Encontrando... ¿El Amor?
Mew Suppasit, a sus 30 años ya era el detective más famoso de los Estados Unidos. Con 8 años de carrera, pues mientras aún estudiaba la universidad ya destacaba entre sus compañeros y muchas empresas pusieron sus ojos en él, dándole un buen trabajo en el momento que se graduó.
El hombre alto, de piel pálida, cabellos castaño siempre bien peinado, su larga chaqueta color café y sus botas negras, además de unos ojos misteriosos, intrigantes y una sonrisa sarcástica en el rostro lo hacían el detective más guapo del país americano.
De origen Tailandés, Suppasit había viajado a los Estados Unidos con la firme intención de lograr su sueño, ser un reconocido detective. Dejando atrás familia, amigos y todo lo que amaba de su país natal.
-Señor Suppasit, tiene una llamada desde Tailandia.- le informó Sammy, su secretaria cuando lo vio llegar.
-Enseguida la atiendo, gracias.- Mew siempre era amable, a pesar de que durante sus labores podía parecer fiero y bastante rudo, en el fondo era muy amoroso y cariñoso. -Detective Suppasit, ¿qué desea?.- respondió el teléfono.
-Señor Suppasit, buenas tardes, soy Tul Pakorn.- se presentó el hombre del otro lado de la línea. -¿Me recuerdas?.-
-Tul, claro, cuanto tiempo sin saber de ti, ¿qué ha sido de tu vida?.- preguntó con emoción el castaño, pues Pakorn había sido un gran amigo suyo cuando estuvo en la universidad, pues compartieron algunas clases.
-Pues volví a Tailandia, ahora soy director general de la policía de Bangkok.- informó el hombre.
-Me alegro por ti, supongo que sabes sobre mi, por algo estás llamando, ¿o me equivoco?.- preguntó el detective, pues ahora sabiendo el puesto que su amigo ocupaba, era un poco obvio que el motivo de su llamada no era solo para ponerse al día con su amistad.
-¿Tan obvio fui?.- se río Tul. -Aunque después de todo por algo eres el mejor detective.-
-Bueno, supongo que ambos hemos trabajado duro por conseguir nuestra meta.-
-Ya lo creo, amigo.- comentó el moreno. -En realidad llamaba para contratar tus servicios, hasta ahora han desaparecido a los 5 detectives que contratamos, por lo que necesitamos a un profesional como tú, ¿Qué dices?.-
-Suena complicado, pero nada que no pueda manejar, ¿sabes lo costoso que será contratarme?, considerando que tengo que volver a Tailandia.- Mew se burló con diversión.
-Lo sabemos, pero créeme que la recompensa por atrapar a este criminal será más que suficiente para ti.-
-Interesante.- murmuró Suppasit. -Déjame terminar unas cosas aquí y viajaré a Tailandia la próxima semana, ¿está bien?.-
-Mas que perfecto, avísame cuando llegues al país para ir al aeropuerto por ti.- intercambiaron números y algunos datos sobre la misión que se le daría a Mew, pero sin entrar en detalles, puesto que era peligroso hacerlo por el teléfono.
Una semana después el famoso detective hacía su llegada al país asiático donde nació.
-Mew, por aquí.- la voz de su amigo llamó su atención.
-Hola, Tul, cuanto has cambiado.- se dieron un amistoso abrazo.
-Qué decir de ti, te ves mas grande y misterioso.- se burló su amigo. -Bueno, vayamos a mi oficina para poder contarte los detalles del caso.-
Fue un corto viaje a una oficina en la comandancia de la capital. La oficina era amplia y llena de fotos y medallas del director.
-Bueno, Mew, como ya sabes Kanawut era un mafioso en curso por los años en los que tu te fuiste del país.- comenzó a explicar Pakorn.
-Si, en ese tiempo se hablaba poco de él, pero decían que tenía potencial para ser alguien muy peligroso.- agregó el detective, recordando aquellos momentos.
-Pues lo logró, se convirtió en el mafioso más temido y buscado de toda Tailandia y algunos países asiáticos cercanos, ha matado a más de mil personas del gobierno y secuestró a los 5 detectives anteriores que contratamos.- Tul sacó unos papeles y le mostró las fotos de los susodichos.
-Se ven bastante jóvenes.- comentó Mew analizando las imágenes.
-Lo son, pero nadie más se ofrecía para el caso del cartel de los Kanawut.- suspiro el director, les había costado conseguir a esos detectives y conforme estos iban desapareciendo era cada vez más complicado. -Pero el último ataque fue a la casa del rey, donde mataron a su hijo mayor Kit.- el moreno tomó otras fotos y se las mostró, donde se veía el cuerpo casi mutilado del mencionado.
-Si que es alguien sanguinario el jefe Kanawut.- murmuró el pálido. -¿Que es este símbolo?.- pregunto tomando una de las fotos donde se veía la pierna del hombre, con una singular marca quemada en su piel.
-Es la marca que deja en sus víctimas, aunque apenas hace dos o tres años comenzó a usarla.- explicó Tul, sacando más imágenes de los asesinatos anteriores, los cuales poseían esa misma marca.
Mew conocía esa marca, o al menos esperaba estar en lo cierto. Algo en su ser le decía que no había nadie más que pudiera tener ese logo, aunque su corazón rogaba porque estuviera equivocado.
-Muy bien y ¿tengo algún dato de la ubicación? .- preguntó el detective, dejando de lado sus pensamientos.
-Lo último que supimos de Win, el ultimo detective que desapareció, es que tendrían una especie de fiesta, no mencionaron el nombre del lugar, pero dijeron que sería en la joya de la corona, por obvias razones nadie ha podido descubrir dónde es eso.- explicó el policía, sacando los registros que había dejado el detective Win.
-¿Dijo en que fecha seria?.- preguntó Mew, sabiendo perfectamente el lugar donde sería.
