Apuestas y Piercings
El grupo de amigos estaba en la casa de Zee, festejando que habían terminado finalmente la universidad y no tendrían que volver a ese horrible lugar nunca más.
-Vamos a jugar verdad o reto.- anunció Mild llamando la atención de todos los presentes.
-Si, vamos.- gritó Nunew con emoción.
Todos los chicos hicieron un círculo y pusieron una botella en el medio, con el fin de decidir a quién le tocaría escoger entre decir una verdad o cumplir un reto.
El primero de los 7 en girar la botella fue Mild, pues él había sugerido el juego para darle emoción a la noche.
En la primera vuelta apuntó a Kaownah y a Nunew, siendo este último el que tenía que escoger entre verdad o reto.
-Dime, Nunew, ¿verdad o reto?.- preguntó el hombre de piel ligeramente morena.
-Mierda.- masculló Nunew. -Elijo reto.- dijo finalmente.
-De acuerdo.- afirmó Kaownah asintiendo mientras pensaba en que pedirle que hiciera. -Te reto a tomar 3 shots de tequila.- dijo finalmente.
-Nunew tendrá tremenda resaca mañana.- canturreó Gulf riéndose de las caras que hacía su amigo al tomar el cálido líquido.
-Lo bueno es que ya no tendremos clases nunca más.- gruñó el Nunew pasándose el último shot de tequila.
-Ahora es tu turno de girar la botella, Nunew.- indicó Boat pasándole el objeto al chico ya ebrio.
-Vamos.- gritó el pálido dándole vuelta a la botella y está apuntó a Zee y a Max, dejando al primero con la decisión de cumplir un reto o decir una verdad.
-Vaya, justo lo que quería.- dijo Max viendo a su amigo con malicia. -Escoge, Zee, ¿verdad o reto?.- preguntó.
-Contigo cualquiera de las dos opciones es un reto.- la voz del que recibiría el castigo sonaba nerviosa, incluso en su mirada se podía notar el nerviosismo. -Escojo verdad.- suspiró.
-¿Es verdad que tienes 4 años enamorado de Nunew?.- preguntó Max sin rodeos, directamente a lo que quería saber.
-Oye, ¿no te pasaste un poco con esa pregunta?.- cuestionó Gulf demasiado sorprendido por aquella pregunta.
-Si, he estado enamorado de Nunew desde el primer día de clases, hace 4 años.- confesó Zee jugando nerviosamente con sus manos.
-Ese es mi amigo.- animó Mild palmeando el hombro de su amigo.
-Ya, ahora es turno de Zee de girar la botella.- indicó Kaownah para que dejaran de avergonzar a su sonrojado compañero.
Sin agregar nada más Zee giró la botella y esta volvió a apuntar hacia Kaownah y Nunew, en las mismas posiciones que en la ronda anterior.
-Nunew tiene mala suerte hoy.- se burló Mild, pues al nombrado le tocaría escoger de nueva cuenta si cumplía un reto o decía una verdad.
-Quiero reto, otra vez.- se adelantó a decir un Nunew algo borracho ya.
-Ni siquiera me dejaste preguntar.- se quejó Kaownah riéndose, al igual que el resto del grupo. -Te reto a besar a Zee por 20 segundos.- dijo con determinación.
-De acuerdo.- Nunew gateó hasta estar frente a Zee mientras todos veían con sorpresa la rápida aceptación de su amigo a cumplir aquel reto.
-Nunew, no tienes que hacer eso.- murmuró Zee terriblemente nervioso.
-Cállate, es mi reto y lo tengo que cumplir.- afirmó antes de tomar entre sus manos el rostro ajeno y unir sus labios.
Los demás presentes comenzaron a gritar emocionados, pues siempre supieron que entre aquellos chicos había algo especial, pero no se atrevían a decirlo.
-Creo que ya llevan más de un minuto besándose.- murmuró Gulf con diversión.
-Consíganse una habitación.- gritó Boat para que la parejita finalmente se separará.
Al alejarse, Zee estaba terriblemente sonrojado y Nunew tenía una sonrisa en el rostro. Se acomodaron uno junto al otro, cambiando las posiciones de todos.
-Me encanta este juego.- exclamó con emoción el que acababa de cumplir su reto. Tomó la botella y sin más la giró.
Dio varias vueltas antes de que esta apuntará a Gulf y a Mild, dejando al primero con la difícil decisión de si decir una verdad o cumplir un reto.
-Dime, querido Gulf, ¿verdad o reto?.- preguntó Mild con emoción.
-Saben que no tengo ningún secreto para ustedes, así que elijo reto.- Gulf siempre fue muy transparente con sus amigos y les contaba todo lo que sucedía en su vida, además de que siempre clamaba ser un chico arriesgado.
-Vamos a ver que podemos ponerle de reto al hombre "no le temo a intentar nada".- pensó Mild por un momento, aunque sabía bien lo que quería pedirle al chico de piel morena.
-Es verdad, saben que no le temo a hacer nada de lo que puedan pedirme.- afirmó Kanawut con una sonrisa de autosuficiencia.
-Te reto a hacerte las perforaciones de los pezones.- dijo Mild finalmente.
-Oye, se supone que debe ser algo que pueda cumplir aquí.- se quejó Gulf.
-Nadie dijo que debía ser cumplido aquí mismo.- se defendió el chico que dijo aquel reto. -¿O es que acaso te da miedo?.- preguntó con diversión.
-No tengo miedo de un tonto piercing.- afirmó Gulf, aunque por dentro moría de nervios.
-¿No es demasiado ese reto?.- preguntó Max.
-Si, Gulf ya nos había dicho que no le gustan ese tipo de perforaciones.- agregó Zee.
-Tranquilos, cumpliré este tonto reto.- aseguró Gulf viendo directamente a Mild. -¿Cuándo y en donde?.-
-Mañana a las 7 de la tarde en Sunflower Studio.- explicó Mild contento con haber logrado su cometido de la noche.
-De acuerdo, ahí te veré.- dijo Gulf.
-Oh no, yo no podré ir, pero te aseguro que estarás en buenas manos en ese lugar.- afirmó el chico de forma muy sospechosa.
-De acuerdo.- bufó Gulf resignado.
Siguieron jugando un par de rondas más, hasta que el alcohol hizo que les diera el suficiente sueño como para detenerse e irse a dormir a sus respectivas casas.
🌿🔥
Al día siguiente Gulf despertó con los nervios recorriendo su cuerpo, pues por más que había bebido, ese reto que aún tenía que cumplir no había salido de su cabeza y comprobó que ni su amigo Mild lo había olvidado, pues al tomar su celular notó un mensaje de él.
"Tu cita en Sunflower Studio está agendada a las 7, no faltes, créeme que sabré si no fuiste" fue el mensaje que Mild había dejado para el.
