52

Titulo: I Do
Tom Holland y lectora
Advertencia: Está medio corto, y super meloso.

Las manos me sudaban y mi pulso estaba desbocado, literalmente sentía mi corazón latir en mi cuello. Obvio eso es imposible anatómicamente, pero mi cerebro me hacía creer que así era.

-Vamos ______. Respira, ¿que tan malo puede ser una cena con tu familia y la de Tom para anunciar ssu compromiso?-Me decía Diane al teléfono mientras yo batallaba con el cierre de mi vestido.

Suspiré con toda la preocupación del mundo.

-D, ¿ya olvidaste como son los de mi familia?- Mi voz denotaba mis nervios y aun peor: mi pánico.- Te refresco la memoria: mi mamá siempre me presionó para ser perfecta en todo, mi prima hermana es lo mas cercano a una zorra que existe en mi familia y, por si fuera poco, esta será la primera vez en que toda la rama de mi apellido se junta en una habitación desde el incidente de hace seis años.-Ahora era el turno de Diane de suspirar.

-Y si a eso le agregamos que nadie de mi familia ha estado en Estados Unidos exceptuando a mi tía Amelia y sus hijas, creo que entenderás porqué carajos estoy en el estado en el que estoy.-Casi rugi aquello al teléfono mientras me colocaba las argollas de plata.

-Bien... Tú ganas, Herrera. Definitivamente tienes razones de peso.-Cede mi rubia favorita.-Pero eso no es nada con lo que tú no puedas lidiar, cariño. Amas a Tom, ¿no?-Pregunta con una repentina seriedad que me congeló parcialmente.

Mi respuesta fue inmediata. Aún así.

-Más que a cualquier cosa en el mundo.

-¡Exacto! Linda, Tom te adora con la misma firmeza que tú a él. No dejes que eso se arruine por un par de minimedades familiares.-A veces me preguntaba si esa mujer no era una especie de pitonisa o tenía un título en psicología oculto o algo asi, porque siempre tenía la palabra correcta para cualquier ocasión. Y era una simple y adorable bombera.

Sonreí a medias ante sus palabras. Chequeando la hora en mi reloj, para darme cuenta de que me quedaban quince minutos para llegar a la cena.

-Bien, Diane. Debo colgar. Es hora de que me enfrente a mis demonios.-Anuncie a la par que tomaba mi teléfono y cartera en manos para salir de mi departamento.

-Esa es mi chica. Ve por ellos, tigresa.

¿Mencione que mi amiga tiene una pequeña gran obsesión con Spiderman? Seguramente no. Pero ya se dieron cuenta ¿cierto?

-Claro M. J. Gracias por tu referencia...-Su adorable risa de campanilla se escucho tras la bocina.-Oye, recuerda llamarme si hay alguna emergencia. De cualquier modo deje mis contactos en el hospital, y Rilley tiene mi numero.- Esto de ser médico no era tarea fácil. Y sin duda alguna yo tenía cierta fijación con mi trabajo. Era adicta a él.

-Ya. Todo está bajo control niña. Tú ve y disfruta. Yo me encargo del resto.

-Bien. Gracias. Nos vemos.-Me despedí antes de colgar. Diane soltó algo como un Adiós y con eso se dio por finalizada la llamada. Justo a tiempo para que mi novio saliera del auto y se plantara frente a mi.

Tom Holland damas y caballeros. El hombre del año, y mi prometido, estaba casi tan nervioso como yo esa noche.

Holland parecía sacado de una de sus películas de acción. Con ese traje formal negro noche y su cabello perfectamente arreglado y corto. Adornado con una enorme y resplandeciente sonrisa.

-Ya era hora de que bajaras. Estuve a punto de subir por ti.-Bromeo mientras se acercaba a mi para estrecharme en brazos.- Te ves hermosa, por cierto.-Añdia antes de besarme cálidamente.

Sonreí como idiota ante eso. Abrazándolo por el cuello, mientras me ponía de puntitas para poder tener mejor alcance de sus labios.

-Se nos hace tarde, Señora Holland.-Murmuro este como pudo. Por sobre mis labios. Apretandome de la cintura a él.

Yo temblé ligeramente ante la forma en que me llamó. Hace unos meses, me aterraba la sola mención de un vestido blanco. Y ahora, estaba ansiosa por usar uno.

