High Enough

One-shot dedicado a COCOMELI4YOU feliz cumpleaños atrasado señorita jaja. Me tarde con su regalo, perdón QwQ👉👈

Disculpen faltas de ortografía, es una historia mía mínimo hay 10 XD (ok no)

Y one-shot largo. No es bromeando en verdad es largo así que espero que no llegue a aburrirlos ;w;

Soltó el aire tóxico una vez más de su boca mirando de arriba a abajo a las dos personas delante de ella y suspiró, llevaba haciendo eso los anteriores cinco minutos sin detenerse y sin saber cómo expresarse. Estaba demasiado ocupada bebiendo licor para concentrarse como para que ahora se les ocurriera distraerla. Se llevó su cigarrillo a la boca para aspirar un poco una vez más y se agachó a la altura del parado frente a ella para arrogarse lo en la cara.

—¡Cof cof!— tosió la persona moviendo su mano de un lado a otro intentando alejar el humo del cigarro y mirando ligeramente molesto a la peli plateada

—Me agradan— fue lo único que dijo después de haber hecho eso. La segunda mujer a su lado soltó un suspiro completamente agradecida de lo que había escuchando y soltó un suspiro de alivio. Temía que sus invitados no le agradaran o al contrario que sólo los ignorara y volviera a encerrarse en su habitación como de costumbre

—Es un alivio, eres difícil de convencer —

—No es verdad —replicó la albina frunciendo levemente su ceño al ver cómo su amiga iba hasta sentarse al sofá con calma —Solo escojo bien mis amistades—

—Si eso fuera verdad no serías alcohólica—Elizabeth gruño por ese comentario y le dedico una mirada fulminante a la rubia de trenza que le sostuvo la mirada con una sonrisa de victoria. Ni sus ojos llenos de fuego fueron suficientes para poder intimidarla, fue tanta su frustración que terminó siendo ella la que bajara la mirada dándole la victoria y la razón —¿Lo vez?—

—Solo cállate —

—Bien, meliodas y zeldris pueden tomar asiento — los extrañados solo asintieron con la cabeza colocándose en frente de las dos femeninas con el silencio incómodo llenando la sala y sofocando a los de menor estatura. Finalizando solo con tener a 4 personas ahí sentadas. Dos con caras de confusión y las otras dos sin saber cómo empezar la conversación. ¿Razo por la que estaban ahí? La realidad era que gelda había invitado solo a él de cabellos negros pero debido a una petición del mismo, de sacar a su hermano de la depresión de su cama aceptó traerlo. Para no estar sola o dejar sin compañía al hermano mayor decidió hablarle a Elizabeth e invitarla. Estaba segura que ella no se esperaba eso

—¿Entonces? ¿Solo nos vamos a mirar unos a otros? — rompió el silencio la dama peliplateada con ironía recibiendo un golpe de su amiga —¿Que? Ninguno habla y se ven como niños, es aburrido —

—Soy zeldris demon, un gusto — habló el menor alzando la voz para llamar la atención de ambas femeninas con una sonrisa —Soy estudiante de medicina y...—

—Espera, ¿estudiante?— el de cabellos negros asintió con la cabeza formando una sonrisa y luego abrió los labios para seguir sin problemas

—Hace apenas unos meses entre a la carrera —

—¿Y el otro?— todos voltearon a ver a él de cabellos rubios que se veía irritado desde el primer momento en el que puso un pie aquí en la casa y bufo. No tenía ningún ánimo para conversar, menos con mujeres. Cuando estabas intentando superar a tu ex primero era la etapa de la depresión donde. Te sientes solo y después el conocer personas nuevas para buscar amistades o nuevos amores, no había nada de malo en buscar más dolor del que ya se tenía, buscar otro corazón roto ¿que más daba? El dolor era parte de estar vivo y quien no soportara el dolor era mejor que abandonara ese mundo de una vez, no había caso que se quejaran por algo que sucedería siempre.