-Maldito juego.- se quejó frotándose los ojos para poder levantarse y comenzar su día, pues ya eran pasadas de las 10 de la mañana.
Al ser sábado no tenía que ir al trabajo, así que se dedicó a limpiar un poco su departamento y jugar videojuegos para distraer su mente, pues mientras menos pudiera pensar en lo que tendría que hacer, mejor.
Pero aunque quisiera, el reloj seguía avanzando y la hora de ir al estudio estaba a tan sólo 30 minutos de llegar.
-No debí aceptar ese reto.- bufó caminando al ropero para ponerse ropa más decente para ir al lugar.
Se coloco unos pantalones de mezclilla negro, una camisa de botones color azul y sus zapatos negros. Él solía siempre vestir muy bien, por lo que a veces sus amigos se burlaban de él diciendo que siempre parecía que iba a una pasarela de modas.
-¿En qué demonios me metí?.- se dijo viéndose al espejo. -Bueno, es una maldita perforación, nadie dijo que no puedo quitarmela después, aunque me vaya a doler como el infierno hacermela.-
Pasó su mano por su cabello con evidente frustración y después lo peino para verse más decente, saliendo finalmente de su casa pues ya se le estaba haciendo tarde para su cita.
Aprovechando que el estudio no estaba muy lejos, decidió ir caminando también para relajarse un poco y no llegar tan tenso a su cita.
El lugar era bonito, decorado con plantas, cuadros con dibujos elaborados, algunas luces cálidas y girasoles de fantasía. Tenía que admitir que se veía muy bien, aunque eso no quitaba para nada su nerviosismo.
-Buenas tardes.- saludó un hombre de piel pálida y cabello castaño.
-Buenas tardes.- saludó Gulf. -Tengo una cita a las 7 para una perforación.- comentó.
-¿Gulf Kanawut?.- preguntó el hombre de camisa negra, viendo algo en la computadora.
-¿Cómo sabe mi nombre?.- preguntó nervioso el moreno.
-Me lo dio el chico que hizo la cita.- respondió el pálido con una sonrisa burlona por los nervios de su cliente.
-Oh cierto.- murmuró Gulf con vergüenza.
-Yo soy Mew, soy el dueño del lugar y el que te atenderá el día de hoy.- explicó el hombre guiando al cliente hasta una habitación pequeña donde había un tipo de camilla, una mesa con varios objetos que Gulf no entendía para qué servían y otras cosas.
-¿Me va a doler?.- preguntó Kanawut mordiéndose el labio.
-Tal vez un poco, pero es un dolor soportable, más que nada sentirás como un ardor.- explicó Mew cerrando la puerta para que ninguno de los empleados o los otros clientes pudieran verlos. -¿Es tu primera perforación?.- cuestionó mientras se ponía los guantes de látex negro.
-Solo tengo una en mi oreja derecha, pero me la hice hace años.- respondió sentándose en la camilla.
-Mientras estés relajado no debe doler demasiado.- Mew acomodó algunos instrumentos que necesitaba y volteó a ver a su cliente, quien tan solo miraba al suelo mientras jugaba con sus manos. -Debes quitarte la camisa para esto.- comentó con diversión.
-¿Qué?.- preguntó el moreno saliendo de su estupor y sólo vio al dueño levantar una ceja mientras sonreía con diversión. -Oh sí, claro.- se apresuró a abrir su camisa, dejándola así.
Mew se quedó un momento en silencio, viendo el torso del chico en la camilla. Era delgado, pero bien formado, con abdominales levemente marcados y una piel morena muy hermosa.
-No se me comentó si sería en ambos pezones o solo en uno, así que supongo que es tu decisión.- comentó el pálido.
-¿Enserio?.- cuestionó Kanawut y el otro asintió. Mild no había especificado esos detalles en su reto, por lo que decidió lo más sencillo para él. -Me haré uno solo, en el lado derecho.- afirmó.
-De acuerdo, entonces recárgate contra el respaldo para poder comenzar.- indicó Suppasit.
El moreno hizo lo que se le pidió y tomó aire profundamente, intentando calmarse.
-Para este tipo de perforación tengo que tomar tu pezón con unas pinzas especiales, atravesarlo con una aguja por donde después podré pasar la barra de metal, ¿de acuerdo?.- explicó mientras mostraba los artefactos que tenía que usar.
-Si, está bien.- afirmó Gulf mordiendo su labio nerviosamente.
-Necesito saber algo más, ¿tienes sensibilidad en los pezones?.- preguntó el pálido.
-¿Eso es relevante?.- cuestionó el moreno sorprendido, sonrojándose ante la pregunta.
-Si, en el caso de los hombres es un poco más difícil hacer este tipo de perforaciones y necesito que el pezón esté erecto para hacerlo correctamente.- comenzó a explicar el perforador. -Si eres muy sensible será más fácil que tu pezón se ponga erecto y podamos continuar con la perforación.-
-Yo no lo sé.- confesó tímidamente Kanawut.
-¿No lo sabes?.- cuestionó Suppasit confundido por la respuesta.
-Nunca me he estimulado los pezones y las chicas con las que he estado tampoco me tocan ahí.- Gulf quería que la tierra se lo tragara, se sentía tan tímido frente a ese hombre y no sabía ni siquiera porque.
-Bueno, eso es normal, no te preocupes.- lo tranquilizó Mew poniendo sobre la rodilla ajena una de sus manos. -Puedes simplemente tocarlo un poco para ver si eso ayuda.- indicó.
Con su mano temblando de nervios y bajo la atenta mirada del guapo hombre de hermosa sonrisa, sus dedos tocaron suavemente su pezón derecho, pero nada sucedió.
-¿Estás nervioso?.- preguntó el pálido y recibió un asentimiento de parte del contrario. -Tranquilo, respira, relájate.-
-¿Es normal que no sienta nada al tocarme el pezón?.- cuestionó Gulf confundido.
-Mucha gente no siente estimulación al hacerlo en su propio cuerpo, sino cuando alguien más lo hace.- explicó Mew.
-Pues creo que eso me pasa a mí, porque no siento nada.- dijo Kanawut mirando a su propio pecho.
-Bueno, entonces dejame intentar hacerlo yo.- indicó el pálido y el otro asintió nervioso.
Gulf dejó sus manos quietas a sus costados y siguió los movimientos del dueño del lugar. Mew pasó sus dedos delicadamente por el pezón derecho y sorprendentemente no obtuvo reacción.
-Enserio tienes poca sensibilidad en los pezones.- comentó Suppasit sorprendido, incluso se había atrevido a tocar el otro pezón y no consiguió nada.
-¿Entonces no se puede realizar la perforación?.- cuestionó con una leve esperanza de que no pudiera cumplir ese reto, pues aunque su pecho no estaba reaccionando a los toques de ese hombre, si sentía ligeras corrientes en su cuerpo y se sentía demasiado nervioso ahí, solo, con Mew, aunque no entendía porque.