Tom en definitiva había logrado poner de cabeza mi vida, y no sólo eso. Sino que también logró hacerse con mi corazón lo que quisiera. Porque me le había entregado de todas las formas existentes. Y así como yo lo hice con él, él lo hizo conmigo.

En muchos sentidos no se podía hablar de uno sin mencionar al otro, y no se podía pensar en uno sin que inmediatamente te pasara por la cabeza al otro.

Ambos eramos parte de un todo. Y la boda sólo sería una forma de muchas para demostrarlo.

-Entonces será mejor que nos apresuremos, Señor Holland.-Ronronee con una sonrisa imborrable.

.
.
.

-Es un honor para mí, estando todos reunidos en la casa del Señor Todopoderoso, que hoy tengo el placer de unir en Santo Matrimonio a estos dos jóvenes...-Las palabras del sacerdote sonaban lejanas para mí, que sólo me podía concentrar en la hermosa figura frente a mis ojos.

Tom parecía un dios griego. De esos que regían en el Olimpo. Comptable con Zeus o Poseidon, incluso con el mismísimo Eros o el todosapiense de Apolo.

Su cabello castaño estaba peinado perfectamente hacia atrás, aquel traje negro lo hacía ver como uno de esos modelos de pasarela, y el diminuto conjunto de Lilas en su bolsillo lo hacían ver aún más espléndido. Pero nada lo hacía resaltar más que la sonrisa enorme que le adornaba el rostro.

No tenía noción alguna del tiempo, y poco me importaban ahora las personas que nos rodeaban en ese momento. Solo tenía ojos para contemplar a mi esposo, quien parecía estar tan absorto como yo.

-Por favor digan sus votos.-La voz del hombre canoso y de varios años de edad frente a nosotros, me hizo aterrizar de nuevo en el lugar y fecha en el que estábamos.

Tom y yo tuvimos una mínima discusión visual para saber quién tomaría primero la palabra, y cuando me convencí a mi misma de que la voz no me saldría con suficiente fuerza en ese momento, decidí darle el turno primero a él.

Tom sacó una hoja de papel de su bolsillo, ese en donde descansaba el diminuto arreglo de lilas, la cual se notaba algo gastada por el constante desdoble que seguramente habia llevado.

Me miró una infinitesima de segundo antes de tomar el micrófono que el padre le otorgaba.

Y así empezó el discurso que me haría llorar de alegría en mi boda.

-Sabes que yo soy del tipo "las damas primero". Pero hoy me alegra enormemente que me dejarás ser quien hable en prime lugar.- Él soltó una diminuta risita ante su mal chiste, y el público la secundó.-Hoy estoy aquí, parado en frente a ti, rodeado de familia y amigos; no para prometerte que a partir de este momento nuestra relación será fácil y sin peleas. Sino todo lo contrario. Estoy aquí para prometerte que vamos a pelearnos, que vamos a tener días duros y difíciles, que tendremos situación críticas y desacuerdos. Pero también estoy para prometerte que voy a luchar para salir de todos ellos, para arreglar todos los conflictos, desajustes, desacuerdos. Para apoyarte en esos momentos difíciles en los que pareciera no haber salida o luz alguna. Voy a dar lo mejor de mi para protegerte cuando sientas que el mundo está en tu contra, y de no poder hacerlo, voy a pelear a tu lado en contra del mundo.-Yo ya estaba aguantando las lágrimas cuando Tom alzó la vista del papel y fijo sus ojos en mi antes de seguir hablando, guardo la hoja en su bolsillo y me tomó de la mano con fuerza.- Estoy aquí para decirte que te amo con cada fibra de mi ser y de mi alma. Pero sobretodo para decirte que estoy listo para enfrentarme a la vida contigo, porque sin ti no podría, pues tú eres mi fuerza y mi alegría, mi calma y mi tormento, mi infierno y mi cielo. Que tú, _______ Herrera, eres mi hogar, y adonde tú vayas voy a seguirte. Voy a cuidarte y amarte por el resto de mi vida, porque estoy completa, loca y perdidamente enamorado de ti, y porque no hay otra persona ni lugar en el mundo en el que quisiera estar más que contigo. Yo sé que si estoy a tu lado, el mundo se me puede venir abajo y para mi sería igual que ver un atardecer, pues tienes esa cualidad fantástica de hacerme querer ser mejor persona cada día, y sobretodo tienes esa hermosa paciencia para ayudarme a sortear las dificultades de la vida.-Seguramente yo no era la única llorando en ese momento. O tal vez sí. En realidad, no me importaba. Estaba con Tom, y eso era lo único que tenía sentido para mí.

