Milagro De Navidad

⚠ACLARACIÓN: No tengo conocimientos sobre cardiología ni medicina en general, cualquier cosa mencionada aquí es ficción y trataré de hacerla sonar lo más lógica posible. Si algo no tiene sentido, es precisamente porque desconozco el tema. Espero lo entiendan y les guste la historia. Puede que necesiten pañuelos, solo digo.⚠

La sala de urgencias estaba llena, como siempre. Todos los doctores corrían de un lado al otro sin parar. A pesar de la cantidad de enfermeros y doctores el trabajo siempre era demasiado, sea cual sea la temporada.

-Doctor Kanawut, se le solicita con urgencia en la habitación 26.- se escuchó una voz por los altavoces del hospital.

El cardiólogo más joven del hospital y el más destacado en su área a sus cortos 28 años, se apresuró a correr por los pasillos para llegar al lugar.

-¿Que sucede?.- preguntó el doctor de cabellos negros y piel morena entrando a la habitación 26.

-Este hombre sufrió un paro cardíaco, su corazón está dejando de latir.- le informó una enfermera que con prisa colocaba intravenosas y parches para detectar el pulso del paciente.

Gulf se acercó al hombre y comprobó que efectivamente su pulso era muy débil. Rápidamente comenzó a hacer presión en el pecho del hombre a un ritmo ya conocido para él, intentando reanimar el corazón del hombre pálido en la cama.

-Doctor Kanawut, su pulso es aún más débil.- informó la enfermera que estaba al tanto del monitor que tomaba el pulso del paciente.

-Traigan un desfibrilador, ahora.- pidió preocupado el joven doctor. Él siempre hacía todo su esfuerzo por ayudar a los pacientes que atendía y hasta ahora podía decir que todos habían sanado gracias a él y nunca había sufrido de tener que avisar a familiares la muerte de su paciente.

-Aquí está, Gulf.- dijo Mild, la mano derecha del cardiólogo, pasándole el carrito rojo donde transportaban el artefacto pedido.

-Aun lado.- gritó para que las enfermeras se alejaran de la cama.

El otro doctor de baja estatura y piel pálida cargo la máquina y Gulf la presionó contra el pecho del hombre en la camilla, haciendo que este levantara un poco el pecho.

-Cárgalo más.- pidió Gulf al no recibir la respuesta esperada, al contrario, el pulso cada vez era menor. -Despejen.- volvió a colocar las placas sobre el pecho del paciente y una vez más su cuerpo se levantó por la descarga y finalmente el pulso parecía querer normalizarse.

-Esta latiendo mas.- informó Mild a su compañero. -Creo que debemos hacerle estudios, además de administrarle suero.-

-Tienes razón, Mild, Fai por favor que le hagan estudios para saber la condición de su corazón.- pidió el doctor y la enfermera asintió. -¿Algún familiar trajo a este hombre?.- preguntó pues de ser así debía informar a éstos la condición del paciente.

-Un hombre lo trajo, dijo que era su amigo.- comentó Fai.

-¿Nombre del paciente?.- preguntó el cardiólogo pues con la prisa ni siquiera había preguntado los datos.

-Mew Suppasit Jongcheveevat, tiene 35 años.- respondió la enfermera recordando los datos que el amigo le había proporcionado antes de ingresarlo a la habitación de urgencias.

-Iré a buscar a su amigo.- informó el doctor Kanawut. -Mild hazme saber el resultado de los análisis.- pidió a su mano derecha y mejor amigo.

-Entendido, jefe.- dijo Mild usando ese apodo con el que siempre lo llamaba pues Gulf era jefe de cardiología a su corta edad.

El joven doctor salió de la habitación, inmediatamente la mirada de muchas personas se posaron en él, pues más de una revista había hecho artículos del joven cardiólogo, que a su corta edad ya tenía un talento inigualable en el área.

-Familiares de Mew Suppasit.- gritó en alto para que el amigo de este viniera y de inmediato vio como un chico de piel morena y cuerpo bien trabajado se acercaba a él.

-Yo soy su mejor amigo.- dijo el hombre. -Me llamo Tul.- se presentó aun cuando lucía preocupado.

-Soy el doctor Kanawut, vengo a informarle que su amigo sufrió un paro cardiaco.-

-¿Que dice?, pero Mew siempre ha tenido buena salud, sale a correr todos los días.- Tul sintió su corazón oprimirse preocupado por su amigo.

-Esto no siempre se debe a hábitos del paciente sino a la genética, ¿sabe si algún familiar de él padecía del corazón?.- preguntó el doctor Kanawut.

-Mew no tiene familia, sus padres lo abandonaron de pequeño y nunca supimos de ellos, él es como un hermano para mi, aunque mi madre nunca pudo adoptarlo legalmente.- explicó el hombre más alto, sintiendo sus ojos cristalizarse por las lágrimas que quería derramar.

-Lamento escuchar eso.- comentó Gulf sintiendo tristeza por la vida de Mew, ningún pequeño merecía ser abandonado por sus propios padres. -La estamos haciendo estudios para confirmar si es alguna enfermedad o solo una descompensación por estrés, hasta entonces su hermano estará en observación.- Tul sonrió de lado al ser llamado hermano de su amigo.

-¿Puedo esperar aquí hasta que sepan que tiene?.- preguntó Tul al doctor.

-Por supuesto, nosotros le avisaremos cuando sepamos que tiene.- dijo Gulf regalándole una sonrisa tranquilizadora al otro hombre.

-Gracias.- Tul sonrió de igual forma, un poco más tranquilo por la seguridad que le daba el cardiólogo más famoso de la capital.

-Si me disculpa, tengo que seguir trabajando.-

-Adelante, doctor.- Gulf asintió y se encaminó entre los pasillos de urgencias, donde siempre había mucho bullicio.

Las horas siempre se le hacían eternas en urgencias, sentía que por más pacientes que atendía siempre había más que necesitaban su ayuda profesional.

-Gulf.- se escuchó el grito de Mild a través del pasillo.

-¿Qué sucede, Mild?.- preguntó a su amigo el doctor Kanawut.

-Tenemos los resultados de Mew Suppasit.- informó su mano derecha entregándole unos papeles. -Su corazón late más lento en algunas ocasiones y no está bombeando la sangre de manera correcta, pero es en un mínimo lapso de tiempo.- explicó aun cuando el jefe de cardiología estaba leyendo los papeles.

-¿El paciente está despierto?.- preguntó Gulf esperando poder hablar con él sobre la situación.

-Fai dijo que estaba comenzando a moverse un poco, puede que esté despertando.- comentó Mild.

-Tu sigue atendiendo otros pacientes, yo iré a hablar con Suppasit.- ordenó el moreno, pues saber la triste vida de Mew le hacía querer hacer todo lo posible por ayudarlo en su salud.

-A la orden, jefe.- Mild emprendió su viaje hacia el otro lado del hospital mientras el jefe de cardiología caminaba hacia la habitación 26.

Al entrar a la habitación encontró a Fai viendo al paciente, el cual parecía apenas parecía despertar.

-¿Cómo sigue el paciente, Fai?.- preguntó el doctor llamando la atención de la enfermera.

-Oh doctor Kanawut, no lo mire entrar.- dijo la enfermera sorprendida, dejando de ver al paciente. Gulf rodó los ojos, pues Fai siempre buscaba algún paciente guapo al cual ligarse, por lo cual era obvio que ya le había echado el ojo a Suppasit. -Pues parece que va a despertar ya, ¿el doctor Suttinut ya le informo de los análisis?.-

-Sí y por favor ve a ayudar en el recibidor, yo atenderé a Suppasit.- la enfermera rodó los ojos creyendo que el jefe no lo veía, pero Gulf noto todo, hasta que finalmente la chica salió de la habitación.

