Did you have your fun?
Título: Did you have your fun?
Parte: 2 de 2.
Serie: A game.
Te sentías destrozada, quién diría que una de las mejores agentes de S.H.I.E.L.D. se encerraría en su habitación sin hacer contacto con ninguna otra persona por alrededor de un mes; a veces solías salir en las noches, cuando te asegurabas que todos estuvieran durmiendo, ibas con paso sigiloso y mirabas a los alrededores.
Desde aquel momento habías querido huir de todo, eso te ganabas por querer ayudar a alguien que nunca pidió ayuda, te sentías terrible, como si hubieras sido cualquier basura, después de ser usada y luego derrochada sin más preámbulo, inservible.
Cómo esperar que alguien cambiara de la noche a la mañana, tonterías, había sido una estupidez de muchas antes cometidas por ti, pero sin duda esta había sido la más grande.
Rota, vacía, sin nada, sin sentido; observaba su mano, y la cerraba formando en un puño, justamente con la que le había golpeado en la mejilla derecha, aún sentía el impacto en sus nudillos, cerraba sus dedos en su palma hasta que se encajaba las uñas en ésta, volvías a romper en llanto, no estaba enojada con él, no más de lo que estaba enojada con ella misma por creerle aquellas mentiras.
En una de las noches que solías salir de tu habitación y ver lo que pasaba mientras todos se encontraban en los brazos de Morfeo, vagando por todo el lugar que alguna vez habías sentido como tu verdadero hogar; te aferraste aún más al bolso que descansaba en tu hombro izquierdo, observaste la nota entre tus manos, volviste entre tus pasos, con movimientos torpes y dando tropezones, llegaste de nuevo al pasillo donde estaban las puertas de todas las habitaciones del equipo, paraste en su puerta, te inclinaste y dejaste que la nota resbalara de tus manos para pasar por un pequeño y estrecho espacio pasando así dentro de la habitación; sentías una mirada en tu espalda, no volteaste en ningún momento, te levantaste y diste la vuelta, esperando que simplemente te dejar seguir con tu camino, el sujeto carraspeo y atrajo tu atención, le miraste.
— ¿Qué haces? —pregunto mirándote con los brazos cruzados.
— Tony, no es nada. —dijiste abrazándote a ti misma, sentías la mirada pesada del mayor en ti; solo querías irte de ahí lo más pronto posible.
— ¿Te irás? —soltó sin rodeos, te encogiste de hombros.
— No puedo seguir aquí, no después de lo que pasó, fui una idiota. —respondiste cabizbaja, una lágrima resbaló por tu mejilla, sentiste los brazos del millonario rodearte con cariño, estrechándote contra su torso, cara izando tu cabello mientras llorabas en su pecho.
— Necesitarás un lugar en dónde estar, puedo conseguirte uno, ahí estarás bien. —dijo protectoramente, te separaste de él y negaste con la cabeza.
— No es necesario, ya tengo todo listo, aún así gracias. —Le sonreíste y volviste a abrazarle.— Gracias Tony, después de todo si tienes corazón. —le escuchaste reír.
— ¿A dónde irás? —dijo sujetándote ambos brazos.— ¿Qué es lo que harás?
— Me iré a un lugar donde no me pueda encontrar, donde pueda sanar y sentirme como en casa.
— No quisiera dejarte ir, pero no serviría de nada tenerte encerrada en tu habitación, pero, si alguna vez necesitas ayuda sabes dónde encontrarme, espero que llames alguna vez. —sonrió.
— Lo haré. —respondiste regalándole un pequeña sonrisa.
Dejaste el lugar sin que nadie más que Tony se enterara que te ibas, a la mañana siguiente ya estabas lo bastante lejos como para que alguno pudiera encontrarte, habías dejado tu antiguo teléfono, todo lo que dejara cualquier rastro tuyo había sido eliminado por ti, tu identidad de agente, la abandonaste y volviste a retomar tu vida normal, tu viejo yo, el antes de entrar a S.H.I.E.L.D.
