29. LAW 🔞‼️

Personaje: Trafalgar Law
Contexto: Mundo One Piece
Contenido adulto: Sí
Personalidad lectora: seria, madura, sensible, muy protectora con sus compañeros/as
Pedido por: xxdowntohellxx  (espero que te guste)

LAW X LECTORA

Ya hacía más o menos un año que (TN) se había unido a los piratas de Heart. Trafalgar Law y sus nakamas salvaron el pequeño pueblo donde ella y sus tres amigos vivían. Los cuatro jóvenes se quedaron asombrados al conocer a aquellos piratas que ayudaban a la gente en vez de saquearles. (TN), Ikkaku, Clione y Uni, acabaron uniéndose a la tripulación.

Después de varios meses, se habían convertido en una gran familia. Ya se conocían perfectamente los unos a los otros. La peli(t/c) era una chica bastante seria y madura, en eso se parecía al capitán. Sin embargo, se podía conversar con ella de manera agradable. Siempre se preocupaba por sus nakamas y, si alguien se sentía mal por alguna cosa, siempre acudían a ella.

Por el contrario, sabían que no debían contar con ella para las bromas que a veces preparaban para el capitán. No es que temieran que se enterara, porque nunca se lo contaba a Law. Simplemente pasaba del tema y se dedicaba a otras cosas.

—Nuestro próximo destino es esta isla —anunció el pelinegro, mientras posaba el dedo sobre el mapa. Sus nakamas se inclinaron ligeramente para observar el nombre de la isla—. Está controlada por un grupo de piratas. Nuestra misión allí es sencilla. Acabaremos con ellos, cogeremos todo su dinero y libraremos a los habitantes del control de esos idiotas.

—Oh, Captain, siempre preocupándose por los demás —comentó Shachi.

Law tan solo chasqueó la lengua. ¿Acaso no habían escuchado la parte de acabar con los piratas y quedarse con el dinero? Se levantó de su silla, hizo una señal a Bepo para que se pusiera en marcha y se marchó hacia su habitación.

(TN) observó de reojo al pelinegro mientras se alejaba. Su capitán. Era al hombre al que más admiraba. Bueno, no solo le admiraba. No podía negar que le gustaba, en todos los sentidos. Tal vez había llegado a sentirse molesta por su actitud fría y distante, ya que ella era una persona algo sensible. Sin embargo, era perfectamente capaz de entender que cada uno tiene su personalidad y que normalmente está influenciada por un pasado. Además, ella jamás montaría ningún numerito por esa razón. Admiraba y respetaba a su capitán y cumpliría todas sus órdenes por el bien de la tripulación.

Los días fueron pasando. Estaban a punto de poner los pies sobre la isla de la que Law les había hablado. También había advertido a sus nakamas de lo peligrosos que eran algunos de esos tipos, debido a sus habilidades.

Fue fácil acabar con el pequeño grupo que estaba vigilando la cosa. Sin embargo, la cosa se complicó unos minutos después.

—¿Así que vosotros sois los niñatos que habéis interrumpido nuestras pequeñas vacaciones? —preguntó un tipo grande y corpulento.

Las cabezas de los habitantes del pueblo se asomaban con timidez por las ventanas de las pequeñas casas de paredes blancas. Debían estar atemorizados desde que aquellos malditos piratas habían tomado la isla.

—Venimos a derrotaros, quedarnos con vuestras posesiones y liberar esta isla —aclaró Law, con aquella actitud tranquila y segura que le caracterizaba.

Aquel hombre, que parecía el capitán de la banda, hizo un gesto con la mano mientras soltaba unas sonoras carcajadas. En cuestión de segundos, los piratas de Heart estaban rodeados por enemigos.

La batalla comenzó rápidamente. A (TN) no le costó mucho deshacerse de varios de ellos. Gracias a su agilidad, sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo, le resultaba bastante sencillo enfrentarse a cualquier pirata sin habilidades. En cuento a los usuarios, podía esquivar sus golpes con bastante facilidad, pero sus ataques contra ellos no eran muy efectivos.

A penas unos minutos después, tan solo quedaban los enemigos más fuertes. La peli(t/c) y el resto de nakamas, atacaban por parejas, mientras que Law se encargaba del supuesto capitán de aquella banda.

—¡Mierda! —La joven se giró rápidamente al escuchar la voz del pelinegro. Vio cómo se sujetaba el brazo mientras apretaba la mandíbula con rabia.

—Balas de kairoseki  —comentó divertido aquel hombre—. ¡Ahora es el momento!

