Hacerte feliz.

Me paré delante de esa enorme puerta sin saber qué hacer, ¿Debería llamar? ¿Y si se olvidó de mí? ¿Y si ya no vive ahí? Hace ya siete años que no hablo con él, y hace doce que no lo veo pero... Se lo prometí.

Flashback.

-Así que... Tienes que irte.-Susurró apenado en el aeropuerto.

-Sí, pero, así poder cumplir mi sueño.

-Shin-Chan, tienes que prometerme que cuando vuelvas a Japón... Lo primero que harás será visitarme.- Vi como una pequeña lágrima caía por su mejilla. Yo asentí y alargue mi meñique algo sonrojado.

-Lo prometo.- Entrelazó nuestros meñiques.

Fin del Flashback.

Han pasado doce años desde entonces, ahora con treinta años, estoy delante de la supuesta puerta de Takao, sin saber si llamar o no. Suspiré un par de veces, antes de alargar mi mano hasta el timbre y llamar. Se oyó un "Un momento" desde dentro de la casa, y al cabo de diez segundos, la puerta se abrió, dejando ver a un hermoso azabache más adulto de lo que recordaba. Pero aun así, sigue tan hermoso como cuando tenía dieciocho. No puede evitar sonrojarme al verlo.

-Ho-Hola...- Dije tan flojo como pude.

-¡¿SHI-SHIN-CHAN?!- Grita Takao con un enorme sonrojo y una sonrisa igual de grande.- ¡¿Vo-Volviste?! ¡¿Cómo has estado?! ¡¿Porque no me avisaste?!

-Ha-Hacia mucho que no hablábamos... Acabo de desembarcar del avión y... Fuiste el primero al que visite.- Levanté levemente mis maletas, haciendo que Takao las mirara.

-Así que... Cumpliste tu promesa.- Sonrió mirando hacia mi rostro. Nos quedamos en silencio, no era uno de esos incomodos, más bien, intentábamos decirnos cuanto nos extrañábamos a través de las miradas. Pero ese silencio se rompió cuando se oyeron rápidas pisadas y dos niños pequeños aparecieron al lado de Takao, tomándole de la mano.

-¿Papa quién es?

-¿Es amigo de Papá? ¡Ala! ¡Qué color de pelo más raro!- Gritó uno de los pequeños gemelos.

-¡Hikaru! ¡Zack! ¡¿Esa es forma de presentarse?!

-Lo siento papá...- Dijeron ambos al unísono.

-¡Soy Zack Takao y tengo siete años!- Gritó de nuevo un pequeño, aparentemente igual a como sería un Takao pequeño, pero de ojos miel.

-¡Yo soy Hikaru! ¿Cómo te llamas tú?- Preguntó el otro niño, quien tiene un pequeño lunar debajo del ojo. Miré a Takao sin entender lo que pasaba, el solo se encogió de hombros para decirme que respondiera al pequeño.

-Me llamo Shintaro Midorima, soy amigo de papa desde hace mucho.- Me agaché revolviendo el cabello de Hikaru, haciendo que sonriera levemente.

-¡Papá! ¿Puede quedarse Shin-Chan a jugar?- Me levanté mirando a Takao, quien sonrió levemente.

-Si él quiere, sí.- Miró hacia mí.

-Será un placer.- Sonreí levemente.- Se nota que son tus hijos.- Tragué saliva.- ¿T-Tu mujer...- Takao bajó la mirada algo entristecido.

-Hikaru, Zack, id a ver a que queréis jugar con Shin-Chan mientras yo hablo con él.- Ambos niños asintieron y empezaron a correr hacia dentro.- Pasa Shin-Chan, tenemos mucho que contarnos.

Entramos en una casa de dos plantas, aun así algo pequeña. Los dos pequeños corrieron hacia lo que sería la sala de juegos, y Takao me guió hasta el comedor.

-No sabía que te habías casa...

-No me casé, los tuve con mi novia.- Volvió a bajar la mirada.

-T-Takao... ¿Ocurre algo?- Acaricié su rostro y subí su mirada. Desde que lo conocí odiaba verle triste, odiaba ver triste a la persona de la que llevo catorce años enamorado, desde mis dieciséis años estoy enamorado de esa hermosa sonrisa.

-No es nada... ¿Tu que tal Shin-Chan?

