Un último deseo.

Me quedé parado, sin saber que era lo que se encontraba delante de mí, sentado viendo la televisión como si nada.

-¿Oh?- Se giró hacia mi.- ¡Cuánto tiempo Shin-Chan! ¿Cómo estuviste?- Lo ignoré por completo y me senté en el sofá cambiando el programa de televisión que estaba puesto.- ¡EH! ¡Estaba viendo eso!- Volví a ignorar esa voz.- ¡Shin-Chan! ¡Hazme caso! ¡Estoy aquí!- Se acercó a mí y se sentó sobre mis piernas.- ¡Shin-Chan!- Me levanté de golpe haciendo que cayera al suelo.

-¡¿Se puede saber quién eres?!

-¿Eh? ¿Quién voy a ser? Takao.

-¡Eso es imposible! ¡No puedes ser él! ¡¿Que llevas?! ¡¿Una máscara?!- Le agarré de las mejillas tirando de ellas intentando quitar una posible mascara. Nada, seguía siendo el rostro de Takao.

-¡Para!- Se separó de mi.- ¡Soy Takao Kazunari! ¡Tu compañero al que obligas a tirar de una carreta!

-P-Pero es imposible... Hace dos meses que Takao... Murió.- Sentí como poco a poco me quedaba sin fuerzas a medida que decía la frase. Takao sonrió con tristeza.

-Lo sé. No sé qué pasó tan solo... Desperté aquí. No sé muy bien porque estoy aquí pero... 

-No digas nada más. Tan solo eres producto de mi imaginación, me estoy volviendo loco y estoy viendo la figura de mi mejor amigo que murió hace dos meses. Tan solo es eso.

-¿M-Mi mejor amigo?- Takao sonrió con un leve sonrojo en las mejillas. Ahí estaba la prueba, no podía ser un fantasma, o un espíritu, o una aparición, o lo que fuera ese Takao que tenía delante, no podía ser nada de eso ya que algo así no podría sonrojase... ¿No?

-Mira, no sé qué eres, puede que en este momento este hablando solo, pero tengo que ir al instituto así que no me distraigas.

-¿Cómo puedo convencerte de que soy real?

-No puedes, sé que esto es parte de mi imaginación.- Salí de casa una vez estuve preparado seguido por "Takao". A primera hora se daría un anuncio a todos los integrantes del club de baloncesto. Cuando llegué allí ya estaba todo el club reunido, me puse detrás de todo sin darme cuenta de que me estaba poniendo al lado de Kimura.  Al hacerlo ambos nos miramos y sin ni si quiera dirigirnos un "Hola" miramos hacia el entrenador.

-¿Porque no saludas a Kimura-San?- No conteste a "Takao" pues sabía que si lo haría solo me volvería más loco. El entrenador dejó de hablar, no era más que un anuncio para advertir que las practicas se reduciría por final de curso. La gente empezó a dispersarse hasta que tan solo quedamos Kimura y yo. Él sin mirarme se fue hacia la entrada.- ¿Porque no hablas con él?

-No es asunto tuyo.

-¿Aun no crees que sea yo no?- Takao fue hacia un balón de baloncesto, lo agarró e hizo que rebotara contra el suelo haciendo un fuerte ruido.- ¿Me crees ahora?

-Todo esto es producto de mi imaginación.- Di media vuelta para salir pero antes de que pudiera hacerlo él entrenador entró.

-Midorima no es momento de ponerse a practicar, ve a clase.

-N-No cogí el balón.

-¿Eh? Perdón me pareció oír como alguien rebotaba el balón.- Miré hacia Takao asustado, él sonrió y de nuevo agarró el balón pero esta vez arrastrándolo por el suelo hasta quedar a mi lado. Volví a dirigir mi mirada hacia el entrenador el cual miraba él balón con algo de miedo.- ¿A-Acaba de moverse?

-Habrá sido el viento...- Excusé. Takao se levantó y fue corriendo hacia el entrenador.

