Extrañándote
⚠️ADVERTENCIA. Alto contenido de escenas +18. Lean la nota al final, por favor.⚠️
El pequeño cuerpo del chico de 24 años, piel morena y cabello negro, era rodeado por su novio 7 años mayor.
Mew tenías sus fuertes brazos apretando el lindo cuerpo de su pareja, acariciando su cabello, buscando calmar la tristeza que sabía que este sentía con la noticia que le había dado.
-Sabes que es por trabajo, tua-eng.- murmuró Suppasit.
-Lo sé, pero te vas tan lejos y por tanto tiempo.- dijo el menor intentando contener sus lágrimas, escondiendo su rostro en el cuello del hombre de piel pálida.
-Solo serán dos meses.- recordó Mew, aunque hasta para él dos meses era demasiado tiempo alejado de su novio.
Llevaban poco más de un año viviendo juntos, acurrucándose muy juntos a la hora de dormir y saber que por un largo período de tiempo no podrían tener eso, les dolía.
-Es mucho tiempo.- se quejó Gulf haciendo un puchero, con sus ojos cristalizándose a causa de las lágrimas.
-Prometo que volveré cuando menos te des cuenta, mi girasol.- Mew tomó la cálida mejilla del menor y le dio un tierno beso.
-Tendrás que llamarme todas las noches.- advirtió el moreno, sorbiendo su nariz de forma tierna.
-Te prometo que te llamaré cada noche y cada mañana, te mandaré fotos de todos los lugares bonitos a los que prometo llevarte después.- aseguró el pálido acariciando con delicadeza la mejilla sonrojada que tenía en su mano.
-Te amo, thee-rak.- Kanawut estiró su rostro y dejó un beso en los labios del mayor.
-También te amo, tua-eng.- Mew volvió a unir sus labios, esta vez durando un poco más.
Gulf no perdió el tiempo en enredar sus dedos en el suave cabello del mayor, manteniendo sus rostros juntos. Ese beso era dulce y prometía que su amor podría sobrevivir a dos meses alejados.
Sus labios fueron succionados, mordidos y finalmente sus lenguas salieron a su encuentro, enredándose con placer.
Con cuidado Mew fue recostando el cuerpo de su pareja y se situó casi sobre él, entre sus piernas. Al mayor le encantaba tener a su lindo novio bajo su cuerpo, temblando y suspirando de placer a causa de sus caricias.
-¿Está es nuestra despedida?.- preguntó Gulf alejándose un poco de los labios del pálido.
-No es una despedida, tua-eng, solo quiero hacerte el amor, quiero dejar marcado tu cuerpo para que no me olvides.- respondió el de cabello castaño, susurrando en el oído ajeno, tomando después el lóbulo de su oreja en su boca, sabiendo que ese era un lugar sensible del menor.
-Te aseguro que no hay forma de que me olvide de ti, ni de como me haces el amor.- suspiró Gulf girando su rostro hacia un lado para darle más espacio a su novio de dejar un camino de besos hasta su cuello, donde comenzó a chupar y morder la morena piel, dejando algunas marcas rojas.
-Dejare tantas marcas que tu cuerpo para que todos sepan que tienes a un hombre muy posesivo a tu lado.- gruñó Mew sintiendo cómo poco a poco su cuerpo se excitaba.
-Hazlo, deja tus marcas en mi, porque yo pienso hacer lo mismo.- aseguró el menor. Usando su fuerza les dio vuelta, quedando sentado sobre la pelvis del mayor.
Sin perder el tiempo Gulf arrojó su camiseta lejos de su vista y casi arrancó la del cuerpo de su novio. Tan pronto tuvo todo el firme torso del pálido a su disposición, sus manos se aventuraron por todo el abdomen marcado, subiendo por los firmes pectorales.
-Haz conmigo lo que quieras, tua-eng.- sumisamente Mew dejó sus brazos abiertos, dejándose a merced de su pareja.
-Siempre lo hago y hoy no será la excepción.- afirmó el pelinegro antes de inclinarse a besar la suave y pálida piel. Comenzó desde el abdomen, jugando con su lengua alrededor del ombligo ajeno.
A pesar de que Kanawut solía mostrarse tierno y tímido, junto a Mew salía su lado apasionado, así que esa noche no sería la excepción. Gulf si o si quería probar cada parte de su novio y dejarle sus posesivas marcas, después de todo serían dos largos meses en los que el mayor estaría en un país extranjero sin él, muy lejos.
El camino de húmedos besos llegó hasta los firmes pectorales en los que adoraba dormir por las noches, con sus pequeñas manos tomó ambos pechos, jugando con los rosados pezones. Su boca lo tardó en tomar una de las protuberancias, su lengua se encargó de jugar con esa sensible parte del mayor y sus dientes le dieron el toque justo de dolor.
-Sabes muy bien como volverme loco.- jadeó Mew cuando su pareja comenzó a mover su pelvis juntando, a través de la ropa, sus miembros, friccionándolos hasta que ambos estuvieron completamente duros.
-Dicen que la práctica hace al maestro.- murmuró Gulf subiendo con besos hasta el cuello del pálido, donde sin pena alguna mordió y succionó la piel hasta que dejó algunas marcas rojas.
-Pero el maestro aquí soy yo.- con firmeza Suppasit les dio la vuelta de nuevo, quedando otra vez sobre el menor. -Voy a hacerte ver las estrellas.- afirmó.
-Hazlo, thee-rak.- pidió el pelinegro, abriendo más sus piernas para dejar al mayor más espacio.
Unieron sus labios a la par que Gulf rodeaba con sus piernas la cadera de su novio para pegar sus partes bajas y conseguir algo de fricción. El beso era apasionado, lleno de deseo.
Las manos del menor enredaban sus dedos en el cabello castaño del pálido, y este último usaba su mano para acariciar desde el muslo del menor hasta su firme trasero.
Parecía casi imposible hacer que sus labios se separaran, tal vez porque sabían que durarían mucho sin poder besarse y querían hacerlo lo más posible antes de tener que separarse, pero apenas se alejaban para respirar un poco cuando volvían a juntar sus labios.