Gulf se acercó a la camilla y vio el monitor, donde el ritmo cardiaco de Mew se miraba en un rango normal. Los ojos del paciente comenzaron a abrirse lentamente hasta que el doctor pudo ver los iris color café de Suppasit.

Mew comenzó a ver una luz blanca que lastimaba un poco su vista, pero sentía su cuerpo tan pesado al igual que su corazón que se obligó a abrir los ojos, encontrándose con un hombre joven a su lado, el cual usaba una bata blanca, lo cual le dijo que estaba en el hospital. Poco a poco subió su mirada hasta encontrarse con unos iris color ámbar muy lindos y una expresión de preocupación por parte del hombre.

-Señor Suppasit.- habló el doctor llamando la atención de su paciente. -Soy el doctor Kanawut, usted se encuentra en el hospital Moon.- informó viendo la sorpresa en los ojos cafés del pálido.

-¿Que paso?.- preguntó Mew con la voz ronca.

-Usted sufrió un infarto y su amigo Tul lo trajo aquí, ya está estable pero debemos hablar seriamente sobre su salud.- explicó Gulf leyendo las notas con los resultados de las pruebas.

-No puede ser.- jadeó sorprendido el mayor. -¿Estoy enfermo?.- el corazón del doctor latió fuerte en su pecho al notar la angustia en su rostro y en su voz.

-Usted está teniendo problemas del corazón, pero aún está en etapa inicial por lo que está a tiempo de iniciar con un tratamiento.- el doctor Kanawut siempre se sentía mal de dar esas noticias, su corazón dolía al ver la preocupación de los pacientes.

-¿Cuál es el tratamiento?.- preguntó de inmediato el castaño, no queriendo esperar más.

-Se le recetaran unas pastillas que debe tomar en un horario muy estricto y sin falta, el medicamento deberá controlar su ritmo cardíaco y la forma en que su corazón bombea la sangre a todo su cuerpo.- comentó el doctor alejando su vista de los ojos cristalizados del hombre. -Si todo sale bien usted puede vivir muchos años solo a base de ese tratamiento.-

-Lo haré, tomaré el tratamiento.- dijo el mayor con seguridad.

-Es lo mejor para su salud, además no debe de hacer mucho esfuerzo, puede salir a caminar moderadamente, pero de preferencia no use pesas o máquinas de gimnasio porque eso puede ocasionar que sobre esfuerce su corazón.- informó el doctor Kanawut.

-Entiendo.- Mew mostró su tristeza sin pena alguna, pues claro que enterarse que ahora padecía del corazón nunca sería una buena noticia, aun cuando estuviera en una etapa donde con medicinas podía sobrevivir.

-¿Quiere que llame a su amigo?.- preguntó Gulf, pues aunque solo la familia directa del paciente podía entrar, al saber que este no tenía familia, dejaría pasar a Tul.

-Si, por favor.- pidió con un hilo de voz el castaño.

El cardiólogo asintió y se marchó en busca del amigo de Mew, el cual seguía sentado en la misma silla donde lo dejó hace unas horas.

-Tul.- llamo al hombre y este se puso de pie de inmediato, siendo seguido por otro hombre de piel pálida y cabello negro. -El señor Suppasit ya despertó, puedes pasar a verlo un momento, lo daremos de alta mañana para estar seguros de su condición.-

-Muchas gracias, doctor.- dijo Tul tomando la mano del menor. -Ya vuelvo, Max.- le dijo al otro hombre.

-Anda, cariño, yo te espero aquí.- los hombres se dieron un tierno beso y el amigo del paciente comenzó a seguir al doctor hasta la habitación de su amigo.

-Solo no lo alteres mucho, por favor.- pidió el doctor y Tul asintió antes de adentrarse a la habitación, donde corrió a abrazar a su amigo.

El doctor Kanawut pudo escuchar los sollozos de ambos hombres, en los cuales pudo ver ese amor de hermanos que él nunca conoció al ser hijo único.

-Jefe.- gritó Mild llamando la atención del cardiólogo el cual se había quedado viendo por la ventana a los amigos que seguían abrazados.

-¿Qué sucede, Mild?.- preguntó Gulf metiendo las manos en su bata.

-Espera, ¿Qué te pasa a ti?.- preguntó su amigo preocupado.

-Es solo que siento pena por el señor Suppasit.- confesó sincero, pues con su amigo nunca tenía secretos. -El no tiene familia, fue abandonado de pequeño y desde entonces solo tiene a Tul.-

-Pero tu, al igual que el, tienes un amigo que siempre está ahí para ti.- Mild pasó su brazo por los hombros del hombre ligeramente más alto y lo abrazó.

-Lo se y siempre te agradeceré por eso.- afirmó el cardiólogo suspirando. -Me tomaré un pequeño descanso en mi oficina.- informó sintiendose mentalmente agotado.

-Claro, yo seguiré atendiendo pacientes, tu despeja un poco la mente.- aceptó Mild apoyando a su amigo, pues sabía la difícil vida que había llevado.

Gulf camino hasta su oficina y se encerró en las cuatro paredes donde podía dejar salir toda su frustración y dolor. Dolor de haber perdido a su madre, el único ser que había estado siempre para él, se le fue por culpa de un incendio en el restaurante del que era dueña. Había pasado ya un año de aquella tragedia, pero dolía siempre como el primer día.

De repente la imagen de Tul y su novio pasó por su mente. Él había tenido un par de novios, pero todos lo querían solo por su fama y dinero, lo usaban y lo botaban de la peor forma, engañándolo, argumentando que él nunca tenía tiempo. Nadie entendía que su fama se debía a su devoción por su trabajo.

Por la noche, cerca de la hora en que iba a casa, siempre daba una última visita a sus pacientes, solo para confirmar su estado y darles las buenas noches. El doctor Kanawut se había caracterizado por su empatía y ternura, siempre siendo lindo con sus pacientes y muy atento.

-Señor Suppasit.- saludo a su último paciente, el cual miraba a la nada, con la televisión sonando de fondo.

-Puede llamarme Mew.- dijo el mencionado con una voz rasposa, probablemente de tanto llorar pues sus ojos también estaban rojos.

-Entonces tu puedes llamarme Gulf.- dijo el moreno, entrando en confianza con el hombre, el cual debía admitir que era muy guapo, aún con la bata de hospital.

-¿Cuándo podré volver a mi casa, Gulf?.- preguntó el paciente, necesitando salir ya del hospital, pues nunca le habían gustado esos lugares.

-Mañana te daré de alta y comenzaras tu tratamiento, deberás venir cada dos meses por más pastillas y a que revisemos si algo ha cambiado.- informó el doctor.

-Está bien.- dijo Mew en un suspiro pesado.

-Había olvidado preguntarte, ¿pasaste por alguna emoción fuerte hoy?.- preguntó el moreno sentándose junto a la camilla.

-Planee una cena con mi novio, puse velas por todo el departamento, llené de rosas y cuando él llegó...- la voz de Suppasit se quebró un poco, pero se aclaró la garganta y continuó. -Cuando el llego me gritó que era una ridiculez, que ya no éramos adolescentes para hacer esas tonterías cursis, me comenzó a doler el pecho y solo pude ver como se fue mientras me gritaba que limpiara mi desastre antes de que el regresara mas tarde.- explicó el paciente soltando algunas lágrimas rebeldes.

A Gulf se le partió el corazón y acercó un poco más su silla a la camilla para tomar una de las manos del pálido, apretándola.