-¡Nakatani-San!- Intentó lanzarse a abrazarlo, pero en ese momento Takao travesó a Nakatani.

-Debe ser eso... Me dio algo de frío, mejor voy a por el abrigo.- Takao quedó parado en el sitio, se acercó a mi tocando mi torso, pero por el contrario de lo que pasó con el entrenador, pudo poner su mano sin "travesarme"

-N-No lo entiendo... ¿P-Porque tu si y él no?- No sabía que pensar, si eso era producto de mi imaginación, ¿Porque el entrenador dijo todo eso? ¿Porque vio el balón moverse? ¿Porque escucho los golpes? Acaso todo era... ¿Real? Acerqué mi mano temblorosa acariciando la mejilla de Takao, ¿Porque podía sentirla? 

-¿D-De verdad eres tú?- Takao asintió y sin poder conversar más sonó el timbre de clase. Me dirigí hacia allí pero a medio camino choqué con alguien haciendo que ambos cayéramos al suelo y todo lo que había dentro de mi bolsa se desparramara por el suelo.

-¡Vigila por donde vas!- Gritó una voz conocida. Al colocarme bien las gafas pude ver que se trataba de Miyaji.

-No fue culpa mía.

-Ya, últimamente nada es culpa tuya.- Chasqueó la lengua.- ¿Supongo que también me quieres culpar de esto?

-¿De qué estás hablando?- Preguntó Takao confundido.

-Tan solo déjame en paz, yo solo iba hacia clase.- Gruñí y chasqueé la lengua recogiendo las cosas que habían caído de ambas bolsas.

-¡Miyaji-San! ¿No me ve? Estoy aquí.- Takao se puso delante de Miyaji, el cual ya se había levantado, empezado a moverse delante de él para así intentar llamar su atención. Miyaji miró hacia sus lados confundido.

-¿Ocurre algo?

-Oí como... Alguien gritaba mi nombre.- Takao sonrió.

-¡Aquí Miyaji-San!- Colocó su mano sobre la mejilla de Miyaji, él inmediatamente colocó su mano sobre esa misma mejilla.

-Qué extraño...- Susurró Miyaji. Terminé de recoger las cosas y se las entregué a Miyaji, ambos nos fuimos sin decirnos nada más, como ocurría desde hacía dos meses.

-Parece que él si puede notarte.- Susurré.

-Sí.- Takao sonrió levemente y en ese momento se oyó como el pequeño llavero, que era el lucky ítem de cáncer, caía al suelo.- Shin-Chan se te cayó.- Takao fue a cogerlo pero, como pasó con el entrenador, Takao no consiguió agarrarlo.- ¿P-Porque no puedo? Ha-Hace un momento en el gimnasio...

-No te preocupes por eso y entremos en clase.- Entramos, parecía que nadie salvo yo veía a Takao el cual se movía de un lado a otro comprobando si había alguien más que, como Miyaji y yo, pudiera tocar sin atravesar. Nada.

Las horas fueron pasando, no pude concentrarme en clase, tan solo podía pensar en el porqué de que Takao volviera estar ahí, porque tan solo dos personas pudiéramos "notarlo" y porque tan solo yo lo veía. Tan solo de pensarlo me daba dolor de cabeza pero no podía dejar de darle vueltas. Pero en medio de nuestra última hora de clase llamaron a la puerta, Otsubo entró con un bloc de papeles.

-El profesor Hazuki me pido que le trajera estos papeles...- Miró hacia mí. Ambos nos miramos unos segundos que parecieron eternos y enseguida ambos bajamos la mirada.- Si no le importa se los dejo aquí.

-Gracias Otsubo-Kun.- Me miró una última vez y fue hacia la puerta, pero antes de salir Takao tiró de su camiseta.

-¡Otsubo-San! Dime que tú puedes verme, p-por favor.- Otsubo paró en seco y miró hacia dentro de clase confundido.