-Este viernes, por eso tenía prisa de que vinieras, se que solo tu puedes ayudarnos a atrapar al mafioso de Kanawut.- suspiró con pesar Pakorn.
-Muy bien, haré unas cosas y cualquier descubrimiento que haga te lo diré, por ahora iré a trabajar en esto.- Mew tomó todos los papeles que le proporcionó su amigo y se puso de pie.
-Adelante, confió en tu habilidad.- Tul dejó su confianza en su viejo amigo, pues no por nada era tan famoso en los Estados Unidos.
⚠
Mew había estado los 3 días siguientes pensando en qué haría, si su intuición era correcta, el señor Kanawut era alguien que había conocido en el pasado, que a la fecha debía tener casi 50 años de edad y por más que le doliera, lo metería a prisión.
Con las pistas que tenía y la suerte de que en el pasado había conocido al señor Kanawut, deducir el lugar de la fiesta fue bastante sencillo. Un restaurante inglés extremadamente lujoso, el señor Gale Kanawut lo llamaba así por el enorme candelabro en forma de corona que colgaba a mitad del lugar.
-Lamento lo que haré.- suspiró el detective apretándose el puente de la nariz.
Para la noche de la fiesta, Mew se vistió con un traje color verde oscuro y se peinó bien. Esperaba que nadie lo reconociera, pues aunque en Estados Unidos todo mundo conocía su imagen, no estaba seguro de su país natal.
Mew sabía que tal vez encontraría al hijo de Gale Kanawut en aquella fiesta y no estaba seguro de sí moría por verlo o si quería mantenerse alejado de él, para así poder seguir con su plan sin complicaciones.
Entrar a la fiesta fue sencillo, pues había mucho personal que vestía distintos trajes, solo con una pequeña placa al costado del atuendo, por lo que Suppasit consiguió rápido una placa y se la colocó, mezclándose con los floristas y decoradores del enorme lugar.
-Paso uno, listo.- se dijo a sí mismo cuando estuvo dentro del lujoso restaurante.
Cerca de las 8, el lugar comenzó a llenarse de funcionarios, personas del gobierno y un sin fin de personas sospechosas para el detective, las cuales probablemente eran del clan de Kanawut, aunque aún no había visto al jefe de este.
Sorprendentemente nadie sospechó de él y había muy poca seguridad, considerando la clase de personas que había en el recinto. Pero lo que esperaba que no pasara, sucedió.
-Mierda.- masculló el pálido, viendo a lo lejos la hermosa silueta que conocía a la perfección. Y casi parecía que el chico ya lo había visto, pues le sonrió de forma coqueta y con la mirada le indicó que lo siguiera.
De forma cautelosa siguió al hermoso chico hasta lo que parecía ser el baño y cerró con seguro detrás de él. El joven estaba frente al lavamanos, viéndolo a través del espejo, con su fino traje blanco acentuando su figura.
A pesar de tener más de 11 años sin verse, se reconocieron de inmediato. Sonriéndose con picardía a través del espejo, Mew caminó hasta estar detrás del menor y le dio la vuelta, recargándolo en el espacio vacío del lavamanos. El moreno le sonrió y enredo sus brazos en el cuello del pálido, aceptando gustoso los suaves labios.
Mew rodeo la fina cintura que tanto lo había vuelto loco en el pasado y que sorprendentemente seguía teniendo el mismo efecto en él, saboreando los gruesos labios del menor, deleitándose con el toque en su cabello.
-Hola, Mew.- jadeó el moreno separándose un poco de los finos labios del castaño.
-Hola, Gulf.- devolvió el saludo el detective. -Te ves mas hermoso de lo que recordaba.- acarició con placer la cintura y la prominente cadera del chico entre sus brazos.
-Los años me hicieron un favor, ya soy todo un hombre de 28 años.- dijo con orgullo el pelinegro.
-Todo un hermoso y sensual hombre.- gruñó con gusto el mayor, adueñándose una vez más de los rojos labios de Gulf.
Volver a sentir sus labios juntos era un placer indescriptible, el menor había deseado tanto volver a tener al mayor con él, entre sus brazos, besándolo con su característica necesidad. Sin esperar más, sus lenguas se unieron en una dulce batalla, embriagándose con el sabor que tenían años sin probar.
-¿Por qué volviste?.- preguntó el moreno, tratando de regular su respiración. -Después de tantos años, después de que llore tanto cuando me dejaste.-
-Lamento haberte dejado, pero sabes que era mi sueño y lo conseguí, logré ser un detective reconocido, bebé.- explico el castaño, abrazando fuertemente al joven. -Pero volví porque tengo un trabajo que hacer.-
-¿Qué trabajo debe ser tan importante como para hacerte volver a aquí y de paso colarte en esta fiesta?.- cuestionó el menor con curiosidad, aunque podía suponer porque.
-¿Qué te parece si primero te vuelvo a marcar como mío y después hablamos de eso?.- preguntó el detective. Sabía que tenía una misión importante, pero encontrarse con el que fue el único amor de su vida, el hermoso hombre con quien compartió dos años de relación antes de partir del país, lo hacían débil. Solo pensaba en hacer suyo al menor, sin importarle si este ya tenía a alguien más en su vida.
-No sabes cuanto he esperado esto.- suspiró el menor juntando su frente a la del mayor, con sus alientos chocando. -Hazme tuyo, márcame otra vez.- rogó.
-Dime que no has estado con alguien más, así como yo no he podido pensar en nadie más que en ti en todos estos años, bebé.- exigió Mew. Pues era cierto, le había dolido dejar a su novio y aunque muchos pensaran que era un amor de adolescentes, pues cuando iniciaron su relación Mew tenía 17 y Gulf 15, ellos sabían que lo que tenían era especial.