-Mal, después de doce años veo a mi mejor amigo y no me quiere contar que le ocurrió.- Takao rió levemente ante mi explicación.

-¿Se te quito algo el tsunderismo no?- Volvió a reír, haciendo que yo gruñera sonrojado.- Está bien te lo contaré. 

>A los veintidós años conocí una chica, se llamaba Haruka, fue algo así como un flechazo. Yo estaba muy enamorado de ella, pero en cambio... Ella era muy fría conmigo aun estar saliendo, primero pensé que era solo que yo tenía un extraño fetiche por los tsunderes, pero no era fría con nadie salvo conmigo. Un día me dio la mejor noticia del mundo, estaba embrazada. Ella al principio no quería tenerlos, incluso después de tenerlos siempre se negó a darles de comer y era yo quien les deba el biberón. Pero cuando ellos tenían dos años, descubrí que Haruka me engañaba, al principio no dije nada, antes de que nacieran los pequeños era la segunda persona que más amé en mi vida. Pero un día, cuando los niños tenían cinco años, desperté y no había nadie a mi lado, solo una nota,

>"Kazunari lo siento pero nunca estuve enamorada de ti, hace ya tres años que estoy con otra persona, me fui con ella a Nueva York, no me busques."

>Fue lo único que ponía, me dolió, ese día lloré como nunca, no sé si me dolió más el hecho de que me usara como un simple juguete, o que en esa nota ni si quiera mencionara a nuestros hijos. Entré en una pequeña depresión, pero gracias a Kiyo-Chan, Tai-Chan y los pequeños logré salir. A Hikaru y Zack les dije que su madre se fue a hacer un trabajo muy importante y no sabía si volvería. Supuse que ya ella nunca fue cariñosa, no entendían porque yo estaba tan afectado. Durante mucho tiempo tan solo me centré en cuidar de ellos, conseguí un trabajo que podía hacer desde casa. Ahora... Bueno supongo que estoy algo mejor.- Una lágrima resbaló por la mejilla de Takao, con cuidado me acerqué a limpiarla, seguidamente abracé a Takao.

-Y-Yo... Lo siento no sabía que...

-No importa Shin-Chan, ahora estoy bien, tengo a Hikaru y Zack, Tai-Chan y Kiyo-Chan vienen siempre a visitarme y... Mi familia ya me habla, cuando empecé a salir con Haruka todos me dieron la espalda, pero ahora ya está bien.- Correspondió a mi abrazo. No pregunté quiénes eran "Kiyo-Chan y Tai-Chan", con saber que Takao estaba bien me bastaba.- ¿Y tú como...

-¡Papa, papa!- Gritaron los dos pequeños corriendo hacia nosotros.

-¿Podemos ir a jugar ya con Shin-Chan?- Gritó Zack, pude diferenciarles gracias al lunar.

-Claro esperad un momento.- Takao sonrió, Zack corrió de nuevo por donde había venido, mientras que Hikaru se me quedo viendo fijamente.

-Papá, ¿Shin-Chan será mi nueva mamá?- Al oír eso me atraganté con mi propia saliva, haciendo que tosiera con fuerza. Takao se sonrojó de golpe y miró hacia mi cada vez más rojo.

-¡N-No! ¡Él ya te dijo que es un amigo!

-¿Eeeeh? ¡Pero yo quiero que Shin-Chan sea mi nueva mamá!- Ambos nos sonrojamos aún más.

-V-Venga Hikaru, molestaras a Shin-Chan id a jugar juntos.- Hikaru hincho las mejillas, tomo mi mano levemente y me llevó hasta la sala donde estaba Zack, quien al verme corrió hacia mí con un muñeco en las manos.

-¡Shin-Chan tu serás este! ¡Es un superhéroe como tú!- Gritó entusiasmado.

-¿C-Como?

-Tú eres un superhéroe.

-¿Porque dices eso?- Hikaru se acercó a Zack y tomó su mano.

-Porque papá estaba muy triste cuando se fue mamá, y entonces siempre nos contaba historias junto a tío Tai y a tío Kiyo de Shin-Chan y de que tenía un color de pelo raro, y siempre que lo hacía papa sonreía. Y si hacías feliz a papa es porque eres un superhéroe.- Me sonrojé levemente y me giré a ver a Takao, quien en ese momento estaba preparando algo para beber. ¿De verdad Takao hacia eso? ¿O solo era una confusión de su hijo?