-¿Alguien me llamó?- Todos negaron.- V-Vaya disculpad... Debo habérmelo imaginado.- Salió de clase y Takao con una sonrisa se acercó a mí.

-El también puede notarme ¿Cierto?- Asentí ligeramente. Las clases acabaron y con rapidez fui hacia mi casa, tan solo quería preguntarle a "Takao" que estaba ocurriendo, porque estaba allí, no paraban de surgirme dudas, una vez ambos estuvimos sentados en el sofá lo miré durante un largo rato pensando en que decir.- Das miedo...

-¿Que está ocurriendo?

-No lo sé.

-¿Eres consciente de que has muerto?

-Sí.

-¿Cómo moriste?

-Creo que... ¿M-Me atropellaron?- Asentí.

-¿Cerca o lejos de aquí?

-Ah... No lo sé... Tengo la memoria confusa pero creo que... En el cruce de esta calle.- Volví a asentir y cogí aire preparándome para hacer la pregunta más dura que tendría que hacerle.

-¿Te-Te dolió?

-No... Es decir me golpeé la cabeza y creo que morí al instante... No sentí dolor... Creo.- Lo miré con tristeza, ¿Porque tuvo que ocurrir?- ¿Puedo preguntar yo algo?

-Dime.

-¿Qué pasó con los Senpais?- Suspiré. No quería decirle a Takao lo que ocurrió. Cuando él murió, en el funeral, nos empezamos a inculpar unos a otros por la muerte de Takao, desde ese día ya no volvimos a hablarnos más de lo que hablamos hoy.

-Nada.

-¿Nada? Antes... Siempre jugábamos juntos, cuando nos veíamos en los pasillos nos saludábamos y en los encuentros del equipo siempre nos poníamos juntos... En cambio hoy... ¿Fue por mi muerte?- No valía la pena mentirle, asentí con algo de tristeza. Ambos quedamos sumidos en un silencio incomodo durante varios minutos hasta que yo rompí el hielo.

-¿No sabes porque estas aquí? ¿No te despediste de alguien? ¿Te quedó algo por hacer? ¿Tu última voluntad?

-¡Ah! ¡Eso si lo sé! Quiero que cumpláis mi último deseo. 

-¿Tu último deseo?- Asintió.- ¿Y cuál es?

-No te lo voy a decir. Tendrás que descubrirlo tu~

-¡¿Cómo?! ¡Al menos podrías decirme que hacer!- Negó con la cabeza.

-Prefiero ver cómo te esfuerzas para intentar entrar en mi mente.- Takao empezó a reír, yo gruñí pero en el fondo, me sentía feliz de poder volver a ver esa sonrisa, esa sonrisa que mi corazón se acelerara tan solo con verla.

Llegó la noche, como todos los días me acosté en mi cama, pero Takao me siguió y al tumbarme yo se tumbó junto a mí. 

-¡¿Qué haces?!

-Tendré que dormir en algún lado... ¿Por cierto yo duermo?

-¡Y yo que sé! ¡Sal de mi cama! 

-No quiero dormir en el sofá... Tan solo déjame estar aquí... Por favor.- Suspiré sonrojándome. 

-Está bien.- Takao sonrió y se acurrucó en mi torso. Con las mejillas aún más rojas me giré hacia él y me quedé dormido.

"-¡Buen partido!- Gritó Takao. Habíamos terminado uno de esos largos partidos que jugábamos los titulares entre nosotros.

-¡Rayos! Si no fuera por el bloqueo que le hizo Otsubo a Midorima hubiéramos ganado.

-Déjelo ya Miyaji-San... Tengo que irme.- Takao se levantó del sitio.

-E-Espera Takao.- Dijo Miyaji.- ¿T-Te parece si hoy vamos algún lado? S-Si quieres.

-Está bien. ¿A eso de las seis en el parque?

-Bien.- Miyaji sonrió.

