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Titulo: Segunda oportunidad
Tom Holland y lectora
Advertencia: Maybe smut

Me encontraba atendiendo en el Café San Martín, un pequeño local que era diligenciado por mi madre. Cuando la puerta principal se abre, dejando ver a un joven castaño rapado con su perro.

Debo admitir que al principio me sorprendió verlo ahí, sobretodo porque lo hacía en Estados Unidos grabando Cherry. Pero todo aquello se fue al carajo cuando Tessa se me tiro encima, lamiendome y moviendo su colista de un lado a otro. Cabe destacar que ella era de más o menos de mi tamaño cuando se ponía en dos patas, por lo tanto caí de trasero al suelo cuando se me monto.

-Hola a ti también, Tess.-Salude entre risas, acariciando su cabeza y tratando de ponerme de pie, lo cual se me hizo imposible por que la cuadrúpeda se volvió a montar en mi.-Vamos, Tessa, abajo.-Dije aun muerta de risa, siendo totalmente ignorada por la can.- Tessa Down.-Repetí estaba vez ya algo más seria, siendo la orden al fin acatada.

Una mano se estiró frente a mi, aquella que conocía estúpidamente demasiado bien como para ignorarla. La tomé con algo de duda, sintiendo inmediatamente un ligero tirón que me paro de inmediato.

-Lindo verte de nuevo, _____-Saluda él cuando me vio parada frente suya.

Mi respiración se corto un poco al verlo de nuevo, notando la extraña similitud que tenía con un militar que vuelve de servicio después de un tiempo. Se veía muy bien.

Sonreí algo sonrojada, sintiendo como Tess se autoacariciaba con mi pantalón.

-Y creo que Tessa piensa lo mismo.-Murmura viendo a su mascota, antes de reír conmigo por eso.

-Hola, Tom.-Salude por fin, viéndolo a aquellos ojos marrones que tiempo atrás me volvían loca y que aún lo hacían.-Me sorprende verte.-Sincere mordiendo mi labio, tratando de reprimir toda la retahíla que seguro le solitaria si no me callaba.

Inhale su aroma una vez más, antes de alejarme abruptamente de él. Quedando ahora a un par de pasos de distancia.

-Estas más bonita.-Halaga de pronto, sacándome de foco. ¿Por qué lo hacía? -Sé que sueno como un patán, pero en serio lo estás.-Dice como si mi mente hubiera leído. Reí amargamente, girandome sobre mis talones para devolverme a la caja registradora con él detrás.

-Lo eres, después de todo lo que me hiciste, ¿y ahora vienes a decir "estas más bonita"?-Ironice cuando ya volvimos a estar de frente, con la vitrina de postres separandonos.-¿Qué quieres?-Pregunté con el cejo fruncido y la voz ligeramente triste.

Vi cómo su gesto se endureció un poco y evitó mi mirada un rato.

-A ti...-Murmuro como si un niño pequeño fuera. Otra vez sorprendiendome por su capacidad de ser un idiota.

-Muy tarde, Holland.-Respondi con firmeza.-Tuviste un año y medio para buscarme y solucionar todo, pero no lo hiciste.-Recordé.

Sabía que me estaba pasando de ruda con él, pero quería drenar todo.

-Me dejaste de lado por irte con mi prima, ¿y ahora regresas para pedir perdón?-Sisee al recordar la razón de nuestra ruptura.-¿Es que acaso no tienes otro pasatiempo?-La rabia se volvió a apoderar de mi ser. Pero sabía que ya no valía la pena, así que solté un suspiro largo y tendido para calmarme.

-El perdón lo pedí hace mucho.-Dice este. Haciéndome tragar fuerte.-¿O es que no recuerdas esa noche?-Pregunta él con tono juguetón. Causando que me congele.

Maldito sea el alcohol.

-¿De qué hablas?-Pregunté realmente confundida. Mi interés en saber era genuino y él lo noto.

Sinceramente, no lograba recordar más allá de un beso el último 31 de diciembre...

-No puede ser...-Murmure al de pronto captar a lo que se refería y que tranquilamente explicaba mi borrón de esa parte de la noche.-¿Ese día tú...?-Deje la pregunta en el aire, queriendo morirme en ese mismo instante.

