18. ACE

Personaje: Ace
Contexto: Mundo Real
Contenido adulto: No
Personalidad lectora: sensible, amorosa, un poco torpe y nerd.
Pedido por: MichanHeartPirate (espero que te guste)

ACE X LECTORA

(TN) estaba tirada en la cama. Cada vez estaba más deprimida. Había empezado la universidad con muchas ganas. Su mayor ilusión era haberse librado de sus estúpidos compañeros de instituto. ¿Por qué le costaba tanto socializar con la gente? Se consideraba una chica bastante divertida. Es cierto que le costaba soltarse, pero la gente casi nunca llegaba a darle esa oportunidad. Pensaba que en la universidad sería todo distinto, pero su desilusión había sido todavía mayor al darse cuenta de que seguía rodeada de personas superficiales y falsas.

Bueno, vale. No todo el mundo. Su mejor amigo entraba en el grupo de las pequeñas excepciones. Portgas D. Ace, el chico que se acercó a conversar con ella aquella vez en el patio del instituto. Se acercó a pesar de que ella era una de las chicas más nerd de su curso. El hecho de no tener muchas habilidades sociales y de estar muy metida en los libros solía echar para atrás a la gente con prejuicios. Sin embargo, a él no le importó. Tal vez porque era dos años mayor que él. Más maduro que los idiotas de su clase.

El sonido del timbre la sacó de sus pensamientos. Vivía sola. Sus padres le habían alquilado un piso cerca de la universidad y le estaban ayudando económicamente mientras ella buscaba trabajo. Se acercó con paso cansado hacia la puerta y la abrió para encontrarse con aquellos ojos negros y profundos.

—Ey, (TN) —saludó el pecoso, con aquella radiante sonrisa. Siempre irradiaba felicidad. A la joven la gustaba estar con él cuando se sentía algo deprimida, ya que siempre conseguía pegarle esa alegría tan característica de él.

—Ace, pasa —dijo ella, haciéndose a un lado. Se fijó en las bolsas que su amigo llevaba en la mano.

—He traído todo lo necesario para una sesión de ánimo. Aperitivos salados y dulces. No nos va a faltar de nada esta tarde —comentó el pelinegro—. ¿Ya has preparado nuestras películas y juegos favoritos?

—Sí, está todo listo —confirmó ella.

—Bien, pero antes vas a sentarte conmigo y me vas a contar que te pasa —ordenó Ace, mientras se sentaba a un lado del sofá. La chica asintió y se sentó junto a él—. Puedes coger algo para comer.

—Eh, sí... —murmuró, mientras se estiraba para rebuscar en las bolsas. Algo de chocolate estaba bien para empezar.

—Venga, empieza a soltarlo todo —le animó a hablar.

—No sé, Ace, estoy deprimida por todo —comenzó—. Pensaba que en la universidad todo sería diferente, pero la gente sigue siendo igual de superficial, falsa y egocéntrica. Además, llevo dos meses buscando un trabajo y todavía no he conseguido nada. No quiero que mis padres tengan que seguir pagando este piso. Ni si quiera estoy segura de que la carrera que he escogido sea la adecuada para mí. Y... Hecho mucho de menos vivir cerca de vosotros.

—(TN), sabes que el tema de trabajo es complicado en general. Estoy seguro de que pronto encontrarás algo, y sabes que a tus padres no les importa pagártelo. Tampoco es que sea un lujo de piso. —Dijo esto último a modo broma, intentado arrancarle una sonrisa. Funcionó—. Gente idiota hay en todas partes: en el instituto, en la universidad, en el trabajo, en la calle... Estoy seguro de que has conocido a alguien que valga la pena.

—Bueno, suelo estar con dos compañeras de clase en los descansos y a la hora de comer. Nos ha tocado juntas en el grupo de trabajo y son bastante estudiosas, así que comparamos apuntes y comentamos cosas de clase —explicó (TN)—. Aunque de momento solo es eso, cosas de clase. No es que seamos algo así como amigas.

