19. ACE 🔞‼️
Personaje: Ace
Contexto: Mundo Alterno, Vampiros
Contenido adulto: Sí
Personalidad lectora: atrevida, seria, madura y divertida. Cariñosa pero difícil acercarse a ella.
Pedido por: MariyMerry (espero que te guste)
ACE X LECTORA
En un mundo donde los humanos debían convivir con la existencia de los vampiros, tan solo podían sentirse protegidos gracias a un grupo con ciertas habilidades especiales. Personas que lo habían perdido todo. Individuos que habían presenciado horribles muertes ante sus ojos, que tenían sed de venganza y que ya no les importaba morir. Bueno, morir con tal de llevarse a tantos vampiros por delante como fuera posible.
La joven (TN) era una de las personas que pertenecía a ese grupo. No es que fuera un grupo reducido. De hecho, mucha gente se presentaba voluntaria para ser entrenada. El problema era que la mayoría no sobrevivía a la primera caza. Por suerte aquella chica de cabellos (t/c) ya llevaba unas cuantas cacerías exitosas. Si bien es cierto que quedo en coma durante casi cuatro meses después de la primera, el resto no fueron tan mal. El entrenamiento que les proporcionaban los cazadores más expertos era duro y riguroso, así que había ido mejorando con el tiempo.
—Tenemos varios testimonios cerca de estos dos pueblos —explicó Mihawk, uno de los siete mejores cazadores del gremio—. (TN), tú te encargarás de esta zona. Recuerda que queremos que lo traigas vivo. Te daremos el material necesario para atraparlo y traerlo a nuestras celdas.
—Bien, sin problema —dijo ella.
(TN) se tomaba muy en serio su trabajo. No le gustaba cometer fallos y acataba todas las órdenes, tanto para las misiones como durante los entrenamientos. Era una joven muy madura. El hecho de tomarse las cosas con seriedad no significaba que no supiera divertirse, de hecho ella y sus mejores amigos del grupo solían animar las celebraciones.
Salió de la mansión con todas las armas necesarias. El kit incluía: una pistola con balas especiales, dos estacas creadas con una extraña madera de la cual solo los expertos que las creaban sabían su procedencia y varias cuerdas sometidas encantamientos para poder someter a los vampiros. Allí en su base tenían un grupo de personas especializadas que se encargaban de producir todo el material necesario.
Iba a ser un viaje largo. El pueblo al que le habían mandado estaba a una semana de camino. Corrían riesgo de que los vampiros se desplazaran, pero normalmente solían frecuentar la zona que marcaban como su posesión durante un buen tiempo. Hasta que no quedaban humanos por atormentar o a los cuales chupar la sangre.
Durante su camino, (TN) paraba a descansar en algunas posadas. No lo hacía durante demasiado tiempo, tan solo las horas necesarias para recargar fuerzas. No entablaba más conversaciones de las necesarias. Debía limitarse a cumplir con su trabajo. Sus ropajes dejaban claro que tipo de persona era. En especial la capa que llevaba grabado el símbolo de los cazadores de demonios. Era importante no mantenerse en incognito. El hecho de que los vampiros supieran que había cazadores cerca hacia que su actividad menguara, y la gente de los pueblos se sentía más segura.
Tras varios días de camino, la joven peli(t/c) por fin llegaba a aquel pueblo perdido entre montañas. Ya estaba atardeciendo. El cielo estaba nublado y las calles estaban desiertas. Se podía palpar en la atmosfera el terror de los habitantes. Pocas casas tenían las luces encendidas. Caminó hasta encontrar una pequeña taberna.
—Me gustaría tomar una jarra de cerveza, por favor —pidió, mientras se sentaba en uno de los taburetes que estaban enfrente de la barra.
—Enseguida —dijo el tabernero, un hombre de mediana edad. Cogió una de las jarras de cristal y la colocó bajo el grifo de cerveza—. Es una suerte que por fin hayas llegado. La gente está atemorizada. Se ven figuras extrañas cuando cae la noche. Ya hemos tenido tres muertes por mordedura de vampiro.
—Tranquilos. Os libraré del problema lo antes posible —dijo la joven, mientras daba un buen trago a su jarra. Refrescante.