—Anda no seas grosero — susurro el menor dándole un pequeño empujón en su hombro logrando sacarle un gruñido. Meliodas solo suspiro, tomo una posición un poco más cómoda para evitar el dolor en su cabeza y fingió una sonrisa que Elizabeth pudo notar

—Soy meliodas y acabo de entrar a la carrera de derecho — lo resumió todo con una sonrisa. La albina no podía estar más sorprendida, era casi obvio, gelda y ella habían empezado su vida laboral hace un rato y ahora estaban frente a dos personas que eran menores a ellas. No era ilegal mientras fueran ,amores de edad ¿cierto? Además, también había ocasiones donde la mujer era mayor al hombre, no el hombre a la mujer —¿Por que tan sorprendida?— preguntó el blondo de bellos ojos Esmeralda brillantes hacia ella...¡mierda! Maldecía esas hermosas esferas verdes que acababa de ver, eran tan brillantes y hermosas con un color oscuro místico en su interior que la mantenía tan enganchada. Los cabellos rubios que le caían por los lados y se ondulaban por la ligera brisa de la ventana abierta

—Ahora vuelvo —

—No respondiste mi pregunta — y la verdad tenia responderla pero si es que quería hacerlo sin ningún problema entonces tendría que concentrarse. No solo admirar esas esferas verdes y esa tez clara con un pequeño rubor en su nariz. Se adentró a la cocina creando un pequeño estruendo al buscar entre los vasos de vidrio. Gelda soltó un suspiro al escuchar el sonido del cristal y la heladera abrirse solo para finalizar con una Elizabeth entrando con una copa de vino y dándole un largo trago para después suspirar

—Lo lamento, necesito concentrarme —

—¿Usas alcohol para concentrarte?—

—¿Tu no?— el blondo trago en seco solo para negar lentamente y seguirla con la mirada hasta su asiento. Cabellos largos y plateados, unos ojos azules brillantes sin inocencia que parecían comerlo, unos labios rojos y apetitosos que se veían más ricos por el color bermejo del licor sobre ellos y una palidez similar a la de la nieve fría del invierno. Debía admitirlo, seguía dolido por la decepción que se llevó con su ex pero esa chica era demasiado bonita. Bajo un poco más la mirada pasando sus ojos por todos su cuerpo intentado encontrarle un "pero...", algo que lo hiciera darse cuenta que ella no era tan bella, algo que le hiciera creer que su ex era mejor que la mujer que tenía frente a él. Subió la mirada al no poder encontrar algo que lo contradijera para encontrarse con esos ojos azules fijos en él, un enorme rubor cubrió sus mejillas al verse descubierto y se hizo chiquito en su lugar

—Parecen de la misma edad, pero me dijiste que tu hermano era mayor —

—Por dos horas — respondió el blondo quitándole la palabra de la boca a zeldris quien lo fulminó —Somos mellizos—

—Eso explica lo parecidos pero diferentes que son—remató la albina dándole un trago más a su copa sin delegar la mirada del avergonzado rubio, ahora sí que tenía toda su atención por completo. Se veía tan bonito de esa forma, tan adorable e inocente, una presa perfecta que ella necesitaba. Quizá terminarían odiándose tras conocerse, quizás queriéndose o amarse pero podrían pasar un buen rato juntos para olvidar. Con una mente nublada y algo de placer cualquier mal sabor de boca se evaporaba —Aunque se nota la diferencia entre ustedes —

—Somos humanos, obviamente somos diferentes —la reto con la mirada intentando dejar de lado la vergüenza de su acto

—¿Debo tomar eso como una iniciativa? —

—Solo si quieres llevarte un mal sabor de boca —

—Tienes una lengua filosa para ser tan lindo —se encorvo hacia adelante casi al mismo tiempo sin dejar de verlo a los ojos logrando que el menor bajara la mirada unos segundos—Me preguntó si sabrá rico —

—¡Elizabeth! —

—Elizabeth... —susurro, después del regaño express que la sonrojada rubia había hecho por su comentario, el blondo se quedó con la lengua dentro y los labios cerrados. Su intrigante mirada, su risa cuando la regañaban como si fuera una niña pequeña haciendo travesuras, su sentido del humor picante, su cabello.

—Parece que mi plan funcionó —escucho susurrar a su hermano con pilleria

—No se a que te refieres—

—¿No que muy enamorado de zaneri? Parece que la superaste rápido—el pelinegro recibió un golpe en su hombro mientras empezaba a reír y se juntaba más al cuerpo de su hermano— Y yo que creía que el amor a primera vista no existía —suspiró con ensoñación sin dejar de molestar al blondo que cada vez estaba más irritado y rojo

—S-Solo es calentura, no te ilusiones—

—Aja, el día que sea solo calentura dejaras de fumar para ocultar esos sentimientos idiotas—lo fulmino con la mirada terminando de decir eso. Por un demonio, era algo enfermo, ella era mayor que ellos dos o al menos eso le había quedado claro después de lo que la rubia no dejaba de decirle a la de hermosos ojos azules. No le molestaba pero era... Extraño

Además eso se definiria con el tiempo, no podía decir que la amaba, eso era llegar muy muy lejos. Tal vez le gustaba, si, es normal que te guste alguien físicamente. Esas caderas, sus largas piernas, su piel lechosa, aquellos ojos brillantes, esa boca que gozaba de soltar cumplidos con doble sentido y sus dos montañas. Si pudiera le encantaría poner en medio de esas dos suavidades su...

