13
Título: Paddy.
Tom Holland y lectora
Advertencia: No
Caminaba por las calles frías, regañandome mentalmente por no haber traído un buen abrigo cuando me enviaron acá. La tarde comenzaba a caer lentamente, tiñendo el cielo de un color rojizo intenso.
Estaba cerca de mi edificio, un par de cuadras más y llegaba. Cuando la puerta de una de las casas del vecindario en que el iba, se abre dejando salir a un pequeño pelirrojo/castaño corriendo. La verdad es que se veía muy lindo, pero no logré detallarlo muy bien. Detrás de él, salió un pitbull oscuro. Una muy linda la verdad.
Me distraje unos segundos viendo al niño y al can jugar con la pelota, él la tiraba y el cuadrúpedo la buscaba.
Seguí caminando a paso lento. No tenía prisa, pero sí frio. Vi como un auto se aproximaba a velocidad considerablemente alta, y por mero reflejo me gire hacia el niño con el perro.
El niño estaba en medio de la calle, recogiendo la pelota. Sin darse cuenta del auto que se aproximaba a él.
Mis ojos se abrieron de par en par por pura preocupación. Y mis piernas actuaron a voluntad propia.
Corrí hacia el niño, empujandolo justo en el momento en que el auto pasaba. Rodamos un par de veces en el suelo, sentí como mi rodilla se raspaba contra el pavimento.
-¡Maldito bastardo!-Le grite con suficiente fuerza al conductor del auto, una vez dejamos de rodar.
Mi vista paso del vehículo al niño, examinandolo con la mirada.
-¿Estas bien, peque?-Le consulte al castaño, quien me veía a mi y al vehículo simultáneamente. Estaba en shock.
Pestañeo varias veces antes de responder.
-S-Si, eso c-creo.-Tartamudeo. Me levante y le ofrecí mi mano para que él lo hiciera, con una pequeña sonrisa. Pero cuando intentó levantarse se quejó de un dolor en su pierna.-M-mi rodilla me duele.-Comentó con una mueca.
El can que anteriormente estaba con él, se acercó a nosotros corriendo. Apoyando su enorme y linda cabeza en la mano del pequeño.
-¿Puedes caminar o te cargó?-Le pregunte algo preocupada. El niño negó ante la idea de caminar, cosa que me hizo asustarme un poco ya que era posible que tuviera una fractura.-Bien... Entonces hagamos lo siguiente, tú vas a rodear mi cuello con tus brazos y yo te tomo por las piernas. Luego te dejo en tu casa, y si me dejas te puedo ayudar, ¿hecho?-
El pequeño asintió con un pequeño sonrojo, mientras que hacia lo que le dije. Cuando lo tuve en brazos, me di cuenta que su perro comenzó a ladrarme y gruñirme.
-Tessa, dejala. Es amiga-Regaño el pequeño con su cabeza apoyada en mi hombro. La can dejó de ladrarme, pero si me escolto hasta la casa con mirada severa.-Vivo en frente, señorita.-Apunto el pequeño.
-Me llamo _____.-Comente con una sonrisa caminando con él hasta su casa. La puerta seguía abierta, así que entre, con algo de dificultad ya que en el pórtico habian escaleras.
La sala de la casa era muy linda, con paredes beige y muebles contemporáneos. Rescoste al niño en uno de los muebles con cuidado.
-Soy P-Paddy.-Sonreí un poco ante la timidez del niño. Asintiendo.-Por favor ayúdame, me duele mucho _____.-Sus ojitos comenzaron a aguarse, cosa que me partió el corazón.
-Tranquilo, Paddy. Vas a estar bien, ¿Si?-Él asintió, sorbiendo un poco su nariz.-¿Estas solo o hay alguien que me pueda ayudar?-Pregunte tratando de examinar la casa, en busca de un botiquín de auxiliares.
-Mi hermano y su amigo salieron hace un rato por algo de comer, no deben tardar.-Afirmo. Haciendo que soltara un suspiro algo aliviado.
-Bien, ¿Dónde está el botiquín de primeros auxilios?-Pregunté dulcemente. Tessa se sentó en el mueble, al lado de Paddy. Creo que aún no confía en mí.
-En la cocina, tercer gabinete a la izquierda. Esta en el mueble negro.-Asentí y él me indico donde estaba su cocina. Corrí hacia allá y busque el botiquín.
Regrese con él rápidamente. Le pedí que se alzará lo más que pudiera el pantalón para que me dejara ver qué era lo que tenia.
Su pierna izquierda tenía un rasguño bastante grande, el cual sangraba descomunalmente. Él aparto la vista de su pierna, mientras yo empapaba un algodón con desinfectante.
Lo mire cómo si piedra permiso para ponerlo. Él me asintió.
-Te va a arder, perdón.-Comente antes de pegar el algodón en la herida. Sacándole un grito de dolor al pobre pequeño. Tessa comenzó a gruñirme de nuevo y la puerta de la casa se volvió a abrir. Me levante más por miedo a la perra qué a las personas que estaban llegando.
Mire a Paddy con preocupación, él se estaba secando las lágrimas que se le habían escapado.