Todo pasó muy rápido. El resto de piratas apuntaron a Law con sus armas. Este intento moverse, pero su cuerpo estaba demasiado débil como para huir en tan poco tiempo. (TN) no lo dudó y comenzó a correr hacia su capitán. Escuchó el ruido de los revólveres disparando y no tardó en sentir las punzadas de dolor que las balas provocaron en diversas pares de su cuerpo.

—¡No! —exclamó Law. ¿Por qué había hecho eso? Arriesgado su vida de aquella forma...

Aprovechó el momento de confusión para arrancarse aquella maldita bala del antebrazo. Se le resbaló un par de veces antes de lograrlo, ya que la parte que asomaba era mínima. Sintió un intenso dolor al deshacerse de aquel pequeño trozo de metal y notó como la sangre recorría su brazo. No le importaba. En aquellos momentos su mente solo pensaba en el sufrimiento que iba a causar a aquellos imbéciles por haber herido de aquella forma a una de sus nakamas.

[•••]

(TN) abrió los ojos con lentitud. Los párpados le pesaban ligeramente y la luz de la habitación le molestaba. Poco a poco se fue acostumbrando. No tardó en darse cuenta de que estaba en la sala de operaciones del Polar Tang. Ladeó la cabeza hacia la derecha, ya que de esa dirección provenían unos ruidos.

—Law... —murmuró. El susodicho se giró rápidamente. Dejó los utensilios sobre la mesa y se acercó a la cama en la que la chica estaba tumbada.

—(TN)-ya, por fin despiertas —dijo él, con cierto tono de alivio en su voz. Por suerte reaccionaron rápido una vez la peli(t/c) recibió los balazos. Con el poder de Law y la ayuda del resto, lograron acabar rápido y controlar las heridas de la joven—. ¿De verdad te parece sensato haber actuado así? Podrías haber muerto.

—Yo... —susurró ella. ¿Acaso no había forma de contentar a ese hombre? Le había salvado la vida—. Es mi deber protegerle, capitán. Siento haber causado problemas.

—No digas eso. Ni si quiera sé cómo agradecértelo. —Prácticamente de forma inconsciente, puso su mano sobre la de ella. (TN) sintió como el ritmo de su corazón se aceleraba por momentos. Era la primera vez que le tocaba—. Simplemente no quiero que os pase nada. Sentiría que he fracasado como capitán. Es mi deber protegeros a vosotros.

La joven tan solo asintió. Durante esos segundos de silencio, se pudo escuchar claramente como el estómago de la peli(t/c) rugía reclamando algo con lo que llenarse.

—Voy a pedir que te preparen algo. Debes coger fuerzas. ¿Te apetece algo en especial?

—Pues... Cualquier cosa que lleve arroz —respondió, pensativa—. Bueno, y algo dulce para después. Si puede ser.

—Bien —dijo, sonriendo de lado. Desde luego no había perdido el apetito—. Ahora descansa. Volveré más tarde con tu cena.

(TN) se acurrucó en la cama, buscando la postura idónea. Todavía sentía un ligero dolor en las diferentes partes de su cuerpo que habían sido dañadas, pero estaba claro que Law había hecho un gran trabajo. Como siempre.

Más o menos una hora después, la peli(t/c) se sobresaltó al escuchar el ruido de la puerta. Se había quedado medio dormida. Se incorporó para sentarse y observó con la mirada la bandeja repleta de onigiris a medida que su capitán se iba acercando.

—¿Es todo para mí? —preguntó la chica, una vez el pelinegro hubo dejado la bandeja sobre la cama. Este dio unos pasos para coger una silla y se sentó cerca de ella.

—Me gustaría comer un par, aunque sea —respondió él. Había intentado sonar gracioso, pero su cara no acompañaba.

—Sí, claro. Coge los que quieras. Es solo que no pensaba que te fueras a quedar aquí —comentó ella.

(TN) no era plenamente consciente de la sonrisa que se había dibujado en su rostro mientras decía esas últimas palabras. ¿Y cómo no iba a sonreír? Si Law jamás había hablado tanto con ella, a no ser que fuera para explicar un plan. Además, tampoco solía quedarse a cenar con el resto. No podía evitar que una gran felicidad invadiera su cuerpo.

Tampoco fue consciente —aunque era prácticamente imposible serlo— de los sentimientos que aquella sonrisa despertó en su capitán. Jamás le había visto sonreír desde que se subió por primera vez al submarino. No es que se fijara muy atentamente en sus nakamas, pero durante algún banquete o en alguna de las bromas que le gastaban, la peli(t/c) jamás había sido tan ruidosa como el resto ni tan animada. Aunque charlaba con todos y siempre estaba dispuesta ayudar, solía estar siempre seria. Al menos por lo que él había visto. El hecho de hacerla sonreír de aquella manera, simplemente por sentarse a comer aquellos onigiris con ella, le había hecho sentir extrañamente bien.

