Coffee Shop 2
Después de que Mew dejara a Gulf en su casa, este último se dio una relajante ducha, donde se puso a pensar en todo lo que había pasado.
Quería gritar a todos que Suppasit lo quería, que lo había hecho suyo de la mejor manera posible. Sentía que estaba soñando por tener la oportunidad con el hombre más famoso de Tailandia y al que todos querían conquistar, sumándole que él ni siquiera se esforzó en enamorarlo.
Gulf durmió de maravilla esa noche, pues además de que al día siguiente no tenía que trabajar, saber que Mew iría a su casa lo emocionaba, no tendría que preocuparse de que alguien lo viera y podían hacer tantas cosas estando en su departamento.
Mew por su parte llegó a su departamento feliz, finalmente había encontrado esa persona que lo hiciera tan feliz. Aunque le había costado un poco conseguir estar con el, le hacia feliz ser correspondido, porque sabia que ambos sentían una verdadera atracción, mas allá de solo sexo.
Ambos despertaron con emoción, aun cuando el mayor tenía que trabajar hasta medio día en la cafetería, viendo papeles, firmando algunas cosas para los pedidos y demás. Toda la mañana el moreno fue de compras para la comida especial que quería prepararle al empresario.
Cerca de las 11:30 Gulf ya había terminado el fetuccini que sabía que a su jefe le gustaba, ahora se encontraba haciendo un pastel, aunque sabía que el pálido era mucho mejor cocinando, quería hacer eso por él, para consentirlo.
No se dio cuenta de que ya era medio día, hasta que el timbre lo sacó de su concentración.
-Mierda.- masculló viendo como estaba algo manchado de harina y la cocina era un desastre. -Lo mío no es la cocina.- se burló de sí mismo.
Con algo de pena de su apariencia corrió hasta la puerta y abrió, Mew vestía un pantalón negro y una camisa blanca, arremangada, dejando ver sus brazos con venas y cargando un ramo de girasoles.
-Hola, Gulf.- lo saludo con una enorme sonrisa al ver que el menor no se movía.
-Lamento que me veas así, estaba cocinando un pastel para ti.- apenado bajo la cabeza, pero el pálido se acercó y lo levantó tomándolo por la barbilla para darle un beso en los labios.
-A mi me pareces hermoso de cualquier forma.- afirmó el empresario dejando un beso en la mejilla del menor. -Te traje estos girasoles, espero te gusten.-
-Son hermosos, Mew, muchas gracias.- Gulf se sonrojo y tomó el lindo arreglo.
-Me alegra que te gusten.- el pálido no había estado seguro si los girasoles eran lo suficientemente lindos. -¿Necesitas ayuda con el pastel?.-
-No te preocupes, ya solo me faltaba la crema para decorarlo.- el menor se encaminó de nuevo a la cocina, buscando un florero para que las bellas flores durarán mucho más tiempo. -Puedes quedarte aquí a ver o puedes esperar en la sala.-
-Prefiero verte cocinado, te extrañe hoy en el trabajo.- confesó el mayor viendo a su pequeño sacar un par de cosas para batir la crema.
-Yo también te extrañe, Mew.- admitió el menor con las mejillas sonrojadas.
-¿No te sientes adolorido?.- preguntó curioso, pues para ser la primera vez de Gulf, no había sido muy gentil.
-Estoy bien, tome un analgésico anoche y funciono bien.- comentó el moreno batiendo la mezcla que tenía en un bowl.
-Me alegra escuchar eso.- el empresario se acercó a donde estaba el menor y se recargo en la barra, justo a su lado. -Cuánta concentración.- lo molesto.
-Déjeme trabajar, señor yo se hacer todo bien con esas manos mágicas.- se quejó el pelinegro sacándole la lengua.
-¿Mis manos son mágicas?.- Gulf asintió, poniendo toda su atención en el trabajo que hacía. -Pues se de alguien que ayer disfrutó mucho de la magia de mis manos.-
-Sabes que si lo disfruté mucho.- con algo de valentía se volteo para unir su mirada a los lujuriosos ojos que lo veían con hambre. Pero antes de que este se le acercara, habló. -¿Quieres probar la crema?.-
-Claro, bebé.- respondió sin dudar el mayor. Pero al contrario de lo que esperaba, Gulf tomó crema en su dedo y se lo puso en los labios, manchándolos con la sustancia. -Tu de verdad...- se quejó Mew, pero sin dudar se acercó más al chico y con un brazo rodeó su cintura, con el pulgar embarro la crema en esos gruesos labios lascivos.
Gulf jadeaba ante los calientes toques. El empresario dejó de jugar con la crema cuando creyó que era suficiente y llevó su dedo hasta su boca para saborear la crema.
