one shot #1 - parte 2 (Saga x OC)

La joven caminaba con tristeza hasta llegar a la parada del autobús, allí dejo su maleta y se sentó sobre ella para esperar, mientras tanto sus pensamientos divagan y se encuentra pensando en el, para esta hora ya debió haber leído la carta, en el fondo de su corazón ella tenía la esperanza de que al leerla el saliera corriendo tras ella como en cualquier película romántica pero al pasar de los minutos esa esperanza moría, pasaron exactamente 30 minutos y ella ve el autobús doblar la esquina, sin ya más esperanzas se pone de pie y espera a que se detenga para luego subir y partir de allí.

Saga si pensó en salir tras ella, hasta alcanzo a ponerse sus zapatos y una chaqueta para el frío pero luego al estar con su mano en el picaporte de la puerta dudo, y decidió no hacerlo, por más dolorosas que fueran las palabras de ella...tal vez tenía razón y tal vez  el no estaba enamorado de ella, así que decidió dejarle ir, solo esperaba que algún día ella pudiera perdonarlo por haber sido un completo idiota.

Ella bajo del autobús en la última parada, su hogar quedaba un poco alejado, en un barrio no muy elegante pero eso a ella poco le importaba, ella entra y va a su habitación pasando por los cuartos de sus hermanos los cuales se encontraban profundamente dormidos, ella sonríe un poco al verlos así, al llegar a su habitación ella deja su maleta y busca de inmediato su libreta en su mesita de noche, debe buscar un nuevo empleo y pronto, sus gastos no le permiten estar sin empleo un solo día, y ya había perdido varios teniendo en cuenta que no le iba a cobrar a Saga por los días que estuvo con el, ella suspira mientras comienza a buscar entre sus contactos alguien que pudiera ofrecerle trabajo, de inmediato comienza a hacer llamadas.

Había pasado ya una semana y media desde aquel día y ella tenía una entrevista de trabajo, llegó a una gran casa donde vivía una amable señora de mediana edad, era viuda y necesitaba ayuda con las labores de su casa, a la mujer le encantó su hoja de vida y le gustaba la actitud sonriente y emprendedora de la joven por lo cual la contrato, ella estaba encantada y de inmediato comenzó con sus labores, al siguiente día había traído ya sus cosas para instalarse en la habitación del servicio.

Así pasaron los días y ya había pasado un mes desde que estaba trabajando en aquella casa, todo iba bien si podría decirse así, pero en las noches no hubo una sola donde ella no pensara en el, en Saga, en sus ojos, en sus labios, en como sus manos se sentían en su piel y allí se encontraba ella llorando de nuevo por ese idiota, no podía evitarlo pero quería superarlo y olvidarlo, solo eso le pedía a su vida.

Al siguiente día, como todos los días, se levantó, se dió un baño y sonrió frente al espejo para luego comenzar con sus labores, su patrona le había dicho que tendría un desayuno con una de sus mejores amigas por lo que ella debía preparar todo temprano, en pocas horas todo estaba listo para un rico desayuno en el jardín. Ella termina los últimos detalles y escucha el timbre.

—yo abro linda -dice su jefe a lo que ella asiente y se queda de pie al lado de la mesa esperando para atender a la invitada.

La mujer saluda efusivamente a otra mujer de aproximadamente la misma edad para luego entrar las dos a la casa y posteriormente a el jardín, sin embargo ella se queda fría al ver de quién se trataba, era la madre de el, la madre de Saga, ella por su parte también se queda sorprendida de verla y menciona su nombre en un susurro a lo que la joven simplemente puede asentir.

—yo...Saga me dijo que habían terminado pero jamás me dijo que tú eras... -dice sorprendida
—Ahm si...señora creo que es justo que usted sepa la verdad, yo era la sirvienta del señor Saga, el me pidió el favor de aparentar que era su novia con usted y pues...-baja la mirada —yo me enamore de él y crei que el también pero fue un error así que ahora estoy aquí, prometo no volver a molestarlos jamás -dice ahora conteniendo sus lágrimas.

La madre de Saga de inmediato se acerca y la atrapa en un cálido abrazo —mi niña, mi hijo es un idiota... Pero no te preocupes, todo estará bien si? -dice a lo que la joven asiente dejando salir las lágrimas que estaba tratando de retener.