Maldito ponche. Maldito Ron. Maldita Ginebra...

Definitivamente me dedicaría a no tomar alcohol el resto de mi puta vida.

-¿En serio no lo recuerdas?-Pregunta él sin quitar su tono de diversión.

Me dedique a negar con la cabeza, viendo al chico con los ojos levemente entrecerrados. Su sonrisa de autosuficiencia fue enorme.

-Te veo en tu departamento a las 8.-Dice risueño.-Te voy a recordar que realmente merezco una segunda oportunidad.-Y así, sin más. Tom se va del café con la linda Tess meneando su cola detrás de él. Dejándome boquiabierta.

-Solo recuerda usar protección, cariño.-Suelta de pronto mi madre detrás mía. Causándome un gritico y que la girase a ver con el cejo fruncido y notoria sorpresa en el rostro.-¡Ay mi amor, no me veas así!-Exclama con una risa.-Tu y yo sabemos que aun te mueres por Tom. Así que, ¿por qué no aprovechas esto?-

¡¿Qué demonios le picó a esta mujer?!-Grito mi conciencia, casi tan histérica como yo.

Lo que resto de mi día laboral, me la pase distraída, pensando en si realmente era buena idea...

Al final, me encontraba caminando por las frías calles en dirección a mi departamento. Sintiendo un extraño dolor de barriga, el cual asocie más a mis nervios que a la intriga.

No tenía idea de que esperar. Siendo Tom de quien hablamos, era fácil pensar que sería realmente difícil adivinar qué tendría entre manos, el británico solía tener siempre algo nuevo bajo la manga.

Me encontré con que la entrada de mi edificio estaba iluminada y decorada con pequeñas luces de navidad blancas. Y sentí como los nervios volvían a apoderarse de mi ser. Atravesando mi espina dorsal como una corriente eléctrica.

Me adentre hasta recepción, en donde me conseguí con Thomas y una sonrisa minúscula en sus labios. Vistiendo una camisa a cuadros rojos y negros con un jean negro y zapatillas blancas. Todo aquello lo hacía ver aún más estúpidamente sexy ante el cambio de look tan radical que se había hecho.

-Bienvenida a la primera etapa, señorita Bloom.-Dice este tomando mi mano y llevándome con él a través del pequeño pasillo que llevaba a los ascensores, el cual estaba decorado con todas nuestras fotos de cuando estábamos juntos.

-L-las conservaste...-Tartamudee atónita, viéndolo sorprendida. Recibí un asentimiento orgulloso de su parte.

-Nunca me dejaste realmente explicarte lo que paso, y la vez que lo hice, tú estabas tan borracha que terminó pasando de todo menos una verdadera disculpa.-Responde cruzado de brazos, algo sonrojado cuando nombró el "de todo".-Maia es buena para crear situaciones erróneas a la comprensión de muchos, tú siendo parte de los muchos.-Comienza a relatar, conmigo de espaldas a él, mientras lo escuchaba hablar, rememoraba todas las fotos que veía. Estreneciendome ligeramente al sentir sus dedos acariciar mi nuca con delicadeza y lentitud, causando que mi respiración se tornará algo pesada.-Tu prima te envió las fotos porque sabía que malinterpretarias todo, sobretodo porque te dio una excusa convincente. Esa noche yo sí tomé y me quede dormido en sofá. Pero nunca la toqué. Ni siquiera tenía idea de qué ella estaba ahí.-Trague fuerte de nuevo. Tom ahora tenía sus manos en mis hombros, acariciando mi piel por sobre la delgada tela de mi camisa.

-Te pedí una explicación y te quedaste callado. Eso me dio mas razones para creerle.-Contraataque girandome a verlo. No me dejaría caer tan fácil. O eso era lo que quería creer.

Thomas sonrió de lado, y me volvió a arrastrar con él, pero esta vez al ascensor. En donde a penas ingresamos, una proyección sobre aquella noche se vio.

-Segunda etapa.-Canturrea él, mientras que yo me dedicaba a detallar todo aquello, y sólo logré confirmar lo que él me decía.

En el video de seguridad, se veía como mi prima ponía todas las cosas en el lugar indicado para que pareciera que Tom y ella se habían acostado. Pará luego tomar fotos.