-Yo quería dejarte descansar hasta la noche, pero lo estas haciendo muy difícil para mí.- gruñó Mew cerrando los ojos, con sus alientos chocando, sus narices rozándose, la tentación creciendo cada vez más.
-Nunca te pedí que me dejaras descansar.- jadeó el menor sosteniéndose de los anchos hombros del mayor.
Mew sonrió ante la lujuria escondida en los bellos ojos ámbar de su empleado. Con habilidad les dio la vuelta, dejando a Gulf contra la encimera, amos viéndose con anticipación, usando su fuerza lo sentó sobre el mueble.
Sus miradas viajaban desde sus ojos hasta los labios ajenos, con el calor subiendo cada vez más. No se resistieron más y unieron sus labios con pasión, Gulf enredando sus manos en el castaño cabello y Mew apretando la fina cintura que lo volvía loco cuando el chico usaba el uniforme del café.
El empresario succionó el hinchado labio inferior del moreno, saboreando toda la crema en él, pasando su lengua de forma sensual, provocando más al chico.
Fue el menor quien se alejó un poco, volteando la cabeza en busca de algo que al pálido no le importo, ya que decidió poner su total atención en el hermoso cuello que quedó a su completa disposición. Mordió la morena piel, succionándola para dejar algunas marcas rojas.
Sintiéndose travieso, Gulf alargó el brazo y tomó un poco más de crema, alejando a su jefe para poder poner el dulce sobre su labio inferior. Mew se dejaba hacer, pues no podía negar que le gustaba que su chico tomara la iniciativa.
De pronto sus labios se vieron atacados por el moreno, esta vez el mordió y succionó el dulce labio inferior del pálido, amando el sabor de la crema junto al natural del mayor.
Poco después Mew volvió a atacar el moreno cuello que le había encantado degustar, que además hacía temblar al receptor. Mordía desde su mandíbula, su cuello y parte de sus clavículas que se dejaban ver con la camiseta café que el menor portaba.
-Esta delicioso, bebé.- jadeo el mayor sobre los rojos labios ajenos.
Sonriendo se volvieron a besar, enredando sus lenguas con placer. Mew metió sus manos debajo de la camiseta del menor y tocó su fina cintura, subiendo hasta su pecho, donde se detuvo a apretar los sensibles pezones del chico.
-Oh Mew.- suspiró Gulf arqueándose ante el toque tan placentero.
-Me encanta que seas tan receptivo ante mis toques.- gruñó encantado el castaño, jalando las pequeñas protuberancias entre sus dedos.
-Eso es porque me gustas, es porque eres tú quien me toca así.- gimió el menor. A pesar de que lo habían hecho el día anterior, él ya estaba listo y ansioso por volver a repetirlo.
-Y seré el único que te vea de esta forma, solo yo puedo poseer tu sensual cuerpo.- con posesividad tomó al menor de la cintura y se pegó a él, juntando sus pechos, jadeando justo en la boca del otro. -Ahora quiero probar un poco más de esa deliciosa crema que hiciste, ¿puedo?.- preguntó de forma coqueta, mordiendo más el cuello del moreno, marcándolo aún más para que al día siguiente quien lo viera sepa que tiene dueño.
-Si, Mew.- aceptó Gulf entre suspiros cargados de placer.
-Pero primero voy a quitar esta estorbosa prenda.- con lentitud subió la camiseta café, dejando a la vista el abdomen ligeramente abultado del moreno, inclinándose para besarlo, subiendo conforme la prenda dejaba más a la vista, deteniéndose a probar los rosados pezones que se encontraban duros por el juego previo.
Tomó uno en su boca y succiono, mordió y lo acarició con su lengua. Sus manos siguieron subiendo la prenda hasta que Gulf pudo sacarla por completo, lanzándola por algún lugar de la cocina.
-Creo que esto sabría mejor con un poco de crema.- mencionó Mew alejándose un poco del pecho del chico, el cual estaba agitado y sonrojado, esperando que el mayor le diera más placer.
Sin decir ni una palabra, el pálido tomó un poco de crema en sus dedos y la pasó por ambos pezones, dejándolos completamente blancos.
-Se ven perfectos así.- fueron las coquetas palabras del castaño, admirando su obra de arte.
-Por favor, Mew.- rogó el moreno moviéndose inquieto en la encimera. -Quiero más.-
-Tus deseos son órdenes, mi hermoso bebé.- el pálido atacó de nuevo los sensibles botones, tomando uno en su boca y llevando su mano libre al otro, apretándolo, embarrando toda la crema.
-Ah ah Mew.- cortos gemidos salían de la boca del pelinegro, completamente encantado con la forma en que su jefe jugaba con su pecho.
