Luvia Edelfelt x Male Reader (Fate/Kaleid Liner)

— No puedo creer que haya aceptado a esto, es verdaderamente humillante — Me recrimino al verme vestido de mayordomo.

Pero, por aunque más me queje, no podré hacer nada. Soy un hombre de palabra y debo respetarla…

…aunque haya sido en una apuesta.

Pero pensándolo bien, esto me ayudará a vigilar a Luvia Edelfelt y a Rin Tohsaka, aprendices de la Asociación de Magos.

La Asociación me envió a este país hace aproximadamente un año, al principio no entendí por qué, así que tuve que establecerme en esta ciudad como un chico normal. Ya hace algunos meses me comunicaron que debía vigilarlas, a ellas se les entregó la misión de capturar algunas cartas mágicas, o algo por el estilo.

Realmente creo que la decisión de enviarme aquí fue demasiado prematura…

…o tal vez buscaban deshacerse de mí y la llegada de ambas les sirvió como excusa para utilizarme.

De todos modos, debo preparar un reporte detallado de lo que he visto hasta el momento.

Ya de vuelta a la realidad, trago algo de saliva antes de que Luvia llegué de su paseo con su supuesta hermana Miyu.

A esa chica nunca antes la había visto, no tenía información de que Luvia tuviera familiares en éste país.

Pero como su buen sirviente, no debo entrometerme en su vida y sólo me limitaré a esperarla en la puerta.

— Como detesto a esa niña rica.

— Es detestable — Escucho la voz de Tohsaka a mi lado.

Volteo con pavor al percatarme que dije eso en voz alta.

Ella al igual que yo, viste como empleada de ésta mansión

— ¿Qué haces aquí? — No dejo de observar lo bien que luce vestida así.

— Hago lo mismo que tú, espero a la llegada de Luvia y Miyu.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Cambio radicalmente el tema. Ésta es mi oportunidad de averiguar un poco más de Rin Tohsaka.

— Lo que quieras — Muestra una sonrisa confiada.

— Pareces llevarte mal con Luvia, pelean todo el tiempo en la escuela. ¿Por qué trabajas para ella?

— Necesito el dinero — Responde con naturalidad.

— Pero aún así, están juntas la mayor parte del tiempo — Intento ponerla en aprietos.

— Conveniencia mutua — No titubea en su respuesta.

De pronto, sentimos como la puerta se abre.

— ¡Ya llegamos! — Ingresa Luvia con expresividad — Me alegra saber que ya han adoptado la actitud de sirvientes domésticos, la servidumbre debe esperar por su amo.

Suelta su ya característica carcajada de clase aristocrática.

Rin, notoriamente enojada, aprieta sus dientes con fastidio; en cambio yo ignoro sus provocaciones.

No me importan en lo absoluto.

—  ¡¿A quién llamas servidumbre?! — Rin parece explotar en ira.

— ¡¿Pues a quién más niña pobre?! — Luvia contraataca.

Ambas discuten fuertemente como dos niñas pequeñas. Moralmente debería detenerlas, pero disfruto mucho de este espectáculo.

— Lo siento mucho, esto ya es normal aquí.

Inclino mi cabeza al percatarme que la chica llamada Miyu me observa detenidamente.


Ella parece ser una niña muy tranquila. Claramente no comparte ningún parentesco con Luvia. Sigo sin entender que tipo de relación tienen ellas dos.

— Pierde cuidado — Trato de mostrarme tranquilo — Yo también estoy acostumbrado a esto.

Naturalmente muestro una sonrisa, intentando transmitir serenidad.

Miyu se retira del lugar, ignorando completamente a Rin y a Luvia que continúan discutiendo.

— Bien, me retiro. Prepararé la cena.

Doy unos pasos hacía la cocina, pero de pronto siento como una mano toca mi hombro para detenerme.

— ¡Espera!, iré contigo — Noto que Luvia es quien me detiene.