-Quiero intentar una última cosa, pero necesito que cierres los ojos, puede que si te concentras más en lo que sientes, que en lo que estás viendo, podamos conseguir que tu pezón reaccione a la estimulación.- explicó el pálido quien no podía alejar su vista de la hermosa piel frente a él y de los ojos brillantes que lo miraban con una mezcla de miedo y algo más que no sabía descifrar.
-Si, supongo que está bien.- suspiró Kanawut cerrando sus ojos a la par que tomaba aire profundamente.
Con dudas Mew se fue acercando al pecho del chico sobre la camilla, sabía que no debía aprovecharse de la situación, pero no se detuvo a pensar en qué consecuencias podría traer lo que haría. Finalmente dio una lamida al pezón derecho de Gulf y este sintió su cuerpo contraerse.
-¿Que haces?.- cuestionó a la par que abría los ojos asustado al haber sentido algo húmedo en su pecho.
-Tranquilo.- la voz de Mew sonaba sensual y grave, mandando un escalofrío por el cuerpo de Gulf, quien no pudo decir más pues su pezón fue atacado con la boca ajena.
El pálido tomó en su boca la rosada protuberancia y la chupó, hizo círculos con su lengua y mordió juguetonamente, todo mientras su otra mano jugaba de forma traviesa con el otro pezón del moreno.
-Mgh.- Kanawut soltó un gemido ahogado y sus manos fueron hacia los hombros del hombre que estaba devorando su pecho.
No sabia que era lo que le sucedía a su cuerpo, pero cada lamida hacía que sintiera puro placer recorrer su cuerpo, sentía un delicioso hormigueo que se centraba en su entrepierna.
-Mew.- con una mordida particularmente fuerte el nombre ajeno salió de sus labios en un gemido.
El nombrado se alejó un poco y vio en los ojos del otro hombre un creciente deseo. Después bajó su vista a su obra, notando como ahora ambos pezones estaban erectos.
-Creo que funcionó.- jadeó Mew con una sonrisa demasiado sexy en sus labios.
-Yo...- Gulf no sabía ni que decir después de aquello. Su cuerpo había reaccionado a aquel desconocido, a aquel hombre. Nunca antes había tenido algo con un hombre y definitivamente no esperaba tener esa experiencia en una situación como esa.
-Tranquilo, haré la perforación rápido, ni cuenta te darás.- explicó Suppasit sin mencionar nada de lo que acababa de hacer, casi como si eso no hubiera sucedido. Después tomó una toallita y la pasó por el pezón ajeno para limpiar su saliva del lugar.
Kanawut estaba tan perdido en sus pensamientos, queriendo comprender qué era lo que acababa de suceder e intentando tranquilizar a su acelerado corazón.
-Está listo.- anunció Mew trayendo de regreso a la realidad a Gulf.
-¿Qué?.- preguntó el moreno confundido.
-Qué ya quedó lista tu perforación.- respondió con una sonrisa burlona, pues sabía exactamente porqué el hombre se había perdido en sus pensamientos.
-Oh.- fue lo único que Kanawut pudo decir, viendo la pequeña barra que ahora atravesaba su pezón derecho.
-Tienes que mantener la perforación limpia, no debes jalarla o golpearte porque eso puede hacer que sangre, tarda un poco en sanar, pero mientras tengas los cuidados necesarios no debería haber ningún problema.- explicó Mew mientras limpiaba sus materiales y quitaba finalmente sus guantes.
-¿Cuánto te debo?.- preguntó Gulf lo único que pudo pensar en ese momento.
-No te preocupes, ya estaba pagado.- dijo Mew sonriéndole al moreno.
-De acuerdo.- se cerró la camisa y se puso de pie. -Adiós.- dijo queriendo huir de ahí lo más pronto posible, pues su cuerpo aún se sentía algo caliente después de lo que había pasado.
-Adiós, Gulf, nos vemos.- se despidió Mew con una sonrisa encantadora.
El moreno casi corrió hasta su casa, alejándose de aquel lugar y el extraño dueño de este.
-¿Qué demonios pasó ahí?.- se preguntó a sí mismo dejándose caer en el sofá de su sala de estar.
Su corazón aún latía rápido en su pecho, rememorando la humedad, las mordidas que recibió y las caricias de esas manos pálidas.
Y aunque intentó olvidarse del asunto dándose una ducha relajante, su subconsciente lo traicionó mientras dormía.
Gulf estaba recostado sobre la camilla del lugar, con su camisa abierta, jadeando ante las lamidas que recibía en su pecho. Mew succionaba uno de sus pezones mientras el otro lo jalaba con sus dedos.
Lo único que el moreno podía hacer era sostenerse de los hombros ajenos, encajando ahí sus uñas.
-Mgh, Mew.- gimió Kanawut enredando una de sus manos en el cabello ajeno, jalandolo con cada mordida que recibía.
-Gime para mi, Gulf.- gruñó Suppasit bajando con besos por el abdomen del moreno ocasionando que este se contrajera.
Con habilidad desabotonó el pantalón ajeno y lo bajó, dejando al moreno desnudo sobre la camilla, solo con su camisa abierta en su cuerpo.
Mew sonrió al ver que había logrado excitar a su hermoso cliente y sin dudarlo tomó en su mano la dura y húmeda erección.
-Oh Mew.- jadeó Gulf apretando sus manos a cada lado de la camilla.
-Eres hermoso.- murmuró el pálido dando largas caricias en el miembro del moreno, mientras su boca se encargaba de morder y dejar marcas en las caderas y los muslos ajenos.
De forma sensual Mew paseó su lengua por los muslos del menor hasta llegar a su húmeda erección, a la cual dio una larga lamida.
-Ah, Mew, mgh.- el moreno no podía evitar los gemidos que salían desde el fondo de su garganta.
-Además sabes delicioso.- agregó Suppasit antes de tomar por completo la erección ajena en su boca.
Gulf abrió su boca pero ningún sonido salió de ahí, demasiado perdido en el increíble placer que sentía en ese momento. Sus manos fueron al cabello del pálido, jalandolo con delicadeza.
-Ah Mew.- gimió alto cuando no pudo resistir más el placer y se corrió en la boca ajena.
El nombrado limpió todo rastro de semen y sonrió satisfecho de haber probado el cuerpo de su lindo cliente.
Mew se acercó al rostro sonrojado de Gulf y justo cuando iba a besarlo, el sonido de la alarma despertó al dueño de aquel sueño.
Gulf tomó su teléfono y apagó la alarma que había olvidado desactivar desde que ya no tenía clases.
-Maldita sea.- se quejó hundiendo su cara en la almohada. -No puedo creer que soñé con ese hombre.-
Su cuerpo estaba sudado y caliente debido al erotico sueño que su mente había creado para él.
