Grown up below the line 2
El gusto de mayonesa y queso amarillo inundaron su paladar en una exquisita explosión de sabores magníficos. El emparedado deseado. Era lo único que amaba de la cafetería de Al.
—Ya tenía tanto que no comía un sándwich tan delicioso —gimió Thomas encajando una mordida en el pan tostado de su almuerzo.
Stu sonrió con suficiencia.
—Lo bueno es que yo puedo comer omelet de claras cuando yo quiera.
—Deja de ser tan presumido por vivir debajo de la línea, que me muero de envidia —ironizó masticando una pequeña zanahoria agria.
Su hermano se encogió de hombros y volvió a enfocarse en su plato de claras, aún manteniendo su pequeña sonrisa que expresaba su timidez.
—Estoy con el hombre que amo. Esto me parece un paraíso.
Todo rastro de burla se desvaneció. A Thomas le dio ternura el leve color rosado en las mejillas de Stu. Sabía que en ese momento estaba pensando en su alma gemela, alma que en algún tiempo la ciencia cometió el terrible error de separarlo de su lado.
Pero como dicen, el amor rompe fronteras. Y solamente un amor tan puro como el de ellos era capaz de desafiar hasta las leyes de gravedad.
Ojalá pudiera conocer algo así...
—En realidad sí te envidio, Stu —Al ver la cara confundida del mayor, aclaró—: Vives con el hombre que amas, tus hijos te adoran y nuestros padres están de acuerdo que tengas una vida plena aquí, debajo de la línea. Tienes la vida perfecta que cualquier desgraciado como yo desearía vivir.
—Gracias —respondió Stu con sinceridad, aunque su cara no abandonaba la sorpresa por sus palabras.
Thomas sólo sonrió y se dedicó a seguir disfrutando de su almuerzo. No quería pensar en lo mucho que le angustiaba no encontrar a su complemento, la persona que estaba dispuesta a amarlo y a darle un refugio entre sus brazos cálidos. Temía que al fin y al cabo se quedara solo, como un infeliz que no mereciera el amor de ninguna persona.
—¿Qué vamos a hacer hoy? —Cambió el tema de la conversación, sabiendo lo mucho que le entusiasmaban los fines de semana a Stu.
—Hoy vendrán Plisa y Booj a casa, se quedarán a dormir —Los ojos del mayor resplandecieron—. Pensaba en una noche de cartas y... ¿tal vez un partido de safeball?
—Te voy a patear el trasero —Se burló Thomas, haciendo negar al otro castaño con diversión.
—No lo creo, tú eres el que llorará como un bebé que hace pis en su pañal.
Ambos hermanos soltaron una sonora carcajada.
—¡Hey! Hola, Thomas —Una voz frente a la mesa donde se encontraban sentados, los sorprendió. Thomas subió la mirada y puede que se haya cohibido un poco cuando se encontró con la mirada marrón de Newt, quien le sonreía.
—Hola Newt —murmuró con timidez y le echó una mirada a su hermano, él no parecía entender los últimos dos minutos—. La otra vez salvó mi vida de unos bravucones.
El rubio dejó salir una suave risa. Ahí no puede creer el devastador efecto que tuvo en él, sobretodo porque todo su interior se derritió como chocolate en verano y casi se sintió desvanecer como adolescente hormonado.
—Qué va. Esos dos no pueden espantar ni a un ratón. Por cierto —Le extendió a Stu su mano para saludarlo—, soy Newt, un gusto.
—Stu Maxsome, el hermano de Tom —Con la misma amabilidad de Newt, su hermano correspondió el saludo con una sonrisa amistosa—. Con razón mamá dijo que habías llegado a casa sonriendo, ¿eh, Tom?
Carraspeó e intentó ignorar la bonita sonrisa del rubio para que sus mejillas no lo delataran. Vale, sí, había llegado a la casa de sus padres fantaseando con la cara del chico que lo había salvado y puede que a veces llegaba a sonreír de repente al acordarse de él. Pero nada más, no era gran cosa...
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó en cambio.
—Bueno, vine a recoger a mi hermano. Es que trabaja aquí y tengo que pasar por él para que no haga algún desastre en las calles—Newt echó una mirada detrás de su hombro y se removió nervioso—. Fue bueno verte.
—Lo mismo digo —sonrió.
—Ya me tengo que ir... Thomas, Stu —Hizo una reverencia—. Hasta luego —Fue lo último que dijo antes de huyendo del lugar.
—Es lindo —comentó Stu con una ligera sonrisa a lo que las mejillas de Thomas hablaron por sí solas— ¿Por qué no me habías hablado de él?
Un mesero trajo la cuenta y Thomas no dudó en poner su muñeca en el aparato para pagar. Ni era para tanto, habían gastado nueve créditos.
—Apenas lo conocí, bro —Se apresuró a decir antes de que su hermano le reclamara por pagar—. Además, no quería contarte que intentaron asaltarme.
—De ahora en adelante te quedarás a dormir en casa si ya es tarde. Y no quiero un no por respuesta.
Thomas asintió resignado, no podía discutir con su hermano, él tenía todas las de ganar.
Ambos recogieron sus cosas y se dispusieron a salir del lugar, discutiendo del clima para poder jugar safeball.
—¡Thomas! —Un llamado lo sobresaltó cuando ambos hermanos estuvieron a punto de cruzar la calle.
Su corazón se aceleró al ver que Newt se acercaba corriendo a ellos, pero se preocupó cuando el nerviosismo había cruzado en las facciones del chico.
—Hola de nuevo, Newt —musitó con timidez cuando el rubio estuvo lo suficientemente cerca.