[•••]

Desde aquel momento, la relación entre Law y (TN) había cambiado. No se podía decir completamente, pero se apreciaban pequeños cambios. Solían intercambiar alguna que otra palabra cuando se cruzaban, la peli(t/c) solía proponer más ideas a la hora de pensar los planes y el pelinegro escuchaba con especial atención sus ideas. ¿Y qué decir de las miradas furtivas que intercambiaban de vez en cuando? Ninguna de esas actitudes había pasado desapercibidas por el resto de nakamas, aunque tan solo hablaban del tema entre ellos. Estaban seguro de que el capitán les asesinaría si insinuaban algo en su presencia.

—Compraremos las provisiones necesarias y volveremos de nuevo al submarino —recordó Law, mientras llegaban a las afueras de una pequeña ciudad—. Nada de entretenerse con tonterías.

Fueron paseando por las diferentes calles, abasteciéndose de diferentes productos de los cuales andaban algo escasos: frutas, verduras y otros alimentos de primera necesidad. Mientras caminaban, (TN) no pudo evitar fijarse en un pobre hombre que pedía dinero para comer.

—Law, ¿puedo darle algo de comida a ese hombre? —preguntó la peli(t/c), después de tirar de una de las mangas de la sudadera del chico para captar su atención.

—¿Vas a dar comida a cada mendigo que nos crucemos, (TN)-ya? ¿Sabes que eso es un gasto para nosotros? —recordó el pelinegro. Esta se quedó unos segundos en silencio. Comprendía perfectamente que no era un acto típico de una pirata y, por tanto, que su capitán no aceptara la idea. El ser sensible le hacía tener demasiada empatía—. Tendrás que encargarte de recuperar el dinero en el próximo barco pirata que ataquemos.

—Trato hecho —aceptó ella, antes de darse la vuelta para acercarse a aquel hombre mayor.

Law la observó fijamente mientras se alejaba. Otra vez había podido observar como los labios de la chica se iban curvando lentamente, hasta formar de nuevo aquella dulce sonrisa. Esa sonrisa que tanto le gustaba ver desde hacía ya unos cuantos días y que pocas veces veía.

Unas horas después, más o menos a mitad tarde, (TN) estaba acabando de darse un relajante baño. Se sorprendió al abrir las puertas de su armario, ya que no había ni una sola prenda de ropa. De hecho, ni si quiera estaban las prendas que había dejado en la cesta para la ropa sucia. Debía ser alguna broma de Shachi y Penguin. Más les valía tener una buena explicación.

Se acercó al armario de Ikkaku. Le cogería algo prestado. Bueno, esas eran sus intenciones, pero descubrió que su ropa también había desaparecido. Suspiró. Desde luego, si habían sido ellos se encargaría de darles una buena charla.

Se ajustó la toalla y salió decidida del cuarto. Iría directa al cuarto de Bepo. Por suerte, él dormía solo y era el más razonable de todos. Era con el que más segura se sentiría y al único que podía pedir ayuda en esos momentos, ya que sabía que su amiga estaba entrenando y no quería molestarla. El oso solía estar a esas horas en su habitación.

Estaba caminando por el pasillo cuando una de las puertas se abrió de golpe. Retrocedió con torpeza y, finalmente, acabó cayendo al suelo. Los ojos (t/c) de la joven se encontraron de repente con los orbes grises de su capitán. Por la expresión del rostro del chico —expresión que no había visto antes— se percató rápidamente de que la toalla ya no estaba cubriendo su cuerpo. Al mismo tiempo, se escucharon las voces de algunos nakamas que se estaban acercando.

—No —murmuró la joven, mientras se incorporaba al mismo tiempo que se recolocaba la toalla como podía. ¡No quería que le viera nadie más! Se metió sin preguntar en la habitación de Law—. ¡Cierra!

—¿Se puede saber qué haces paseando sin ropa por el submarino, (TN)-ya? —preguntó él pelinegro, después de cerrar la puerta e intentando mantener la compostura lo máximo posible.

—Entiendo que es una situación extraña —comenzó a explicarse la chica—, pero he salido del baño y la ropa de mi armario ha desaparecido. Iba a cogerle algo a Ikkaku, pero tampoco tenía.

—Solo tiene una explicación —concluyó Law—. Penguin y Shachi. Esos dos malditos pervertidos. Me encargaré personalmente de ellos.

