¿En qué momento, cambiaron los papeles?

-¡Shin-Chan Shin-Chan!- El pequeño azabache corrió hacia su amigo, quien jugaba sentado en el suelo, hasta que Takao se lanzó abrazándole.

-¡B-Bakao! ¡S-Suéltame!- Gritó el peli vede sonrojado

-¡Vayamos a jugar! ¡A los columpios a los columpios!- Gritó el más bajo, tirando del brazo de Midorima.

-N-No sería adecuado ir a un lugar tan peligrosos...- Volvió a sentarse.

-Shintaro hijo, sé que estas desando ir, anda ve.- Su madre sonrió enternecida, al ver que realmente su hijo tenía vergüenza de ir con Takao.

-I-Iré pero solo porque me lo pides t-tu...- Desvió la mirada sonrojado.

-¡Bien! ¡Jugaré con Shin-Chan, jugaré con Shin-Chan!- El pequeño Kazunari aplaudía animado, con los ojos azules brillando de emoción y una sonrisa de oreja a oreja, cosa que hizo que ambas madres rieran.

-Se ve que quieres mucho a Shin-Chan, ¿Eh?- Rió la señora Takao, haciendo que su hijo asintiera.

-¡Sí! ¡Quiero así de mucho a Shin-Chan!- Takao estiró sus brazos, intentando mostrar lo mucho que quería a su amigo. Por una parte, Midorima se sonrojó por completo, ajustándose sus gafitas con ambas manos intentando de paso tapar su sonrojo, y por las otra, ambas madres rieron enternecidas. El que el primer amor de Kazunari con solo cinco años fuera su mejor amigo, era simplemente una ternura.

-¡Que suerte tienes Shintaro!

-¡C-Callaos! ¡Va-Vayamos de una vez a los columpios!- Midorima dio media vuelta, no tenía por qué aguantar a su "no amigo" decir esas tonterías que le avergonzaba.

-¡Espérame Shin-Chan!

Takao corrió hacia Shintaro, llevándole todo lo rápido que pudo hasta los columpios, donde no tardó en subirse. Takao iba todo lo rápido que podía, en ocasiones saltando del columpio y volviéndose a subir con rapidez. Mientras Midorima, iba mucho más lento, intentando no caerse.

-Sabes Shin-Chan, cuando sea mayor me casaré contigo.- Dijo de repente Takao, con una sonrisa cada vez más grande en sus labios, mirando hacia su sonrojado amigo.

-¡¿A-A qué viene eso?! ¡Bakao!

-¡Que cuando seamos mayores te pediré que te cases conmigo! ¡Y poder vivir siempre con Shin-Chan!

-D-Déjate de bobadas...- Midorima bajó del columpio, andando como si nada hacia sus madres, pero el sonrojo que iba en aumento en su rostro, delataba que quizás le había hecho un poco feliz las palabras de aquel chico.

-¡Pero es verdad! ¡Ya verás!

-Shintaro cielo, es tarde tenemos que volver.- La madre de Midorima le llamó acercándose para tomar en brazos a su hijos.- A ver si la próxima vez que quedéis, venís a nuestra casa.- Sonrió Mirando a Takao, quien asintió.

-¡Pronto quiero volver a jugar con Shin-Chan!- Takao miró al peli verde, quien avergonzad, de nuevo, desvió la mirada.

-Cuenta con ello.- Riendo por última vez, ambos peli verdes salieron de casa de la familia Takao.

-M-Mamá.

-Dime cariño.

-¿E-Es verdad que volveré a jugar pronto con Takao?- La señora Midorima retuvo la risa, su hijo era un tsundere igual que su padre.

-Claro que sí, ¿Queras volver a verle?

-N-No es como si quisiera verle o algo... ¡N-No es eso!

-Pues yo creo que si.- Rió besando la mejilla de su hijo.- Además, dijo que te pediría que te casaras con él, ¿No?

-¡Cla-Claro que no! ¡A-Además yo le rechazaría!

-¿En qué momento, cambiaron los papeles?

-¿Y bien Kazunari?- Preguntó Midorima, arrodillado en el suelo con un anillo dorado en la mano.- ¿Quieres casarte con este tsundere que tanto te ama?- Midorima no podía evitarlo. Su Takao, su amado novio desde hacía tantos años, su amigo de la infancia, ahí, completamente sonrojado, con los ojos llorosos y tan solo diciendo balbuceos por los nervios. ¿Quién no sonreiría en un momento así?

-¡E-Esto no es justo Shin-Chan! ¡N-No lo haces bien! ¡D-De pequeños quedamos en que yo te lo pediría a ti! ¡N-No al revés! ¡R-Rompes el plan!- Takao llevó las manos a sus mejillas, limpiando las lágrimas de felicidad e intentando tapar su sonrojo.

-Llevo un año lanzándote indirectas, y haces como si nada.

-P-Pensaba que era porque querías evitar esto... ¡P-Pero no me cambies de tema! ¡Y-Yo debería pedirte a ti matrimonio no tú a mí!

-Entonces hazlo.- Midorima miró burlón a Takao, quien estaba tan nervioso que no sabía ni cómo reaccionar.

-¡¿S-Shintaro Midorima quieres casarte conmigo?!

-Acepto.- Sonrió, Takao sin perder tiempo ni querer seguir pasando tanta vergüenza, se lanzó a abrazar a su ahora prometido, dejando caer sus cristalinas lágrimas por sus mejillas enrojecidas.- Mi cielo...- Midorima levantó el rostro de su Takao, o como él le llamaba, su mundo, besándole tantas veces como podía, llevándose con las manos las lágrimas que salían de sus ojos.

-¿D-Donde dejaste tu tsunderismo?- Susurró Takao entre beso y beso.

-Se fue cunado empezaste a balbucear y sonrojarte.- Lentamente, Midorima empezó a llevar su mano hasta la de Takao, colocándole el anillo en esta.

-Idiota... Tsundere idiota... Maldito sea el momento en el que me enamoraste.- Rió Kazunari, con las mejillas ardiendo.

-Creo que... fue cuando tenías cinco años.

-Te amo desde entonces.- Otra pequeña carcajada.

-Yo también, Bakao.

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Y así fue como erza acabó con el tsunderismo de Midorima en menos de mil palabras uwu okay no, son casi las doce de la noche, tengo sueño, sigo escribiendo y mañana tengo examen ;w;

Espero que les haya gustado, muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo One-Short~


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