-Nadie, amor, no puedo pertenecer a nadie más que a ti.- afirmó el pelinegro. Sabía que lo que estaban haciendo era peligroso, pero después de 11 años sin estar con ese hombre que le robaba el aliento, nada más que ellos importaba, luego se preocuparía por las consecuencias.
-Solo mío.- gruñó con placer el castaño, volviendo a unir sus labios. Con cuidado sentó al menor sobre el lavamanos y lo recargó contra el espejo, profundizando el encuentro de sus labios, enredando sus lenguas y pegando lo más que podía su fornido cuerpo al más pequeño.
Mew tocaba el bello cuerpo de quien había sido su novio, sorprendiéndose con lo mucho que había cambiado, ahora sus muslos eran firmes, su cintura más fina, sus caderas más prominentes y su pecho firme, ese lugar donde ya podía sentir bajo la palma de su mano los duros pezones del menor.
Dejando los hinchados labios del moreno, comenzó a besar la mandíbula y bajando hasta su cuello, donde mordió y chupó la suave piel que lo volvía loco.
-No podemos hacerlo aquí.- jadeo el moreno. Si bien se estaba excitando, sabía que aunque hubieran cerrado la puerta, pronto lo buscarían al no verlo en la fiesta.
-Tengo que hacerte mío.- gruñó el pálido mordiendo el moreno cuello del menor. Su autocontrol había salido volando en el momento que junto sus labios con los del chico que seguía siendo dueño de su corazón aun después de tantos años.
-Lo sé, amor, pero aquí no.- Gulf se puso de pie y entrelazo su mano con la del castaño, dirigiéndolos a la salida.
Caminaron por el enorme salón, tomados de la mano, aun cuando todas las miradas se posaban en ellos. Antes de llegar a lo que parecía ser la puerta trasera, un hombre se acercó a ellos y el menor le susurro algo, a lo que el grande hombre asintió, dejándolos seguir.
-¿Quién era él?:- preguntó Mew con evidentes celos y posesividad.
-¿Alguien está celoso?.- pregunto con diversión el joven Kanawut, deteniéndose frente a su lujoso automóvil. Un BMW negro, con los vidrios completamente negros.
-Solo soy posesivo con lo que es mío.- el detective tomó al chico de las caderas y lo encerró entre su cuerpo y la puerta del auto.
-No te equivoques, amor, eres tú el que es mío.- en un ágil movimiento, el pelinegro los cambió de lugar, dejando a Mew contra la puerta. -¿Qué te parecería hacerme tuyo ahí dentro?.- preguntó con picardía, acariciando el fornido pecho frente a él.
-Te haría mío en cualquier lugar, bebé.- Gulf abrió la puerta y dejó que su ex novio se subiera primero, para él sentarse sobre su regazo, cerrando la puerta después. -Esta será una buena posición para recordar los viejos tiempos.- el moreno sonrió y junto sus labios con la misma pasión que lo había hecho en el baño.
El mayor no se hizo esperar y tomó entre sus grandes manos el firme trasero que era acentuado con ese hermoso traje a la medida color blanco. Sus lenguas se enredaban con placer, compartiendo el sabor único que los caracterizaba. Poco a poco fueron quitándose las prendas, dejando los sacos de un lado.
-Tienes un cuerpo asombroso.- gruñó el moreno con placer, desabotonando la camisa del mayor, pasando sus manos por cada marcado músculo, deteniéndose a jugar con los duros pezones.
-Tu no te quedas atrás, bebé, eres mucho más hermoso que antes.- Mew recorrió con cortos besos la piel moreno frente a él, dejando rojas marcas a su paso. Sin duda se detuvo a jugar con una de sus partes favoritas del cuerpo ajeno, sus rosados pezones que ahora tenían un piercing adornándolos, haciéndolo ver mucho más sexy.
-Si, Mew.- jadeó con gusto el pelinegro, pegando al mayor aun mas a su pecho, para que siguiera dándole ese dulce placer, pues ese era uno de sus puntos más sensibles.
-Me gusta como se ven.- el detective mordió la dura protuberancia con la fina pieza adornándolo.
-Supuse que te encantarían.- Gulf lo decía enserio, cuando estaban juntos le había comentado a su novio que quería perforarse ahí y el pálido le había dicho que se vería muy sensual y que le excitaría verlo, razón por la que a los 20 decidió finalmente hacerse el piercing en ambos pezones.
-Todo tu me encantas, me vuelves tan loco como hace 11 años.- si bien el detective sabía que estaba dejando de lado su objetivo principal, tener al hombre que había amado y tenido con él dos hermosos años de relación, lo tenían distraído, una deliciosa distracción.
-Te necesito en mi, Mew, no puedo esperar mas.- suplicó el moreno moviendo sus caderas de forma circular, sintiendo bajo él la dura erección del mayor.
-Voy a marcar tu interior, vas a sentirte tan bien que no vas a querer dejarme ir.- le aseguró el pálido besando la tersa piel del cuello del moreno.
-Desde el momento en que te vi en la fiesta me dije que esta vez no te dejaría ir, no puedes escapar mas de mi, Mew Suppasit.- Gulf tomó de forma posesiva la cara de su ex novio y unió sus labios, desde el primer momento sus lenguas se enredaron, ahogando sus gemidos entre el placentero beso.
-Tu no vas a escapar de mi, Gulf Kanawut, siempre has sido mío.- Mew amasaba el firme trasero que volvía loco a todo el mundo, pero que para su fortuna él sería el único que podría poseerlo.
-Quitemos esto que ya comienza a estorbar.- el moreno se sentó a un lado del pálido y rápidamente quitó sus prendas inferiores, dejando su erección al aire, volviéndose a subir al regazo del mayor después.
-Eres tan hermoso.- suspiro el castaño, pasando sus manos por los fuertes muslos flexionados a cada lado de su cadera.