-Lamento escuchar eso, lo que tu hiciste fue solo un acto de amor que él no supo valorar, no tienes porque sentirte mal por ser romántico, muchos quisieran un hombre como tu en sus vidas.- lo animó el cardiólogo, pues él siempre había soñado con encontrar un hombre dulce y romántico que tuviera detalles cursis con el.

-Gracias por los ánimos, Gulf.- Mew le sonrió, aun con lágrimas bañando sus mejillas y el doctor no dudó en limpiarlas con suavidad con sus manos.

-No llores más, alteras tu corazón.- le indicó señalando el monitor de Holter donde sonaba su ritmo cardiaco. -Deberías dormir, es noche y por la mañana podrás volver a casa.-

-Lo se.- suspiró Mew, no sabiendo si en serio quería volver a su casa, la que compartía con su novio.

-Buenas noches, Mew.- Gulf se inclinó y dejó un tierno beso en la frente de su paciente, como hacía con los niños, pero el pálido le sacaba su lado protector. -Lamento incomodarte.- dijo cuando se alejó y vio la mirada sorprendida del mayor.

-No me molesta, solo fue extraño, nadie había besado mi frente así.- dijo Mew con un leve sonrojo tiñendo sus mejillas. -Buenas noches, Gulf.-

Toda la noche el cardiólogo no pudo dejar de pensar en Suppasit. Pensaba en su triste vida, desde que había sido abandonado, hasta estar en una relación con un hombre que no valoraba sus detalles románticos. Por otro lado Mew solo podía pensar en su salud y que tendría que volver a ver a Art después de eso, no sabía si podría soportar seguir con ese hombre que siempre lo hacía sentir menos.

-Buenos días.- saludó la animada voz del doctor Kanawut, llamando la atención de Suppasit.

-Buenos días, Gulf.- dijo Mew sonriendo, contagiado por la bella sonrisa del doctor, que la noche anterior había notado que era realmente bello, aún más que en las revistas donde lo había visto.

-¿Listo para volver a casa?.- preguntó Gulf comenzando a quitar la intravenosa del paciente y los parches que conectaban al monitor.

-Supongo.- respondió en un suspiro el pálido.

-Tul te trajo ropa, te dejaré para que te cambies y te espero afuera.- dijo el doctor y el hombre solo asintió sin muchos ánimos.

10 minutos después el paciente salía con un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca, usando unos tenis.

-Bueno, Mew, aquí tienes todas las instrucciones y los medicamentos que tienes que tomar.- comentó el cardiólogo pasándole una bolsa al mencionado. -No te esfuerces mucho y mantente calmado, si sientes alguna anomalía no dudes en venir.-

-Lo haré, doctor, muchas gracias.- dijo Mew tomando la bolsa.

-Pues eso sería todo, espero no verte pronto, Mew.- comentó a modo de broma, pues esperaba no tener que verlo de nuevo por su enfermedad.

-Eso espero.- dijo el castaño de forma insegura.

-Vamos, Mew, te llevaré a casa.- dijo Tul tomando el brazo de su amigo para ayudarlo a salir del hospital.

Gulf los vió partir y suspiró, en serio esperaba no tener que tratar a Mew de nuevo por la situación de su corazón, deseaba que pudiera estar estable con el medicamento, porque su vida ya era demasiado dura como para preocuparse por una enfermedad.

💕

Pasó un mes desde aquel día, un mes en el que Gulf no pudo dejar de pensar en Mew, deseando saber si estaba bien. Era algo sin sentido, pero su instinto protector se había activado cuando vio a ese hombre solitario con una pareja horrible, con la cual espera que haya terminado después de aquella situación que casi le cuesta la vida.

-¿Qué piensas?.- preguntó Mild entrando a la oficina de su amigo.

-Nada.- respondió automáticamente el jefe de cardiología, pues sería algo sin sentido admitir que pensaba en Mew.

-¿Cómo se llama el paciente?.- preguntó el más bajo, sabiendo de sobra que su amigo siempre se preocupaba mucho por sus pacientes.

-Es Mew.- respondió sinceramente el moreno, no pudiendo ocultar nada a su mejor amigo.

-Pero ese hombre estaba bastante estable cuando se fue, ¿Por qué piensas en él?.- preguntó Mild, pues su amigo solía estar preocupado por sus pacientes más graves, siempre buscando una solución para cada caso.

-No lo sé, incluso soñé con él la otra noche.- confesó el doctor suspirando con pesar.

-¿Será por lo que me contaste de sus padres?.- preguntó su mano derecha de forma curiosa.

-Puede que sea eso, que me preocupa que esté solo.- comentó Gulf con dudas, pues ni él tenía una razón lógica.

-¿Pero exactamente qué soñaste?.- preguntó Mild.

Gulf entraba a su departamento después de un largo día de trabajo. Al abrir la puerta fue recibido con un largo camino de pétalos de rosas y velas que llenaban el ambiente de un delicioso olor a frutos rojos.

Al fondo del pasillo encontró a su novio usando un traje negro, mientras sostenía un ramo de girasoles. El hombre de piel pálida, cabello castaño y unos ojos coquetos se acercó a él, tomando su mano para besar el dorso de esta.

-Feliz aniversario, cariño.- decía la dulce voz de Mew, dándole el ramo de flores.

-Feliz aniversario, amor.- dijo Gulf soltando algunas lágrimas de pura felicidad, las cuales fueron limpiadas por el pálido.

-Gracias por este maravilloso año a mi lado, te amo.- dijo Suppasit tomando a su novio por las mejillas, acariciando su suave rostro.

-Te amo, Mew.- repitió el doctor viendo como poco a poco el guapo rostro de su novio se acercaba más a él, hasta que sus labios se juntaron en un dulce beso. Las caricias de Mew lo hacían el hombre más feliz y dichoso del mundo, lo hacía sentir completo tener esos rosados labios sobre los suyos.

-He soñado eso un par de veces.- admitió apenado el doctor en jefe del área.

-¿Te enamoraste de Mew?.- preguntó sorprendido su mejor amigo.

-No.- se apresuró a contestar. -Mew es guapo, pero no lo conozco, supongo que solo me hace falta despejar mi mente del hospital.-

-Doctor Kanawut, tenemos una emergencia en cardiología.- se escuchó una voz desde el otro lado de la puerta.

Ambos doctores salieron corriendo detrás de Kawonah, el enfermero que les había hablado. Llegaron hasta una sala donde tenían a un hombre en una camilla.

-El portero del edificio llamó a emergencias cuando noto que este hombre había caído desmayado por las escaleras.- informó el enfermero.

-¿Tienes idea de que le sucedió?.- preguntó Mild mientras Gulf se acercaba al paciente.

-Mew.- gritó el doctor Kanawut al notar que era el hombre del que hace segundos hablaba con su amigo. -No tiene pulso.- murmuró tocando su muñeca. -Traigan un carro rojo, de prisa.- ordenó casi en un grito.

Mild se apresuró a caminar hasta la camilla y confirmó que era Suppasit el que estaba en la camilla.

-Carga a 2,000.- pidió Gulf a su amigo una vez tuvo la máquina en sus manos. -Despejen.- gritó y todos se apartaron de la camilla cuando puso las placas en el pecho del paciente.

-Su pulso sigue igual.- comentó Kaownah quien había puesto ya un monitor cerca para tomar el ritmo cardiaco del paciente.

-Carga de nuevo.- pidió Kanawut. -Despejen.- el cuerpo de Mew se arqueó contra la máquina que daba choques eléctricos a su cuerpo.

-Parece que su corazón comienza a latir.- informó Mild viendo el monitor, el cual marcaba un ritmo muy lento pero constante. -Gulf, Mew necesitará tener un desfibrilador implantado.-

-No, Mew no puede sufrir más.- murmuró el doctor en jefe abatido.

