Photoshoot 2
⚠Favor de leer la nota al final del capitulo⚠
Las aceleradas respiraciones inundaban el pequeño espacio del auto. Las palabras no eran necesarias, se deseaban y querían llegar pronto al departamento de Mew para poder terminar lo que habían comenzado en aquel estacionamiento.
-Cariño, deberías avisarle a tu madre que no llegaras a tu casa a dormir esta noche.- rompió el silencio el mayor.
-Tienes razón, ahora mismo la llamo.- dijo Gulf con nerviosismo, sacando su celular. El apodo con el que Mew lo había nombrado lo hizo sonrojar aún más de lo que ya estaba por todos los apasionados besos que habían compartido.
-Gulf, querido, ¿Dónde estás?, dijiste que llegarías a las 12.- la voz llena de preocupación de la señora se hizo oír desde el otro lado de la lineal.
-Perdón, mae, la sesión se alargó y Mew me ofreció quedarme con el hoy, para no tener que conducir toda una hora hasta nuestra casa.- respondió el menor.
-Oh, así que te quedaras con Mew, ¿eh?.- la voz insinuosa de la señora fue bastante obvia y Gulf se sintió sumamente apenado.
-¡Mae!.- se quejó el menor y Mew se rio ante eso.
-¿Está Mew escuchando?.- preguntó la mujer.
-Si, ¿por?.- pregunto curioso el menor.
-Mew, cuida mucho a mi hijo y si hacen algo usen protección.-
-Basta, mae, nos vemos después.- Gulf cortó la llamada con toda la cara roja de la vergüenza y el mayor se reía en burlar.
-Me agrada mucho mi futura suegra.- comentó Mew con calma, sin despegar la vista del camino.
-¿Futura suegra?.- pregunto Gulf entre asombrado y emocionado.
-Si, Gulf, bebé, espero no creas que solo quiero que esto sea cosa de una noche.- comenzó a explicar el pálido. -Yo te quiero para ser mío, mi novio, mi pareja, mi cielo.-
-P'Mew....- murmuró el menor con los ojos cristalizados por las lágrimas.
-Espera, detendré el auto un momento.- el castaño se estaciono de inmediato y volteo a ver cómo su pequeño estaba a nada de llorar. -No llores, mi cielo.- dijo tomando la cara del menor y limpiando las pequeñas lágrimas que manchaban su rostro.
-P'Mew, ¿tú quieres que seamos pareja?, ¿una pareja real?.- preguntó el pelinegro haciendo un tierno puchero que el mayor no dudó en besar, haciendo al chico sonreír.
-Si, quiero que seas mi lindo novio, ¿Qué dices?.- preguntó Mew con esperanza.
-Eso me encantaría.- respondió con emoción Gulf, rodeando el cuello del mayor y lo acercó a sus labios, demostrándole que él también quería mucho más que solo una noche de pasión.
-Enserio te quiero, Gulf, te quiero demasiado y deseo tenerte solo para mi, besarte y recorrer tu suave piel cada noche.- murmuró el pálido sobre los labios ajenos, antes de morder el rellenito labio inferior de su novio.
-Yo también te quiero, pero enserio quiero llegar a tu departamento.- confesó el menor con las mejillas rojas.
-Lo que mi novio quiera.- con un último beso siguieron su camino.
Mew no desaprovechó ningún momento de su corto camino, pues tenía su mano puesta en el muslo del menor, acariciándolo y dándole leves apretones, aumentando así el deseo de ambos.
La felicidad recorría a Gulf, pues tenía algunos meses sintiendo más que solo cariño de hermanos por su phi y aunque ambos estaban seguros de que eran correspondidos, no se había atrevido a hablar de ello. Pero para el pálido era importante dejar en claro que no solo quería que tuvieran una noche de pasión, sino un futuro lleno de amor.
Un futuro que sin duda querían compartir, porque nadie tenía dudas de que ellos eran una maravillosa pareja, no solo en pantalla como Tharn y Type, también como Mew y Gulf habían sido alabados por su gran conexión, tal como en la sesión de fotos que acababan de tener.
-Llegamos, cariño.- anunció el mayor y recién ahí Gulf noto que ya habían llegado a su destino, pues había estado perdido en los toques de su novio.
En silencio bajaron del auto y se adentraron en el departamento del pálido, en el cual Gulf ya había estado un par de veces.
-Dime, mi cielo, ¿quieres cenar algo o ....?.- Mew dejo la pregunta al aire, pero ambos supieron a qué se refería.
-Pues en este momento solo quiero probar a mi guapo novio.- respondió el menor, reuniendo toda la valentía posible para no morir de nervios.
El mayor sonrió con picardía se acercó hasta el menor, le rodeo la cintura y acercó su rostro hasta el punto en que sus labios se tocaban apenas en un roce.