Unos minutos después se despidió de aquel buen hombre y salió de nuevo a las calles del pueblo. Miró al cielo. El brillo de la luna apenas era apreciable debido a las nubes grises y oscuras. La luz de las farolas era tenue, dando un toque tétrico a la atmosfera. Desde luego, aquel era el escenario perfecto para vampiros.
(TN) paseó tranquilamente por las calles, agudizando su vista y observando cada esquina allí por donde pasaba. Unos extraños ruidos que provenían de las afueras captaron su atención. Cambió la dirección y caminó unos minutos por fuera del pueblo, hasta la entrada de un pequeño bosque. Se escondió rápidamente tras uno de los árboles y asomó la cabeza. A unos escasos metros había dos criaturas luchando a vida o muerte.
Los vampiros podían llegar a ser muy territoriales. Si estaban a cargo de un pueblo y otro de ellos venía a entrometerse en su territorio no dudarían en matarle. Bueno, eso le ahorraría trabajo. Esperaría a que uno de los dos acabara con el otro y se encargaría del ganador.
Dicho y hecho. Además, las nubes se estaban esparciendo y la luz de la luna daba más visibilidad. Uno de ellos había destrozado completamente al otro. Había desgarrado cada parte de su cuerpo usando sus colmillos y uñas. Se acercó sigilosamente por detrás y lanzo la cuerda. ¡Bien! Había acertado a la primera. Tiró de ella para que el material apretara sus brazos con fuerza. Ya lo tenía inmovilizado, así que se acercó hasta a él.
Se quedó algo sorprendida al ver la apariencia de aquel ser. ¡Parecía un humano! Aquellos cabellos negros alborotados, ojos oscuros, aquellas pecas bañando su rostro... Lo único raro eran los colmillos. (TN) se agachó para comprobar sus manos. ¿Cómo había podido desgarrarle de esa forma? Sus uñas eran normales.
—¿Sorprendida? —le escuchó preguntar. Volvió a incorporarse rápidamente.
Ignoró sus palabras. Una de las reglas era no conversar con los vampiros, ya que podían llegar a embaucarte con sus palabras. Sin embargo, estaba totalmente sorprendida. Los vampiros no solían tener una apariencia humana tan definida. Aunque la forma del cuerpo era parecida, eran mucho más terroríficos. No solían tener pelo, la piel era tan blanca que se marcaban todas las venas, sus ojos estaban inyectados en sangre, la boca descarnada y sus uñas eran largas y afiladas.
Ató la cuerda al tronco de uno de los árboles. Su objetivo estaba capturado y no podía deshacerse del agarre de aquella cuerda especial. Descansaría unas horas y partirían temprano por la mañana. Aquel ser continuó intentando conversar, pero acabó desistiendo y por fin la peli(t/c) pudo rendirse y caer en los brazos de Morfeo.
[•••]
Ya llevaban dos días de camino y el vampiro no parecía inmutarse por la nula atención que le estaba prestando la cazadora. (TN) era una persona a la que era difícil acceder. Era consciente de que no era la única que lo había pasado mal en la vida, ni mucho menos. Mucha de la gente que había ido conociendo moría en las misiones. Cada vez que eso ocurría era más dura que la anterior. Hubo un tiempo que se cerró completamente, pero ya hacía casi un año que conoció a tres grandes amigos. Y los cuatro estaban durando bastante.
—Venga. Cuéntame por qué se supone que tienes una apariencia tan humana —pidió la chica, mientras caminaban por un estrecho sendero.
—Vaya, por fin —dijo el chico, sonriente, mientras ladeaba la cabeza para poder ver a su acompañante que caminaba detrás. Todavía tenía restos de sangre alrededor de los labios—. Me llamo Ace.
—No he pedido que me digas tu nombre —recordó ella, manteniéndose seria. Él suspiró.
—Es porque no me alimento de humanos. Los vampiros vamos perdiendo nuestra apariencia humana a medida que nos convertimos cada vez más en seres monstruosos —explicó el pelinegro—. Supongo que si guardas tu decencia como humano... También lo hace tu apariencia. Es mi teoría.
