Mi dulce esposo.
-Al fin se fueron todos...- Midorima suspiró.
-Tus amigos son divertidos, Shin-Chan.- Takao rió, limpiando todo lo que habían ensuciado.
-No decías eso cuando antes de conocerles casi te da literalmente, un ataque de nervios.- Rió con más fuerza.
-Es que... Tenía miedo... Es decir solo les vi en los partidos pero nunca en persona y... Temía no caerles bien o algo así.- Se sonrojó con una sonrisa nerviosa.
-Idiota... No creo que haya persona en este mundo a la que no le caigas bien.- Midorima se sonrojó al oír lo que él mismo acababa de decir, ni siquiera lo había pensado cuando lo dijo. Se golpeó mentalmente por lo que dijo, mientras su sonrojo iba en aumento. Takao agrandó su sonrisa, totalmente avergonzado por lo que acababa de decir su novio. Aun recogiendo, encontró una pequeña sábana blanca, sonrió al verla y se cubrió la cabeza con ella.
-Mira Shin-Chan, un velo.- De normal, Midorima habría contestado un "Déjate de tonterías, Bakao" pero, al mirar hacia el menor, y verle con esa tierna sonrisa, ese dulce sonrojo y ese velo improvisado sobre su cabello, todo su tsunderismo se derrumbó. Se acercó a él con una leve sonrisa, acariciando suavemente el rostro de Takao para que este le mirara a los ojos.
-¿Un velo?- Asintió.- ¿Entonces eres mi esposa?
-En todo caso tu esposo.- Takao hinchó sus mejillas, cosa que Midorima aprovechó para besar sus labios.
-Me gusta cómo suena.- Agarró a Takao por los muslos, subiéndolo hasta dejarlo a su altura.
-Kazunari Midorima... A mi también me gusta.- El azabache pasó sus brazos por el cuello de Midorima, envolviéndole de la misma forma sus piernas en la cintura.- Entonces, Midorima Shintaro, ¿Aceptas a Takao Kazunari como esposo?
-Mm... Solo si promete besarme todos los días.- Takao rió enternecido, pocas veces eran las que su Shin-Chan perdía tanto su tsunderismo.
-Lo prometo.
-Si es así, acepto a Takao Kazunari como esposo. ¿Y Takao Kazunari, aceptas a Midorima Shintaro como esposo?-Una leve risa surgió de ambos.
-¡Eso ni se pregunta! ¡Claro que sí!- Ambos chicos se besaron, sonriendo en medio de ese beso. Midorima empezó a andar a ciegas hasta el sofá, donde se sentó, dejando a Takao sobre sus piernas.
Se separaron de beso, ambos sonriendo. Midorima observó el destapado y tan sensible cuello que tenía Takao, sin pensárselo mucho empezó a repartir pequeños y tiernos besos por todo ese cuello. Logrando que dulces risas salieran del menor.
-Shin-Chan... Sabes que soy sensible en el cuello.- Siguió riendo, en ocasiones mordiendo sus labios evitando reír demasiado.
-Pero sabes que me vuelve loco el besarte ahí.- Dio una muy suave mordida.- Y sé que igual de loco te vuelves tu cuando te besó así.
-Maldito tsundere que sabe todo de mí.- Con esa frase acompañada de una sonrisa, Takao dejó a Midorima seguir con su importante tarea.
Ninguno de los dos lo diría, pero era una suerte que Takao fuera sensible en esa zona. Ya que para Midorima, no había nada más irresistible que un Kazunari riendo sonrojado por sus besos, y para Takao, no había nada mejor que los besos de su tsundere. Entre beso y besó, Takao bajaba algo su cabeza, pidiendo con desesperación que Midorima prestara la misma atención a sus labios que a su cuello. Claro está que él nunca podía negarse a ello. Pero en ese momento, Kazunari vislumbro a alguien al otro lado de la sala...
-¡R-Rayos! ¡¿C-Como se pone esta maldita cosa?! ¡AH! ¡Miyaji-San!
-¡Deja de gritar maldito!- El rubio apareció por la puerta.- ¡Otra vez la corbata! ¡Es la quinta vez que te la coloco bien!
-¡P-Pero es que no queda con este traje!
-¡Hemos pasado una hora solo para la corbata! ¡Va a ser esta te guste o no!
-P-Pero...- Takao hizo un puchero.
-Con veintisiete años, no te funcionan los pucheros.
-¿E-Esto es normal?- Bajó la mirada.- ¿E-Es normal estar tan nervioso?
-¿No recuerdas como estaba yo en la mía? Te pedí que me compraras una caja de piñas.- Miyaji rió.
