Ángel O Demonio
Se estaba celebrando la fiesta de Halloween de la universidad. Todos estaban invitados y debían asistir disfrazados.
Algunos estudiantes se esmeraban en sus trajes, algunas chicas usaban enormes vestidos de princesa, algunas unos trajes más sensuales, los hombres iban de diferentes profesiones o de distintos superhéroes.
Pero Gulf había decidió un atuendo diferente. A sus 21 años ya era el chico más popular de todo el campus, pues su belleza era inigualable, una piel morena casi dorada, unos ojos ámbar atrapantes, una fina cintura que más de uno deseaba tener entre sus brazos y unos gruesos labios rosas que tentaban a hombres y mujeres por igual.
Su disfraz era de demonio, usando un pantalón negro, una camisa roja con los botones de arriba abiertos, dejando al descubierto los lunares de su pecho, además de unos cuernos rojos y una cola del mismo color. Se miraba como el mismo pecado en persona, sensual y tan guapo como siempre.
-Wow, Gulf, te ves muy bien.- lo halagó su amigo Bright al verlo llegar.
-Tu también, amigo.- el otro chico vestía como doctor, con una bata blanca y un estetoscopio en el cuello.
-¿Dónde están los demás?.- preguntó el moreno sentándose en una mesa con su amigo.
-Mild esta por venir, Gun dijo que estaba esperando a Off y que casi venían.- respondió Bright revisando su celular.
-Oh, Gulf, que bien te ves.- la voz de Kao se escuchó detrás de ellos y el mencionado volteo. El chico pálido de gran estatura y cabello negro estaba vestido de vampiro.
-Gracias, Kao, tu también te ves bien.- Gulf sabía que le gustaba al mayor, pero sinceramente este no era su tipo, por lo que procuraba no darle ideas equivocadas.
-¿Quisieras tomarte un trago conmigo?.- preguntó directamente.
-No veo porque no.- respondió el demonio. -Vuelvo en un rato Bright.- le anunció a su amigo y se fue junto al vampiro.
Por otra parte del enorme gimnasio donde se realizaba la fiesta, entraban 3 chicos, una pareja y el solitario Mew.
-No se como me convenciste de venir, Tul.- se quejó el alto chico de cabello castaño, cuerpo fornido y una piel pálida, quien vestía todo de blanco, además de unas alas y una aureola de ángel.
-Vamos, Mew, tenias que salir de la biblioteca en algún momento.- replicó el moreno chico de cabello negro y cuerpo musculoso, el cual vestía de ladrón.
-Tuly tiene razón, Mew, tienes que dejar de pensar en la universidad por un momento.- afirmó Max, el novio del moreno. Un chico de piel pálida, cabello negro y vestido de policía, a juego con su pareja.
-Lo sé, pero no me gusta este ambiente tan alocado.- Mew miraba con nerviosismo a todos, había demasiadas personas y la música sonaba a un volumen demasiado alto para su gusto. -Además no conozco a nadie.-
-Por eso vienes con nosotros.- le recordó su mejor amigo de la infancia.
-Pero ustedes me dejaran para ir a follar al baño, ya lo sé.- dijo el ángel sintiendo su cuerpo estremecerse ante la idea de sus dos amigos teniendo relaciones.
-Te prometo que no lo haremos, esta vez Tul y yo prometemos portarnos bien.- ambos chicos lo vieron con una sonrisa, queriendo convencerlo de quedarse con ellos y disfrutar.
-Además es nuestro último año de universidad, tienes que vivir la experiencia de una fiesta de Halloween.-
-Como digas, Tul.- Mew rodó los ojos con fastidio. A fin de cuentas ya estaba ahí, ¿Qué más podía hacer?.
En una esquina del gimnasio había una mesa rodeada por muchas chicas y chicos que veían atentos a los 5 chicos más populares de la escuela, los cuales jugaban verdad o reto.
Giraron la botella y esta apunto al guapo chico disfrazado de doctor.
-Dinos Bright, ¿verdad o reto?.- preguntó Gulf con malicia.
-Reto.- dijo después de tomarse el shot de tequila frente a él.
-Busca a algún chico que venga vestido de enfermero o doctor y dale un beso.- lo retó Mild, quien vestía de jugador de football, sonriéndole cómplice al demonio.
Bright sonrió contento con su reto, pues si o si esa noche quería tener algún apasionado encuentro con un lindo chico y qué mejor que comenzar a buscarlo desde ahora. A unas mesas de donde ellos jugaban, estaba un chico sentado el cual portaba un traje azul de enfermero.
-Hola, soy Bright.- se presentó el doctor.
-Hola, yo soy Win.- dijo tímidamente el otro chico.
-Me pareces muy lindo y ¿quisiera saber si te puedo dar un beso?.- preguntó directamente el chico mayor.
-¿Esto es una apuesta?.- preguntó con desconfianza Win.
-Me retaron en un juego, pero solo dijeron que buscara a alguien que vistiera de enfermero y sin duda tu eres el más hermoso de todos.- lo halagó Bright tomando su mano para darle un beso en ella. Detrás podía ver a todos sus amigos esperando ansiosos.
-Eres bueno con las palabras.- se rió el enfermero.
-Sé hacer mas cosas que solo hablar.- Bright se acercó al chico y al ver que este no retrocedía finalmente lo beso. Fue un beso lento y completamente seductor. -¿Quieres descubrir qué más cosas puedo hacer?.-
-Suena interesante.- dijo Win sonriendo coqueto.
-Vamos a seguir disfrutando de la fiesta y después te demostraré de que soy capaz.- ambos chicos se pusieron de pie y tomados de la mano caminaron a la mesa donde estaban jugando.