-Por eso Shin-Chan será mi nueva mama ¿Verdad?- Gritó Hikaru sonriendo.-Y hará que papa sea feliz siempre ¿A que si?- No pude evitar sonreír ante esa explicación.

-A mi... También me gustaría hacer feliz a tu papa... Pero no sé si él...

-¿Entonces me lo prometes? ¿Me prometes que harás feliz a papá?- Suspiré.

-Te lo prometo.- Sonreí, cosa que hizo que ambos gemelos sonrieran.

-¡Hikaru, Zack, id a bañaros la cena ya casi está!

-¿Shin-Chan te quedaras a cenar? ¿Verdad?- Miré hacia Takao quien asintió.

-Claro.- Con una exclamación de felicidad, ambos niños corrieron hacia el baño. Takao se acercó a mí.

-¿Te han molestado mucho? Les encanta que venga gente a casa... Aunque es la primera vez que Hikaru le llama a alguien... Como te llamó.- Se sonrojó totalmente y desvió la mirada a su izquierda.-"Treinta años y sigues viéndote tan tierno como cuando tenías dieciséis"

-No importa, solo tus hijos son capaces de llamarme "Shin-Chan" nada más conocerme.- Takao rió.

-Sacaron eso de mi supongo. ¿Y ya tienes donde vivir?

-Iré a un hotel de momento.- Dije si más.- Luego ya alquilaré un apartamento cerca del hospital donde trabajaré.

-Q-Quieres... ¿Quedarte aquí? Desde que Haruka se fue tengo dos camas individuales así que...- Miro hacia sus pies con tristeza. Yo me acerqué a él, subí su mirada logrando que sus mejillas se enrojecieran.

-Me encantaría, gracias.- Susurré contra sus labios. Me separé un poco de él, Takao puso sus manos en mi cintura, acercándome de nuevo a él. Esta vez fui yo el que se sonrojó, Takao se acercó lentamente a mis labios, yo correspondí acercándome también a los suyos. Desde los dieciséis años había deseado besar esos labios, no pensaba echarme atrás ahora. Cada vez estábamos más cerca hasta que pudimos rozar nuestros labios sin llegar del todo a besarnos.

-¡Papa! ¡Zack me salpicó agua!- Ante el grito nos separamos de golpe, completamente rojos.

-¡V-Voy!- Takao se fue a hacia el baño.

Después de cenar, Takao acostó a sus hijos. Me enseño donde quedaba la habitación donde dormiríamos, así que yo fui el primero en acostarse. Cuando Takao entró y se tumbó en la cama, no tardó ni dos minutos en dormirse. Yo me levanté y fui hacia él con cuidado de no despertarle. Lo miré unos segundos, dándome cuenta de que tenía grandes ojeras.

-Realmente... Sufriste mucho, ¿Verdad?- Acaricié con ternura su mejilla.- Pienso hacerte feliz Takao, lo prometo.

(...)

Los días fueron pasando. Yo aun seguía en casa de Takao, ayudándolo en lo que podía. Aunque, eran evidentes nuestros leves roces de vez en cuanto. El tomarnos de la mano levemente, las constantes miradas de no solo amistas, al menos para mí, era todo, de alguna forma, sentía como si hubiéramos vuelto a nuestros días de preparatoria.

-¡Shin-Chan date prisa!- Gritó Zack.- ¡Quiero ir a ver la jaula del león!

-Zack, ya hemos ido a ver al león tres veces, ¿Y si vemos otros animales?- Dijo Takao.

-¡No! ¡Yo quiero ver al león!- Zack hinchó sus mejillas. Takao suspiró.

-Está bien, pero esta será la última vez. ¿Tu dónde quieres ir Hikaru?- Takao tomaba la mano del pequeño, quien tardó unos segundos en responder.

-A los delfines.- El día de hoy, ambos gemelos querían ir al Zoo, así que ya que Takao y yo teníamos el día libre, decidimos ir.- ¿Tú dónde quieres ir, Mama Shin?

-Donde queráis vosotros.- Contesté mirándole.

-¡Papa! ¡Quiero eso!- Zack señalo a un pequeño oso de peluche de una tienda.- ¡Por favor cómpramelo!