-Prepárame, Mew, por favor.- el pelinegro estaba necesitado, 11 años teniendo que darse placer el solo era demasiado y no iba a desaprovechar al tener al amor de su vida frente a él, solos en el estacionamiento.
Con sensualidad Gulf humedeció los dedos que le acariciaron los labios de forma sensual. El detective sentía su miembro latir por la forma erótica con la que lamían sus dedos, pasando su lengua de forma sensual entre cada dígito.
-Ahora, ponlos donde pertenecen.- el pálido sonrió y sin escalas los llevó a la rosada entrada que palpitaba en espera de ser llenada.
Con cuidado adentro el primer dígito, sintiéndose rodeado por una estrechez y humedad aún más placentera de lo que recordaba.
-Estas tan estrecho.- gruñó con placer, adentrando su dedo con cuidado y calma, buscando el punto dulce de su ex novio.
-Los juguetes no se comparan con esto.- Gulf posó su mano sobre la dura erección y con habilidad la sacó de su pantalón de vestir, acariciando toda su extensión.
-Oh bebé.- gimió el mayor embistiendo al menor con dos de sus dedos.
-¡Mew!.- grito el menor pegando todo su pecho sudoroso al contrario. -Sigue dando ahí.- pidió pues en esa sola estocada, su próstata había sido dulcemente acariciada.
Entre besos apasionados, el detective siguió embistiendo con sus falanges, al punto en que jugaba con tres en el cálido interior del moreno.
-Te quiero dentro, ahora.- sin esperar a que el castaño lo hiciera, el moreno sacó los dedos de su interior y se alineó en la húmeda erección que deseaba tanto hundir en él. -¡Si!.- gimió sin pena cuando se dejó caer, adentrando todo el duro falo en su interior y aunque sintió un poco de dolor, el placer fue mayor al sentirlo dar en su próstata con fuerza.
-Oh Gulf.- gruñó el detective, mordiendo el cuello lleno de marcas del moreno.
El menor daba cortos saltitos, sintiendo en lo más profundo de su ser la dura erección de su ex novio. Mew jadeaba contra la piel de su cuello y sus manos se cernían a la fina cintura del cuerpo moreno, mientras este jugaba con el castaño cabello del otro.
-Voy a terminar pronto, estoy demasiado caliente.- jadeó el pelinegro sosteniéndose de los anchos hombros del pálido.
-Yo también, no sabes cuando soñé con volverte a hacer mío, reclamar tu cuerpo.- gruñó el castaño ayudando al menor a empalarse con más fuerza, persiguiendo su orgasmo.
-¡Oh Mew!.- gimió en alto el moreno, dejando su esencia manchar ambos torsos, contrayéndose con el placer que había sentido.
-Gulf.- gruñó contra el cuello ajeno, dejándose ir en el mejor orgasmo después de 11 años, llenando el cálido interior de su chico.
-Mgh me gusta esa sensación.- gimió con satisfacción Gulf, meciendo sus caderas de adelante hacia atrás.
-Me encantas tanto, bebé.- Mew continuó dando cortos besos por toda la sonrojada cara que aparecía en todos sueños.
-¿Sabes?, nunca te he dejado de amar.- confesó el moreno recargando su cabeza en el hombro del fuerte hombre.
-Bebé, en ningún segundo he dejado de sentir ese loco amor que me hacías sentir.- afirmó el detective acariciando la espalda del menor.
-Tengo que volver a la fiesta.- murmuró Gulf, notablemente cansado de su reciente actividad.
-Yo también, tengo que ver a tu padre.- comentó Mew con tranquilidad y pudo sentir el cuerpo sobre el tensarse. -¿Qué sucede?.-
-Mi padre no está aquí.- respondió el menor levantándose lentamente, pues su hombre seguía muy dentro de él. Evitando la mirada del mayor busco algo con que limpiarse y le pasó al otro también un poco de papel.
-Me quejaría porque solo vine a eso, pero con haberte visto y hacerte mío de nuevo estoy mas que satisfecho.- el detective sonrió al ver como el menor se sonrojaba. -Eres muy hermoso.-
-Hay que vernos en otra ocasión, no tiene caso que estés aquí si buscas a mi padre.- Gulf estaba visiblemente más serio desde la mención de su progenitor, pero el castaño no le tomó importancia.
-Dame tu numero, nene.- pidió el mayor pasándole su celular al chico.
-¿Puedo pedirte un favor, Mew?.- dijo el pelinegro regresándole su celular ya con su número en el.
-Claro, lindura, dime.- ambos chicos ya vestidos salieron del auto y Gulf lo detuvo antes de que el pálido caminara hacia la entrada del lugar.
-Vete, no es bueno que estés aquí.-
-¿Estarás bien?.- preguntó con preocupación el castaño, pues sabía muy bien la clase de personas que había en ese lugar y si el padre de su chico no estaba ahí, podía ser aún más peligroso para él.
-Se cuidarme bien, amor, no te preocupes y llámame después para vernos.- Gulf rodeó el cuello del mayor y besó sus labios de forma dulce.
-Siempre me haces a tu antojo, me tienes en la palma de tu mano.- se rió con diversión el detective y el otro sonrió también. -Nos vemos, bebé, te amo.-
-Te amo, amor.- se dieron un último beso en los labios y Gulf vio a su hombre irse. Suspiro cuando finalmente lo vio subir a un auto y partir, volviendo a entrar a la fiesta después de eso.
Gulf podía tener una vida complicada por el estilo de vida de su familia, pero aun así no quitaban su lado romántico. Mew había sido su primer novio, su primera vez y su primer amor, aunque a pesar de lo que le había dolido su partida, supo que debía apoyar el sueño de su novio, por lo que fue fuerte y mantuvo la esperanza de volverlo a ver, porque él no podía estar con nadie más que con el pálido hombre de fornido cuerpo y mirada coqueta.