Ese mismo día en la tarde Saga estaba a punto de salir del trabajo, era tarde pero ya no le importaba salir temprano del trabajo como antes, sonríe ante el recuerdo de escaparse unas horas antes de su oficina y conducir hasta su casa para encontrarla a ella sentada en el jardin, recuerda ir y cubrir sus ojos para luego besar su mejilla,  como ella sonreia y se daba vuelta para abrazarlo fuerte y besar sus labios, esos labios...como los extrañaba, el ojiverde suspira y niega mientras termina de alistar sus cosas para ir a su casa vacía pero un golpe en la puerta lo detiene.

—Pase -dice en voz sería y fuerte mientras guarda su celular en su bolsillo para luego levantar la mirada y ver a su madre —hola mamá, que te trae por aquí? Ya iba de salida -dice mientras se acerca y besa a su madre en la mejilla.
—Necesitaba hablar contigo Saga -dice ella en un tono serio
—eh...y no podía esperar? -dice el frunciendo el ceño
—de hecho no...sabes...hoy me encontré con tu ex novia -dice aún con el mismo tono
—hmm a cuál de todas? -pregunta con una sonrisa ladina.

Su madre lo mira sería a lo que la sonrisa de el se desvanece

—tu sabes a cuál...me enteré de todo...esa pobre chica...¿Por qué le hiciste eso Saga? Por qué la ilusionaste y luego... Así no te criamos tu padre y yo -dice bastante molesta

Saga suspira y voltea la mirada —yo no tuve la culpa...yo le dije que lo nuestro era para aparentar contigo y con papá...yo nunca le prometí nada más, no es mi culpa que ella se haya enamorado... -dice encogiéndose de hombros

Su madre se acerca y le da una cachetada en la mejilla a lo que el lleva su mano a su ahora enrojecida piel y la mira con ojos sorprendidos —que te pasa mamá!

—esa muchacha es la persona más dulce e inocente que he conocido, y te ama sinceramente, aún a pesar de todo lo que le hiciste aún te ama...pero tú...tú no la mereces...me decepcionas Saga...no te imaginas cuánto -dice su madre soltando una lágrima para luego salir de allí

El observa como ella se va y gruñe algo molesto, sus palabras se repiten en su cabeza "no la mereces", el bufa rodando los ojos —ella no me merece a mí... -dice arrogante y orgulloso mientras toma sus llaves y sale de allí.

Todo el camino pensó en su madre y en aquella joven, se moría de curiosidad de saber de ella, donde la había encontrado, que estaba haciendo, ¿Era aún tan hermosa como cuando el la dejo ir de su casa? Dios...la extrañaba muchísimo, pero por qué no lo podía aceptar?

Saga comienza a recordar esas tardes donde veían películas, riendo por cualquier cosa hasta que su estómago dolía, recuerda nadar en la piscina con ella, recuerda las mejillas sonrojadas de la chica al verlo sin camisa, le parecía adorable, recuerda su voz nerviosa y sus manos temblorosas que tocaban su piel mientras el la hacía suya por primera vez, recuerda sus labios...el olor de su cabello, la suavidad de su piel...

El sonríe ante los recuerdos pero luego frunce el ceño, recuerda sus lágrimas, sus ojos brillosos y sus labios temblorosos por los sollozos que soltaba, y siente un golpe en el pecho al recordar que el era el causante.

El llega a su casa, ahora oscura y vacía, ya no le gustaba mucho estar ahí, solo llegaba a dormir, a cada lugar que mirara había allí un recuerdo de ella y eso lo atormentaba.

El ojiverde sube a su habitación y se quita su chaqueta, la cuelga en el closet y después de quitarse los zapatos, se recuesta en su cama, toma su teléfono y mira entre las fotos, tenía muchas de los viajes que había hecho y de los lugares que había visitado, pero había una carpeta escondida en lo más profundo de su teléfono, la ocultaba bajo un nombre de trabajo por vergüenza a que alguno de sus amigos viera las fotos que allí guardaba. El tomo una bocanada de aire y suspiro, abrió la carpeta y varias fotos se abrieron mostrándole de nuevo ese rostro.

Eran fotos de ella y de el, habían fotos en su jardín, algunas de un paseo que tomaron una vez, había una de el besando su mejilla, ella sonreia ampliamente en esa foto, luego estaban las fotos de ella sola, las que el tomaba cuando ella no lo notaba ya que ella siempre decía "no me tomes fotos, salgo horrible siempre", el sonríe al recordar su voz y el pequeño puchero que hacía al decir esas palabras, recuerda como el se acercaba y besaba sus labios y le repetía al oído lo hermosa que era.