-Sabes qué es lo mejor, en muy poco tiempo sufrió otro paro cardiaco, lo mejor es que el desfibrilador le de una descarga para normalizar su ritmo y no tenga que estar pasando por esto.- dijo Mild de forma seria y Gulf sabía que eso era verdad, pero no quería volver más complicada la vida de ese triste hombre.

-Llama a su amigo Tul, su numero esta en el expediente de Mew, debemos tener autorización de un familiar y Tul es lo más cercano a eso que tiene.- pidió Gulf y Mild asintió antes de salir corriendo. -Mantengan su ritmo constante y prepárenlo para quirófano, si su corazón deja de latir, llámenme.- ordenó a Kaownah y las enfermeras.

-Tul viene en camino pero dijo que hiciéramos todo lo posible por mantener vivo a su hermano, que hiciéramos lo que consideráramos mejor para su salud.- dijo Mild jadeando, corriendo hasta Gulf.

-De acuerdo, necesitare que me asistas en la cirugía, quiero ser yo quien lo opere.- ambos hombres se prepararon y partieron al quirófano.

La operación era ya bien conocida para ambos, solo tenían que conectar el desfibrilador al corazón y dejarlo cerca de este, bajo la piel del pálido. Un par de horas después terminaron su labor.

-Ahora solo espero que tu cuerpo acepte el aparato.- suspiró Gulf viendo a Mew recostado en la cama, en la misma habitación que había estado hace un mes. -Lamento haberte hecho esto.- con delicadeza pasó sus dedos sobre la piel del castaño, donde sobresalía el desfibrilador.

-Tul está esperando recibir información sobre Mew.- dijo Mild llamando la atención de su amigo.

-Vamos, Mew no despertara en un rato.- los doctores caminaron por la sala de espera y tan pronto Tul los vio se levantó junto con Max.

-Dígame que Mew está bien, por favor.- rogó Tul siendo abrazado por su novio.

-Le pusimos un desfibrilador para que controle su ritmo cardiaco, ahora debemos esperar que su cuerpo lo acepte, pero por ahora está estable.- explicó Gulf y Tul suspiró un poco más relajado.

-Muchas gracias, doctor Kanawut y doctor Suttinut.- dijo el hombre moreno tomando la mano de ambos doctores.

-Es nuestro trabajo, ahora solo esperemos que Mew despierte.- comentó Mild antes de irse y partir a tratar a otros pacientes.

-¿Tul, sabes si le paso algo a Mew?.- preguntó Gulf con dudas, pues tampoco debía entrometerse mucho en la vida de los pacientes, pero se moría de la preocupación y las dudas.

-No tengo idea, yo deje a Mew en su departamento después de que desayunamos juntos y media hora después el doctor Suttinut me llamo.- explicó Tul lo poco que sabía.

-Esta bien, esperemos a que Mew despierte para que nos diga que sucedió y comentarle la cirugía que le realizamos.-

-De acuerdo, doctor, nosotros esperaremos para poder verlo.- dijo Tul y el cardiólogo asintió para caminar de nuevo a la habitación de Mew.

Gulf no pudo despegarse de Suppasit en ningún momento, quería estar ahí cuando este despertara y aprovechando que casi no había pacientes ese día, le pidió a Mild que los atendiera el. Afortunadamente un par de horas después pudo ver como el pálido se removía levemente en la camilla.

-Mew tranquilo, estás a salvo.- susurró Gulf tomando la mano del castaño, lo cual sorprendentemente lo tranquilizo ya que se quedó quieto y sus ojos se abrieron lentamente, encontrándose con la mirada preocupada del doctor.

-Gulf.- jadeó sorprendido el pálido, analizando la habitación donde estaba.

-Tranquilo, no te alteres, estás en el hospital.- explicó Gulf apretando la mano del mayor. -Tuviste otro paro cardiaco y tuvimos que operarte de emergencia.-

-¿Que me hicieron?.- preguntó Mew preocupado por el poco mejoramiento de su salud.

-Tuvimos que colocarte un desfibrilador.- con cuidado el cardiólogo guió la mano del paciente hasta donde podía sentir la pequeña máquina sobre su piel. -Lamento hacerte esto.-

-No es tu culpa, Gulf.- se apresuró a decir el pálido.

-Yo no quiero empeorar tu vida.- sin poder evitarlo unas lágrimas salieron de los ojos del moreno.

-Verte me hace feliz.- confesó Suppasit, pues ciertamente la genuina preocupación de Gulf lo conmovía, además de que le gustaba un poco su ternura, dejando de lado que era hermoso. -Salvaste mi vida, Gulf y te agradezco por eso.-

-¿Crees poder decirme que paso para que tuvieras otro paro cardiaco?.- preguntó el doctor acariciando la cálida mano del mayor.

-Fue Art.- dijo en un suspiro pesado el pálido.

-Pensé que habías terminado con él después de lo que hizo.- murmuró el moreno enojado, no con Mew, sino con el tipo que se decía llamar novio de Suppasit y lo trataba horrible.

-No es fácil terminar una relación de 5 años.- explicó el castaño. -Pero supongo que después de tanto tiempo debí esperarlo.-

-¿Que cosa, Mew?.- preguntó curioso y preocupado el pelinegro, pues por su mente ya pasaban varios escenarios de lo que podía haber pasado.

-Cuando Tul me dejó en mi edificio, fui hasta mi departamento, entre y escuche algunos ruidos, pensé que sería Art viendo la televisión en la habitación o algo así, fui hasta ahí y al abrir la puerta lo encontré con otro en la cama, en nuestra propia cama.- explicó Mew casi con odio, soltando lágrimas de pura ira.

-Oh Mew.- con cuidado Gulf abrazo al pálido, acariciando su espalda. -Se que no debes llorar porque sobre esfuerzas tu corazón, pero prometo revivirte si se detiene de nuevo, así que desahógate.-

-Eres una ternura.- Mew no pudo evitar reír ante el comentario del doctor.

-Lo digo enserio, Mew.- Kanawut se alejó un poco y limpió las lágrimas de su paciente, con el cual sabía que estaba siendo poco profesional. -¿Pero qué sucedió después?.-

-Le grité muchas cosas, el también dijo mucho pero no recuerdo casi nada, solo comencé a sentir una presión en mi pecho mientras bajaba por las escaleras, quería irme lejos de él, pero supongo que mi corazón no soportó la presión y el dolor.- terminó de contar lo poco que recordaba el mayor.

-Debiste dejarlo después de que desprecio tu hermosa cena.- dijo enojado el moreno, recordando su sueño, donde él había amado cada detalle de Mew.

-Lo sé, supongo que me costo caro querer aferrarme a él.- suspiró el pálido también acariciando la mano del moreno, sonriendo de lado. -¿Qué tratamiento llevaré ahora?.- preguntó queriendo dejar de lado el tema de su ex novio, porque claro que no volvería con él después de eso.

-Seguirás tomando medicina y el desfibrilador ayudará cuando tu corazón esté fallando, te dará una pequeña descarga para normalizarte.- explicó el doctor. -Pero aún estarás en observación porque debemos ver si tu cuerpo acepta el aparato.-

-¿Tu me cuidaras?.- preguntó Suppasit sonriendo, porque de alguna forma Gulf lo hacía sentir mejor, como si sus problemas fueran menos.

-Si tu quieres si, aquí estaré a tu lado hasta que pueda darte de alta.- el doctor reviso el Holter y este marcaba un ritmo normal.

-Me gustaría mucho que tú fueras quien lleve todo mi tratamiento.- afirmó el pálido sonriendo a duras penas al doctor.