-No me interesan vuestros planes, hablad en privado.- Me levanté gruñendo, aunque no lo admití en ese momento me sentía celoso de lo que acababa de ver. Fui hacia mi casa a terminar los deberes, pero a las seis y cuarto recibí una llamada.- ¿Diga?

-Ho-Hole Shin-Chan, etto... A Miyaji-San le surgió algo y yo... Me quedé sin dinero y esto está lejos de mi casa... Y sinceramente no es como volver ¿Puedes venir a buscarme?

-¿Eres un niño?

-¡¿Vienes o no?!- Suspiré.

-Enseguida voy.- Me levanté del sitio y fui donde habían quedado Miyaji y Takao. Al cabo de una media hora dando vueltas encontré a Takao y nos fuimos juntos hacia casa. Durante todo el camino íbamos conversando de trivialidades, Takao sonreía saltando por todos lados mientras me explicaba cualquier cosa, cuanto amaba esa sonrisa. Llevaba ya un tiempo enamorado de él, no podía creerlo al principio pero, su sola sonrisa hacia que todo mi cuerpo se estremeciera, tan solo podía ser eso, amor. Llegamos a mi casa, invité a Takao si quería pasar, pero empezaba a ser tarde y tenía que irse a casa. Nos quedamos en la puerta, ninguno de los dos quería despedirse del otro y en aquel momento algo me impulso a acercarme a él. Puse mi mano en su mejilla y me acerqué a sus labios con lentitud hasta que pude rozarlos, pero entonces miré a sus ojos, me sonrojé de golpe y me separé. Que tontería... Pensar en poder besarlo... Era un completo disparate.- N-Nos vemos luego.

-B-Bien.- Entré en casa completamente rojo, ¿De verdad estuvo a punto de pasar? Pero en ese momento se oyó un fuerte golpe en la calle, corrí fuera y ahí me encontré lo peor que pude encontrar, el cuerpo de Takao ensangrentado yaciendo en el suelo"

-...hin-chan... Shin-Chan... Despierta.

-¿Eh?- De nuevo soñé con eso, el día en que Takao murió.

-Estabas llorando... -Toqué mi mejilla, como dijo Takao estaba llorando.

-No es nada.- Limpié mis ojos.

(...)

Pasaron tres semanas desde ese día, seguía sin saber muy bien cuál era el "último deseo" de Takao. Pero poco a poco pude ir descubriendo algunas cosas sobre el deseo de Takao, lo único que pude descubrir era que tenía que ver con lo que pasó el día del funeral, pensé que podría referirse a la pelea que tuvimos Miyaji y yo, pero con esa información ¿Que podía hacer? 

-Takao... ¿De verdad quieres que se cumpla ese deseo?

-¿Cómo?

-El que no me lo digas... ¿Realmente quieres que lo cumpla?- Takao sonrió con algo de tristeza.

-Claro que quiero Shin-Chan pero... ¿Desapareceré cuando lo hagas? No quiero irme de tu lado.- Me sonrojé levemente. Yo tampoco quería que eso pasara.- Pero espero con ansias el día en que lo hagáis, así podré estar tranquilo.

-Con eso... ¿Te refieres a los Senpais?

-¡Al fin descubres algo! Ya te queda menos para saberlo.- Al saber eso decidí reunirlos a todos, puede que me tomaran por loco si les decía lo que pasaba, pero era la única forma de hacer feliz a Takao. Con una nota anónima les dije que fueran todos al gimnasio, al parecer ahí Takao parece ser más "fuerte" supongo que por el mucho tiempo que pasábamos todos juntos ahí, ya fuera en las practicas o después de ellas jugando juntos.

-¿Que ocurre aquí?- Preguntó Miyaji al vernos a Kimura, Otsubo y a mí.

-¿Midorima que es esto?- Siguió Kimura.

-Tengo que deciros algo importante.

-No quiero escuchar nada que venga de  ti.- Dijo Miyaji casi escupiendo sus palabras.- Yo me largo.