— ¿Por qué?, ¿No tienes mejores cosas que hacer? — Intento no sonar tan molesto, pero si ella está a mi lado, no tendré la oportunidad de buscar algo que sea de interés para la Asociación, como por ejemplo, algo relacionado a Miyu.

— Debo asegurarme que cumplas con todas mis exigencias.

— Esta bien — Libero un suspiro.

Caminamos uno al lado del otro hasta llegar a la cocina.

— Y bien, ¿Qué quieres comer?

— Sorpréndeme — Tiene una mirada fija a la vez que sus mejillas se tornan rojas.

Sin decir nada, y aceptando sus órdenes, busco en la alacena algunas cosas que me sirvan para cocinar.

Con comodidad, corto algunas verduras, ignorando a Luvia que está justo detrás de mí.

— Veo que sabes cocinar.

— Sí, aprendí desde pequeño — Respondo concentrado en la cocina.

Tengo intenciones de preparar un estofado.

De pronto, una serie de hechos pasaron por mi cabeza:

Es la primera vez que preparo de cenar para alguien más. Puede parecer extraño, pero es así, siempre fui alguien bastante retraído, nunca llamé mucho la atención en la escuela de la Asociación de Magos, mis calificaciones eran decentes, pero nunca fui un estudiante ejemplar.

Como tal, siempre estuve solo la mayor parte del tiempo, no tenía la más mínima intención de formar lazos con alguien más. Me formé de forma independiente, tal vez por esa razón fue por la que me enviaron a este país, la Asociación sabría que podría valerme por mi cuenta.

Por ello, es que me sorprendo al preparar la cena para otra persona y mucho más para Luvia.

Mi relación con ella, ha sido un tanto peculiar…

——————————————————————————————————————————————————————

La conocí en el salón de clases de la escuela junto a Rin en su primer día. Era tal cual como me la describieron: cabello rubio, extravagante peinado, y de ojos cafés, de rasgos finlandesas. Sumado además de unos guantes que siempre lleva consigo.

En ese entonces, no dudé en acercarme a sus asientos antes de comenzar las clases. Pues, mi misión ya había empezado y debía conocerlas un poco más.

— Hola…soy (Y/N)…es…es un placer conocerlas — Me sorprendí al saludarlas con torpeza.

Ambas me miraron con extrañeza, no sabía que hacer en ese instante, me sentí algo incómodo, pero por suerte Rin rompió el silencio:

— Un gusto en conocerte (Y/N).

— También el mío — Respondió Luvia.

— Bueno, si necesitan algo, no duden en hacérmelo saber.

Caminé directamente a mi pupitre, la primera fase de mi plan ya estaba en marcha.

Tan sólo debía esperar un poco más para ganarme su confianza.

Y efectivamente así fue…

——————————————————————————————————————————————————————

Era una tarde normal, estaba caminando sin preocupación alguna por los pasillos de la escuela, con mis libros en mano.

Realmente estaba distraído, tanto fue mi torpeza que no noté que había impactado con alguien al caminar que nuestros libros cayeron al piso.

Sin elevar la vista, los recogí rápidamente para compensar mi error.

Al separarlos y entregarlos a la otra persona me di cuenta que era ni nada más que Luvia Edelfelt.

— Lo siento mucho, no fue mi intención — Intenté disculparme.

Con la mirada fija en mí, recibió sus libros de forma bastante fría.

— ¿Quieres jugar una partida? — Sacó de su bolsillo una simple moneda.

— ¿A qué viene esa propuesta tan repentina? — La observo con cierta desconfianza.

— Sólo quiero jugar — Sonrió levemente — Si gano, aceptarás mi petición sin quejas y de inmediato, ¿De acuerdo?

Un fuerte escalofrío recorrió mi espalda.

— ¿Qué ganaría yo aceptando este juego?

— Podrás pedirme lo que tú quieras, lo aceptaré de inmediato y sin quejas. ¿Te parece bien?

