Flores de cerezo

Seguí andando, llevando a Takao conmigo quien de vez en cuanto se gira hacia mí con una pequeña sonrisa acompañada de un sonrojo. Takao no dice nada, solo me mira así, y se perfectamente que quiere que le bese, cosa que yo no puedo negarle. Takao sonríe al terminar el beso, con sus mejillas rojas y puedo ver perfectamente un brillo en sus ojos, Kazunari tiene muchas expresiones, es como un libro abierto, en la que cualquier mínimo cambio en su rostro, significa una cosa diferente. Pero de todas sus expresiones, aquella es mi favorita sin dudarlo, llevamos tanto tiempo juntos y aun así, cada vez que me mira así, mi corazón se acelera como un loco.

Miro a mi alrededor, la suave brisa de primavera mueve mis cabellos, y algún pétalo intenta colarse entre mis gafas. Aun sin llegar a nuestro destino vuelvo a mirar a Takao, tiene la mirada fija en el anillo que hay en su mano como si fuese un tesoro recién descubierto. Entiendo aquel sentimiento, siempre que veo el que reposa en mi dedo, tengo la misma sensación.

—Deja de mirar así el anillo...- Susurro algo enrojecido, aun entender porque lo mira así.

—No puedo evitarlo...- Takao se vuelve a girar hacia mi, sonriendo a todo lo ancho de sus labios. Suspiro con suavidad, a la vez que esbozo una pequeña sonrisa acercándome de nuevo a su rostro, besando su mejilla de forma delicada, consiguiendo que Takao riese aún más rojo.

A los pocos minutos veo por fin aquel enorme y viejo tronco, subiendo la mirada para ver las muchas flores que hay este año, creo que es sin duda el cerezo más hermoso del parque, y por suerte, no hay nadie debajo de él. Paro de andar, dejando la silla en la que reposa Takao a un lado del cerezo, para así sacar un mantel azulado, colocándolo en el suelo, seguido de una botella de agua y otra de refresco. Takao habrá envejecido, igual que yo, pero sigue bebiendo fanta como si fuese un crío de doce años.

—Shin-Chan...-Takao me llama con su típico tono de puchero.- Deja de preparar tanto y bájame ya.

—Ya casi estoy nanodayo.- Takao extiende los brazos sin hacerme caso, por lo que suspiro, ajustándome las gafas.- Bien, bien, ya voy...- Ante su "victoria" Kazunari sonríe, guiñandome un ojo mientras me acerco a él.

Con cuidado, paso mis manos por debajo de sus muslos para poder agarrarlo mejor y subirlo a la altura de mi rostro, mirándole a los ojos con las mejillas ardiendo. Él sonríe todavía más, riendo un poco antes de hablar de nuevo.

—¿Ocurre algo Shin-Chan?- Ríe de nuevo.—¿Tienes ganas de mimos?

Takao sabe perfectamente lo que quiero cuando le cojo asi, pero aun así, día tras día, sigue preguntándome lo mismo. Yo asiento enrojecido, según él, esta es mi "tsundere forma" de pedirle que me bese.

—Te pones tan tierno así...- Sonríe un poco más, dejando un suave beso en mis labios, seguido por dos besos más, en los que muerde un poco mi labio inferior, para después repartir besos en todo mi rostro.

Yo correspondo a todos ellos con una muy leve sonrisa, después de todos estos años saliendo, se perfectamente que lo único que puede hacerme sonreír al instante son los besos de Takao. Él seguía besando mi rostro, como si no me hubiese besado en años, así que sin interrumpirle, bajo poco a poco al suelo hasta sentarme, colocando a Takao sobre mi.

—¿Estás cómodo?- Takao responde con un pequeño "Sí" entre besos, acabando por separarse al poco.

—Lo estoy, pero acabaré aplastandote las piernas.- Ríe suavemente.- Ponme como siempre~

Asiento con suavidad ante aquello, cogiendole con cuidado de nuevo, para así acomodarle entre mis piernas, con su espalda contra mi torso y yo abrazandole por la cintura. ¿Cuánto tiempo hace que venimos aquí? ¿Veinte años? Quizás desde aquel accidente... No estoy seguro de cuánto tiempo llevamos viniendo, pero sea el que sea, me parece poco pudiendo pasar toda mi vida junto a Takao.

—¿En qué piensas Shin-Chan?-Takao gira un poco su rostro hacia mí, con las mejillas algo hinchadas

—No es nada.