-Lo haré, Mew, prometo cuidarte, nadie te hará daño aquí, tu corazón está a salvo conmigo.- Gulf sabía que no solo decía aquello por la salud de su paciente, sino que sabía que también quería ayudar a Mew en su vida personal, quería hacerle ver que era una persona increíble.

-Mi corazón está a salvo contigo.- suspiró feliz el castaño, sonriéndole ampliamente al cardiólogo, el cual lo hacía sentir más feliz que nunca.

💕

Cada día Gulf visitaba a Mew y pasaba horas a su lado. Platicaban y reían todo el día, prácticamente estaban siempre juntos, al menos hasta que Tul visitará a su hermano.

-Finalmente estamos en diciembre.- anunció Gulf entrando con un gorro navideño a la habitación de Mew. -Oh Mew lo lamento.- dijo dándose vuelta al ver que el pálido estaba en ropa interior poniéndose la bata azul.

-No te preocupes, Gulf, eres doctor, debes estar acostumbrado a ver a gente desnuda.- dijo divertido el castaño.

-Solo no quiero incomodarte.- el doctor Kanawut se sonrojo y se dio la vuelta lentamente, mostrándole a Mew el gorro rojo que tenía en sus manos.

-¿Ese gorro es para mi?.- preguntó el pálido sonriendo encantado por cómo Gulf siempre trataba de animarlo.

-Si, pensé que sería lindo que celebremos navidad, ya que estarás aquí todo el mes en revisión.- dijo con timidez el doctor, pues por alguna razón estar con Mew lo ponía así.

-Eres una lindura.- el pálido aceptó el gorro y se recostó en la cama poniéndose la prenda en la cabeza.

-Te queda lindo.- comentó el doctor acercándose al paciente, revisando el registro del Holter. -Tu corazón parece latir con normalidad, espera...- Gulf se detuvo en una horas donde su ritmo cardiaco subió. -¿Dormías durante las 3 y 4 de la madrugada?.- preguntó el doctor viendo al hombre en la camilla.

-Si, yo estaba durmiendo.- dijo el pálido evitando su mirada curiosa.

-¿Recuerdas si soñaste algo que pudiera alterarte?.- cuestionó el doctor pues no era normal el aumento del ritmo cardíaco durante la noche.

El doctor entraba por la enorme puerta de su habitación, tenia su bata blanca abierta, usando solo un pequeño boxer negro de licra, que marcaba muy bien la silueta de su miembro, mientras en su cuello descansaba un estetoscopio.

-¿Cómo se siente mi paciente favorito?.- preguntó Gulf acercándose a la camilla, contoneando las caderas de forma sensual.

-B-bien.- tartamudeó el castaño.

-¿Necesitas algún servicio especial?.- el doctor Kanawut trepó a la camilla y se sentó a horcajadas del mayor, justo sobre su pelvis.

-G-gulf, ¿qu-que haces?.- preguntó preocupado el pálido, aunque de igual forma puso sus manos sobre los fuertes muslos flexionados a cada lado de su cuerpo.

-Darte mi servicio especial.- murmuró el moreno tomando los dulces labios del mayor. La pasión explotó, se mordían y succionaban los labios, sus lenguas se enredaban con placer, excitándolos.

Sus cuerpos estaban calientes, sus erecciones se friccionaban de forma deliciosa. Acariciaban todo lo que podían del cuerpo ajeno.

-No, no recuerdo haber soñado nada.- respondió finalmente Mew, saliendo de su ensoñación recordando el caliente sueño que lo había hecho despertar con una erección bajo la bata.

-Bueno, seguro te agitaste debido a algún movimiento.- comentó el doctor.

-¿Tienes día ocupado hoy?.- preguntó el paciente queriendo dejar de pensar en su sueño, porque algo malo podía ocurrir de ser así.

-Tengo dos cirugías programadas y después de las 7 estoy prácticamente libre, por lo que podré venir a verte justo después de que Tul tenga que irse.- respondió el cardiólogo viendo sus notas en la tabla que siempre llevaba consigo.

-¿Como estas, Mew?.- la voz de Tul se hizo presente en la habitación, haciendo a ambos hombres voltear. -Buenos días, doctor.- saludó amablemente.

-Buenos días, Tul.- devolvió el saludo Kanawut. -Yo los dejaré, pero ten esto Mew, todos los pacientes tienen derecho a hacer su carta a santa, por lo que tú también harás una donde puedes poner tres opciones de regalos que quieras.- explicó el moreno pasándole una hoja con decorado navideño a su paciente.

-Muchas gracias, Gulf, tendré mi carta lista para cuando vuelvas.- dijo Mew sonriendo por la ternura del doctor.

-Vuelvo por la tarde, diviértanse, pero no sobre esfuercen el corazón de Mew.- pidió amablemente y finalmente salió de la sala.

-Y dime, Mew, ¿pedirás de regalo a tu lindo doctor envuelto en un moño rojo?.- preguntó el mejor amigo del pálido sonriendo en burla, pues era más que obvio que Mew sentía algo por el tierno doctor.

-¿Soy muy obvio?.- preguntó preocupado el castaño, pues no quería incomodar al cardiólogo con sus sentimientos.

-Un poco, sí.- respondió Tul riéndose, sentándose junto a la camilla de su amigo. -Pero si te hace sentir mejor, creo que al doctor Kanawut también le gustas.-

-¿Enserio crees que le gusto?.- preguntó el pálido con emoción, escuchando como el monitor marcaba el aumento del latir de su corazón.

-Tranquilo, Mew, no queremos que el desfibrilador te de un choque eléctrico.- dijo Tul tomando la mano de su amigo para calmarlo un poco. -Pero si, creo que es muy dulce contigo y siempre está haciéndote compañía cuando no estoy, seguro tiene mucho trabajo y aun así pasa mucho tiempo aquí contigo.- explicó el hombre de piel morena.

-Entonces creo que se lo diré.- Mew tenía miedo de no ser correspondido, pero también tenía esperanza después de lo que su mejor amigo había dicho. Además Gulf había prometido cuidar su corazón, esperaba que eso también aplicara en el amor.

Algunas horas después el doctor Kanawut volvía a la habitación de su paciente favorito. Al entrar encontró a Mew viendo la hoja de carta a santa, aún usaba el gorro rojo que le había llevado.

-Hola de nuevo.- saludó el cardiólogo y el pálido finalmente volvió a verlo, sonriéndole de forma encantadora.

-Hola, Gulf.- dijo sonriéndole. -Ya tengo mi lista para santa.-

-Eso es genial.- el moreno se acercó y se sentó en la silla junto a la camilla. -¿Puedo leerla?.- preguntó demasiado curioso por los regalos que un hombre de 35 años pudiera pedir, esperando que no fueran muy difíciles de conseguir pues quería hacer feliz a Mew.

-Puedes leerla, solo si le dices a Santa que me porte muy bien este año.- pidió el castaño pasándole su hoja al doctor.

-Prometo que le diré a Santa que fuiste el mejor este año.- aceptó el menor sonriendo enternecido. Finalmente abrió la carta y se encontró con una lista muy peculiar.

"Querido Santa, este año no comenzó muy bien, aun así trate de mostrar siempre mi mejor cara. Han pasado muchas cosas que me preocupan aún, pero ahora me siento feliz, a pesar del daño que tiene mi corazón, hay una persona que aleja todas mis penas. Por eso lo que quiero pedirte es algo simple.

1.- Un abrazo del doctor Kanawut.

2.- Un beso del doctor Kanawut.

3.- Un 'te amo' del doctor Kanawut.

