendo, chupando y besando su cuerpo tan hermoso, tomé su sexo con mi mano y empecé a masturbarlo; lo embestí con la fuerza máxima que me dieron mis piernas. Después de eso, ambos nos corrimos.
-Ah... ah... ah... ¿Te... Te gustó?
-Si... Pero aún no acabo...
-¿Eh?
-¿Creías que sólo con una?, por supuesto que no...
Lo volteé bruscamente y lo puse de rodillas, penetrándolo de nueva cuenta; me movía frenéticamente, podía escuchar cómo la garganta de Mü se desgarraba con cada gemido, con cada grito...
Apretaba las sábanas con mucha dificultad, comencé a masturbar nuevamente su pene, hasta que llegamos al segundo orgasmo.
Lo levanté de la cama, luego lo llevé hasta la pared; sus manos mantenían una pequeña distancia entre el muro y su cuerpo. Mi miembro entró por tercera ocasión, ésta vez con toda mi energía sobrante, pues ya me estaba cansando; el pecho de Mü golpeaba la pared con una gran fuerza, ambos teníamos las manos entrelazadas y colocadas en el muro. Eyaculamos por tercera vez, él lo hizo sin que yo lo tocara.
Salí lentamente de su interior, cansado, Mü se dió media vuelta y me dió un beso tierno en los labios, luego nos dirigimos a la cama y posteriormente nos quedamos dormidos.
La madrugada me sorprendió, me desperté a las 2:36 de la mañana, sabía que tenía algo que hacer, un encargo, era eso o morir yo.
Lo pensé un buen tiempo, llegué a la conclusión de que era mejor que yo lo matara, así podría estar seguro de su paradero; si yo moría no tendría caso, pues luego de acabar conmigo, el jefe mandaría a otro para acabar con él, y mi sacrificio no serviría de nada. La decisión era obvia, lo asesinaría.
Me acerqué a la cama y lo besé por última vez, sus labios tan cálidos, ya no los volvería a tocar, por eso intensifiqué el contacto. Con lágrimas en mis ojos, tomé el arma que llevaba conmigo, apunté directamente hacia su cabeza, y disparé...
N/a: Próxima pareja, elegida por ustedes.
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