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Título: De Wattpad y otros desastres...
Tom Holland y lectora
Advertencia: Me he reído como morsa retrasada haciendo este One Shot, porque lo he borrado y reescrito como cinco veces (siempre que parecía que al fin estaba listo, aparecía otra idea y me decía: "Oye, pero qué pasaría si...", entonces terminaba borrando y haciendo otra cosa. Hasta que mi adorable y salvaje Lizie (ElizabethWolfier ) se decidió por darme una mano( y una cachetada también, pero la intención es lo que cuenta.) Y es así como he escrito esto.
✓Pedido de HollandElla
El día en definitiva no estaba de mi parte.
Para que entiendan a qué me refiero, les explicaré:
Como muchas personas en el mundo, tenía una cuenta en Wattpad, y como muchas otras personas en el mundo, en esa cuenta solía publicar cosas. Entiéndase cómo "cosas" algún que otro libro con una historia random sacadas de mi cabeza y personas random a quienes (milagrosamente) les gustaba lo que escribía.
No obstante a eso, de un momento a otro generé cierta "fama" por un librito que escribí estilo Relatos Cortos sobre cierto actor británico.
Lo que nadie sabía, hasta ahora, era que ese cierto actor británico en realidad era mi mejor amigo.
Sí, así como leyeron. Tom Holland era mi mejor amigo. Y sí, ya saben quien soy, la que hace cameos de vez en cuando en las stories de Tom. La loca de la coleta, ______ Travis. Escribía en el anonimato, bajo un user no muy llamativo "DaniHolland0106", prácticamente pasaba por cualquier otra fan del chico. Y bueno, es que lo era.
Mis historias eran básicamente yo fantaseando con lo que pasaría en el universo paralelo en el que Tom abría los ojos y se daba cuenta de que tenía enamorada de él desde hace 4 años. Todo plasmado en el nombre universal de las usuarias, osea "_____" o rayita. Como prefieran.
No es que fuera una escritora profesional, o al nivel de J. K Rowling o Ariana Godoy. Noooo. Estaba lejos de serlo.
Pero tenía una buena base, y una redacción decente. Y eso contaba. O eso me decían las doscientas mil personas que leían los micro cuentos con mi mejor amigo.
Nunca le dije a nadie que me había metido en aquella plataforma. Ni siquiera a Harrison, que es mi primo. O a Charlotte, que es lo más cercano a alguien que conozca que sea capaz de meterse en ese mundo de fanfics e historias originales. Mucho menos a Tom. Por obvias razones.
Sin embargo, ellos sabían que disfrutaba de la escritura. Y hasta me ayudaban a desarrollar la novela que tengo en mi laptop desde que me gradué de bachillerato. Los tres me decían siempre que era muy buena y que debería de publicarla en alguna parte. Tal vez lo haga o tal vez no.
Bien, ahora que tienen un contexto más o menos claro. Puedo proceder a explicarles por qué digo que el día me odia.
Mi mañana empezó así:
Me levante temprano, como casi nunca hago desde que todo este embrollo de la cuarentena inició, me arreglé lo mejor que pude para bajar a desayunar con mi familia y después me fui directito a cambiarme para ir a darle la bienvenida al idiota de Holland, quien regresaba a casa después de unos meses fuera por andar en grabaciones.
Tomé mi bolso, mi celular y mi máscara y salí de casa. En el camino, me coloque los audífonos para escuchar algo de música e intentar distraerme.
Tenía tiempo sin ver a Tom, y en serio lo había extrañado como a nadie. Mi madre, como cosa suya, vivía diciéndome que debía de actuar rápido con él, pues en cualquier momento alguien más llegaba y "me lo quitaba". Yo siempre le respondía lo mismo.
-No me pueden quitar algo que ni siquiera es mío, mamá.-Y dejaba el tema hasta ahí.
Sí, toda una cobarde a los 22. Lo sé.
Llegué a casa del castaño y no pude evitar expandir una sonrisa tan pronto mi codo tocó el timbre de su departamento.
Sonrisa que se borró tan pronto la puerta fue abierta por alguien que... No era ni Tom, ni hombre, ni tenía ropa.