-Parezco adolescente con una erección por culpa de un sueño.- dijo viendo hacia su parte baja, la cual se miraba abultada aún sobre su pantalón de pijama. -Tal vez una ducha fría me ayude.-
Casi corrió al baño y abrió el agua totalmente fría. Dejó que está mojara su cuerpo totalmente y tomó aire profundamente.
Para su fortuna su cuerpo se calmó y pudo seguir con sus actividades del día sin pensar en su sueño o en lo que sucedió en aquel estudio de tatuajes.
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Y aunque había vuelto al trabajo y se mantenía ocupado aún estando en su casa, mientras dormía ese erotico sueño volvía a aparecer.
Cada noche desde su perforación, soñaba con que Mew le daba uno de los mejores orgasmos de su vida.
Llevaba una maldita semana soñando aquello y ya comenzaba a incluso pensar en eso mientras estaba en el trabajo, lo cual era preocupante pues luego tenía que arreglárselas para que nadie notará la dolorosa erección en sus pantalones.
No sabía cómo manejar esa situación, aunque no le incomodaba que fuera un hombre por el cual despertará con una erección, pero no sabía cómo sentirse al pensar que ese completo extraño le había enseñado un placer totalmente nuevo para él.
Y esa tarde, sin saber porque, después del trabajo sus pies lo habían llevado directamente hasta Sunflower Studio. No lo notó hasta que finalmente estaba dentro del lugar. Era casi como si su cuerpo supiera que ahí podía conseguir lo que llevaba varias noches deseando.
-Hola, Gulf, bienvenido.- saludó la amable voz del hombre que se había colado en sus pensamientos.
-Hola, Mew.- saludó con una media sonrisa.
-¿Que te trae por aquí?.- preguntó el pálido. -¿Has tenido algún problema con tu perforación?.-
-No, va bien.- respondió Kanawut.
-¿Entonces qué es?.- cuestionó Suppasit sin quitar la sensual sonrisa de su boca, poniendo nervioso al moreno.
-Yo...- no supo qué decir, pues ciertamente no estaba seguro de porqué estaba ahí o al menos no podía admitir el por qué sus pies lo habían llevado hasta ahí.
-¿No me digas que quieres hacerte la otra perforación?.- preguntó el pálido con sorpresa.
-Oh sí, eso era, quiero perforarme el otro pezón.- afirmó el moreno, porque aunque no era su idea, le daba un pretexto para volver a estar con ese hombre en una habitación cerrada y probablemente volver a sentir sus labios en su cuerpo.
"Sólo será esta vez, seguro esto calmara mi estúpido deseo" se dijo a su mismo.
-Me sorprende que vuelvas tan pronto por el otro, pero adelante, vamos a la habitación.- indicó Mew dejando pasar al chico para que este se adentrará en la misma habitación de la vez pasada. -Ya sabes como funciona esto, así que no creo que tenga que volver a explicarlo.- dijo mientras se colocaba sus guantes negros.
-Si.- fue lo único que dijo Gulf mientras abría su camisa y se acomodaba en la camilla, sintiendo como su corazón ya comenzaba a acelerarse.
-Cierra los ojos, Gulf.- pidió el pálido con una voz tan erótica que el nombrado sintió una corriente recorrer su cuerpo, pero hizo lo pedido.
Mew sonrió ante lo rápido que su pedido había sido cumplido, además de que podía notar como la respiración de Gulf ya comenzaba a agitarse.
Esta vez no dudó de sus acciones, se inclinó sobre el moreno y su lengua dio una lamida directa al pezón izquierdo de Gulf.
-E-espera.- pidió Kanawut tomando por los hombros al pálido, quien lo vio confundido. -Sentí algo extraño...- comentó con las mejillas sonrojadas.
-¿Esto?.- preguntó Suppasit mostrando el piercing que decoraba su lengua.
-Antes no lo tenías.- murmuró Gulf extrañamente más excitado por la imagen del hombre frente a él con un piercing en la lengua.
-Algunas veces no lo uso, ¿te molesta?.- cuestionó Mew sin dejar de acariciar el pezón izquierdo del moreno.
-No.- suspiró el hombre en la camilla.
Sonriendo, Mew volvió a su trabajo anterior y está vez sin pena tomó en su boca el rosado pezón. Lo succionó y mordió a su completo gusto y sabiendo que no podía tocar el otro botón que ya estaba perforado, su mano acarició la fina cintura del moreno.
-Mgh Mew.- gimió Gulf apretando los hombros del pálido. Sentir aquella pieza metálica junto a la húmeda lengua era toda una experiencia diferente y su cuerpo estaba reaccionando a esa estimulante situación.
-Eso debe ser suficiente.- dijo mientras se alejaba para poder tomar una toallita y limpiar su saliva del cuerpo ajeno.
-¿Que?.- preguntó Kanawut pues está vez el pálido no había durado nada devorando su pecho, cosa que muy en el fondo lo decepcionó.
-Si, esta vez fue más rápido, tu pezón ya está erecto, así que ya lo puedo perforar.- explicó Suppasit tomando las pinzas y la aguja que necesitaba para hacer su trabajo.
Gulf se quedó en silencio, esta vez sintió un poco de molestia, pero nada grave, cuando menos lo notó ya tenía la pieza colocada en su pezón izquierdo, quedando en igualdad de condiciones con el derecho.
-Quedaste listo.- anunció el pálido. -Se te ven muy bien.- halagó guiñandole el ojo.
-Gracias.- dijo el moreno mientras cerraba su camisa. -¿Cuánto te debo?.- preguntó intentando que su decepción no se notase en el tono de su voz.
-Serían $50 dólares.- respondió Mew y tomó el dinero cuando este le fue extendido. -Ya sabes que debes mantenerlos limpios, tener cuidado con la ropa, no golpearlos y no jalarlos, eso te hará daño.- agregó mientras limpiaba sus cosas y guardaba el dinero.
-Si, entendido.- suspiró Gulf poniéndose de pie.
-Si algo te sucede, no dudes en venir.- dijo el pálido desde la puerta.
-Gracias, Mew, adiós.- se despidió el moreno.
-Adiós, Gulf.-
El moreno caminó hasta su casa sintiéndose totalmente decepcionado, nada había sido como él esperaba y ahora su deseo era mayor, pues quería más de ese sexy hombre.
Se recostó en su cama y cerró los ojos para despejar su mente de todos los pensamientos que daban vueltas ahí. Se sentía caliente, malditamente excitado por ese hombre que había despertado su deseo sexual. Un deseo que no sabía cómo apagar.
Solo había una solución para eso que sentía y era pedir exactamente lo que quería.
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Para fortuna de Kanawut era su día libre del trabajo, tenía toda la mañana para pensar si daba rienda suelta a ese nuevo deseo que no podía apagar con nada o si se oponía a sentir de nuevo las manos del guapo dueño de Sunflower Studio.