-Takao… Esta aquí.- Dije haciendo que los demás me miraran con sorpresa y algo de enfado.

-Midorima no juegos con eso. Takao murió hace dos meses.- Contestó Miyaji mirando hacia el suelo con tristeza.

-D-De verdad… Él está aquí.- Miyaji mordió su labio inferior.

-¡Quieres dejar de decir eso! ¡El murió! ¡Por muy unidos que estuvieseis no sirve de nada fingir que sigue aquí!- Otsubo y Kimura asintieron.

-¡Yo tampoco lo entiendo! ¡No sé qué me pasa! ¡Debo haberme vuelto loco pero Takao está aquí!- Grite sintiendo como en mis ojos empezaban a amontonarse lágrimas.

-Shin-Chan no grites…- Takao se puso a mi lado.- ¿Porque no me ven?

-No lo sé…

-¡Deja de jugar con eso Midorima! ¡Lo que te ocurre es que te sientes culpable porque Takao murió por tu culpa!- Esas palabras, se sintieron como un puñal en el corazón.

-¡¿Disculpa?! ¡No fui yo quien le dejo plantado! ¡Si no hubieras dejado solo a Takao yo no tendría que haberlo ido a buscar y ahora seguiría vivo!

-¡¿Estás diciendo que es culpa mía?! ¡Eras tú el que estaba con él cuando le atropelló ese coche! ¡Además si tuve que plantar a Takao fue porque Kimura me llamó a último momento!

-¡¿Me estas culpando a mí?!- Gritó Kimura.

-C-Chicos n-no digáis eso…- Susurró Takao, pero en ese momento me sentía demasiado rabioso como para escucharle.

-¡Queréis callar los tres! ¡No fue culpa de nadie el conductor iba borracho!- Intervino Otsubo.

-¡Tú no te metas!- Le contesto aun gritando Miyaji. De un momento a otro el gimnasio se llenó de gritos inculpándonos unos a otros, diciendo incoherencias, tan solo descargando toda la ira que llevábamos dentro. Mientras Takao intentaba calmarnos inútilmente pues yo era el único que podía escucharlo. Pero de golpe, en medio de esos gritos, se oyó uno de los balones de baloncesto rebotar con fuerza en el suelo. Los cuatro nos giramos, pero solo yo pude ver lo que fue realmente ese golpe, Takao había agarrado un balón tirándolo contra él suelo.

-¿Q-Que fue eso?

-Os lo dije… Takao está aquí.

-¡Dejad de gritaros! ¡¿Es que no os dais cuenta?! ¡No fue culpa de nadie!

-Takao tranquilo…

-¡No Shin-Chan! ¡No estoy tranquilo! ¿Recuerdas lo que te dije cuando me viste? Te dije que quería que cumplieras mi último deseo, pero que tenías que descubrirlo tú. Ya me cansé de esperar. Lo que yo quería es que todos os volverías a unir. Que volviéramos a estar los cinco juntos.- Takao agarró el balón y me lo pasó.- Tira.- Asentí y bajo la mirada asustada de todos por lo que acababa de pasar con el balón, tire a canasta encestando.-Nice shoot.-Takao sonrió, agarró de nuevo el balón y se lo paso a Miyaji. Él miró el balón con miedo cuando lo recibió en sus manos.

-¿C-Como…- Miró al frente y enseguida retrocedió cayendo al suelo.- ¡T-TAKAO! ¡¿Q-QUE ES ESTO?! ¡¿U-UNA CAMARA OCULTA O ALGO?!

-Buenas Miyaji-San.- Takao sonrió.

-V-Vale c-creo que también me estoy volviendo loco…

-¿Qué ocurre?- Preguntó Otsubo.

-T-Takao está ahí.-Señaló hacia Takao.

-¿Tu también Miyaji?- Kimura suspiró.

-Devuelva el balón. -Miyaji le pasó el balón a Takao. Él se lo volvió a pasar a Kimura y seguido a Otsubo. Ambos miraron hacia Takao y gritaron sin creer lo que veían.