-Mi hermoso novio, terminemos lo que iniciamos en aquel estudio.- afirmó el mayor y finalmente unió de nuevo sus labios.
Comenzó como una tierna caricia, solo llenándose con la calidez de los labios ajenos. Poco a poco sintieron que necesitaban más y Gulf fue el que sin pena abrió un poco su boca para que Mew pudiera enredar sus lenguas en un sensual baile.
Mew acariciaba la diminuta y marcada cintura del pelinegro, sin duda creía que sus brazos estaban hechos para rodear aquella parte de la anatomía de su pareja y sin duda el menor amaba eso, como si estuvieran hechos el uno para el otro.
Con un poco más de confianza, Gulf se aventuró a acariciar por sobre la ropa el fuerte pecho de su hombre, deleitándose con los músculos bien definidos, pasando a sus fuertes brazos y volviendo a enredar sus manos en su cuello.
El sonido húmedo de su beso llenaba por completo el lugar y eso los estaba excitando aún más. El pálido adentró sus manos por debajo de la camiseta del menor y tocó su suave piel, esa que había tocado ya algunas veces dentro del personaje de Tharn, aunque sin duda lo disfrutaba aún más al ser él quien decidiera el rumbo que seguían sus manos. Con calma subió por toda su espalda varias veces, haciendo temblar al moreno.
-P'Mew...- jadeo el pelinegro cuando el aire comenzó a hacer falta en sus pulmones.
-Cariño, puedes dejar la formalidad por ahora, puedes llamarme amor, mi hombre, mi novio, como tú quieras.- susurro en el oído del menor y después mordió el lóbulo de su oreja.
-Mew...- suspiro Gulf completamente rendido al placer que su pareja le proporcionaba.
-Vamos a la habitación, mi cielo.- dijo el castaño mientras dejaba húmedos besos en el cuello del moreno.
Con la misma facilidad de siempre tomó al chico de los muslos y lo levantó del piso, haciendo que Gulf rodeara su cintura con las piernas. Todo el camino hasta el cuarto el mayor besaba el terso cuello de su novio, dejando algunas pequeñas marcas rojas, marcándolo como suyo.
Al llegar a la habitación el pálido cerró la puerta con el pie y recargo al menor ahí, donde se besaron con amor y pasión, mientras Mew sin pena alguna tomaba entre sus manos el redondo trasero de su chico, ese que había admirado tantas veces y que había tocado "sin querer" en el pasado, pero que hoy por fin era todo suyo.
Gulf fue el primero en comenzar a desvestir al pálido, soltando cada botón de su camisa, acariciando su nívea piel, sintiendo bajo su mano la piel erizada del mayor, sus pezones duros de la excitación del momento.
Sin dejar de besarse Mew camino hasta la cama y dejo ahí a su pequeño con mucho cuidado, quedándose él de pie en la orilla, para poder quitar su camisa por completo. El moreno no se quiso quedar atrás y tomó el borde de su camiseta para levantarla, pero las cálidas manos de su pareja sustituyeron las suyas con rapidez, por lo que él se limitó a levantar sus brazos.
-Me encantan tus lunares, ¿sabías? .- dijo Mew con su voz un poco más ronca de lo normal y se fue recostando sobre Gulf, abriendo con delicadeza sus piernas para situarse entre estas.
-No lo sabía...- murmuró el menor en respuesta.
-Pues me encantan, como si fueran constelaciones en tu hermoso cuerpo.- dijo el mayor pasando su mano por el costado del moreno y subiendo lentamente hasta su pecho. -Amo cada parte de ti y quiero demostrártelo.-
Mew comenzó besando la abultada pancita de su novio, con tanto amor y cariño, porque en serio le gustaba sentir esta parte del cuerpo del menor. Después subió hasta su pecho, besando y lamiendo por donde pasaba, hasta que llegó al pezón derecho del menor y sin dudar lo rodeó con su boca.
-¡Mew!.- gimió Gulf ante la ola de placer que lo recorrió solo con sentir la húmeda lengua de Mew jugar con su pecho.
-Me encanta que seas tan sensible.- gruño el pálido apenas apartándose de la morena piel, dejando que su aliento fresco golpeara la piel húmeda del menor, haciéndolo temblar.
-Es porque nadie me había hecho sentir como tu.- confesó el pelinegro enredando sus dedos en el sedoso cabello de su novio, acariciándolo suavemente.
-Y nadie más lo hará, porque a partir de hoy eres solo mío y nunca te dejare ir.- afirmó el mayor con seguridad y Gulf sonrió feliz.
-Yo tampoco quiero que me dejes, eres todo lo que siempre quise, te amo.- las sinceras palabras del moreno hicieron el corazón de Mew saltar de emoción.
-Te amo, mi girasol.- dijo el mayor subiendo a besar los rellenitos labios de su chico.