Cuando dejó limpio uno de las protuberancias, pasó a meter en su boca la otra, llevando sus manchados dedos a la boca del menor, acariciando primero sus labios hasta que este los separó un poco para dejar los falanges entrar y los chupó con avidez.
-Eres tan delicioso, bebé.- dijo el empresario una vez dejó ambos pezones limpios de la crema, pero Gulf fue más rápido y lo atrajo a su labios de forma apasionada, compartiendo su sabor mezclado con la dulce crema blanca.
-La comida se va a enfriar.- jadeo el menor sobre los labios ajenos.
-Ya debe estar fría, así que seguiré comiendo este delicioso postre que tengo aquí.- a Mew no podía importarle menos la comida, él quería volver a tener a Gulf, quería hacerlo suyo otra vez. -Solo que esta vez quiero hacerte el amor como debería, sobre una cama, de forma lenta, adorando cada parte de tu hermoso cuerpo.- pasó sus manos por toda la anatomía del menor, apretando de vez en cuando, haciendo al chico suspirar.
-Vayamos a mi habitación, quiero que me hagas tuyo ahora y siempre.- aunque estaba dejando sus sentimientos a la luz con esas palabras, poco le importó pues el empresario sonrió encantado antes de darle un dulce beso en los labios.
-Guíame, bebé.- Mew lo tomo fuerte por los muslos para cargarlo, por lo que el moreno enrollo sus brazos en el cuello ajeno para sostenerse.
-Es la puerta de la izquierda.- dijo Gulf cuando el castaño ya lo llevaba por el pasillo.
Sin mucho esfuerzo el pálido abrió la puerta y cuando la cerró recargó ahí el suave cuerpo del chico, volviendo a abusar de sus rojos labios, pues amaba su sabor y textura, además de que él sería el único que pudiera hacer eso con él.
-¿Tienes lo que necesitamos, bebé?.- preguntó el mayor besando todo el torso expuesto frente a él.
-Tengo lubricante, pero quisiera hacerlo sin condón, quiero sentirte en mi interior, que me marques con tu esencia.- para este punto Gulf ya no tenía pena, solo quería mas y mas placer.
-No es seguro, bonito.- mencionó, tomando entre sus grandes manos el redondo trasero del menor.
-Estoy limpio, recuerda que pides esos estúpidos análisis para entrar a tu cafetería.- le recordó el moreno.
-Se que estas limpio, porque eres al único que le he pedido esos papeles, porque tu, mi pequeño hermoso, llamaste mi atención desde el día que vi tu foto en el currículo.- confesó el empresario, marcando cada centímetro del cuello y las clavículas del moreno.
-¿Entonces para que me los pediste si no piensas tomarme así?.- preguntó Gulf, porque en realidad no le sorprendía, ahora que Mew le había confesado que desde el primer momento le llamó la atención. -¿Oh acaso tu estas enfermo?.- la preocupación lo atacó repentinamente.
-No, bebé, yo también estoy limpio, me hice los análisis la semana que entraste.-
-Entonces cállate y hazme el amor, no te dejaré ir hasta que sienta como te corres dentro de mi.- afirmó el pelinegro tomando su cara con firmeza, para que en sus ojos viera su seguridad y decisión.
Mew sonrió encantado, su pequeño podía ser muy sumiso y muy mandón al mismo tiempo y sinceramente le encantaba.
-Me vuelves loco.- mencionó el empresario con placer.
-Quiero volver a sentirte en mi, quiero montarte hasta que te corras en mi.- jadeo el menor por la forma en que el mayor apretaba su trasero por sobre la ropa.
-Mierda, ¿Por qué ahora eres tan descarado?.- preguntó con algo de diversión el castaño.
-Porque eres muy lento y yo quiero volver a sentirte mío.-
-Soy tuyo desde el momento en que entraste corriendo a la cafetería el primer día.- afirmó el mayor dando suaves mordidas por la mandíbula del menor.
-Entonces llévame a esa cama y déjame volver a sentir esto en mi.- con cuidado bajo su mano entre sus cuerpos hasta toparse con el notable bulto del pálido.
La mano que masajeaba su erección sobre la ropa se sentía tan bien, pero quería más, tantos juegos ya los tenían al límite. Por lo que volvió a unir sus labios de forma apasionada, caminando hasta la cama aún cargando a Gulf.
Con cuidado fue recostando al menor sobre el colchón, pegándose a su cuerpo pero sin aplastarlo. Mew movió sus caderas para friccionar sus miembros cubiertos por sus pantalones.
Gulf se encargó de desabotonar la hermosa camisa del mayor, de forma rápida la saco por los brazos de este, lanzándola lejos de su vista, para poder acariciar todo el fornido pecho del pálido. No hubo pedazo de esa blanca piel que no fuera recorrida por las manos de Gulf, incluso se detuvo a jugar con los pezones, jalándolos tal y como el mayor lo hizo.