-¡Oh Dios santo!- Exclamé tapando mis ojos para evitar ver la figura femenina y de piel canela frente a mi.
La chica pareció darse cuenta de cómo me había abierto la puerta y corrió hacia adentro del departamento una vez más. Escuché un "¿Qué pasó Annabella?" de fondo, seguido por una contestación que denotaba que ella no era nativa del idioma "Tu amiga está aquí".
Yo aun no salía de mi estado de asombro para cuando la figura vestida y recién bañada del castaño se apareció en el umbral.
-¡________!-Exclamo él totalmente emocionado.
-Tom...-Contesté yo un tanto consternada aún por la escena.
Holland pareció notar mi estado, y casi como si pidiera disculpas, terminó de cruzar el umbral del departamento, cerró la puerta y se quedó conmigo en medio del pasillo.
-Yo... Creo que llegué en un mal momento, si quieres vengo mas tarde y...-Nivel de incomodidad (y para qué negarlo, celos también): Dios.
Antes de que terminara, él habló:
-¿Qué? No. Yo... Ella... Es una larga historia, y te juro que no va por donde tú crees que va.-Se excusa casi chillando porque le creyera. Sin embargo yo me di la vuelta y emprendí mi retirada.
Tom me tomó de los hombros para evitar mi huída. Apegandome ligeramente más a su cuerpo de lo esperado. Con lo espalda pegada a su torso, y la maldita tela de su camisa era delgada.
-Thomas.-Sisee por lo bajo, medio sonrojada y medio molesta. Agradeciendo estar de espaldas y evitarme su mirada sobre mí, de lo contrario podría ser confundida con un tomate.
Mi voz denotaba advertencia, si su respuesta no me gustaba, estaba lista para patearle a su amiguito con tal de que me soltará. Ventaja de la posición en la que me tenía, pues para evitar aún más mi escape, cruzó sus brazos por entre mi cuello y pecho, lo que me pegó aún más a su torso. Y me facilitaba el dejarlo sin hijos.
-No me mates, respira y déjame invitarte un café para explicarte todo.-Replica él velozmente, apoyando su mentón en mi hombro, y casi susurrando me en el oído. Sentí claramente la vibración de su garganta en esa parte de mi espalda.
-Bien.-Accedo yo, no tan convencida y otro más temblorosa, y repentinamente acalorada. Aceptando más por la idea de un café grátis, que la posible historia de Tom y la nueva Nadia.-Pero te apuras.- Amenacé, intentando recuperar la compostura que de pronto había perdido, sintiéndome de gelatina.
Tom no dijo nada. Simplemente sonrió de oreja a oreja, me abrazó con fuerza por la cintura y dejó un beso soboro en mi mejilla. Para luego salir disparado una vez más hacia el departamento, tomar las llaves, su teléfono y su mascarilla y salir conmigo a rastras.
En el corto lapso de tiempo en el que él había hecho eso. Mi rostro se incendió y mi estómago se revolvió por culpa de una aparente estampida de elefantes en su interior.
'Maldito amor que siento por ti' fue lo único coherente que mi cerebro expulsó en esos segundos.
.
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-¿Osea que Anabella es tu nueva asistente?- Pregunté yo con la ceja enarcada y el café en la mano, ambos íbamos caminando por la avenida, en dirección a mi casa.
Tom se carcajeo ante mi tono entre extrañado y desconcertado, apretando un poco más el brazo que tenía alrededor de mis hombros.
-Exacto.-Replicó él mientras asentía, con una media sonrisa que le daba cierto aire pícaro al actor.
-Y... Entonces me dices que le estás rentando la habitación extra por que...
-Porque en la agencia no le dijeron nada del cambio y no tenía dónde quedarse. -Completa.
-Pero eso no me explica el por qué me abrió la puerta desnuda.-Añadi yo, haciendo una mueca al recordar la escena de más temprano.
Tom bufó.
-Ya te dije mujer: Me estaba terminando de cambiar cuando te abrió la puerta, no sé por qué carajos estaba desnuda, pero creo que puedo hacerme una idea luego de ver a Harry saliendo por la ventana de su cuarto ayer a media noche.- Explica por segunda vez. Solo que esta vez añadió nueva información.
