Un Buen Padre

—¡Ugh! —

—¿Estas bien?—no era la primera vez que la reina se quejaba. Claro, había disfrutado cuando concibieron a su hijo y claro que seguía disfrutando pies su embarazo había aumentado su apetito sexual, sin embargo, eso no quitaba que tenía dolores de espalda y sus senos estaban demasiado sensibles. Ya estaba a pocos meses de parir y la verdad era que le frustraba estar sentada la mayoría del tiempo por las atenciones de su padre y su esposo, de todas formas, tambien le molestaba cuando la necesitaban y la hacían levantarse. Hormonas del embarazo.

—Si, solo una patada—sonrió acariciando su enorme barriga. La expresión de curiosidad en su marido la desilusionó

—¿Patean? —

—Meliodas, deberías de saberlo—

—Hu—suspiró el varón tomando asiento a su lado—Bueno, como zeldris y yo fuimos creados de la magia del rey demonio no se mucho de esto, además, no tuve un buen ejemplo de padre—relato con una mueca. Había olvidado eso, ellos habían sido creados desde materia oscura hasta barro del purgatorio, no de la forma tradicional como los humanos—Lo más cercano a un padre que tuve fue chandler, pero tampoco fue muy bueno—

—Oh mel—acarició un poco su rostro con ternura—Eso no debería de preocuparte justo ahora, es pasado y estoy segura de que serás un gran padre—una sonrisa lleno el rostro del demonio que tomó la mano de la diosa entre la suya

—Gracias ellie—

—No hay de que—

—Bueno—la soltó para juntar sus manos—Solo hay que esperar a que nazca y estoy seguro que podré afrontar cada cosa, incluso el nombre que quiera ponerse—Elizabeth tembló un poco dudando, no había entendido absolutamente nada de lo que había dicho por lo que se puso de pie con cuidado y empezó a caminar hacia la puerta de su habitación

—Meliodas, nosotros les ponemos el nombre—

—¿Qué? ¿Se le debe de poner nombre? —la siguió desde cerca, la albina solo le dedico una mirada incrédula y ligeramente molesta por eso —Eso es imposible, padre no nos puso nombre ni a zeldris ni a mi. Nosotros los escogimos—

—Esto será difícil —se quejo en bajo sosteniendo su espalda con una mano y mirando a su alrededor. Empezaba a fastidiarse de esa conversación, después de de todo ella si sabía sobre eso y las hormonas por su embarazo la irritaba con facilidad. Inhalo y exhalo intentando no pelearse por algo tan irrelevante como eso—Los padres les ponemos los nombres a los bebés, eso hacen los humanos y las diosas mel. Debemos pensar en un nombre para él o ella—

—Elizabeth—su voz le había salido ronca por lo que la albina volteo a verlo—Te recuerdo que yo no soy humano y tampoco soy una diosa. No se nada sobre esto—elveo un poco la voz. El miedo empezaba a consumirlo con gran facilidad. No sabía sobre los nombres, pañales, ropa, jugar con él. Sus juegos eran entrenar hasta que sus huesos se partían y si no lo hacía su padre le daba una paliza por no resistir el entrenamiento, el nombre lo escucho entre una aldea humana a la cual había ido a masacrar, le había gustado tanto que decidió adoptarlo y ser llamado como "meliodas" aunque claro, al final mató al humano con ese nombre. En esos tiempos tu nombre no era tan mencionado solo el cargo al que pertenecías. El solo era el líder de los 10 mandamientos o el hijo del rey demonio. Una simple marioneta de alguien que lo creo solo para seguir compitiendo con su rival

Cuando la deidad suprema creo a elizabeth el rey demonio se lleno de tanta envidia que creo dos hijos para ganarle en eso a la suprema deidad. Eso era algo estúpido

Miró a su esposa seguir caminando escuchando a una de las sirvientas, el festival de la paz estaba por llegar y debían de hacerse cargo de eso, incluso su hermano y gelda iban a asistir junto a varios demonios que querían vivir sin rencores con el reino humano. Sería un gran evento, el primer festival en el que hadas, gigantes, demonios, diosas y humanos festejarian el fin de una guerra. Sería difícil claro, aún había humanos con rencores hacia las demás razas pero al menos podían intentar hacer las paces.