—¿Me estas escuchando, bonito? —parpadeo un par de veces antes de volver a abrir los labios. La mente era terriblemente poderosa y esa no era excepción. Tomo un cojín de tela para colocarlo sobre su regazo y sonrió de vuelta. Nada que ahí abajo o al menos nada que Elizabeth no quisiera ver. Sus ojos azules parecían los de una pequeña niña que estaba frente a un nuevo juguete y la mala o buena noticia era que él era ese juguete—Pregunté sobre ti —

—¿S-Sobre mi pues?— dudó un poco, ¿qué decirle a la chica que te miraba con un gato a un ratón? Quizá como una drogada hacia su víctima, incluso como un asesino a su presa. Estaba desquiciada, o tal vez demasiado lastimada como para querer creer que ese sentimiento pequeño podría volverse más fuerte. Duraron todo el rato hablando. Un poco más que antes, aveces con miradas ardientes, aveces con los otros dos interrumpiendo sus pequeñas peleas de ofensas de doble sentido, aveces con un carácter muy dulce o hostil; cuando a Elizabeth se le ocurrió salí a fumar un cigarro ambos hermanos la miraron, tan rara y normal a la vez, con una cabeza que no se quedaba callada volviéndola uña genio en su trabajo, una adulta que quería tener otra vez una vida de niña. Y también un corazón lastimado que no se decidía si dar el gran salto quedarse así.

—Solo acéptalo — meliodas volteo a ver a su hermano que le sonreía como antes y no dejaba de mirarlo—Te gusta —

—¿Y qué si me gusta?—Preguntó en un gruñido —No volveremos a vernos, me perderé en sus recuerdos y ella en los míos —

—Le gustaste a esa chica, ¿y solo dejarás que se olviden mutuamente?— el blondo alzo los hombros indiferentes ladeando una mueca

—¿Y que se supone que debo de hacer? ¿Hablarle, mandarle mensajes, guardar su numero, llevarle rosas blancas?— soltó con ironía logrando que el menor solo rodara los ojos y negara con la cabeza. Aún no sabía cómo su hermano mayor era...así. Tan estupido e inteligente a la vez, un idiota que no piensa en las consecuencias pero que sabe cómo salirse con la suya cuando así lo quería. Le dio dos palmadas en el hombro sin decir nada más y camino hacia la mujer rubia que acomodaba las cosas para dejar ordenado, tomo un plato y empezó a ayudarle. Según gelda su hermana mayor volvería pronto y no quería que discutieran por dejar el lugar como un desastre.

Meliodas tomó algo de aire y siguió mirando a la joven, ¿debería de ir? Ella se veía muy cómoda en su espacio al iré libre, se veía en paz mientras fumaba su cigarro y dejaba que sus ideas se fueran. No quería interrumpir eso sinceramente pero a la vez tampoco quería que eso quedara como una simple visita, era bueno conocer gente nueva y más cuando esa gente era tan misteriosa y quisquillosa como ella. No importaba, debía tomar riesgos. A la mierda su ex, si lo había dejado era por algo y además le había demostrado que le gustaba mucho más theo que él. ¿Por qué seguir deprimido por ella? Perdió su oportunidad, hay más mujeres que peces en el mar, no debía de privarse de algo. Incluso podría simplemente divertirse y ya, estaba soltero ahora, no tenía nada de malo querer comportarse como un hijo de puta... ¿Cierto? Su moral y su timidez fueron suficientes como para que esas ideas lo contradijeran dejara de querer hacerlo. Tampoco podía comportarse así, sería horrible y su madre le había enseñado bien a no jugar con las mujeres. Se acomodo un poco el suéter rojo que llevaba, acomodo sus rebeldes cabellos como chica que iría a ver su crush y luego puso un pie afuera.