-¿Girasol?.- pregunto el pelinegro entre confundido y curioso.
-No se si lo sabes, mi cielo, pero desde que te conozco has cambiado mucho.- comenzó a contar el mayor, besando el cuello ajeno. -Ahora eres mas sociable, mas hablador, menos serio y sobre todo más hermoso.-
-Todo es gracias a ti, me ayudaste a poder relacionarme con los demás y a actuar mejor.- dijo Gulf haciendo de lado su cabeza para darle más espacio a su pareja para que siguiera besando su cuello.
-Lo se, por eso eres mi girasol, porque me sigues como los girasoles al sol y gracias a mi floreciste así de hermoso, aunque me siento muy presuntuoso al decir eso.- explicó el pálido sin dejar de repartir húmedos besos y tiernas caricias en los costados del menor.
-¿Eso te hace a ti mi sol?.- preguntó el pelinegro con las mejillas sonrojadas por los besos y por lo lindo que le parecía el porqué de que Mew lo llamara así.
-Algo así, ¿te gusta?, tu serás mi girasol y yo tu sol.- preguntó el castaño separándose de su cuerpo solo para poder verlo a los ojos.
-Me encanta, mi sol.- dijo el menor con una bella sonrisa adornando su rostro y tomó al pálido de las mejillas para acercarlo de nuevo a sus labios.
El beso fue dulce, lento y amoroso, si bien sus lenguas danzaban juntas, todo era lindo.
-Te amo demasiado, mi girasol, no sabes como deseaba tenerte así.- susurro el pálido en el oído del otro antes de comenzar a jugar con el lóbulo de su oreja, chupándolo y mordiendolo.
-Mghhh.... No sabía que eso se sentía así de bien.- jadeo el menor abrazándose a la ancha espalda de su hombre.
-Esto no es nada comparado con todo lo que vamos a hacer, bebé.- comentó Mew comenzando a bajar con besos por todo el torso del moreno, hasta quedar de nuevo en su pancita, besando ahí y jugando con su lengua en el ombligo del menor.
-Lo se y no sabes como espero ver que mas vamos a hacer.- confesó envalentonado el pelinegro.
-Haremos todo lo que quieras, mi cielo.- afirmó el mayor ahora besando la angosta cadera del menor. -¿Puedo quitarlos?.- pregunto tomando el botón del pantalón para abrirlo.
-Hazlo, amor.- lo animó el pelinegro, usando ese apodo que tanto había querido usar con Mew y que ahora que eran novios finalmente podía usar.
Con delicadeza Mew bajó los jeans y lo dejó solo con sus ajustados boxers. En su valentía Gulf cambio de posiciones y dejó al pálido bajo su cuerpo.
-Wow, alguien se puso dominante.- se burló el mayor, aunque en definitiva iba a disfrutar eso, le sorprendía que su novio tomara la iniciativa y el mando de cómo avanzaba su noche de pasión.
-Si, soy dominante y celoso, así que espero me quieras así, mi sol.- comentó sonriente y satisfecho Gulf.
-Dios si, te amo así y de cualquier forma.- gimió cuando el menor acarició su pecho con sus pequeñas manos.
-¿Te parece si también quitamos esto?.- pregunto el menor comenzando a desabotonar el pantalón del pálido.
-Hazlo.- accedió el mayor y levantó la cadera para facilitar el trabajo, lo que le sorprendió fue que Gulf se llevó junto a sus pantalones su ropa interior, dejándolo desnudo sobre el colchón.
-Eres un dios griego o un ángel, que afortunado soy.- el moreno se había quedado de rodillas entre las piernas del pálido, sólo admirando su hermoso cuerpo.
Con algo de timidez empezó a acariciar los duros muslos del castaño, subiendo hasta su cadera y después a su pecho, donde tomó entre sus dedos los duros pezones.
-Si.... Lo haces muy bien cariño.- lo alago el mayor, estremeciéndose de placer, pues tener a Gulf sentado sobre su miembro y jugando con su pecho en definitiva era mejor de lo que alguna vez soñó.
Sin romper el contacto visual, el moreno se inclinó sobre el pálido pecho y tomó en su boca uno de los rosados pezones, succionando y mordiendo suavemente.
-Gulf.... Sigue....- rogó el mayor sujetando a su novio del cabello para pegarlo más a su pecho y lo sintió sonreír sobre su piel.
-Espera...- Gulf detuvo sus caricias y se puso de pie para quitar finalmente su ropa interior, dejando su erección en libertad.
-Demonios.- maldijo el pálido cuando su novio se sentó de nuevo sobre su cadera, dejándolo sentir toda su suave piel. -Eres malditamente hermoso, mi cielo.- Mew no se hizo esperar en tomar en sus grandes manos el redondo trasero del menor.
