Camus de acuario
Son la 7 de mañana, los cálidos rayos del sol comienzan a infiltrarse por mi ventana, deslumbrándome la piel, me niego a abrir los ojos, pero era hora de comenzar el día...
A mi lado una silueta de una presencia femenina reposaba cálidamente dándome la espalda mientras mi mano le sujetaba con firmeza la cintura. Ahora lo recordaba... habíamos pasado por una infinidad de cosas anoche, ella necesitaba un consuelo así que me había quedado a dormir ahí...
Sin embargo por alguna razón que desconocía sentía apego a ella. La observe dormir... se veía tan bella... como una muñeca francesa frágil... una hermosa sonrisa adornaba su cálido rostro, no tenía idea de lo que soñaba pero a juzgar por su sonrisa... seguro era algo maravilloso. Sus cabellos castaños que caían por su espalda como una cascada... estaban revueltos y con delicadeza quité un par de mechones que cubrían sus mejillas.
Observe su silueta por encima de las sabanas y noté que se abrazaba así misma pues en la habitación corría un aire helado y las sabanas no eran lo suficiente para atrapar su calor...
Entonces doblé la parte de la sabana que me cubría a mí, cubriéndola a ella, solo así su rostro se relajó aún más, sumergiéndose en el mundo de los sueños del que parecía jamás despertar
Sonreí para mis adentros, al poder contemplar a aquella bella presencia que a pesar de tener suficiente calor con la sabana, inconscientemente buscaba el mío... y yo internamente quería dárselo... pero el día comenzaría con o sin nosotros
Sin mucho ánimo de querer alejarme de esa infinita comodidad, me levanto de la cama, sintiendo como cada mañana, el deseo de poder quedarme a su lado unos minutos más al despertar.
Posó mis pies descalzos al frio suelo dispuesto a huir silente hacia el sanitario. Sin embargo aquella figura durmiente en mi cama, se gira al sentirme huir y atrapa mi mano. Haciéndome confortarle y no partir.
Inundo mis pupilas azules en ella, brillantes de cansancio y ella me impide alejarme, deteniendo la distancia entre ambos, en un movimiento firme e intentándome hacerme volver, detiene el tiempo, luego improvisa un pequeño pero tierno beso entre ambos... luego toca mi torso, posando su frágil mano cerca de mi corazón y yo sonrió suave ante su gentil tacto al mismo tiempo que le acaricio la mejilla delicadamente, haciéndola soltar un suspiro.
- Buenos días... - susurra la silueta regalándome la más bella sonrisa que jamás había presenciado en mi vida - buenos días amor... Feliz cumpleaños... - musite sonriendo
- Te acordaste... - susurro dejando ver en sus hermosos ojos un par de amenazantes lágrimas que pronto rodarían en su rostro.
- Nunca lo olvidaría amor... - le respondí al mismo tiempo en el que pasaba suavemente mis dedos sobre sus mejillas para limpiar aquellas lágrimas de felicidad, la hermosa silueta se reincorporo sobre sus rodillas con una brillo diferente en sus ojos y con ansias inclino su cabeza mostrando una tristeza al verme levantado, pues de alguna manera ella sabía que esta vez no estaría con ella.
- ¿te tienes que ir... justo en mi cumpleaños?... No te vayas...
- No hoy - niego ante su suplica atrapándole cazador entre mis brazos y cuerpo en un ávido movimiento y le sonrió sintiendo mis largos mechones de cabello rodar por mi espalda provocándome escalofríos. Sé que no quiero abandonar aquel delicioso calor. Pero debo presentarme con mi armadura en el recinto de athena lo más pronto posible.
Valiente, la miro con claridad y apego, detengo mis ojos y respiración para posar fugaz y suave mis delgados labios contra los suyos descubriendo aquel cosquilleo que nace en mí y que jamás creí sentir por una caricia
- regresare... - prometo sin saber si aquello es cierto, pues mi vida como santo de athena es incierto. Tras ello, me deslizo lentamente por la cama y avanzo hacia la ventana buscando aquella jarra de agua en el mueble contiguo. Sirvo un poco y sorbo despacio mientras pierdo mi mirada en aquella ventana que da vista hacia los demás templos...
Pronto escucho los pasos de aquella dama... deslizarse por el mármol y rodean delicadamente mi silueta, Sonrió estremecido, soltando aquel vaso entre mis labios y atrapo a la chica en mis brazos notando aquel anhelo por mi abrazo en su mirada y siento millones de mariposas revolotear y mi cuerpo arder al tenerla de aquella manera.
Desato una de mis manos de su cuerpo y sujeto su fino rostro con delicadeza, comprendiendo como aquella mirada atraviesa mi alma en sus deseos de que no parta... - volveré...
- lo sé... confío en ti - musito y entonces fusiono una vez más mis labios con los suyos en un beso sumamente íntimo y en aquel beso ella se aparta dejando irme a cumplir con mi deber... - he preparado algo para ti... esta sobre la mesa en el comedor... - le digo y ella emocionada sale en busca del dichoso "regalo" para después encontrar una bandeja de plata y en ella su desayuno favorito junto a una rosa roja y una cajita color rojo adornado con listón dorado. Ella con curiosidad toma la pequeña caja entre sus manos y lo habré... ella suelta un par de lágrimas regresando a nuestra habitación con rapidez... descubriendo que yo ya me he ido... ella registra la habitación pero no me encuentra ya que yo había salido por la ventana escondiéndome en el techo, escuchándola gritar - Si... quiero... si quiero.. Te amo... por favor cumple tu promesa y vuelve... Camus...- aquellas palabras me estremecen queriendo volver a sus brazos... pero desde que la había conocido, yo había tomado una actitud egoísta... pues quería mantener a salvo este mundo para ella... - Volveré... - susurro y sonrío para mis adentros, disponiéndome a partir, al recinto de athena...
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