No le importo los sonidos de unos adolescentes jugando basquetball tan tarde, de una pareja peleando a lo lejos y los carros pasando algunos más rápido que otros. Se puso a su lado logrando que ella aún no captará su presencia y luego la miró, era difícil por la diferencia de alturas pero lo suficiente como para notar la tensión. Su ceño fruncido, las maldiciones que susurraba, su cabeza hecha un lío entre miles de ideas

—Oye—la chica abrió sus ojos lentamente bajando la cabeza ligeramente para mirarlo—Mi hermano y yo debemos irnos—

—Hmm, que les vaya bien—respondió entre desinteresada y confundida por su comentario que lo desconcertó. Genial, en verdad eres un galán demon. Se dio un golpe mental por tan estúpido que sonó como si eso fuera a importarle a ella y suspiro un poco, no podía con el nervio que sentía —¡Oye! —antes de poder controlar sus propios impulsos sólo tomó el cigarro de la chica entre sus manos y le dio una fumada regresandoselo. ¿Estaba enojada? Un poco, se notaba por su ceño fruncido pero aún así alzó su ceja para mirarlo

—¿Me das tu número? —repentinamente sus ojos brillaron esta vez sin pilleria y relajo su semblante antes enojado

—P-Por supuesto —no tardaron mucho en pasar los contactos. Unos 5 minutos mientras la de ojos azules se dedicaba a admirar los cabellos rubios ondeando de un lado a otro y su concentración al guardar su número. El adorable galante que portaba, las facciones infantiles como si hablara con un niño, aunque para ella lo era, no acostumbraba a tratar con menores. Alguien de 23 con uno de 18, era legal pero extraño para ella. Había tenido parejas de su edad solamente, ni más, ni menos... Mucho menos alguien menor a ella

—Fue un verdadero placer elizabeth, espero que podamos... —le dio una mirada rápida de arriba a abajo que ella noto de inmediato—Conocernos más a fondo—se sonrojo después de decir eso y se dio la vuelta para continuar. Había sido un comentario de doble sentido con sólo decir "más a fondo" pero había sido lo suficientemente bonito y atrevido como para dejarla encantada. Lo maldijo internamente permitiendose sonreír después de verlo partir y luego mirar su número. No había estado tan emocionada de ver a alguien desde...

—Hasta que dejaste de pensar en el otro idiota—

—Oh callate gelda—se sonrojo terriblemente por eso. Bien era dicho que había amores que te marcaban, había otros que volvían a ti pero está vez con intensiones de amistad pero incluso a través del tiempo había algunos que no olvidabas por lo que te dolió al dejarlos ir

*

Salía caminando con claras ojeras en su rostro. Sabía lo que costaba estudiar pero nunca pensó que tanto. Maldito sea el tiempo desde que salió de la primaria, cada vez más rápido se escapaba de sus manos, cada vez dejando más responsabilidades en sus hombros y trabajo. Debía de entregar una tesis muy importante en pocos días y apenas llevaba la mitad, lo peor era que el tiempo lo comía vivo, un pequeño trabajo de camarero que consiguió de medio tiempo. Ya iba siendo momento de empezar una vida laboral y no dejar que sus padres le resolvieran la vida como siempre, pero nunca pensó que llegaría a ser tan pesado

—Fuuuu necesito una buena cogida—susurro hacia el viento cerrando sus ojos con cansancio tras haber pensado en eso y continuar su rumbo. Su mente se lleno de la cara de la chica con la que ya había hablado más de una vez y le había sacado sonrisas. Sus comentarios de doble filo no se hicieron de esperar, sus risas traviesas o nerviosas, las veces en las que escucho como la dejaba sin respiración, escuchar como ella tecleaba sobre una computadora sin saber el porqué pero que nunca le pedía colgar. Al contrario, le decía que hablara. Nunca reniego, le gustaba poder conversar con ella aunque debía admitir que grito como niño chiquito cuando recibió la primera llamada. Se le quedó viendo a la pantalla en negro durante 5 minutos después de colgar y también sonrió como un pequeño que tenía algo entre manos todo el día. Tantas cosas que le encantaba sentir pero le aterraba experimentar

Dobló la esquina recibiendo un mensaje de su bolsillo que vibraba y haciéndolo abrir los ojos, aún con desgana lo tomó entre sus manos con cansancio excesivo sin leer el nombre y contestó quedándose en silencio

1,2,3 segundos...

—Hola bonito, ¿cómo va todo? —justo la chica en la que pensaba y la chica que lo ayudaba a sonreír. No pudo evitar soltar una risilla por su comentario y suspirar llamando la atención de la chica —¿Todo bien mel? —había algo mal con ella, su voz se escuchaba... Tambaleante, un poco más risueña de lo normal y con aires de estar fuera de sí

—Creo que es de las pocas veces que has dicho mi nombre esta semana, elizabeth —la chica bufo al otro lado del teléfono sin mucho afán y luego rodó los ojos

—Muy gracioso demon—

—No miento, siempre me llamas "bonito" o "bebé"—elizabeth soltó una risa traviesas que lo desconcertó y luego se dejo caer en su cama —¿Te encuentras bien? Te escucho extraña—

