La primera navidad

UwU el one- shot de navidad o si >:3

Los meses desde que destruyeron al rey demonio y Arthur se convirtió en el rey de el caos habían pasado más rápido de lo que todos los pecados esperaban, o bueno, los ex pecados pues cada uno se había ido por su rumbo y en ciertas ocasiones al años se juntaban para revivir los viejos tiempos, cazar trolls, tomar, decir chistes y pasársela muy bien, los hombres estaban en sus cosas mientras que las mujeres en las suyas y cuando después de muchas copas Ban al fin se ponía borracho elaine se la pasaba a su lado con tal de calmarlo un poco o que dejara de gritar como loco.

—ya Ban no seas un borracho amargado!!!! —

—p-pero elaine — sin dudas y a pesar de sus sonrisas encantadoras todos tenían la misma cosa en la cabeza, su amigo que contaba poemas por las noches a pesar de todo ya no se encontraba entre ellos y la maga más poderosa de todo británia ayudaba a reconstruir camelo junto a aquel joven rey, la navidad podía casi tocar se con las puntas de los dedos pero a pesar de que los amigos se quedarían en el castillo de líoness para celebrar esa festividad todos sabían que algo no estaba bien, bastaba ver las miradas fugaces que le lanzaba el rubio a la albina la cual solo las ignoraba con rapidez mirando y hablando con la mujer hada o la mujer gigante, las muecas amargas, los ojos de soledad y por si fuera poco sus pieles frías ante nada de contacto mutuo

—eli yo se que algo les ocurre—musito la castaña ante la décima vez que el capitán le dedicaba una disculpa callada a su diosa y ella lo ignoraba, se podía ver que sus corazones se rompian y pese a todo mantenía esa so risa que engañaba a todo el mundo

—estamos bien diane solo... Solo fue una pequeña pelea y... —

—lo dudo mucho eli— esta vez fue su amiga hada quien interrumpió a la diosa, había olvidado por completo que elaine podía leer los corazones y lo que comprobaba su teoría era que aquellos ojos ambarinos brillaban con fuerza dando a entender que en ese preciso momento ella podía escuchar lo que tenía preocupados a todos — a mi no me puedes engañar, no fue una pequeña pelea— la reina actual de líoness ya no pudo seguir tomando en pie aquella sonrisa falsa que llevaba soportando el resto de la velada, tan solo hizo una mueca triste mientras sus ojos azules se llenaban de lágrimas y tomó las orillas de su vestido apretando lo con fuerza, aquella acción por parte de la diosa fue vista por el demonio claramente pero meliodas sabía bien que sí llegaba a acercarse haría más daño que bien

—vayamos a la habitación eli, ahí podrás contarnos todo— un asentimiento fue suficiente para que la reina gigante y la reina diosa se fueran lo más rápido posible tapando los sollozos provenientes de la boca de elizabeth y preocupando mucho más a los otros pecados quienes sólo las miraron con los ojos abiertos

—hermana ¿todo en orden? —

—tranquilo hermano solo son cosas de chicas — a pesar de que el rey hada quería seguir preguntando por la mirada que le lanzó la rubia mejor se quedó callado, a paso algo lento pero seguro elaine comenzó a volar siguiendo a sus amiga en dirección a la habitación de los reyes dejando a los hombres en completo silencio y a meliodas con la mirada gacha y una mueca de dolor

—muy bien capitán ¿que hiciste? — después de la actitud extraña de las mujeres era muy obvio que algo había sucedido, pero el rey no hablo, solo ignoro la pregunta de el ex pecado de la pereza y le dio un gran trago a su tarro de cerveza esperando que el licor bajara un poco su dolor, debido a lo sucedido incluso a Ban se le bajó la borrachera y se le quedó mirando serio a su mejor amigo

—capi ¿que le hizo a elizabeth?—

—no me lo recuerden por favor, soy un imbecil—

—eso ya lo sabemos — a pesar de que el comentario de el albino los hizo reír a todos no pudieron evitar volver a aquel ambiente tenso que dejaron sus mujeres al irse, tan sólo un suspiro llamó la atención de lo amigos de el rubio y por el interminable silencio en aquella habitación supusieron que no les diría nada, lo malo para su suerte era que ellos tenían a gowther y ese muñeco siempre sacaba sus secretos más profundos — si no lo quieres por las buenas... —

—eh? — meliodas ya no pudo hablar pues al instante sintió como si algo le atravesará la cabeza, una pequeña pinchazo y acto seguido la cara de gowther completamente pálida con una mueca de desaprobación y los recuerdos de lo sucedido hace apenas un día en la palma de su mano— gowther no—

—p-pero.. —

—gowther ¿que paso? —

—pues... —

—si hablas te voy a destrozar— el pobre muñeco estaba entre la espada y la pared, mientras que el rey completamente asustado y aparte preocupado por lo que contenían sus memorias lo amenazaba, sus otros dos amigos le pedían que le contará todo ¿que se supone que debía de hacer?