Cuando todos despertaron empezaron su día como lo harían normalmente, hasta que cada uno de ellos cayó en cuenta de que la puerta de tu habitación estaba abierta, muchas de tus cosas tampoco estaban, se preocuparon. Pietro se despertó por los murmullos que se escuchaban en el pasillo, pasó una mano por su cabello, y sin ponerse los zapatos abrió la puerta de su cuarto, sintió algo pegarse a la planta de su pie, levantó éste y quito el papel que se le había pegado, vio que tenía algo escrito en él.
¿Ya tuviste tu diversión?
No tuvo que preguntárselo dos veces, definitivamente el remitente de aquella nota habías sido tú, no le tomó mucha importancia y salió a ver el porqué de tanta conmoción allá afuera.
— ¿Qué les pasa a todos? —dijo aún tallando sus ojos adormilado.
— Se ha ido, por tu culpa se ha ido. —escucho a alguien susurrar.
— ¿Qué? —pregunto sin entender de qué hablaban; observó el lugar, vio la puerta abierta de una habitación, vago entre ella, hasta que supo que era la tuya, miro los rostros de cada uno de los presentes, le miraban mal, incluso su hermana, nunca la había visto que le dirigiera una mirada tan fría, le dolió, Wanda no le hubiera mirado así si no fuera el asco de persona que era; de alguna forma le hizo darse cuenta de sus actos, era un idiota en todo el sentido de la palabra.
— Buen trabajo muchacho. —dijo Clint sarcásticamente mientras le palmeaba el hombro.
— Wanda yo... —dijo tratando de que su hermana le mirase.
— No digas nada Pietro, no quiero escucharte; ella no merecía que la trataras así. —dijo cortando todo lo que él platinado pudiera decirle.
Estaba solo, nadie le daría otra oportunidad hiciera lo que hiciera, la persona que había estado dispuesta a ayudarle a toda costa se marchó, por su culpa, la había lastimado, roto en pequeños pedazos, y no sólo a ella sino a otras muchas, y ahora pensaba, todo esto había tenido que pasar para que se diera cuenta del gran imbécil en el que se había convertido.
Buscarla era una opción, pero acaso ella estaría dispuesta a escucharle, a aceptar sus disculpas, tan siquiera se dejaría ver, no lo creía, pero había decidido intentarlo, si ella no quería lo aceptaría él era el causante de todo aquello. Los primeros meses buscándole habían sido un fracaso, como encontrarle si nos había dejado ningún rastro, estaba desaparecida, toda información acerca de ella se había esfumado.
Algunos años después, cuando pensó que nunca la volvería a ver, la vio sentada en una cafetería de Londres, un niño de alrededor de cuatro años descansaba en su regazo, ella reía, volvía a sonreír, parecía como si fuera un espejismo lo que veía, no podía creerlo, sin pensarlo corrió hacia ella, puede que no fuera a tener una buena reacción, pero tenía que decirle que sentía lo que había hecho.
— (T/n) —dijo aún sin creer que estaba frente a ella. La nombrada levanto su vista y le observó con sorpresa.
— Uh, Pietro, ¿qué haces aquí? —dijiste conmocionada.
Rasco su nuca, estaba un poco nervioso.— Los chicos, yo, estamos en una misión, ya sabes cómo es eso. —te miro. No le respondiste, qué se suponía que tenias que decirle.— Yo, ¿puedo tomar asiento? —asentiste lentamente mientras le mirabas sentarse.— No sé cómo decir esto, quiero decir, me comporté como un idiota, estaba ciego, realmente e lo siento, no debí hacer aquello; después de que te fuiste me dediqué a buscarte, pero no podía esperar menos de una de las mejores agentes, no dejaste ni el más mínimo rastro, pero aquí estás, ¿crees que puedas perdonarme?
— Te perdono, —dijiste sorprendiéndole.— eso ya ha quedado en el pasado.
— Muchas gracias. —dijo en un arrebato de alegría; para cuando viste él te estaba abrazando con fuerza, le correspondiste, escucharon a alguien aclararse la garganta tras de ustedes, se separaron de inmediato y les sonreíste a ambos.