-Amor...- jadeo este ante las caricias en aquella parte de su anatomía, pero volvió a su anterior tarea y comenzó a jugar con el otro pezón del mayor. - Quiero intentar algo.- dijo con inseguridad.
-¿Qué quieres hacer, mi girasol?.- pregunto el mayor sin dejar de amasar los firmes glúteos de su chico.
-¿Puedo hacer lo que hice en la sesión de fotos?.- pregunto el pelinegro tímidamente.
-¿A qué te refieres?.- pregunto algo confundido el pálido. -¿Te refieres a chupar mi dedo?.-
-Si, te quiero chupar, pero aquí.- la cálida mano de Gulf tomó sin pena la erección de su novio, dándole un ligero apretón.
-¡Gulf!.- Mew no contuvo el delicioso gemido que le produjo la acción de su chico.
-¿Puedo chuparte aquí, amor?.- pregunto dulcemente sin dejar de masturbarlo.
-Puedes hacer lo que quieras conmigo, cariño, mi cuerpo, mi corazón y mi mente son todos tuyos.- el castaño no pondría queja alguna si su novio quería hacerle sexo oral, en realidad el lo quería desde que sintió la húmeda boca de Gulf alrededor de su dedo, incluso había imaginado que se sentiría tener esa dulce boca rodeando su miembro y ahora lo descubriría.
-Eres todo mío, así como yo soy todo tuyo.- Gulf se colocó al lado del pálido y primero dejó algunas cortas lamidas en la punta de la erección de Mew. Con calma Gulf fue adentrando el miembro del castaño a su boca, jugando con su lengua en la punta y masturbando con su mano lo que no entraba en su boca.
-Eres muy bueno en esto, mi cielo.- gruño el mayor acariciando el cabello negro y ondulado de Gulf.
-Pues espero que lo que he visto y leído en linea sirva de algo.- dijo nervioso el pelinegro.
-Se que eres un muy buen estudiante y créeme que lo haces increíble, bebé.- lo alago el mayor incitándolo a seguir con su delicioso trabajo.
Mientras Gulf continuaba degustando la erección de su novio, este alargó su mano para tomar su olvidado miembro, acariciándolo lentamente, haciendo al menor gemir, sintiendo la vibración en su miembro.
-Ven aquí.- gruño el pálido y haciendo uso de su fuerza, tomó a Gulf de la cintura y lo colocó sobre su cuerpo, dejando su trasero tan cerca de su cara que no se contuvo en morder una de sus preciosas nalgas.
-¡Mew!.- el agudo gemido de Gulf le indico que aquello le había gustado.
-Esto me gusta, es más divertido.- gruñó el mayor antes de volver a morderlo.
-Si, me gusta.- afirmó el menor volviendo a engullir el miembro del pálido.
A pesar de que Gulf nunca había hecho eso antes, disfrutaba de las reacciones de su novio, sus gemidos lo incitaban a seguir. Adentraba la dura erección lo más que podía y lo demás lo acariciaba con su mano, de vez en cuando pasaba su lengua por la punta, haciendo una especie de círculo que hacia el pálido temblar.
Mew dejó algunas mordidas y chupetones más en su redondo trasero. Después con sus manos separó esos preciosos montículos y dejó a la vista la rosada y palpitante entrada de su novio.
Aunque Gulf se sintió tímido al estar haciendo esa rara posición, porque se sentía muy expuesto, no se quito y disfruto. El mayor se aventuró a pasar su lengua sobre aquel lugar que deseaba hacer suyo y el menor gimió alrededor de su miembro.
-Amor.- gimió el menor removiéndose tímidamente sobre el pálido.
-¿Que pasa, cariño?.- preguntó divertido el pálido. -Dijiste que te gustaba esto.-
-Me gusta, solo que me siento muy vulnerable.- admitió el moreno.
-Mi girasol, si quieres dejar de hacer esto podemos parar, no quiero que te sientas incomodo, solo quiero darte placer.- dijo el castaño dando cortos besos en los muslos del moreno.
-Sigue, solo ve lento.- pidió tiernamente el menor.
-Seré muy delicado contigo, mi girasol.- afirmó el castaño y continuó con lo que hacía.
Pasó su lengua por el palpitante lugar y después comenzó a adentrar su húmedo músculo en el, escuchando a Gulf gemir. El pelinegro ahora solo pasaba su lengua por toda la extensión de su novio, jugando con su mano libre con los testículos del pálido, dándole aun mas placer.
-Detente, mi cielo.- pidió dulcemente el mayor.
-¿Qué pasa?.- pregunto confundido el pelinegro.
-Solo quiero besarte, date la vuelta.- sin pensarlo mucho Gulf se volteo, aun sentado sobre Mew se acercó a devorar sus labios rosados.