—¿No te alimentas de la sangre humana? ¿Y qué bebes entonces? —preguntó la joven. Esta conversación estaba despertando su curiosidad todavía más.
—Sangre de animales —respondió, como si fuera algo obvio. Sí, era de esperar—. Me he acostumbrado a reprimir mis deseos por la sangre humana. Llevo mucho tiempo dedicándome a matar a otros de mi especie. Por cierto, estoy hambriento. ¿Podría soltarme? Estoy oliendo la sangre de muchos animales.
—Bien —murmuró ella, sonriendo de lado. Le apetecía un poco de acción—. Te espero aquí. Intenta escapar si te atreves.
(TN) se sentó sobre la hierba, cerca de un pequeño arroyo, mientras el vampiro se alejaba. Esperó tranquilamente, hasta que decidió que había pasado el tiempo suficiente. Esto dejaba claro que no había que fiarse de ningún estúpido vampiro. Esta vez le daría su merecido. Se incorporó y se sacudió los pantalones.
—Ahora sí he recuperado mi energía. —Se sobresaltó al escuchar su voz. ¿De verdad había vuelto? Se giró para observarle. Estaba agachado, cogiendo agua entre sus manos y frotándose la cara—. ¿Me he quitado la sangre?
—Espera —dijo ella, acercándose.
Mojó sus dedos en el agua y frotó en las zonas que el vampiro se había dejado por limpiar. Los ojos de ambos se encontraron. La peli(t/c) dio un paso hacia atrás. La sonrisa de ese tipo era demasiado amable. Y, en fin, era jodidamente guapo. Debía dejar de interactuar tanto con su objetivo. Los graznidos de uno de los cuervos de Mihawk le sacó de sus pensamientos. Llevaba un papel atado a una de sus patas. Lo cogió y el cuervo emprendió su camino de vuelta. «(TN), necesitamos tu ayuda de nuevo. Se ha dado otro caso cerca de la zona por la que te estás moviendo. Sé que no te supondrá ningún problema encargarte de dos vampiros a la vez. Si al final es necesario que los mates, puedes hacerlo. Te esperamos el tiempo que haga falta. Estamos en contacto».
—Vaya, tenemos trabajo —dijo Ace, emocionado, cerca del oído de la joven.
—No está bien leer conversaciones ajenas —gruñó ella, mientras cogía de nuevo la cuerda.
—Déjame libre, no pienso escaparme —pidió él. La peli(t/c) lo pensó durante unos segundos y, finalmente, guardó la cuerda de nuevo dentro de su equipaje. Si se le ocurría escaparse, le mataría.
—Está bien. Venga, en marcha —ordenó, mientras comenzaba a caminar. El pecoso aceleró el paso hasta situarse a su lado.
—¿Quieres que te cuente cómo me convertí en vampiro? —preguntó, después de un buen rato caminando en silencio. Ella se encogió de hombros. Vaya, esa chica era un hueso duro de roer—. Yo, bueno, tenía una novia. Estábamos prometidos. Fue el mismo día de la boda. La verdad es que no recuerdo todo con detalle. Todo pasó muy deprisa. Cuando recobré la conciencia, lo primero que vi fue a mis familiares ensangrentados y destrozados en el suelo. Tenía tanta sed... Y estaba rodeado de sangre. Escuché los sollozos de mi novia, pero no sentí nada. La habían dejado viva porque sabían lo que pasaría... No pude frenar mis instintos. Es difícil controlarte recién convertido, ¿sabes? Nunca jamás he vuelto a probar la sangre humana.
—Es horrible...—susurró la peli(t/c), completamente descolocada. ¿Cómo se podía hacer sufrir así a una persona? Ya no eran las ansías de beber sangre humana, es que disfrutaban haciendo sufrir a las personas—. ¿Por qué me lo has contado? Me sabe mal que hayas tenido que revivir esos recuerdos para contárselo a alguien que acabas de conocer.
—Hacía mucho que no hablaba con nadie —confesó él—. Estar años sin mantener una conversación es bastante aburrido.
(TN) se quedó pensativa. La vida de Ace había sido horrible. Además estaba condenado a vagar por el mundo sin nadie, protegiendo a los humanos. No podía sentirse identificado con ninguno de los dos grupos. Debía ser duro.
