Brown X speakerwoman (Por Chat gpt)
Okey,empezaré esto con una historia de chat gpt por qué,bueno me apetecía okey? Veamos que tiene para ofrecernos...
Título: "Voces y Lentes"
I. Despertar en la soledad
Brown Cameraman abrió sus lentes, sintiendo el frío vacío que lo rodeaba. La última batalla había terminado en caos. Las unidades de los Cameramen se habían retirado, dejándolo atrás en medio del campo de batalla. Las cenizas de la destrucción danzaban en el aire, mezcladas con el olor a metal quemado y pólvora. Brown se apoyó en un muro semiderruido, revisando rápidamente su sistema. Su lente principal estaba dañado, las transmisiones con la base eran imposibles, y el ruido constante de los Skibidi Toilets resonaba a lo lejos.
Sabía lo que eso significaba: estaba solo.
Con esfuerzo, se levantó. Mientras caminaba entre los escombros, se obligó a no pensar en la traición. Era una guerra, y cada unidad tomaba decisiones difíciles. Pero el vacío en su pecho era inevitable. Había dado tanto por ellos, y aun así, lo habían considerado prescindible.
Fue entonces cuando una suave vibración en el suelo lo alertó. Se giró, preparado para enfrentarse a un enemigo, pero lo que encontró fue algo inesperado: Speakerwoman.
II. Un inesperado rescate
La figura alta y elegante de Speakerwoman apareció entre las sombras. Sus parlantes, imponentes y brillantes, emitían un suave zumbido mientras ella lo observaba. Brown levantó su brazo en señal de defensa, pero ella no mostró señales de ataque.
—No esperaba encontrarte aquí, Brown Cameraman —dijo ella, su voz modulada y grave, pero con un matiz que él no pudo descifrar.
—Tampoco esperaba que alguien viniera —respondió él, con un toque de amargura.
Speakerwoman inclinó ligeramente la cabeza. Su postura siempre había sido intimidante, pero ahora parecía casi... curiosa.
—Tus camaradas te dejaron. ¿Por qué sigues luchando por ellos?
Brown dudó. Era una pregunta que él mismo no quería responder.
—No lucho por ellos —contestó al final, enderezándose—. Lucho porque no sé hacer otra cosa.
Speakerwoman pareció considerar sus palabras. Luego dio un paso hacia él.
—Estás dañado. No sobrevivirás mucho tiempo solo.
Antes de que él pudiera responder, ella extendió una mano metálica. Brown dudó, pero al final aceptó. Era mejor tener compañía, aunque fuera de una supuesta enemiga.
III. Un pacto incómodo
Juntos, comenzaron a moverse a través de las ruinas. Speakerwoman tenía un conocimiento impresionante del terreno, esquivando patrullas enemigas y encontrando rutas seguras. Aunque su compañía al principio era tensa, poco a poco Brown comenzó a notar algo en ella. Speakerwoman no era tan fría como parecía.
Una noche, mientras descansaban en una fábrica abandonada, Brown decidió romper el silencio.
—¿Por qué me ayudas? —preguntó directamente.
Speakerwoman lo miró, sus parlantes girando suavemente como si procesara sus pensamientos.
—Eras un enemigo valiente. Abandonarte sería una pérdida innecesaria. Además... —dudó un segundo—. También estoy sola en esto.
Brown se sorprendió. Nunca había considerado que las unidades Speaker pudieran sentirse solas.
—¿Qué pasó con tu grupo?
—Fueron destruidos en un ataque. Desde entonces, he seguido mi propio camino.
Sus palabras resonaron en Brown. En ese momento, se dio cuenta de que, a pesar de estar en bandos opuestos, compartían algo en común: ambos habían sido abandonados.
IV. Un vínculo inesperado
Con el paso de los días, la relación entre ambos cambió. Speakerwoman comenzó a mostrarse más abierta, y Brown descubrió que detrás de su exterior imponente había alguien profundamente analítico y, a veces, hasta sarcástico.
En una ocasión, mientras exploraban una ciudad en ruinas, encontraron una pequeña horda de Skibidi Toilets. Trabajando juntos, lograron eliminarlos. Brown no pudo evitar admirar la precisión de Speakerwoman en combate.
—Eres bastante buena en esto —comentó, intentando aligerar el ambiente.
Ella giró sus parlantes hacia él.
—¿Eso es un cumplido, Cameraman?
—Tómalo como quieras.
Speakerwoman soltó un sonido que podría haber sido una risa. Fue la primera vez que Brown escuchó algo parecido de ella.
Esa noche, mientras se resguardaban en un edificio semiderruido, Speakerwoman le contó más sobre su pasado. Había sido diseñada para liderar tropas y su programación original le impedía dudar. Sin embargo, con el tiempo, había desarrollado una conciencia propia, cuestionando las órdenes que recibía.
—No somos tan diferentes como crees —dijo ella al final.
Brown la miró. Por primera vez en mucho tiempo, sintió algo parecido a la esperanza.
V. Más allá del deber
El vínculo entre ambos se fortaleció con cada día que pasaban juntos. En una misión para recuperar recursos, se encontraron atrapados en una emboscada. Brown fue gravemente herido, y Speakerwoman, en un acto de desesperación, usó parte de su propia energía para estabilizarlo.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó él, débilmente, mientras ella trabajaba para repararlo.
Speakerwoman no respondió de inmediato.
—No podía perderte —admitió finalmente, su voz apenas audible.
Brown sintió que algo en su sistema se agitaba. Era una sensación que no podía identificar, pero que lo hacía sentir más vivo.
VI. El momento decisivo
La guerra no se detenía, y eventualmente, ambos sabían que tendrían que enfrentarse a sus respectivos bandos. Sin embargo, decidieron mantenerse juntos, al menos hasta encontrar una solución.
En una batalla final contra una nueva amenaza de los Skibidi Toilets, Brown y Speakerwoman lideraron un pequeño grupo de sobrevivientes. Lucharon codo a codo, demostrando que, a pesar de sus diferencias, eran un equipo formidable.
Al final de la batalla, cuando todo parecía perdido, Speakerwoman sacrificó parte de sus sistemas para activar un arma que eliminó a los enemigos. Brown la sostuvo mientras ella se apagaba lentamente.
—No me dejes... —susurró él.
—Nunca estuve realmente sola contigo, Brown —fueron sus últimas palabras antes de que su sistema se apagara.
VII. Un nuevo comienzo
Con el tiempo, Brown logró restaurar a Speakerwoman, usando tecnología recuperada de las batallas. Cuando ella volvió a activarse, lo primero que vio fue a él, esperándola pacientemente.
—¿Creías que iba a dejarte sola? —preguntó con una sonrisa en su voz.
Speakerwoman lo miró, y aunque no podía sonreír, Brown sintió que lo hacía.
Desde ese día, dejaron de luchar por bandos y empezaron a luchar por algo más grande: un futuro donde no fueran enemigos, sino aliados. Un futuro donde sus diferencias los unieran en lugar de separarlos.
Y, aunque la guerra continuaba, ellos encontraron algo que los mantuvo fuertes: el uno al otro.
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