—está bien yo... —

—vamos cuatro ojos, ni que fuera tan alarmante—

—es que... —

—gowther!!! —

—déjenme hablar!!!! — esa sin duda había sido el colmo para el pobre muñeco, el peli rosado tan solo se sentó en una de sus sillas completamente pálido por el posible miedo a ser destrozado por revelar la información o la terrible presión social que le daban Ban y king al tratar de que dijera todo, solo suspiro mirando a los tres a su alrededor aún tratando de encontrar una solución — capitán nosotros podemos ayudarlo —

—no pueden, soy un imbecil, lo arruine todo, la eh perdido gowther —

—por esa razón le ruego que que no mate— meliodas ya no pudo replicar mas pues al instante el rayo de luz rosada que contenía el muñeco en su mano salió disparada a los otros dos invitados quienes apenas toda esa información se descargo en sus mentes miraron perplejos a el rubio quien para ese punto ya soltaba lágrimas espesas de sus ojos mientras su forma demoníaca salía a la luz debido a la inestabilidad de sus emociones en aquel momento

*

—maldito hijo de puta... —

—diane!!! —

—es la verdad!!! — las mujeres ya habían tenido todo el tiempo para poder hablar de lo sucedido el día anterior, sus caras estaban perplejas por saber que aquella pareja a pesar de haber sobrevivido durante milenios se esté desbaratado por simple falta de atención y un muy mal humor, pero también sabían que las palabras podían ser la peor arma empuñada por cualquier raza — pero ahorita me va a escuchar—

—N-no fue su culpa diane, estaba enojado y estresando, pero si me dolió la forma en la que se puso —

—es que como se atreve a despreciar así a su hijo!!! — el llanto de la mujer albina solo se intensifico ante las palabras de la gigante encogida y para su buena suerte fue rápidamente consolado por sus dos grandes compañeras quienes se miraron tristes por la situación de la reina, la primera Navidad sin maldición y ya había problemas

—yo se por que reaccionó así diane—

—elizabeth deja de justificarlo!!!, lo que hizo fue... —

—lo hizo por que yo ya había muerto embarazada antes!!! — el grito que resonó por la habitación fue acompañado con el incremento de el llanto de la reina de líoness mientras la terrible revelación de una de las 107 elizabeth que había muerto o con un pequeño bebé en su interior fue suficiente para que las amigas se soltara a llorar juntas a pesar de tratar de consolar a la diosa

* 1 día antes *

Elizabeth se encontraba en el baño de su habitación con la cara ligeramente encorvada y para peor sola, meliodas se había levantado temprano como de costumbre y en esos momentos estaba arreglando todo para el festival navideño que se estaba organizando, no dormía bien, tenía que estar en juntas y formar papeles pero sobre todo tenía que siempre estar para el pueblo, elizabeth podía ver como esa sonrisa resplandeciente se iba apagando lentamente conforme el trabajo podía más con él y como si fuera poco después de su luna de miel no la había tocado, besado o siquiera abrazado, estaba tan sumido en su papel como rey que había olvidado por completo que eran un equipo

La única compañía de la diosa era su hermana, su padre y por supuesto el pequeño bebé que se retorcía en su interior, lo sabía, no sólo por las náuseas, mareos y desmayos que había sufrido semanas atrás sino por que cuando meliodas la dejaba sola en la habitación podía sentir una energía mágica poderosa y apenas formada debido a que no tenía más de uno o dos meses, la felicidad que le dio aquella noticia fue tanta que no pudo evitar salir corriendo hacia la el despacho de su rubio con una encantadora sonrisa recibiendo saludos por los empleados y varias reverencias por parte de uno que otro caballero