-No parece que sea el primer hombre en tu vida.- dijo Mew con ciertos celos por lo bien que se sentían las caricias del menor por todo su cuerpo.
-Que no haya estado con otro no quiere decir que no se complacer mi cuerpo, solo te hago lo que me gusta a mí.- explicó el menor con una sonrisa feliz por los celos y posesividad de su hombre. -Por ejemplo, me gusta esto.- sin vergüenza puso su mano sobre la hombría ajena y la apretó varias veces.
-Oh Gulf.- gruñó el empresario. -Aquí el que manda soy yo.- volviendo a su dominio, Mew tomo las manos del menor y las sostuvo sobre su cabeza, entrelazándolas para poder retenerlo con solo una de sus manos, pues la otra se ocupaba de desabotonar el pantalón negro del menor.
Gulf no se quejó, pues sabía que pronto obtendría lo que quería, se dejó desnudar y se mantuvo quieto ante la lujuriosa mirada del mayor.
-Tu cuerpo es hermoso, bebé.- dijo el mayor completamente embelesado con la vista. Gulf completamente desnudo sobre las blancas sábanas que hacían un bello contraste con su piel morena, agitado, sudando levemente y con sus lujuriosos labios entreabiertos para recuperar el aliento.
-Pero yo también quiero verte sin esa ropa, que aunque te queda perfecta, como todo, ahora me molesta que la tengas puesta.- se quejó el menor alargando sus manos para empezar a desabotonar el pantalón negro del pálido.
-Estoy de acuerdo, esto ya estorba.- se puso de pie frente a la cama y bajó la atenta mirada del moreno, deslizó el pantalón por sus piernas, quedando es un ajusto boxer negro.
-Eso también, Mew.- el menor señaló la única prenda que cubría el escultural cuerpo que tiene el mencionado.
-Estas muy ansioso a pesar de que lo hicimos anoche.- se burló el empresario con diversión, quitándose el bóxer finalmente, dejando a la vista su dura masculinidad, la cual acarició un poco.
-Es tu culpa por ser tan guapo y tierno a la vez, ahora ven aquí que quiero besarte.-
Mew se acercó con una sonrisa en el rostro, tomando lugar entre las piernas del menor, pegando sus cuerpos de forma que sus miembros se tocaban en cada movimiento.
-Estás siendo más delicado que ayer.- comentó el menor cuando el castaño comenzó a besar sus muslos, mordía con suavidad y dejaba marcas rojas.
-Te dije que hoy te haría el amor como se debe, se que ayer tal vez fui un poco brusco, pero hoy quiero consentirte y saborear con calma tu cuerpo.- las palabras sonrojaron al pelinegro.
-Ah Mew.- gimió cuando este dio un lengüetazo en la punta de su húmedo miembro. Cuando menos se dio cuenta, el empresario ya estaba engullendo su miembro con pasión. - M-Mew ah Mew.- una de sus manos fue de forma inconsciente al cabello del castaño y enredó sus dedos ahí, empujandolo un poco para que tomará más de su erección en su húmeda boca.
Mew estaba encantado con el agridulce sabor en sus papilas, además de la forma en que Gulf gemía y se retorcía del placer.
-Basta, no más.- pidió el menor entre jadeos ahogados, pero el pálido no se detuvo, por lo que usando toda su fuerza los cambio de posición, dejando al mayor bajo el, sentándose justo sobre su pelvis. -Dije que ya no más.- el tono dominante de Gulf éxito aún más al otro hombre.
-¿Me quieres dentro?, ¿me quieres aquí?.- Mew estaba jugando con la paciencia de su pequeño, acariciando con la yema de su dedos la fruncida entrada.
-Mew por favor, te quiero dentro ya.- el pelinegro estaba a nada de llorar de la frustración.
-Necesitamos el lubricante.- mencionó el mayor amasando los suaves glúteos del menor.
-Toma.- Gulf apenas se estiró un poco y de debajo de la almohada sacó un tubo.
-Alguien estaba muy preparado para esto.- se burló Mew tomando el objeto para humedecer sus dedos y finalmente ir adentrando uno con lentitud.
-Cállate.- dijo el menor en un suspiro al sentir el dígito abrirse pasó en él.
-Cállame.- lo reto el empresario, recibiendo encantado los labios gruesos del pelinegro sobre los suyos. Justo lo que quería.
Sus lenguas se enredaban con pasión, acariciandose donde podían. Mew siguió preparando el cuerpo del moreno, lo cual fue fácil gracias a todos los juegos previos y lo excitado que el menor estaba.
-Es mi turno de hacer todo el trabajo.- Gulf detuvo la mano con la que el empresario lo penetraba y con cuidado hizo que sacara sus dedos.