Gulf acarició la amplia espalda del mayor y continuó su camino aun más abajo, primero tomó entre sus manos el trasero de su pareja, empujándolo más contra su cuerpo, después metió sus manos dentro del pantalón de pijama que vestía el pálido, acariciando toda la suave piel de sus firmes glúteos.
-Creo que esto comienza a estorbar.- dijo Suppasit jugando con el elástico de los boxers del menor, pues era con lo que solía dormir.
-Yo creo que ya tenía tiempo estorbando.- afirmó el pelinegro bajando el pijama de su pareja, siendo este el primero en quedar totalmente desnudo.
-Estas demasiado ansioso, ¿eh?.- se burló el mayor casi arrancando la última prenda que cubría el hermoso cuerpo de su pareja.
-Solo quiero sentirte, quiero que tu cuerpo quede grabado en mi mente, en mi alma.- murmuró Gulf tomando el rostro ajeno para acercarlo al suyo.
Sus narices se rozaron tiernamente, sus ojos se conectaron, compartiendo un mar de sentimientos que sabían que no había necesidad de externarlos. Se amaban, eso era seguro, pero sabían que se extrañarían como locos. Dos meses podía ser poco para muchas personas, pero para ellos sonaba como una eternidad.
Pronto sus labios se buscaron de nuevo. Sellaron esa promesa silenciosa de que serían fuertes y esperarían su reencuentro con ansias.
Sus cuerpos encajaban a la perfección. Kanawut rodeaba con sus piernas las caderas del mayor y este apretaba en su mano uno de los firmes glúteos ajenos. Sus leves movimientos creaban una sensual fricción en sus erecciones, haciendo que estas se rozaran entre sí.
-Te deseo.- gruñó Mew sobre los labios de su novio. Estaba demasiado ansioso por unir sus cuerpos, por hacerle el amor al hombre que más amaba en todo el mundo.
-Yo también, thee-rak.- el moreno alejó a su pareja y se puso en cuatro sobre el colchón, inclinando más su pecho para dejar en alto su redondo trasero.
-Mierda, me vuelves loco, tua-eng.- Suppasit posó sus grandes manos en cada firme protuberancia, apretándolas y separándolas para dejar ver el palpitante lugar que ansiaba poseer.
El pálido no pudo evitar salivar ante la deliciosa vista que tenía frente a él. No dudo mucho en inclinarse y comenzar a dejar besos por toda la suave piel, pronto su lengua se unió a su recorrido y finalmente sus dientes tomaron partes de esa morena piel.
-Ah Mew.- gimió el pelinegro enterrando su rostro en una almohada. -Thee-rak- un pequeño grito de sorpresa salió de él cuando recibió un lengüetazo en su entrada, seguido de más lamidas.
Esos gemidos eran música para los oídos del mayor, le encantaba saber que podía volver loco a su pareja, por lo que continuó jugueteando en ese sensible lugar con su lengua. Sus manos le daban el espacio perfecto entre esos montículos para adentrar su lengua en el estrecho pasaje que Gulf se encargaba de limpiar con mucha dedicación.
Gulf no podía controlar los temblores de su cuerpo, le encantaba como su novio parecía darse un festín entre sus piernas y como sus manos lo acariciaban con tanta adoración.
-Mew, thee-rak, mi sol.- suspiró el pelinegro alejando a su pareja, tirándolo sobre el colchón, colocándose sobre el cuerpo del pálido. -Ya no puedo resistir más.- jadeó.
-Eso quería escuchar.- afirmó Suppasit poniendo sus manos en el trasero del moreno, viéndolo con una sonrisa pícara en los labios.
Sabía que cuando llevaba a Gulf a su límite, este tomaba las riendas de su encuentro y todo simplemente se volvía una nube de sexo desenfrenado, donde ambos buscaban llegar a la cúspide del placer mientras se complacían el uno al otro.
El menor se levantó un poco y tomó el miembro del mayor, alineándolo en él. Con cuidado fue bajando lentamente, sus manos se apoyaban en el firme pecho del pálido, su cabeza caía hacia atrás, sus ojos estaban cerrados y su boca abierta.
La vista era totalmente erótica a ojos de Mew. Le encantaba cada parte del glorioso cuerpo que lo tomaba centímetro a centímetro.
Ambos soltaron un suspiro cuando todo el miembro del castaño estuvo dentro del menor. Finalmente estaban unidos, sus cuerpos siempre se sentían completos en esos momentos en los que hacían el amor.
Las embestidas no tardaron mucho en hacerse presentes, Gulf poco a poco aumentó el ritmo, su cuerpo subía y bajaba, embistiéndose a sí mismo, cada vez con más potencia.
Cansado de sólo estar viendo, Mew se sentó contra la cabecera y tomó a su novio de las caderas para ayudarlo. Sus labios se buscaron y se unieron de forma desordenada.
Apenas podían enredar sus lenguas, la saliva escurría por las comisuras de sus labios, pero para ellos nada podía ser más perfecto que ese momento que compartían.
El mayor se separó de los labios ajenos solo para dirigir su total atención a los rosados pezones de su pareja. En su boca tomó una de las protuberancias, mientras la otra era atacada por su mano.
Las uñas de Gulf se clavaron en los hombros del mayor a la par que su boca soltaba gemidos de puro placer.
-Mew, Thee-rak, ah.- eso era lo único coherente que podía decir el menor.
Pero las palabras no eran necesarias para saber que ambos estaban disfrutando demasiado ese encuentro.
Mew tomó en su mano la erección del menor y comenzó a acariciarla al ritmo de las penetraciones. Y aunque el pelinegro ya se sentía algo cansado, nada lo haría detenerse hasta que tuviera su ansiado orgasmo.
-Te amo tanto, eres perfecto, tua-eng.- gruñó Mew contra la húmeda piel del pecho del moreno.
Sus cuerpos sudaban, producto del tiempo que llevaban entregándose a la pasión.