—meliodas!!!! Cariño!! — apenas sus pies pisaron el puso de el interior de el lugar su eufórica felicidad se fue apagando con lentitud al ver la apariencia de su marido, sus ropas reales, su mano sobre una pluma firmando un documento, sus ojos esmeralda ligeramente apagados y una seriedad tan profunda que le causaron escalofríos, se podía notar a kilómetros que su destino siempre fue ser un rey, fuera rey demonio o rey de los humanos ese era su destino y estaba desencadenando su papel perfectamente

—¿que necesitas elizabeth? Puedes ver que estoy ocupado —

—mel.... — pero ni aunque lo llamo de la forma más dulce que podía logro que el demonio separara los ojos de los papeles — meliodas ¿podrías ponerme atención? —

—estoy ocupado elizabeth, hablamos en la noche y... —

—solo llegaras a dormir— el rubio tan solo soltó un suspiro cansado ante esa revelación, era verdad, solo llegaba a la cama a dormir y ni los buenas noches le daba o siquiera ni la miraba, tan solo se quitaba su ropa, se colocaba una camisa nueva y se recostada relajando su cuerpo y cerrando los ojos, elizabeth sabía que era por cansancio pero se suponía que eran un equipo, ella podría trabajar mientras él descansa y así que no terminará tan cansado en las noches — es que mel esta es una gran noticia—

—¿te vas a callar? —

—meliodas por favor —

—elizabeth... — fue un susurro pero por la tensión pudo suponer perfectamente que estaba perdiendo la paciencia, ¿acaso su trabajo era más importante que ella?, ella solo era un objeto más en aquel castillo enorme — sólo dime que pasa y retirarte, no estoy de humor para bromas ton... —

—estoy embarazada... — hasta apenas ese momento el demonio alzó la mirada con lentitud observando la encantadora sonrisa de elizabeth en su rostro y luego tal cual la había mirado volvió a agachar la cabeza con una mini so risa que no reflejaba exactamente felicidad

—no estas embarazada... —

—si lo estoy mel yo... —

—dije que no!!!! —soltando un manotazo en el enorme escritorio de madera y asustado a la diosa, meliodas se levantó de su asiento con una clara histeria en sus acciones mientras su respiración se agitaba con fuerza debido a los malos recuerdos que le producían esas dos palabras, la sangre en sus manos, la sonrisa de la diosa debido a haber muerto una vez más y su incontenible dolor al no sólo haber perdido a su amada mujer sino también a su hijo, tan solo comenzó a caminar de un lado a otro mientras se jalaba el cabello con desesperación — mierda!!! Yo no quiero un hijo... No ahora—

—¿no estas contento? —

—no!!! ... Si... No lo sé elizabeth, no saldrás de el castillo y le diré a los cocineros que preparen comida especial—

—¿que? Pero meliodas ¿por qué te pones de esa forma? —

—por qué ya te perdí embarazada una vez elizabeth, no volveré a hacerlo— el bago recuerdo de aquel momento también la dejó destrozada por dentro sin embargo más destrozada estaba por la actitud que su rubio había tomado

—meliodas, ya no estoy maldita, no tienes nada que temer, este bebé... —

—ese bebé llegó justo en el momento equivocado!!!! — el estrés, las noches sin dormir y el cansancio lo estaban tomando rehén de sus propios sentimiento impidiendole pensar con claridad o siquiera medir sus palabras —mierda ¿acaso alguna vez podrías hacer algo bien? —

—meliodas esto no es culpa mía—

—todo es culpa tuya!!! —

—¿que?... —

—la maldición, mi traición, mi sufrimiento y mi dolor, todo eso a sido culpa tuya — ahora si que no solo estaba molesta sino también dolida de las palabras tan duras y crueles que si amado le dedicaba — si tan solo no me hubiera encontrado contigo ese día jamás habría tenido tanta desgracias!!!!! Si tan solo no hubiera aceptado casarme contigo no estaría aquí!!!! Todo esto es tu maldita cul... —

CLAP!!!!