-Adelante, bebé.- Mew recargo su espalda en la cabecera de la cama, dejando al moreno a horcajadas de él.
Gulf se levantó un poco y alineó la dura erección en él, bajando lentamente con ayuda del pálido que lo tenía tomado de la cadera.
-Te ves tan hermoso así.- suspiro el mayor enamorado. Porque si, estaba locamente enamorado y quería ser el único hombre que viera esa imagen sensual que el pequeño chico de ojos ámbar le regalaba.
Cuando Gulf tuvo todo el miembro del mayor dentro de él se quedó quieto, esperando acostumbrarse, apenas moviendo las caderas en círculos.
-Se siente mejor así, solo tu piel y la mía, me gusta.- Gulf podía percibir mejor el cálido miembro dentro de él, como éste pulsaba, haciéndolo desear que se corra en lo más profundo de su ser.
-Muéstrame que tanto te gusta sentirme en tu interior, hazme correr en ti, bebé.- el menor enrollo sus brazos en el cuello del pálido y comenzó un ritmo lento, subiendo y bajando con cuidado de no lastimarse.
Aunque el moreno era inexperto, Mew estaba encantado con lo que sentía, porque era Gulf con quien estaba, quería a ese hombre con locura y cada roce de su cuerpo le erizaba la piel.
Se besaron en todo momento, como si fueran adictos a los labios del otro. Acariciaron lo más que podían el cuerpo ajeno. Las embestidas fueron lentas pero certeras, placenteras para los dos.
-¡Oh Mew!.- gimió en alto el menor, corriendose y manchando sus pechos en el proceso.
-¿Quieres que te llene con mi esencia?.- preguntó Mew de forma obscena, mordiendo el pecho del moreno.
-Si, si, hazlo, marca mi interior con tu esencia.- suplico Gulf y unas cuantas embestidas después obtuvo lo que quería. Un líquido caliente se esparció por sus paredes interiores. -Mew.- jadeo.
-Ah Gulf.- gruñó el mayor cuando su orgasmo lo azotó, apretó el cuerpo del menor contra él, escondiendo su cabeza en el cuello del pequeño. -Te quiero.- susurro cansado.
-También te quiero, Mew.- Gulf de alejo un poco para verlo a los ojos. -¿Puedo pedirte algo, Mew?.- de repente los nervios volvieron al menor.
-Dime, bonito.- con cuidado ayudó al moreno a levantarse un poco para sacar finalmente su miembro y así no lastimarlo después.
Se recostaron en la cama, con Gulf sobre el pecho del pálido, jugando con su dedo sobre la blanca piel.
-¿Podemos ser novios?.- preguntó con timidez.
-Oh bebé, claro que podemos, es lo que quiero desde que te vi, ¿porque lo preguntas de esa forma?.- cuestionó Mew acariciando la espalda del menor.
-Porque tú eres alguien famoso, tienes una reputación que cuidar.- respondió Gulf con pena.
-¿Te has visto?, eres hermoso, claro que quiero que me vean contigo para que me tengan envidia por tener al hombre más hermoso a mi lado.- el pelinegro se sonrojo con las hermosas palabras.
-Eres el mejor.- Gulf se levantó un poco y dejó un suave beso en los labios del mayor.
-Te quiero demasiado.- Mew lo apretó en un fuerte abrazo y ambos se rieron.
-¿Te quedarías a dormir?.- preguntó el moreno haciendo unos lindos ojitos para convencer a su novio.
-Pensé que no lo pedirías y tendría que obligarte a que me dejaras quedar.- dijo con diversión el empresario. -Traje en mi auto una pequeña maleta con ropa para ir mañana al trabajo, así que si, claro que me quedaré.-
-Ahora vamos a comer porque muero de hambre.- aunque estaba cansado, el estómago de Gulf hacía graciosos ruidos por la falta de alimento.
-Vamos a alimentar esta hermosa pancita.- Mew acarició el bultito en el abdomen del menor y este sonrió.
Después de unos minutos relajándose, se dieron una ducha juntos, limpiándose mutuamente con sonrisas enamoradas en el rostro.
Por la tarde vieron películas y finalmente se fueron a dormir, entre miles de besos y muchos 'te quiero'.
☕
A la mañana siguiente desayunaron, se vistieron y en el auto del mayor salieron rumbo a la cafetería.
-Mew.- lo detuvo el menor antes de que este saliera del auto, pues ya habían llegado.
-¿Qué pasa, bebé?.- preguntó preocupado por la cara nerviosa del menor.
-No quiero que nadie del trabajo sepa que somos novios.-
-¿Porque, cariño?, entiende que no me da pena que me vean contigo.- afirmó el mayor sus palabras de la noche anterior.