-Espera, ¿Harry?- Inquiri sorprendida, frenando de golpe, y él conmigo. Tom asintió aguantando la risa, con los ojos ligeramente arrugados en los bordes ante lo divertido de la situación. -Recúerdame fastidiarlo más tarde con eso, ¿sí?- Me burlé,emprendiendo nuevamente nuestro andar.
-Obvio que sí, querida.- Contesta. Ambos estallando en risas ante la situación, y yo muriéndome internamente ante lo sexy que se escuchaba Holland diciendo "querida".
En ningún momento del trayecto hasta mi casa, Tom quitó su brazo. En ningún momento del trayecto, yo quise que lo hiciera. Tanto hasta el punto en que ambos comenzamos a caminar en sincronía para evitar que el abrazo se rompiera. Y yo debo de admitir que me encantaba estar así con él.
Desde su llegada noté que algo había cambiado en Tom. Estaba más... Relajado, más suelto. Antes de irse a grabar era alguien completamente distinto. Apenas dormía o hacia chistes cuando estábamos juntos. Ahora me atrevo a decir que está incluso más cariñoso.
Ambos terminamos de llegar a mi casa, y en vista de que Tom estaba de vacaciones y finalmente de regreso, mi madre tuvo la idea de invitarlo a almorzar. Así que en eso nos pasamos el rato, aunque yo insistí en que él seguramente estaba agotado, después de todo había llegado a penas a las 4am.
-En...serio estoy bien.-Decía Tom entre bostezos, mientras ambos estábamos en mi habitación, viendo una série en mi laptop.
Yo reí. Verlo con sueño era divertido y tierno a la vez, pues parecía niño chiquito.
-Tommy, por favor. Estás que te mueres.-Le regañaba yo mientras lo codeaba.
-Odio que me digas Tommy.- Gruñe él viéndome "seriamente".
-Lo sé, por eso me encanta decirte así.-Me burlé, él bufó. Se notaba el esfuerzo que hacía por no caer dormido.- Ok, Tomsito, es hora de que te duermas ya.- Decreté finalmente, cerrando la computadora y colocándola en mi escritorio.
Tom intentó protestar, pero le calle.
-Estas de vacaciones, podemos terminar de verla cuando quieras. Ahora descansa.- Holland suspiró derrotado, y termino por acomodarse en mi cama. Mientras que yo me dispuse a retirarme para dejarlo descansar, podía aprovechar y adelantar algunos relatos para mi libro, ahora que tenía tanto material.
Antes de que pudiera alejarme mucho de la cama, Tom me agarró de la muñeca y jaló hacia él, dandome un abrazo medio raro.
-Te extrañe demasiado.-Dice.
Yo sonreí como idiota.
-Y yo a ti, Tomsito.-Respondí correspondiendo el abrazo con la misma fuerza que él.
-Puedo acostumbrarme a esto.-Murmura ya medio somnoliento.
-¿A qué?- Yo le pregunto pensando que se refería a que le dijera "Tomsito".
-A dormir contigo entre mis brazos.-Replica antes de caer en brazos de Morfeo.
Poco a poco, me fui separando de él hasta que logre alejarme lo suficiente. Le tendí la cobija encima y me dispuse ahora así a salir. Un tanto en shock por lo dicho .
Justo cuando cerré la puerta de mi cuarto, la voz de mi mamá se hace presente:
-Y yo que pensaba que Tom nunca diría lo que siente por ti...-Medio se burla, causando que a mí casi me de un paro por el susto.
-¡¿Pero qué carajos te pasa?!- Medio escandalice luego de soltar un mini grito. Mi madre me reprendió por la palabrota y se fue sin decir más.-Ah claro, y después soy yo la regañada si te hago eso, ¿no?-Bufé enfurruñada bajando las escaleras hasta la sala con mi laptop en mano.
-¡Te escuché!-Soltó mi madre desde la cocina.
-¡Esa era la idea!-Replique con gracia mientras me sentaba en la mesa de la sala.
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.