-Zack... Ya compramos algodón de azúcar, no puedo comprar también eso.

-¡Pero yo lo quiero!- Los ojos de Zack empezaron a cristalizarse.

-Vamos, yo te lo compraré.- Le sonreí levemente agachándome a su altura.

-¿D-De verdad?- Asentí.- ¡Gracias Shin-Chan!- Me abrazó de golpe.

-¿Tu cual vas a querer Hikaru?

-Una... Una jirafa.

-Shin-Chan, no tienes por qué hacer esto.- Dijo Takao.

-No importa, quiero hacerlo.- Me levanté y acaricié el rostro de Takao. Él se sonrojó y me dedicó una sonrisa.

-Gracias.- Acercó su rostro al mío, dejando un beso en mi mejilla, cosa que hizo que mi rostro se volviera completamente rojo.

-¡Vamos Shin-Chan!- Sonrió Zack.- ¡A la tienda, a la tienda!

Después de comprar lo que querían los gemelos, y visitar los varios animales, fuimos a un parque cercano al Zoo, para que Hikaru y Zack jugaran. Takao y yo nos sentamos en un banco donde podíamos ver que hacían los niños.

-En serio... No tenías por qué comprarles eso... Cuando cobre, te lo devolveré.

-No, es un regalo para ellos, no quiero que me devuelvas nada.

Takao suspiró y se acercó a mí, poniendo su mano sobre la mía. Me sonrojé y miré hacia él, quien al ver mi reacción sonrió y también se sonrojó. Aun sin dejar de mirarnos, puse mi mano libre en su mejilla, cosa que hizo que su sonrisa, se volviera una mueca de desconcierto. Supuse que era normal, no creía que Takao hubiera llegado a salir nunca con nadie después de esa mujer, así que el que le costara volver a empezar una relación con alguien, era norma. Me acerqué a su rostro, hasta que pude rozar por fin sus labios con los míos. Takao correspondía algo torpe a aquel beso, pero aun así, yo sonreí en medio de este. Nos separamos sin apartar la mirada del otro, Takao seguía con un enorme sonrojo y una expresión de desconcierto. Fui a decir algo, pero un golpe nos interrumpió.

-¡Ah! ¡P-Papa, Zack... M-Me empujó!- Gritó Hikaru llorando, acercándose a nosotros.

-¡Zack! ¡Ven aquí!

-¡Hikaru intentó coger el oso que Shin-Chan compró para mí!- Takao suspiró, intentando calmar la situación.

.

.

.

Desde aquel día, Takao había estado extraño conmigo, era obvio que por aquel beso. Estaba mucho más nervioso de lo normal, y cuando me acercaba a él se notaba que estaba algo incómodo. Así que encontré un piso cerca de mi trabajo, y hoy me disponía a irme.

-¿Estás seguro Shin-Chan? De verdad que... No me molesta el que estés aquí.- Se sonrojó levemente.

-Tranquilo, está bien, sé que desde ese día... T-Te incomodé.- Me sonrojé yo también, desviando la mirada.- Será mejor, que vaya a vivir cerca del trabajo para...

-¡No es eso!- Gritó Takao agarrando mi camisa.- D-De verdad que tú a mi... M-Me gustabas.- Algo en mi dolió, al escuchar el pasado en esa frase.- P-Pero... D-Desde que Haruka se fue yo... N-Nunca salí con nadie, siempre tuve miedo de que... Volviera a pasar lo mismo.- Bajó la mirada. Yo me acerqué a él, colocando mi mano en su mejilla para hacer que me mirara.- L-Lo siento...

-No tienes nada de que disculparte, entiendo que... Es duro. Pero, cuando estés preparado,-Saqué un trozo de papel y un bolígrafo, escribiendo en el papel mi número.- Llámame.- Di media vuelta, agarrando las maletas que ya tenía hechas.

-P-Pero Shin-Chan...

-¡Mama Shin!- Hikaru entró en la sala y rápidamente vino hacia mi.- ¡¿Porque llevas eso?!- Gritó señalando las maletas.

-Shin-Chan va ir a vivir a otro sitio.- Explicó Takao acercándose a Hikaru.

-¡No! ¡No puede!- Se agarró a mi.- ¡Mama Shin no puede irse!

-Tranquilo Hikaru, vendré mucho a visitaros a ti, a Zack y a Papa, ¿Si?- Me agaché quedando frente a él.