-Muy bien, Bright siempre tiene suerte de encontrar chicos guapos.- se quejo Mild al verlo muy meloso con el enfermero.
-Sigamos jugando.- gritó Gulf para llamar la atención de todos. Giró la botella y esta dio en Off.
-Reto.- respondió este sin pensarlo mucho. Off venía vestido de caballero, con una armadura falsa.
-Deja que Gun te deje un chupetón en el cuello.- dijo el demonio sonriendo divertido al ver la cara de disgusto de su amigo, pues sabía que este odiaba las marcas.
-Este será un reto que voy a disfrutar mucho.- dijo Gun acomodando su corona de rey y moviendo un poco la capa roja que vestía para poder sentarse en las piernas de su novio.
-Los odio.- se quejó Off.
-Se que los disfrutaras tanto que me pedirás más.- dijo el joven rey en el oído de su novio antes de atacar su pálido cuello.
Las manos del caballero se mantenían en los muslos del más pequeño, apretandolos cuando este lo mordió y succionó su piel.
-Listo.- el pequeño rey se alejó y dejó a todos ver su obra maestra, una mancha roja con sus dientes marcados.
-Muy bien, sigamos.- esta vez Mild fue quien tomó la botella y la giró. Esta se detuvo apuntando al demonio, Gulf sonrió, finalmente algo de diversión para él.
-No pregunten, quiero un reto.- se adelantó a decir el moreno.
-Como era de esperarse.- dijo Bright rodando los ojos.
-Esperen, tengo el reto perfecto.- gritó el futbolista y el demonio lo miró nervioso. Mild había sido su amigo desde que usaban pañales, por lo que le contaba muchas cosas, las cuales podía usar en su contra en momentos como este.
-Mild.- advirtió con voz severa Gulf.
-Vamos Gulf, no seas un cobarde.- dijo Off riendo pues finalmente le tocaría al demonio sufrir.
-Adelante, Mild, dime el reto.- dijo rendido Kanawut, ya después podría cobrárselas.
-Vi a tu enemigo entrar al gimnasio vestido de ángel.- comenzó a decir el futbolista y el demonio abrió los ojos con sorpresa.
-No se te ocurra.- reclamo Gulf señalando a su amigo de forma severa.
-Follate al nerd de la universidad.- terminó de decir Mild y todos los que rodeaban la mesa comenzaron a reír.
-¿Que se folle a Mew?.- preguntó Gun sorprendido por el extremo reto.
-Si, el tipo ha de ser virgen y quién no quisiera perder eso con el popular y guapo Gulf.- muchas chicas gritaron al escuchar al futbolista, pues más de una claro que deseaba tener al demonio en su cama.
-Mild no puedo hacerle eso.- dijo Gulf de forma seria. -Y no se trata de ser cobarde, sino de él.-
-¿Estás preocupado por el nerd?.- preguntó divertido Bright. -No parece importarte cuando lo molestas por los pasillos de la universidad.-
-Hazle creer que lo hacías porque te gusta y te lo follas en los baños.- continuó Mild. Tal vez era muy exagerado, pero quería molestar a su amigo.
-Maldición.- gruñó enojado el demonio, poniéndose de pie para buscar a Suppasit.
Mew era un año mayor que ellos, estudiaban la misma carrera de ingeniería mecánica, pero el chico mayor se la vivía encerrado en la biblioteca, siempre usando sudaderas enormes y unos lentes de pasta negra.
Después de caminar un rato por el gimnasio lo encontró en una mesa con otros dos chicos que sabía que eran sus amigos.
-¿Les molesta si les robo a Mew un momento?.- preguntó llamando la atención de los tres.
-¿Para que lo necesitas?.- preguntó Tul siendo tan protector como siempre que molestaban a su amigo. -Déjalo disfrutar la fiesta y vete a joder a otro.-
-Solo quiero hacer las paces con él, pero en privado.- respondió el demonio queriendo sonar convincente.
-Está bien.- dijo Mew poniéndose de pie, dejando ver al otro su fornido cuerpo marcado por sus pantalones y camisa blanca. -Escucharé lo que tengas que decir.- accedió y Gulf lo guió hasta los baños.
-Aquí estaremos solos y el ruido no nos molestara.- comentó al ver la cara de confusión del ángel. Después de entrar y verificar que no había nadie dentro, cerró con seguro la puerta principal, dejándolos completamente solos.
-Bien, te escucho.- trató de sonar firme el mayor, pues por dentro estaba muriendo de nervios al estar con el chico que siempre lo agredía.
-Me gustas.- soltó sin más el demonio. -Te molesto porque me gustas desde el momento en que te vi.-
-Pero...- quisó replicar el castaño pero unos suaves labios le impidieron seguir hablando.
Gulf lo rodeo por la cintura con un brazo y con el otro acaricio su mejilla, manteniendo sus labios en un dulce contacto. Aunque al no recibir respuesta del ángel, el menor terminó el beso, viendo a los sorprendidos ojos de este.
-¿Qué sucede, Mew?, ¿acaso no te gusto?.- preguntó dolido el moreno.
-Yo nunca había besado a nadie.- murmuró con pena el pálido, bajando la cabeza para tratar de esconder sus mejillas sonrojadas.
-No te preocupes, solo sigue mis movimientos.- dijo dulcemente el demonio, volviendo a unir sus labios al no haber réplicas del otro.
Mew se sentía derretir con la suavidad de los gruesos labios del menor, porque a quien engañaba, claro que le gustaba Kanawut, como a más de la mitad de la universidad. Gulf era simplemente hermoso y con un cuerpo de infarto.