La calma que sentía el moreno después de volver a entregarse al dueño de su corazón, desapareció cuando entró al elegante lugar y los disparos retumbaron.
-Aquí vamos de nuevo.- suspiró el pelinegro, metiendo sus manos en los bolsillos de su traje, que ahora estaba algo desordenado.
⚠
Mew no tenía claro que hacer, tenía que conseguir atrapar al señor Kanawut, le pagarían millones por eso y sabía que era capaz. El problema estaba en que ahora que había marcado a su ex novio de nuevo, sentía que no podía quitarle a su padre, Gulf nunca lo perdonaría si lo hiciera.
Al día siguiente, como era de esperar, Tul llamó a su mejor amigo, para saber si tenía algún avance después de asistir a la fiesta privada.
-Hola, Mew.- saludó el policía.
-Hola, Tul, ¿Qué pasa?.- preguntó el detective, el cual no había salido de su habitación de hotel, ideando un plan para encerrar a Kanawut y que su hermoso chico no se enojara con él.
-Eso debería preguntarte yo, ¿Qué pasó ayer?, ¿conseguiste algo?.- preguntó de forma directa.
-Nada, Kanawut no estaba en la fiesta, pero creo que tengo un contacto que podría ayudarme.- informó el castaño.
-¿Quien es tu contacto?.-
-No puedo revelar su identidad, es por seguridad, tendré a Kanawut, eso es lo que querías.- explicó el pálido. Nunca pondría en peligro la seguridad de Gulf, no cuando esperaba poder quedarse con él y llevarlo de regreso a los Estados Unidos.
-Esta bien, lo aceptaré porque confió en ti.- aceptó Tul, porque de por si su amigo ya se estaba arriesgando demasiado al buscar al mafioso más buscado de todo el país. -Como creo que no te enteraste, te contare, ayer en la fiesta mataron a 2 funcionarios más.-
-¿A qué hora fue eso?.- Mew había dejado el lugar a las 11 de la noche, por lo que no debió ser mucho después. Le preocupaba que su pequeño siguiera ahí mientras baleaban a dos hombres a sangre fría.
-A las 11:30, tenían las mismas marcas de los otros cuerpos.- informó el policía.
-Mierda.- masculló el detective. -Pero Kanawut no estaba ahí.-
-Tal vez llegó para la mejor parte de la fiesta.-
-Resolveré esto pronto.- dijo el pálido, aunque no estaba del todo seguro como haría eso.
La llamada terminó después de eso, porque aunque Tul creía que algo más estaba pasando con su amigo, confiaba en que este podía hacer su trabajo y no por nada se había convertido en el mejor detective de Estados Unidos.
Su preocupación se vio despejada cuando su celular comenzó a sonar de nuevo. Tomó el aparato y vio el contacto en él, "Mi girasol", no tenía que pensarlo mucho para saber quién era.
-Ya te extraño.- se escuchó la voz del moreno en cuanto respondió la llamada.
-¿Cómo obtuviste mi número?.- preguntó sorprendido el detective, pues no recordaba haberle dado su número.
-Tengo mis trucos, amor.- Mew no pregunto mas, suponía que ser hijo de un famoso mafioso tenía sus ventajas.
-Te extraño bebé, quiero verte y hacerte mío otra vez.- el pálido se recostó sobre la cama y por ese momento dejó de pensar en su trabajo, concentrándose solo en su hermoso chico al otro lado de la línea.
-Amor, yo también quiero verte.- suspiró el menor como si estuviera agotado.
-¿Pasa algo, bebé?.- preguntó con preocupación. -¿Te hicieron daño anoche?, supe que mataron a dos hombres, ¿estas bien?.-
-Me fui poco después que tú, así que no me pasó nada, me libre de estar en ese justo momento.- mintió el moreno, no quería, pero era por el bien de su hombre.
-Me alegra saber que estés bien.- suspiro con tranquilidad el castaño. -¿Cuando nos vemos?.-
-Ven a mi casa esta tarde, quiero que me hagas tuyo otra vez.- la necesidad en la voz del menor era notoria, por lo que el detective sonrió, él no era el único con ganas de más.
-Mándame la dirección, me tendrás ahí al atardecer.- aceptó el mayor, pues además de hacer suyo a su pequeño, tenía oportunidad de tal vez toparse con el señor Kanawut.
-¿Sabes que no debes darle la dirección a nadie más, verdad?.- el moreno confiaba en su hombre, pero de todas formas tenía que estar seguro.
-Lo sé, bebé, confía en mí.- el detective no pondría en riesgo al pelinegro, aun cuando tuviera que cumplir con su trabajo, Gulf no tenía nada que ver y tenía que buscar la forma de no dañarlo.
-Busca la piscina cuando llegues, ahí te esperare.-
-Nos vemos, mi girasol.- el moreno sonrió ante el uso de ese apodo con el que lo solía llamar cuando eran novios.
-Adiós, mi sol.- la llamada terminó y ambos quedaron con una sonrisa satisfecha en el rostro. Después de tantos años finalmente tenían la oportunidad de estar juntos, como siempre habían querido.
Esa tarde Mew se preparó y fue a la dirección que le indico Gulf, el lugar estaba algo escondido, pero en el centro de la ciudad, para pasar más desapercibidos entre las miles de casas enormes que se encontraban en la zona.
-¿Cual es su nombre señor?.- preguntó un hombre que estaba en la entrada de la mansión.
-Mew Suppasit, busco a Gulf.- respondió el detective.
-Bienvenido, el señor Kanawut lo espera en la piscina.- informo cortésmente el menor, abriendo la reja para dejarlo pasar.
-Gracias.- sonrió adentrándose en el auto que había rentado, estaciono y se bajó con una pequeña maleta en mano.
Paso por una pequeña vaya y encontró la enorme piscina, a un lado había varios camastros y en uno su chico estaba recostado, con un short, su torso desnudos y unos lentes oscuros, tomando el sol, dejando ver la brillante joyería que adornaba sus pezones.