-¡No! ¡Si te vas Papa volverá a estar triste!- Empezó a llorar.- ¡Y yo no quiero que Papa esté más tiempo triste! Y-Y... ¡T-Tu lo prometiste! ¡Pro-Prometiste que ha-harías a Papa feliz otra vez! ¡Me lo prometiste! ¡Y ahora Papá volverá a estar triste como cuando se fue Mama! ¡Tonto!- Siguió gritando y sollozando, mientras se acercaba a mí golpeándome levemente. Mi rostro se enrojeció ante lo que acababa de decir, miré hacia Takao, esperando a que él no hubiera escuchado lo que Hikaru acababa de decir. Por mala suerte, sí lo había escuchado, ya que su rostro estaba completamente rojo.

-Vamos Hikaru.- Takao cargó al pequeño en sus brazos.- ¿No queras que Kiyo-Chan y Mia-Chan te vean llorando cuando vengan, no?- Negó con la cabeza mientras Takao limpiaba sus lágrimas.

-N-No... P-Pero M-Mama Shin...

-Yo hablaré con él, ¿Vale?- Asintió, llorando aun abrazado al cuello de Takao. En ese momento sonó el timbre.- Vamos, Kiyo-Chan y Mia-Chan llegaron.- Con Hikaru en brazos, fue hasta la puerta, donde ya estaba esperando Zack.

-¡Rápido Papa! ¡Quiero ver a Mia-Chan!- Dijo Zack. Takao rió.

-Voy, voy.- Abrió la puerta, dejando ver a un chico de pelo rubio con una niña seguramente un año menor que los gemelos.

-Siento llegar tarde Takao tuve que... ¡¿Midorima?!- Gritó al verme.

-¡¿Miyaji?!

-¡Cuánto tiempo! ¡No sabía que estabas aquí!- Sonrió.

-V-Volví hace unas semanas...- Miré a la niña que tenía en brazo.

-Ella es Mia, mi hija.

-Va-Vaya... Encantado.- La pequeña se escondió en el torso de Miyaji.

-¡Vayamos! ¡Quiero ir al parque!- Zack tiró del brazo libre de Miyaji.

-¡Eres tan impaciente como tu padre!- Miyaji rió.- Mejor los llevo al parque.- Takao dejó a Hikaru en el suelo, quien en seguida tomó la mano de Miyaji.- Me alegra verte Midorima.- Con una última sonrisa se fue, dejándonos a Takao y a mi solos, en un incómodo silencio.

-T-Takao... Lo que dijo antes Hikaru yo...-Antes de poder seguir, los labios de Takao estaban sobre los míos. Abrí los ojos impresionado, mientras Takao seguía besándome.- B-Bakao...

-¿De verdad le prometiste eso?- Pasó sus brazos por mi cuello, acercando su rostro aún más al mío. Yo desvié la mirada sonrojado y asentí.- ¿Cómo lo haces?

-¿E-Eh?

-Cuando teníamos dieciséis años... Siempre eras el principal causante de mis sonrisas, y hoy con treinta años, sigues siéndolo.-Agrandó su sonrisa, haciendo que mi rostro se sonrojara aún más. Takao volvió a acercarse, dejando de nuevo un beso en mis labios.- Shin-Chan... Es posible que... En algunas ocasiones la recuerde a ella y me entristezca... No puedo prometerte que eso no pasará, pero aun eso, te quiero y... Quiero estar contigo.- Sonrió besándome de nuevo.- ¿Aceptas?- Lo único que pude hacer en ese momento, fue tomar a Takao por la cintura y volver a besarlo.

-Eres... La primera persona que conozco, que tarda catorce años en declararse.- Takao rió, abrazándome con un poco más de fuerza.

-Pero, así me quieres, ¿No?- Suspiré de felicidad, juntando nuestros labios de nuevo.

-Sí.

El resto de la tarde la pasamos toda entre besos y carantoñas, contándonos como había sido el tiempo en el que no nos habíamos visto. Hasta que el timbre sonó de nuevo.

-Vaya... Realmente se hizo tarde.- Dijo Takao levantándose del sofá, donde estábamos acostados.

-Y... ¿Miyaji se casó?- Takao asintió.- V-Vaya... N-Nunca imagine que acabaría con una chica.