—¿Extraña? ¡Estoy de lo mejor! —casi grito. Lo comprendió con sólo 5 segundos de silencio, estaba ebria y pida notarlo bien por sus risas sin control y por el sonido de un líquido en su mano. Maldijo en voz baja por eso y apresuró el paso desviando se de su destino, no podía dejarla en ese estado. Ella vivía sola en un pequeño departamento que pagaba muy apenas, en un lugar aceptable pero no tan lujoso, uno que le quedaba lejos pero que no le importaba cruzar la ciudad a pie con tal de poder ayudarla

—¿Por qué tomaste? —

—Yo no tome—rió como una niña tras decir eso y trataba inútilmente de controlar el hipo—Solo me di una refrescada para estar inspirada—se excuso d e una forma un pcpo estúpida—Aunque ya no me sirve. Tomó y tomó y tomó y no me...hip...funciona—

—Elizabeyh será mejor que... —

—De alguna forma solo puedo inspirarme con tu voz o tu imagen. Eres como mi pozo de los deseos —su caminar disminuyó de velocidad al escuchar eso y abrió sus ojos. Eso estaba sobrepasando sus niveles de estupidez—Es extraño, con mi ex novio tarde 3 meses en poder conseguir sentirme segura y contigo es diferente —

—Sigue platicando conmigo trataré de llegar rápido—intento no ponerle atención a sus comentarios sin sentido. Estaba ebria, lo que decía solo eran cosas que no tenían sentido alguno o coherencia, seguramente iba a olvidarlo al día siguiente

—¿Llegar? Solo dije que me ayudaba, no debes venir —hizo un puchero cayendo tras tropezar y maldecir en bajo—Malditos pies izquierdos—

—Deja de tomar —intento reprender la inútilmente pues empezó a levantar la mano para pedir un taxi que lo llevara rápido y no tardar tanto, tras escuchar el golpe supo que debía llegar rápido y ni corriendo conseguiría cruzar la ciudad

—Dicen que el alcohol cura las penas como una medicina...puedo decir que es mentira —hizo un puchero más recargando su espalda contra la pared y llevándose su botella casi vacía a la boca—¿Y bien bebé? ¿Qué...hip...haras cuando llegues? —sonrió un poco pícara contra la bocina—¿Me tocaras? ¿Me besaras? ¿O veras todo lo que he hecho gracias a ti? —rió un poco más como una desquiciada haciendo sonrojar al blondo que cerró la puerta del auto empezando a sentir algo de calor—¿O acaso quieres que yo te toque? —añadió con un toque pervertido que lo hizo gruñir —Uy, no te enojes princesita—rió burlona

—Solo no digas estupideces. E-Eso no es cierto—

—En verdad eres bonito, bonito—

—Elizabeth deja de tomar —

—No eres mi pareja como para decirme que hacer —formó un puchero frunciendo su ceño—Ya estoy lo suficiente drogada como para seguir—

—Espera estas... —no pudo terminar de preguntar cuando repentinamente escucho un sonido mudo que lo asustó, luego el sonido d e una oferta abriéndose para terminar con el sonido de alguien vomitando. No sabía que pensar, pero estaba molesto en verdad. La chica era especial pero se descuida a demasiado a sí misma. Gruño una vez más recargando su espalda en el asiento del taxi y cerrando los ojos. Lo que menos necesitaba en ese día tan estresante era que la chica que le gustara se pusiera así de ebria

*
Llegó con un nudo en la garganta. Que genio que era, no tenía llaves y estaba seguro que ella en su condición seguramente ya estaba dormida o incluso no podría abrir la puerta.

"En verdad que habías pensado en todo meliodas"— se regaño a sí mismo rodando los ojos y formando una mueca. Ya estaba ahí como para retractarse y el silencio al otro lado de la línea lo llegaba a desesperar

TOC TOC TOC

Toco la puerta sin esperar mucho éxito y quedandose quieto. Silencio, justo como lo esperaba, seguramente se había desmayado o dormido. Era inútil, tal vez pedirle a su hermano que le llamara a la rubia y pedirle la llave o alertar a todos. ¿Qué más daba? No dejaba de ser ayuda pese a que lo considerará un código rojo

—Ups...tonta pared...maldita mesa...¡Estúpidos pies! —se quedó mudo por los sonidos en el interior, primero un choque, después un golpe, para finalizar con una caída. La puerta se abrió después de varios intentos de la chica por insertar la llave en la pequeña cerradura y finalizó con apoyar su brazo en el marco intentando inútilmente una pose sexy... Cosa que funcionó pero que no distrajo a meliodas de su labor ahí

Entró con un ceño fruncido mirándola con desaprobación, cerró la puerta al ver que ella no podía hacerlo y se dirigió a la cocina buscando por cada puertilla de madera algún vaso que le sirviera incluso aunque fuera de plástico desechable. Sirvió algo de agua después de encontrarla y le coloco unos hielos del congelador. Gruño en bajo al escuchar los destrozos de la chica en la habitación de arriba y soltó varias groserías por la boca.