-¿Por qué tiene que ser tan sexy?.- se preguntó Gulf suspirando ante la imagen que llegaba a su mente del tatuador con su sexy piercing en la lengua y sus ojos coquetos.
Aunque quisiera no podía olvidarse de Mew, de sus manos grandes, de su húmeda lengua en su pecho, de las caricias y la voz sensual con la que lo llamaba.
Bufando se puso de pie, tomó una camisa blanca de su ropero y un pantalón negro. Si no podía olvidar a Mew, tendría que tomar el asunto entre sus manos y rogar si era necesario para que Suppasit saciara su deseo.
-¿Que te hizo ese hombre?.- se preguntó viéndose al espejo mientras peinada su negro cabello.
Tomando un poco de valentía salió de su casa rumbo al lugar donde esperaba poder menguar el fuego que quemaba desde adentro de su ser.
La campanilla de la puerta del estudio sonó. Quien estaba en la caja volteó a ver al recién llegado, decepcionandolo cuando encontró a un desconocido ahí.
-Bienvenido a Sunflower Studio.- dijo el amable chico. -¿En que lo puedo ayudar?.-
-¿Se encuentra Mew?.- preguntó Gulf jugando nerviosamente con sus manos.
-Si, el señor Suppasit está haciendo un tatuaje en estos momentos, puede esperarlo si gusta.- explicó el recepcionista.
-No es necesario que esperes, Gulf, ya terminé mi trabajo.- la voz de Mew hizo que el corazón del nombrado se acelerará en su pecho.
-Hola, Mew.- saludó Kanawut de forma tímida.
-¿Sucede algo?.- preguntó el dueño con preocupación. -¿Te hiciste daño en la perforación durante la noche?.-
-No, no me ha pasado nada.- respondió el moreno aún más nervioso.
-¿Entonces porque volviste el día de hoy?.- preguntó el pálido totalmente confundido, aunque en el fondo deseaba que fuera por el mismo motivo por el que el deseaba volver a ver a su lindo cliente.
-Yo quiero hablar contigo.- dijo Gulf finalmente y el otro hombre asintió. -En privado.- agregó al no ver que este se moviera de su lugar.
-Saint estaremos en la habitación de perforaciones, no dejes que nadie nos interrumpa.- indicó el dueño dirigiéndose hacia el recepcionista.
-Entendido, señor Suppasit.- afirmó Saint con una sonrisa pícara en los labios.
-Sígueme, Gulf.-
El nombrado siguió al guapo hombre en total silencio, sus manos sudaban y temblaban por el nerviosismo de lo que quería pedir una vez estuvieran solos en aquella habitación.
-¿Que te trajo por aquí?.- preguntó el pálido mientras cerraba la puerta.
-Yo...- murmuró el moreno. -Yo necesito que me toques.- su voz salió en un tono bajo, uno que el otro casi no pudo escuchar.
-¿Qué dices?, no pude escucharte bien.- dijo Mew acercándose más a su lindo cliente.
-Quiero que me toques como aquel día que vine por primera vez.- Gulf no podía ni siquiera ver a los ojos al hombre frente a él, su mirada se mantenía en el piso.
-¿Por qué?.- preguntó Suppasit tomando por el mentón a Kanawut para levantar su rostro y poder ver sus hermosos ojos con un lindo brillo en ellos.
-No lo sé.- suspiró sintiendo su cuerpo temblar ante las suaves manos que tomaban su rostro de forma firme pero dulce.
-¿Te gustó que te tocara?.- cuestionó con una sonrisa, acercando más su rostro al del moreno.
-Sí.- jadeó Gulf al sentir el pulgar ajeno acariciar su labio inferior.
-Entonces quieres que te toque.- afirmó Mew mientras paseaba su nariz por la mejilla ajena. -¿Sólo quieres que te toque?.- preguntó coqueto.
-No.- fue la corta respuesta de Kanawut, quien había cerrado los ojos ante la cercanía del otro, perdido en el placer que le daban las leves caricias y el suspirar contra su piel.
-¿Qué más quieres, Gulf?.- Suppasit sonrió encantado con la forma sumisa en la que el otro reaccionaba a él. -Pídelo y te lo daré.-
-Quiero que tomes mi cuerpo.- confesó el moreno en un suspiro. -Haz lo que quieras conmigo, pero calma el deseo que siento por ti.- agregó.
-Eso quería escuchar.- afirmó el pálido alejándose un poco para poder ver el rostro ajeno.
Sus miradas se encontraron, mostrando el deseo. Mew no pudo evitar que su mirada terminará sobre los rosados labios de Gulf, gruesos y aparentemente deliciosos.
Sin esperar más junto sus labios en lo que era su primer beso. El pálido rodeo la cintura ajena entre sus brazos, jalando aún más cerca el esbelto cuerpo del moreno.
Kanawut suspiró cuando sintió los labios ajenos sobre los suyos, eran dulces y cálidos. Sus manos subieron por los brazos que lo rodeaban, hasta que fueron a dar a los hombros anchos de ese sexy hombre.
Sus cuerpos estaban lo más juntos posible, sus labios se movían en sincronía, conociéndose. Suppasit paseó su lengua por sobre los labios ajenos, incitando a Kanawut a abrir la boca, cosa que este hizo, dejándose llevar por el placer.
El piercing de Mew hizo que Gulf se excitara aún más, enredando sus lenguas, degustandose uno al otro. La experta lengua del pálido se paseó por toda la cavidad ajena, compartiendo un húmedo beso que los estaba calentando a ambos.
-Moría por besarte.- gruñó el dueño del lugar, alejándose apenas unos centímetros de los dulces labios ajenos.
No espero respuesta, sus besos hicieron un camino desde la mejilla del moreno hasta su cuello, donde chupó y mordió la dulce piel.
-Mew.- suspiró Gulf apretando los hombros ajenos.
Cada mordida en su cuerpo hacía que una corriente recorriera todo su ser. Mew también sentía que su cuerpo se estaba calentando solo por tener a su disposición a ese guapísimo hombre, justo como él deseaba.
Mientras sus labios se encargaban de distraerlo, el pálido fue desabotonando la camisa blanca del moreno, ansiado volver a ver ese hermoso torso bien formado que ahora era decorado con dos hermosos piercings en los pezones.
Una vez tuvo toda la camisa abierta, bajo sus besos hasta las clavículas ajenas, dejando más marcas ahí.
-Eres hermoso.- aseguró Mew alejándose para poder ver mejor el torso descubierto del otro chico.
Con cuidado fue empujando a Gulf hasta que este se chocó con la camilla y siendo ayudado por el pálido, se sentó sobre esta, jadeando.
-Sabes que no puedo tocar los piercings.- dijo el pálido pasando su dedo índice justo por la mitad del pecho ajeno, inclinándose hacia un lado, pero sin tocar la pieza metálica que decoraba el rosado pezón.