-Te amo, thee-rak.- gimió Kanawut tomando el rostro de su pareja para besarlo.
Los gemidos se vieron perdidos entre sus bocas. Sus lenguas callaban las exclamaciones de placer y sus cuerpos temblaban, demasiado cerca de llegar a la cúspide del éxtasis.
-Ah, Mew.- jadeó el menor rasguñando la espalda del mayor, dejando su esencia salir, manchando sus cuerpos en el proceso.
-Oh Gulf.- gimió el pálido no pudiendo resistir más. La opresión en su miembro y la forma en que su novio gemía y temblaba, precipitaron su propio orgasmo.
Gulf se sintió finalmente lleno de ese cálido y espeso líquido que debía admitir que le gustaba sentir dentro de él, escurriendo por sus piernas.
-Ah ah.- jadeaba Kanawut buscando regularizar su respiración.
-Eres increíblemente hermoso.- murmuró Mew, levantando con cuidado el cuerpo de su pareja, acostándolo en la cama, extendiéndole su brazo para que lo usará como almohada.
-Te amo, thee-rak.- dijo Gulf viendo directamente a los ojos del mayor.
-Te amo más, tua-eng.- dijo el mayor acomodando el húmedo cabello del menor, dejándolo ver esos preciosos ojos ámbar que adoraba. -Duerme, mi pequeño.-
El pelinegro se estiró a dejar un corto pero amoroso beso en los labios del pálido y se acurruco junto a él para poder finalmente dormir. Suppasit dejó un beso en la cabeza del menor y recargó su propia cabeza sobre esta para también partir al mundo de los sueños.
Con sus cuerpos cansados y sus corazones felices después de haber hecho el amor, durmieron plácidamente toda la noche, hasta que la alarma de Mew sonó cerca de las 8 de la mañana. Su vuelo salía a las 11 y aunque ya tenía todo listo debía llegar antes al aeropuerto, más considerando que seguro muchos fans esperarían por él y que dejar a Gulf sería muy difícil.
-¿Ya te vas?.- cuestionó el moreno sin siquiera abrir los ojos.
-Aún no, tua-eng, pero tengo que terminar de alistar mis cosas y debo darme una ducha.- respondió el pálido peinando con sus dedos el cabello del pelinegro.
-Entonces vamos a darnos una ducha, igual tengo trabajo a medio día.- como un gatito Gulf bostezó y estiró su cuerpo.
-Extrañaré mucho despertar a tu lado y verte así de hermoso cada mañana.- aseguró Mew dejando un cálido beso en la mejilla ajena.
-Yo también te extrañaré, pero no creo que nadie crea que me veo hermoso cuando recién despierto.- dijo el menor con diversión, tallando sus ojos para poder abrirlos bien y ver el sonriente rostro de su pareja.
-Bueno, nadie tiene que saber cómo te ves al despertar, solo yo puedo verte y tenerte así, desnudo, despeinado, sonrojado y lleno de mis marcas.- Suppasit rodeó el cuerpo de su novio con sus brazos y lo pegó a su torso, rozando sus narices. Finalmente se dieron un corto beso y se dispusieron a ir a la ducha.
Se habían duchado juntos muchas veces en el pasado y ambos lo disfrutaban, no de una forma sexual. Simplemente les gustaba estar juntos, enjabonando el cuerpo ajeno y compartiendo dulces besos.
Ya no les daba pena estar desnudos frente al otro, para ellos era muy normal, por lo que se pusieron ropa casual con calma y en silencio, no había necesidad de hablar, además que sabían que estaban a punto de separarse por dos meses y probablemente si hablaban comenzarían a llorar por tener que despedirse.
Las maletas de Mew ya estaban junto a la puerta, su desayuno fue tranquilo, apenas si hablaron del trabajo del menor.
Después de hacer todo lo necesario, la pareja se sentó en el sillón, sin decir nada se abrazaron con fuerza. Gulf estaba sentado sobre el regazo del mayor, con su cabeza recargada en el hombro ajeno.
-No estés triste, tua-eng, te lo dije, ni siquiera notarás que me fui.- dijo Mew acariciando la espalda del menor. -Volveré muy pronto.-
-¿Cómo esperas que no note que no estás?, la casa se sentirá muy sola sin ti.- murmuró Gulf tratando de controlar su llanto.
La noche anterior había podido alejar la tristeza para darle paso a la pasión, pero ahora sus ganas de llorar eran incontrolables. Sabía que esta era una gran oportunidad para su novio, pero le dolía saber que estarían lejos.
-Lo siento, bebé, no quisiera irme, pero sabes que tengo una obligación.- el corazón del pálido se apretó en su pecho al ver a su novio tan triste.
-Lo sé, pero no puedo evitar estar triste.- admitió el menor sorbiendo su nariz, limpiando con su mano las lágrimas que mojaban sus mejillas.
-No llores, tua-eng.- pidió el castaño tomando entre sus manos el rostro del menor para limpiar sus lágrimas. -Te llamaré cada mañana y al dormir para desearte dulces sueños, será como antes de que viviéramos juntos, ¿lo recuerdas?.- preguntó.
-Claro que lo recuerdo.- una pequeña sonrisa se posó en los labios del pelinegro.
Cuando decidieron vivir juntos ya tenían un año de relación y como ambos eran demasiado cursis se llamaban en cada momento que se extrañaban. A pesar de trabajar juntos, todas las noches se llamaban para desearse buenas noches y dulces sueños. Había sido una época que ambos habían disfrutado, pero sin duda preferían dormir juntos y compartir sus días.
-Solo serán dos meses, ¿cierto?.- preguntó Gulf con sus ojos brillosos de sus lágrimas contenidas.
-Solo dos meses, ni un solo día más.- afirmó Mew regalándole su más hermosa sonrisa al menor.
-Te extrañaré.- aseguró el menor.
-También te extrañaré.- afirmó el mayor antes de besar los gruesos labios de su novio.