Espero puedas conseguirme alguno de esos para poder hacerme muy feliz.

Atte. Mew Suppasit."

-¿Qué dices?, ¿crees que Santa pueda traerme alguno de esos regalos?.- preguntó Mew al no ver alguna señal de Gulf.

-Creo que Santa puede traerte todos esos regalos.- respondió sinceramente el menor, sonrojándose hasta las orejas.

-¿Y habrá forma de que me adelante alguno?.- cuestionó el castaño emocionado por la forma tierna en que su doctor había reaccionado a su carta.

-Iremos en orden.- Gulf se puso de pie y dejo la carta sobre su tabla de notas, con cuidado Mew se hizo a un lado y dejo que el cardiólogo se sentara a su lado, pasando uno de sus brazos detrás de su cuerpo. -Te daré un regalo cada semana.- murmuró contra los castaños cabellos de su paciente.

-Gracias por todo, Gulf.- Mew rodeó la cintura del moreno y escondió su cabeza en el cuello de este, respirando su dulce aroma a bebé.

-Gracias a ti por hacer esta navidad mejor.- murmuró el doctor. -Desde que perdí a mi mamá no me había sentido tan feliz.- confesó, pues él sabía ya sobre la vida del mayor y este no sabía nada de él.

-¿Tu quieres algún regalo de navidad?.- preguntó el castaño acariciando la espalda del menor.

-Quiero que tu corazón esté sano por mucho tiempo.- pidió el pelinegro alejándose para ver los lindos ojos rasgados del hombre entre sus brazos.

-Gracias a ti mi corazón siempre estará sano.- sonriéndose como adolescentes enamorados se recostaron en la camilla, frente a frente, no pudiendo despegar la vista de los ojos ajenos. -Te quiero.- admitió el pálido sonrojándose.

-También te quiero.- pasaron un par de horas en esa posición, solo hablando y conociéndose más.

-Deberías ir a casa a dormir.- susurró Mew acariciando el cabello del pelinegro, viendo sus hermosos ojos ámbar entrecerrarse.

-Pero no quiero dejarte.- dijo Gulf abriendo sus ojos.

-Prometo que aquí mismo estaré mañana.- bromeó el pálido y el moreno se rio. -Tienes que descansar para volver mañana a verme.-

-Lo haré, tú también descansa.- el doctor salió de la camilla con cuidado y acomodó las sábanas para Mew. -Buenas noches.- dijo dándole un beso en la frente al mencionado.

-Buenas noches.- el castaño hizo un puchero triste al ver al doctor irse, pero la idea de que Gulf le daría los regalos que pidió devolvió la felicidad a su cuerpo.

💕

Una semana entera pasó. El espíritu navideño se sentía en cada rincón del hospital, donde estaba todo decorado y con música de época sonando en los altavoces.

-Buenos días a mi paciente favorito.- saludó el doctor Kanawut entrando emocionado a la sala 26.

-Buenos días a mi doctor favorito.- repitió Mew desde la silla frente a la ventana, donde le gustaba ver el amanecer.

-¿Te gusta la vista?.- preguntó el moreno parándose justo al lado de su paciente.

-Si, la vista es muy linda.- el pálido volteo y se quedó admirando el lindo perfil de su doctor, el cual se acentuaba con los rayos del sol que entraban por la ventana.

-Y dime, Mew, ¿Qué tan bien te portaste esta semana como para que Santa te de tu siguiente regalo?.- preguntó el cardiólogo y el mayor sonrió.

-Muy bien, tome mis medicinas, me porte bien durante los análisis de sangre, mi Holter ha estado normal.- comentó el paciente poniéndose de pie, ansiando ya recibir su regalo.

-Supongo que Santa deberá mejorar tu regalo.- Gulf rodeó el cuello de su paciente y pronto sintió las manos de este en su cintura, atrayéndolo aún más contra su cuerpo.

-¿Cómo puede santa mejorar mi regalo?.- cuestionó aún más ansioso el mayor.

-Santa me pidió darte un beso en la mejilla, pero yo creo que mereces mas que eso.- explicó el doctor acercando su cara cada vez más a la del mayor.

Mew miraba directamente a los gruesos labios del cardiólogo, ansioso por tenerlos sobre los suyos, pero justo cuando estos iban a rozarse, el menor se movió y dejó un tierno beso en su mejilla. Sin poder evitarlo un gruñido frustrado salió de su garganta.

-Desesperado.- se burló el moreno alejándose un poco para ver los ojos del mayor. Finalmente Gulf terminó la distancia entre ellos, juntando finalmente sus labios.

Sus movimientos eran lentos, suaves y totalmente dulces. Ambos sentían que eso era lo que necesitaban, esa cálida caricia. Sus belfos se movían en una sincronía perfecta, como si estuvieran hechos el uno para el otro.

Al separarse una sonrisa se instaló en sus labios, sus ojos incluso brillaban de la emoción de finalmente haber encontrado alguien que los hiciera sentir de esa forma tan especial.

-El doctor Kanawut te tiene otra sorpresa.- dijo Gulf casi susurrando por la cercanía que aún mantenían.

-¿Qué es?.- preguntó emocionado el mayor, tal como niño pequeño.

-En dos semanas podremos darte de alta, tu corazón va muy bien y si sigues con el tratamiento todo debería estar como hasta ahora.- informó el cardiólogo feliz de saber que su paciente podría tener una vida medianamente normal.

-Pero no quiero dejar de verte.- se quejó el pálido haciendo un puchero que el doctor no dudó en besar cortamente, haciéndolo sonreír de nuevo.

-Podremos salir si tu quieres y cuando sea mi día de descanso estaremos juntos.- propuso el pelinegro.

-Esa es una grandiosa idea.- Mew sonrió y volvió a tomar entre sus labios los belfos gruesos del menor, apretando su cintura para dejarlo muy cerca de su cuerpo.

-Bueno tortolitos, el doctor Kanawut tiene una cirugía programada.- la voz de Mild los hizo separarse de inmediato. -No se preocupen, no voy a regañarlos, solo deben tener cuidado de que alguien más los vea y haga rumores sin sentido.-

-Gracias, Mild.- dijo Gulf sonriéndole a su amigo. -Nos vemos más tarde.- dándole un último beso corto al mayor, el doctor se despidió y junto a Mild se fue.

💕

Gulf tenía día de descanso ese jueves, por lo cual solo había pasado a ver a su paciente favorito por la mañana, pero a pedido de este había vuelto a su casa para descansar, pues desde que Mew estaba en el hospital casi no dormía bien, aunque no se quejaba, sentía que poco a poco conocía más al pálido y con cada cosa que decía se enamoraba más.

El cardiólogo había dejado a Mild a cargo de su paciente favorito, dándole indicaciones exactas de lo que tenía que administrarle y pidiendo que le avisara de inmediato cualquier anomalía en la salud del pálido.

-¿Le gustara a Mew su regalo?.- preguntó Gulf a la soledad de su habitación, viendo la caja donde descansaba el pequeño cachorro que había adoptado para Mew.

-Guaf.- ladró el pequeño Pomerania de suave pelaje.

-Eres tan lindo, esperemos que Mew te de un lindo nombre.- el doctor acarició al cachorro y siguió decorando la caja donde se lo daría al mayor el día de navidad.

De repente el sonido del celular llenó la habitación. Gulf de inmediato corrió hasta el aparato y respondió sin siquiera ver el identificador de llamadas, pues ya era una costumbre suya al ser doctor desde hace años.

-Doctor Kanawut, ¿en qué puedo ayudarlo?.- preguntó en automático el moreno, sintiendo una punzada de preocupación en su pecho.