Se besaron con pasión, mordiéndose, enredando sus lenguas en una placentera batalla. El castaño tomó a su novio de las caderas y comenzó a mecerlo sobre su miembro, dejando que este se deslizara entre sus nalgas debido a la saliva.
-Te amo, mi sol.- susurro sobre los delgados labios de su novio. -Hazme el amor, por favor.- la sensual suplica de Gulf casi lo hace correrse, pues nunca pensó que el moreno seria así de apasionado durando el sexo.
-No tienes que pedirlo, es justo lo que haré, mi girasol.- afirmó el mayor apretando las redondas nalgas de su pareja. -Tengo lubricante en mi cajón, déjame ir a buscarlo.-
-Adelante, amor.- el pelinegro le dio un corto eso y se quitó de encima de él.
Sin vergüenza alguna Mew camino por su cuarto y busco entre la ropa de su cajón el tubo de lubricante. Cuando este volteo vio a Gulf recostado sobre el colchón, con una de sus manos jugaba con sus pezones y la otra sobre su cabeza reposando en la almohada.
-Eres tan hermoso y soy un jodido afortunado por poder tenerte solo para mí.- gruño con placer el pálido y se colocó entre los fuertes muslos de su chico, tomando sus rodillas para que sus piernas quedaran dobladas, dejando más expuesta su entrada.
Mew se humedeció los dedos en lubricante y se inclinó a besar a su chico mientras comenzaba a tocar aquel apretado canal, para que el menor se fuera acostumbrando. Gulf solo pudo abrir más sus piernas para dejarle todo el camino libre a su cuerpo.
-Meteré el primer dedo, mi girasol.- anunció el castaño mientras besaba el suave cuello del moreno.
-Con cuidado, mi sol.- pidió el pelinegro gimiendo bajito.
-Nunca te hare daño.- afirmó con seguridad y comenzó a adentrar el primer dígito en el estrecho pasaje.
-Mghh...- a pesar de que sintió raro que algo entrara en él, también se sintió bien, pues no había sido nada difícil la entrada de aquel dedo.
-Agregare otro, bebé.- dijo el mayor después de un rato moviendo su primer dígito.
-Hazlo, se siente bien.- confesó el moreno con la cara sonrojada.
-Y se sentirá aún mejor, mi cielo.- le aseguro comenzando a adentrar dos dedos juntos.
Cuando sentía a Gulf muy tenso, tomaba entre sus labios los rosados pezones de su chico, mordiéndolos y succionándolos hasta que este se relajaba, permitiendo que sus dedos se movieran con más facilidad. Con cuidado el pálido adentro más profundo sus dedos y busco el mágico punto de su chico.
-¡Mi amor!.- gimió agudamente el moreno, arqueando la espalda.
-Te dije que te daría más placer.- dijo Mew sonriendo con autosuficiencia.
-Hazlo otra vez.- suplicó rasguñando la ancha espalda del pálido.
Mew acato la orden y siguió dando en ese lugar hasta que sintió que podía agregar otro dígito más. Esta vez no lo anunció, pero Gulf estaba tan perdido en el placer que ni lo sintió, solo se limitaba a gemir cada vez más alto.
-Te quiero dentro, mi sol.- pidió el menor tirando su cabeza para atrás, tratando de contener su orgasmo.
-Bebé, déjame ir por condones, los olvide en el cajón.- menciono el castaño.
-No, no quiero eso, quiero sentirte a ti.- lo detuvo el menor antes de que este se pusiera de pie. -Estoy limpio, amor.- afirmó con seguridad, tomándolo de las mejillas para verlo directamente a los ojos.
-Lo sé, yo también lo estoy, nunca pondría en riesgo tu salud.- Gulf lo sabía, su novio siempre lo pondría como su prioridad, aun sobre su persona.
Mew tomo los muslos del menor y los dobló sobre su torso, dejando su miembro a la altura correcta y con lentitud fue adentrándose en él. Las caras de placer del menor eran de su completo deleite, ver como este gemía, como sus ojos se volvían blancos y como mordía su labio. Si no fuera porque quería que Gulf terminara primero, probablemente ya se habría corrido solo con la sensual vista.
Cuando finalmente estuvo todo dentro del pelinegro, este le rodeo el cuello y lo atrajo a un apasionado beso, donde sus lenguas se encontraron y se enredaron con placer. Las fuertes piernas del moreno rodearon la cintura del hombre que le hacía el amor por primera vez.
-¿Estas bien, mi girasol?.- pregunto Mew solo separándose unos centímetros.
-Es raro, pero no me duele, me siento conectado a ti en cuerpo y alma, mi sol eterno.- respondió el menor acariciando la bella cara de su novio.
-Eso es porque te estoy haciendo mío, dándote todo el amor que tu mereces, adorándote mi eterno girasol.- Gulf sonrió encantado con las palabras de su novio y levantó la cabeza para reanudar su apasionado beso.