-No es por eso, solo no quiero que los demás empleados piensen que por eso me tratas mejor y que solo te quiero por tu dinero o para conseguir un mejor puesto.- explicó Gulf nervioso de la reacción de su novio. -Yo te quiero enserio.-
-Lo sé, mi cielo.- aseguró el empresario.
-Por eso no quiero que todos piensen mal de mi.-
-Esta bien, por ahora no lo diremos y tratare de controlarme cuando te tenga cerca, pero si en algún momento ya no lo soporto te voy a besar frente a todo mundo.- Mew lo entendía y hasta cierto punto le preocupaba cómo tratarán a Gulf si decían sobre su relación, pero tampoco se escondería toda la vida solo por el que dirán.
-Gracias, Mew.- suspiro el menor notablemente más relajado.
-Pero quiero un beso antes de bajar del auto.- Gulf sonrió y se inclinó sobre el asiento para tomar los labios del mayor entre los suyos, sin ser conscientes de alguien que los veía desde la puerta del local. -Sabes, igual descubrirán que estás con alguien, con tantas marcas rojas a la vista.- antes de recibir alguna queja, Mew corrió fuera del auto.
-Me las vas a pagar.- el menor no estaba enojado, no podía estarlo con su novio, además que le había encantado cuando lo llenó de marcas posesivas.
Con una sonrisa en los labios bajó del auto, poniéndole el seguro antes. Se adentro en el local y Mew le sonrió antes de perderse en su oficina.
Aunque Gulf había abotonado su camisa blanca hasta arriba, algunas marcas en su cuello aún eran visibles y sabía que todos las notaban. Pero no había habido problema alguno, hasta dos horas más tarde.
-Eres un oportunista.- escucho Gulf a alguien detrás de él, mientras él estaba preparando un café frío.
-Disculpa, ¿me hablas a mi?.- preguntó el menor volteando, para encontrarse con uno de los empleados, nunca había hablado con él, pero sabía su nombre. Kaownah, pero todos le dicen Kao.
-A quien más le diría oportunista si no es a ti.- comentó con evidente enojo el chico. -Seguro quieres aprovecharte de Mew y robarle su dinero o hacerte famoso a costa de él.-
-Detente, Kao.- gritó alguien más llegando hasta donde Gulf se encontraba. -Déjalo en paz.- de forma protectora, Mild se colocó frente al menor y lo cubrió.
-Esto no quedará así, voy a separarte de Mew, eso tenlo por seguro.- Kao vio al moreno con rabia y se dio la vuelta para continuar su trabajo.
-¿Estás bien?.- le preguntó Mild a Gulf, el cual seguía procesando todo lo que acababa de pasar.
-Si, estoy bien, gracias Mild.-
-No agradezcas, además no le prestes atención a Kao, él solo está celoso porque tiene dos años queriendo conquistar a Mew y este no le hace caso.- explicó el de menor estatura.
-¿Y porque piensa que tengo algo con Mew?.- preguntó Gulf con nerviosismo.
-Cuando llegué esta mañana, vi que Kao estaba viendo por el ventanal y me acerque a curiosear, me di cuenta que estaba espiando a Mew, lo cual es normal en él, pero su furia estalló cuando te vio con el en su auto y mas cuando se besaron.- contó el carismático chico.
-Demonios.- masculló el moreno con preocupación.
-Por mi no te preocupes, soy amigo de Mew desde hace años y me agrada que encontrara a alguien que lo haga feliz.-
-Gracias por el apoyo, Mild, pero no queríamos que nadie lo supiera.- suspiró con pesar.
-Yo no diré nada, es decisión de ustedes decirlo o no, pero con Kao no podría asegurarte nada.- Mild conocía muy bien a Kao, pues este en el pasado se había encargado de pasar el rumor de que él y Mew eran pareja o se acostaban de vez en cuando, lo cual el jefe negaba cuando se lo contaba.
-Tendré que hablar con Mew.-
-Deberías, no sabemos de que es capaz el loco de Kaownah.- Mild palmeo el hombro del menor en señal de apoyo.
-Iré a su oficina, aprovechando que no hay casi clientes.-
-Adelante, yo te cubro.- Gulf hizo una reverencia corta como agradecimiento y caminó hasta la oficina de su novio.
Los suaves toques en la puerta llamaron la atención de Mew, pues estaba leyendo algunos papeles de la futura sucursal que quería abrir.
-Adelante.- gritó el castaño viendo a la puerta, donde apareció el menor, haciéndolo sonreír. -¿Que te trae por aquí, bebé?.- preguntó poniéndose de pie para abrazar al menor una vez este cerro la puerta.
-Quiero contarte algo que acaba de pasar con Kaownah.- respondió Gulf enredando sus brazos en el cuello del mayor.