Y eso lo tenía aún más abrumado, cuidar a su esposa embarazada con algo de lo que apenas sabía, vigilar que todo saliera a la perfección y sin contar que su esposa aveces solo se le aventaba encima con pasión. No se quejaba, le gustaba cuando hacía eso pero pensar en lo demás lo tenía más concentrado de lo que debería

Tendría que ponerse a investigar todo lo que podría sobre ser un ejemplo para su hijo, con tal de no hacer lo mismo que su padre ni causarle el mismo sufrimiento que el suyo a él. Primer paso para ser buen papá, ponerle un nombre. Infló el pecho con orgullo metido en sus pensamientos de victoria sin notar la mirada extraña que le dedicaba su esposa

—¿Y ahora en que estará pensando? —murmuró dejándolo atrás mirando su redondo vientre

*

—Hola bartra—

—Oh, meliodas ¿qué sucede? —lo vio en la tienda de juguetes escogiendo entre un caballito de madera o un caballero. El blondo ladeo la cabeza con una de sus caras chibi pensando

—¿Qué haces? —

—Le compró juguetes a mi nieto hasta que mi corazón esté satisfecho—

—¿Juguetes? —el antiguo rey volteo a ver a su sucesor con fastidio—He visto a algunos niños jugando pero no sabía que necesitaban juguetes—tomó uno de entre todos los que había, era extraño, nunca necesito uno de esos. Lo agitó un poco logrando que el muñeco moviera la cabeza de un lado a otro y se rió de forma infantil

—Claro que necesitan juguetes, para que se entretengan y creen sus propios mundos de fantasía—juguetes. Su sonrisa se volvió aún más grande debido a eso, tomó un caballo que estaba ahí sin soltar a al muñeco que movía su cabeza y corrió hacia la señora que los vendía todos. Entonces para ser buen padre debía de comprarle juguetes para que esté contento

—Me los llevo—

—P-Por supuesto alteza—tembló la mujer al ver la mirada decidida en su rey y recibió el dinero con de su generoso monarca cuando este salió viendo atento su compra. Esperaba que cuando su primogénito naciera le gustaran aquellos juguetes que acababa de comprar ese día

*

Seguía paseando por el pueblo mirando cualquier cosa que hacían los niños, se ponían lodo en la ropa mientras jugaban con él, abrazaban a sus madres o a sus padres, se la pasaban corriendo de un momento a otro e incluso tropezaban y empezaban a llorar de forma ruidosa.

Se sentía confundido y emocionado, a lo largo de su vida le había tocado criar a elizabeth muchas veces y nunca comprendió porque le gustaba tanto jugar, tal vez no entendería eso en su hijo pero quería intentarlo. Su mente floto al ver a un humano cargando a un bebé llorando que no pudo evitar acercarse ante la mirada de varios.

—¿Qué le sucede? —preguntó

—No lo sé, tal vez sea hambre, tal vez quiera tomar una siesta o tal vez el pañal esté sucio—meliodas alzó una ceja—No habla así que debo de adivinarlo —

—¿Cómo? ¿No hablan y te piden que hagas lo que dicen? —toda la gente dejo de caminar para verlo con una gira de sudor frío. Algunos empezaron a reírse mientras otros no quitaban sus ojos sorprendidos de su rey actual. Esa había sido la preguntas más estúpida que habían escuchado nunca. El padre del bebé sólo trago el nudo en su garganta y sonrió nervioso

—Eh no majestad, los bebés no hablan hasta cierta edad —

—Ustedes los humanos son muy complejos—

—¿Eh? —lo miro algo perturbado, la cara de idiotez en meliodas era realmente rara, no sólo porque parecía más pequeño sino porque no dejaba de estar a su alrededor viendo como mecia a su hijo. Fue tantas veces que incluso el bebé dejó de llorar y empezó a seguirlo con los ojos de un lado a otro, empezó a reír al momento siguiente extendiendo sus brazos hacia el gobernante, solo con eso el rubio dejó de moverse para verlo

—¿Qué es lo que quiere? —

—Pues parece que quiere que lo cargue majestad—

—¿Yo? —miró al pequeño con los ojos ligeramente cerrados, lo tomó entre sus brazos de forma descuidada y fuerte que el padre no tardo en empezar a sudar del miedo a que el gobernante lo tirara. Sin embargo el demonio rápidamente lo acomodó entre sus brazos de la forma correcta tranquilizado al joven padre, de tantas veces haber cargado a elizabeth cuando era un bebé ya tenía práctica así que eso sí lo sabía. El niño lo miró con sus ojos café grandes y vidriosos por las lágrimas, se llevó su mano a la boca y empezó a chuparla.justo cuando él mundo parecía volver a rodar, meliodas hizo más preguntas que lo hizo detenerse—Nada habla, yo se que lo haces—el bebé dejó de chupar su mano para verlo—Elizabeth lo hacía, digo, no estuve mucho tiempo con ella cuando era bebé pero aveces hablaba conmigo—el pequeño parpadeo un par de veces—Si no hablas entonces ¿como pides lo que quieres? ¿Enserio solo esperas a que hagan lo que quieres aunque se equivoquen? Suena cansado—