-¡¿Qué haces en MI casa?!-Preguntó molesto alguien detrás de mi. Era un hombre, con voz gruesa y molesta.
Me giré con cuidado, con ambas manos levantadas en el aire. Una de ellas con el algodón algo ensangrentado por la pierna de Paddy.
-¡¿Paddy qué te dije de dejar entrar fans en la casa?!-Le grito al pequeño, pero no obtuvo repuesta.-Hazz llama a la policía.-Ordeno el castaño, quien supongo es el hermano de Paddy, al rubio que venía con él. Pero el rubio ni siquiera se movió.
-D-Déjeme ex-explicarle, por favor.-Tartamudee nerviosa.-Su hermano estaba en el pati-patio jugando con la perrita c-cuando un...-El castaño me interrumpió.
-¡¿Qué le hiciste a mi hermano?!-Volvió a gritarme, tomando mi mano con el algodón ensangrentado. Me estaba jalando muy fuerte de la muñeca.
-¡Thomas! ¡Déjala!-Grito Paddy. Me gire a él, aún tenía su pierna con el corte destapado.-Ella me esta ayudando, ¿sí?-Comentó el castaño menor molesto. El rubio le pidio que se callara, pero no ayudó.-¡Casi muero hoy de no ser por ella y cuando me quiere ayudar a desinfectar mi pierna. Tú vienes y le gritas!-Vocifero el pequeño.-¡Deja de pensar que todo el mundo quiere hacernos daño y deja a la pobre _____ en paz!-El mayor me soltó la mano y corrí a seguir desinfectando la herida de Paddy. Un silencio incomodo se hizo presente en la casa.
Paddy se retorcía de vez en cuando por el dolor. Pero me dejó terminar. Le vende la pierna y le di una tableta de pastillitas de morfina para ayudar al dolor.
-Sólo tomate media de estas cuando tengas mucho dolor. Y por amor a Tessa, trata de volver a hacer lo mismo otra vez, ¿sí?-Le dije con una sonrisa algo nerviosa y le tendi las pastillas.-Cuidate Padds.-Le pedí antes de buscar mi bolso con los ojos algo picosos apunto de llorar. Su hermano y el rubio seguían estáticos en su lugar.
-En serio, disculpe las molestias, señor. Pero le juro que no me va a volver a ver por acá.-Me despedí de Paddy una vez más y salí de la casa.
En el momento justo en que un auto de estacionaba en el garaje de la casa y de ahí salía Nikki y su esposo. Sabía quién era ya que ella me había dado algún que otro taller en la universidad.
-¿_____?-Comentó algo asombrada la mayor. Acercándose a mi para abrazarme. Me seque rápidamente las lágrimas que habian comenzado a salir y le devolví el abrazo.-¡Que lindo es verte de nuevo, cariño!-Aseguró luego del abrazo.
-Lo mismo digo, Nikki.-Le sonreí sin mostrar los dientes. Mi voz habia temblado un poco y ella lo notó.
-¿Estás bien?-Preguntó algo preocupada. Mientras su esposo entraba a la casa.
Asentí sin mucha convicción. Escuché cómo la puerta se abría de nuevo.
-Tom, ven para acá. Te quiero presentar a alguien.-Llamo. Me di la vuelta, viendo que el famoso Thomas era el idiota que me habia gritado hace un rato. El joven castaño se acercó a nosotras.
-En serio lo siento, ____. No sabía que tratabas de ayudar a Paddy.-Soltó él a penas llegó. Dejando desconcertada a su madre.-Pero es que ya han sido varios los intentos de las fans por meterse a la casa para conseguir una foto qué estoy paranoico.-Suspiró pesadamente antes de seguir.-En fin, gracias por lo que hiciste con Paddy. Y si me dejaras invitarte un café para agradecertelo estaría encantado.-Sonrio arrepentido. Dejando mi mandíbula en el piso. Y a Nicola igual.
-¿Qué pasó con Paddy?-Me pregunto la matriarca Holland. Suspire derrotada y le explique todo lo ocurrido, hasta los gritos de Thomas y las ganas que me tiene Tessa por matarme. Mientras lo hacía, Tom tenía la cabeza gacha y no se atrevió a subirla hasta que su madre le regaño-¡Thomas Stanley Holland!-Medio vocifero ella.-Más te vale que sea un buen café.-Regaño. Dejándonos sólos y entrando a la casa.
Él volvió a alzar la cabeza, mirandome a los ojos.
-Aceptó el café, Holland. Pero sólo porque me estoy muriendo de frío y mi casa está a dos cuadras de acá.-Termine por decir. Sacándole una sonrisa divertida al castaño. Sacó las llaves del auto de su bolsillo del pantalón y me indicó que lo siguiera.
-Gracias por no abofetearme.-Comentó mientras me abría la puerta. Sonreí a medias y lo hice, volteando ligeramente su cara.-Está bien, me lo merezco.-Aceptó con las manos arriba.
Antes de entrar al auto, le di un pequeño beso en la mejilla que ya estaba roja por el golpe.-Eso si no me lo esperaba.-Argumento él mientras sonreía coquetamente y cerraba la puerta.
Reí divertida mientras esperaba a que él se metiera al auto.
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