Fue un beso casi melancólico pero lleno de amor. Lleno de esos hermosos sentimientos que sentían por el otro y del anhelo que tenían por qué el tiempo se pasara rápido para volver a estar juntos.
-Me tengo que ir.- murmuró el pálido sobre los labios ajenos.
Sin decir ninguna palabra el moreno se puso de pie y siguió a su novio hasta la puerta del departamento.
-Ya te extraño.- dijo Gulf rodeando el cuello del mayor, abrazándolo con fuerza.
-Te amo, tua-eng.- Mew rodeó la cintura del moreno y disfrutó el cálido abrazo. -Te llamaré cuando llegue a Corea.- aseguró antes de dejar un corto beso en los labios de su novio.
-Hazlo, aunque estoy seguro de que sabré cuando llegues por las fotos de los fans.- comentó Kanawut con una ligera sonrisa. -Te amo, thee-rak.-
Se dieron un último beso, lento y amoroso. No había deseo ni pasión en él, solo el gran amor que se tenían.
Ver a Mew partir fue algo doloroso para Gulf, pero sabía que debía ser fuerte, era un viaje de trabajo y solo serían dos meses, pero no podía evitar pensar en lo solo que se sentiría en su hogar sin el mayor.
-Deja de ponerte triste, Gulf, tienes que ir a trabajar.- se dio ánimos. -Thee-rak también está haciendo su trabajo, solo que él tiene que irse lejos.- dando un largo suspiro finalmente tomó sus cosas y se puso en marcha a su destino, donde tenía una entrevista que grabar.
🥺❤️
Habían pasado ya tres semanas desde que Mew estaba en Corea grabando sus escenas de una nueva serie. Gulf ya había visto algunas fotos de su guapo novio en el set de grabación, pero eso solo lo hacía extrañarlo aún más.
Esa noche el menor había llegado temprano a su casa, su trabajo había sido muy poco ese día, lo cual hubiera agradecido si su pareja estuviera ahí junto a él y pudieran pasar una tarde viendo películas, pero esta vez era diferente.
-Te extraño, thee-rak.- murmuró haciéndose bolita en su cama, abrazando la almohada que usaba el mayor, aunque ya no tenía su característico aroma.
Buscó su celular y entró a Instagram, rápidamente encontró algunas fotos nuevas de Mew. Fotos del set y del pálido junto a algunos de los actores.
Pero lo que más llamó su atención fue una foto que parecía ser una captura de una de las historias del actor. "¿Cómo puedo pasar por esta noche?" decía la foto y de fondo se veía la pared de la habitación que Gulf ya había visto en alguna de sus videollamadas. Después una foto con unos emojis vomitando.
Asustado corrió a las historias de Mew y no encontró ninguna de las historias que había visto en las páginas de fans que seguía para enterarse de cualquier noticia de su novio.
Sin dudarlo un segundo llamó el número del mayor y esperó impacientemente a que la llamada fuera contestada.
-Hola, tua-eng.- saludó dulcemente el pálido.
-¿Quieres explicarme porque me ocultas tus historias?¿No tengo derecho a saber que mi novio está enfermo?.- preguntó con evidente enojo el menor.
-¿Viste las fotos?.- cuestionó el castaño con vergüenza.
-Claro que las vi, todos tus fans subieron tus historias mandándote apoyo.- explicó el moreno sin poder evitar levantar la voz. -Mientras que tu novio piensa que todo está bien y no sabe que estás enfermo, encerrado en su habitación.-
-Tua-eng.- suspiró Mew. -No quería preocuparte, solo era un pequeño malestar de estómago por algo que comí.- explicó el mayor.
-¿Cuándo pasó eso?.- preguntó Kanawut seriamente.
-Hace dos días, pero ya estoy mejor.- respondió Suppasit con cautela. Suponía que su respuesta no le agradaría al menor.
-Hace dos días y recién me entero.- suspiró Gulf profundamente, intentando calmar su enojo.
-No fue nada grave, tua-eng, no quería que te preocuparas.- dijo el mayor con un evidente tono de arrepentimiento. -Lamento habértelo ocultado, tal vez no fue bueno, pero fue lo que creí mejor, perdóname, mi girasol.-
-Mew Suppasit, no te atrevas a volver a ocultarme cosas así de importantes, no sabes el susto que me dio saber que estabas enfermo.- advirtió el pelinegro.
-Lo prometo, tua-eng, no volveré a ocultarte nada.- dijo Mew con tristeza, entendiendo que había estado mal lo que hizo, aún cuando había creído que su decisión había sido la mejor.
-Más te vale.- Gulf suspiró un poco más calmado.
-¿Podemos hacer videollamada?, quiero verte, tua-eng.- preguntó el mayor.
-De acuerdo.- suspiró el menor acomodándose contra la cabecera de la cama.
Tan pronto la cámara del pálido fue encendida su pecho desnudo se presentó en la pantalla del menor.
-¿Por qué estás sin camiseta?.- cuestionó Gulf.
-Antes de que llamarás me estaba preparando para darte una sorpresa.- respondió Mew con una sonrisa pícara en los labios.
-Mew Suppasit, ¿piensas contentarme con sexo telefónico?.- Kanawut se sorprendió, nunca habían experimentado con eso dado que no tenían la necesidad al vivir juntos.
-No, pensaba que tu y yo disfrutáramos un poco porque te extraño, pero ahora creo que puede servir para calmarte.- explicó el mayor acomodándose de forma que en la cámara se mostraba hasta su cadera, dejando ver su marcada V.
-Pero...- el moreno se quiso quejar, le parecía algo extraño hacer algo sexual con su pareja a través de la pantalla, pero no podía engañarse, sentía una llama de excitación crecer dentro de él.
-Vamos, tua-eng, será emocionante.- animó el pálido.
-Pero no se que hacer.- dijo el menor sonrojándose.
-Solo déjate llevar y haz lo que yo te pida, ¿si, tua-eng?.- la voz de Mew sonaba cada vez más grave y erótica, cosa que sólo acrecentaba la excitación del pelinegro.