Le habían dicho que ella era alcohólica pero nunca creyó que tanto, eso le molestaba, no lo negaría. Él también tomaba y no la culpaba por hacerlo pero sabía medirse, odiaba a los borrachos y tenía una buena razón para hacerlo. No era una historia muy linda pero al menos era una que le había enseñado que, aunque los ebrios digan la verdad, no dejaban de ser un peligro

Subió hacia su habitación con cuidado de no tropezar para no derramar el agua helada pero al entrar a la habitación apretó los labios.

La albina le dedicaba una mirada, nada inocente para su gusto, se encontraba con su camisa a medio quitar y el cierre de su falda abajo. Trago en seco empezando a sudar en frío sin saber como actuar.

—¿Solo mirar...hip...miraras?—

—Yo...Yo...—

—Anda...tu quita lo demás —se junto a su cuerpo colocando su cara entre sus senos aun cubiertos logrando que enrojeciera

—Elizabeth por favor —rogi el mas bajó intentando separarse de ella sin lastimarla para darle el agua helada. La chica solo frunció su ceño al ver esa acción y comenzó a masajes sus hombros tensos con una mini sonrisa—Necesitas esto—

—¡Noooooo! —chillo con una sonrisa como niña pequeña—No quiero que me quites la embriagues—siguió masajeando los tensos hombros del de ojos esmeralda, que sólo tembló por el placer que le causaba y formaba una expresión que ella amo de inmediato

—Por favor no... —

—Shhh, estando ebria se siente mucho mejor cuando me hacen el amor —susurro contra su oído de forma seductora. Eso fue suficiente para que él despertará ¿Hacer el amor? Eso más que nada se parecía a tener sexo de manera inconsciente. Ella no pensaba bien, acostarse con ella era... Aprovecharse de la situación.

Ella quería, si, pero estaba ebria y estar borracho era lo mismo a actuar imprudentemente. A la mañana siguiente tal vez incluso lo golpeaba, odiaba o repudiaba por haber aceotado

—¡Dije no! —grito alejando la de una forma brusca logrando que algo de agua se derramará sobre ellos dos y el suelo. Era menor que ella y aun así actuaba con mayor prudencia. Le dedico una mirada fría logrando que la chica bajara la cabeza avergonzada con sus ojos cristalinos y luego le extendió el agua obligándolo a tomarla—Buscaré alguna pastilla en tu baño —se dio la vuelta sin mirar como su puchero se volvía más y más triste. Regresó después de unos minutos de estar buscando casi desesperado por el baño de la mujer con una pastilla que suponía ayudaría. Una aspirina para la cabeza—Toma esto—

—Snif...¿Acaso no me deseas? ¿Acaso no causó lo mismo en ti que tú en mi?—

—Lo que me faltaba—susurro un poco fastidiado. Había olvidado lo sensible que largaba a ser una persona con el alcohol subido. Se sentó a su lado con un suspiro intentando ser lo más paciente que podía y limpio sus lágrimas entregándole la aspirina—No es eso, pero no estas consciente como para hacer... Eso—

—Aún estoy consciente—se quejo de forma infantil permitiendo que él quitara sus lágrimas. ¿Por qué debía ser tan lindo? Eso ojos brillando, una mueca que demostraba que no sabía que hacer, sus cabellos rubios, sus labios...sin esperarlo sólo alzó una de sus manos para repasar con la yema de sus dedos cada parte del terso rostro del rubio que aceptó esas acaricias con gusto

—Eres tan bella—susurro un terminando de quitar sus lágrimas y acariciando sus pómulos

—Y tu eres demasiado lindo—era prácticamente lo mismo, pero su forma de decirlo fue tan adorable que meliodas río un poco. Quizá no estaba tan mal que aprovechará un poco, ella iba a olvidarlo todo, podía hacer lo que su corazón tanto le pedía hacer en esos momentos para que ella al final no lo recordará. ¿No? No había nada de malo ¿cierto?. Mordió su labio acercándose lo suficiente con ella, admiro como su sonrojo aumentaba al tenerlo tan cerca y luego hizo lo que tanto quería.