-Me quedé callado porque sabia que si decía algo tú solo encontrarías otro argumento para irte. No te había visto tan molesta en mi vida, y realmente no sabía que decir.-Susurro contra mi oído con voz aterciopelada. Haciéndome ahogar un jadeo ligero.-Nunca, te haría algo que te hiriese...-Su voz era ronca y profunda, y cuando me gire para poder verlo a los ojos, me encontré con el brillo de la lujuria en ellos.-Sonará estúpido, pero después de todo lo que nos ha pasado, sigo siendo totalmente tuyo.-

Y ya. Ahí el mundo se vino abajo. Ya era demasiada la tensión sexual que había entre nosotros.

-Te creó.-Susurre con algo parecido a la dulzura en mi tono. Sentía como mi corazón latía con fuerza y mi vientre ardía.-Y te perdono.-Tom sonrió un poco, rodeandome con sus  brazos por la cintura, pegandome a él.

-Repitelo sin ver mis labios.-Dice juguetón, con la voz aun ronca. Mi corazón bombea con más fuerza ante aquello.

Sonreí con gracia, fijando mis ojos en los suyos.

-Te perdono, Thomas.-Repeti con más seriedad que antes.

Él suspiro aliviado.

-Gracias a Dios.-Murmuro. Y sin perder tiempo, atacó mis labios con los suyos.

Fue tal la necesidad, que termine saltando para enredar mis piernas en su cintura, con él pegandome a la pared del ascensor (el cual seguía subiendo hasta mi piso) para poder tomarme de la nuca y profundizar el beso.

Mi respiración era un caos y la de Tom estaba peor. Pero eso no lo detuvo para pasar de mis labios a mi cuello.

-Tom...-Chille en un jadeo, intentando no desesperarme o gemir por las mordidas que este comenzaba a dejar en mí.

El ascensor al fin llegó a su destino, y como si un rayo fuera, Holland me cargo hasta la puerta de mi departamento, sorprendiendome a mi misma al tener una puntería de muerte para ingresar la llave y abrir la puerta, la cual no duró más de 5 segundos abierta, para ser cerrada de un portazo por el pie del rapado.

-¿Tercera etapa?-Bromee yo al sentirlo de nuevo atacando mi cuello, conmigo peleando por quitarle la camisa.

-Estas en lo correcto.-Responde este, volviendo a mis labios mientras jugaba con el bordesillo de mi chaqueta, tirándola en alguna parte de la sala junto a su camisa.

Reí suavecito en medio del beso.

-¿Se supone que me vas a ayudar a recordar lo de fin de año?-Pregunté antes de morder su oreja y sacarle un suspiro.

-No.-Responde de una.-Esto va a ser mejor.-Ambos sonreímos, para luego dejarnos caer en mi cama, a la cual habíamos llegado a trópicones entre besos y mordidas.

-Más te vale, Holland.-Regañe yo con diversión, sintiendo como se deshacía de mi camisa y mi sostén, para sin pena alguna comenzar a besar mis senos.

El movimiento ya era involuntario. Él ya estaba en boxers y yo en pantys con mi clitoris pidiendo a gritos ser tocado. Al fin y al cabo, Thomas tenía formas estúpidamente placenteras de torturarme, besar mis muslos, era una de ellas.

-Tom. Deja de torturarme.-Gemi al sentir como este jugaba con el borde de lo pantaleta.

-Ordenes son ordenes-Murmuro antes de retirarlas y comenzar a masturbarme.

Maldito británico de dedos largos...

Sí, iba a ser una noche muuuuuy larga.

Así las quería ver...

🤣🤣 Nah, mentira.

Chicas, ando en un delirio y problema moral demasiado complicado.

Me gusta mi primo... Sip. Estoy jodida, muy jodida. Es un primo segundo que tiene mi edad y el muy maldito me tira la onda feo, pero sé que si pasa algo entre nosotros mi familia se va a volver loca, sobretodo su abuela, quien vendría siendo mi tía bisabuela...

Help. Hoy nos besamos y fue hermoso. Pero no tengo ganas de un drama familiar. Ni mucho menos pelear con ellos por un "incesto".

¿Que hago?

De verdad me gusta mucho, pero ajá...

Las quiero.

-La escritora.

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