Año nuevo


Takao suspiró, mirando su teléfono, esperando que empezara a sonar.

Segundos.

Minutos.

Horas.

¿Cuánto llevaba ya?

Empezó a mirar ese aparato cerca de las ocho de la noche, y ahora, a un cuarto de hora de media noche, seguía mirándolo.

Un plan realmente deprimente para noche vieja. Mirar su teléfono.

Lo único que le acompañaba, era una televisión encendida de fondo, con el volumen lo mínimo subido para que no se oyera más que un susurro. Eso, y sus recuerdos de noche buena.


-¡Shin-Chan corre!

-¡¿C-Como voy a correr?! ¡Es imposible ir más rápido con esto!-Gritó Midorima aferrándose a la barrera de seguridad que había en la pista de hielo.

-¡Si es muy fácil! ¡Mira!- Takao empezó a deslizarse como si le fuera la vida en ello. En cambio Midorima parecía más bien un pato mareado.

-¡L-Lo será para ti! ¡E-Es la primera vez que vengo a uno de estos!

-¿En serio?- Takao se acercó lentamente a Midorima, mirándolo confuso.

-¡S-Sí!- Dijo sonrojado.- ¡A-Así que ayúdame!

Con una sonrisa burlona, Takao tomó las manos de Midorima ayudándole a deslizarse poco a poco hasta alejarse de las barreras de la pista.

-¿Ves? No es tan difícil.- Sonrió mirando hacia el peli verde, que poco a poco iba deslizando sus pies sin caerse.

-C-Creo que lo tengo...

-¡Genial! Entonces....- Takao soltó sin previo aviso las manos de Midorima.- ¡Te suelto!

-¡N-No! ¡I-Idiota al menos haber...- Midorima se tambaleó, acabando con un fuerte ruido contra el suelo.- Avisado...

Terminó la frase, cosa que hizo que su "amigo" estallara en carcajadas.

-¡SHIN-CHAN VAYA GOLPE!

-¡D-Deja de reírte y ayúdame!

-¡N-NO PUEDO! ¡F-FUE DEMASIADO DIVERTIDO!- Takao seguía riendo sin parar, hasta que el karma hizo su aparición, e hizo que el pequeño halcón perdiera el equilibrio y cayera sobre Midorima.

-¡¿Ahora no es tan gracioso no?!

-¡S-Sigue siendo igual de bueno!- Takao siguió riendo con fuerza.

Pero de golpe paró, mejor dicho, le obligaron a parar. Midorima había tomado con cuidado sus mejillas uniendo sus labios con los suyos y obligándole a parar de reír. Takao se sonrojó por completo, sonriendo en medio del beso como si fuera el primero que se daban. Pero no era así, tres maravillosos años llevaba junto a su tsundere amado.

-Shin-Chan...- Rozó su nariz con la mejilla de Midorima al terminar el beso.- Deberíamos levantarnos antes de montar un espectáculo en el suelo.- Sonrió levemente.

-S-Sí.

Después de eso, su turno de patinaje terminó, y ambos fueron a pasear, las luces navideñas sumadas al clima frio de invierno, hacían que ese paisaje por el que andaban fuera mucho más mágico que de costumbre. Ni si quiera se pararon a pensar en las demás personas que andaban junto a ellos, tomaron sus manos entrelazando sus dedos sin miedo a las críticas ajenas.

No soltaron sus manos hasta llegar a su principal destino, el gran árbol de navidad que había en el centro.

Takao sonrió al verlo, por un momento volvía a su infancia donde iba a ver ese árbol con su familia, sonriendo y jugando a su alrededor, esperando a que fuera la mañana siguiente y así poder abrir los regalos que Papa Noel le había dejado.

Una mano sobre su cintura le hizo salir de sus recuerdos. Girándose hacia su novio, quien le miraba sonrojado con los ojos brillando. Takao le dedico una sonrisa a Midorima, haciendo que el sonrojo de este aumentara mucho más. Poco a poco se acercó al rostro del menor, dejando un muy suave beso sobre sus labios, cosa que Takao correspondió rodeando su cuello con sus brazos. Se separaron de ese beso, uniéndose en seguida en otro, y otro, y otro.

Siguieron besándose hasta que ambos quedaron satisfechos por los mimos del otro, acabando con una dulce caricia por parte de Takao, enrojeciendo todavía más al megane.