-Te amo demasiado.- confesó el menor antes de morder el labio ajeno.
-Yo te amo más.- dijo el castaño sonriendo de completa felicidad. -¿Puedo moverme, mi cielo?.- preguntó con dulzura.
-Puedes hacer lo que quieras conmigo.- repitió las palabras que antes había dicho el pálido y este sonrió encantado.
Con lentitud comenzó a moverse, saliendo un poco y volviendo a entrar, dando justo en la próstata del menor, el cual abrió su boca con placer, aunque ningún ruido salió de ahí. Mew daba certeramente en el mismo punto, de forma lenta y profunda.
Gulf rasguñaba su espalda, mientras el pálido dejaba marcas rojizas en la morena piel de su chico, amando el sabor cítrico de su piel. Los gemidos y gruñidos llenaron la habitación, el olor a sexo era palpable, pero eso solo hacia mas erótico el momento. El pelinegro nunca pidió más y Mew tampoco aumentó el ritmo, pues ambos estaban disfrutando del tierno roce de sus pieles.
-Me encantan tus gemidos, mi girasol.- admitió el pálido viendo directamente los ojos avellana de su chico, nublados por el placer.
El placer era tanto que el moreno no pudo ni responder al cumplido, solo gemía en señal de placer, temblando con cada caricia. Mew se sentía morir de amor solo por tener bajo su cuerpo al ser que amaba más que a nadie, con su piel aperlada por el sudor, sus ojos nublados de placer, sus labios rojos y su cuerpo lleno de marcas que lo hicieron sentir posesivo.
-Siento que me voy a correr, mi sol.- anunció el pelinegro con la voz jadeante, pues su pareja no había detenido sus movimientos en ningún momento.
-Hazlo, córrete para mi, mi girasol.- pidió y Gulf al escuchar esas palabras con la ronca y sensual voz de su hombre fue suficiente para que su clímax estallara. Su semen manchó su propio abdomen y un poco el de Mew.
El castaño se quedó quieto, solo admirando lo precioso que su chico se veía corriéndose y gimiendo su nombre. La opresión alrededor de su miembro y la inigualable vista lo hizo correrse dentro de su chico.
-Mghhh... Amor...- gimió bajito el moreno al sentir su interior ser llenado con el cálido semen de su novio, sintiéndose marcado por el.
-Te amo tanto, mi girasol.- gruñó el mayor dejándose caer suavemente sobre el cuerpo del más pequeño.
-Yo también te amo, mi sol.- dijo el menor acariciando el suave cabello castaño del mayor. -Hacer el amor contigo fue genial, gracias por haber sido tan lindo conmigo.-
-Te dije que no te haría daño, no puedo ni quiero lastimarte, eres el amor de mi vida y cuidare de ti todo el tiempo que me permitas.- dijo Mew sonriendo con ternura, dejando cortos besos en el pecho del moreno.
-¿Qué pasa si te digo que quiero que me cuides toda la vida?.- preguntó de forma inocente Gulf, sonriendo.
-Pues será un honor cuidarte por el resto de mi vida, mi eterno girasol.- respondió con amor el castaño y se acercó a besarlo con cariño, sintiendo como en el proceso su miembro se movía en el interior de su chico.
-Para toda la vida, mi eterno sol.- afirmó el moreno encantado con los acontecimientos de esa noche.
Quien pensaría que una sesión de fotos finalmente cambiaría su relación, dejándolos disfrutar de lo que tanto habían deseado. Porque eso había sido más que solo un capricho pasional, los meses habían hecho que en ellos floreciera el más hermoso amor.
-Vamos a darnos una ducha, no quiero que duermas incomodo, mi girasol.- dijo Mew después de un rato en silencio, donde solo se acariciaban con cariño.
-Esta bien, vamos.- accedió el moreno y con cuidado el pálido finalmente salió del interior de su chico. -Mhgg...- Gulf no pudo retener el gemido que le ocasionó el placer de sentir el semen de su hombre chorrear por sus muslos.
-Mi cielo, no me provoques.- gruñó el mayor ayudándolo a ponerse de pie y el pelinegro sonrió tímidamente.
En la ducha el castaño se encargó de mimar a su novio, limpiando todo su cuerpo con amor y dulzura, recibiendo cortos besos en los labios de su parte en forma de agradecimiento.
-Esto me gusta.- murmuró Gulf cuando Mew comenzó a masajear su cuero cabelludo para limpiar su cabello.
-A mi me encanta todo estando contigo, girasol.- el menor sintió su corazón saltar de emoción. Su novio ya había sido cariñoso antes, pero ahora que eran formalmente una pareja, no dejaba de repetirle lo mucho que lo amaba, lo afortunado que era y todo lo que quiera hacer con él en el futuro.