-Yo, Mew, thee-rak, no se.- tartamudeó Gulf con timidez, apartando su vista del masculino cuerpo de su novio.
-Vamos, tua-eng, aún faltan casi 5 semanas para que vuelva a tenerte entre mis brazos y ya muero por hacerte el amor.- dijo el pálido tratando de convencer a su pareja. -No puedes dejarme así, cariño.-
El menor volvió su vista hacia el celular y ahí estaba frente a él todo el delicioso y desnudo cuerpo de su hombre, masculino, bien formado y con su miembro duro entre sus piernas.
-Mew.- jadeó Kanawut tapando su boca sorprendido. -¿Por qué estás así?.- preguntó.
-Por ti, mi cielo, por el hermoso recuerdo que tengo de ti en mi mente, gimiendo mi nombre, retorciéndote de placer por mi culpa.- gruñó el castaño pasando su mano por sus muslos, subiendo por su abdomen, pasando por su pecho.
-Thee-rak, te extraño.- admitió el moreno comenzando a sentir su cuerpo reaccionar ante la vista que tenía a través de su pantalla.
-Yo también, tua-eng, te extraño tanto, extraño tus abrazos, extraño tus besos y todo de ti.- afirmó Mew con una sonrisa. -¿Puedes quitarte la camiseta?, muero de ganas de verte desnudo de nuevo.- gruñó.
-Me da pena.- se quejó Gulf demasiado sonrojado, pero sin poder despegar la vista de todo el masculino cuerpo que devoraba a través de su pantalla en esos momentos.
-Vamos, tua-eng, no hay parte de tu cuerpo que no conozca, me se de memoria tu cuerpo, tus partes sensibles, donde puedo dejarte marcas y donde puedo morder para volverte loco de placer.- Suppasit estaba siendo lo más descarado que nunca había sido, pero sabía que debía hacer un gran esfuerzo para convencer a su novio de experimentar con el sexo telefónico pues nunca lo habían hecho y ellos solían ser bastante tradicionales al hacer el amor.
Pero como dice un dicho, a situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Mew ya no podía resistir otro día sin escuchar a Gulf gemir su nombre y verlo correrse a causa de él.
-No puedo creer que me convenzas de estas locuras.- se quejó el menor poniendo el teléfono a un lado para poder quitar su camiseta y mostrar su torso desnudo.
-No tienes idea de lo mucho que ansío poder chupar y morder esos lindos pezones levantados.- murmuró el mayor sin poder despegar su vista del lugar mencionado. -Chupa tus dedos y pásalos por uno de tus pezones.- indicó.
Con dudas, nerviosismo y un deseo creciente, Gulf metió a su boca dos de sus dedos, bajo la atenta mirada del mayor los humedeció lo mejor que pudo y los sacó lentamente, comenzando a divertirse al ver la reacción de su novio. Suspirando llevó sus húmedos dedos a su pezón izquierdo y lo apretó.
-Se siente raro que solo me observes.- se quejó el pelinegro sintiendo su rostro caliente a causa de su sonrojo.
-Créeme, no es lo único que estoy haciendo.- gruñó Mew bajando la cámara para mostrar su mano alrededor de su duro miembro. -Adoro ver como pareces tan tímido, cuando yo se que en verdad mueres por hacer esto, se que te excita tanto como a mi y que pronto estarás gritando mi nombre.- afirmó.
-Mew.- suspiró el moreno jalando su pezón con algo de rudeza, justo como Mew lo hacía cuando ambos querían sólo consumirse en el placer.
-Juega con ambos, tua-eng, dejalos rojos y húmedos para mí.- indicó Suppasit, extasiado al ver cómo su pequeño novio cumplía sus pedidos sin poner mayor resistencia. -Justo así, lo haces bien.- animó.
-Desearía tanto tener tu boca en mi cuerpo.- comentó de pronto Kanawut entre suspiros de puro placer.
-Imagínala, recuerda cómo se sienten mis dientes apresando tu piel, recuerda la forma en que mi lengua hace círculos en tu pezón antes de succionarlo.- habló el castaño con su voz ronca, totalmente excitado por su pareja y sus suspiros.
-Thee-rak.- gimió por lo bajo el menor.
-Baja tu mano por tu abdomen.- ordenó Mew. De inmediato Gulf llevó su mano más al sur. -Mete tu mano dentro de tus pantalones y acaricia tu miembro sobre la ropa interior.-
-Mew, no puedo.- replicó el moreno jugando tímidamente con el elástico de su pantalón.
-¿No estás usando ropa interior, tua-eng?.- preguntó el pálido con una sonrisa coqueta y su novio negó con la cabeza. -Alguna costumbre mía tenía que pegarte y gracias al universo que fue esa.-
-Es solo que... Yo... No...- Gulf no supo qué más decir, estaba apenado al haber sido descubierto por su novio.
-Shh, calma, tua-eng.- pido el castaño dulcemente. -Quítate esos pantalones, déjame ver tu espectacular cuerpo.-
Con timidez el menor fue bajando la única prenda que cubría su cuerpo, dejándola junto a él sobre la cama.
-Te ves tan hermoso así, sonrojado, a mitad de nuestra cama, ansiando tenerme ahí para tomarte y hacerte totalmente mío toda la noche.- gruñó Mew apretando su propio miembro, al cual no había dejado de darle largas caricias.
-Te deseo tanto, thee-rak.- admitió el pelinegro tímidamente, pasando su mano por sus muslos, abriendo ligeramente sus piernas para acariciar la parte interna de estas.
-Yo también, como no tienes idea, cariño, quisiera estar entre tus largas piernas y besar tus labios mientras te frotas contra mi.-
-Te quiero aquí, amor.- rogó Gulf llevando su mano directamente a su miembro ya duro a causa de las sucias palabras de su novio.
