Violet Evergarden x Male Reader
Hola a todos!. I'm back!(no, en realidad no).
Sé que dije hace tiempo que volvería a continuar con este libro, pero para serles franco no tengo intención de continuarla todavía. Tengo algunos proyectos que terminar y sinceramente debo mentalizarme para tomar alguno de sus pedidos(en algunos casos significa ver una serie, de preferencia de mi agrado; analizarla; pensar en una historia convincente y escribir con pasión y emoción).
Por lo tanto, para no abandonar este libro, publicaré algunas historias que tengo en borrador y que no he terminado de escribir.
Esta historia,originalmente la escribí hace dos años aproximadamente y la traduje en inglés. No tenía motivos para publicarlo en su idioma original.
Espero que lo disfruten❤
¿Y cómo están ustedes?, ¿Cómo les trata la vida?❄
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Allí estaba ella, la hermosa mujer de cabello rubio que cautiva mi corazón con tan sólo mirarla. Luce tan perfecta, parece una muñeca, no es de extrañar que trabaje en la empresa de correo CH como Auto Memories Doll.
Todos en Leiden hablan de ella, no solo por su talento en la escritura, sino que también por su belleza y como luce tan bien ese vestido de lazo color blanco acompañado de un saco azul, es la envidia de todas las mujeres y el deseo prohibido de muchos hombres.
Al ver mi apariencia, me di cuenta de que no era digno de ella, mi vestimenta era algo sencilla: camisa blanca con tirantes, pantalones gris y zapatos negro algo deteriorados.
La observo a la distancia que regresa a la compañía luego de un largo viaje, su maleta y su sombrilla han sido sus fieles acompañantes en sus aventuras.
Desde que se supo el rumor de que la señorita Violet Evergarden se ha convertido en la empleada estrella de la compañía de correos, muchas personas han pedido exclusivamente sus servicios, eso la ha ayudado definitivamente a conocer otras latitudes.
— Si tan solo tuviera a quien escribir — me lamento a mi mismo, mis padres fallecieron mucho antes de la guerra, fui criado como único hijo y cuando la guerra estalló me designaron como empleado del ejército para abastecer a los soldados de armamento y de alimentos. No tengo experiencias muy interesantes que contar, mi mayor anhelo era ser enviado a batalla, pero por extrañas razones nunca me consideraron.
Antes de que la guerra terminara, me enviaron de regreso a Leiden, me dijieron que ya no sería de utilidad y con el dinero pagado pude remodelar la antigua casa de mis padres para poder vivir allí mientras trabajaba en una empresa de abastecimiento para los barcos que atracan en el muelle.
Muchas veces vi a Violet zarpar hacía tierras lejanas, siempre le pedí al creador que cuidara muy bien de ella.
No hace mucho tiempo, conocí a una chica llamada Luculia Marlborough, una muchacha muy agradable de cabello rojo escarlata y ojos verde oliva que soñaba con ser Auto Memories Doll, gracias a ella supe de la existencia de Violet. Luculia siempre me comentaba sobre como Violet sacaba excelentes calificaciones en la escuela en sus distintos exámenes, al oír todo lo referente a ella, mi corazón latía a gran velocidad y mis ojos adoptaban un ligero brillo de tan solo imaginarla.
Apreté mis puños y me di el valor de caminar hacía la oficina de correos.
Al ingresar aprecié la gran estructura del edificio, es admirable como una vieja casona sirva como oficina de correos, miro fascinado los detalles de este lugar.
— ¿Puedo ayudarlo en algo? — oigo decir a una mujer de voz muy delicada.
Al percatarme, no pude evitar sentirme avergonzado, debí parecer un idiota mirando como un niño todo el lugar. Miré a la mujer que me había dirigido la palabra: ella estaba sentada en la mesa de recepción, es una mujer de cabello castaño claro y de ojos verdes, luce con orgullo su chaqueta de color herrumbe de la compañía.
Me acerqué a ella para comunicarme mejor:
— Sí... busco a la señorita Violet Evergarden.
— Eso creí — deja caer una leve risa — todos buscan a Violet, es nuestra mejor Doll, todos dicen que tiene un don para comprender los sentimientos de las personas y expresarlas en las cartas. Si desea hablar con ella diríjase por las escaleras al segundo piso en la sala de escritura.
— Gracias — inmediatamente subí por las escaleras tal como me lo había ordenado la joven recepcionista.
Al estar en el segundo piso, caminé lentamente por el pasillo en busca de la sala, pero repentinamente sentí una mano que tocaba mi hombro:
— ¿Se le ofrece algo? — me dice tímidamente una muchacha de cabello marrón con gafas.
— Busco a la señorita Violet Evergarden — le mencioné algo asustado.
— Sigame — la muchacha amablemente tomó mi brazo y me guío a la sala que estaba buscando.
Me llevó a un cubículo de trabajo donde había dos sillas, una mesa y una máquina de escribir.
— Violet vendrá de inmediato, por favor tenga la bondad de tomar asiento — me dice la muchacha de ojos color ámbar.
— Gracias, no sabes cuánto aprecio esto.
Algo confundida por mi comentario, libera una pequeña sonrisa y se marcha lentamente hasta dejarme solo.
No tuve que esperar muchos minutos, sentí una presencia detrás de mí, al voltearme vi a la hermosa mujer que me ha robado el aliento.