-Ya entiendo porque te eligieron para Tharn.- comentó de repente el moreno.
-¿Porque, cariño?.- preguntó extrañado el pálido.
-Eres igual de atento, cariñoso y apasionado que el personaje.- explico y ambos rieron. -Además también eres mío ahora.-
-Eres tú el que es mío.- dijo el castaño, repitiendo el diálogo de una escena de TharnType, pero esta vez con los personajes cambiados.
-Eres mi Tharn, mi Mew, mi amor, mi sol, eres todo para mi.- el menor se volteo y abrazó a su novio con felicidad, pues se sentía tan libre de poder finalmente decirle todas esas palabras que habían estado encerradas en su corazón por mucho tiempo.
-Bueno pues tu eres mi Type, mi Gulf, mi bebé, mi cariño, mi girasol y al único hombre que quiero a mi lado, nadie mas que tu.- ambos tenían los ojos llorosos por el lindo e íntimo momento y sin dudar se unieron en un dulce beso, solo para afirmar el grande amor que explotaba en sus corazones.
Después de eso se terminaron de duchar y Mew se encargó de secarlos a ambos, después tomó la mano de su pequeño y lo encaminó de regreso a la habitación.
-Déjame buscarte una pijama, mi cielo.- dijo el pálido soltando su mano.
-No.- lo detuvo Gulf tomando su brazo.
-¿Qué sucede, cariño?.- pregunto extrañado.
-Yo quiero dormir así contigo, ¿podemos?.- preguntó tímidamente el moreno, sintiendo su cara caliente por el sonrojo que lo atacó.
-¿Quieres dormir desnudos?.- pregunto el castaño con diversión.
-Si, siempre que soñaba hacer el amor contigo pensaba en que dormiriamos desnudos y abrazados, pero si no quieres esta bien.-
-No te avergüences, mi vida, haremos todo lo que tu quieras, vamos a dormir.- Mew estaba encantado con la faceta tímida de su chico, pues mientras hacían el amor había sido completamente diferente.
Mew quitó la sábana que había quedado mojada por su sudor y algunos fluidos más y rápidamente colocó una limpia. Con algo de pena Gulf se recostó debajo de la sabana y su novio lo siguió un segundo después, tomándolo entre sus brazos y colocándolo sobre su pecho.
-Buenas noches, mi girasol.- dijo el pálido tiernamente, dándole un beso en la cabeza al pelinegro.
-Buenas noches, mi sol.- Gulf levantó un poco la cabeza y dejó un corto beso en los labios ajenos, para después volver a colocar su cabeza justo sobre el corazón del pálido, acurrucándose más contra su fornido cuerpo.
El cansancio de su amoroso encuentro los hizo dormir rápida y profundamente. En ningún momento de la noche cambiaron de posición, pues ambos habían deseado tanto estar ahí, además que estaban cansados entre el trabajo y sus actividades después de la sesión de fotos.
Mew fue el primero en despertar, pues aunque no tenían trabajo ese día él acostumbraba a despertar temprano. Volteó a ver el reloj y este marcaba las 8, después bajó la vista al cálido cuerpo sobre su pecho y vio que su novio seguía profundamente dormido.
No quiso despertarlo así que se dedicó a apreciar lo bonito y angelical que se veía. La sabana solo cubría de sus cinturas para abajo, dejando su cuerpo lleno de marcas al descubierto. Sin pensarlo mucho el pálido busco en el mueble cercano su celular y busco la cámara de este.
Tomo algunas fotos de su rostro dormido y algunas de su ancha espalda, con cuidado bajó un poco la sábana que los cubría y fotografió su redondo trasero marcado con sus dientes y chupones. Con suavidad deslizó el cuerpo de su novio para dejarlo de espaldas en el colchón, el sueño pesado de Gulf lo ayudó a que este no despertara con el movimiento.
Tomo algunas fotos más, ahora del pecho hermosamente marcado de su novio, con la linda piel morena haciendo contraste con las marcas rojas que él mismo había dejado. Fotografió sus rellenitos labios rojos de tantas mordidas y besos, su cuello lleno de marcas. Finalmente le quitó la sábana y lo dejó desnudo sobre el colchón, capturando la belleza de su cuerpo descubierto y solo para él.
-Mi sol, ¿Qué haces?.- murmuró el menor removiéndose en busca de la sabana.
-Te estoy haciendo una sesión de fotos erótica.- respondió divertido el pálido mientras seguía fotografiando los movimientos perezosos del chico moreno.
-¿A si?, pues solo para decirle que mi precio como modelo es elevado.- dijo el pelinegro siguiendo el juego.
-¿Cuál es su precio, bello girasol?.- pregunto el castaño sentándose al lado de su novio, el cual sin pena alguna se levantó para sentarse a horcajadas de él.