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Y aquí vamos de nuevo. Una vez más, todo se había arreglado. Lamentablemente ni Tom ni Hazza estaban ahí para celebrar conmigo. Y eso dolía. Dolía el recuerdo de todo lo que habíamos vivido juntos, y pensar que ahora todo aquello no era más que eso: un simple recuerdo.
Tom se había ido. No supe más nada de él desde aquel día en el ser, no volvió a atender mis llamadas o responder mis mensajes, yo me cansé de esperarlo.
Hazza decidió seguir con su vida, se alejó de todos y nadie supo a dónde se largó. Charlotte, Paddy y yo aún mantenemos la esperanza de que vuelva a casa, a pesar de que todos nos dicen que no deberíamos.
-¿Estás lista?- Pregunta Jonah antes de cruzar las puertas de aquella iglesia. Era el día de mi boda. Y al contrario de lo que cualquier novia sentiría, yo estaba devastada. Pero aún así debía ser fuerte. Porque él lo había sido por mi.
Le asentí con la mejor cara que pude. Y ambos nos embarcamos a cruzar la puerta.
Las miradas se posaron en mi de inmediato. Amigos y familia estaban por igual. Y mi futuro esposo justo al final de aquel pasillo.
Masen me miraba como si un ángel hubiera caído justo frente a sus ojos. Pero yo no podía devolverle la mirada. Mi cabeza estaba perdida en mi lugar feliz, con Tom en alguna isla caribeña. Lejos de todo.
"Recuerda que siempre te voy a amar, hasta que mi corazón deje de latir y mi cabello este blanco como la cal."
Sus últimas palabras aún estaban grabadas en mi subconsciente. Tatuadas permanentemente.
Yo sólo lo quería a él. Y él a mí. Pero la vida no era un cuento de hadas, y tarde o temprano íbamos a despertar.
Cerré la idea y me levanté de la mesa, queriendo un descanso después de escribir tanto. En unas dos horas ya había redactado 3 relatos, y mi cerebro ya estaba humeando.
Decidí ir a la cocina por un café, intentando encontrar una forma para cerrar aquel relato. Con aquello en la cabeza me fui en búsqueda de mi amado líquido oscuro.
Tom dormía todavía, y mi madre se había ido a la tienda por algunas cosas. Así que estaba prácticamente sola en la casa.
Unos diez o quince minutos después regresé a la sala. Encontrándome a Tom despeinado y sentado en la mesa, con mi computadora en frente y leyendo lo que había en ella.
Di a penas dos pasos más antes de que mi cerebro procesara la idea.
Tom estaba sentado en la mesa, con mi computadora en frente y leyendo lo que había en ella.
Con mi computadora...
Leyendo lo que... Había escrito.
Maldita sea.
La taza casi se me cae de no ser porque la tomé con fuerza, y casi la estrellé contra la mesa.
Tom pareció reaccionar ante el golpe estrepitoso de la cerámica chocando contra la madera, y fue cuando sus ojos se desviaron al fin se la pantalla y se concentraron en mi.
Su mirada lo decía todo. Estaba intentando entender lo que ocurría. O tal vez ya lo había hecho pero su cabeza no lo terminaba de asimilar.
Lo entendía, yo estaba igual.
El pánico se apoderó de mi cuerpo en una fracción de segundo.
¿Que le diría? "Oye Tom, te amo. Y para calmar mi frustrado amor escribo relatos sobre ti en una plataforma en línea, con un seudónimo falso y escribiendo cosas no tan angelicales sobre ti de vez en cuando.
Ooohhh y recibo como tres mil lecturas diarias..."
No.
Estúpidamente, la primera en hablar fui yo.
-¿Cuánto leíste?-Pregunte con la voz empapada en nervios.
Tom se relamio los labios antes de responder, alejando la computadora de él en el proceso y colocando las manos entrelazadas sobre la mesa.
Mierda.
-Lo suficiente para pedirte una explicación.-Responde, sin una pizca de humor en su voz.
Carajo...
Inhale profundamente y cerré los ojos, antes de botar el aire y sentarme frente a él, justo al otro extremo de la mesa.
-¿Cuánto quieres escuchar?- Cuestioné intentando no llorar.
La mirada seria de Tom no se iba, y me preocupaba.
-Suéltalo de una vez.-Replica.