-¡¿T-TAKAO?!- Dijeron a la vez.

-Cuanto tiempo sin vernos ¿Eh? Bueno yo os veía pero vosotros no a mi.- Rió levemente.

-¿Qué haces aquí?-Preguntó Miyaji levantándose del suelo.

-Quiere que cumplamos su último deseo.- Takao asintió.

-¿Recordáis todas esas tardes en las que quedábamos para jugar? Nos pasábamos el rato en la cancha de baloncesto del parque haciendo un tres contra dos, nunca pude deciros lo muy feliz que me sentía siempre que estábamos juntos. Para mí era el mejor momento de la semana. Pero cuando tuve ese accidente… Dejasteis de jugar ¿Cierto?-Todos asentimos con la mirada baja.- No quiero eso. Quiero que todos sigamos jugando juntos, pero eso es imposible, al menos para mí. Por eso quiero que sigáis jugando vosotros. Quiero que volváis a ser los mismos que antes, que volváis a estar juntos, que volváis a ser un equipo. Aunque yo no este. Por culpa de ese accidente empezasteis a culparos los unos a los otros y a vosotros mismos. No entiendo muy bien lo que ocurrió, tan solo sé que morí. Pero por algo tan pequeño como eso no quiero que dejéis de hablaros. Quiero… Volver a jugar juntos… Por alguna razón parece que ahora podéis verme y… Aquí en el gimnasio puedo agarrar el balón. No lo entiendo pero, quiero que juguemos todos juntos.

-¿Ju-Jugar de nuevo?- Preguntó Miyaji. Takao volví a asentir acercándose a Otsubo que es donde estaba el balón, Otsubo al ver como se acercaba Takao retrocedió un poco asustado.

-No le haré nada Otsubo-San.- Sonrió.- Cuando intento tocar a alguien normalmente lo traspaso.

-T-Takao... ¿Que pasara cuando cumplamos tu deseo?

-¿Eh? Pues no lo sé. A decir verdad no me lo había planteado. Supongo que... Tendré que irme.- De nuevo reinó el silencio en el gimnasio al acabar de decir la frase.- Venga... Juguemos como antes... Por favor.- Nos miramos entre nosotros. Desde lo que ocurrió no hablábamos entre nosotros, ni si quiera cruzábamos miradas. Y ahora estábamos todos reunidos en un mismo gimnasio, planteándonos jugar un partido entre nosotros tan solo porque la persona que durante mucho tiempo siempre nos hizo sonreír nos lo pedía, y todos sabíamos perfectamente que aceptaríamos por ese simple hecho, porque queríamos hacer sonreír a la persona que siempre nos sacó una sonrisa.

-Está bien.- Nos acercamos donde estaba Takao con algo de duda.

-¿L-Los equipos como siempre?- Preguntó Kimura.

-Si.- Los demás contestamos a la vez. Nos pusimos en posición para empezar a jugar, Miyaji, Takao y yo contra Otsubo y Kimura, tal hi como jugábamos siempre. Empezábamos a jugar, todo era extraño, es decir, estábamos jugando con alguien que había muerto hacía dos meses ¿Cómo no serlo? Takao ahora era como un... ¿Fantasma? ¿Espectro? ¿Que era exactamente? Aun haber vivido con él durante ya semanas, seguía sin saber decir que era Takao en ese momento.

-El que antes llegue a treinta y cinco gana.- Empezamos a jugar. Desde que murió Takao no volvimos a jugar, Miyaji había dejado el equipo, Kimura aun permanecía en el quipo aunque no jugaba como antes, Otsubo al ser el capitán tenía que seguir como siempre pero se notaba que tampoco era el mismo y yo, realmente desde su muerte no volví a relacionarme con nadie, simplemente no podía dejar de pensar en él. Terminamos el partido ganando nosotros. No nos extrañó mucho, pues contando que teníamos a Takao en el equipo sabíamos que Kimura y Otsubo se habían acobardado. Aun eso Takao reía y jugaba como lo hacía siempre, con una hermosa sonrisa.