—Ba...—el joven padre del bebe contuvo la respiración en ese momento y meliodas hizo una sonrisa tan ancha que dio ternura a los que miraban

—Nishishi lo sabía ¡si hablas! —

—P-Pero majestad eso no es...—

—Ahora podrás pedir lo que quieres mas seguido. Vaya que soy un genio, mi hijo tendrá la suerte de tenerme como padre—infló su pecho lleno de seguridad y dejó al bebé con su padre no sin antes despedirse con la mano y caminar despreocupado mirando su alrededor. Tampoco era tan idiota, no sabía tantas cosas sobre ser padre pero sabía pocas sobre bebés, por ejemplo que se alimentaban de la leche materna hasta que les salían los dientes y empezaban a comer lo que todos. Debía admitirlo, sentía un poco de celos de saber que los pechos de elizabeth serían de su hijo durante un tiempo, ahora ya no le iba a permitir tocarlos con la excusa de que debía de esperar hasta que dejara de amamantar. Suspiro resignado bajando la cabeza

—Buaaaaaaa—el lloriqueo en un menor de edad llamó su atención a tal grado que volteo a verlo con una mueca. Lloraba mientras su madre le quitaba su camisa mojada y toda sucia algo molesta y luego empezaba a ponerle una limpia a la fuerza. No sabía si lloraba por lo brusca que estaba siendo o porque había ensuciado su ropa

—Diot, te dije que no podías salir a jugar con tu camisa. La acabo de lavar y volviste a ensuciarla —

—L-Lo lamento—se quejo cuando esta lo reprendió con una mirada severa sin notar la presencia del monarca detrás de ella. Quien, pese a lo que sucedía, solo tenía una duda en su cabeza

—Disculpe—

—¡Majestad! —salto del susto haciendo una reverencia torpe en el suelo tomando a su hijo de la mano

—¿Por qué lo viste? —

—¿Eh? —

—¿Acaso no lo hace solo? —la madre alzó una ceja confundida y cargo a su pequeño ligeramente extrañada

—No, aun es muy pequeño pero ya casi lo empezará a hacer. Necesita de mi mientras tanto—

—Necesita de ti...—murmuró en bajo

—Mami disculpame, yo no quería ensuciarme, agnes me ha aventando y he caído en el lodo—chillo un poco más fuerte logrando que el corazón de su progenitora se hundiera y le diera un gran abrazo sin importar la presencia del blondo, este solo podía ver como el pequeño se sujetaba de su madre con fuerza y seguía llorando desconsolado

—Oh mi amor disculpa, creí que habías sido tú. Lo lamento, después sire a hablar con los padres de agnes para que eviten ese comportamiento en su hija ¿si? —el pequeño Moreno asintió con la cabeza limpiando las lágrimas en sus ojitos y sorbiendo por la nariz—Ahora ¿Le ayudas a mamá a cocinar? Haré tu favorito—

—¡Siii! —añadió entusiasmado, entonces meliodas volvió a dudar. Hace unos segundos estaba llorando completamente triste y ahora tenía una enorme sonrisa en su rostro ¿Cómo? Sabía que los humanos podían sentir muchas cosas a la vez pero no sabía que tanto. ¿Su hijo también sería así? ¿Iba a llorar y luego reír o gritar enojado? ¿Eso tenía sentido? Tembló un poco caminando otra vez y tomó la pequeña figura de caballero entre sus manos. La movió un poco jugando con su brazo que no se dio cuenta del sentimiento que empezaba a florecer en él, amor, pero uno diferente, no era ese amor pasional y tierno que le tenía a su diosa, aquel que le hizo luchar con todo el mundo con tal de tenerla a su lado para siempre, era diferente, uno de protección infinita y cariño, un instinto animal que le pedía a gritos defender a aquel ser que aún no veía. Todavía no nacía pero ya lo amaba demasiado

—Oh, hola meliodas—

—¿Hu? —

*

—Papá ¿haz visto a meliodas? —el viejo volteo a ver a su hija menor mientras seguía guardando en cajas los juguetes que le habían gustado más. Ante su pregunta solo alzó un poco los ojos y asintió con la cabeza