— Pietro quiero presentarte a Tyler, mi esposo, —dijiste regalándole una sonrisa al nombrado mientras te plantabas a su lado,— y él es Thomas nuestro hijo. —dijiste abrazando al pequeño. Observaste la expresión contrariada del sokoviano.— Él es Pietro un, —no sabías que decir, nunca le habías contado a nadie aquella historia entre ustedes ni de tu vida pasada como agente.— un viejo amigo.
— Mucho gusto. —dijo haciendo una mueca mientras extendía su mano a los otros dos presentes quienes aceptaron con gusto.
— ¿Eres un Vengador? —Pregunto el pequeño con los ojos bien abiertos.— Mamá tú amigo es un Vengador, ¿dónde lo conociste? —dijo emocionado.
— Esa es una larga historia Tommy. —dijiste tratando de que se calmara.— ¿Nos dan un segundo?
Te alejaste con ellos junto con Pietro, cuando finalmente estaban lo suficiente lejos dejaste salir un largo suspiro.
— Así que ahora tienes una familia, me alegro, pareces feliz. —dijo rompiendo el silencio.
— Lo era. —susurraste.— ¿Por qué Pietro?, porqué ahora, se suponía que me había ido para estar lejos te ti, y ahora vienes y te presentas como si nada, no puedes hacer eso, sabes cuántos años me ha costado hacer esta vida. —dijiste al borde del llanto.
— Te he dicho que lo siento, se que fui un idiota, y me arrepiento, pero tampoco es mi culpa que le ocultes tu pasado a tu familia.
— Vete Pietro, sólo vete.
El platinado se fue sin decir nada más, y tú volviste con tu familia. Wanda le vio desde lejos, te vio, los vio, se metió en tu mente y vio todo lo que guardabas.
— ¿Cómo está? —le pregunto a su hermano.
— Casada. —respondió éste de manera cortante.
Días después de aquel encuentro tu relación había caído, Tyler había reclamado verdades que él nunca podría ser capaz de dar, como el nacimiento de Thomas, tú no eras su madre, cuando conociste a Tyler el había recién terminado con una relación, meses después él se había enterado que su ex-pareja estaba embarazada, tuvo que hacerse cargo del bebé por su cuenta, y tú le habías ayudado, con el tiempo se enamoraron, se casaron y formaron una familia junto al pequeño.
Pero ya no podías, los dos tenían cosas que ocultar, y eso era algo que no podías soportar, asi que la opción más factible era separarse.
Esperabas que el pequeño te perdonará, pero tú no eras su progenitora, también merecía alguien mejor como madre y esa no serías tú. Depositaste un beso en su frente y saliste de la habitación en donde él estaba durmiendo.
Tomaste el primer vuelo a Nueva York que encontraste; ya en tu asiento, te removías ansiosamente en él, qué era lo que estabas haciendo, qué sería lo que dirías, todo quedaría en manos del destino.
Al llegar al aeropuerto corriste a tomar un taxi, al llegar a tu lugar esperado tomaste tus cosas armándote de valor, ya habías hablado con Tony por teléfono lo que te dio un poco de valor, entraste en la base, no te topaste con nadie y agradecías eso, caminaste arrastrado tu maleta, contuviste tu respiración, le viste, en la cocina, caminaba con aire adormilado, mordiste tu labio y tomaste una largo suspiro, tenias que tomar valor.
— Hey idiota. —dijiste llamando su atención, volteo y te vio sorprendido, reíste.— ¿Me extrañaste? —dijiste regalándole una sonrisa ladina; no lo pensó dos veces y corrió y te estrechó contra él, elevándote, y riendo.— Si, yo también te extrañe.
— Claro que si iubitul meu¹. —dijo riendo.
¹Amada mía.
N/a:
Esto tomo un giro inesperado, incluso para mí, no lo vi venir (? En fin espero les guste porque casi muero en el intento de hacerlo, perdónenme si está muy feo, el siguiente será mejor lo prometo; en otras noticias, quiero decirles que haré una segunda parte, posiblemente, de mi one shot de Civil War pero lo publicaría después de un tiempo, como un mes después, para que todas hayan visto la película y no hacer spoilers; por cierto, muchas gracias a todas la s que me ayudaron a ganar la apuesta, son grandes, las amodoro, y sin más me despido, hasta el próximo OS.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top