Poco a poco el ángel fue correspondiendo el beso, pasando sus manos tímidamente por la espalda ajena. El demonio sonrió entre el beso cuando el otro correspondió, por lo que ahora paseo su lengua por los finos labios del mayor, pidiendo acceso a su cavidad, el cual le fue tímidamente concedido.
Sus lenguas se acariciaron de forma suave y erótica, sintiendo cómo poco a poco sus cuerpos se calentaban. Gulf mordió los labios ajenos antes de pasar a besar la mejilla del pálido, después su marcada mandíbula, donde mordió suavemente, para continuar a su cuello.
-Gulf.- suspiró tímidamente el castaño, tratando de alejar al chico que estaba haciendo su cuerpo temblar a causa del desconocido placer.
-Tranquilo angelito, déjame hacerte mío.- pidió con una voz tan sensual que el mayor solo pudo asentir rendido.
Con cuidado el demonio recargo el cuerpo ajeno contra el lavamanos, en la parte donde no había nada y comenzó a desabotonar su camisa blanca, dejando más de esa aperlada piel a la vista, además de un cuerpo de infarto, fornido y con músculos marcados.
Mew se sentía embriagado, no sabía si por el par de bebidas que tomó con sus amigos o por las corrientes de puro placer que lo recorrían. Su cerebro había dejado de funcionar en el momento en que sintió esos gruesos labios apoderarse de los suyos, mismos que ahora besaban su pecho con esmero.
La piel pálida frente a él era tan suave y tenía un sabor dulce, tal vez producto del perfume o loción del chico, lo cual lo incentivó a probar cada parte de este, mordiendo y dejando algunas marcas hasta que se topó con uno de los pezones del castaño.
De forma juguetona pasó su lengua por sobre la dura protuberancia, obteniendo una queja del mayor. Sin dudarlo adentro el botón rosado en su boca y lo torturó con su lengua.
-Ahhh.- gimió el pálido enredando una de sus manos en el cabello del pelinegro.
El demonio sonrió y continuó degustando aquella sensible parte del ángel, el cual temblaba y gemía en sus brazos. Con húmedos besos siguió su camino más abajo, pasando su lengua de forma sensual por cada marcado abdominal, quedando de rodillas frente al mayor.
-¿Puedo?.- preguntó Gulf comenzando a desabotonar el pantalón blanco del pálido.
-Tengo miedo.- admitió Mew con las mejillas sonrojadas. Se sentía avergonzado de que a sus 22 años seguía siendo completamente virgen.
-Tranquilo, angelito, llegaremos hasta donde tu me lo permitas.- afirmó el moreno viendo directamente a los ojos cafés que lo veían con erotismo y duda.
-Esta bien.- aceptó finalmente, sosteniéndose del lavamanos detrás de él.
Con tranquilidad el demonio desabotonó el blanco pantalón y lo bajo por las fuertes piernas del pálido. Sonrió al ver la erección ajena contra sus blancos boxers, con una marca húmeda en la punta.
La propia erección del menor estaba dura contra sus pantalones negros, le excitaba tener al inocente chico temblando y jadeando a causa de el. Pasó su lengua sobre la tela, haciendo a Mew gemir con gusto.
Finalmente bajo la fina tela que lo separaba del miembro del ángel y se deleito con su hermosa forma, dura y húmeda a causa de él. Con una de sus manos la rodeó firmemente y la apretó con suavidad.
-Oh Gulf.- gimió avergonzado Mew, tapando su boca después.
-No te tapes, quiero escuchar cada dulce gemido que salga de tu boca.- dijo Gulf con la voz ronca de la excitación.
-Pero hay gente afuera.- le recordó el castaño.
-Nadie escuchara con la música, no te preocupes.- dicho esto el demonio metió en su boca el miembro ajeno.
-Gulf.- gritó el pálido completamente loco del nuevo placer que recorría su cuerpo.
El moreno succionaba con gusto el miembro ajeno, acariciando sus bolas para darle más placer al bello chico. Metía y sacaba la erección de su boca, deteniendo en la punta, jugando ahí con su lengua.
-Si continuas voy a correrme.- murmuró el mayor con timidez.
-Hazlo, déjame probar tu dulce esencia.- aceleró el ritmo y succionó con más fuerza, escuchando los eróticos gemidos del castaño.
Mew paso una de sus manos por el suave cabello del pelinegro, buscando algo de soporte para el inmenso placer que lo recorría.
-Oh Gulf.- gimió casi en un grito cuando el clímax azotó su cuerpo, corriéndose en la cálida boca que tanto placer le había otorgado.
Con gusto el moreno trago cada gota de la blanquecina esencia, extasiándose con su dulce sabor, casi tan dulce como el lindo chico del que salió.
-Sabes tan bien, Mew.- afirmó el menor poniéndose de pie para rodear la cintura del ángel, el cual respiraba agitadamente. -Pero ahora me toca a mi poder correrme.- dijo con una sonrisa picara.
-¿Quieres que yo te haga lo mismo?.- preguntó con vergüenza.
-No, Mew, yo quiero correrme en tu interior, quiero ser el primero en tenerte.- dijo con seguridad Gulf, paseando sus manos por el firme trasero del pálido, acariciando la suave piel de sus nalgas y jugando descaradamente con la línea que escondía el pasaje en el que se quería vaciar.
-¿Dolerá mucho?.- se atrevió a preguntar el castaño. A pesar de estar nervioso y contando con que su primera vez no estaba siendo nada como él esperaba, saber que perdería su virginidad con el chico que le había gustado por dos años, ya era lo suficiente bueno para él.
-No si te preparo bien, así que date la vuelta y déjame ver ese lindo trasero.- Gulf le dio una juguetona nalgada y el ángel jadeó sorprendido, pero de igual forma obedeció, quedando de frente al enorme espejo, viendo su torso lleno de marcas rojas.