La beso

Dulce y lento, suave, permitiendo que sus labios se tocarán como dos telas de terciopelo que los llevaban hasta las estrellas. Chuoando solo un segundo su labio inferior y finalizando aún con los ojos cerrados. Un dulce contacto que aceleró el corazón de la emocionada peliplateada. Elizabeth sonrió usando se separó de ella sin poder evitarlo, lo que tanto había querido durante ese ligero tiempo de conocerlo. Era inevitable no quererlo, que no le gustará. Era tan único, adorable y sexy a la vez.

—Que lindo beso—rió como pequeña aun demostrando que estaba bajo los efectos del alcohol y acariciando los labios del contrario

—¿Crees? —susurro

—Por supuesto. Besas delicioso—pero antes de que ella volviera a lanzarse a besarlo, meliodas la detuvo, le sonrió lo más dulce que pudo ante su mirada tan confundida y desilusionada y luego le mostró la pastilla

—Si tomas esto te daré otro más —

—Tram...hip...tramposo—formó un puchero, le arrebato la pastilla con una cara apática, se la llevó a la boca y la trago sin necesidad de agua dejando a el mas bajó sorprendido. Antes de poder reaccionar, ella ya lo había acorralado en la cama y lo miraba con una expresión hambrienta, un depredador ante un hombre que sería su presa—Ahora quiero mi premio. Por favor —exclamo como pequeña buscando su regalo

Meliodas no se negó, la atrajo suavemente por las mejillas estallando sus labios con la chica que disfruto ese beso como si fuera el último. Solo tenía ojos para ese chico, aquel que consideró extraño tras saber su edad y que ahora sólo era su mundo. Empezó a mover sus caderas friccionandose sobre el pantalón del joven que oprimido un gruñido en su beso

*

Despertó con un horrible dolor de cabeza y con la luz quemando sus parados. Mierda, lo único que odiaba del alcohol era la cruda del día siguiente, el dolor, el asco, la sensibilidad. Agh, soltó un gruñido bajo haciéndose bolita entre las sabanas frunciendo su ceño ligeramente. Dejó de pensar en lo molesto que era la luz del sol cuando empezó a sentir unas caricias sobre su ceño intentando destensarlo. Abrió los ojos con sorpresa y miedo esperando lo peor que su mente pudo imaginar, pero fue todo lo contrario

El blondo dueño de sus pensamientos y sueños mantenía una expresión seria pero serena, sus ojos transmitían un enojo cálido que disimulaba con amabilidad y admiraba ese par de ojos azules que lo miraban sorprendidos. Soltó una risilla al ver cómo sus mejillas se quedaban coloradas por tantas atenciones y se sentó en la cama

—Buen día bella durmiente—

—M-Mel... ¿Qué haces aquí? —

—¿No es obvio?—preguntó un poco irónico señalando le el vaso de agua ahora caliente a medio tomar y las pastillas en su mesita de noche—Vine a cuidar de cierta borracha—la albina enrojecido de inmediato por la vergüenza que esas palabra le causaron y desvío la mirada. Maldita sea, había llamado a quien quería evitar—¿Cómo te sientes? —

—Cómo un cerdo yendo al matadero —meliodas rio casi maniático por ese comentario y se levantó de la cama para ir hacia el baño femenino. Ella se preocupo un poco en caso de que encontrara algo íntimo o incluso porque era la primera vez que tenía a un hombre en su baño. Diferente a lo que se imaginaba, regresó con una pastilla que la verdad, necesitaba, y se la mostró dándole el vaso de agua cálida. Lo miró con la ceja alzada sin comprender el porqué de sus acciones

¿Estaba molesto? Por supuesto, podía verlo en esos ojos apagados pero llenos de algo más intensos. Por su mueca tensa y su ceño levemente fruncido. Prefirió sólo tomar lo que le daba a enfrentarse a una furia contenida que desataria si se negaba. Luego se volvió a recostar notando que no llevaba la ropa que en sus destellos fugaces encontraba y volvió a enrojecer. Recordaba pocas cosas, besos, las manos del menor sobre su camisa. Estar en ropa interior frente a él mientras se sonreían mutuamente... Acaso ellos...