-Ah, ¿ahora que hizo o dijo sobre mi?.- cuestionó el pálido en un suspiro con pesar.
-Nos vió besándonos en el auto, igual que Mild, pero Kao me dijo que era un oportunista y que haría todo para separarte de mí.- contó el pelinegro dejando su cabeza descansar en el hombro ajeno.
-No te preocupes por él, tiene una extraña obsesión conmigo y cree que tenemos algo, pero yo solo te quiero a ti.- aseguró el mayor besando la mejilla del menor.
-¿Porque no lo despides?, si sabes que tiene una obsesión contigo, lo mejor seria alejarlo.-
-Lo sé, pero es un excelente trabajador y no ha hecho nada grave, por lo que no hay motivos para despedirlo, si lo hiciera él podría demandarme.- explicó el empresario acariciando la fina cintura de su novio.
-Oh entiendo, solo quería que supieras lo que paso.- comentó el menor aun algo intranquilo.
-Esta bien, gracias por contarme, bebé.-
-Debería volver a trabajar.- dijo Gulf tratando de alejarse de los fuertes brazos de su novio.
-Pero ya que estás aquí, ¿no quieres ver algo interesante?.- preguntó el castaño de forma coqueta.
-¿Qué cosa?.- cuestionó curioso.
-Primero tenemos que asegurar la puerta.- el menor vio extrañado a su novio, este fue a cerrar la puerta con seguro y cuando volvió tomó su mano y los guió hasta estar frente a la computadora, donde se sentó en su silla. -Siéntate en mis piernas.- indico y con curiosidad Gulf acato la orden.
Gulf se sonrojo un poco cuando Mew rodeó su cintura y lo acomodo mejor sobre él, de frente a la computadora.
-¿Qué quieres mostrarme?.- preguntó el pelinegro viendo como el mayor hacía click en varias cosas.
-¿Recuerdas que dije que hay cámaras por todo el lugar?.- el castaño sonrió al sentir el cuerpo de su novio estremecerse por sus palabras, ahora consciente de lo que quería mostrarle.
-Si, lo dijiste esa noche que estuvimos juntos.- afirmó el moreno.
-¿Y no quieres ver la grabación?.- preguntó el empresario de forma coqueta, mordiendo el lóbulo de su oreja.
-¿Ahora?, tengo que trabajar, Mew.- Gulf quiso ponerse de pie, pero el fuerte brazo del mayor lo detuvo.
-El jefe te está dando permiso de saltarte unas horas del trabajo.-
Sin decir más el video comenzó a reproducirse en la pantalla, donde se vio a ambos hombres aquella noche que se habían entregado a la pasión. No había sonido, pero solo con ver las imágenes era suficiente para tener al menor sonrojado.
-¿Por esto es que no has salido de la oficina en todo el día?.- preguntó Gulf sin despegar su vista del video.
-Bueno, alguien se veía muy lindo ese día, siendo tímido y todo sonrojado, temblando ante mis toques.- gruñó el mayor.
-Detente, no quieras provocarme.- rogó el moreno. Su cuerpo comenzaba a calentarse con las imágenes y la mano del mayor que comenzaba a acariciar su abdomen, bajando poco a poco.
-Pero si quiero provocarte.- confesó Mew posando su mano justo sobre la semi erección del menor.
-Mew.- jadeo con sorpresa, pero antes de que pudieran hacer algo más, la puerta fue tocada de forma ruda.
-¿Quién es?.- preguntó el empresario dando cortos besos en el cuello de su novio.
-Soy Kao, trajeron alimentos que pidió y quieren que firme la hoja de recibido.- el pálido gruñó con frustración, pues ya estaba listo para hacer algo interesante con su pequeño.
-Tienes que trabajar, al igual que yo, vayamos juntos a mi casa esta noche, terminemos esto ahí.- Gulf se puso de pie y se inclinó a besar los labios del mayor.
Mew no desaprovecho la oportunidad y se puso de pie para tomar con pasión los rojos labios del menor, pidió acceso a su cavidad y fue recibido con gusto por el húmedo músculo ajeno.
-Esta noche no te salvas de mi.- advirtió el empresario acomodando un poco su ropa.
-Llevamos haciéndolo dos noches seguidas, ¿Cuándo me dejarás descansar?.- preguntó con diversión el moreno.
-Nunca, estoy encantado con tu cuerpo, con tu personalidad, me encantas tanto que quisiera estoy todo el día contigo desnudo entre las sábanas.-
-Mew, eres un descarado.- se quejó Gulf con el rostro sonrojado.
-Pero soy tuyo.- Mew dejo otro corto beso en el menor. -Esta noche iremos a mi casa.-
-Esta bien.- aceptó el pelinegro.