-Lo sé.- afirmó el moreno con algo de decepción, pues le había encantado sentir la boca ajena sobre esa parte de su cuerpo.
-Pero todavía hay muchas partes más que puedo tocar.- murmuró de forma sensual, llevando sus manos hasta el pantalón ajeno. -¿Puedo?.- preguntó, pues aunque Gulf le había dado permiso de tocarlo, quería estar seguro de que podía hacerle todo lo que él quería.
-Hazlo.- aceptó levantando sus caderas cuando el pálido quiso sacar las prendas inferiores del moreno.
-Cada parte de ti se ve perfecta.- gruñó con gusto Suppasit acariciando los muslos ajenos, con su vista fija en ese largo miembro que se encontraba ya duro.
-No me veas así.- se quejó Kanawut alejando la mirada apenado por estar desnudo frente al otro hombre que seguía totalmente vestido.
-¿Así cómo?.- preguntó el mayor con una sonrisa, sin dejar de acariciar la piel ajena.
-Como si quisieras comerme.- murmuró el menor.
-Quiero comerte.- afirmó antes de tomar en su mano la erección ajena.
-Mgh.- Gulf ahogó un gemido en su boca, mordiendo su labio ante la sorpresa y el placer que le dio sentir esa gran mano tomar su intimidad.
-No te contengas, gime todo lo que quieras, bonito.- pidió Mew con voz grave, llena de deseo. -Nadie podrá escucharnos aquí dentro.-
-Ah Mew.- gimió el moreno al recibir caricias en la punta de su miembro, pues el pálido usaba su pulgar para esparcir el líquido preseminal.
-Justo así.- Suppasit sonrió y volvió a tomar los labios ajenos, sin dejar de acariciar la húmeda erección.
Los gemidos de Kanawut se perdían entre el beso apasionado que compartían, con sus lenguas enredadas, compartiendo el acalorado deseo que sentían por el otro.
Tomando valentía, el menor llevó sus manos al pantalón ajeno y abrió el botón, bajo el cierre, pero se detuvo antes de hacer algo más.
-Haz lo que estás pensando, no seas tímido.- murmuró el mayor sobre los labios ajenos, mordiendo después el labio inferior de Gulf, jalandolo con placer.
Mew no se detuvo a recibir respuesta, volvió a tomar los labios del moreno, sintiendo como si un imán los uniera. Y aunque Gulf aún tenía algo de dudas y nerviosismo, hizo lo que deseaba en ese momento, su mano temblorosa sacó el miembro ajeno de la ropa interior y lo acarició tímidamente.
-Mgh.- ambos gimieron sobre los labios del otro, perdidos totalmente en el placer de ser tocados por el hombre que había despertado un insaciable deseo en ellos.
-Para.- suplicó Kanawut alejándose un poco, sintiendo que el clímax estaba demasiado cerca.
-¿Qué sucede?.- preguntó Suppasit preocupado, deteniendo incluso sus caricias.
-No quiero correrme aún.- jadeó el moreno con timidez, bajando la mirada. -Wow.- exclamó cuando su mirada fue a dar al miembro que tenía en su mano.
-No se como tomar esa reacción.- se rio el pálido. -Pero voy a creer que es algo bueno.- añadió.
-Es que nunca había visto o tocado el pene de alguien más.- admitió con vergüenza. -Pero no me molesta nada lo que veo.- aclaró.
-¿Te gustaría sentirlo dentro?.- Mew se inclinó para susurrar en el oído ajeno, antes de tomar entre sus dientes el lóbulo de su oreja. -Quiero hacerte mío en este momento.-
-Yo nunca he estado con un hombre.- confesó tímidamente el menor.
-Lo sé, pero quiero cambiar eso.- dijo el pálido con seguridad. -Dejame ser el primero.-
-Se gentil.- pidió Gulf viendo a los ojos del mayor, suplicando porque calmara su deseo y le diera alivio a su cuerpo.
-Lo seré, Gulf.- afirmó Mew dando un corto beso en los labios ajenos antes de alejarse en búsqueda de algo que Gulf desconocía.
El dueño del lugar buscó entre unos cajones y sacó un tubo de lubricante junto a un condón.
-Dime si algo te molesta, si no te gusta, detenme si lo necesitas o si no quieres continuar.- dijo Suppasit con su voz ronca, llena de deseo y ansiedad por poseer el precioso cuerpo de su hermoso cliente.
-De acuerdo.- la voz de Kanawut sonó temblorosa, llena de nervios por pensar en que ese pene duro y húmedo entraría en él.
-Respira, necesito que estés tranquilo.- pidió a la par que dejaba las cosas que necesitaba a un lado del moreno y con delicadeza tomaba sus largas piernas y las separaba. -Relájate y disfruta.-
Con delicadeza jaló el cuerpo de Gulf para dejarlo más a la orilla de la camilla y tener acceso a la palpitante entrada ajena.
Sintiendo el cuerpo ajeno temblar, Mew acarició los muslos del menor y se inclinó a besar la parte interna de estos, mordiendo y dejando marcas rojas a su paso hasta llegar al duro miembro del moreno.
Su lengua dio una larga lamida por toda la húmeda extensión, ocasionando que el cuerpo de Gulf temblara.
-Mew.- gimió llevando sus manos sin escalas al cabello ajeno, enredando sus dedos ahí. -Oh ese maldito piercing.- jadeó apretando su agarre.
-Se que te vuelve loco que tenga el piercing en la lengua.- afirmó Mew con una sonrisa sexy
Sin decir nada más volvió a su autoimpuesto trabajo de saborear el miembro ajeno. Primero dio largas lamidas y finalmente lo introdujo en su boca.
-Oh Mew.- gruñó encantado el menor.
El nombrado sabía que la pequeña pieza que decoraba su lengua añadía más placer a aquel encuentro, pues acariciaba la sensible intimidad del moreno, volviéndolo aún más loco cuando con este jugaba en la rojiza punta de donde salía el líquido preseminal.
Sabiendo que aquello podía servir de distracción, Suppasit tomó el lubricante y aplicó un poco en sus dedos, una vez húmedos acarició el palpitante pasaje que quería poseer.
Lentamente adentró un dedo en ese apretado canal y en respuesta recibió más deliciosos gemidos que clamaban su nombre de una forma muy erótica.
Kanawut sentía tanto placer por el oral que le estaban haciendo, que su cuerpo estaba totalmente relajado y los dedos del mayor entraban con tanta facilidad que pronto esté pudo agregar otros dos más a aquel lugar que nadie había profanado antes.
-Creo que estás listo.- anunció alejándose de la erección ajena, dejando un hilo de saliva aún conectándolo a sus labios.
Esa vista hizo a Gulf estremecerse de lo erotico que le pareció y de como le gustaba todo lo que Mew le estaba haciendo.