—No se preocupe, capitán. Yo tendré una charla con ellos —dijo ella. Tampoco quería que se pasara con aquellos dos. Aunque hubieran sido unos idiotas, prefería hablar ella sobre el tema. Era demasiado protectora a veces.

Ambos se quedaron en silencio. El pelinegro observó cómo la peli(t/c) agarraba la toalla con las dos manos, temiendo que volviera a caerse de nuevo. Además, se podía apreciar cierto rubor en sus mejillas. Debía estar avergonzada por la situación y debía tratar de calmarla.

—(TN)-ya, no quiero que te sientas incómoda por esta situación. Yo no... No he visto nada —dijo él, finalmente. La joven alzó la mirada y arqueó una ceja—. Es decir, bueno...No me he fijado.

—Entiendo... —murmuró ella, algo decepcionada.

¿Por qué se sentía mal por ello? Era obvio que Law jamás se fijaría en ella. No lo había hecho  en todos aquellos meses y pensaba que ya lo tenía asumido. De todas formas, agradecía que estuviera intentando quitarle hierro al asunto. La verdad es que había sido una escena vergonzosa.

—Te dejaré una camiseta, hasta que vuelvas a conseguir tu ropa —propuso el pelinegro, cambiando de tema. La joven tan solo asintió.

Law se acercó al armario y comenzó a rebuscar dentro de él. Había mentido. Por supuesto que se había fijado, y le había encantado. No estaba nada mal. No es que fuera una chica explosiva, pero es que tenía algo que hacía que fuera especial para él. Y no solo era porque le salvara la vida aquel día. Había ido descubriendo pequeños detalles sobre ella y... ¡Mierda! En aquellos momentos, después de haberla visto así tirada sobre el suelo, solo se le venía una cosa a la mente.

Además, no era ningún idiota. Había visto perfectamente que la peli(t/c) se había disgustado al escuchar que él no se había fijado en ella. Puede que estuviera equivocado, pero eso era una clara señal de que tal vez ella sentía algo por él.

—Aquí tienes —dijo, mientras se acercaba de nuevo a ella y le ofrecía una camiseta negra.

—Gracias. —Apartó, con cuidado, una de las manos de la toalla y cogió aquella prenda de ropa. Alzó la mirada cuando vio que Law se había quedado ahí plantado—. ¿Puedes girarte?

—¿Quieres que me gire? —preguntó él.

Ella no contestó. Estaba perdida en aquellos profundos ojos grises que la miraban con tanta intensidad. Un calor abrasador comenzó a recorrer todo su cuerpo. Ella no solía quedarse sin palabras y siempre tenía una respuesta adecuada para todo, pero jamás hubiera imaginado aquella situación.

Ambos eran plenamente conscientes de las consecuencias que iba a tener lo que estaban a punto de hacer. El capitán y un miembro de la tripulación compartiendo algo más allá de una relación de nakamas. Era algo peligroso. Sin embargo, el deseo que sentían en aquellos momentos era demasiado grande para frenarlo.

En cuanto (TN) negó con la cabeza, el pelinegro se abalanzó sobre sus labios. Ella, por impulso, soltó la toalla para enredar sus dedos en los cabellos negros de su capitán, respondiendo al beso con la misma intensidad.

Caminaron torpemente hacia la cama, entre besos y caricias, con sus cuerpos pegados el uno al otro. Law empujó con suavidad los hombros de la chica, haciendo que se tumbara sobre el colchón y colocándose sobre ella a medida que se iba tumbando.

Aprovechando el fácil acceso que tenía a la piel de la peli(t/c), el capitán comenzó a recorrerla. Utilizó las yemas de sus dedos, sus labios y la lengua para recorrer las zonas más sensibles. No solo conocía las zonas que producían más placer debido a sus profundos conocimientos sobre medicina. Sabía algo más acerca del tema por otros medios, aunque no precisamente por práctica.

Comenzó por el cuello y continuó bajando por la clavícula. Se detuvo en los pechos de la joven, utilizando la lengua y los dedos para juguetear con sus pezones. Era curioso como provocar que aquellos pequeños gemidos salieran de la boca de (TN) incitaban a continuar provocándolos todavía con más ganas.

La chica, por su parte, estaba disfrutando como nunca. No tenía ningún tipo de experiencia en cuento al sexo, pero estaba decentemente informada sobre el tema. Aunque había que destacar que estaba superando las expectativas de todos sus conocimientos teóricos. Soltó un gemido bastante más sonoro que los anteriores cuando notó la lengua de Law lamiendo con habilidad aquella zona especialmente sensible de su intimidad. Incluso su vista se había nublado por momento debido al placer que estaba sintiendo.