-Lo peor de todo es que lo hice.- Takao se unió a la risa.
-Eres un buen padrino ¿Sabes?-Le sonrió.
-Usted también.- Le devolvió la sonrisa.
-Takao.- Otsubo apareció en la puerta, con un hombre de edad ya más avanzada a su lado.- Midorima ya está listo.
-Y-Yo también.- Respiró profundamente tanto como pudo. ¿Era normal tener dudas y estar tan nervioso? Claro que si, quien no lo estaría el día de su boda.
-Vamos Kazu, te están esperando.- El hombre que vino junto Otsubo, el padre de Takao, le extendió la mano a su hijo.
-S-Sí, va-vamos pa-papa.- Takao empezó a andar, pareciendo un robot a cada paso que daba.
-¿Pedir que te acompañe al altar no es auto asumir el papel de la mujer?
-¡Papa!- El hombre sonrió.
-Es broma, para que te relajes. En todo caso, serias el de abajo.
-Señor Takao, su hijo va a casarse con alguien de un metro noventa y cinco de altura. Créame, su hijo es el de abajo.
-¡Miyaji-San!- Las mejillas de Takao empezaron a arder mucho más de lo que ya lo hacían.
-No creo que tú seas quien hablar hijo.- Señalo hacia Otsubo.- También está claro quién de los dos es el de abajo.- Ambos nombrados se sonrojaron, desviando la mirada como si eso no fuera con ellos.
-¡P-Podemos dejar de hablar de eso!- Miyaji rio ante el nerviosismo de su mejor amigo y Kohai.
-Nosotros vamos a nuestros lados, nos vemos ahora.- Agrandó su sonrisa.- Y tranquilízate.
Una vez ambos amantes se adelantaron, Takao llegó junto a su padre a la puerta donde al otro lado, estaba su futuro marido.
-¿Listo hijo?- Suspiró y asintió.
Estaba tan nervioso que creía que en cualquier momento empezaría a llorar. El mayor de edad, abrió la puerta, haciendo que todos los invitados y el novio se giraran hacia el azabache, quien al ver ahí a todos los antiguos Milagros, a sus familiares y demás amigos, se puso aún más nervioso. Pero por suerte, su ángel estaba ahí, parado delante del altar, con un enorme sonrojo y una sonrisa extraña en él, pero sin duda hermosa.
Midorima volteó a ver a Takao, sonriendo al instante al verle, tan pequeño, tan dulce, tan nervioso, tan sonrojado. Rayos, se estaba enamorando aún más de Takao. Ambos enamorados se miraron unos segundos a los ojos, antes de que Midorima extendiera su mano hacia Takao, susurrando un pequeño "Ven". Takao aún no logra entender que le pasó en ese momento, pero necesitaba más que nunca sentir el calor de su novio. Se soltó del agarré de su padre, empezando a correr hacia Midorima, quien le recibió en sus brazos en un cálido abrazo, girando ambos levemente en el sitio.
-¡¿Para qué me pides que te lleve al altar si ibas a salir corriendo?!- Gritó con falsa indignación el padre de Takao.
-¡A-Ah! ¡L-Lo siento Papa!- Los invitados rieron enternecidos ante la escena.
-¿Estas bien?- Susurró Shintaro, de forma que solo Takao le oyera.
-Mejor que nunca.- Le contestó con esa sonrisa que tanto le caracterizaba.
-Si les parece, vamos a empezar la ceremonia.- Ambos se giraron hacia quien oficiaría la ceremonia.
-S-Sí disculpe.
-Bien, estamos aquí reunidos...- Ninguno de los dos podía estar atento a ese discurso que siempre se hacía en las ceremonias. Tan solo tenían ojos para la persona que estaba delante de ellos. Intentando que se notara lo menos posible, jugaban con las manos del otro, sonriéndose y lanzándose besos sin que nadie lo notara. Susurrándose un pequeño "Te ves hermoso" por parte de Midorima, y un "No tanto como tú" por parte de Takao. Sin escuchar nada más que los susurros del otro, ambos chicos sonreían inocentes.
-Midorima Shintaro, ¿Aceptas a Takao Kazunari, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida, hasta que le muerte os separé?- Midorima sonrió, perdiéndose una vez más en los ojos azulados de Takao.
-Acepto.- Se acercó a los labios del azabache sonriendo.
-Y usted, Takao Kazunari, ¿Acepta a Midorima Shintaro para...
-¡Acepto, acepto!- Incluyendo al novio, todos en la sala rieron.