El observó las fotos, en especial una, ella estaba sentada en el sofá de la casa observando por la ventana, una pequeña sonrisa en sus labios y su cabello caía como cascada sobre sus hombros, era bellísima... El la observa por unos minutos y suspira, sale de allí y marca el número de su madre.

—que quieres Saga? -contesta su madre bastante molesta aún
—Mama...donde te encontraste con ella? Está trabajando? Está bien? -pregunta el sin importarle mucho ahora el regaño de su madre.
—¿Para que quieres saber eso Saga? -le pregunta ella a lo que el suspira pasando una mano por su rostro.
—Solo quiero saber...-dice el en voz baja
—ella está trabajando en casa de mi mejor amiga...Sonia, ¿la recuerdas? -dice ella
—claro que la recuerdo, la tía Sonia -sonrie un poco.
—ella misma...la jovencita trabaja ahora para ella y está bien...supongo -dice su madre con pesadez —oye...¿De verdad no sentías nada por ella? Por qué decidiste que debías aparentar con nosotros...

El joven suspira mientras se sienta en su cama —por que ustedes no dejaban de presionarme...diciendo que debía madurar y estar con solo una mujer, que no estaba bien andar de cama en cama con una chica diferente cada vez, le pedí el favor a ella por qué parecía el tipo de chica que a ustedes les gustaría, sería, amable, tierna e inocente... -dice el mirando el suelo mientras hablaba, escucha el suspiro de su madre a través del teléfono.
—no tenías que hacer eso...eso te lo decíamos por tu bien pero yo sabía que tú mismo te darías cuenta en algún momento que debías cambiar...no tenías que engañar a esa jovencita en el proceso...sabes ella me contó algunas cosas...tú me dijiste que nunca le prometiste nada más...pero ella me dice algo diferente...

El frunce el ceño y levanta la mirada para ver la ventana —yo...fui un idiota...yo le dije que la amaba...que me había enamorado de ella... Mamá, soy hombre...ella era muy hermosa...quería llevármela a la cama...y lo hice...aunque después ya no era solo eso...seguí con la mentira...por qué me gustaba tenerla cerca, me gustaba besarla cuando se me antojara y me gustaba verla sonreír... luego llegó el día de la dichosa fiesta...y no pude...ella era mi sirvienta, mi empleada...yo no podía darme el lujo de arriesgar mi reputación para estar con alguien como ella...así que hice lo que cualquiera haría...la trate como mi empleada y ella...ella simplemente siguió haciendo su trabajo...dios mamá...¿Soy una mala persona? -pregunta con lágrimas en sus ojos, le estaba abriendo el corazón a su madre como siempre lo hacía, su mamá lo escucho atentamente.

—Cariño...no eres una mala persona... simplemente cometes errores como todos los seres humanos, pero lo importante es aprender de ellos...yo sé que si hablas con ella y te disculpas, te sentirás mejor y podrás seguir con tu vida al igual que ella... -dice mientras le habla suavemente

Saga asiente —tal vez tengas razón...debo disculparme... Gracias mamá...y perdón -dice a lo que ella se despide amorosamente y cuelga el teléfono.

El se recuesta de nuevo en la cama y cierra sus ojos, sabe que debe disculparse pero no sabe cómo hacerlo.

Pasan varios meses más, la joven sigue trabajando para la señora Sonia pero había decidido comenzar a estudiar, estaba tomando algunas clases en la Universidad local y ahora estaba saliendo con alguien, era un chico tierno y adorable, un chico que no temía presentarla con sus amigos y que no le avergonzaba salir con ella tomada de la mano, besarla en frente de todos y repetirle cuanto la amaba en cuánta oportunidad tuviera.

Ella se sentía feliz con el, se sentía amada y apreciada pero sin embargo, en las noches se encontraba pensando de nuevo en Saga, ella negaba y daba vueltas en su cama tratando de borrarlo de su cabeza y de su corazón pero el joven ojiverde se había metido tan profundo en su corazón que por más de que lo intentará no podía lograrlo.

Saga por su parte no había tomado el valor para disculparse, no había Sido capaz de intentar contactarla pero eso no significaba que no pensara en ella todos los días, se había vuelto un hombre solitario y algo amargado, ya no salía con chicas ni con sus amigos, simplemente iba del trabajo a casa y de casa al trabajo, sin embargo un día decidió desviarse de su camino, necesitaba verla...

La joven estaba barriendo la sala de la casa de su patrona mientras tarareaba una cancion, sin embargo el timbre la saco de sus pensamientos y ella dejó la escoba a un lado y se arregló el uniforme para ir a abrir con una sonrisa, sin embargo su sonrisa se desvaneció al verlo a el allí.

