ERENDI ES MI JEFA
Las puertas metálicas se abrieron, deslizándose a ambos costados.
Una persona dio un paso al frente, observando la sala de controles del cuartel general "AntiStemme". Los Magiese Stemme eran criaturas extraterrestres horrendas con una forma parecida a las ranas. El deber de los guerreros "AntiStemme" era proteger un pueblo llamado: "Anfi" en donde los Magiese Stemme querían asentarse. Las héroes del espacio eran las cargadas de evitar la invasión de los Magiese Stemme, pero los guerreros AntiStemme eran los únicos y más capacitados para aniquilar esta extraña raza.
Y Erendi era la jefa principal del cuartel. Observó hacia la lejanía en donde cientos de máquinas se extendian alrededor de todo el cuartel. Los arrowers al notar que la jefa había entrado al cuartel se pusieron a trabajar por fin. Lagann dejó la mitad de su dona aun lado, Fress terminó la partida de su videojuego y volvió a los códigos verdes, en cambio, Ave María borraba rápidamente el historial de navegación.
—"Dejaré que crean que no me di cuenta"—pensó Erendi—"solo esta vez"
Camino en medio de la sala, llamó a uno de sus esclavos, digo, empleados, con un gesto de dedo, quien se acercó.
—¿Cómo se encuentra la comunicación con el pueblo?
—Sin cambios, jefa— dijo Luz Céspedes.
—¿Otra vez?— Erendi se quedó pensativa.
—Jefa—la llamó RJerez— vera, hoy es el cumpleaños de uno de mis gatos y quisiera salir temprano para comprarle su pastel.
—¿Tu gato, dices?— Rjerez asintió, esperando una respuesta positiva. Erendi había estado muy pensativa desde la mañana, había algo que la inquietaba desde hace días por lo que no podía pensar con mucha claridad.
—Cumple cuatro—insistió RJerez al ver que no obtenía respuesta.
—Esta bien, pero tráeme mi café antes de las seis de la tarde.
—Sí, jefa, lo que usted ordene y se lo agradesco.
En ese momento hablo Luz Céspedes:
—Jefa, no hemos logrado contactar con el pueblo.
—"Esto es demasiado raro" "algo malo debe estar pasando en el pueblo" "los Stemme habrán logrado la invasión...no, es imposible, tienen a Raniie, ella es muy buena en su trabajo, no creo que se haya despistado, confio en ella". El arrower volvió a su posición. Erendi se recargo sobre una mesa, el suceso que le había estado molestando desde hace días había vuelto, las imágenes iban y venían en su cabeza, distraída, haciéndose miles y miles de preguntas. En eso estaba Erendi, cuando un comunicador que estaba en la mesa comenzó a emitir un sonido y la voz de Raniie pedía ayuda a través de él, de inmediato se apagó el comunicador haciendo una estruendosa interferencia. Erendi, no pudo escuchar nada, debido a sus pensamientos, quito la mano de la mesa y se volvió de espaldas hacia el elevador metálico, iría a su oficina a despejar su mente.
—Sí hay cambios, no olviden informarme— ordenó a los arrowers— ¡Estén muy atentos!
—De acuerdo, Jefa—asintió Luz Céspedes.
Erendi se recargo en el respaldo de su silla. No sabía cómo enfrentar la situación desconocida en la que se encontraba. Como no pudo despejar su mente en soledad. Decidió realizar su segundo trabajo.
En menos de lo que canta un gallo, Erendi ya estaba en la agencia de detectives, la mejor en todo Nueva York.
Y ahí también era la jefa.
Entró al corredor paso enfrente de sus apurados esclavos, digo, empleados.
—"Dejaré que crean que no me di cuenta".
Al llegar Yuliana Franco le informo que habían atrapado al asesino serial que era responsable de la muerte de seis jovencitas. Iban a hacerle un interrogatorio y Erendi quería estar presente para hacer las preguntas. En realidad era un asesina, a la que hacian llamar: "la chica invisible" .
—¿Daniela?
—Así es—afirmó Yuliana Franco mientras sostenia los informes—descubrimos el verdadero nombre de la joven.
—¿Hay nueva información?
—Se dice que se encuentra en un estado de locura y bipolaridad. Asesinó a seis chicas, pero no deja de repetir que fue su ex novio, un chico posiblemente imaginario a quien llama Ozpin.
—Entraré al interrogatorio.
Erendi le hizo preguntas a Daniela pero ella no paraba de repetir que ella no había asesinado a nadie que ella solo quería ver el mundo arder.
—¡Niji tienen la culpa!—gritó la chica— Niji puede mover objetos con la mente. Ella sabe lo que en realidad paso ¡yo solo quiero ver el mundo arder!
Erendi se rindió por ese día. Su mente no estaba en las condiciones adecuadas.
Ya era de noche, el día había pasado muy rápido, de nuevo estaba en su oficina y miraba por la ventana, sosteniendo una copa de vino mientras observaba las luces de la ciudad, elevo la mirada hacia la luna, hacia el claro de la noche y el brillo de las estrellas, y fue esa imagen la que le hizo comprender, que por más que quisiera, no podía tener siempre el control, sobretodo de aquellas cosas que no estaban en sus manos. Un sonido la interrumpio. Entrando RJerez con un café en la mano.
—Jefa— Rjerez sonrió con nerviosismo— le traigo su café.
—Son más de las doce—dijo Erendi, sorprendida de que Rjerez siguiera en el cuartel a esa hora.
—¿Así?— Rjerez se hizo la despistada, algo que hizo que Erendi soltara una sonrisa que no se le había visto en todo el día.
—Venga, hagamos trueque— Erendi extendió un brazo hacia Rjerez, invitandola amablemente a pasar, sin dejar de sonreír. Ambas se sentaron frente a la venta a observar el cielo. Rjerez con el vino y Erendi con el buen café.
—¿No era el cumpleaños de tu gato?
—Así es.
—¿En dónde está?
—No lo se.
FIN
******
Nota: El # lo vi en el perfil de Erendi :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top