La sonora y dolorosa cachetada que le dio su amada diosa fue suficiente para que regresará a la realidad, ¿que carajos había hecho?, le dijo cosas que no eran ciertas, lo sucedido fue culpa de manos por su amor prohibido, el día en el que la conoció fue su gloria, encontró luz en su maldita oscuridad, aquel día fue el mejor día de toda su existencia y su boda fue aún mejor, la luna de miel fue caliente y placentera, de solo recordar sus gemidos bajo su fuerte agarre, la forma en la que tocaba su fondo y luego salía por completo de su ser solo para volver a adentrarse con más fuerza y velocidad sentía que podría volver a tener una ereccion en ese mismo momento, pero los sollozos de la mujer lo sacaron de sus recuerdos

—¿de verdad piensas eso sobre mi? —

—e-eli yo... —

—no... — su fría voz fue suficiente para que las lágrimas también salieran de sus esferas esmeralda con fuerza mirándola con la mirada perdida y tambaleándose levemente debido a lo sucedido — ya dijiste suficiente meliodas no quiero saber más–

—eli... —

—solo callate, me dejaste muy en claro que todo a sido mi culpa así que si yo soy la que proboca tus desgracias creo no te molestara que me vaya— esas palabras fueron una estaca en sus corazones, mierda lo había arruinado todo

—no elizabeth espera!!!—a pesar de sus gritos que le lanzaba su amado y la increíble persecución que le dio no logro alcanzarla o hacerla que parara pues la mujer ya había salido corriendo en dirección a la pequeña casa en la que su hermana margareth se hospedaba algunos días junto con guil, no quería veo, al menos no en ese momento, puede que fuera una noche pues al día siguiente llegaban sus queridos amigos para celebrar y a pesar de que esa noche hubo lágrimas en ambos lugares al mismo tiempo por segunda vez en sus vidas ambos seres comprendieron que luz y oscuridad estaban destinados a matarse entre si

* actualidad*

—y todo por estar así, la eh perdido, no me ha mirado, hablado o tocado Ban y... —el rubio ya no pudo seguir hablando pues al instante la enorme puerta de el palacio se abrió con fuerza mostrando como dos imponentes personas entraban a el establecimiento, el imponente rey demonio y el arcángel más fuerte habían llegado por fin, uno era muy querida por meliodas, la otra no tanto que digamos pero había aprendido a hablar con él a pesar de lo ocurrido en el pasado — hermano... —

—hola hermano, lamento llegar tarde, me tope con mael y nos quedamos un rato platicando — el zeldris de el pasado nunca le habría hablado así o siquiera se habría quedado a platicar con el albino de alas gigantes quien solo se sentó al lado de gowther y le sonrió con amistad, de todos los pecados gowther era el que tenía una fuerte relación de amistad con aquel ser de luz que aveces sin querer quemaba el cuerpo de el demonio —gelda tuvo que quedarse por lo que pasaremos las fiestas sin problemas y... ¿Donde esta elizabeth? —

—hablando con diane— el tono triste que utilizó el gobernante de aquella nación fue suficiente para que en un segundo ya estuviera estrellado en la pared debido a el golpe que le dio su querido hermano menor

—¿y ahora que estupidez hiciste? —

—para resumir lastimó verbalmente a la señorita elizabeth—

—¡¿que hiciste que idiota?! — el arcángel rápidamente fue hasta el demonio para tomarlo por el cuello de la camisa con una gran furia, puede que ahora aceptará su relación sin embargo existían sentimientos por aquella diosa que nunca desaparecerían, sin embargo y a pesar de que estaba enojado el de baja estatura solo espero a que mael lo golpeara o soltara mientras mas lágrimas saladas salían de sus ojos, para no reaccionar mal se notaba que quería morirse

—estaba molesto, frustrado y tenía miedo... No se por que le dije tantas cosas y ahora no quiere ni mirarme—

—¿el imponente meliodas tuvo miedo? Eso es nuevo—

—hermano... —

—lo sé zel pero por la maldición elizabeth murió embarazada una vez y ahora ella... Ella... —

—¿están esperando un... Hijo? — no sabían quién estaba más sorprendido ante aquella situación, si zeldris o mael pero ambos estaban con la boca abierta y los ojos abiertos como platos, lentamente y evitando hacerle daño con su gracia debido a el shock que le dio todo y sin esperar volvió a sentarse en su silla mirando a los presentes

—si, ella está embarazada y me puse como imbecil y ahora no se como recuperarla —

—mamá decía que en la navidad siempre pasaban milagros— meliodas tan solo se quedó callado ante las suaves palabras de su hermano menor las cuales le recordaron las épocas donde a pesar de que eran espadas demoníacas o seres de tres ojos y dientes puntiagudos recibían regalos de navidad por parte de aquella madre amorosa que se les fue arrebatada tiempo después— trata de hablar con ella y recuperarla hermano, en estas épocas siempre hay buenas vibras y mucho amor —