Todo fue muy extraño, de un segundo a otro Luvia me estaba retando a un simple duelo con una moneda. Si ganaba podría preguntar de frente y sin tapujos de sus actividades con respecto a las supuestas cartas mágicas.

— ¡Juguemos! — Respondí con algo de entusiasmo, pero sin demostrarlo tan claramente.

Luvia hizo girar la moneda por arriba de su cabeza y la atrapó con su mano derecha extendida antes de que cayera.

— ¿Cara o cruz? — Miró a mis ojos con seguridad.

— Cara — Respondí con firmeza.

La chica de extravagante peinado abrió su mano y para mi mala suerte la moneda estaba en cruz.

Decepcionado, la miré y le dije:

— ¿A qué hora quieres que me presente a trabajar?

— Mañana después de clases — Sonrió triunfante — Tendrás tu uniforme y recibirás un buen salario.

——————————————————————————————————————————————————————

Con mis pensamientos inundados en los sucesos del pasado, no noté que mi estofado ya estaba listo.

Volteo con la intención de salir y realizar otras labores pero noto que Luvia sigue aquí, con la mirada pérdida.

— ¿Estás bien? — Pregunto con preocupación.

— ¿Qué?, ¡Estoy bien!, ¡No es nada! — Está sumamente exaltada.

Inesperadamente, oímos como se escucha el timbre de la mansión.

— ¡Deben ser Illya y Kuro!, estaré arriba con Rin y Miyu si es que me necesitas — Corre con prisa hacía la salida de la cocina.

— ¿Qué fue todo eso? — Me digo a mí mismo al asegurarme que Luvia ya se ha marchado — Parecía distraída.

De pronto una idea viene a mí:

— De seguro sus invitadas están relacionadas con las supuestas cartas. Tengo que averiguar, necesito entregar información a la Asociación en cuanto antes.

Mientras tanto, antes de partir, debo preparar una buena excusa para acercarme hasta allí.

En una bandeja llevo conmigo seis vasos con refrescos, así podré ofrecerles y averiguar un poco más.

Camino por el pasillo hasta las escaleras.

Manteniendo el equilibrio intento subir cada peldaño.

Al tocar finalmente el segundo piso, me desplazo por los pasillos en busca de la habitación donde se encuentra Luvia.

De pronto, algo en el suelo llama mi atención: Hay dos piedras de color rojo al ancho de los dos extremos del pasillo.

Al reconocer estás piedras, deduzco que debo estar cerca, pero en está posición, asumo que debe ser un sistema de alerta o algo por el estilo.

Respiro profundamente.

Me inclino hacía una de esas rocas, y con mi mano menos hábil la sostengo firmemente para desactivar la energía de aquella roca.

Con una debería ser suficiente para no ser detectado.

— Debo procurar activarla al regresar, de otro modo sospecharán.

Reanudo mi marcha hasta detenerme en una puerta al escuchar voces provenir del otro lado.

Sigilosamente, coloco mi oreja para intentar escuchar algo.

Lamentablemente, no escucho nada, será mejor que golpeé la puerta.

*toc, toc, toc*

— ¡Adelante! — Luvia responde desde el otro lado.

Doy un suspiro antes de entrar.

Al abrir la puerta, me siento un poco nervioso. Hay dos chicas que no reconozco junto a Luvia, Rin y Miyu.

Ambas son muy idénticas, parecen hermanas o incluso gemelas, pero una a diferencia de la otra está mucho más bronceada.

— ¿Qué ocurre (Y/N)? — Luvia me dirige la palabra con seriedad.

— Yo…este…les traje algo de beber — Respondí con nerviosismo ante la mirada de Luvia, Rin, Miyu y las demás.

— ¡Pero que adorable! — La chica de piel oscura se acercó a mí y tomó de mi bandeja uno de los vasos — Por cierto me llamo Chloe, pero puedes llamarme Kuro si deseas, voy a la misma escuela que Miyu.