Con una postura elegante, realiza una reverencia impresionante:
— I will travel anywhere to meet your request... i am the Auto Memories Doll...Violet Evergarden at your service.
No pude evitar sonrojarme ante tal maravillosa presentación, es increíble lo perfecta que es.
— ¿Necesita de mis servicios como Doll señor? — interrumpe Violet mis pensamientos.
— Así es... quisiera que me escribiera una carta.
— Esta bien, estaré encantada de ayudarlo — se traslada hacía su asiento con total elegancia, tal como lo haría una princesa o... una muñeca.
Al sentarse, prepara su maquina de escribir y retira sus guantes de cuero con su boca.
No pude evitar sorprenderme al ver sus prótesis en las manos.
— ¿Algún problema señor? — me dice Violet al notar mi rostro sorprendido.
— No...no...empecemos.
—¿Ya tiene algo que quiera que escriba por usted? — pregunta de forma autómata, su actitud me recuerda mucho al mundo militar.
— Sí, no es mucho, será breve.
— Bien, empecemos — preparara sus manos listas para escribir.
Amada mía:
Te he observado desde hace mucho tiempo,
he anhelado estar contigo desde que tu bello nombre apareció en mi vida.
Te has vuelto inalcanzable, todos los ojos están puestos en tí y ese muro que nos divide impide que puedas verme.
Sufro en silencio por no poder acariciar tu largo cabello y acurrucarme en las noches a tu lado donde en el sueño seremos uno solo.
Si tan sólo me dieras una señal de que esto podría funcionar, una señal que me diera fuerzas para seguir adelante y no sumergirme en este océano de dudas.
Te amo.
— ¿Algo más señor? — me dice al notar que mis palabras ya no pueden salir de mi boca al pronunciar la palabra «Te amo».
— Nada mas — respondo convencido.
— Pero señor, la destinataria no sabrá que fue usted quién le escribió esta carta.
— Eso no es importante, ella lo sabrá de todos modos.
— ¿Cómo lo sabe? — veo a Violet preguntarme con curiosidad.
— Lo sé...
Violet retiró la carta de la máquina de escribir y puso el papel dentro de un sobre, sellándola con un timbre de color rojo.
— Ahí tiene señor — Se levanta de improviso y estira su brazo para entregarme la carta.
Me levanto e inhalo profundamente.
— Quédatela.
— No creo que deba hacer eso, las reglas de la compañía me lo prohiben — expresa de manera fría.
Sentí como mi mundo se venía abajo, ¿No me expresé bien?, ¿Por qué no lo entiendes Violet?, esa carta es para tí.
Desesperado, me acerqué a la bella mujer de cabello rubio y la besé apasionadamente, pero algo anda mal, ella no respondía a mi aprecio, estaba inmóvil, al igual que una muñeca.
Avergonzado, me alejé de ella y salí corriendo de la sala directo a las escaleras como un cobarde.
Todo salió mal.
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Han pasado dos días desde que tontamente le confesé mi amor a Violet, me siento patético de tan solo recordar que fui a la oficina de correos e hice perder el tiempo a una Auto Memory Doll.
La culpa me invade por completo.
No he salido a la calle por temor de encontrarme con ella.
Ha oscurecido, puedo verlo a través de las ventanas de mi hogar.
Repentinamente oigo golpes en mi puerta, ¿Quién llamará a estas horas?.
Abro la puerta lentamente y salgo al exterior. Mi rostro adopta una expresión de vergüenza al ver que quién ha golpeado es nada más ni nada menos que Violet Evergarden.
La noto algo distinta, sus manos sostienen una hoja de papel y sus mejillas lucen sonrojadas, algo inusual en ella.
Sus bellos ojos azules me miran fijamente, puedo perderme en ellos tal como lo haría en el mar.
Me siento paralizado, mi corazón late con mucha intensidad, mi cuerpo está nervioso por su presencia.
Inesperadamente un fuerte viento nos azota a ambos. Hago lo que haría todo caballero y le ofrecí entrar.
— ¿Quieres pasar?.
Sin decir nada, entró a mi casa.
— Si quieres puedes sentarte en mi sofá — le ofrecí.
Ella aceptó mi oferta y se sentó con las piernas juntas y sus manos en sus rodillas, sin soltar el trozo de papel, a la orilla de mi sofá.
Todavía de pie, no pude evitar preguntarle:
— ¿Cómo supiste que vivía aquí?.
— La señorita Luculia me dio su dirección, parece que son buenos amigos, me dijo cosas positivas sobre usted.
— Amigos solamente, no tenemos una relación tan estrecha como parece.
Al notar su nerviosismo, me acerqué a ella.
— Hay algo que no dejo de preguntarme Violet, ¿A que debo tu visita?.
Un silencio se formó entre nosotros. Ella se puso de pie, y la miré como nunca antes la había mirado, la temperatura aumentaba por mi cuerpo, recorriendo por cada extremidad, mis manos sudaban y mis piernas no podían mantener el equilibrio. Ella dejó caer el trozo de papel a medida que inclinaba su cuerpo hacía mi, su rostro lentamente viajaba hacía el mío...
Esa era la señal que había estado esperando por mucho tiempo.
Nuestros labios se encontraron, nuestros ojos se cerraron, sus manos acarician mis mejillas a medida que nuestras lenguas deciden jugar.
Nos separamos tímidamente, todo cambió.
— Te amo — me dijo Violet con su suave voz, todavía sus manos están en mis mejillas.
— Yo también te amo.
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