—¿Con treinta y ocho años sigues pensando que puedes mentirme Shin-Chan?- Solté un gruñido haciendo que Takao riera.- Venga... Dime en que piensas~

—Tan solo... Pienso en todo lo que pasamos...- Takao sonríe con nostalgia, apoyando su cabeza en mi pecho, y haciendo esfuerzos para besar mi mentón.

—Siempre que venimos aquí acabo pensando en todo también... Aunque supongo que es normal, después de tantos años viniendo como tradición~- Sonrío suavemente ante aquello, asintiendo mientras cierro los ojos apoyándome en su hombro.- ¿Estás cansado?

—Un poco... Esta noche has vuelto a darme un puñetazo durmiendo y me he levantado pronto.- Una fuerte carcajada sale de Takao.

—Perdon, perdon~ Entonces descansa un poco, el parque está vacío, y si necesito cualquier cosa te despierto. -Susurra aun entre pequeñas risas. Acabo asintiendo con lentitud, aun en la misma posición, sin poder evitarlo, acabo pensando en cómo hemos llegado hasta aquí mientras empiezo a dormirme

Con diecisiete años yo ya salía con Takao, recuerdo que en aquel entonces, apenas llevaríamos unos cuatro meses. Cuatro meses en los que hacíamos la típica vida de novios estudiantes que vendían en las películas, teníamos citas, hacíamos deberes juntos(mas bien, yo hacía deberes y Takao dibujaba en sus apuntes), incluso habíamos dormido juntos. Haciamos todo lo que "jovenes normales" harían, todo, menos una cosa.

-Nos vemos mañana.- Takao se acercó a mí intentando besarme, consiguiendo el mismo resultado que siempre, instintivamente me aparté de él.

Nunca nos habíamos besado, muchas veces habíamos estado a punto, besándole en la mejilla cerca de sus labios. Pero yo era incapaz de acabar de juntarnos. Takao bajó la mirada, como siempre, torciendo sus labios. Yo desvíe la mira, apretando mis dientes, frustrado conmigo mismo. Al principio no le besaba por pensar en lo que puede representar un intercambio de saliva así. Pero ahora, sabía que no era aquello, había alargado demasiado nuestro primer beso, y aquello hacía que tuviese miedo de hacerlo mal. Jamás había besado a nadie, jamás siquiera había pensado en besar a nadie hasta que empezamos a salir. ¿Como se supone que haría algo así bien?

Es curioso como en aquel entonces pensar en besarle me producía aquel miedo, y hoy en dia, sus labios me tienen completamente hechizado.

—Nos... Vemos mañana.- Contesté, ajustandome las gafas sin mirarle.

—¿De verdad me quieres?- Takao habló en voz baja, con la mirada fija en el suelo. Decidí hacer como que no le había oído. Quería a Takao, claro que le quería, pero expresar algo así era... Tan vergonzoso y difícil para mi...

Me despedí de él con la mano mientras entraba en casa. Suspiré con fuerza dejando la mochila en una de las sillas, para sentarme en la cama, aun dándole vueltas a aquello. No sabia como hacer aquello sin avergonzarme tanto como para apartarme y herir aún más a Takao. Las relaciones eran realmente complicadas para mi en aquel entonces.

La tarde había pasado con lentitud, le había enviado un mensaje a Takao con un "¿Mañana vienes a estudiar a mi casa?" Sin más, para ver si me respondía y todo seguía bien. Pero no lo hizo, las horas habían pasado, y no recibía respuesta de Takao.

"Debe estar muy enfadado"

Pensé suspirando delante de mis apuntes, justo después, empezó a sonar mi teléfono. Gruñí un poco antes de descargarlo, intentando poner mi mejor voz.

—¿Diga?

—¡¿Shintaro-Kun?!- La voz de una mujer en llanto me sorprendió. reconociendola al instante, tenía el mismo tono de voz que su hijo cuando llora.

—¿Señora Takao? Soy yo, ¿Que a ocurrido?-Siento como mi pecho se oprime más y más, era la primera vez que me llamaba, y era llorando, y por si fuese poco, hoy cáncer estaba en el duodécimo lugar.

—Ka-Kazunari... Kazunari esta... Ingresado...-Tartamudea entre sollozos, al final de la frase se le rompió la voz, dejando salir un gran llanto. Sentí como mi interior se oprimía rápidamente, tanto que tenía la sensación de que en cualquier momento algo dentro de mi se rompería.