-¿Una chica?- Rió.- Ahora verás.- Sin darme cuenta, ya habíamos llegado a la puerta. Takao la abrió, y al instante dos niños saltaron a abrazarlo.

-¡Papa!- Gritaron ambos.

-Bienvenidos monstruillos.- Rió levemente.

-¿Eh? ¿Midorima?- Subí la mirada, viendo a Otsubo delante de mí. Miré a Takao, entendiendo al instante a que se refería antes.- Ahora entiendo lo que decía Kiyoshi al decir que me esperaba una sorpresa.

-Yo... Me alegra... Verte de nuevo.

-Igualmente.- Sonrió.

-Mama Shin...- Hikaru tiró de mi manga.- ¿Ya no te iras, verdad?- Miré a Takao, quien me sonrió.

-No, no me iré.- Hikaru sonrió, dando pequeños saltitos.

-¡Mama Shin! ¡A upa!- Gritó extendiendo los brazos para que lo cargara. Yo me agaché a su altura, y lo cargué en mi brazo derecho.

-¡Eh! ¡No es justo! ¡Yo también quiero que Shin-Chan me cargue!- Con cuidado, cargué a Zack en mi otro brazo. Ambos se agarraron a mi cuello, con tal de no caerse. De pronto, un flash nos ilumino a los tres. Miré hacia donde venía, viendo a Takao con su teléfono en las manos.

-Va a ser mi nuevo fondo de pantalla.- Sonrió.

-¡Takao no tomes fotos sin permiso!

-Es que... Os veíais muy lindos.- Se excusó sonriendo.

-C-Cállate papa... N-No somos lindos.- Hikaru hinchó sus mejillas, haciendo que Takao riera enternecido y lo tomara en brazos.

-Shin-Chan, se les está pegando tu tsunderismo.- Volvió a reír.- Tenéis helado en la cocina, id a por él.- Los dos niños gritaron de felicidad, y empezaron a correr hasta la cocina.

-Así que vosotros dos estáis...- Otsubo nos miró sonriendo. Takao y yo nos miramos, sonrojándonos al instante, pero Takao tomó mi mano entrelazando nuestros dedos y sonrió.

-Vamos a... Internarlo.- Me miró sin aun quitar esa sonrisa tan hermosa que siempre tenía.

-Me alegro por ambos.- Volvió a sonreír.

-Papa... Vayamos con Papi ya...- Mia tiró del brazo de Otsubo.

-Ya vamos princesa. Espero que nos podamos seguir viendo, Midorima.- Se despidió con la mano mientras se iba. Takao, aun sin soltar mi mano, cerró la puerta.

-¿Vamos a la cocina?- Asentí.

(...)

-¿Ya se durmieron?- Preguntó Takao al verme salir del cuarto de los gemelos.

-Sí.

-Es la primera vez que se empeñan tanto en que alguien les lea un cuento.- Takao rió levemente.- Venga, vayamos a dormir.- Takao y yo fuimos hasta la habitación, y al abrir la puerta, me encontré con que ambas camas individuales, estaban juntas.- Junte las camas... E-Espero que no te importe.- Abracé a Takao por la espalda, apoyando mi cabeza en su hombro.

-Claro que no.- Susurré en su oído. Takao sonrió y giró su rostro hacia mí, pidiéndome un beso que, obviamente, le di. Ambos fuimos hasta la cama, nos tumbamos, y sin casi tener tiempo a hacer nada más, Takao empezó a besarme.

-¡Papa, papa!- Hikaru y Zack, llegaron corriendo tomados de la mano y los ojos cristalizados.

-Ha...Hay un monstruo bajo la cama.- Sollozó Hikaru.- Ha-Hace mucho ruido.

-N-No... L-Los ruidos vi-vienen del armario...- Habló esta vez Zack.

-¿Cómo? Pero si le dije al monstruo del armario que no viniera hasta la semana que viene.- Takao rió.- Te importa si...- Negué con la cabeza, separándome algo de Takao.- Venid aquí.- Los dos niños corrieron hacia la cama, aun asustados. Zack se escondió en el torso de Takao, mientras Hikaru se escondió en el mío.