El demonio volvió a arrodillarse detrás del chico, besando cada blanca protuberancia, amasándolas entre sus manos, amando el contraste de su piel con la de Mew. De forma descarada pasó su lengua sobre la palpitante entrada del ángel.
-Gulf.- gimió bajito el más grande.
-Tranquilo, mi ángel, te gustara.- dijo dulcemente el pelinegro, besando con gusto cada nalga.
Mew sintió la cálida lengua juguetear con su entrada, ese lugar que nadie había explorado hasta ahora y aunque le daba vergüenza pensar en que tenía la lengua de alguien en aquel lugar, el placer que le daba cuando el húmedo músculo se adentraba en él era mucho mayor.
-Adentrare un dedo.- anunció el demonio para no tomar por sorpresa al mayor.
-Ujum.- respondió apenas el pálido, sosteniéndose firmemente del lavamanos pues sus piernas temblaban.
Poco a poco dedos y lengua fueron preparando aquel estrecho canal, que para sorpresa de los dos no fue muy difícil ensancharlo para lo que venía.
-¿Puedo tomarte y marcar tu cuerpo, ángel?.- preguntó el menor en el oído del otro, mordiendo el lóbulo de su oreja.
Ambos chicos se miraban a través del espejo, con sus respiraciones agitadas, sus ojos nublados del placer y un leve sonrojo en sus mejillas. El pálido asintió, incapaz de hablar correctamente.
El demonio, el cual se había mantenido completamente vestido, sacó su miembro y le dio unas caricias leves una vez lo liberó del apretado pantalón, después se acomodó y lentamente fue entrando en Mew, admirando sus gestos tan sensuales.
-Gulf, se siente bien.- suspiró el pálido una vez tuvo todo dentro, llenando de una forma exquisita.
-Se siente demasiado bien, mi ángel.- gruñó con posesividad el demonio, rodeando la cintura del mayor, deleitándose con la estrechez que lo rodeaba.
Con lentitud el menor comenzó un vaivén placentero, ambos suspirando de gozo. Para Mew era un placer nuevo y completamente enloquecedor, mientras que para Gulf era la vez que más lo estaba excitando y emocionando.
-Oh Gulf.- gimió cuando un punto en su interior le hizo casi ver las estrellas.
-Me encanta como gimes mi nombre.- el pelinegro tomó en su mano el duro miembro del mayor, acariciándolo al ritmo que lo penetraba, lento y con profundidad. Ver las caras del dulce ángel era todo un deleite visual.
-Voy a llenar tu interior de mi esencia.- el pálido ni siquiera se opuso, solo ladeo su cabeza y aun con su inexperiencia se apoderó de los gruesos labios del demonio, enredando sus lenguas de forma sucia.
-Ah ah, Gulf.- Mew no pudo retener más su orgasmo, manchando la mano del moreno.
-Mew.- gimió encantado cuando las paredes que lo rodeaban lo apretaron más, haciéndolo correrse en ese cálido pasaje.
-Te quiero.- murmuró agotado el ángel, ni siquiera pensó sus palabras, salieron desde lo más profundo de su corazón.
-También te quiero, mi ángel.- suspiró el menor recargando su cabeza en el hombro ajeno, para así poder besar la sonrojada mejilla del mayor.
Con cuidado el demonio se encargó de limpiar el cuerpo ajeno, acomodando sus ropas después.
-¿Puedo preguntarte algo?.- dijo tímidamente el pálido, una vez ya estaban listos para salir.
-Claro, angelito.- respondió el moreno con seguridad.
-¿En verdad te gusto?.- preguntó nervioso.
-Me encantas, Mew, pase lo que pase no dudes de eso.- afirmó con seguridad el demonio, tomando entre sus manos la bella cara del ángel, besando sus labios con dulzura. -Quédate conmigo esta noche.-
-Esta bien.- el mayor se sentía morir de la felicidad de estar con el chico más popular de la universidad, además de que le había hecho el amor de forma dulce y delicada.
Salieron tomados de la mano, siendo observados por todos, pues siempre habían visto a Gulf tratar mal al nerd.
-Mew, me preocupé por ti.- dijo Tul corriendo hasta ellos. -¿Qué significa eso?.- preguntó al ver como la mano de su mejor amigo estaba entrelazada con la del chico que odiaba.
-Mew y yo ya hicimos las pases, a partir de ahora voy a conquistarlo.- respondió el demonio con seguridad, antes de que Mew pudiera responder.
-¿Eso es cierto, Mew?.- le preguntó el ladrón a su amigo, completamente sorprendido.
-Si.- fue la tímida respuesta que dio el castaño.
-Como le hagas algo te la veras conmigo, Kanawut.- amenazó Tul al demonio.
-Yo llevaré a Mew a su casa, así que no te preocupes por eso.- dijo Gulf con calma.
-¿Enserio?.- preguntó ilusionado el pálido.
-Claro, mi ángel.- la dulzura con la que dijo aquello le dio algo de confianza a Tul y a Max, aunque sabían que no podían confiar del todo en el tipo que parecía vivir para molestar a Mew.
Gulf encaminó al mayor hasta la mesa donde anteriormente jugaba con sus amigos, los cuales ahora solo estaban bebiendo. Todos lo vieron asombrados al notar que venía con el nerd a su lado, el cual estaba sonrojado.
-¿Qué hace él aquí?.- preguntó Bright quien tenía a Win sentado sobre sus piernas.
-Mew ellos son mis amigos, Bright, Mild, Off y Gun.- los presentó el demonio. -Mew será mi acompañante esta noche.- anunció con orgullo y Mild sonrió, aunque los otros lo vieron extraño.