-Hola, hermoso.- saludo el detective llamando la atención del otro, quien se sentó y se quitó los lentes.
-Hola, amor.- el moreno se puso de pie y llegó hasta el mayor para rodear su cuello y besar sus labios tiernamente.
-Te traje algo.- detrás de su espalda saco un enorme girasol.
-Mew, es hermoso, gracias.- Gulf lo tomó y lo olfateó con una enorme sonrisa en los labios.
-Vuelve a ser mi novio, ¿si?.- pidió el castaño besando la suave mejilla del menor.
-No tienes que pedirlo, amor, siempre he sido y seré tuyo.-
-Me vuelves loco, mi girasol.- Mew rodeo la fina cintura de su chico y lo pego a su cuerpo, tomando sus labios entre los suyos.
Pasaron la tarde en la piscina, jugaron con una pelota inflable y sin duda se besaron con pasión.
-Quiero hacerte mío aquí.- gruñó el castaño en el oído de su novio.
-Hazlo, tómame aquí.- accedió el chico, enredando sus piernas en la cintura del mayor, friccionando sus erección, las cuales estaban duras después de tantos besos.
-¿Y si nos ve alguien?.- preguntó con preocupación el pálido, dando cortos besos en el moreno cuello.
-Nadie vendrá, les pedí dejarnos solos.- afirmó el moreno, atacando también el cuello ajeno para llenar la pálida piel de marcas rojas de propiedad.
-Déjame quitarte el short entonces.- pidió el detective soltando las piernas del menor.
Ambos quitaron sus trajes de baño y los lanzaron fuera de la piscina. Gulf volvió a enredar sus piernas en el fuerte cuerpo de su novio, quien no dudó en tomar su trasero entre sus manos y amasarlo.
-Oh Mew, se siente bien tener tus manos sobre mi cuerpo.- jadeó el menor moviéndose para sentir sus miembros rozarse.
-Se sentirá mejor cuando me tengas dentro.- gruñó Mew pasando su mano por la línea que separaba las firmes protuberancias que amasaba con placer. -Mierda, ¿te pusiste un buttplug?.- jadeó con sorpresa al sentir una pequeña cosa obstruyendo el pasaje en el que quería enterrarse.
-Quería estar listo para ti, solo sácalo puedes follarme como lo hiciste ayer.- el pelinegro estaba necesitado, después de tantos años sin estar con alguien, quería recuperar el tiempo perdido con su novio ahora que lo tenía de nuevo a su lado.
-Lo haré, bebé.- con cuidado sacó la figura ovalada y la puso en la orilla, acariciando la entrada palpitante que quería poseer.
-Marca mi interior con tu esencia.- sin esperar más alineó su miembro y se adentro en el cálido cuerpo del moreno. -¡Oh amor!.- gimió alto el menor, rasguñando la pálida espalda de su novio.
Se entregaron con pasión, de forma apasionada. Querían recuperar el tiempo perdido y sentirse unidos, como cuando eran novios en su juventud, aunque sin duda ahora eran más apasionados.
Mew mordía toda la piel frente a él, llenándolo de más marcas, embistiéndolo con rudeza, deleitándose con los agónicos y placenteros gemidos de Gulf.
-Te amo.- gimió el menor manchando su pecho y el del mayor.
-Yo también te amo.- gruñó con placer al sentir su miembro siendo apretado y se corrió, llenando el cálido interior en el que solo él podía entrar.
-Me encanta como me llenas de ti.- jadeó el moreno descansando su cabeza en el hombro de su novio.
Después de eso salieron de la piscina, se vistieron y se recostaron en un camastro, fuertemente abrazados, con Gulf casi sobre el cuerpo del castaño. Estaban en silencio, solo disfrutando la compañía del otro, con suaves caricias y cortos besos.
-Cariño, ¿de casualidad tu padre está en casa?.- preguntó el detective, pues por más que quisiera no pensar en trabajo, tenía una misión que cumplir.
-No, amor.- respondió el pelinegro en un suspiro. -¿Por qué preguntas tanto por él?.- cuestiono, aunque sabía de sobra la razón.
-Quiero hablar con él de algo importante.- explicó con simpleza el mayor.
-¿Vas a meterlo a la cárcel?.- indagó el menor, aun cuando debía estar preocupado por la respuesta, estaba demasiado tranquilo.
-Sabes que lo que él hace no es bueno, mi girasol, tiene que pagar por lo que hizo.- comentó el castaño acariciando la espalda desnuda de su chico.
-No quiero discutir contigo sobre eso, Mew.- la voz de Gulf se volvió notablemente fría y su cuerpo incluso se tenso.
-Yo tampoco quiero discutir, pero sabes qué es lo correcto.-
-Es tarde, deberías irte.- el moreno se sentó junto al cuerpo de su novio y evitó verlo a los ojos.
-Espero entiendas que no quiero hacer esto para dañarte y que no me acerque de nuevo a ti solo para llegar a tu padre.- comentó el detective colocándose ropa para poder salir.
-Te creo, solo necesito tiempo para pensar las cosas.- Gulf sabía que lo que venía no sería fácil, pero tenía fe en que a pesar de todo, su amor podría con eso y no tendrían que separarse.
-Te llamaré después, te amo mi girasol.- Mew dejó un cálido beso en los labios de su novio y se fue.
-No me dejas muchas opciones, amor.- suspiró el menor recostándose de nuevo sobre el camastro.
⚠
Habían pasado 3 días desde que finalmente habían vuelto a ser novios y aunque compartieron un par de mensajes, ninguno concretó algún otro encuentro, pero Mew no se atrevía a pedirle salir a su novio, pues no sabía si este seguía enojado por lo de su padre.
Un mensaje en el celular del detective lo hizo dejar de ver las noticias en la televisión.