A partir de ese día, la relación entre los dos cambió por completo. La joven cazadora se abrió un poco más y conversaban más a menudo. Incluso se permitían tomar algo en los pueblos que paraban a descansar. La peli(t/c) pensó que era buena idea que Ace se integrara un poco con los humanos. Lo único que debía hacer era no sonreír muy descaradamente en frente de la gente.
Además, fue de gran ayuda para acabar con el otro vampiro que rondaba por aquella zona. Desde luego, su fuerza y velocidad descomunales superaban a las habilidades de cualquier cazador. Fue prácticamente imposible mantenerlo atrapad, ya que daba demasiados problemas. Por esa razón decidieron acabar con él.
Ya era la última noche antes de llegar finalmente al castillo. Allí, Ace sería juzgado por los siete líderes y ellos decidirían su destino. (TN) tan solo podría aportar su opinión y testimonio, pero no formaría parte del juicio.
En aquellos momentos estaban en la habitación de una pequeña posada. La joven estaba tirada en la cama y el vampiro sentado en el suelo. Tenía la espalda apoyada en la pared y jugueteaba con un palito que tenía entre las manos. Los vampiros no necesitaban dormir, aunque él conservaba la extraña enfermedad que tenía cuando todavía era humano. Sufría de episodios de sueño espontáneos. Las primeras veces que pasaron fue muy gracioso.
(TN) no podía evitar estar algo preocupada. Durante ese tiempo había llegado a coger cariño a su acompañante. No sabía cuál iba a ser su destino, pero no había estado mal eso de trabajar juntos. ¿Quién le iba a decir que acabaría siendo amiga de un vampiro? Bueno, y... Se sentía atraída por él, pero ese era un tema aparte que intentaba apartar de su cabeza. No tenía sentido, ¿no?
—Deja de pensar en mí y duérmete —dijo Ace, de repente.
—¿Qué dices? —dijo ella, algo nerviosa, incorporándose rápidamente y quedándose sentada sobre el colchón. No solía ponerse nerviosa, pero era una situación algo extraña.
—Vaya, la inquebrantable (TN) se ha sonrojado —comentó él, divertido. Se movió rápidamente y se sentó frente a ella. La habitación estaba algo oscura, tan solo la escasa luz que entraba por la ventana iluminaba la estancia. Sin embargo, el pelinegro podía ver perfectamente en la oscuridad.
—Vuelve al suelo —ordenó ella. El pecoso ignoró sus palabras. Empujó los hombros de la chica, haciendo que volviera a tumbarse y se colocó a gatas sobre ella.
—Me gustas, (TN). Y no me gustaría desaprovechar nuestra última noche juntos, si es que quieres aprovecharla —dijo, tranquilamente—. No sé lo que pasará conmigo mañana.
—Te gusto porque soy la única chica con la que hablas en años —aclaró la peli(t/c). Esto provocó la risa del vampiro.
—No sé. En serio, eres guapa y me rio mucho contigo. Me encanta cuando te pones seria para hacer tu trabajo —explicó—. Y tengo muchas ganas de besarte ahora mismo.
—Hazlo. —Esa palabra arrancó una sonrisa medio de lado al vampiro. Una sonrisa diferente de las que había visto hasta ahora.
—¿No tienes miedo? Puede que pierda el control y te muerda. El olor de tu sangre es muy dulce y apetecible —murmuró, pegando su boca al cuello de la joven.
—Si me muerdes más de lo necesario... Te mataré —le advirtió. Podía llegar a ser muy cariñosa cuando tenía confianza, pero su espíritu de cazadora salía ante cualquier amenaza. Él tan solo rozó lentamente su cuello con la punta de la lengua, arrancando un pequeño suspiro de su boca. El cuerpo de la chica tembló ligeramente bajo el suyo.
—¿Tienes experiencia? —preguntó Ace, incorporándose de nuevo ligeramente. Ella se quedó en silencio. Estuvo con un chico durante un tiempo, pero solo se preocupaba por satisfacerse a sí mismo. Por eso lo mandó a la mierda.
—Algo —contestó, finalmente.