—Si, lo vi en la tienda de juguetes hace unas horas—elizabeth ladeo la cabeza—Compró unas cosas y se fue, pensé que vendría al palacio pero parece que no ha vuelto—

—Ha estado afuera todo el día—suspiró un poco cansa por todo el trabajo que tenía sobre sus hombros, no estaba alimentándose bien, no había descansado debido a que su hijo no había dejado de moverse en la noche y estaba irritada de ni tener a su demonio a su lado. Mínimo que fuera algo útil, que le ayudara con el festival y así podría tomar una siesta, pero no importaba, iba a anochecer en unos momentos y podría darle la cara.

—Pues ha hecho preguntas raras, cuando venía de regreso escuché a la gente murmurar de que era muy idiota—

—Eso ya lo sé, es un idiota de lo peor—lo maldijo por lo cansada y de mal humor que estaba sorprendiendo a su padre

—Oye hija ¿Por qué te enamoraste de él? Digo, eso fue hace mucho mucho tiempo pero debiste de tener una razón para fijarte en ese idiota—la albina tomó asiento cerca de su padre adoptivo y siguió acariciando su barriga. Se quedó callada, en silencio, claro que lo amaba y claro que había una razón pero a decir verdad estaba tan molesta que solo veía lo malo. No fue hasta que sintió la mano del viejo en su hombro como apoyo que sonrió y pensó

—Bueno, no sabría decirte, la primera vez que lo vi nos quedamos largos segundos mirándonos. Me gustaría decir que fue amor a primera vista pero después de eso me atacó, fue una batalla dura—

—Me lo imaginaba—

—Sonara arrogante pero le di una paliza—soltó una risa divertida al recordar ese momento—Después de eso seguimos viéndonos, fue difícil destruir su barrera de demonio sin sentimientos pero cuando lo logre pude ver al hombre detrás de la bestia—acarició su vientre en respuesta a su memoria sintiendo un gran amor y orgullo. Estaba creando al ser fruto de su perseverancia y amor—Me enamore de sus ojos, esos verdes tan luminosos que brillaban al verme, me enamore de forma de ser, en esos momentos era un niño tierno y avergonzado de sus sentimientos —

—¿Cómo? ¿No es el meliodas que conozco? —elizabeth rió ante la expresión de sorpresa de su padre y negó

—Pará nada, no era pervertido. Empezó a ser así en mi vida número 65 y desde entonces no paro, pero incluso me enamore de esa faceta suya. Se que muy en el fondo sigue siendo el mismo meliodas que se sonroja a con sólo tomar mi mano—

—Imposible, el meliodas del que hablas en un sueño—

—Pues sigue siendo así cuando estamos en privado padre—se puso de pie dispuesta a irse y suspiro antes de salir—Pero respondiendo, me enamore de él por ser él mismo. Todos los sueños que me contó, cada una de sus preocupaciones, frustraciones, sus celos al verme tan cerca de varios dioses que intentaban cortejarme, su destreza en la batalla, incluso me enamore de su forma tan asquerosa de cocinar. Todo eso y incluso sus imperfecciones me hicieron que terminará por enamorarme—

—Pero aún asi hija mía, había personas y dioses que eran mucho mejores que él ¿por qué ese demonio irresponsable? —elizabeth suspiro teniendo la respuesta en la punta de su lengua y cuando el enojo ya era algo minúsculo volteo a verlo con unos ojos tan brillantes que bartra no vio desde el día de su boda

—Por qué me permitió ver su alma con claridad. No fingía ser alguien que no era en realidad, mael muchas veces llegó a fingir ser alguien imponente y sin ningún sentimiento hacia su exterior cuando en realidad yo sabía que tenía miedo de toda esa guerra. Meliodas en cambio contaba todo lo que sentía con libertad y me permitía verlo llorar, sonreír, enojarse, frustrarse, dormir e incluso atormentarse destruyendo cada orgullo demoníaco en él—no podía pelear con algo que era verdad y aunque puede que él nunca conozca al gran demonio del que ella hablaba creía en sus palabras por su mirada. Había conseguido algo bueno, él corazón puro de una diosa y si se lo ganó incluso siendo tan idiota entonces en verdad estaban destinados a ser el uno para el otro