"En esta dirección podrás ver al 'señor Kanawut'..." el mensaje llegó del teléfono de Gulf, junto con una dirección que desconocía, pues estaba fuera de la ciudad.
El pálido sonrió, finalmente su novio le había conseguido una cita para hablar con su padre y aunque no pensaba arrestarlo en esta ocasión, esperaba poder llegar a un acuerdo, con el cual el menor estuviera conforme y no lo odiara por quitarle a su padre.
"Gracias, bebé, te amo", le respondió de regreso el mayor.
Se arregló con su ropa usual, pantalón oscuro, camisa de cuello alto negra y su larga chaqueta café. Emprendió su viaje hasta el misterioso lugar y cuando llegó lo que encontró fue una especie de puerta al final de un enorme callejón entre casas abandonadas.
Con dudas se estaciono y caminó hasta la puerta, donde un enorme hombre le abrió la puerta.
-Camina al final del pasillo, entra a la puerta de la izquierda, el señor Kanawut llegará en cualquier momento.- supuso que su visita había sido anunciada, porque él no había dicho palabra alguna, pero considerando que se trataba de la mafia, no podía esperar menos.
Camino por el oscuro pasillo hasta que encontró la extraña puerta y se adentro, en la pequeña habitación había una mesa de metal y sobre esta un sobre amarillo. No había nadie en el lugar, por lo que tomó asiento viendo hacia la puerta, el sobre tenía su nombre y decía "ábrelo, Mew", el detective no se hizo esperar y sacó las miles de fotos del interior.
"Tan Thimak, político, 48 años, cómplice en la compra y venta de personas", decía una de las fotos de un señor lleno de sangre y con la marca que Tul le había mostrado aquel día que llegó a Tailandia.
"Frank Pruk, policía, 50 años, trafico de pornografía infantil" la siguiente foto mostraba a otro hombre, también muerto, con la marca de GK.
Había unas 5 fotos más donde tenían los datos de la persona y una foto. Mew estaba perplejo con lo que veía, no entendía porque el señor Kanawut le había dejado eso. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta finalmente se abrió, dejando ver una silueta.
Para su sorpresa, la silueta que veía era una que conocía muy bien y eso lo confundió.
-¿Qué haces aquí, Gulf?.- preguntó directamente, estaba enojado, se sentía engañado por su novio.
-Querías ver al señor Kanawut, ¿no es así?.- preguntó tranquilamente el moreno, acercándose para sentarse frente al detective. Gulf portaba un traje azul marino que lo hacía ver elegante y como todo un hombre de la mafia.
-¿De qué rayos estás hablando?, yo quiero ver a tu padre.- explicó el pálido alterado por el rumbo de la situación.
-Mew, mi padre murió hace tres años.- comentó con una mirada fría, una que Mew nunca había visto en el hermoso rostro de su novio.
-¿Has sido tú el que ha matado a todas esas personas en estos años?.- preguntó con sorpresa el detective.
-No de forma directa, pero si en mi nombre.- respondió Gulf con la misma frialdad, pues no estaba muy orgulloso de lo que hacía.
-Dijiste que nunca te dedicarías a esto, dijiste que odiabas lo que tu padre hacia.- comentó el mayor sin dejar de ver las sanguinarias fotos. -Ahora entiendo porque tenían ese logo que querías usar para cuando pudieras abrir tu restaurante.-
-Se que ahora piensas lo peor de mi y no te culpo.- suspiró con pesar el moreno, bajando la cabeza apenado. -Pero mi padre no era malo, a todos los que mataba eran personas malas que actuaban como buenas para no ser atrapados, lo viste en las fotos, el hijo del rey también estaba metido en la trata de personas, por eso lo mate.- explicó.
-¿Porque seguiste el negocio de tu padre?, ¿Cómo pasó?.- cuestionó el castaño, pues no quería creer que su lindo novio era capaz de hacer o al menos dirigir esas atroces acciones.
-Mataron a mi padre en un ataque que haría al castillo real, donde mataría a Kit, él si se encargaba de sus víctimas, pero salió mal y lo mataron.- comenzó a contar el moreno. -Mamá y yo sufrimos mucho, nos dejaron su cuerpo sin vida en la entrada de la casa, pensé que la pesadilla terminaría ahí, pero comenzaron a amenazarnos las familias de las personas que mi padre había matado.- Gulf trataba de parecer fuerte, pero en el fondo quería llorar, tenía años sin hacerlo.
-¿Dime que no pasó lo que yo creo?.- dijo Mew preocupado, poniéndose de pie para arrodillarse junto a su novio. El menor volvió a verlo y asintió con los ojos cristalizados.
-La mataron, Mew, llegaron varios hombres a la casa y ella me dijo que me escondiera en el bunker, que ella iría después, pero no fue así, tomé las pistolas de mi padre y salí a buscarla, pero ya no había nadie, solo su cuerpo tirado en medio de la sala, tenía una nota que decía "esta es la última advertencia, sigues tu".- Gulf no pudo evitar llorar al recordar la imagen de su madre tirada en un charco de sangre. El detective lo tomó entre sus brazos y acarició su espalda.
-Llora, mi girasol, yo estoy aquí contigo ahora.- murmuró para tranquilizarlo. El menor se aferró al cuerpo de su novio y lloró, lloró todo lo que no había llorado en esos 3 años.
-No tuve más opción que aprender de lo que mi padre hacía, pues no tenía otra forma de estar seguro después de todo lo que él hizo, yo no quería Mew.- el pálido entendió que su pequeño no había querido eso, que se vio obligado a seguir los pasos de su padre.
-Lo se bebé, se que no era lo que querías.- el mayor suspiró, con esto toda su misión se veía aún más complicada de lo que parecía en un inicio, porque eso quería decir que tendría que encarcelar a su novio y se rehusaba a hacerlo, primero porque no podría hacerle eso después de todo lo que había sufrido y segundo, porque no quería dejarlo, lo quería con él aun cuando estuviera rompiendo todas sus reglas.