-M-Mama Shin tengo miedo...- Susurró agarrándose a mi camisa. Yo con cuidado, acaricie su pelo, intentando calmarlo, cosa que funcionó ya que en pocos segundos ambos ya estaban dormidos. Dirigí mi mirada hacia Takao, quien miraba a la escena sonriendo, con una lágrima resbalando por su mejilla.

-T-Takao... ¿Que ocu...

-No es nada Shin-Chan, es solo que... Cuando estaba con Haruka... Ella nunca dejaba que los niños se subieran a la cama, aunque tuvieran miedo o una pesadilla. Y ahora... El poder estar así... Aunque suene ridículo, me hace muy, muy feliz.- Sonrió, con otra lágrima de felicidad bajando por su mejilla. Yo suspiré sonriendo, estirando mi mano hasta su rostro, limpiando así las lágrimas que resbalaban por su rostro.

-Eres... Tan idiota.- Susurré, de algún modo, sonrojado.

-Pero, te enamoraste de mi por ser un idiota, ¿No?- Agradó algo la sonrisa. Yo tan solo pude asentir, mientras peinaba algunos de sus cabellos.- Te quiero Shin-Chan.

-Yo también te quiero, Bakao.- Volví a sonreírle.

-Mm... Mama Shin, Papa, sois ruidosos.- Se quejó Hikaru tapando sus oídos.

-Lo sentimos, lo sentimos.- Takao rió.- Vuelve a dormirte, ya es tarde.

*~*~*~*~*~*~*~*~*

-¡Papa!- Gritaron ambos gemelos.- ¡Deja de contarnos lo mismo!

-¿Pero porque? Si os veíais muy lindos cuando de pequeños corríais asustados hasta nuestra cama.- Takao hinchó sus mejillas.- Díselo tu Shin-Chan.

-Os veíais muy tiernos.- Dije riendo levemente por lo bajo.

-¡Mama Shin! ¡Encima tú no lo animes!

-¡Tenemos diecisiete años! ¡No hace falta que nos digas como éramos hace diez años!- Zack gritó, haciendo que Takao riera, él amaba hacerles rabiar. Yo me levanté de donde estaba sentado, yendo hasta Takao y rodeándolo por la espalda, besando suavemente su cuello.

-¡Shin-Chan/Mama Shin, Papa!- Ambos chicos se dieron la vuelta.

-¡Haced eso en vuestro cuarto!- Volvió a gritar Zack, indignado.

-¡Oye! ¡Si yo tengo que ver cómo te besas con Mia en MI sofá, tú tienes que aguantar esto!- Takao cruzó sus brazos, sonriendo victorioso al ver el sonrojo de Zack.

-¡Te pillaron Nii-Chan!- Hikaru estalló en carcajadas.

-¿Tengo que decir que haces tú ahí con Tai?- Tai, era el hermano pequeño de Mia, el segundo hijo que adoptaron Otsubo y Miyaji.

-¡Papá!- Gritó completamente rojo. Ambos chicos, se fueron aun sonrojados a sus respectivos cuartos.

-Si sigues diciéndoles eso, van a dejar de hablarnos.- Dije aun sin dejar de besar su cuello.

-No, nos quieren demasiado como para eso.- Sin resistirlo más, giré a Takao hacia mí, haciendo que rodeara mi cuello con sus brazos. Takao sonrió antes de unir nuestros labios.- Aunque... Deberíamos agradecerles, no sé si ahora estaríamos juntos, si Hikaru no te hubiera hecho prometer eso.- Susurró Takao entre beso y beso. Yo asentí, tomando su cintura para besarlo con aun más intensidad.

-¿No estás muy cariñoso?- Rió levemente.

-Tan solo me dieron ganas de besarte.- Otro beso.

-Te amo Shin-Chan.

-También te amo, Kazu.- Junté nuestras frentes, con un último beso.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Volví QwQ Creo que me tarde mucho en actualizar ;-; Pero entre el Wi-Fi y la inspiración que no llegan, es difícil escribir ;-; Además empecé dos fics más-Una de OS de KnB y otra de la pareja Hardenshipping- y estoy planeando otro tercer fic nuevo uwu

No quedé convencida de cómo quedó este OS, la idea que tenía al principio me gustaba más. Espero que les gustara y... Espero no tardarme tanto en actualizar ;-;

P.D.: Le doy un dulce a quien adivine de donde saqué los nombres para los gemelos(?

Muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo One-Short~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top