—quien lo diría, el insensible verdugo ahora es cálido con su hermano —

—callate zorro!!! —era verdad, el espíritu navideños se podía oler a kilómetros o tal vez solo era el incontenible olor a canela y manzana que desprendía la cocina donde las cocineras y cocineros cocinaban la cena de aquella noche de paz en el castillo, asi tenga que volver a derrotar a su padre meliodas ya le había quedado algo muy en claro, recuperaría a su diosa cueste lo que cueste

*

La cena había sido algo tensa en parte, los reyes no se dirigieron palabra ni mirada, los pecados bromeaba y platicaba y a pesar de que incluso el arcángel había comenzado a bromear con el actual rey demonio y el actual rey de líoness no se pasaban en alto las miradas asesinas dirigidas a el pecado de la ira por la serpiente y las ligeras lágrimas que bajaban por los rostros de la diosa y el demonio, de oraron el árbol en equipo, claramente los objetos de más altura los colocaron los seres que contenían alas, elaine había puesto un hermoso hombre de jengibre, king un copo de nieve hecho por él mismo, mael coloco un hermoso sol que representaba su gracia y a el difunto escanor que todos extrañaban, zeldris solo había puesto una esfera morada por que lo obligaron a decorar y para finalizar los reyes habían colocado la estrés en la punta, tal vez fue la primera vez desde su pelea que se tomaron de las manos o se miraron sin llorar

En esos momentos meliodas se encontraba afuera de su habitación dudando entre sí entrar o no hacerlo, apenas miro como ella se escabullia a el interior la siguió con rapidez dejando a los demás ebrios menos a el muñeco y se apresuró a tratar de alcanzarla sin embargo tenía algo de miedo de lo que ocurriera ahí adentro, ya no podía hacer más, tenía que hacerlo, debía de hacerlo, tan solo giro la perilla con suavidad sin hacer ningún sonido para primero verla y la encontró sentada en la cama acariciando su vientre plano con una sonrisa y la mirada perdida, solo sonrió con ternura ante esto y a pesar de ya encontrarse adentro tocó la puerta tres veces para llamar la atención de su bella mujer

—hola... —

—hola — nuevamente el silencio reino entre los dos con gran rapidez volviendo tenso el ambiente, la respiración de elizabeth era regular mientras que la de meliodas estaba agitada ¿que se supone que haría ahora? Hablar sobre que o como, se sentía ese mismo idiota que era hace tres mil años cuando apenas la conoció y sus corazones bailaban al tocarla o mirarla

Tan sólo soltó un suspiro caminando con lentitud hasta la mujer en la cama y luego ante los asombrados ojos de la diosa se coloco de rodilla frente a ella, la miró a los ojos aún temeroso y luego comenzó a llevar su mano temblorosa hacia el vientre de su esposa precionandolo levemente y cerrando los ojos, lo que antes era una expresión de dolor se fue convirtiendo en una de paz de poco a poco y la temible mueca fría se volvió una suave sonrisa sincera, cuando al fin sus ojos se abrieron aquellas esmeraldas deslumbraban como las millones de estrellas de el cielo nocturno

—esto que tienes aquí es tuyo al igual que mio, y lo amo tanto como a ti elizabeth, se que fui un imbecil y que te dije cosas muy hirientes, se que no merezco tu perdón pero... —

—eso ya no importa, dijiste lo que llevas guardando miles de años, comprendo que es culpa mía pero... —

—Nada es culpa tuya— fue un susurro suave pero lo suficiente para que la mujer iluminada por la vela alcanzará a escucharlo —todo lo que dije no fue verdad, no se ni por qué lo dije, en ningún momento lo pensé, tu siempre has sido mi luz y el día que te conocí fue el mejor día de mi vida —

—mel... —

—lamento haberme puesto así por el bebé, yo tuve miedo al recordarte a ti sangrando en mis brazos y sentir como esa pequeña existencia se apagaba lentamente al igual que tu vida—

—es que eres un maldito imbecil!!! —

—lo sé joder, y no niego lo que hice pero no soporto que estemos enojados—

—fue tu culpa que estemos así!!!, me dijste cosas hirientes, me hiciste sentir culpable de todo!!! Eres un imbecil meliodas—

—gritame!!! Golpeame si quieres solo perdoname!!! — sus lágrimas bajaban sin control de su rostro y a pesar de las ganas incontenibles de la diosa de pegarle solo permitió guardar la compostura