Unos minutos después, el pelinegro tuvo que incorporarse para ir retirándose prendas. Estaba realmente acalorado y no podía negar que los vaqueros comenzaban a molestarle.

La peli(t/c) observó atentamente como su capitán se iba desnudando. No es que fuera un chico muy corpulento, pero sus músculos estaban perfectamente definidos. Y, joder, esos tatuajes quedaban perfectos en su cuerpo. Se quedó sorprendida cuando Law retiró la última prenda de ropa y pudo verle completamente desnudo.

(TN) era plenamente consciente de que esa era una situación bastante normal. Dos personas que se atraían entregándose la una a la otra y disfrutando del placer. Al igual que era obvio que alguna vez tenía que ser la primera, y que mejor que con Law. Sin embargo, no podía evitar estar algo nerviosa. Aunque, era también bastante común estar nerviosa la primera vez. ¿Podía dejar de analizarlo todo tanto? Tenía ese dios griego en frente de ella y a punto de que le hiciera suya.

—(TN)-ya, solo quiero asegurarme —dijo él, mientras se colocaba de rodillas entre las piernas de la chica—. ¿Quieres llegar hasta el final?

—Si no quisiera me hubiera encargado de habérselo hecho saber, capitán —respondió ella.

El pelinegro sonrió de lado mientras se inclinaba de nuevo sobre ella. Sabía que (TN) no era de las que se callaban si no querían algo, pero esta era una situación especial y quería estar completamente seguro.

Cuando la peli(t/c) notó el miembro de Law rozando su entrada, su cuerpo dio un pequeño espasmo y se agarró con fuerza a los bíceps de su capitán. Puede que estuviera más nerviosa de lo que pensaba.

—Iré con cuidado —le tranquilizó él, mientras acariciaba una de sus mejillas con suavidad. La joven se sentía totalmente segura entre sus brazos.

Comenzó a introducirse con cuidado, notando rápidamente como el calor del interior de la joven le envolvía. Era una sensación placentera, aunque todavía no lo era para ella, ya que estaba acostumbrándose todavía a la intrusión.

Cuando el cuerpo de (TN) comenzó a relajarse, Law supo que era el momento de comenzar a aumentar la velocidad las estocadas, y así lo hizo. Los jadeos no tardaron en comenzar, indicando que el placer que sentían gracias aquella fricción iba aumentando por momentos.

Poco después, la peli(t/c) comenzó a mover también las caderas, tratando de aumentar todavía más el ritmo. El pelinegro se quedó quieto, dejando que ella misma fuera la que mandara, a pesar de estar bajo de él. Era excitante observar cómo se movía y gemía al mismo tiempo. Cuando vio que estaba llegando al máximo punto de placer, acercó una de sus manos a la intimidad de la joven, para poder rozar su clítoris.

—¡Ah, Law! —soltó.

El hecho de observar aquella expresión en su rostro mientras continuaba moviendo las caderas arriba y abajo con fuerza, hizo que el chico acabara prácticamente a la vez que ella. Se quedaron unos cuantos segundos en aquella posición, mirándose el uno al otro, hasta que Law salió con cuidado de ella y se tumbó a su lado.

—Ha sido increíble —comentó (TN), pocos minutos después.

—Sí —confirmó él—. Ahora solo falta decidir que va a pasar a partir de ahora.

—A mí, personalmente, me gustaría repetirlo más veces —explicó la peli(t/c), mientras se incorporaba para sentarse. De esa forma podía observar mejor el rostro de su capitán.

—Yo no estaba dudando sobre volver a repetirlo —aclaró, sonriendo de lado—. Me refería a explicar al resto nuestra nueva relación.

—¡Ya está lista la cena! ¡Todos a la mesa! —se escuchó gritar al cocinero desde el pasillo. Ambos miraron hacia la puerta y, acto seguido, volvieron a mirarse de nuevo.

—Creo que de momento es mejor no decir nada. Debemos hablar bien sobre el tema y planear como dar la noticia. Podemos hablar más tarde sobre ello, de forma detenida —comentó la chica, mientras se levantaba y se acercaba a por la camiseta negra que Law había sacado para ella.

El pelinegro la observó atentamente mientras se ponía aquella prenda de ropa. Desde luego, (TN) era la chica ideal para él. Su respuesta había sido tan sensata como esperaba de ella. Le encantaba su madurez y que se tomara las cosas tan en serio. Estaba seguro de que podría contar con ella para su plan de venganza, y que sería un gran apoyo.

Sí, lo sería. (TN) sería un gran apoyo para el resto de su vida.

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