El pálido se colocó el condón bajo la atenta mirada del moreno, el cual tan solo se mordía los labios nervioso y ansioso por igual.
-Detenme si duele.- recordó Mew tomando las piernas del moreno para acomodarlas mejor alrededor de su cadera.
Gulf tan solo asintió, con la mirada fija en el largo y grueso pene que estaba por profanar su cuerpo. Y aunque sentía un poco de miedo, también sabía que lo deseaba, que quería sentir a Mew en él, tomando su cuerpo.
La intromisión en su intimidad hizo que finalmente volteara a ver el rostro del guapo hombre que lo estaba haciendo suyo. El mayor se mordía el labio, concentrado en ir lo bastante lento para no lastimar al lindo chico.
-Estas tan malditamente apretado.- gruñó con gusto el pálido. -Me encantas.- afirmó antes de inclinarse a besar los labios ajenos, quedándose quieto una vez tuvo todo su miembro en el cuerpo del menor.
-Mgh.- Kanawut gemía, aunque sus ruidos se perdían en la boca ajena, aunque sus lenguas enredadas le impedían decir algo, él estaba disfrutando.
Mew tenía que contenerse de tocar el pecho del menor, pues no quería dañarlo, así que se mantenía apretando su cintura o sus prominentes caderas.
Poco a poco el mayor sacó su miembro unos centímetros y volvió a hundirse en el cálido pasaje.
-Mew.- gimió alto el moreno cuando esa corta embestida dio en un punto que hizo a su cuerpo temblar y a su espalda arquearse del placer. -Hazlo otra vez.- suplicó.
-Tus deseos son órdenes, Gulf.- murmuró el mayor dando cortas pero profundas embestidas, procurando siempre dar en el mismo punto.
Gulf rodeó con sus brazos la espalda ajena para sostenerse y aunque el mayor aún conservaba su ropa puesta, encajó sus uñas cuando sentía su próstata ser tocada de esa forma tan deliciosa.
La camilla rechinaba debido al movimiento brusco de sus cuerpos, pero a ninguno le importaba en absoluto, ya ni siquiera eran conscientes del lugar donde estaban, sólo les importaba el hombre con el que estaban y consumirse en el placer.
Los gemidos de Kanawut eran la mejor música que el dueño del estudio hubiera escuchado, le encantaba como el chico gemía su nombre. Para no callar esos eróticos ruidos, sus labios besaron la tersa piel morena del cuello ajeno, chupando y mordiendo esa dulce piel.
Cuando sintió que el clímax de ambos se acercaba, aumentó el ritmo de sus embestidas y mordió con peculiar fuerza en el hombro del menor, un acto posesivo que volvió loco al menor.
-Mew, mgh, Mew, oh.- gimió Gulf contra el cuello ajeno, liberando su esencia sobre su propio torso.
Su rostro se contrajo, al igual que su cuerpo ante el delicioso orgasmo que había tenido. Su interior apretó el miembro dentro de él, llevando al mayor a su propio clímax.
-Gulf, mgh, Gulf.- gimió Mew soltando su esencia en aquella barrera de látex.
Ambos jadearon el busca de aire, calmando sus respiraciones y sus corazones agitados. Se vieron a los ojos un segundo, antes de unirse en un beso, esta vez más tranquilo, dulce, pero de igual forma apasionado. Esta vez sus lenguas juguetearon entre ellas de forma calmada, como acariciándose entre sí.
-Me encantas, Gulf.- murmuró Mew sobre los labios ajenos.
-No se como pasó, pero tu también me encantas.- admitió Gulf acariciando tiernamente el cabello del mayor.
-Me gustas, Gulf.- confesó el pálido, sorprendiendo al menor. -Llevaba varios meses intentando conseguirte.- dijo mientras salía del menor para tirar el condón a la basura y acomodar su miembro dentro de su pantalón.
-¿Que quieres decir?.- preguntó el menor totalmente confundido, sentándose mejor en la camilla, sin siquiera importarle que seguía desnudo, solo con su camisa blanca abierta y con restos de semen en su abdomen.
-Que tengo meses enamorado de ti, pero no sabía cómo acercarme o hablarte, así que le pedí ayuda a Mild.- comenzó a explicar el mayor, repentinamente nervioso por su confesión.
-¿Conoces a Mild?.- cuestionó el menor con asombro.
-Si, llevábamos clases de guitarra juntos.- explicó Mew. -Te vi en unas fotos que subió a su Instagram y me enamore, pero no sabía como hablarte o si siquiera te gustaban los hombres, cosa que Mild tampoco sabe.-
-Wow, eso es demasiado que procesar.- exclamó Gulf poniendo su mano sobre su frente. -¿Tu planteaste esto del reto?.- preguntó.
-No, yo no sabía nada de eso.- se defendió de prisa, tomando las manos del moreno entre las suyas. -Le dije a Mild que me ayudara a hacerme tu amigo, hace una semana me mandó un mensaje de que tenía el plan perfecto y que podría verte al día siguiente, solo me dijo que hiciera un espacio en mi agenda para tu cita, lo de la perforación lo omitió hasta la mañana antes de tu cita.-
-Entonces todo fue plan de Mild.- murmuró el menor. Su mente estaba dando vueltas y vueltas, sentía sorpresa, emoción, nervios y timidez ante todo lo que había pasado y lo que el guapo hombre frente a él le decía.
-El solo quería ayudarme.- dijo Suppasit intentando defender a su amigo. -Entiendo si estas enojado, pero enserio me gustas, quiero conocer cada detalle de ti, quiero que tu también me conozcas.-
-No estoy enojado, en realidad solo estoy un poco sorprendido.- explicó Kanawut acariciando con su pulgar las manos que estaban entrelazadas con las suyas. -No niego que siento algo por ti, porque pensé que después de hacerlo contigo ya no sentiría ese deseo, pero quiero seguir viéndote.-
Escuchar aquello hizo sonreír al mayor, pues eso significaba que Gulf sí podía estar interesado en él, más allá de ese encuentro acalorado.
-¿Puedo comenzar a cortejarte?.- preguntó Mew con emoción y felicidad.
-¿Enserio preguntaste eso?.- cuestionó Gulf riéndose, confundiendo al mayor. -¿No crees que eso lo debiste preguntar antes de tener sexo conmigo?.-
-Oye, fuiste tú el que llegó pidiéndome que lo tomara.- se defendió el pálido.
-Pero fuiste tu el que me toco al hacerme el piercing, te aprovechaste de mi.- se quejo el moreno pues no pensaba dejarse vencer en aquel tonto argumento.
Aunque no pudo continuar peleando pues los rosados labios del pálido lo callaron con un dulce beso.
-¿Entonces aceptas?.- preguntó Suppasit alejándose un poco.
-Acepto.- suspiró Kanawut con una sonrisa en los labios.