-Entonces, puedes besar al novio.- Midorima terminó de acercarse a Takao, juntando sus labios en el beso más tierno que se dieron alguna vez, mientras oían como todos los invitados aplaudían, e incluso algunos silbaban para celebrar el enlace. Se separaron de aquel beso, mirándose a los ojos y riendo al instante, ninguno sabía si de felicidad o de nerviosismo, pero ya les era imposible quitar la sonrisa.
-¡Ahora al banquete!
-¡KISE!- Kagami, Miyaji y Aomine, golpearon al rubio.
-¡Au! Que era broma...- Takao rió con fuerza ante la escena, y Midorima sonrió todavía más al ver a reír a Takao.
Aun el haber golpeado a Kise, pasaron al banquete. El enlace se había celebrado al atardecer, así que ahora, al anochecer, tendría lugar la comida que habían decidido los novios.
-¡Intentos todos! ¡¿Pueden prestarme atención?!- Kise se levantó de su asiento, golpeando con el tenedor su copa para llamar la atención de todos. Incluidos Midorima y Takao, quien más que probar la comida, habían estado probándose entre ellos, a base de robarse besos y caricias.- Gracias, yo, como buen amigo de los novios que soy, me gustaría hacer un discurso en su honor.- Kise miró a la pareja sonriendo. Takao le devolvió la sonrisa, y Midorima pedía desesperadamente a "Oha-Asa" que aquel rubio no dijera ninguna de sus burradas.-Midorimacchi, Takaocchi, en primer lugar, felicidades a ambos. Y bueno... No quiero que ninguno de los dos se ofenda pero... La primera vez que Midorimacchi nos dijo que estaba saliendo con alguien... Pensamos que se había comprado una almohada con algún personaje dibujado y le había puesto nombre. Pero después de dos días diciéndonos que era alguien real, le creímos.- Toda la sala estallo en carcajadas, salvo Midorima quien golpeaba su frente contra la mesa.- Pero, cuando conocimos a Takaocchi, supimos que realmente, Midorimacchi había encontrado a su "otra mitad".
>No sé cuánto tiempo estuvimos insistiendo para conocer al novio de Midorimacchi. Estoy seguro que no era el único, que se esperaba un chico con un colgante de su signo del zodiaco, una camiseta con "Viva Oha-Asa", dos metros de altura e igual de serio que él. Pero no fue así, nos presentó a alguien mucho más bajo que él, sin ningún objeto extraño, y con una sonrisa en el rostro.
-Esto debe ser una broma...- Susurró Aominecchi, aprovechando que los ahora recién casados estaban pidiendo comida para todos en un Burger, todos nos reunimos para hablar.
-Ese chico es el contrario de Midorimacchi, yo me esperaba un segundo Midorimacchi no su otra cara.
-Aunque creo que era bastante lógico que se trataba de Takao con quien salía.- Dijo Kagamicchi.
-A mí me gusta Taka-Chin con Mido-Chin...
-¡P-Pero son completamente opuesto!- Dije yo.
-Pero los polos opuestos se atraen Kise-Kun.- Kurokocchi señalo a ambos. Nosotros nos giramos a verlos, viendo que de un momento a otro, Takaocchi se encontraba abrazando a Midorimacchi, y este sonrojado, mirando a todos lados sin saber que hacer.- Takao-Kun Midorima-Kun son incompatibles sobre el papel, pero completamente compatibles en la realidad. Takao-Kun rompe la fachada tsundere de Midorima-Kun, haciéndole alguien más cariñoso y amigable, y Midorima-Kun frena a Takao-Kun, lo justo para que no resulte herido en cualquiera de sus locuras. En mi opinión es así.
Todos quedamos callados ante la explicación de Kurokocchi, y al ver como realmente, Midorimacchi estaba correspondiendo al abrazo de Takaocchi con una sonrisa.
Ese mismo día fuimos a casa de Midorimacchi, y yo olvidé ahí mi teléfono. Así que volví, la puerta estaba abierta, y cuando entré, me encontré una escena que ni con la imaginación de Momocchi para emparejar a chicos con chicos, parecía real. Midorimacchi besando a Takaocchi, mientras este sonreía. Takaocchi me vio en la sala, y sonrió saludándome.
-¡Ki-Chan, hola!- Midorimacchi se giró hacia mí, decir que su rostro se parecía al cabello de Akashicchi y Kagamicchi juntos, era quedarse corto.
-¡Siento interrumpir, olvidé mi teléfono ya me voy! Pero no pienso borrar la foto que hice.- Le guiñe un ojo a Midorimacchi, cosa que hizo que me gritara.
Salí corriendo antes de que Midorimacchi me hiriera, riendo y recordando las palabras de Kurokocchi.