—carajo!!! Aveces odio amarte tanto— a pesar de que seguía enojada con él no pudo evitar acariciarle su cabello mientras seguía con su disculpa interminable, aquella suave caricia fue vista como una buena señal de que todo iba bien

— se que me puse como idiota y lo reconozco, pero quiero que sepas que este bebé a sido una gran bendición eli, es nuestro sueño desde hace mucho, estoy muy feliz— ya no pudo aguantarlo mas por que necesitaba hacerlo, sin esperar o saber si había terminado o no, con todo su rencor y enojo que tenía guardado, elizabeth se lanzó a los labios de el demonio con fiereza apricionandolos contra los suyos y comenzando un beso fogoso y ardiente cargado de su más sincero amor, sus labios se tocaban entre sí, sus lágrimas caían por sus mejillas y cuando meliodas le mordió el labio inferior a la diosa la fuerza con al que la aventó a la cama fue demasiada

Sus brazos comenzaron a recorrer sus cuerpos con desesperación, como si fuera la primera vez que se tocarán, ambos sabían que no tendrían pasión esa noche, por más que lo desearan esa noche no pues había invitados en el castillo, ya habría toda una vida para que pudieran coger y fundirse en uno solo, meliodas levantó sus manos, acarició su cabello albino con cariño luego fue bajando lentamente hasta tocar sus senos y ante el arranque de pasión que le dio los apretó con firmeza ahogando el gemido de su mujer entre sus labios, sus manos fuertes siguieron en su camino de caricias, acariciar ok su vientre plano, subieron sus piernas hasta que quedarán enrollada en su cadera y luego igual que en sus pechos meliodas apretó su trasero con glotoneria deleitandose de la suavidad de este, por su parte elizabeth tan solo pasaba las manos por sus ropas reales luego su espalda ancha y como un acto de atrevimiento de su parte apretó su pantalón justo sobre su entrepierna ahogando el gemido con sus labios

—elizabeth.. —

—meliodas.... —

—te amo!!! Te amo demasiado joder!!!! —

—¿amas a una diosa inmunda que te lo quito todo? —

—amo a una diosa hermosa que me lo entregó todo—un beso mas con sus manos recorriendo sus cuerpos que los dejaron absortos en su mundo de amor y pasión, nada podía sacarlos, eran solo él y ella, meliodas y elizabeth, juntos por....

—wiiiiii que vivan los...hip....los novios— ambos se separaron con rapidez mirando a la puereta y descubriendo que ciertos chismosos habían visto todo desde que él había decidido entrar a aquella habitación

—Ban!!! No los...hip...interrumpas—

—tienes razón...hip...no los quiero ver coger, iugh!!! — las risas no tardaron en salir debido a este comentario, el arcángel no dejaba de tocar el cabello de el demonio de cabello negro como preguntándose la razón por la que no se despeinaba o incluso llego a tocar el cabello de meliodas pensando en por qué no se peinaba

—tu cabello es muy suave...hip—

—quiero otra botella!!!!! —

—estos borrachos— sin duda alguna ese sería un momento que todos recordarán siempre, a pesar de los momentos tensos y el mal inicio que tuvo la velada todo había terminado demasiado bien, las sonrisas eran demasiadas y por la expresión juguetona de gowther usaría todo lo que vio esa noche para avergonzarlos

Las campanadas a los lejos en el pueblo hicieron que todos voltearan, incluso aquellos que tenían un enorme sonrojo en sus mejillas, ya era media noche y por tanto ya era navidad, meliodas solo sonrió tiernamente mirando a todos a su alrededor con atención, después de todo lo que había vivido nunca se quedó solo

—feliz navidad mel... —

—feliz navidad cariño mio —

—ahhh el capitán esta siendo...hip...cariñoso, el mundo se va a acabar!!!! —

—Ban se nota que no sabes leer la atmosfera— pero eso ya no les importaba nada, en frente de los borrachos y pocos consientes los amantes se besaron con pasión y cariño dejando que su miedo y dolor se derritiera como la fina capa de hielo al llegar la Primavera mientras que afuera, el pueblo bailando y disfrutando de la música divisaba como pequeños copos de nieve comenzaban a a bajar desde el cielo demostrando que el cariño y la familia siempre estarán ahí a pesar de el dolor y las circunstancias 

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