36. CROCODILE 🔞‼️
Personaje: Crocodile
Contexto: Mundo One Piece
Contenido adulto: Sí
Personalidad lectora: dominante y elegante.
Pedido por: LadyLaquesis (espero que te guste)
CROCODILE X LECTORA
(TN) caminaba por los pasillos del casino Rain Dinners haciendo resonar sus zapatos de tacón. Tenía una reunión importante, e iba vestida para la ocasión.
Más de una mirada se había posado en ella desde que había entrado en aquel edificio y no era para menos. Ya hacía unos años que había dejado atrás su adolescencia convirtiéndose en una joven mujer que sabía utilizar sus armas a la perfección.
Cuando llegó hasta el despacho de uno de su más estimado cliente golpeó la puerta con los nudillos. Tres veces. No tardó en escuchar unos pasos que se acercaban hasta allí.
—Buenas tardes, (TN), le estaba esperando —saludó Crocodile, de manera cordial. Hizo un gesto a la chica para que pasara y le indicó que se sentara en la silla que había justo en frente de él.
A pesar de que estaba fumando con la ventana abierta, la habitación olía a puro, aunque no era algo que a la chica le disgustara.
—Necesito más hombres para mí organización —comentó Crocodile, yendo directo al grano. No le gustaba andarse con rodeos—. Durante las dos ultimas semanas han fracasado bastantes.
Aquel hombre estaba al mando de una asociación de cazadores de piratas, o de recompensas. Sin embargo, sus intenciones iban más allá y, por el momento, prefería guardarlo en secreto.
—Tienes suerte de que haya bastantes personas con sed de venganza hacia los piratas —dijo ella, cruzándose de brazos. El hombre no pudo evitar mirar disimuladamente hacia el escote de la joven. Aunque el vestido fuera bastante disimulado, dejaba insinuar algo. Algo que se moría de ganas por volver a saborear—. ¿Cuántos necesitas?
—Con veinte bastará —respondió, mirando de nuevo aquellos ojos (t/c).
—Perfecto, creo que podré conseguirte los en unos días —dijo, pensativa—. Haz que te duren más, porque hasta dentro de al menos un par de meses no tendré una buena tanda. Tienen que entrenar más.
—Eso intentaré. Aunque los que caen no son los tuyos, esos son bastante buenos.
—Eso te pasa por coger a cualquiera —aclaró ella, sonriendo con arrogancia.
—Sabes que soy muy generoso.
—No me hagas reír.
Crocodile le miró fijamente. Era una mujer que realmente conseguía encenderle. Inteligente, elegante y segura de sí misma. No se dejaba amedrentar por cualquiera.
Su padre murió hacía unos años, cuando ella a penas acababa de cumplir veinte. Desde entonces se hizo cargo del negocio y de sus ahorros. Supo manejarlo todo con astucia y no perdió ningún cliente.
Contrataba a los mejores maestros, cada uno experto en un modo de lucha: espada, armas de fuego, combate cuerpo a cuerpo... Muchos acudían a ella para buscar entrenamiento y poder convertirse en cazarrecompensas, o simplemente aprender a defenderse.
—¿Qué miras tanto? ¿No tuviste bastante la última vez? —preguntó la peli(t/c), con tono fogoso.
—Han pasado demasiados días desde entonces —respondió él, al mismo tiempo que apagaba el piro que se estaba fumando—. Es complicado saciarse de ti.
—Tengo un rato ahora, aunque creo que te estoy malacostumbrando.
(TN) se levantó de la silla, sin esperar que él dijera nada más. Se acercó hacia la puerta que comunicaba con la habitación del shichibukai. Sabía perfectamente el camino. Ya había estado allí unas cuantas veces.
No es que soliese acostarse con sus clientes, pero ese hombre le encantó desde el primer momento en que lo vio. A pesar de ser unos cuantos años mayor que ella, era jodida mente atractivo. No es que su forma de ser fuera la ideal. Tal vez no compartiría un futuro con él, pero le excitaba demasiado. Sobre todo, le gustaba el hecho de poder dominarlo. Que él cumpliera todas sus peticiones, porque sabía que no estaba acostumbrado a ello.
Crocodile entró tras ella en la habitación y cerró la puerta con llave. No quería interrupciones en aquella reunión privada tan importante.
—Me encantaría arrancarte ese vestido que llevas puesto —dijo él, acercándose a la joven.
—Alto ahí —ordenó ella, alzando el dedo índice.
Acto seguido, acercó las manos a los tirantes del vestido y dejó que la prenda de ropa se deslizara por todo su cuerpo hasta caer al suelo. El vestido era demasiado bueno para que ese bruto lo rompiera, aunque le gustaba la idea. La próxima vez se pondría alguno que ya no quisiera.
El hombre de cabellos oscuros sintió como algo crecía entre sus piernas al contemplar aquella visión. La chica no llevaba sujetador, así que sus pechos quedaron a la vista cuando se deshizo del vestido.
Él acercó una de sus manos. Ardía en deseos por juguetear con aquella zona del cuerpo de la joven, pero ella la frenó y se pegó un poco más, para comenzar a desabotonar su camisa blanca.
—¿Tú sí puedes desnudarme? —preguntó él, con voz algo ronca. La peli(t/c) iba dejando pequeños besos y suaves mordidas por la piel que iba describiendo a medida que quitaba los botones.
—Sí —respondió ella, contundente, mientras alzaba los ojos y le retaba con la mirada.
Volvió a bajar la vista y se centró en los pantalones.
Desabrochó el botón y los bajó. El miembro de Crocodile se marcaba de manera prominente en la tela negra de su ropa interior. Tenía ganas de saborearlo y de sentirlo en su interior.