-Ven al hospital.- se escuchó la voz de Mild desde el otro lado de la línea, además de el bullicio de enfermeras moviéndose.

-¿Qué sucede?.- preguntó preocupado el menor pero no recibió respuesta. -Dime que Mew está bien.- pidió comenzando a cambiarse de ropa rápidamente.

-Solo ven, por favor.- pidió su mejor amigo con una voz que denotaba su angustia.

-¿Qué le pasó a Mew?.- cuestionó Gulf con el corazón latiendo a mil por hora. Rápidamente tomó sus llaves y corrió a su auto.

-No quiero alterarte más, por favor, Gulf, solo ven rápido.- Mild estaba preocupado por la reacción de su amigo y aunque este vivía cerca, no quería darle la noticia y que este tuviera un accidente.

-Estoy ahí en cinco minutos.- afirmó el moreno antes de cortar la llamada y salir a toda velocidad hasta el hospital. -Sabía que no debía dejarte solo.- se quejó al borde del llanto.

Al llegar al lugar estacionó de forma descuidada su auto y corrió por la sala de emergencias, subió las escaleras y llegó a la habitación 26, de donde salían enfermeros y doctores.

-Mild.- gritó llamando la atención de todos en la sala y el mencionado corrió hasta él, viendo como lloraba al ver a Mew ser entubado, con su ritmo cardíaco demasiado lento. -¿Qué sucede?, ¿Qué le pasa a Mew?.- preguntó preocupado.

-Gulf, respira por favor.- pidió su mejor amigo tomando su rostro para verlo directamente a los ojos.

-¿Qué tiene, Mew?.- exigió Gulf una respuesta. -El estaba perfecto esta mañana que lo visite, él me sonrió, me dio un beso y me dijo que estaría aquí cuando volviera mañana.- finalmente dejó las lágrimas caer por su rostro.

-Hay que llevarlo a terapia intensiva.- anunció el doctor que cubría a Gulf en su día de descanso.

-No puede ser.- sollozó Gulf queriendo abrirse paso entre los enfermeros para ver a la persona que más había amado y que tan feliz lo hacía desde la muerte de su madre. -Debo ir con el.-

-No puedes, Gulf.- lo retuvo Mild, jalándolo del brazo para que los demás pudieran avanzar con la camilla de Mew. -No puedes ir en ese estado, solo vas a complicar las cosas.-

-No puedo perder a Mew.- los sollozos de Gulf eran desgarradores y su amigo solo pudo abrazarlo y dejarlo llorar desconsoladamente en su hombro. -Ni siquiera pude decirle que lo amo.-

-El lo sabe, Gulf, él sabe que lo amas y será fuerte por ti.- dijo Mild acariciando la espalda de su amigo. -Lo escuche decir que nunca había sido tan feliz en toda su vida hasta que te conoció, que tu sonrisa le daba la fuerza de seguir luchando para mejorar y poder tener una vida normal a tu lado, dijo que cuando saliera del hospital te pediría ser su novio y se que lo va a cumplir.-

-Lo amo demasiado, Mild, no quiero perderlo.- estuvieron un rato así, donde Mild dejó a su amigo desahogarse, hasta que el doctor Ohm volvió a la habitación.

-Doctor Kanawut, ¿quiere que le informe de la salud de Suppasit?.- preguntó el hombre al jefe de cardiología.

-Adelante, Ohm, por favor dime que él está bien.- pidió Gulf acercándose al doctor que recién volvía a la habitación.

-El corazón de Suppasit se detuvo, es una caso extraño pero todo su sistema se detuvo de pronto, tratamos de reanimarlo pero su corazón apenas late y no bombea la suficiente sangre a su cuerpo.- explicó el doctor y el moreno solo podía soltar mas lagrimas. -Tuvimos que conectarlo y entubarlo para poder preservar su cuerpo un poco más.-

-¿Qué opciones tiene?.- preguntó el menor, aun sabiendo que pocos se salvaban después de llegar a ese grado.

-Un trasplante sería su única solución.- afirmó Ohm, aun sabiendo que el jefe de cardiología ya debía suponer que esa sería su respuesta.

-¿Está estable?.- preguntó el moreno y el doctor asintió. -Iré a verlo.- informó y nadie lo detuvo.

Ya no era novedad para nadie que Mew y Gulf tenían una química espectacular. Salían a caminar por los pasillos o sus risas se escuchaban desde afuera de la habitación. Para todos eran una hermosa pareja, aunque aun no fueran nada oficialmente.

El doctor Kanawut se puso el traje azul completo, el cual lo cubría todo y se adentro en terapia intensiva, buscando al hombre que amaba entre todas las camillas. Cuando lo encontró su corazón se estrujó en su pecho.

-Lo siento tanto.- sollozó tomando la mano fría del hombre inconsciente. -No pude cuidar tu corazón.- se lamentó llorando con fuerza.

Mild veía desde la entrada como su amigo lloraba desconsolado, con miedo a perder a Mew.

-Se fuerte, Mew.- pidió apretando la mano del pálido. -Aun tengo dos regalos para ti, se que te van a encantar, solo tienes que esperar a que podamos conseguir un corazón para ti.-

-Amigo, sabes que no puedes estar mucho tiempo aquí dentro.- dijo Mild con pena por interrumpir el momento.

-Lo se, pero no quiero dejarlo, temo perderlo incluso antes de que haya sido mío.- se lamentó el moreno. -Se fuerte, Mew, aun no te he dicho que te amo.- Gulf bajo su cubrebocas y dejó un doloroso beso en la frente del mayor.

-Vamos, amigo.- Mild ayudó al menor a salir de ahí, llevándolo a su oficina, donde siguió llorando y lamentándose.

-Doctor Kanawut, ¿Cómo está Mew?.- preguntó Tul entrando a la oficina, pues antes Gulf ya le había dado permiso de ir a verlo si tenía alguna duda sobre su amigo.

-Lo siento, Tul.- solo eso pudo decir el pelinegro, aun entre lágrimas.

-El sistema de Mew se detuvo, tuvieron que conectarlo y entubarlo para que su cuerpo siga funcionando, su única esperanza es un trasplante de corazón.- explicó Mild pues sabía que su amigo no podría decir aquello.

-No, Mew no puede morir.- Max abrazo a su novio y este sollozo entre sus brazos.

El corazón de Gulf dolió aún más al ver sufrir al que Mew consideraba su hermano.

💕

Una semana y media paso, cada día Gulf se quedaba dos o tres horas junto a Mew, pidiéndole perdón y repitiéndole que luchará, que peleará por vivir para así poder decirle lo mucho que lo amaba.

-Feliz navidad, Mew.- murmuró el cardiólogo sentándose junto a la cama de Suppasit, tomando su mano para darle un cuidadoso beso en el dorso. -Cuando tengas tu nuevo corazón te daré los dos regalos que quedaron pendientes.- una triste sonrisa se poso en sus labios al recordar al pequeño cachorro que hacía sus días un poco menos tristes.

Gulf podía pasar horas así, solo hablando con el amor de su vida, suplicando encontrar un corazón compatible con él.

-Gulf.- gritó Mild entrando a la habitación que habían designado a Mew por pedido del jefe de cardiología.

-¿Qué sucede, Mild?.- preguntó el moreno sin ánimos, ni siquiera volteando a ver a su amigo, pues no quería que este notara sus ojos rojos y sus ojeras.

-Hay un donante compatible con Mew.- anuncio el más bajo y el corazón del pelinegro salto emocionado.

-¿Enserio encontraron un donante?.- preguntó con esperanza Gulf, tomando las manos de Mild.