-Tócate lento, de arriba hacia abajo, hazlo al mismo ritmo que yo.- ordenó el mayor. En sus pantallas podían ver todo el cuerpo ajeno, desde sus rodillas hasta su cabeza, teniendo a la vista las mejores partes del cuerpo ajeno. -Imagina que soy yo quien te toca.-
-Ah, thee-rak.- gimió el moreno cerrando los ojos ante el recuerdo de su novio cuando lo tocaba con delicadeza.
-Eso es, tua-eng, sigue así.- animó el pálido haciendo los mismos movimientos en su propia erección. -Cariño, colócate unos audífonos y coloca el celular en algún lugar donde pueda verte completo.-
En silencio Gulf tomó sus audífonos inalámbricos y los conectó rápidamente. La pena ya estaba muy lejos de él, su cuerpo solo pedía liberación y su mente solo podía pensar en escuchas más de la hermosa voz de su novio dándole órdenes.
Se las ingenio para acomodar el celular en la mesa frente a la cama, ahora Mew tenía en su pantalla todo el moreno cuerpo de su pareja.
-Justo así, tua-eng.- gruñó Suppasit con gusto. -Abre tus piernas para mi.- ordenó.
-Mew.- suspiró Kanawut abriendo tímidamente sus piernas, dejando ver completamente su intimidad.
-Tan hermoso, mi girasol.- Mew no había dejado de acariciarse lentamente, demasiado excitado con la imagen que tenía en la pantalla de su celular. -Acaricia tus muslos, cariño.-
-Mew.- suspiró el pelinegro.
Gulf apenas podía ver a su novio con lo lejos que tenía el celular, pero estaba tan seguro de que este se estaba tocando y eso lo encendía aún más.
-Lleva una de tus manos a tu entrada y acaríciala.- ordenó el castaño viendo atentamente cómo su pareja cumplía sus pedidos. -Usa tu otra mano para acariciar tus pezones.-
-Thee-rak, deseo tanto que me hagas el amor.- jadeó el menor adentrando solo la punta de su dedo en él. -Te amo.- gimió cerrando los ojos.
-Chupa tus dedos, tua-eng, quiero que prepares ese estrecho pasaje para mi.- Mew ansiaba demasiado poder enterrarse en ese cálido pasaje.
-Te quiero dentro de mi, te quiero en mi boca.- gimió el menor llevando sus dedos a su boca, chupándolos con gula, imaginando que eran los del mayor.
-Imagina que es mi pene el que tienes en esa dulce boquita.- gruñó Mew.
El pelinegro gimió encantado, pasando su lengua por cada rincón de sus falanges.
-Llévalos a tu entrada, mi girasol.- ordenó el castaño.
Sin pena el moreno llevó sus dedos entre sus piernas y lentamente adentro uno de sus dedos en el. Su espalda se arqueo en reacción y no puedo evitar gemir.
-Así, tua-eng.- alentó el mayor viendo con placer. -Agrega otro.-
-Oh, Mew.- gimió el pelinegro abriendo inconscientemente más sus piernas, adentrando profundamente sus dedos, llegando a su próstata. -Amor.- gritó lleno de placer.
-Gime para mí.- pidió el mayor demasiado cerca del clímax. Su miembro nunca fue desatendido, siempre dándole largas caricias.
-Mew, thee-rak.- repetía el moreno con gusto. Sus ojos se mantenían cerrados imaginando que era el pálido quien lo tocaba.
-Aumenta el ritmo y acaricia tu pene al mismo ritmo.- ordenó Mew acariciándose al mismo ritmo de su novio.
-Mew.- gritó Gulf perdido en el placer. -Necesito más.-
-Imagina que es mi pene el que te penetra, imagina que beso tu cuello, que acaricio tu cintura mientras te hago mío.-
-Oh Mew.- gritó moreno sintiendo que con cada estocada estaba más cerca de estallar.
-Sigue así, me vuelves loco, tua-eng.- ánimo el castaño.
-Más, Mew, por favor, thee-rak.- gemía el menor sin detener las íntimas caricias que se daba el mismo, pensando que era su novio el que lo hacía.
-Te amo, tua-eng.- gruñó Suppasit. -Córrete para mi, cariño.- ordenó.
-Oh Mew, amor, thee-rak.- murmuró Kanawut totalmente perdido en el placer, corriéndose con la grave voz de su pareja sonando en su oído.
-Oh Gulf.- gimió ronco el mayor, corriéndose con la erótica imagen de su novio manchando su abdomen y sus piernas con su blanquecina esencia. -Te amo, te amo tanto, tua-eng.-
-También te amo.- suspiró Gulf notablemente cansado, sacando con cuidado sus dedos de su interior.
-Amo tu cuerpo.- murmuró el mayor embelesado con el moreno cuerpo del menor.
-Tengo sueño.- dijo el pelinegro acercándose al celular para ver el rostro sonrojado de su pareja.
-Lo sé, tua-eng, descansa, gracias por esto.- dijo el castaño dulcemente.
-Me gustó.- admitió Gulf sonrojándose más. -Pero me siento muy agotado.-
-Descansa, mi girasol, te llamo por la mañana, buenas noches, te amo.- se despidió Mew.
-Buenas noches, thee-rak, te amo.- murmuró el menor antes de terminar la llamada, cayendo en un profundo sueño.
Por primera vez pudo descansar, totalmente agotado por su erótico encuentro con su novio. Había extrañado tanto tener intimidad con su pareja y aunque no había sido de la forma que usualmente lo hacían, estaba más que satisfecho.
🥺❤️
A dos semanas del regreso de Mew, Gulf estaba tan desesperado por ver a su novio que poco le faltaba para comprar un boleto de avión y viajar hasta Corea para verlo.
-Te extraño tanto, thee-rak.- sollozó bajo el agua de la ducha.
Tal vez estaba siendo muy ridículo, pero no podía evitar sentir que la mitad de su alma había partido con su pareja. Se sentía vacío, solo y no había nada que pudiera hacer.
Aun cuando se recordaba constantemente que el mayor se había ido por trabajo, nada calmaba a su triste corazón.
-Falta tanto para que regreses.- murmuró con tristeza, bajando la cabeza, dejando que el agua mojara todo su cuerpo.