-Hoy más que nunca, me doy cuenta que Kurokocchi tenía razón.- Kise sonrió con nostalgia, levantando su copa.- ¡Por los novios!
-¡Por los novios!- Repitieron los presentes para después beber de la copa.
-Ese idiota de Kise...
-Va, va Shin-Chan.- Takao sonrió, entrelazando sus manos debajo de la mesa.- A mí me gustó el discurso.- Dijo antes de robarle un beso a Midorima.
La cena fue transcurriendo. Ahora ya todos habían terminado de cenar y algunos bailaban en el centro de la pista de baile. Takao había perdido a su esposo de vista, pero en ese momento, tan solo observaba toda la celebración con una sonrisa. Hasta que vio una mano delante de él.
-¿Te apetece perderte?- Susurró Midorima.
-Si es contigo, sí.- Tomó la mano del más alto, y ambos empezaron a correr hacia el gran jardín que rodeaba el lugar de la celebración. Takao, reía y saltaba sin soltar su mano de la de Midorima, mientras este intentaba seguiré el ritmo entre la maleza y la oscuridad.
-¡Takao vamos a caernos!- Gritó Midorima aun corriendo agarrado de la mano de Takao.
-¡No me importa caer si estás conmigo!- Nada más decir la frase, ambos cayeron al suelo.
-¡Te lo dije!- Takao no contestó a eso, pues estaba riendo como si caerse fuera cosa más divertida del mundo.
-Deberías... Deberías ver tu cara.- Volvió a reír. El más alto suspiro, acernadase a los labios de menor. Recordando levemente, aquella noche de hace ya cinco años.
Los chicos de en ese momento, veintidós años, estaban sentados en la hierba del parque. Mirando al cielo, esperando a que empezara la lluvia de estrellas que había esa noche. Midorima movió levemente su mano hacia la de Takao, tocando sus meñiques y haciendo que Takao recordara una antigua leyenda que siempre le gustó.
-Shin-Chan, ¿Conoces la historia del hilo rojo del destino?- Midorima le miró confundido.
-¿La que dice que todos estamos unidos a nuestra alma gemela por un hilo rojo?- Takao asintió.- Sí, ¿Porque?
-¿Cómo sabes si has encontrado tu otro hilo rojo?
-¿E-Eh? P-Pues supongo que cuando llevas mucho tiempo con alguien y... Nunca te cansas de él y... L-Le quieres cada vez más y...- Midorima se estaba sonrojando por momentos, ¡¿A quién se le ocurría preguntar eso?! ¡Era completamente vergonzoso!
-Aja, ya veo.- Takao sonrió, mirando a su sonrojado novio.-"No has cambiado nada en cinco años"- Pensó Takao, apoyándose en el hombro de Midorima.- Shin-Chan.
-¿Sí?- Llevaban ya cinco años juntos, y por extraño que fuera, ninguno de los dos se habían dicho esas palabras jamás.
-Te amo.- El rostro de Midorima pasó de pálido a rojo en apenas dos segundos. Miró a Takao, quien seguía mirando hacia el cielo con un leve sonrojo. No sabía cómo reaccionar, no sabía que decir o hacer, así que tan solo, se lanzó sobre Takao intentando abrazarlo, pero con los nervios ambos cayeron al suelo.
-B-Bakao... N-No digas cosas así cuando... E-Estas tan sonrojado y s-sonriente p-porque yo n-no sé cómo reaccionar y...- Midorima miraba a todos lados, cada vez más nervioso. Takao tomó con sus dos manos el rostro de Midorima, obligándole a mirarlo, y agrandando su sonrisa, junto sus labios con los del peli verde.
-Te amo Shin-Chan.
-Y-Yo... T-Te amo ¡B-Bakao!- Takao empezó a reír.
-Tsun tsun~- Pellizcó con ternura la mejilla de Midorima, la cual estaba completamente roja. Dirigió su mirada hacia el cielo, viendo como pasaba una primera estrella fugaz.- Shin-Chan... Ya empezó la lluvia de estrellas. Te la vas a perder si...
-La vista que tengo ahora es mil veces mejor.- Las mejillas de Takao ardieron, acompañadas de una leve sonrisa.
Al cabo de unos minutos, Midorima se tumbó junto a Takao, quien se acurrucó sobre su torso. Otra estrella fugaz pasó.
-¡Shin-Chan! ¡Pide un deseo!- Midorima miró a Takao, quien sonreía con inocencia. Sonrió y besó la punta de la nariz de Takao.
-Ya lo hice.
-¿Que pediste?
-No te lo diré, si lo hago se gafaría. Y no quiero que ese deseo se gafe.