El estaba vestido con un pantalón oscuro y una camisa blanca, las mangas dobladas en sus antebrazos y un botón desabrochado en su cuello le daban un toque informal pero a la vez tan elegante y atractivo, su rostro la observaba fijamente, inexpresivo y con ojos brillantes.

Ella lo observa por unos segundos para luego abrir más la puerta y hacerse a un lado
—Joven Saga, bienvenido, pase -dice rogando para que no notará los nervios en su voz —llamare a la señora Sonia y le avisaré que usted está aquí -dice disponiéndose a irse pero el la toma del brazo suavemente impidiendo que se fuera.

—No vine a verla a ella...-dice el ojiverde mientras una pequeña sonrisa aparece en sus labios al ver el sonrojo en las mejillas de la joven, como la había extrañado...

Ella se suelta de su agarre y lo observa
—Entonces...a que ha venido... -pregunta jugando con sus dedos algo nerviosa de tenerlo cerca de nuevo, todas sus emociones vuelven de golpe y siente que no podrá aparentar una postura tranquila por mucho tiempo.

—Vine a... -el se queda de repente sin palabras, a que había venido? Ni el lo sabía muy bien, solo sabía que al verla de nuevo sintió su corazón latir con rapidez y sintió de nuevo esa calidez en su interior al tocar su piel, el la observa, se veía tan tierna en su uniforme, su cabello agarrado en una coleta alta pero tenía algunos mechones que caían en su rostro, su piel suave pero sonrojada y sus labios rosados...eran tan tentadores, pero lo que más lo atraía eran sus ojos, grandes y expectantes que lo observaban atentamente esperando su respuesta.

—yo...yo vine a ...darle una razón de mi mamá a Sonia -miente, ¡Soy un maldito cobarde! Dice para si mismo, se maldice al ver la decepción en los ojos de la joven, aunque ella trata de esconderlo.

Ella suspira y sonríe tratando de ocultar el pinchazo en su corazón ¿Cómo podía ser tan estúpida de pensar que el iba a ir a buscarla a ella?, Eso sólo pasa en sus más locos sueños...el no la quiere y jamás lo hará...

—Claro...ya la llamo, siga y siéntese, le traeré algo de tomar -dice ella sin observarlo para luego irse rápidamente a la cocina, se limpia una lágrima que sale de sus ojos y sirve un vaso de jugo y se lo lleva.
—Es su favorito...espero lo disfrute, ya en unos minutos viene la señora a atenderlo, con permiso -dice ella haciendo una pequeña reverencia.

El la observa y deja el vaso a un lado en la mesa, rápidamente se levanta y se acerca a ella tomándola por la cintura a lo que ella se sorprende y se sonroja al máximo mientras lo ve a los ojos, el por su parte sube su mano y aparta los mechones de cabello del rostro de ella para luego acariciar su mejilla pasando su pulgar por su labio inferior.

—Saga... digo...señor...digo Joven...-dice ella tropezandose con sus palabras mientras siente su corazón latir rápidamente, el olor de su colonia combinado con el calor de su piel tan cerca de la suya, la estaban sumergiendo en un mar de sensaciones del cual no sabía cómo escapar.

El sonríe y ríe un poco al escucharla, era adorable, con su mano aún en la cintura de ella la abraza atrayendola aún más a el, juntando sus cuerpos sin dejar espacio entre ellos, su otra mano continua su recorrido por su rostro, bajando por su cuello delicadamente, el sonríe de lado al sentir la piel de ella erizarse ante su toque.

La joven siente escalofríos al sentirse de nuevo tan cerca a el, sabe que es incorrecto y que debe ser fuerte, no debe caer en su trampa de nuevo pero no puede evitar verse envuelta de nuevo en ese trance que solo el causaba.

El lentamente baja su rostro para rosar la nariz de ella con sus labios para luego bajar y rosar sus labios con los suyos, siente como ella toma un respiro, el siente electricidad recorrer su espalda al sentir sus labios después  de tanto tiempo, sus recuerdos no le hacían el honor suficiente a aquella sensacion, se sentía de nuevo feliz y pleno, decide aventurarse y juntar sus labios en un acalorado beso que ella corresponde casi de inmediato...sin embargo ella se aparta abruptamente al escuchar la voz de su patrona quien se acercaba, ella lo observa sonrojada y sale corriendo de allí dejándolo confundido y algo decepcionado.

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Bueno acá está la segunda parte...algo larga jajaja y de hecho habrá una tercera parte...espero les guste

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