—Bueno, pero ese es el primer paso. Poco a poco, a parte de los estudios, comenzaréis a hablar de otras cosas. Así, esas chicas podrán ganar una buena amiga como tú —dijo el chico, mientras acercaba una mano al rostro de la peli(t/c) para pellizcarle la mejilla—. Y sabes que podemos seguir quedando aunque estemos lejos. Luffy y Sabo también tienen ganas de verte.

—Tendríamos que organizar al menos una quedada obligatoria al mes —añadió la chica.

—Eso está hecho —dijo el pecoso, guiñando un ojo—. Y respecto a tú carrera, te aseguro que es el primer paso para tu trabajo ideal. Lo sabes y lo sabemos desde que nos conocemos. Ahora estás confundida porque estás en uno de tus periodos donde ves drama en todo, pero sabes que es así.

—Sí... Ay, soy una aguafiestas. No sé cómo me aguantáis. Gracias por animarme —agradeció ella, mientras se dejaba car sobre su amigo para abrazarle.

—Bueno, todos tenemos lo nuestro —comentó Ace, mientras le despeinaba el cabello. La chica se apartó rápidamente, entre risas—. Venga, ahora que ya estás mejor vamos a empezar con las películas y los juegos.

Optaron por comenzar con una película y los dos coincidieron en que querían una de comedia. No estaba mal para empezar. (TN) se levantó para preparar unas palomitas mientras el pecoso le iba leyendo los títulos. Era complicado encontrar una película que no hubieran visto, pero siempre estaba la opción de ver alguna que no hubieran visto en mucho tiempo.

Acabaron eligiendo una película algo antigua que les encantaba los primeros años de instituto, y fue una gran elección. No faltaron risas durante aquella hora y media, incluso continuaron mientras los créditos iban rodando en la pantalla. ¡Cuánto había estado necesitando ese tipo de momentos! Ace era una de las personas más importantes de su vida. Era el que mejor le entendía y el que más la soportaba. Se tragaba todas y cada una de sus rayadas mentales.

—En serio, creo que esta es una de mis películas favoritas —comentó Ace, una vez cesaron las carcajadas—. Ahora toca algún juego, ¿no? Y creo que mejor de mesa, para descansar un poco los ojos de la pantalla.

—Bien, voy a por la colección que tengo en el armario —dijo (TN), mientras se levantaba del sofá. En el proceso, tiró al suelo el bol donde estaban las palomitas, esparciendo por el suelo las que quedaban. No, no se habían hecho solo un paquete. Esa era la tercera vez que habían rellenado el recipiente—. ¡Ay, no!

—La torpeza no se te va a pasar nunca —dijo el pelinegro, entre risas.

Sí, era algo torpe. Eso le había causado bastantes problemas a lo largo de su vida, especialmente en el instituto. Odiaba ser el centro de atención y sus pequeños despistes hacían que sus compañeros se rieran de ella. Sin embargo, la risa de Ace en aquellos casos no era para nada molesta. No le sentaba mal como la del resto. Tal vez porque no se reía a modo de burla.

—Desde luego que no... —murmuró, mientras se llevaba a la boca la barrita de chocolate que tenía en la mano. Había que recoger aquel desastre que había provocado. El pecoso se agachó rápidamente para ayudarla. Fueron metiendo las palomitas de nuevo en el bol, para después tirarlas. ¡Qué desperdicio!

—Eh, ¡te estás comiendo la última barrita! Eso no vale —se quejó Ace.

Ella alzó la mirada y se encontró con aquellos ojos negros, tan solo a unos centímetros de distancia de los suyos. El pecoso dio un gran mordisco a aquel dulce, provocando que sus labios casi se rozaran. Se quedaron petrificados durante unos segundos, mirándose fijamente mientras las mejillas de ambos comenzaban a teñirse de un ligero tono rojizo. Finalmente, los dos dieron un mordisco, para quedarse cada uno con su trozo y poder separarse.

Los dos continuaron recogiendo palomitas sin decir ni una palabra. No hacía falta hablar. Sabían que, a partir de aquel momento su relación cambiaría por completo. ¿Cómo habían tardado tanto tiempo en darse cuenta?

NOTA 📌

que ha sido más corto que otros, pero me ha gustado a acabarlo así. Breve y tierno ❤️

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