Ninguno dijo algo más, todos se enfrascaron en pequeñas pláticas, murmurando cosas sobre Gulf y Mew.
-Perdona a mis amigos, supongo que no se esperaban que viniera contigo.- susurró el demonio al oído de su acompañante.
-No te preocupes, todos nos ven y no los culpo, tampoco pensé que terminaría contigo esta noche.- dijo tímidamente el ángel, recargando su cabeza en el hombro del menor.
Platicaron de cosas sin importancia, bebiendo un poco, a Gulf ni siquiera le importaron sus amigos, toda su atención se concentró en el ángel a su lado.
Un par de horas después, el moreno llevó al ángel hasta su casa.
-¿Mañana volverás a molestarme?.- se atrevió a preguntar Mew, pues al día siguiente tenían clases de nuevo.
-No, angelito, ya no tengo que hacerlo si tengo tu atención.- respondió el demonio acariciando el cabello del castaño.
-Siempre la has tenido, Gulf.- confesó completamente sonrojado.
-Eres tan lindo, mi ángel.- el menor se inclinó en el asiento y tomó dulcemente los labios del pálido, deleitándose por última vez en el día con los labios del ángel.
-Nos vemos mañana.- murmuró sobre los labios ajenos.
-Nos vemos.- Gulf emprendió el viaje a su casa una vez vio que Mew entro a su casa, suspirando al pensar en lo que había hecho.
😈😇
Al día siguiente Mew llego a la universidad muy nervioso, no quería tener que volver a su rutina donde Gulf y sus amigos lo molestaban diario en los pasillos.
El pálido llegó a su casillero con nerviosismo, tomando los libros que necesitaba.
-¿Cómo está mi ángel?.- preguntó Gulf sorprendiendo al pálido.
-Me asustaste Gulf.- Mew puso su manos sobre su corazón, sintiéndolo latir con fuerza.
-Lo siento angelito, pero mira te traje un girasol.- dijo emocionado, mostrándole la enorme flor amarilla.
-Es hermoso, muchas gracias.- el castaño tomó la flor en sus manos y tímidamente le dio un beso en la mejilla al moreno.
-Me alegra que te gustara.- al pelinegro no podía importarle más las miradas de todos en el pasillo. -Te ves muy lindo.- halagó al pálido, este vestía unos pantalones de mezclilla y una enorme sudadera azul claro, resaltando su blanca piel, además de sus lentes de pasta negra.
-Gracias.- dijo sonrojado. -Tu te ves muy guapo.- Gulf siempre vestía unos pantalones ajustados y alguna camisa que dejará sus lunares a la vista.
-Gracias angelito.- esta vez fue el menor quien besó la mejilla del pálido. -¿Me darías tu numero, Mew?, quiero comer contigo después de clases.-
-Claro.- intercambiaron sus números y se despidieron cuando el timbre sonó.
Gulf fue hasta su clase, donde sus amigos lo veían curioso, a excepción de Bright.
-¿Enserio estuviste con Mew?.- le preguntó directamente cuando se sentó cerca de él.
-¿Tienes algún problema con eso?.- cuestionó Gulf con fastidio.
-Gulf, el reto era que te lo follaras, nada más, ¿Qué es este teatro de traerle flores?.- dijo con diversión. -¿O es que quieres divertirte más con el nerd?.-
-Bright, detente.- dijo Mild de forma seria.
-Vamos chicos, ¿nadie va a decir algo?, Gulf vive por molestar al nerd, ¿Por qué ahora parece que quiere conquistarlo?.- se quejó Bright.
-Es cosa de Gulf si quiere estar con el nerd, no lo molestes ya Bright.- dijo Gun quien estaba sentado sobre las piernas de Off.
-Están locos.- dijo el mencionado, rindiéndose contra sus amigos.
😈😇
Pasaron unas semanas, cada día Gulf le llevaba un girasol a Mew, salían a comer muy seguido y se daban dulces besos aun en la universidad, donde todos los juzgaban con la mirada.
Ambos eran sorprendentemente felices, reían y hasta el castaño se había vuelto menos tímido con el menor.
-¿Esta noche quieres ir a mi departamento?.- preguntó el moreno en el oído del mayor, abrazándolo por la espalda.
-Eso me gustaría.- aceptó Mew, pues aunque sabía a lo que irían, él también lo deseaba, después de casi un mes desde aquella primera vez, ansiaba volver a sentir ese loco placer.
-¿Sabes qué haremos?.- preguntó de forma coqueta el menor.
-Me hago una idea.- dijo tímidamente.
-Muy bien, nos vemos después de clases, mi ángel.-
-Nos vemos.- Gulf dejó un corto beso en los labios del pálido y corrió a su salón de clases.
Las clases pasaron con normalidad, el moreno salió a comer con sus amigos a la cafetería de la escuela.
-Hay fiesta el día de hoy en mi casa, ¿se apuntan?.- dijo Mild llamando la atención de sus amigos.
-Claro, nosotros vamos.- dijo Off viendo a su novio el cual asintió.
-¿Puedo llevar a Win?.- preguntó Bright, pues se había estado viendo con ese chico desde la fiesta de disfraces.
-Claro, llévalo.- aceptó Mild.
-¿Entonces yo puedo llevar a Mew?.- preguntó Gulf.
-¿Sigues con el nerd?.- preguntó Bright sorprendido.
-Si, ¿algún problema?.- se quejó el moreno enojado.
-Maldita sea Gulf, era solo una estupida apuesta.- Bright golpeó la mesa frustrado.