-Ahora ven acá.- dijo jalando al menor para que se pusiera de pie y lo guió hasta un largo espejo que había en la habitación.
-¿Qué haces?.- cuestionó Gulf al estar frente al espejo, viendo su figura desnuda, con manchas de su orgasmo y sonrojado.
-Mild me pidió una foto para comprobar que cumpliste tu reto, porque no les dijiste si lo hiciste o no.- explicó Mew situándose detrás de Gulf, abriendo aún más la camisa blanca de un lado para dejar ver la pieza metálica ahí.
-Digamos que cierto hombre distrajo mi mente.- se defendió el menor manteniendo su mirada fija en el mayor a través del espejo, pues le daba pena verse a sí mismo.
-Pues tu llevas en mi mente ya muchos meses, así que te gané.- dijo el pálido con una sonrisa, besando el cuello del moreno, pasando al hombro que había descubierto, ahí mordió sobre una de las marcas que ya había dejado, haciéndola aún más notoria.
-Mew.- gimió el menor apretando la mano que rodeaba su cintura. Esa mordida ocasionó un estremecimiento en su cuerpo.
-Tu cuerpo es tan hermoso.- gruñó el mayor paseando sus manos por el abdomen ajeno. -Pero déjame tomar la foto antes de que me distraiga y quiera volver a hacerte mío.- susurró en el oído del moreno.
Mew sacó su celular y su otra mano la acomodó sobre el pecho de Gulf, pero sin tocar la pieza que decoraba su pezón izquierdo, apenas acariciando su piel.
Tomó una foto, donde se podía notar el deseo de ambos y lo que acababan de hacer unos minutos atrás. Después Suppasit tomó otra foto esta vez sacando su lengua, mostrando su piercing.
-Quedaron perfectas.- comentó el pálido viendo las fotos.
-¿Vas a mandarle eso a Mild?.- cuestionó el moreno preocupado.
-Si, quiero que vea que su plan funcionó y pude tenerte.- afirmó Mew dando un corto beso en la mejilla ajena antes de buscar el contacto de su amigo para mandarle las fotos.
"Gracias, Mild" fue lo que escribió en el mensaje que acompañaba a las dos eroticas fotos que había tomado.
-Dice Mild que fue un placer ayudarnos y que te queda fabuloso ese piercing.- leyó el pálido la respuesta que recibió de inmediato.
-Oh no, Mild va a enseñarle esa foto a todos nuestros amigos.- se quejó apenado el moreno, tapando su rostro.
-Está bien, así ellos sabrán que ya tienes a un posesivo hombre que no se va a rendir hasta que seas solo suyo.- afirmó Mew besando el cuello ajeno con cariño.
-Pues vas por buen camino.- suspiró Gulf ante los besos y caricias que recibía en su cuerpo.
-Supongo que tendré que demostrarte cuanto me gustas, hasta que ya no puedas pensar en nadie más, hasta que te vuelvas adicto a mí.- murmuró mientras una de sus manos bajaba por el vientre ajeno, acariciando ligeramente el miembro que comenzaba a despertar de nuevo.
-Llevó una semana sin poder sacarte de mi mente y después de esto dudo que pueda dejar de pensar en ti.- afirmó el menor poniendo su mano sobre la que acariciaba su vientre, llevándola aún más abajo. -Aunque no creo que pueda soportar otra ronda.- jadeó, aunque le encantaba sentir las grandes manos sobre su cuerpo.
-Tranquilo, hay más cosas que podemos hacer.-
Suppasit volteó al menor y besó sus labios con pasión. Kanawut respondió al beso con la misma intensidad, mordiendo y succionando los labios contrarios, juntando sus lenguas.
El mayor fue caminando hacia atrás lentamente, hasta que se topó con la camilla. Pasó sus manos por la cintura ajena, bajando hasta los firmes muslos del moreno y usando su fuerza cargó el cuerpo de este para poder sentarse en la camilla, con él sobre sus piernas.
-Mew.- jadeó asombrado el menor.
El nombrado sonrió y casi con desesperación abrió su pantalón y sacó su duro miembro. No esperó ni un segundo en tomarlos a los dos en su mano, acariciándolos juntos.
-Ah, Mew.- jadeaba y gemía Gulf.
-Quitame la camisa.- pidió Mew y su orden fue acatada de inmediato, pues el menor también quería ver la piel pálida del mayor.
Rápidamente soltó todos los botones y pasó sus manos por los firmes pectorales del pálido, acariciando su piel, deteniéndose a jalar juguetonamente los pezones ajenos.
-Oh Gulf.- gimió el mayor.
Se sonrieron con complicidad y cariño antes de besarse. Suppasit nunca dejó de acariciar sus miembros juntos, pero su mano libre fue a dar a uno de los glúteos ajenos, amasando con gusto su suave y redondo trasero.
Ambos gimieron sobre los labios ajenos cuando el clímax los azotó, demasiado excitados como para extender ese momento.
-Definitivamente no creo que pueda olvidarme de esto.- jadeó Kanawut con una sonrisa satisfecha, acariciando el rostro del mayor.
-Yo me encargaré de refrescarte la memoria muy seguido, para que nunca se te olvide que puedo hacerte sentir así, que puedo volverte loco y amarte al mismo tiempo.- aseguró Mew dando tiernos besos en la cara del menor.
-Agradezco a Mild por esa estúpida apuesta.- afirmó Gulf encantado, no solo con los besos, sino con las palabras que le decía el pálido.
-No solo la apuesta, también a estos sexys piercings que ahora decoran tu cuerpo.- agregó el mayor paseando su dedo por la mitad del pecho ajeno, que ahora estaba más manchado de sus esencias.
Se sonrieron dulcemente antes de besarse con cariño, como una dulce promesa de que algo lindo estaba pasando entre ellos y que podían tener algo más que un encuentro pasional.
Todo gracias a las apuestas y los piercings.
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Hola mis girasoles🌻🌻🌻
Finalmente les traje esta adaptación de un one-shot MileApo que subí hace ya un tiempo. Se que me tarde mucho, pero han pasado algunos cositas y no he estado con ánimos de escribir del todo, pero hoy me di tiempo de adaptar esta historia que me encanta.
Por el mismo motivo de que era MileApo las fotos de inspiración son de esta pareja, pero igual se las dejo aquí para que las vean. Que se supone que son las fotos que Mew toma frente al espejo.
Probablemente algunos ya leyeron la historia con MileApo, si es así, gracias por volver a leer. Para los que no, esta versión es para los Waanjai que seguimos vivos!!!
Enserio espero que lo disfrutarán tanto como yo, que voten y comenten que les pareció.
Se aceptan ideas de historias, aunque igual tengo algunas planeadas, falta que me de la inspiración por completo, pero espero pronto traerles más historias.
Los amo y enserio agradezco a mis girasoles que siguen aquí esperando por mis historias. 💙💙💙💙
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