Sin darse cuenta empezó a quedarse dormido entre tantos recuerdos, pero su teléfono se encargó de despertarle.

-¡Shin-Chan!- Gritó contestando la llamada lo más rápido que pudo.

-Hola... Creo que te llamé un poco tarde, ¿Ya es media noche ahí?- Takao negó con la cabeza, aun saber que Midorima no podía verle.

-No, quedan cinco minutos. Te salvas por eso tsundere.- Rió con algo de tristeza en sus palabras.

-¡No soy tsundere!- Midorima suspiró.

-Era broma, era broma, pero si lo eres.- Canturreó Takao dejando caer su cabeza sobre el escritorio.- Que... ¿Qué tal te va en América?

-Bien... Es algo solitario... Desearía estar contigo ahora.- Takao mordió sus labios, limpiando sus ojos para evitar que otra lágrima rebelde se escapara de sus ojos.

-Y-Yo también Shin-Chan pero... E-Era una gran oportunidad para ti. Estoy muy feliz de que mi novio se vaya a convertir en un gran doctor.- Por el bien de ambos, intento sonar alegre, pero la realidad es que esa "lágrima rebelde" se había convertido en un mar de lágrimas que no paraban de bajar por las mejillas.

-Te amo Takao.- Susurro Midorima al otro lado del teléfono. Él sabía que Takao estaba llorando, y que de alguna forma tenía que parar esas lágrimas.

-Y-Yo también te amo Shin-Chan p-pero...- Unas campanadas les interrumpieron.

-¿Ya es media noche?

-Casi...- Las campanas siguieron sonando, acercando cada vez más al nuevo año.- Oficialmente feliz añ—El teléfono se colgó.- ¿Shin-Chan? ¡Genial! ¡Justo ahora se cuelga el teléfono! ¡Gracias por tu ayuda Oha-As...

-¡FELIZ AÑO NUEVO!- Una voz familiar gritó a todo volumen desde la ventana del chico.

-¡¿Eh?!- Takao se asomó a su ventana.

Viendo ahí parado, delante de su casa mirando hacia su cuarto, a él, Midorima Shintaro quien se suponía que estaba en América estudiando. Con una sonrisa muy extraña en él, y su teléfono aun en su mano izquierda.

-¡¿Shin-Chan?!

-¡Feliz año nuevo!

-¡E-Espera! ¡N-No te vayas!- Takao corrió a agarrar la bufanda sobre su escritorio, pero no había tiempo como para salir por la puerta. Dio un salto desde su ventana, que por suerte no eran más que un par de metros, aterrizando en los brazos de su Shin-Chan, quien no tardó en empezar a besarle.- ¡¿Q-Que haces aquí?! ¡T-Tu deberías estar en América!

-No iba a dejarte solo en año nuevo, ¿Qué clase de novio seria?- Takao sonrió a todo lo ancho de su sonrisa, con lágrimas de esta vez felicidad por sus mejillas. Empezó una y otra vez a besar el rostro de Midorima, por todos los rincones que se le ocurrían, disfrutando de aunque no sabía cómo, volvía a tener a su novio aquí. Haciendo que Midorima se sonrojara, intentando retener la sonrisa que poco a poco se iba abriendo camino en sus labios, aunque su tsunderismo no iba a mostrarla tan fácilmente.

-Eres horrible... Estuve todo el día triste por tu culpa.- Susurró Takao haciendo un puchero, a la vez que besaba los labios del mayor.

-L-Lo se fui horrible así que... Merezco un castigo ¿No?- Miró pícaro a Takao, quien le devolvió la mirada con una sonrisa igual de pícara.

-Dejarte fuera con este frio sería un buen castigo.- Midorima chasqueó la lengua, cosa que hizo que Takao riera.- Era broma... Ya pensaré un buen "castigo" para ti mañana. Por ahora, vayamos dentro.- Midorima asintió, empezando a andar hacia el hogar de Takao.- Feliz año nuevo Shin-Chan.

-Feliz año nuevo Kazunari.- Se runrunearon con un último beso.

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Feliz año nuevo :D Voy tarde como siempre pero igual ;-; No tuve tiempo de escribir con tantas reuniones familiares ;-;

Así que aún eso, aquí tienen un especial por las fiestas :'3

Muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo One-Short~



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