-Es mi maldito problema si quiero seguir con él o no.-
-Fue un maldito reto, ¿Qué es esa mierda de que estas enamorado del nerd que siempre molestamos?.- Gulf se acercó furioso a su amigo y lo tomó de la camisa.
El menor no quiso escuchar más a su "amigo" por lo que tomó sus cosas y salió enojado de la cafetería.
Del otro lado de la facultad, Tul corría en busca de su mejor amigo. El pálido estaba sentado dentro de su salón de clases, anotando algunas cosas en su libreta.
-Mew.- gritó entrando al salón, llamando la atención de su amigo.
-¿Qué sucede Tul?.- preguntó el castaño.
-Yo escuche algo que tal vez te interese.- comentó nervioso el moreno, sentándose junto a su amigo para tomar su mano. Tul sabía que lo que diría destrozaría completamente a su amigo.
-¿Por qué tanto misterio?, dime que es.- Mew sonrió divertido por la actitud de su amigo, sin saber qué le diría este.
Unas horas después Mew estaba en su casa, esperando a que Gulf llegara por él para ir a cenar a la casa de este último. Sus ojos estaban rojos, sus manos dolían de la fuerza con la que las hacía puños.
-Hola, mi ángel.- dijo el menor con dulzura cuando la puerta fue abierta, dejándolo ver al triste chico. -¿Qué sucede?.- preguntó borrando la sonrisa de su rostro.
-Eres un maldito.- gritó furioso el castaño, tomando las flores que el chico traía y lanzándolas contra el piso, completamente enojado.
-¿Mew dime que demonios sucede?.- preguntó confundido el pelinegro.
-Tul me dijo que te escucho hablando con tus amigos.- comenzó a explicar, con las lágrimas corriendo por sus mejillas. -¿Fui solo una maldita apuesta, Kanawut?.-
-No, Mew, espera.- Gulf tomó las manos del mayor, pero este forcejeo, asqueado del toque ajeno.
-No, Gulf, maldita sea yo caí, me engañaste, enserio creí que te gustaba, soy un tonto.- gritó golpeando el pecho del menor.
-Escúchame, ángel, por favor.- pidió el moreno, sus propios ojos picaban con las lágrimas que querían ser derramadas.
-Lárgate, no quiero saber nada más de ti, vete.- pidió Mew con la cara roja de la furia que lo recorría.
-Mew por favor.- rogó Gulf queriendo detener las manos que lo golpeaban apenas con algo de fuerza.
-Lárgate por favor, no quiero verte, vete.- jadeó el pálido cuando comenzaba a sentir que la adrenalina abandonada su cuerpo.
-Lamento esto, mi ángel, en verdad lo siento.- el pelinegro recogió las destrozadas flores y se fue. Mew cerró la puerta y cayó de rodillas al suelo, llorando con fuerza.
😈😇
Después de aquel día Mew no volvió a tener algún acercamiento con Gulf, procuraba huir si lo veía, aun cuando este ni siquiera hacía el intento de acercársele, tan solo se limitaba a verlo con unos ojos tristes.
Aun con el paso de los años, el pálido sentía que no podía superar del todo lo que había, cada día se recordaba no volver a ser ese chico sumiso que se dejaba engañar por cualquier persona que le hablara bonito.
Ahora, cinco años después, era el maestro más temido de la universidad donde se encontraba trabajando desde que se graduó como ingeniero, tan solo un mes después de aquella tragedia que ni quería recordar.
Todos le tenían respeto, era un maestro firme, serio y bastante duro al dar su clase, con pocas personas se permitía seguir siendo el adorable Mew de antes, Tul y Max seguían siendo sus mejores amigos y gracias a ellos pudo sobrellevar un poco mejor aquella traición tan horrible.
Esta vez Mew entraba al gimnasio de la universidad, vestido enteramente de rojo, con una cola de demonio y un maquillaje oscuro, resaltando sus rasgados ojos. La escuela había organizado, como cada año, su fiesta de Halloween.
Usualmente los profesores no se disfrazaban, pero esta vez habían querido ser parte de la celebración, por lo que el castaño se vistió de aquel ser que le destruyó la vida, como un firme recordatorio de que no se puede confiar en estos.
-Profesor Suppasit, se ve muy bien.- lo halagó una chica de su clase, de la cual sinceramente no recordaba su nombre.
-Muchas gracias.- dijo amable, aun con su tono serio. Mew sabía que muchos estudiantes e incluso otros profesores se sentían atraídos a él, pues aceptaba que tenía un buen cuerpo y una cara bastante atractiva.
El ahora demonio no solía socializar con otros maestros, debido a su nueva actitud no quería relacionarse con alguien y terminar decepcionado, por lo que estuvo cerca de la barra tomando whisky, solo mirando a los estudiantes divertirse, notando como algunos lo miraban con lujuria.
Mew nunca se metería con un estudiante, pero debía admitir que había tenido algunos encuentros casuales con chicos, pues era su forma de descargar la furia que se alojaba en su pecho desde aquel día.
De repente entro un chico que llamo la atención de todos, enteramente vestido de blanco, con su cabello negro bien peinado y unas alas blancas. Sus ojos se encontraron por casualidad y el pálido lo supo, podría reconocer esos ojos en cualquier lado.
Aun después de tantos años no había olvidado ningún detalle del chico que le robó su primera vez. Gulf tembló ante la pesada mirada que recorría su cuerpo.
El ángel no esperaba encontrarse ahí a Suppasit, no después de aquel día que destrozó al ser más bello del mundo. Pero no necesitaba hablarle para saber que este había cambiado completamente, pues ahora se mostraba seguro, con una mirada coqueta.
-Up, iré al baño.- anunció Gulf a su amigo, el cual lo había invitado a esa fiesta de la universidad donde trabajaba.
