- ¡Manuuueeeeeeelllllllllllllllllllll!

- ¿Te puedes callar por favor? Necesito con centrarme.

- Pero yo te necesitooooooooooooooooo.

- Eres insoportable Alex, ¿qué quieres?

- Que hagas un video conmigo. Mis fans te reclaman.

- ¿Enserio ?

- Me duele decirlo pero... si.

- Entonces...

- ¿Aceptas?

- No.

- Pero ¿por qué?

- Porque no soy igual que tú. No me interesa la celebridad, y no me interesa el número de fans que tengo. Si yo hago algo, lo hago por pasión, no por números.

- Manuel, te voy a explicar algo.

Alex se sentó en una silla y se acercó a mi.

- Yo, estoy famoso. ¿Verdad?

- Todo el mundo lo sabe.

- Bueno. Y tú, la gente te ama porque... porque eres mi primo, ¿ves? Existes porque yo existo.

- No. No voy a dejar que me digas eso. Es muy... malo. Eres un chico malo Alex. ¡Estás diciendo que yo vivo por ti! No te necesito para existir ¡mierda!

- No te enojes, Manú. Sólo te explico las cosas.

- Me importa una mierda lo que tu piensas. Yo vivo por mi, y solamente por mi. No dependo de ti, y menos desde que te has metido en mi relación con Bia. Así que por favor vete, y no me hables porque cada palabra que sale de tu puta boca es una mierda.

- Las palabrotas Manuel. - dijo Víctor entrando en nuestro cuarto. - ¿Qué pasa aquí?

- Pasa que tu primo de mierda se está enojado porque le dije que sin mi ni existe.

- ¿Qué ?

- Alex, por favor, vete. No quiero enojarme.

- Manuel, cálmate. - Paula, mi tía, entró también en la habitación. Todo el mundo está en contra de mi, enserio. - Alex, sal de aquí por favor.

- De acuerdo mamá.

- Tu también Víctor.

- Pero..

- Víctor, por favor cariño.

Él suspiró il salió de la habitación, dejándome sólo con Paula. Tenía miedo de lo que ella podía decirme.

- Manuel, tengo que hablar contigo.

- Si, lo había entendido.

- ¿Sabes? Aquí no es tu casa. Es nuestra casa, la casa de Victor, de Alex, de Antonio y la mía, pero no la tuya. Te estamos acogiendo por tu mamá. Ella necesitaba nuestra ayuda. Pero aquí, yo dicto las reglas, y tu aplicas.

- Entonces es la prisión ¿verdad?

- Ja. Ja. Qué chistoso Manuel. Pero no estoy de humor bromeando. Te hablo enserio. No eres bienvenido aquí.

- Vale. Entoncese me voy. - dije levantándome.

Empecé a tomar unas ropas de mi armario y las puse en una bolsa de deportes.

- ¿Qué haces?

- Te lo dije. Me voy.

- Y ¿dónde vas a ir?

- No sé, en la calle tal vez. O en la casa de un amigo. No sé, pero ya no puedo estar aquí. Siento que... que nadie me ama. Y es la verdad. No pertenezco aquí.

- Vale. Si eso es lo que quieres.

- Vale, adiós.

Me fui. Y no sabía dónde ir. Pero me fui, y esta vez, definitivamente.