El primero en salir fue el mayor, dejando ver a Kao, quien vio de pies a cabeza al menor, de una forma despectiva. Aunque este no le dio importancia, salió de la oficina.
-Sabes.- comenzó a hablar Mild cuando Gulf llegó a su lado. -Kao supo que estabas en la oficina con Mew y fue a interrumpirlos, el mismo pudo firmar el papel de recibido.-
-Ese chico en serio me odia.- suspiró el menor con pesar.
Esa noche, como Mew prometió, volvieron a hacer el amor, pero esta vez en casa del mayor.
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Una semana pasó de forma rápida, la pareja estaba feliz, cada noche hacían el amor. Kao seguía con sus comentarios sarcásticos y feroces hacia Gulf, pero este no le tomaba importancia.
-Mild, ¿Dónde está Kao?.- preguntó el menor buscando con la mirada al chico. -Pidieron un café que solo él sabe hacer.-
-Creo que dijo que tenía algo que hablar con Mew y fue a su oficina.- respondió Mild. Algo dentro de Gulf tembló, tenía un mal presentimiento al respecto.
-Gracias, Mild.-
-Déjame ayudarte con ese café, así no dejamos al cliente esperando.- ambos chicos se pusieron manos a la obra y unos minutos después pudieron entregar el pedido.
Dentro de la oficina de Mew comenzó a escucharse mucho ruido, como gritos y cosas golpeando.
-¿Qué estará pasando?.- preguntó Mild preocupado y Gulf temía saber que podía suceder ahí.
De repente la puerta de la oficina se abrió y Kaownah salió hecho una furia, lanzando su delantal por algún lugar del local.
-Te odio, Gulf Kanawut.- esculpió enojado al menor, parándose justo frente a él y yéndose justo después.
-¿Que demonios paso?.- Mild estaba sorprendido con lo que acababa de ver y por lo visto Gulf también, pues este estaba quieto, como en shock.
Mew salió de su oficina, buscando a su novio con la mirada y cuando lo encontró corrió a él para abrazarlo.
-Lo siento tanto, bebé.- se disculpó con pesar.
-¿Que paso?.- preguntó algo preocupado el menor.
-Kaownah entro a mi oficina reclamándome de que lo engaño contigo, le dije que entre él y yo no hay nada y se lanzó a besarme con la excusa de que si lo hacia yo dejaría de pensar que te amo a ti y estaría con él.- explicó el empresario, internamente nervioso por la reacción de su novio.
-¿Me amas, Mew?.- preguntó con sorpresa Gulf.
-Te amo demasiado y se lo dije a Kao, pero solo se enojo mas, así que hice lo que debí hacer hace tiempo, despedirlo.-
-Hiciste bien, amigo.- dijo Mild dándole su apoyo a sus dos amigos.
-Gracias por ser sincero conmigo y decírmelo.- dijo el moreno acariciando el cabello del pálido. -También te amo.-
-¿No estás enojado conmigo?.- cuestionó Mew separándose un poco para ver a su novio a los ojos.
-No podría cuando has sido tan sincero conmigo y me has dicho que me amas, además despediste a Kao, sé que él estaba algo obsesionado contigo, tu no tienes la culpa de eso.- las palabras tranquilizaron al mayor.
-Eres el mejor, bebé, te amo.- sin importarle quien los veía tomó al menor en brazos y les dio vueltas, besando al final sus hermosos labios.
-Hacen una hermosa pareja.- comentó una chica que estaba tomando su café con unas amigas.
-Gracias.- dijo el mayor sonriéndole, abrazando fuertemente a su chico.
-Finalmente serán felices sin esconderse o preocuparse de ese loco.- dijo Mild con algo de diversión.
-Finalmente felices.- repitió Gulf viendo con todo su amor al mayor.
-Para siempre, mi hermoso novio.- se sonrieron con completa felicidad y volvieron a besarse, sellando su amor y dejándoles en claro a todos que nadie podría separarlos.
La cafetería los había unido, pero era su amor el que los ayudaría a permanecer juntos por mucho tiempo, amándose y aceptándose. Porque ahora eran ellos dos contra el mundo.
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Sorpresa! Traje este capitulo hoy porque estoy celebrando mi cumpleaños #21!!!🎉🎉🎉
Esta parte me la habían pedido algunas personas y pensé que seria una buena idea traérselas como regalo en mi día especial.
La verdad me costo demasiado hacerla porque no tenia idea de que escribir, además del poco tiempo que tuve para hacerlo. En dos días lo escribí y me tomo otro corregirlo. Por eso me disculpo si no es tan bueno como esperaban.
Ojala les haya gustado y le den todo su amor a esta segunda parte, casi un año después de la primera 😅😅
Nos leemos la otra semana. Wuv u💜
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