Suspire.
Bien... Al diablo. Ya la cagué. No se puede ir más todo a la mierda.
-Está bien... Hace un tiempito ya que dejé de verte como mi mejor amigo, Thomas. Pero sé muy bien que tú nunca me vas a ver cómo otra cosa, a sabiendas de eso y entendiendo que no tengo a nadie a quien acudir para desahogarme y decir "Hey, amo a mi mejor amigo con locura". Decidí meterme en esta plataforma. Ví que tus fans están casi al mismo nivel de desesperación y locura que yo, y me atreví a escribir un cuento en el caso hipotético que tú sintieras la mínima atracción hacia mí.... Después de ese vino otro, y otro. Hasta que termine escribiendo de ti casi a diario.-Mi voz parecía temblar de a momentos, hasta que ya no lo hizo. Tom solo me miraba atento, escuchando cada palabra.- No puedes culparme por hacerlo, es la única forma que encontré para sacar un poco de esto que me está ahogando. Pero sí entiendo que esto da por finalizada nuestra amistad.
Tom no dijo nada. No se movió, ni siquiera parpadeo por diez segundos enteros. Los cuales me parecieron eternos.
-Por favor dime algo.-Suplique al ver que parecía querer implantarme la ley del hielo.
De pronto, aquella expresión ensombrecida y sería pasó a una semejante a la euforia. Tom comenzó a reírse sólo y a sonreír como loco.
'Mierda, ya lo dañe.' fue lo primero que me cruzo la cabeza al verlo así.
-Yo...-Se ríe y me mira. Sus ojos brillan.- Perdóname, pero te juro que dejé de oírte en cuanto dijiste que amas a tu mejor amigo con locura.-Yo lo miré como si fuera un mal chiste. Mientras que él siguió en su estado de gracia.
-Tom. No me da risa.-Comente secamente.
-Lo que me faltaba. Se burla de mis sentimientos.-Murmuré entre dientes, dispuesta a marcharme.
Holland paró de reír tan pronto solté eso. Me miró como si hubiera enloquecido.
-No cariño, no me burlo. Más bien estoy procesando el hecho de que sientes lo mismo.-Explica mientras se levanta para alcanzarme, vuelve a tomarme de los hombros y me gira para quedar de cara a él.
-Sí, Tom. Claro...
Era incapaz de creerle semejante idiotez.
-¿No me crees?-Pregunta.
-Se me hace muy difícil hacerlo.
-Que bueno, me das una excusa más para hacer esto...- No termino de abrir mi boca para decirle que se vaya al diablo, cuando estampa sus labios contra ella.
Aaaaandddd i'm kinda back.
¡¡¡¡¡Hola!!!!! Dios, como las extrañé... ¿Y qué mejor forma de volver que está? Feliz Diciembre para todas! Cuéntenme, ¿Cómo están?
Me reaparezco para informales que ya estoy mucho mejor (muchísimas gracias a todas por su apoyo y sus mensajes, me hicieron la vida con ellos) . Peeeero que aún estoy un tanto enferma, enferma y ocupada. Digamos que mi malestar aún no se va, y que como me tuvieron que dar reposo en la escuela ahora estoy inundada en tareas.
En otras noticias, ¡Este libro está de aniversario! YA SON DOS AÑOS compartiendo mis locuras e historias con ustedes UN MILLÓN DE GRACIAS por todo. Ustedes ya lo saben pero se los repito: las quiero inmensamente. A todas y cada una. Gracias por sus consejos, por sus comentarios que me sacan risas estrambóticas a media noche, por apoyarme en mis ideas súper extrañas y sobretodo: gracias por quedarse. Porque, aunque no lo crean, ustedes son un soporte para mí, ya en algún momento les contaré de las cosas que este libro y ustedes me han salvado y ayudado. Pero por ahora me conformo con hacerles saber todo mi aprecio.
Mi querida HollandElla , aquí te dejo la primera parte de tu pedido (porque sí, te he hecho esperar tanto que te mereces doble ración) espero que te haya gustado y que la espera haya valido la pena.
Nuevamente gracias a todas por el apoyo.
¡Nos vemos!
—S.
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