-Me parece que mi precio es demasiado elevado, señor Jongcheveevat.- comentó divertido Gulf, rodeando el cuello del pálido.
-¿Ah sí?, dígame cual y lo pagaré.- Mew sonrió encantado con su juego y la bella sonrisa de su bebé
-Quiero que me hagas feliz todos los días de mi vida, hasta que muera.- respondió finalmente el pelinegro.
-Haré todo lo que tu me pidas, mi girasol, mi vida es tuya de hoy en adelante, estaré a tu lado en todo momento, amándote y apoyándote.- dijo el pálido dejando cortos besos en el rostro ajeno, terminando en sus rellenitos labios.
-Suenan a votos matrimoniales.- comentó divertido el menor. -Pero me encanta, te amo, mi sol.- Gulf volvió a unir sus labios con amor.
-¿Quieres casarte conmigo?.- pregunto seriamente el mayor.
-Amor, apenas somos novios.- respondió riendo el menor.
-No digo que ahora o la siguiente semana, solo digo que enserio quiero pasar el resto de mi vida contigo.- admitió el castaño haciendo un tierno puchero.
-Cuando sea legal prometo que nos casaremos.- Gulf sonrió encantado con la idea de ser oficialmente esposo de Mew, sin duda ese hombre era su alma gemela.
-Bueno, ¿Qué tal si ahora me dejas tomarte mas fotos?.- pregunto el castaño mostrándole las fotos que ya le había tomado.
-Me encantaría, pero quiero que salgas tú también.- aceptó el moreno tomando el celular para tomarle algunas a la bella cara de su novio.
Hicieron toda una sesión de fotos casera, se tomaron algunas besándose, otras abrazados, sonriendo. Gulf incluso le tomó algunas solo a su novio, se tomó una selfie recargado en el hombro de su novio, mostrando los rasguños que había dejado en su pálida espalda.
-Esta es la mejor sesión de fotos que he tenido.- dijo Mew cuando ya estaban acostados, abrazados a mitad de la cama, viendo las miles de fotos.
-Si, sin duda ha sido la mejor sesión, me encanta.- aunque Gulf se sentía tímido de verse a sí mismo desnudo en las fotos.
-Estoy seguro que no será la única que haremos, mi cielo.- Mew le dio un corto eso en la frente y sonrieron cómplices.
-Espero que no sea la única.- aceptó el moreno.
-Te amo, mi girasol.- el rostro del pelinegro se sonrojo por completo, aun cuando su novio le había dicho eso varias veces.
-Te amo, mi sol.- ambos sonrieron antes de unirse de nuevo en un tierno beso.
Gracias a una sesión de fotos habían podido confesar su amor, pero ahora podían hacer fotos más sensuales y calientes, después de sus amorosos encuentros. Sin duda ahora serían más amantes de los photoshoot.
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Hace un año comencé esta linda aventura. Empecé a subir historias cortas sin esperanza de que tanta gente la viera, pues sabia que había muchas y mejores, pero aun así no me desanime y seguí dejando a mi imaginación fluir.
Hace un año que la primera parte de esta historia fue publicada, al inicio no tenia tantos votos y nadie comentaba la historia, pero aun así seguí compartiendo mis ideas locas. A día de hoy lo que yo inicie como un hobbie, se volvió en una parte muy importante de mi vida.
Ahora recibo muchos comentarios muy lindos, los votos son mas y eso me hace inmensamente feliz, incluso me han recomendado en alguna pagina de MewGulf y grite de la emoción. Nunca espere que tantas personas siguieran mi trabajo, pero mil gracias a todos por darse el tiempo de leerme y apoyarme en este proyecto.
Un año después este compilado ya tiene 267mil vistas y 20mil votos. No me alcanzan las palabras para agradecerles todo el amor y apoyo. Son y serán lo mejor que me pudo pasar esta cuarentena, hicieron mas llevadera la situación.
Este capitulo es mi regalo de aniversario, ya que nunca pensé en hacerle segunda parte a esta historia que comenzó todo. Pero sin duda valió cada segundo que invertí en hacerla y espero que les haya gustado.
La portada especial por el aniversario fue hecha por esta bella seguidora, la cual también escribe muy buenas historias. mewgulfnobios_ muchas gracias por la portada y el apoyo siempre. ❤️❤️❤️
Sin mas, muchas gracias por tanto amor y apoyo. Si leíste mi enorme nota de hoy tienes todo mi amor. Wuv U💙💙💙💙💙
Pequeña nota extra: puede que me tome dos o tres semanas de vacaciones sin escribir, ya que estoy en los finales de la universidad y quiero estar concentrada en eso, espero me entiendan y esperen mi regreso, porque este no es el final, aun hay mil historias que planeo traerles y mientras sigan apoyando yo seguiré escribiendo.
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