-¡Oe! ¡No es justo!- Takao gritó, fingiendo un puchero. Midorima no pudo evitarlo, y abrazó a Takao.
"Tan solo deseo, ver la sonrisa de Takao todos los días."
Volviendo a la realidad, miró a Takao, quien aun reía levemente. Sonriendo, pasó su pulgar resiguiendo los labios de Kazunari, quien le dedico una sonrisa enternecida por lo que acababa de hacer, era inevitable que se besaran en ese momento.
-Adoro tu sonrisa.- Era vergonzoso admitirlo en voz alta, pero aun así, Midorima necesitaba susurrarle aquellas palabras a Takao, quien con eso recordó cierto día que amaba.
Había sido un día realmente horrible. Su jefe le había gritado, no había llegado a tiempo al trabajo, sus informes tenían errores, y todos en la oficina le habían echado la culpa de eso a Takao. Llegó a casa con una mueca de tristeza, no tenía ganas de nada salvo dejarse caer en su cama. Pero su novio tenía otros planes. Pues sabía que Takao tendrá un mal día. "Escorpio, estas octavo, cuidado con los errores en el ámbito del trabajo." Esas fueron las palabras de Oha Asa esa mañana.
-Bienvenido.- Dije Midorima al oír la puerta de entrada.
-Ah...- Fue lo único que recibió como respuesta.
-¿Un café?
-No...- Takao se sentó en el sofá, quitando su corbata. Midorima se acercó a Takao con dos tazas, una de café para él y una de chocolate caliente para Takao.- Dije que no...- Calló al ver lo que realmente había en la taza. Esbozó una ligera sonrisa, tomando un sorbo de la taza.- Tuve un día horrible ¿Sabes?
-Lo imaginaba.- Midorima se acercó a Takao, tomándolo en sus brazos para levantarlo y sentarle sobre él. Le abrazó por la espalda, dejando un suave mordisco en el oído de Takao.
-De verdad que... No estoy de humor para "eso" ahora.
-I-Idiota.- Midorima se sonrojó, hundiendo su rostro en el cuello de Takao.- N-No quería hacer eso ahora. Ta-Tan solo...- Se hundió aún más, de forma que Takao no oyera lo que diría a continuación.- No me gusta cuando no sonríes.- Takao abrió por completo sus ojos ante tal afirmación, dibujando en seguida una tierna sonrisa en sus labios.
-¿Cómo lo haces? Con una sola frase conseguiste que volviera a sonreír al instante, ¿Cómo?- Sin borrar la sonrisa, viró su rostro hacia el de Midorima, el cual tenía las mejillas demasiado rojas incluso tratándose de él.
-C-Cállate idiota.- Puso su mano en el rostro de Takao, evitando así que le mirara, cosa que hizo que Takao riera aún más.
Takao abrió los ojos, dándose cuenta que mientras recordaba, su novio lo había cargado y ahora lo llevaba en brazos. Sonriendo apoyó su cabeza contra el torso de Midorima, permitiéndose oír el muy rápido latido de su corazón.
-Tu corazón va muy rápido.- Susurró Takao riendo enternecido.
-C-Calla e-es normal que vaya así.- Midorima miró al frente, evitando mirar a Takao ya que sabía que si lo hacia su pulso se aceleraría de nuevo. Pero fue inevitable que este se acelerara, al sentir como Takao dejaba un suave beso sobre su traje.
-Se volvió a acelerar.- Rió Takao más fuerte.
-¡C-Cállate!- Midorima cada vez más rojo, sentó a Takao y a él sobre un pequeño banco que había, haciendo que el azabache en seguida se pusiera recto sobre Midorima para poder verle a los ojos. Sonriendo por el simple hecho de ver a su amado, Takao junto la frente y la punta de la nariz de ambos.
-Te amo Shin-Chan.
-Yo también te amo Kazunari.- Sin la necesidad de más palabras, los labios de los chicos se unieron en un suave beso.
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Hola... Tanto tiempo ¿Eh? ^-^; Bien, sé que después del último OS no tengo mucho derecho a recibir sus votos y comentarios :/ Pero bueno, gracias a todos sus comentarios y mensajes, pude ver que les gusta lo que escribo y, aunque crea que no valga intentaré seguir escribiendo, quizás no tan seguido pues tengo varios proyectos en mano, pero lo intentaré :3
Cambiando de tema a un más alegre, creo que se merecen una compensación por todo este tiempo, pensé en hacer una "entrevista" a Midorima y Takao :3 Es decir, déjenme preguntas que quieran hacerle en los comentarios y haré un "especial" donde las responderán. Dejaré más o menos cinco días para que dejen sus preguntas >w<)/
Muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo One-Short~
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