-Ganamos...- Susurró Miyaji.

-¡Genial partido!- Takao extendió la mano para chocarla con la de Miyaji, él con miedo lo imitó e intentaron juntar las manos. Al poder hacerlo, Takao se miró la mano impresionado como si no creyera lo que acababa de pasar.

-S-Shin-Chan conseguí chocarla con Miyaji...-Se acercó a mí y levantó la mano como lo había hecho segundos antes.- Buen partido.- También levanté mi mano juntándola con la suya.

-Sera... Porque estamos en el gimnasio... Aquí nos conocimos todos.- Dije tembloroso.

-Realmente no entiendo...- Intervino Otsubo.- Takao, ¿Este era tu último deseo?-Takao negó con la cabeza.- ¿Entonces?

-Os lo dije ¿Cierto? Mi último deseo no era que jugáramos todos juntos, mi último deseo era que volvierais a llevaros bien como antes, no quiero que por mi culpa dejéis de ser un equipo.

-Takao eso ya no... Es posible.- Miyaji mordió su labio inferior.- Sin ti ya no somos un equipo.- Takao rió.

-¿Bromeas cierto? Claro que somos un equipo, aunque ya no pueda... Estar en lo que se diría físicamente, siempre nos quedaran esas largas tardes jugando juntos, siempre permanecerá el nombre de Shutoku, no sé qué pasara cuando mi deseo se cumpla, pero siempre estará junto a vosotros aunque no veáis, en ningún momento dejare de estar a vuestro lado. Por eso, lo único que os pido es, seguid unidos, por favor.- A esas alturas ya todos habíamos empezado a llorar.

-Midorima, Kimura, siento haberos culpado por lo que paso.- Sollozó Miyaji acercándose a nosotros, ambos asentimos intentando controlar nuestras lágrimas.

-Yo también... Lo siento.- Dije limpiando mis lágrimas.

-¡Vamos! Al menos un abrazo.- Takao rió levemente. Miyaji y yo nos miramos y sin pensarlo mucho nos abrazamos.

-De verdad que... Lo siento mucho.- Susurró Miyaji. Nos separamos y miramos hacia Takao dándonos cuenta de que poco a poco empezaba a desaparecer.

-Vaya... Creo que esto llega a su final.- Sonrió levemente acercándose a Miyaji.- Miyaji-San, sé que este no es buen momento pero, se desde hace tiempo que usted está... Bueno, e-enamorado de mí, por eso yo de verdad... Lo siento. Estoy muy enamorado de Shin-Chan. Parece ridículo que lo diga ahora, pero en serio lo estoy.- Rió levemente avergonzado haciendo que mis mejillas ardieran.- No puedo corresponder a sus sentimientos pero... Puedo darle esto.- Takao abrazó a Miyaji, él mientras sus lágrimas aumentaban correspondió al abrazo. Aun estar desapareciendo, dentro del gimnasio aún se podía agarrar a Takao. Cuando se separaron Takao sonrió contagiando un poco a Miyaji que sonrió aun sin dejar de llorar.

-Kimura-San, nunca le dije esto, pero si no fuera por usted seguramente ya habría dejado el equipo, las prácticas eran muy duras y yo pensaba que no podía aguantar más. Pero el que siempre me animara a seguir y algunas veces nos trajera comida después de los entrenamientos... Me animó mucho. Gracias.- Kimura abrazo a Takao con fuerza.

-No me agradezcas por algo como eso...- Takao rió y se dirigió hacia Otsubo.

-Capitán...- Bromeó Takao.- Gracias... Aun lo que pasó seguiste igual, siendo el capitán fuerte y amable que necesitan todos los equipos, el que no cambiaras era la única cosa que me hacía pensar... Que yo aún seguía aquí, vivo, muchas gracias.- Otsubo mordió su labio inferior llorando con más fuerza.