—¡HO-HOSPITAL! ¡DÍGAME QUÉ HOSPITAL! -Tenía la sensación de que al hablar mi voz sería la de siempre, pero salió un grito que no pude controlar, notando como algo mojaba mis manos. No sabia cuando habia empezado a llorar.

Después de colgar corrí como nunca antes, en ningún partido había corrido tan seguido, siquiera caí en coger un taxi. Solo podía pensar Takao, solo pensaba en que necesitaba verle, necesitaba ver cómo estaba, saber que se podría recuperar... El miedo invadía cada vez más mi cuerpo, haciéndose con cada pequeña parte de mi ser, logrando que cuando llegué al hospital, solo pudiese gritar preguntando por la habitación en la que estaba. Tuve suerte de que fuera de esta estuviese su madre, reconociendola aun las lágrimas que recorrían su rostro, acercándome a ella.

—Kazunari iba con su padre en el coche... Sufrieron un accidente, alguien les chocó por el lado.- Hablaba entre sollozos y lágrimas, costandome varios segundos entenderla.- L-Lo último que se... Es que Kazunari recibió un fuerte golpe en su cadera... E-Están operandole aun...

Después de aquello, tuve la sensación de que el tiempo enlentecía, cada segundo parecía un minuto, y cada minuto una hora, las horas eran prácticamente dias enteros. Solo podía mirar la puerta blanca por donde en cualquier momento tendría que salir un médico, y a cada momento que no salía, sentíamos que el ambiente era más y más pesado. Ninguno de los dos podía hablar, sólo podíamos mirar aquella puerta, esperando a que se abriese.

—Familiares de Takao Kazunari.- Habló una voz femenina, a la vez que se abría por fin la puerta. Dimos un bote del asiento, acercándonos a la doctora, quien sonreía con tristeza.- Kazunari esta... Estable, pero necesito hablar con la madre.

—¿Puedo...-No acabé la frase, puesto que la doctora asintió, y entré corriendo. Tumbado en una cama estaba ahí, Takao, tenía los ojos entrecerrados, al menos, el que le veía puesto que tenía parte de su rostro vendado. Takao al oir como se abría la puerta se giró hacia esta, con una pequeña sonrisa cubierta de tristeza y dolor.

—Shin-Chan... Creo... Que la he hecho buena... Esta vez...- Incluso aquello se tomaba con humor, riendo muy suavemente con un hilo de voz, aun notarse en esta que estaba totalmente destrozado.

Ni una palabra pudo salir de mi al verle, solo noté como mis mejillas se humedecían rápidamente, corriendo hacia él, siquiera lo pensé, solo pude lanzarme a besarle, de forma rápida y desesperada, dejando salir a cada beso todo el miedo acumulado en las horas anteriores. Takao abrió del todo sus ojos al notarme, correspondiendo lentamente a sus besos mientras del ojo que no tenia tapado empezaban a brotar lágrimas, estirando débilmente sus manos a aferrarse a mí camiseta.

—Ba-Bakao...- Hablaba entre sollozos.- N-No vuelvas a darme e-estos sustos...

—¡Oye!- Takao rió débil.- ¡No decido cuando un coche me va a chocar sabes!- Contestó entre pequeños besos débiles

—Pensé... Que no te volvería a ver...-Susurre entre lágrimas sin dejar de besarle.

—No puedes... Librarte de mi tan fácil...-Sonrió con cierta picardía, a lo cual mi cuerpo respondió solo, besándole de nuevo, a cada beso, sintiéndome más desesperado.- Empezaba a pensar... Que no me besarias nunca Shin-Chan...-Habló con una sonrisa débil mientras juntaba nuestras frentes con cuidado.

—Ca-Cállate...- Susurre contra sus labios, totalmente avergonzado, prácticamente los nervios pasados y el alivio por saber que estaba bien movían mi cuerpo solo.- N-Nunca había pensado en be-besar a nadie hasta que te conocí... No es culpa mía haber tardado tanto nanodayo...- Contesté totalmente rojo besándole de nuevo

—Eres muy malo poniendo excusas Shin-Chan~-Contesto Takao riendo

Fui a besarle de nuevo, pero su madre entró al cuarto, por lo que me separé algo avergonzado. Ella se lanzó también hacia su hijo, abrazandole con cuidado entre lágrimas aún más grandes, que no conseguía descubrir si eran de tristeza o alegría. La doctora entró junto a ella, acercándose a mí, sonriendome suavemente, enternecida por la escena.