Apartó lentamente la tela negra, liberando finalmente aquella parte de su cuerpo, grande y dura. Se permitió unos pocos segundos para contemplarla antes de introducirla en su boca.
Él soltó un sonoro suspiro al notar el roce de la lengua de la joven, primero en su glande y poco a poco introduciéndolo cada vez más en su cavidad bucal.
Era excitante verla arrodillada ante él, mientras sentía aquel placentero contacto. Cada vez que ella levantaba los ojos y le miraba fijamente, sus ganas de poseerla aumentaban todavía más.
Poco después, cuando (TN) consideró oportuno, se separó y se incorporó.
—Ahora te toca a ti —dijo, dirigiéndose a la cama—. Quiero que recorras mi cuerpo. Solo con tu boca.
—¿No puedo usar los dedos? —preguntó, con tono ligeramente divertido. Le encantaba su forma de jugar. Ella negó, sacudiendo la cabeza, lentamente.
—He dicho solo la boca. Nada de usar las manos.
Crocodile sonrió internamente. A esa joven le encantaba dar órdenes.
Ella estaba tumbada sobre el colchón, así que se inclinó sobre su cuerpo. Comenzó por el cuello, lamiendo y mordisqueando las zonas adecuadas con intensidad.
Después bajó, lamiendo cada centímetro de su piel hasta llegar una de las partes que más ganas tenía de saborear.
Se centró primero en uno de sus pezones, y después en el otro. Le habían prohibido usar las manos, así que debía apañárselas. Lamer, succionar, mordisquear... Todas aquellas acciones provocaban cosquilleos en el interior de la joven. Su intimidad clamaba por algo de atención.
Por suerte Crocodile no tardó en continuar bajando y retirar l ultima prenda que le quedaba puesta a la chica. Ella se mordió el labio para tratar de ahogar el gemido que iba a soltar al notar la lengua húmeda de aquel hombre rozando su intimidad. ¡Dios! ¿Cómo podía hacerlo tan bien?
Enredó sus dedos en aquellos cabellos color púrpura oscuro. A él le gustaba que tirara de ellos, cuanto más tiraba más placer sabía que estaba produciendo en ella.
Cuando acabó de saborear aquella parte de su cuerpo como era debido, se incorporó ligeramente y se colocó entre sus piernas. La peli(t/c) estiró una de ellas colocando el pie en el pecho del hombre y empujando hacia atrás.
—¿Es que nunca vas a dejar que sea yo el que tome las riendas? —preguntó, con cierto tono de fastidio.
—Tal vez algún día —respondió ella, sonriendo de manera provocativa.
Crocodile se resignó. Sabía perfectamente que era imposible negociar con ella, pero no le importaba. Verla moverse sobre él era un espectáculo que no quería perderse por nada del mundo.
Se tumbó sobre el colchón y (TN) se puso a gatas sobre él, con una sonrisa triunfante dibujada en su rostro.
Comenzó a bajar las caderas, tanteando y posicionándose de forma adecuada para que el miembro del hombre de cabellos oscuros comenzara a introducirse en su interior. No dejó de mirarle mientras iba bajando, poco a poco, hasta que por fin estuvo llena por completo. Fue entonces cuando se incorporó, quedándose a horcajadas sobre él y dejando que tuviera una buena visión de su cuerpo.
Durante unos cuantos largos e intensos minutos, tuvo lugar un variado vaivén de caderas. Comenzó de manera lenta, casi torturándole y divirtiéndose por hacerlo. Sin embargo, cuando Crocodile acercó las manos a sus pechos y comenzó a estimular sus pezones, la cosa se puso más seria para ella.
Entonces aumentó el ritmo. Sabía como moverse para conseguir el máximo placer, tanto para ella como para él. Siempre se había dejado guiar por las expresiones y sonidos que emitía, aunque a veces costaba descifrarlo.
Se compenetraban a la perfección y, aunque a Crocodile le gustaría alguna vez llevar la iniciativa, aquella joven mujer le hacía ver las estrellas cada vez que compartían cama.
Llegaron al clímax prácticamente a la vez.
La peli(t/c) no tardó mucho en levantarse de la cama y comenzar a vestirse de nuevo. Él lo tomo con más tranquilidad, ya que se quedó contemplando el cuerpo de la joven mientras se colocaba la ropa.
—Tengo un poco de prisa. Tengo una reunión no muy tarde —comentó, mientras acababa de colocarse los tacones.
—¿Una reunión como la nuestra?
La chica se quedó algo impactada ante la pregunta. ¿Acaso a Crocodile le importaba lo que ella hiciera con otros?
Y es que incluso él mismo se sorprendió, pero le rondó por la mente la imagen de (TN) en la cama de otro y no le hizo mucha gracia. No es que quisiera nada serio. En su estilo de vida no tenía cabida una relación de ese tipo.
—No me acuesto con todos mis clientes —aclaró ella, caminando hacia la puerta—. De momento eres el único privilegiado. En unos días te llegarán los hombres que has pedido. Quedaremos de nuevo para ajustar cuentas.
—Bien —alcanzó a responder, antes de que la joven saliera por la puerta.
Ella también era la única privilegiada, desde hacía ya un tiempo. El shichibukai se llevó una mano a la cabeza. Estaba jugando a un juego muy peligroso y estaba seguro de que acabaría perdiendo.
NOTA 📌
Recordad, usad siempre condón. Aunque en algunas ocasiones no se usen en las historias, esto solo es ficción. Yo elijo si se quedan o no embarazadas o tienen alguna enfermedad. Tú no puedes elegirlo.
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