De pronto noté como su ojo derecho me guiñaba. A decir verdad esto me resultó bastante incómodo.

—¡Yo soy Illya! — La otra chica se acercó a mí de improviso con una gran sonrisa y tomó su vaso al igual que la otra chica, soy la prima de Kuro y además soy amiga de Miyu.

— Un gusto en conocerlas chicas — Me alejo de ellas con mi cuerpo nervioso y me acerco a donde están Luvia, Rin y Miyu.

— Eres muy amable (Y/N)  — Rin toma  su vaso.

— Lo mismo digo — Luvia lleva sus dedos al vaso también.

— Gracias — Agradece Miyu con cortesía.

De pronto noto que hay un vaso sobrante.

¡Pero que idiota soy!

¡Me consideré a mi mismo también!

— ¿Nos acompañarás en éste brindis (Y/N)? — Luvia sostiene su vaso con elegancia. Su actitud aristocrática y su sonrisa coqueta me hizo sonrojar y voltear por un momento.

— ¡Oh!…¡Claro!…será un placer — Sostengo mi vaso y me uno en este improvisado brindis.

——————————————————————————————————————————————————————

Luego de ese brindis, salí de la habitación para no estorbar.

— Illya y Kuro, ya tengo a dos personas más. ¿Qué clase de relación tienen Luvia y Rin con ellas?, ¿Ellas están buscando las cartas también?, ¿O es acaso algo mucho más banal? — Camino hasta las escaleras mientras pienso en todas las posibilidades.

Por el momento no tengo nada concreto, pero algo es algo, haré un organigrama más tarde con todas estas relaciones. De algún modo debo comenzar.

Ingreso de nuevo a la cocina.

— ¿(Y/N)?, ¿Estás ahí? — Oigo la voz de Luvia proveniente de las escaleras segundos después de ingresar.

— Aquí estoy — Respondo concentrado en la cocina.

Oigo sus pasos detrás de mí.

— ¿En serio creíste que podrías engañarme? — Su tono de voz se oye un tanto molesta.

— ¿Qué quieres decir? — Volteo asustado al escuchar su hablar tan directo hacía mí.

— Me sorprende que un estudiante de la Asociación de Magos olvidara un detalle tan importante — Muestra una de las dos piedras que estaban en el pasillo.

¡Mierda!, olvidé activarla de regreso.

¡Cómo pude ser tan idiota!

— ¿Espera?, ¿Cómo sabes que soy un estudian…? — La miro a los ojos.

Rápidamente, ella se abalanzó sobre mí y acarició mi rostro.

Me siento algo inseguro, muy sometido a decir verdad.

— ¿Creíste que no te reconocería?, ¿No es así?. Piensas que puedes pasar desapercibido entre los demás, que nadie recordará tu nombre, pero no…lo cierto es que te he observado desde hace bastante tiempo.

Tomando la iniciativa sus labios chocan contra los míos apasionadamente.

Paralizado, no sé cómo debo reaccionar.

Luvia es quien está haciendo todo el trabajo…

Nuestras bocas se separan y mi aliento está volviendo.

— ¿Por qué...? — No se me ocurre nada mejor que decir.

— ¿Todavía no lo ves? — Susurra con sensualidad — Eres un chico muy lindo, jamás creí que te volvería a ver aquí. Te extrañé mucho, te fuiste de forma repentina de la Asociación, pero al verte de nuevo en este país, me sentí muy felíz y anhelaba tenerte cerca conmigo lo más posible.

— ¿Por eso decidiste apostar conmigo?

— Exactamente — Acaricia mi cabello.

— Luvia, hay algo que debes saber…

— Shhh...— Cubre mi boca con su dedo índice — Sé por qué estás aquí, quieren que nos vigiles. No te preocupes, te diré todo...pero no antes de disfrutar de esto.

Una vez más su boca está junto a la mía, su lengua realiza una danza dentro de mí.

Cierro los ojos placenteramente y disfruto de este gran acto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top