—Hey —Newt intentó sonreír—. Me preguntaba si tú... Bueno, si era posible el... Ehhh... ¿Tú querrías...? Ugh —exclamó frustrado y tomó una bocanada de aire antes de soltar—: ¿T-Te gustaría salir conmigo?
Un calor infestó sus mejillas de manera inevitable y las horrorosas mariposas revolotearon en su estómago. ¿Cómo era posible que Newt le gustara tan de repente?
—U-Uhh... Me encantaría, Newt. Pero hoy tengo planes con mi hermano.
El rubio rió con nervios.
—Oh, descuida —Hizo una pausa para mirarlo y volvió a sonreír—. ¿Sabes qué? Te daré mi dirección, así podemos vernos cuando desees.
—No es necesario.
—Lo es —Los ojos marrón de Newt lo miraron suplicantes—. Para mí lo es.
Antes de replicar algo más, el rubio le extendió un pequeño papel donde venía algo escrito. Miró a Newt y pudo apreciar un ligero rubor en su cara.
—Ven cuando desees.
—De acuerdo —aceptó bajando su vista, no queriendo mostrar más su vergüenza.
Ahora sabía que no era el único afectado por ese breve encuentro entre ambos, Newt también había sentido una extraña conexión desde el momento que se habían visto. Y no sabía cómo sentirse al respecto.
El rubio exhaló aliviado.
—Te veo luego, Thomas. Adiós, Stu.
Thomas no respondió de vuelta, el chico había salido despavorido de esa escena, que ni tiempo le dio de contestar. Ni a su hermano.
—Vaya que le gustas, Tom —Rió Stu—. ¿Y qué fue eso de "Tengo planes con mi hermano"?
—Vine a verte, no a flirtear con un chico que no conozco.
Stu obligó a Thomas a subir su cara para que lo mirase a los ojos. La determinación de su hermano lo descolocó.
—Le pediré a Burt que nos lleve a la casa de tu Newt.
|*|*|*|
—¿Crees que hice bien en alentarlo con esto? —preguntó Stu, aferrándose al estómago de su esposo.
Burt sonrió enternecido. El corazón de Stu revoloteó al ver los ojos grises de su match achicarse.
—Es nuestro Tom, clara de huevo. Él sabrá cómo llevar las cosas.
Stu volvió a echarle un ojo a Thomas antes de mirar a su amado. Sonrió y admitió que Burt tenía razón, al fin y al cabo su hermano menor ya era todo un adulto.
—Te amo, Burt.
—Yo más... Clara de huevo.
Ambos sonrieron y emprendieron un camino a casa, donde sus hijos los esperaban para una velada familiar.
Mientras tanto, Thomas se debatía si en llamar a la puerta o salir corriendo hacia la casa de sus padres.
Pero no pudo elegir, porque la puerta se abrió de repente.
—¡Demonios, Minho! Sabes que no se juega con el calentador de la bañera —Newt exclamó y se sobresaltó al encontrarse con Thomas—. Ups. H-Hola, Tommy.
Sus ojos casi se salen de órbita y aún no sabe si es por el apodo o porque Newt estaba desnudo del torso.
No quiso observar detalladamente por el temor que el rubio lo descubriera. Pero su pecho, a pesar de no estar tan musculoso, se veía muy bien formado.
Thomas tuvo que tragar saliva.
—Hola Newt, creí escuchar que podía venir cuando quisiera.
—Por supuesto, Tom... Thomas —Se corrigió de inmediato y sonrió—. Pasa, por favor.
Un calor hogareño llegó a él como olas de comodidad. En las paredes beige pudo ver miles de fotografías colgadas sin orden aparente, Thomas supuso que eran fotos familiares.
Newt lo condujo a la sala de estar, donde había un sillón café desgastado, también pudo ver una enorme caja de donde salían dos largas antenas metálicas.
Una televisión, pensó, aquí no son planas.
—¿Crees que pueda dejarte un momento solo en lo que... me pongo una camiseta?
Thomas asintió con una leve sonrisa. Le daba ternura que el chico fuerte pudiera avergonzarse ante él.
—¡Minho, ven a poner otro plato en la cocina! Tenemos visitas —vociferó Newt antes de entrar a una habitación y cerrar la puerta.
Todo el recinto quedó en silencio por un momento, como si el portazo del rubio hubiera sentenciado que todo el mundo se quedara callado. Sin embargo, Thomas deseó que ese momento hubiera sido eterno.
—¿Por qué siempre yo? ¿Por qué no te manda a ti, Chuck? Yo siempre soy el responsable de todo. Minho esto, Minho el otro.
—Es que eres un garlopo. A Newt no le gusta que te la pases arreglando tu patético cabello.
—¡Cállate, shank! No te metas con mi cabello.
Se sobresaltó al oír un estruendo detrás de sí y pudo ver a un par de chicos golpeándose en el suelo como si la vida se les fuera en ello.
—¡Eres adoptado! —gritó la voz más infantil mientras se daban manotazos.
—¡Al menos yo sí fui deseado!
En eso, Newt -ya con una playera negra puesta- intervino molesto.
—¡Niños! Tenemos visitas.
Ambos chicos dejaron pelear y lo observaron, el de rulos comenzó a gritar alarmado:
—¡Ahhh! Es el novio de Newt.
✂️✂️✂️
JAJAJAJAJA no pude evitar publicarlo, como que me encantó xd
Espero que les haya gustado, no estoy segura cuando publicar la siguiente parte. Ojalá estos días uwu
Por cierto, tengo dos semanas de vacaciones*-* Si Diosito lo permite, nos estaremos leyendo seguido:')
En fin, los amoooooo😍
—Saeta 💖🌸
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