-T-Takao...

- Siento... Lo que pasó con Miyaji-San pero... ¿No cree que empezar a ser hora de declararse? No es bueno guardar para siempre sus sentimientos.- Otsubo asintió con un leve rubor en las mejillas y finalmente, Takao se dirigió hacia mí. Me miró unos segundos sin decir nada y luego sonrió.- No voy a mentirte Shin-Chan, no quiero irme. Quiero quedarme con todos, quiero seguir jugando, quiero seguir tirando del rickshaw, quiero seguir pasándote el balón, pero ya es imposible. No tengo nada que decirte más que, muchas gracias Ace-Sama. Sé que no es el mejor momento pero, te quiero.- Dijo colocando su mano en mi mejilla intentando limpiar mis lágrimas inútilmente. Takao también empezó a llorar y yo le abracé con fuerza, sabiendo que esa sería la última vez que podría hacerlo.

-Si tan solo esa tarde... Hubiera tenido el valor de besarte a lo mejor ahora... Tú estarías aquí. Tan solo si hubiera sido valiente.- Takao negó con la cabeza.

-Aun así ese auto me hubiera alcanzado. Shin-Chan, no puedo pedirte que me olvides, a decir verdad si lo hicieras me sentiría bastante triste, pero quiero que encuentras a alguien mejor, alguien a quien quieras, alguien que tiré del rickshaw por mí, alguien que pueda hacer lo que yo nunca llegué a conseguir, estar junto a ti.

-¡N-No me pidas cosas que sabes que son imposibles! ¡¿Cómo voy a encontrar a alguien qua ame más que a ti?! ¡Es completamente imposible!- Grité sintiendo como las lágrimas que caían de mis ojos aumentaban.

-Lo harás Shin-Chan y el día que eso pase... Yo seré feliz de saber que encontraste a alguien que te quería tanto como yo.- Takao volvió a intentar limpiar mis lágrimas pero de nuevo fue imposible, podía notar su mano sobre mi mejilla, pero mis lágrimas eran imposibles de remover.- Que fastidio... No puedo limpiar tus lágrimas. Creo que realmente queda poco...- Takao dejó un suave beso en mis labios. Miré hacia él y sus pies ya habían desparecido.- Ya es el momento.

-¡AUN NO!- Gritó Miyaji.

-Muchas gracias por todo.- Dijo con tranquilidad. Sus piernas ya habían desaparecido por completo.

-¡RESISTE UN POCO MÁS!- Gritó Kimura.

-Seguid juntos ¿Vale?

-¡NO DESAPAREZCAS AUN!- Gritó Otsubo.

-Tan solo recordad...- Ya tan solo quedaba la mitad de su torso.

-¡TAKAO!- Un último grito desesperado salió de mí mientras intentaba alcanzarlo.

-...Siempre seremos un equipo, siempre seremos Shutoku, siempre seremos indomables.- Takao sonrió a medida que su rostro desaparecía dejando caer una última lágrimas.

-¡NO!- Gritamos los tres a la vez observado como de un momento a otro ya no había nada. Caí de rodillas al suelo sintiendo como mi mundo había desparecido por completo.

-¡TAKAO! ¡VUELVE! ¡TE OBLIGO A VOLVER! V-Vuelve... Por favor.- Mi voz se iba quebrando a medida que hablaba. Miyaji se colocó a mi altura abrazándome seguido por Otsubo y Kimura. Nadie tenía el valor de decir nada, más bien, nadie tenía la fuerza como para decir nada, seguíamos llorando en fuertes sollozos mientras nos abrazábamos, cumpliendo así la última voluntad de Takao de que estuviéramos todos juntos.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hola :3 no me maten :3 este OS me quedó muy estilo AnoHana xD No se… Me vino esta idea, me puse a escribirlo y salió esto… Espero que les gustes :3 Aun lo triste… Lo dicho, muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo One-Short~ 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top