No queriendo llorar más por su hombre, cerró la llave del agua y tomó la toalla para secarse. Camino a la habitación y tan sólo se tiró ahí, a media cama, sin importarle ponerse algo de ropa, tan solo quería dormir y alejar todo el dolor que sentía al extrañar a su novio.
Se acurrucó bajo la colcha y rápidamente cayó en un profundo sueño, uno donde Mew estaba ahí con él, donde abrazaba su cuerpo, donde le decía lo mucho que lo amaba y le repetía como lo había extrañado.
Pero el sueño de Gulf se vio interrumpido cuando sintió unas cálidas manos rodear su cintura y unos labios besar sus hombros.
Asustado giró su rostro lentamente y lo que encontró lo dejó pasmado.
-Thee-rak.- gritó emocionado, dándose vuelta entre los brazos del mayor para poder abrazarlo por el cuello. -¿De verdad estás aquí? ¿Esto no es un sueño?.- cuestionó tomando el rostro ajeno entre sus manos.
-Estoy aquí, tua-eng, finalmente volví a mi hogar.- afirmó Mew con una sonrisa, enterrando su rostro en el cuello del menor, aspirando su lindo aroma a bebé.
-¿Cómo es posible?, aún faltaban dos semanas.- a pesar de que Gulf estaba que explotaba de la felicidad, no entendía qué hacía ahí su novio.
-Las cosas terminaron antes de lo previsto y yo no quise esperar ni un segundo más para volver a ti.- explicó el pálido. -Tomé el primer vuelo de regreso a ti.-
-Te extrañe tanto, thee-rak, enserio que te extrañe.- el moreno no daba tregua a soltar a su pareja, lo tenía firmemente abrazado, pensando en que tal vez todo eso podía ser un sueño y de ser así, no quería despertar nunca.
-Yo también, mi girasol, no sabes lo difícil que fue estar tan lejos de ti después de tanto tiempo compartiendo mis mañanas y mis noches contigo.- comentó el mayor acariciando la fina cintura del menor.
-Te amo, Mew.- Gulf tan solo se alejo un poco para tener el rostro del mayor cerca del suyo, de esa forma íntima que tanto había añorado.
-Te amo, Gulf.- murmuró el castaño antes de unir sus labios a los de su novio, después de 6 semanas sin probarlo.
Desde el primer contacto se podía sentir la ansiedad de ambos, el deseo que tenían por devolver a sus memorias las cálidas sensaciones que sentían al besarse.
A pesar de que iban lento, sus lenguas no tardaron en salir a reconocerse, enredándose con placer. Gulf enredó sus dedos en el castaño cabello de su novio, no dejándolo alejarse.
Con deseo el menor apresaba entre sus manos la camisa gris del mayor. Mew se inclinó sobre el moreno, tomó con su mano izquierda la pierna ajena y la enredó en sus caderas recargándose con la otra en la cabecera de la cama, teniendo un perfecto acceso a los labios de su novio y a sus suaves y largas piernas.
-Thee-rak.- jadeó Kanawut. Sus respiraciones eran agitadas, sus pechos subían y bajaban.
-Quiero hacerte mío, deseo tanto hacerte el amor.- murmuró Suppasit con pasión. La mano del menor jaló el cuello de la camisa gris, acercando más a su pareja.
-Hazlo, hazme el amor.- rogó el pelinegro jadeando.
Sus labios volvieron a unirse, esta vez con más pasión y deseo. Ambos sabían que se necesitaban, sus cuerpos se necesitaban, sus corazones necesitaban sentirse unidos una vez más.
El cuerpo del mayor se inclinó más sobre su novio, juntando lo más que podía sus anatómicas. El sensible cuerpo de Gulf se friccionaba con la ropa del pálido.
Pronto los besos de Suppasit se desviaron hasta el cuello del moreno, ahí mordió, succionó y lamió esa dulce piel.
-Ah Mew.- gimió Gulf jalando la camisa del pálido.
-Te extrañe tanto, tua-eng.- murmuró el actor contra la piel del cuello ajeno.
-Yo también te extrañe, no sabes cuanto, thee-rak.- el moreno unió sus labios de nuevo, demasiado ansioso por ser tomado por su novio.
Mew no podía mantener sus manos alejadas del precioso cuerpo que tanto amaba y que había extrañado como loco.
El menor movía sus caderas en busca de algo de alivio para su adolorido miembro. Ambos estaban totalmente excitados, tan solo volver a compartir esos calientes besos que se daban y las sensuales caricias eran suficiente para encenderlos a ambos.
-Quítate eso, thee-rak.- pidió el menor desesperado por sentir la piel de su novio contra la suya.
-Espera, mi girasol, quédate recostado un momento.- Mew se alejó, parándose justo a la orilla de la cama, directamente de frente al moreno.
Lentamente el pálido desabotonó su camisa y la dejó caer al piso de la habitación. Después lanzó sus zapatos lejos y sus calcetines. Con una sonrisa sensual abrió sus pantalones y los bajó junto a su ropa interior, sin poder esperar más para unir su cuerpo al del menor.
-Ven aquí, mi amor.- pidió Kanawut abriendo sus brazos para recibir el cuerpo cálido del pálido sobre el.
-Siempre vendré a ti, cariño.- afirmó el castaño situándose entre las largas piernas de su pareja, tomándolas para rodear su propia cadera, juntando sus húmedas erecciones.
Gulf rodeó el cuello del mayor y pegó sus anatomías lo más posible. Sus labios de unieron y sus lenguas no tardaron en enredarse, compartiendo su saliva. Pronto Mew comenzó a mover sus caderas para friccionar sus miembros juntos.
-Mgh, Mew.- gemía el pelinegro contra los rosados labios ajenos.
-Te amo, me encantas, me vuelves loco.- murmuró Suppasit bajando con besos por el torso del menor, deteniéndose en su pecho. -Extrañe tanto saborear tu cuerpo.- dijo dando una larga lamida en uno de los rosados pezones.