Su mirada café estaba brillosa, rodeada por pequeñas arrugas al borde. Esas que se le formaban cuando sonreía de forma sincera.

-Señorita...-Cedio el padre el micrófono, quien también parecía conmovido por las palabras de mi novio.

Tomé con nervios aquel objeto metálico, soltando la mano de Tom en el proceso para buscar yo mi discurso. Este estaba guardado en un pequeño bolsillo de mi vestido.

En cuanto lo saque, comencé a leer.

-Creo que será un poco difícil superar esa hermosura que me acabas de decir. Pero haré el intento...-Murmuré. Sacándole una risa a todo el mundo.- Tom... Mi Tom, eres esa clase de persona por la que vale la pena quedarse. Esa clase de persona con la que uno se siente a gusto todo el tiempo. Y...-Me detuve en seco al darme cuenta de pronto, de que toda la palabrería que había escrito ahí, no era lo que yo queria decir en ese momento. Así que simplemente guarde el papel y me decidí por hablar desde mi corazón.

-Y pensando bien todo... Es algo increíble toda esta situación, ¿no crees? Quiero decir, Tom yo hace no más de unos cuatro años era una fanática tuya, que luchaba por mantener su carrera a flote y pagar la renta. Hasta que de pronto tú te apareciste en la sala de urgencias del hospital y a mi me asignaron a tratarte, cuidar de ti en UCI y vigilar tu evolución. Y sin darme cuenta, te fui conociendo poco a poco, y me fui enamorando de ti también. Hasta que vino la primera cita, y de pronto estamos a punto de decir "sí, acepto".- Tom sonrió ante el recuerdo sucitado y yo igual.-Hemos luchado juntos por tanto tiempo, que ya siento que nada puede hacernos dudar sobre nosotros. Porque pareciera que tú y yo estamos blindados y a prueba de balas.-Los invitados rieron con fuerza ante aquello.- Pero, ¿sabes qué? Hoy es un día de promesas, así que te prometo lo siguiente: A partir de hoy, prometo ser esa mujer que te apoye y te ayude a levantarte tras cada caída, a ser quien te cuida la espalda con cada paso a avanzar, pero sobretodo, hoy  prometo amarte hasta que mi cerebro decida que mi corazón debe dejar de funcionar.- El micrófono volvió a las manos del padre, y tanto Tom como yo no despegamos la mirada del otro ni por un segundo. Ahí pude ver un par de lágrimas correr por su hermoso y perfecto rostro, las cuales limpio con afiliada rapidez.

-Entonces, Thomas Stanley Holland Frost, ¿aceptas a esta mujer como tú legítima esposa ante los ojos del Señor?- Tom sonrió aún más ampliamente (si es que eso se podía) con esa pregunta.

-Sí, acepto.

-_______ Lucille Herrera González, ¿aceptas a este hombre como tu legítimo esposo ante los ojos del Señor?- Ni siquiera tuve que pensarlo.

-Sí, acepto.- Y tal vez esa haya sido la pregunta que respondí con más firmeza y seguridad en toda mi vida.

-Bien. Así es entonces como los declaró marido y mujer con el permiso de Dios Todopoderoso. Puedes besar a la novia.-Tom ni siquiera espero a que el padre le terminará de dar permiso para hacerlo, cuando ya estaba uniendo sus labios con los míos en un beso que  terminó por sellar todo.

Helloo my girls. Como están por acá? Espero que muy bien.

Les vengo a dejar este One Shot por acá y además para preguntarles cuatro cositas:

1- ¿Les gustaría que le diera continuidad a algún One Shot de los que he dejado a medias? Dígame cuales les gustaría que continuara.

2- Esto más que pregunta, es un recordatorio de que acepto pedidos. Y si quieres hacerme alguno, pues bienvenido sea.  Yo te lo recibiré con mucho gusto y cariño.

3- Si me lanzó a hacer un libro de One Shot de Shawn Méndes, ¿ustedes se anotan?

4- Estoy trabajando en esos One Shots de "Si Tom Holland saliera con una venezolana" la pregunta es: ¿los publico aquí o hago un libro aparte?

Espero sus respuestas.

Se les quiere un montón. Cuídense mucho.

Nos vemos.

-S. L

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top