-No me meterás a la cárcel, ¿verdad?, no soportaría estar ahí, tu eres lo único que tengo, Mew, no quiero alejarme de ti otra vez, no cuando finalmente te tengo conmigo después de tantos años anhelando tu regreso.- Gulf lloró con más fuerza, sentía una enorme presión en el pecho, un gran miedo de quedarse solo de nuevo o tener que pasar sus últimos días en la cárcel solo porque se vio obligado a seguir lo que su padre hacía.
-Debería hacerlo, pero no quiero, no puedo hacerte eso, mi girasol, no después de todo lo que has pasado.- lo tranquilizó el mayor, acariciando su espalda, apretándolo mas entre sus brazos. -Pero no podemos seguir juntos, tenía la misión de encontrar al señor Kanawut para meterlo a la cárcel, debemos pensar en algo.-
-Creo saber que podemos hacer.- suspiró el menor algo nervioso por lo que propondría. -Pero tengo que saber que tanto estás dispuesto a hacer por mí.- comentó separándose un poco del fuerte cuerpo de su novio para poder verlo a los ojos.
-Yo... no se si podría.- suspiró el detective sabiendo bien a qué se refería su chico.
-¿Me amas?.- fue la simple pregunta que hizo el menor, acariciando la cara del pálido, viéndolo con todo el amor del mundo.
-Te he amado desde el primer segundo que te vi y te amare hasta mi último aliento, porque tu eres y siempre serás el único hombre en mi corazón.- afirmó el mayor tomando al moreno de las mejillas para verlo directamente a los ojos.
-¿Y lo harías por mi?.- preguntó Gulf sonriendo por las lindas palabras de su hombre.
-Te lo dije aquella noche que nos volvimos a ver, siempre haces lo que quieres conmigo.- ambos sonrieron y no dudaron en besarse, sellando la silenciosa promesa de amarse toda la vida.
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Tul estaba en su oficina, tenía ya una semana sin comunicarse con Suppasit y comenzaba a preocuparse. El noticiero sonaba de fondo, mientras él veía algo de papeleo, pero una noticia en especial llamó su atención y subió el volumen de la televisión.
-Se informa que el famoso detective Suppasit ha desaparecido, la última vez que se le vio fue saliendo del hotel donde se hospedaba, sin embargo no hay rastro de a donde fue.- comentó uno de los hombres.
-Se cree que fue Kanawut quien se encargó de desaparecerlo como a los anteriores detectives que se encargaban de seguirle la pista.- siguió la noticia la mujer en pantalla.
El policía se sorprendió y de inmediato marcó al número de su amigo, pero este ni siquiera sonó, la contestadora se hizo presente diciendo que el número estaba apagado o fuera del área de servicio.
-Mierda, no puede ser.- masculló el moreno, cuando de repente llegó un mensaje nuevo a su correo.
"Para Tul.
Lo siento amigo, no pude cumplir con el trabajo que me pediste. Kanawut no es malo, las personas muertas merecían eso, aunque no justifico sus acciones, porque se que están mal.
Espero que dejes de buscarlo, no conseguirás nada.
Liberarán a los detectives anteriores, pero no dirán nada, saben que no les conviene.
A mi no me busques, puede que no vuelvas a saber de mí, pero quiero que sepas que estoy bien, mejor que nunca de hecho.
Adiós, amigo.
Atte. Mew".
El correo venía de un usuario privado, no podía responder ni buscar la ubicación de donde se había mandado. Eso le traería muchos problemas con los altos mandos, pero confiaba en su amigo, así que trataría de disuadir a las autoridades para dejar de seguirle la pista al mafioso.
⚠
Kanawut decidió cambiar la ubicación de su residencia y ahora tenía una gran casa en un poblado tranquilo, sin mucho bullicio, con enormes montañas que veía cada mañana a través de la ventana.
-Buenos días, bebé.- murmuró Mew cuando vio a su novio despertar y removerse entre sus brazos.
Gulf levantó su cabeza y fue recibido con un dulce beso en los labios, cosa que lo hizo sonreír ampliamente.
-Gracias por elegirme, amor.- dijo el menor sonriendo encantado con que Mew fuera lo primero que viera al despertar.
-Como no elegirte, si en ti encontré el amor.- se sonrieron y unieron sus labios en un amoroso beso, compartiendo todos los hermosos sentimientos que sentían por el otro.
Tal vez Mew había tenido que renunciar a su trabajo, pero seguía haciendo lo que le gustaba, ayudando a su novio a buscar a las personas malas.
Pero todo valía la pena si podía estar con el hombre que amaba y con el que estaba seguro que pasaría el resto de su vida.
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Hola de nuevo! La foto de aquí arriba es la portada en si del one-shot, además de la inspiración.
Este capitulo esta inspirado por mil tiktoks con esta temática, dejare unos links aquí abajo:
https://vm.tiktok.com/ZMdw6Fd5A/
https://vm.tiktok.com/ZMdw6dAK5/
La idea me encanto, pero no se que tanto me gusto el resultado. La verdad me costo mucho terminarlo, supongo que porque lo inicie cuando estaba enferma, pero aun así quise terminarlo.
Espero que les haya gustado y lo apoye, coméntenme que les pareció y si tienen alguna sugerencia de idea pueden mandarla en el grupo de WhatsApp o por privado aquí mismo.
Gracias por el apoyo, wuv u.💜💜
Nota extra: Este lunes ya vuelvo a clases y no se que tan pesado estará, así que no estoy segura de si podre seguir con las actualizaciones semanales. Igual si no llego a subir, lo anunciare aquí en mi perfil y en el grupo. Espero me entiendan y sean pacientes conmigo porque yo no quiero dejar de hacer esto.
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