El pequeño ángel sintió su pecho apretarse al ver a ese hombre, su respiración se agitó y sintió que caería de rodillas si no se tomaba un tiempo para relajarse.
-Esta bien, yo iré a saludar a unos compañeros.- dijo Up el cual vestía de policía.
Gulf casi que corrió al baño más cercano y se recargo contra el lavamanos, tratando de calmar su respiración.
-Tranquilo Gulf, tal vez él ni siquiera te recuerde, han pasado cinco años.- se dijo a sí mismo, con una mano en el pecho para sentir el rápido latir de su corazón.
De repente la puerta del baño fue abierta, dejando ver al hombre del que había huido, con su firme pecho casi al descubierto debido a la camisa roja que traía desabotonada de arriba.
-Hola, angelito.- dijo sarcásticamente el mayor, cerrando la puerta detrás de él al notar que no había nadie más en el baño.
-Yo... hola...- tartamudeó el menor, encogiéndose nervioso en donde estaba recargado.
-¿Qué tal si nos divertimos un poco, angelito?.- preguntó de forma sensual, acercándose al chico como un animal acechando a su presa.
-Yo tengo.. tengo que volver con mi amigo.- respondió Gulf demasiado nervioso al ver la penetrante mirada que parecía comérselo. Este no era el Mew tierno con el que había hecho el amor por primera vez. Porque si, Mew no había sido una simple follada.
-No te preocupes, sé que Up sabrá esperar.- sin esperar más el castaño sentó al menor sobre el lavamanos y rodeo su fina cintura.
El ángel quería decir algo, quería alejarlo de su cuerpo y poder hablar con él de aquella situación que los había destrozado a los dos, porque si, él también lloró después de aquella noche donde Mew le gritó y lo golpeó.
Pero el demonio no quería hablar de eso, quería descargar toda esa furia que recorría sus venas. Quería aprovechar la oportunidad de devolverle un poco de lo que él había sentido. Sus labios se encontraron después de 5 años, una pasión explotó en ellos al volver a sentir esa caricia.
Mew no perdió el tiempo y mordió con algo de rudeza los gruesos labios del menor, provocándole un jadeo que le permitió adentrar su lengua en la cavidad ajena. Por más que el pelinegro quería resistirse, su deseo contenido era más fuerte.
-Mgh...- gimió entre el beso el moreno. La intensidad con la que era besado hizo que su cerebro dejará de pensar de forma congruente. Sus manos se sostuvieron de la ancha espalda del pálido, mientras sus lenguas se enredaban de forma sucia.
Con manos hábiles Mew fue desabotonando la camisa blanca del menor, pasando sus labios por toda la hermosa piel morena que tenía frente a él. Sus dientes no se contuvieron a encajarse en esa dorada piel, dejó varios chupetones por todo su pecho, deteniéndose a jugar con esos rosados pezones que ya se encontraban duros.
-Mgh Mew.- gimió con gusto cuando las manos de Mew jugaban con sus pezones y su hábil lengua se paseaba por uno de sus botones.
-Ahora yo voy a tomar tu cuerpo, angelito.- gruñó el mayor bajando de un tirón los pantalones y la ropa interior del menor, dejando a la vista su erección.
-Espera... Mew... No...- quisó alejar el fornido cuerpo entre sus piernas, pero apenas si podía usar su fuerza, su cuerpo estaba débil antes las sensuales caricias.
-Te voy a follar y quiero que veas mi cara para que no se te olvide.- el demonio abrió las largas piernas del moreno, acariciando sus muslos con posesividad.
El mayor se arrodilló entre sus piernas y mordió la suave piel de los muslos internos de Gulf, dejó sus rojas marcas, encantado con cómo quedaban en el cuerpo del chico.
-Mew, por favor.- rogó el ángel completamente perdido en el placer. -Mew.- grito cuando sintió la cálida lengua adentrarse en él.
El demonio metía y sacaba su lengua a un ritmo rápido, pronto se le sumaron sus dedos, expandiendo el lugar donde se correría después.
-Voy a correrme en lo más profundo de ti.- dijo Mew con la voz ronca de la excitación que inevitablemente estaba sintiendo. A pesar de los años Gulf aún encendía su cuerpo de la forma en que nadie más lo había hecho en esos cinco años.
De forma casi desesperada el mayor abrió su pantalón y sacó su miembro, el cual estaba duro de la excitación. Tomando entre sus manos la cadera de Gulf, se enterró de una sola estocada en él.
-Mew.- gritó el moreno encajando sus dedos en los hombros ajenos.
-Se siente tan bien.- gruñó con placer el demonio.
Sus labios volvieron a unirse de forma apasionada, mientras el mayor comenzaba a entrar y salir del cálido interior del menor. Sus gemidos se perdían entre los labios del otro, su saliva se mezclaba de forma lasciva, escurriéndose por los lados.
Sus gemidos y gruñidos hacían eco en el silencio del baño, podían escuchar como sus pieles chocaban de forma erótica y excitante, llevándolos al borde del clímax.
-Te amo, Mew.- gimió el ángel cuando placer fue demasiado para soportarlo y se corrió manchando su abdomen.
El demonio se quedó quieto pensando en lo que acababa de escuchar, pero la opresión que lo rodeaba y el sentimiento en su pecho lo hicieron explotar dentro de Gulf, llenándolo de su cálida esencia.
Mew recargo su frente en el pecho del pelinegro, ambos respirando agitadamente, con Gulf acariciando el cabello del castaño.
-¿Porque sigues jugando conmigo?.- preguntó Mew con un tono dolido.