-Thee-rak.- gimió el menor arqueando la espalda.
Los dedos de Gulf se enredaron en el castaño cabello del hombre que succionaba uno de sus pezones y jugaba con el otro entre sus dedos.
-Prepárame, thee-rak, te necesito.- Kanawut alargó su mano hacia la mesita junto a su cama y sacó el tubo de lubricante, dándoselo al mayor.
-Tus deseos son órdenes, mi bello novio.- el mayor sonrió con malicia y llevó sus labios aún más abajo.
La traviesa lengua del pálido dio largas lamidas en la erección ajena, para después tomar lo más que podía en su boca.
-Mew.- gritó el moreno lleno de placer, jalando el cabello de su novio.
El nombrado abrió con cuidado las morenas piernas y mientras su cabeza subía y baja por el miembro ajeno, sus dedos fueron lubricados y llevados a ese palpitante pasaje que había extrañado poseer.
-Oh mi amor.- el cuerpo de Kanawut se retorcía de placer. El dedo dentro de él tocaba su punto más sensible, llevándolo al borde de la locura.
Mew sonrió y agregó un dedo más al pasaje del menor. El lugar estaba cálido y estrecho, cosa que volvía loco al pálido, quien solo podía pensar en enterrarse lenta y profundamente en él.
-Detente, no quiero correrme aún.- Gulf alejó la cabeza de su novio de entre sus piernas y lo atrajo a sus labios.
Sus lenguas danzaron juntas, pero Mew no detuvo las penetraciones que daban sus dedos. Con facilidad un tercer falange fue añadido, dándole más placer aún al moreno.
-Por favor, thee-rak.- jadeó el pelinegro. -Hazme el amor.- rogó de forma desesperada.
-Toda la vida, tua-eng.- Suppasit sacó sus dedos lentamente y alineó su miembro.
-Te necesitaba tanto, mi amor.- suspiró Gulf conforme sentía cada centímetro de la longitud de su novio en él.
-Yo también, cariño, necesitaba tu cuerpo.- gruñó Mew enterrándose profundamente en su pareja.
La pareja se quedó quieta un momento, respirando de forma agitada, acostumbrándose a la abrumadora sensación de volver a estar unidos.
-Eres el amor de mi vida.- susurró el castaño juntando sus frentes.
-Tu también eres el amor de mi vida, te amo tanto.- dijo el pelinegro con una sonrisa feliz en su rostro.
Lentamente el pálido comenzó a mover sus caderas, apenas sacando la mitad de su miembro y volviéndolo a meter. Sus ojos no se despegaban del otro, con ellos compartían la enorme conexión y el amor que se tenían.
-Te amo tanto.- suspiraba Gulf rasguñando la espada del mayor. Cada lenta y profunda estacada daba en su próstata, haciendo que su cuerpo temblara de placer.
-Siempre te amaré, mi girasol.- Mew enterró su rostro en el cuello del moreno y dejó besos húmedos y mordidas juguetonas.
-Ah Mew, mi amor.- gemía el moreno en el oído de su novio.
No había necesidad de aumentar el ritmo, ambos estaban disfrutando de hacer el amor de forma lenta y amorosa. Se besaban de forma dulce, sus ojos brillaban con toda la felicidad que sentían al estar juntos de nuevo.
-Ah Mew, te amo.- gimió Kanawut arqueando su espalda, corriéndose entre sus cuerpos.
Sentir el cuerpo de su novio temblar y escucharlo gemir sonoramente llevó a Suppasit al clímax.
-Gulf.- gruñó el mayor corriéndose en el acto, llenando a su novio con su esencia. Dio unas cortas embestidas más, vaciándose por completo en el hermoso cuerpo que tenía entre sus brazos. -Te amo.- suspiró.
-No se si pueda volver a estar sin ti.- dijo Gulf acomodando el cabello del pálido.
-Intentaré que esto no vuelva a pasar y si tengo que viajar, tu iras conmigo, me niego a dejarte tanto tiempo.- afirmó el mayor saliendo lentamente de su novio, recostándose sobre su espalda para atraer el cuerpo de su pareja y dejarlo casi sobre su costado.
-Me encantaría viajar contigo.- con una sonrisa satisfecha el moreno se acurrucó contra su novio.
-No se diga más, tu iras conmigo de viaje y yo iré contigo si tienes que viajar.- Mew finalmente se sentía más tranquilo, su tiempo en Corea había sido el más agridulce de su vida. Estaba feliz por el nuevo proyecto en el que actuaría, pero le dolía estar lejos de su amado novio.
-Siempre juntos.- prometió Gulf mostrando su dedo meñique al mayor.
-Siempre juntos.- aseguró Mew enredando su propio meñique con el del menor.
Sus labios también se unieron, sellando la promesa de que nunca más se separarían por tanto tiempo, después de todo ellos estaban hechos para estar juntos, amarse y apoyarse cada día de su vida.
🥺❤️🥺❤️🥺❤️🥺❤️🥺❤️🥺❤️
Volví!!
Después de como mil años volví al lugar donde inicie y donde todos me conocieron!!!
Primero que nada, este OS esta inspirado en un fan art que vi en instagram y al que le hice un pequeño escrito en mis historias.
Además del viaje de Mew, que todos sabemos que debió ser difícil para ellos separarse.
Se que este capitulo es mas smut que historia, pero ya saben como soy jajaja, no pude evitarlo, además creo que es un gran regreso a este hermoso compilado de one-shots.
Pero díganme, ¿Qué les pareció a ustedes este nuevo OS?
Yo sinceramente lo ame y espero que les haya podido transmitir todo lo que quería.
Además espero poder seguir actualizando mas seguido aquí, igual ya estoy trabajando en unos one-shots pero pues me tomo con calma la escritura y no quiero prometerles actualizar en una fecha y al final no hacerlo o presionarme.
Si tienen alguna sugerencia ya saben que pueden dejarla, sus comentarios siempre son bienvenidos.
Sin mas, nos leemos pronto, los amo💙💙💙💙
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