*
—No imagine que te quedarías horas ayudándome—meliodas difumino su mueca con una sonrisa algo torcida y terminó de entregarle la última caja de artículos a mael. Fue sorprendente, estaba pensando en sus propios problemas internos que no se dio cuenta de cuando el dios se puso frente a él, después se la había pasado ayudándolo a conseguir artículos humanos que usarían las demás diosas en el próximo festival mientras seguía viendo a su alrededor aprendiendo y comprando un par de cosas para él—¿Cómo está elizabeth? —

—Bien—respondió a secas sin alejar la vista de unos niños —¿Te gustaría pasar a verla? —a pesar de que su tono de voz había sido amable, el aura oscura que empezaba a emerger de él era una cara advertencia de sus verdaderos sentimientos. Mael sólo sonrió nervioso y permitió que una vita de sudor frío cayera

—N-No gracias, puedo esperar hasta el festival pero no la he visto desde su boda así que quería saber si estaba bien. Es la última de mis hermanas que me queda—meliodas sonrió calmando la hiedra venenosa en su corazón y miró al dios

—Esta bien pero le haría muy feliz verte—

—Descuida, nos veremos en unas semanas—se quedaron en un silencio incómodo durante un rato. Claro que era incómodo ¿sobre qué tema ibas a conversar con él demonio al que intentaste matar tantas veces, con aquel que ganó el corazón de la diosa de la cual estaba enamorado, con aquel al que vio como hermano cuando sus mentes fueron manipuladas por gowther? Aún no lo perdonaba por completo peor entendía que todo había sido una venganza personal por haber sido tan estúpido y arrogante. Aclaro su garganta dedicándole una mirada a el demonio que parpadeo un poco—¿Y que hacías? —

—Oh bueno, solo estaba investigando y comprando algunas cosas—

—Creí que estarías supervisando que todo fuera de maravilla con el festival—se vio ligeramente nervioso por eso, no había hecho sus responsabilidades diarias por estar afuera

—Esto...si, eso lo hice antes de salir a comprar—mintió un poco

—Que bueno me alegra que se estén ayudando entre ustedes dos y también felicidades por su primer hijo—

—Gracias mael—meliodas lo pensó largos segundos y luego frunció levemente el ceño— ¿como lo supiste? —el dios se soltó a reír relajando el ambiente entre ambos mientras extendía sus alas dispuesto a irse a la reconstrucción del reino celestial

—Llevas comprando ropa de bebe con tanta emoción que no se me ocurrió algo más—eso era verdad, había sido tan obvio que se sintió estúpido por preguntar—Como sea, felicidades y nos veremos el festival—

—Por supuesto, nos vemos—

—Nos vemos y no olvides que debes de enseñarlo a caminar—se alejo volando dejando al rey despidiéndose con la mano y una sonrisa en su rostro, cuando las palabras terminaron de ser procesadas por la mente del más bajo este solo alzó una ceja y grito lo más fuerte que pudo

—¡Espera! ¿¡NO NACEN CAMINANDO!? —el pueblo no pudo evitar soltar una risa que no molesto a meliodas. No lo culpaban, era primerizo en todo ese asunto y ahora tenía una duda más, cuando había visto a elizabeth de bebé...o al menos un poco más grande ella ya caminaba un poco, parece que su idea sobre bebés tampoco era tan buena

*

—Meliodas amor. Meliodas ¿ya volviste? Cariño—

—¡Elizabeth! —

—¡Kyaaaaa! —Grito asustada al verlo saltar de la nada con su ropa hecha bola unas cuantas astillas en sus dedos y unas bragas de ella sobre su cabeza como sombrero. No evitó sonrojarse por eso y fruncir su ceño molesta—¿En donde estuviste? Tuve que hacerlo todo sola, me duele mi espalda, quiero descansar y quítate eso de la cabeza...—

—Antes de que sigas regañandome ¡mira! —ante sus ojos saco las figuras que había comprado por la mañana y las puso frente a ella —Bartra dijo que a los niños les gustan los juguetes así que le compre dos a nuestro hijo, tenían astillas y ya se las quite todas—mostró su mano lastimada como si fuera algo completamente normal, tuvo que morder su ámbito para no reír—Oh y mira—se escabulló en la habitación buscando entre más cosas y luego le lanzó algo que apenas atrapó, luego volvió frente a ella y le mostró lo que tenía. Elizabeth miró lo que había en sus manos con un pequeño sonrojo

—Mel esto es ropa para bebe—

—Lo sé, descubrí que los niños no se pueden cambiar solos. Yo lo hacía pero bueno...—rasco su nuca nervioso—Y nunca veía cuando a tu te cambiaban de ropa así que supuse que lo hacías sola. ¡Pero no! —