-Si, era de un muchacho joven que murió de un derrame cerebral.- explicó el mejor amigo del moreno. -El corazón está siendo preparado, falta preparar a Mew para la cirugía.-

-¿Puedo operarlo?.- preguntó el jefe de cardiología, que aunque tenía el poder de decidirlo, quería el permiso de su amigo.

-¿Te sientes bien como para hacerlo?.-Mild sabía de la capacidad de su amigo, pero le preocupaba pues sabía de sobra que desde que Mew estaba en terapia intensiva no había dormido bien.

-Le prometí a Mew que cuidaría su corazón, quiero cumplir mi promesa.- respondió el menor volviendo a tomar la mano del pálido. -Quiero ser yo quien lo salve y sabes que te dejaría hacerlo si yo no me sintiera bien.-

-Lo se, amigo.- Mild aceptó, pues entendía que su amigo se sentía culpable de lo que había pasado al pálido, aun cuando no fue su culpa. -Ve a prepararte, yo preparare a Mew y nos vemos en el quirófano 15.-

-Gracias.- le dijo a su amigo. -Todo saldrá bien, amor.- el apodo salió de Gulf sin pensarlo y antes de salir beso la frente del mayor.

En menos de diez minutos ya estaban todos en el quirófano, listos para la cirugía. El pecho pálido de Mew estaba descubierto y Gulf sostenía el bisturí en su mano, la cual temblaba.

-¿Seguro que puedes hacer esto?.- preguntó Mild, quien había decidido asistir la cirugía.

-Estoy muy seguro.- el doctor Kanawut paso su mano por la suave piel, aunque el guante le impedía sentirlo piel contra piel.

-Encontrar un corazón en estas fechas es un milagro.- comentó Kaownah, quien también estaba en la sala.

-Un milagro de navidad.- murmuró Gulf sonriendo feliz.

Finalmente abrió el pecho del hombre que amaba y comenzaron a trabajar. El moreno sabía de sobra como se realizaba aquella cirugía por lo cual fue fácil, aunque fue especialmente cuidadoso al tratarse de Mew y un par de horas después el pálido tenía un nuevo corazón latente en su amplio pecho.

-Ya tienes un nuevo corazón, amor, uno sano donde espero tengas espacio para mi.- dijo Gulf una vez pusieron a Mew en un cuarto, aun entubado, pero con un ritmo cardíaco normal.

-Ahora solo tenemos que esperar a que despierte y su cuerpo acepte el nuevo corazón.- comentó Mild, quien estaba acompañando a su amigo.

-Espero sea pronto, porque me muero por ver sus ojos y decirle que que lo amo.- Kanawut estaba ansioso por volver a ver los ojos del pálido, por sentir su calidez, por ver su sonrisa y sentir sus labios contra los suyos.

Gulf no se despegó del mayor en ningún momento, durmió sentado junto a la camilla, con su cara descansando sobre la mano del pálido, dándole un poco de su calor. El doctor despertó un par de horas después por unos suaves toques en su cabello.

-Mew.- rápidamente el cardiólogo levantó la cabeza y vio los ojos bien abiertos de Mew. -Oh amor, estás despierto.- dijo emocionado. -Tienes un corazón nuevo, amor.- con cuidado tomó la mano del pálido y lo dejó sentir las vendas que lo cubrían.

Los ojos del castaño se nublaron y sus mejillas se mojaron con las lágrimas de pura felicidad.

-Iré por una enfermera para que te quiten los tubos.- dijo el moreno poniéndose de pie, pero el apretón en su mano lo detuvo. -Volveré, amor, solo quiero poder escuchar tu voz.- quiso tranquilizarlo y funcionó, pues Mew soltó su mano.

Unos 10 minutos después el castaño estaba libre de tubos y ya solo tenía una intravenosa y el Holter conectado.

-Hola, cariño.- murmuró con voz rasposa el pálido, una vez fueron dejados solos en la habitación.

-Te amo, Mew.- dijo el moreno sonriendo. -Ya paso navidad pero aun quiero darte tus regalos.-

-También te amo.- aunque a Mew le dolía un poco la garganta quería decirle a ese lindo hombre que aunque ya no tenía su viejo corazón, aun con el nuevo que ahora tenía lo seguiría amando.

-Mew.- la voz de Tul se hizo presente en la habitación y todos sonrieron.

-Hola, Tul.- dijo el mayor sonriendo al ver a su mejor amigo ahí.

-Te extrañe mucho.- el amigo del castaño tomó la mano de su amigo y le sonrió feliz al saber que su amigo ya estaba mejor. -Pensé que ibas a morir.- confesó sincero, con un dolor en su pecho.

-Pero el doctor Kanawut cumplió su promesa, cuido muy bien mi corazón.- el mencionado se sonrojo hasta las orejas.

-Gracias por cuidar y amar tanto a mi hermano.- dijo Tul abrazando al cardiólogo.

-Lo seguiré haciendo siempre que él me deje.- confesó el moreno sonriendo feliz de ser aceptado por la única familia que tenía el hombre que amaba.

💕

Para suerte de todos Mew aceptó muy bien su nuevo corazón, por lo que una semana después Gulf pudo llevarlo a su casa, donde habían acordado que el mayor comenzaría a vivir pues el departamento en el que vivía anteriormente le traía malos recuerdos.

-Bienvenido a tu nueva casa.- dijo Gulf abriendo la puerta de su casa para el pálido, dejándolo ver el árbol decorado que había puesto después de saber que Mew ya estaba a salvo.

-Guaf.- de inmediato el pequeño Pomerania salió corriendo a recibir a su dueño.

-¿Y este pequeño?.- preguntó Mew viendo al lindo cachorro.

-Era el regalo que pensaba darte en navidad.- comentó el doctor ayudando a Mew con sus cosas.

-¿Tiene nombre?.- preguntó el castaño sentándose en el sofá para que el perrito se sentara en sus piernas.

-No, en su acta solo están nuestros nombres, somos como sus papás.- dijo divertido el menor, sentándose junto al otro, acariciando al perrito. -Quería que tu le pusieras nombre.-

-¿Qué tal Chopper?.- preguntó el pálido viendo al menor.

-Me encanta.- aceptó Gulf sonriendo, pues Chopper finalmente tenía a sus dos papás con él.

-Pues a mi me encantas tu.- Mew volteo y rozó su nariz contra la mejilla del moreno.

-A mi también me encantas tu.- el moreno sonrió y volteo su cara para rozar sus narices juntas. -¿Quisieras ser mi novio, Mew?.- preguntó tímidamente. El castaño sonrió y con cuidado tomó los labios gruesos del menor entre los suyos, reviviendo la suave sensación.

-Sería hasta tu esposo si tu me lo pides.- afirmó el mayor y el Holter que tenía conectado, por seguridad, marco el aumento de su ritmo cardiaco.

-Te amo, mi milagro de navidad.- dijo Gulf totalmente enamorado.

-También te amo, mi doctor favorito.- sus labios volvieron a unirse con amor, como una promesa del amor que se profesaban.

Tal vez el problema de salud de Mew los había hecho conocerse y aunque él mismo estuvo a punto de separarlos, gracias a un milagro de navidad, podrían estar juntos por muchos años más.





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Feliz Noche buena!!!

Que buen regreso, justo para el larguísimo especial de navidad.

Espero la pasen de lo mejor este día y que disfruten mucho la cena o lo que hagan para celebrar. Este es mi pequeño regalo para ustedes, así que espero que les haya gustado y no lloraran mucho jeje.

Esperen el capitulo de año nuevo, que será la segunda parte de este, tal como el año pasado.

Los amo demasiado, ustedes son uno de los mejores regalos que pude recibir, así que espero recibir sus lindos comentarios. Wuv u💚💚💚

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