—Bueno, estoy un poco oxidado, pero intentaré que sea la mejor noche de tu vida.
Se inclinó lentamente, hasta que acabo rompiendo esos centímetros que les separaban y juntado sus labios con los de ella. Se fundieron en un beso apasionado. Sus lenguas tardaron tan solo una milésima de segundo en buscarse la una a la otra. (TN) tenía las manos enredadas en aquellos cabellos negros y vampiro acariciaba la piel de la chica por debajo de la camiseta. Se incorporaron, sin dejar de besarse para poder quitarse la ropa el uno al otro. Sus labios se separaban solo cuando era necesario, pero volvían a juntarse de nuevo y continuaban, cada vez con más intensidad.
Una vez se deshicieron de todas las prendas, Ace se tomó su tiempo para admirar a la chica. Estaba a horcajadas sobre ella, sin apoyarse demasiado para no hacerle daño. Ella también examinó el cuerpo del pelinegro con la mirada, sin pudor alguno. ¿De verdad era un vampiro? Costaba de creer, después de las horribles criaturas con las que se había cruzado.
Ace acarició suavemente el bajo vientre de la chica y recorrió su piel con las yemas de los dedos hasta llegar a uno de sus pechos. Atrapó uno de sus erectos pezones y comenzó a pellizcarlo y estimularlo con suavidad. Acercó su otra mano para poder hacer lo mismo con el otro. Su erección crecía por momentos al observar las expresiones de placer de (TN). Sus gemidos, su cuerpo retorciéndose de placer. La ganas de probar su sangre eran grandes, pero todavía más la de unir su cuerpo al de ella.
Poco después, fue la peli(t/c) la que se movió para que sus intimidades se rozaran. Estaba tan húmeda que la punta del miembro de Ace se deslizó rápidamente en su interior.
—Vaya, veo que estás lista —comentó, en tono burlesco, después de haber soltado un pequeño gemido al sentir la calidez del interior de la joven.
—Cállate —se quejó ella, con la respiración entrecortada. Se incorporó y tiró del brazo del vampiro, para conseguir que te tumbara. Él se dejó caer sobre el colchón y espero a que la cazadora tomara las riendas.
La joven se colocó a horcajadas sobre él, de forma que su miembro iba penetrando en ella a medida que iba bajando las caderas. Lo hizo hasta que la llenó por completo. Comenzó a mover las caderas para poder sentir su roce, entrando y saliendo. El ritmo aumentaba a la vez que lo hacían sus ganas de placer. Ace agarró sus nalgas con una mano, mientras con la otra tiraba de su pelo. Verla cabalgar de esa forma sobre él era realmente excitante.
Pocos minutos después, el pelinegro tomó el control. Agarró con fuerza las caderas de la chica. Se impulsó una y otra vez, dando comienzo a una serie de duras y rápidas estocadas. Sus movimientos provocaron sonoros gemidos en (TN). Gemidos que probablemente despertarían a todos los huéspedes de la posada. Ninguno de los dos tardó mucho en llegar al clímax, explotando de placer y cayendo rendidos sobre el colchón.
—¿Los humanos y vampiros pueden tener hijos? —preguntó (TN), un rato después, mientras todavía seguían tirados en la cama. Nunca se había dado un caso así.
—Creo que mis espermatozoides están tan muertos como yo —respondió el pecoso. Ambos estallaron en carcajadas.
[••]
Había llegado el momento. La joven cazadora se paseaba de un lado al otro del gran salón, bajo la atenta mirada de sus compañeros. Ace estaba siendo sometido al juicio y les iban a comunicar la decisión en cualquier momento. Su corazón casi deja de latir al escuchar las puertas abrirse. El vampiro caminaba junto a los Siete. Se pararon cuando llegaron al centro de la sala.
—Tras un minucioso interrogatorio hemos decidido que Ace colaborará con nosotros —anunció Mihawk—. Sabemos que sus intenciones son nobles y sus habilidades serán realmente útiles para ayudar a los humanos. Espero que le acojáis como uno más.
(TN) y el pecoso se miraron mientras una disimulada sonrisa se apoderaba de ellos. Eso significaba que todavía les quedaban muchos momentos que compartir.
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