—Meliodas—

—Oh y también vi que los bebés no hablan, será difícil para mí saber que quiere si no habla. Aunque yo estoy seguro de que si lo hacen. Al parecer para ser buen padre hay que jugar con ellos, cambiarlos, enseñarles a caminar, darles juguetes ¿no es emocionante? —ya no pudo evitarlo más tiempo, la reina empezó a reírse con fuerza yendo hasta prender la vela de su habitación sintiendo algo de dolor en el estómago debido a la fuerza de su carcajada y miró a su esposo con un poco más de iluminación. Luego le quito sus bragas de la cabeza y las dobló para dejarlas a un lado

—Oh meliodas, pudiste simplemente preguntarme a mi—

—Pero de haber hecho eso no le habría comprado estas cosas a nuestro hijo—tenía un buen punto a decir verdad pero seguía molesta por dejarle todo a ella

—Podemos seguir hablando después mel, por ahora quiero algo de comer y...—

—Yo lo traigo—

—¡Kyaaaaaa! —de un momento a otro y con un movimiento limpio, meliodas le quito su vestido dejándolo sobre el suelo y teniéndola a ella semi desnuda. Luego le entregó su camisón de pijama ante la avergonzada mirada de su esposa y salió de la habitación para buscarle algo de comer. No sabía si era la emoción por todo lo que había visto o solo estaba siendo así para molestarla pero le parecía adorable.

Cuando él hombre volvió traía una bandeja de plata con comida que se veía apetitosa y ella ya estaba cambiada, con las sábanas cubriendo sus piernas y sentada para poder recibir su alimento. Apenas había podido comer por las prisas así que agradecía tener un momento así con su marido, pico la tarta de carne con el tenedor y antes de meterlo a su boca...hizo una mueca y lo miró

—¿Qué? —

—¿Quién hizo la comida? —el blondo soltó una risa y la miró de nuevo

—El cocinero real—lo miró con algo de desconfianza, se llevó aquella comida a la boca...y la sonrisa que mostró hizo reír a meliodas aún más, no estaba mintiendo y el delicioso sabor se lo comprobaba. El blondo apenas pudo ver lo rápido con lo que comía todo lo que le había traído y luego se terminaba su jugo rápido. Acarició su estómago ya más contenta que antes y estaba por darle un beso cuando soltó un bostezo. Estaba cansada y quería dormir un poco—Descansa—

—Aún nos faltan hacer unas cosas y...—

—Lo haré mañana, por ahora quiero pasar tiempo contigo—se quito los zapatazo y su abrigo y luego se coloco a su lado ayudándola a acomodarse en la cama de forma cómoda. Luego la abrazo por la cintura y cargo ligeramente su estómago, el suspiro de alivio que salió de la diosa fue tan reconfortante que apenas colocó la cabeza en la almohada cerro sus ojos. Le estaba ayudando a cargar un poco con el peso de su hijo y eso solo hizo que su corazón latiera como loco

—Gracias—

—Te lo debo—murmuró besando su mejilla con cariño—Por cierto me vi con mael y al parecer las diosas quieren...—

—Kgh...kgh...—elizabeth ya estaba roncando suavemente con sus mejillas coloreadas y una sonrisa en sus labios rosas. Meliodas no pudo más que reír un poco y admirarla, la luz de la luna contrastaba con su piel, tomó una de las almohadas que no asaban para acomodar más su barriga y que la incomodidad no la despertará y luego apago la luz definitivamente. Sujeto sus hombros en un abrazo dulce y se quedó pensando largo rato

—Un nombre—murmuró en bajo. Bueno, ya tendría tiempo para pensar en qué nombre ponerle a su primer hijo pero debía de terminar los preparativos para el festival y compensarle el haberle dejado todo el trabajo de ese día. Se lo debía, le iba a dar algo importante y su responsabilidad era ser mejor que su padre, darle lo necesario y quererlo, después de todo ya sabía lo básico sobre bebés. Aunque seguía pensando que ellos podían hablar

*

Y con esto se acaba ^^ espero les haya gustado, la verdad a mi me gustó mucho imaginarlo todo. Tal vez no quedó tan divertido peor lo considero adorable, ese meliodas sin saber nada y haciendo preguntas tontas me enternecio XD

¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Espero que si ¿Cuál fue su parte favorita?

Sin más que decir disculpen faltas de ortografía y nos veremos en otro escrito ✨

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