—Supondré que eres su pareja...-Me sonrojé asintiendo.— Kazunari... ¿Te lo a dicho?- Le mire confuso ante la pregunta, negando con la cabeza.— Sufrió un golpe muy duro en la cadera... Es posible... Que no pueda volver a utilizar sus piernas.

(...)

—Shin-Chan~ -Oía de lejos la voz de Takao, quien alargaba la a cuando me llamaba.

—Mmm...-Murmuré, medio dormido aún.

—Tengo hambre... Y me has dejado las patatas muy lejos.- Takao hablaba riendo con suavidad. Abrí mis ojos, encontrándome con aquella sonrisa de la que llevaba tanto enamorado.

—Voy...- Susurré, levantándome a por la bolsa para dársela.— ¿Llevo mucho dormido?

—Media hora como mucho.-Takao sonrió aún más.- Hacías ruiditos mientras dormías estabas tan mono~

—C-Callate Bakao...- Desvíe la mirada ajustandome las gafas, intentando tapar mi sonrojo mientras Takao reía con fuerza.

Noté como algo golpeaba mi pie, viendo en este una pelota de baloncesto, levanté la mirada viendo como un niño de no más de 10 años levantaba su mano hacia mí, pidiendo que se la pasase. Cogí la pelota entre ambas manos, lanzandola como si las manos del chico fuesen una canasta, como siempre, llegando perfectamente. Al girarme vi a Takao sonriendo mientras miraba a los niños, me acerqué a él de nuevo, abrazandole por la espalda, besando su nuca.

—¿Quieres que juguemos otra vez?

—Sabes que con la silla no puedo Shin-Chan...-Suspiro con tristeza.

—Claro que puedes, no es la primera vez.

—Pero no es lo mismo...

—Mañana llamaré a los demás.-Ignore por completo lo que Takao decía, ganándome un puchero por su parte.

—¡Esta feo ignorar a tu marido mientras habla! -Le saqué la punta de la lengua, a lo que carcajeó, acercándose a morder mi mentón como castigo.

—Me da igual, mañana les llamaré... Además el otro dia Miyaji me llamó solo para echarme en cara que Aiko echaba de menos a su tio favorito.- Miré a Takao, quien sonrió de oreja a oreja con los ojos brillando

—Solo me echa de menos porque le doy chocolate cuando Miyaji y Otsubo no le dan~ -Sonreí con mucha suavidad, apoyándome de nuevo en su hombro.

—Les llamaré mañana entonces... E iremos a jugar a baloncesto...- Takao suspiro, alargando su cabeza para besar mi mentón varias veces.

—Solo echas de menos que te llame ace-sama ¿Verdad? -Se metió conmigo riendo con picardía

—Llevamos juntos más de veinte años y me lo sigues llamando casi cada dia, no, no lo echo de menos, Bakao.- Murmuré acercándome a sus labios sin llegar a besarle.

—Mmm, ¿entonces solo echas de menos meterla? En la canasta digo~-Susurro con su pícara sonrisa, haciendo que gruñese.

—No lo digas así salido... Echo de menos jugar, eso es todo...-Takao río enternecido

—¿Echas de menos ser la luz de Shutoku?-Susurro con una sonrisilla besando mi cuello lentamente, consiguiendo que suspirase

—Sigo siendo la luz de Shutoku aunque no juegue nanodayo.- Besé su mejilla.- Y tu su sombra...

Takao solo sonrió con cariño y sus ojos brillando, mientras me besaba, acomodándose en mi pecho cerrando un poco sus ojos.

—Te amo Ace-Sama...-Dijo con cariño, cada vez aún más acurrucado en mi torso.

—Y yo a ti, Bakao.- Susurre escondiendome entre sus cabellos para besar su cabeza.-Más que a nada...

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Podéis romperme las piernas, esta bien, me lo merezco, tres años sin actualizar, creo que he batido alguna especie de récord :") Dudo que alguien se acuerde de mi la verdad, pero si alguien lee esto, siento mucho haberme tardado tantísimo, y espero poder volver a actualizar algo más seguido TwT La idea de este OS la tenia escrita desde literalmente 2015, pero no estaba acabado de escribir y tuve que cambiar prácticamente el 90% de todo, intenté hacer algo soft y un poco de drama para volver por aquí, espero que os guste aun no ser el gran OS que debería haber sido después de tanto tiempo ;;

Gracias por la larga espera a todos❤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top