Antes de que me pregunten, sí, estoy obsesionada con esa entrevista y sí, no pude evitar escribir algo :3

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No era novedad que a Dylan O'Brien le encantaran los perritos, si él pudiera, adoptaría a todos los perritos que existen en el mundo y viviría feliz encerrado con cientos de cositas peludas corriendo por toda su casa.

Pero seamos realistas, Dylan no podría cuidar con tanta ternura hecha perro, puesto que su mascota que más le había durado había sido un lindo pez dorado, el cual murió cuando Dylan y el pequeño pez -en su pecera, por supuesto- salieron de paseo al parque  y por esos andares del destino, Dylan tropezó, tirando y haciendo añicos la pecera.

Pobre Nemo IX...

¡Pero bueno! Eso no significaba que no amara a los animales, al contrario, él estaba fascinado con cualquier animal quede le pasara por enfrente. Sólo que era muy distraído...

Y Dylan sabía eso, por ello, tampoco era novedad que cada vez que la oportunidad se le presentase fuera a la nueva tienda de mascotas que hacía tres meses había abierto solo para ver a los adorables perritos que se exhibían en unas jaulas. Si bien Dylan no estaba de acuerdo con éste acorralamiento, debía admitir que era la única forma en la que podía acercarse a su animal favorito.

Todos los que trabajaban ahí, incluyendo al gerente, conocían a Dylan e incluso lo saludaban como si fuera un compañero o amigo más. Y el castaño conocía a los hermosos perritos que estaban a la venta, e inclusive les ponía nombre sabiendo el riesgo de encariñarse más de lo debido y llorar cuando uno de ellos se iban.

Y hoy era un día en que Dylan había decidido aparecer en la tienda con una radiante sonrisa después de haber sido regañado por su mejor amigo, Tyler Posey, de que ir a ese lugar le hacía daño, pero no le importaba, ya que amaba ver a las tiernas criaturas y a cierto rubio amable que trabajaba en ese lugar.

–Hola Kaya.–saludó el ojimiel animado, Kaya le sonrió y le devolvió el saludo.

–¡Hey! Qué grato es verte de nuevo.

Dylan se emocionó por ese comentario de su amiga, él también se sentía feliz por visitar su lugar favorito. Y por supuesto, estaba ansioso, su corazón daba un brinco con el único pensamiento de volver a ver a ese chico tímido que tanto le gustaba.

Y hablando, como dicen coloquialmente, del rey de Roma: un chico alto, delgado y de cabello dorado cobrizo se les acercó algo cohibido y con un leve color rosado en sus mejillas.

–H-hola Dyl.

–T-Tommy... Hola.

La chica azabache se enterneció al estar presenciar una escena tan cursi como ver a dos enamorados sonrojados. Decidió darles un momento de privacidad mientras se alejaba lenta y sigilosamente.

–Ehhhh... ¿Quieres ver a los perritos? De seguro estarán felices al verte.

Dylan sonrió y asintió. Se sobresaltó al sentir el tacto frío de la mano de Thomas contra la suya. No tuvo tiempo de reparar en el agradable cosquilleo que su piel sentía porque fue arrastrado por el rubio a la zona de los canes.

Los animalitos comenzaron a ladrar y a mover sus colitas felices, en verdad que estaban felices por ver al castaño. Dylan no pudo evitar soltar un chillido de emoción, Thomas soltó una ligera risa.

–¡Los cachorritos!–exclamó fascinado.

Ahí estaban: Burbuja, una bella maltés blanca; Quesito, un pequeño Chihuahua marrón; Pelusa, un pomerania de pelaje rojizo y... ¿¡Dónde estaba Golddie!?

–¿Y-y Golddie?

Thomas se quedó callado, mordió su labio y bajó su vista.

–Dyl... Golddie ya tiene dueño.

Algo dentro de Dylan se quebró, y no pudo evitar desmoronarse en los brazos del rubio. Golddie, un Cocker Spaniel simpático de pelaje dorado, ese perrito era su vida. Y ahora... Se había ido...

–¡No! ¡No puede ser posible!–sollozó en el hombro del chico.

–D-Dyl... Cálmate. Vamos a mi casa a que te tranquilices.

Dylan sólo asintió mientras seguía llorando.

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Ambos entraron a la morada de Thomas, esta lucía acogedora y se veía muy bien ordenada y limpia, lo contrario de la vivienda de Thomas...

–¿Ya estás mejor, Dyl?

–No.–hizo un puchero.–extraño a Golddie.

–Dyl... Te aseguro que Golddie no pudo haber tenido un amo mejor.

Las ganas de llorar volvieron a los ojos de Dylan. ¿Cómo es que Thomas podría ser tan cruel con él sabiendo cuánto amaba al peludo?

–¿Cómo puedes estar seguro de eso?

–Porque conozco y adoro a ese hombre con mi vida y sé que él se merece tener un perrito, y aunque sea un total inexperto en cuidar animales, yo le ayudaré a cuidarlo...

Y en ese momento, se escucharon ladridos a lo lejos. Dylan reconoció ese ladrido y puedo jurar que el castaño estuvo a punto de llorar.

–Oh por Dios, ¿te refieres a mí? ¿Yo soy el dueño?–hizo una pausa al carburar lo que el rubio había dicho.– ¿¡tú me adoras!?

Las mejillas de Thomas se encendieron en un rojo carmín intenso.

–Me encantaría ayudarte a cuidar al cachorrito, pero también me gustaría una cosa más.–Thomas se acercó a Dylan y le tomó la barbilla con sus dedos, pudo ver aquellos ojos marrón que tanto brillaban al verlo.– Mi pequeño amante de perros, ¿Quieres ser mi novio?

Miles de mariposas revolotearon en el estómago de Dylan mientras que la sangre caliente subía a su cara. No dijo nada y pudo ver la decepción del bello chico en su mirada, así que, de un momento a otro capturó los rosados y suaves labios de Thomas con los suyos.

El sabor de Thomas era embriagante, no podía dejar de perderse en su sabor. A veces llegaban a separarse por unos segundos para recuperar el aliento y volver a besarse. Dylan sentía fuegos artificiales en todo su ser y no quería soltar a Thomas de él, porque ya había esperado tanto por este momento.

Un ladrido más fuerte los sacó del trance, dándose cuenta que Golddie estaba a la espera de la nueva pareja. Ambos rieron.

–Voy a presentarle mi novio a Golddie.–susurró besando la mejilla del rubio.

–Novio. Qué lindo se escucha esa palabra de tus labios.

–Se escucha mejor el que tú seas mi novio, cariño.

Ambos se dieron un casto beso en los labios antes de ir a la búsqueda de Golddie.

–¡El cachorro! ¡Golddie!

Y sí, ese fue un grito de Dylan.

✂️✂️✂️

No me gustó, tal vez lo modifique luego, dependiendo de lo que ustedes digan  :'B

Holaaaaaa ❤️

Yo en serio que amé con mi vida la entrevista de Dylan con los cachorritos, es que fsjkñskhjdfjs 😍❤️

Preguntas triviales:

¿Cuál es la canción que les ha estado obsesionando en éstos días?

Yo sin duda del álbum de Jesse Rutherford ('&') No lo sé, me gusta mucho mucho

¿Ustedes le confesarían a una persona que quieren mucho que sienten algo por esa persona? 🤔

Yo... No lo sé. Es complicado xd

Si tuvieran la oportunidad de preguntarme una cosa ¿qué me preguntarían?

Atentos, que voy a responder xd

Y bueeeno... Eso es todo por hoy

Los quierooooo! ❤️❤️