-No estoy jugando contigo, nunca quise jugar contigo.- respondió el ángel apresurándose a acomodar su ropa cuando el pálido se alejó de su cuerpo.
-¿Entonces porque demonios lo hiciste?.- gritó furioso el pálido.
-Porque fue la única forma que encontré de acercarme a ti.- gritó en respuesta el menor. Era el momento para hablar y explicar cómo pasaron las cosas. -Déjame explicártelo, por favor.- rogó de forma dulce, acariciando el rostro del mayor.
Mew no dijo nada, dentro de él estaba teniendo un debate. Tenía miedo de volver a confiar en ese hombre, pero sabía también que lo quería, muy en el fondo deseaba poder perdonar a Gulf y quedarse con él, pero su lado malvado le decía que huyera, que dejara ahí al chico que lo había dañado tanto.
-Desde que te vi estoy enamorado, fuiste mi amor a primera vista, eras tan tierno y dulce que me encontré viéndote todos los días.- comenzó a decir Gulf, aun cuando no había recibido una respuesta del otro, aunque el hecho de que no se alejara de su mano le daba esperanza.
-¿Y por eso me molestabas?.- preguntó aun con enojo Mew.
-Era muy infantil en aquel momento, era la única forma que pensé para acercarme a ti y sé que está mal, malditamente mal.- se excusó el menor, aunque era cierta cada palabra que decía. -Mild lo supo, él siempre supo lo que sentía por ti, por eso aquella noche de Halloween me reto a follarte en los baños.-
-¿Entonces era verdad el reto?.- el corazón del demonio se oprimió en su pecho. -¿Siempre fui una maldita apuesta para ti?.-
-Te amo, entiéndelo, se que no debí hacer nada de lo que hice, pero tome ese reto como mi oportunidad de finalmente tenerte para mi, me esforcé en demostrarte, después de esa noche, que valía la pena que estuvieras conmigo, cada maldito día salía a buscarte girasoles y procuraba decirte lo lindo que te veías.- explicó el menor con frustración. Sabía que no sería fácil que Mew le creyera, menos después de tantos años, pero era la verdad.
-No se si pueda creerte.- murmuró el mayor bajando la cabeza, aun con la mano del menor acariciando su mejilla.
-Lo sé, entiendo que no me creas, pero dime ¿tu me quieres, mi ángel?.- se atrevió a preguntar Gulf, levantando la cabeza del otro para poder verlo a los ojos. Esos ojos rasgados que ahora se veían igual al tierno chico de la universidad.
-Me odio por seguir haciéndolo, pero si.- confesó Mew.
-Déjame demostrarte que te amo, si me das una oportunidad te prometo que nunca te haré dudar de mi amor y que me esforzaré cada día para hacerte feliz.- prometió el pequeño ángel con esperanza e ilusión.
Se miraron a los ojos, en unos había duda e incertidumbre, en los otros había ilusión y amor.
😈😇
Un año después la casa de Suppasit se llenaba de sus amigos y familiares para la fiesta de Halloween que había organizado.
-¿Amor, que disfraz quieres usar tu?.- preguntó una dulce voz saliendo del enorme armario con dos trajes.
-Dime que quieres que sea esta noche, cariño, ¿tu ángel o tu demonio?.- preguntó Mew acercándose al sensual cuerpo que solo vestía unos boxers.
-Tu puedes ser lo que quieras, mientras seas mío, Mew.- el chico tiró los trajes y rodeo el cuello de su novio.
-Esta noche el demonio te llevara al infierno de todas las cosas que te va a hacer, Gulf.- murmuró el pálido en el oído ajeno, tomando entre sus labios el lóbulo de su oreja.
-No puedo esperar a que lo hagas.- dijo el menor con una enorme sonrisa.
Ambos se vistieron, Gulf con el traje de ángel y Mew con el traje de demonio. Bajaron al salón donde ya se encontraban algunas personas y la fiesta comenzó.
Había música a todo volumen, bebidas y comida, gritos de emoción por todos lados y absoluta diversión.
Ya entrada la noche, la pareja se quedó sola, con la casa hecha un desastre, pero eso no les importaba esa noche.
-Baila conmigo.- pidió Mew a su novio, después de colocar una canción lenta en el reproductor.
-Con gusto, mi ángel.- Gulf no había perdido la costumbre de llamarle así a su pareja, pues para él siempre sería eso, su bello ángel.
-Mi pequeño demonio.- murmuró el pálido con gusto cuando tuvo entre sus brazos el cuerpo ajeno.
Se movieron al compás de la música, mirándose a los ojos con todos los sentimientos que el otro les ocasionaba.
-Te amo, Gulf.- dijo el castaño en un suspiro.
-Mew.- jadeó sorprendido el pelinegro, pues su novio nunca le había dicho aquellas palabras.
-Te amo, gracias por demostrarme cada día que enserio me amas.-
-Te amo tanto.- dijo el moreno con emoción, apoderándose de los labios ajenos con pasión. -Hazme el amor.- pidió.
-Te haré todo lo que quieras, mi demonio.- sin esfuerzo alguno tomó al menor de los muslos para cargarlo, mientras este le rodeo la cintura.
Entre besos amorosos y cálidas sonrisas llegaron a su habitación, la cual sería testigo de que los ángeles y los demonios no siempre se llevan mal.
😈😇😈😇😈😇😈😇😈😇
Feliz Halloween!!!
En realidad yo no celebro Halloween casi, pero me gusta la celebración. Este capitulo siento que es muy básico, pero la verdad me gusto como quedo.
Se que seguro se esperaban otra cosa con ese titulo, pero tampoco quería hacer algo muy fantasioso.
Espero les haya gustado y lo apoyen. 🖤🖤🖤
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