—Oye... —el menor volteo a verla con sus cabellos rubios ondeandose un poco—¿Cogimos tu y yo? —

—Por las diosas, no lo digas como si nada—exclamo el blondo sonrojandose de inmediato. No era algo tan fácil como eso, o al menos para él no era de fácil. Claro que ya había tenido relaciones con algunas ex novias pero con ninguna fue tan pervertido como para decirlo como si fuera nada. Tomó algo de aire huyendo de la mirada azul al momento de intentar arreglar su habitación y rascar su nuca—No, si lo dices por la ropa, tú te cambiaste sola—no mentía. Después de tomarse la pastilla y pedirle que se pudiera algo más cómodo, lo obligó casi a desnudarla y luego se puso algo de pijama pese a que no era tarde. Consiguió que cayera dormida después de eso y sorpresivamente ella no despertó hasta el día siguiente

—Que raro, quizá mi mente me engaña —

—¿Mente? —

—Tengo recuerdos de unas cosas pero no sé si son reales o ficticias—meliodas se tenso ante esto y salió del cuarto con la excusa de que iría por agua. Claramente la albina lo noto porque su vaso aún tenía de ese preciado líquido transparente. Era verdad, había cosas que ella confundía pero sabía que todo había sido real. De no ser así tal vez habría preguntado primero y después se habría reído por lo que tenía en la cabeza. El nervio lo delató

Pero, ¿eso significaba algo? Hace mucho no tenía pareja, hace mucho no tenía a un hombre en su casa. La verdad era que su ex novio no fue el príncipe azul que toda niña quiere. Era celoso y controlador, no le permitía estar ni con su mejor amigo y gracias a eso ha no tenía tanto contacto con él, Arthur le había dicho que rompiera con ese controlador pero cuando lo intentó...sencillamente no pudo, lo amaba como una estúpida y lloro al darse la verdad de eso. Sorpresivamente fue el alcohol y el tabaco lo que había logrado darle paz en sus pensamientos e ideas. Hasta que llegó ese rubio que lo estropeó todo

Habían tenido gran conexión desde el inicio, sus risas le daban ternura, sus expresiones la inspiraban, sus comentarios de doble sentido la hacían sonrojar. Su belleza infantil, se dio una cachetada mental con la duda fluyendo como el agua de un manantial o arroyo. Tal vez debería...

—Lo lamento —fue lo único que salió de sus labios—Lamento lo de ayer. Yo me di cuenta de a,go y al pensarlo me dio miedo y tome— tampoco iba a decirle que él hacía sido la causa. Lo sabía, lo quería, le gustaba, se había enamorado. Y saberlo le causó tal terror que quiso olvidarlo con alcohol, mala idea pues la peor sana que quería evitar termino con ella mientras la cuidaba en su estado. Se seguía sintiendo raro haberse enamorado de alguien menor —Lo lamento bebé —

—No te negare que me preocupo, pero descuida—sonrió un poco con el sonrojo por el apodo "bebé"; dejando su excusa de lado y sentándose al lado de la peliplateada en un silencio tenso. Vamos cobarde, haz algo, elizabeth quería algo y podía verlo en sus ojos pero no se atrevía a pedirlo o decirlo. Sus esferas azules se cristalizaron esta vez con una revelación que la dejó con el corazón partido y volteo la cabeza para tenerlo frente a frente —¿Estas bien? ¿Te duele la cabeza ? ¿Necesitas que te de algo? —preguntó meliodas exaltado al verla a nada de llorar y mirándolo fijamente.

—No, solo...—suspiró tomando el rostro del menor entre sus manos—Besame—susurro atrayendolo hacia ella con una mirada de súplica

—E-Espera yo... —

—Bésame, por favor solo bésame—no se negó en ningún momento. Lo quería, lo deseaba, ese beso era algo que necesitaba desesperado y aunque seguía confundió lo hizo. Igual que cuando estaba ebria, lento y suave, lo suficiente como para sentir como la albina empezaba a llorar y acariciaba su rostro. No era la misma chica de expresión apática y cigarro en mano que había conocido semanas antes

Inconscientemente empezó a empujarla levemente hasta el punto que quedaron uno sobre el otro sin detenerse, esta vez estaba consciente y no era como si no lo deseara a decir verdad. Las manos del menor empezaron a subir para acariciar los costados de sus senos cubiertos solo por la playera larga y ella abría las piernas para permitirle estar en medio de estas. Se separaron con un hilo de saliva que desapareció a los pocos minisegundos

—¿Por qué? —preguntó aún sin detener el masaje de sus manos que empezaba a hacerla jadear. Apretaba un poco los costados, los sostenida suavemente o le daba vueltas a su pezon ahora erecto con delicadeza

—Creo que me enamore de ti—eso fue suficiente para detener las caricias—Me gustas y mucho. Me encantas, me tienes demasiado bien y...—dudo un poco relamiendo los labios antes de alzar la mirada intentando que las lágrimas no salieran—Y eso me aterra —susurro

—¿Por qué? —

—No vengo de buenas relaciones—ambos formaron una mueca juntándose aún más—No se lo que se siente ser amada con libertad —paso las yemas de sus dedos por el cuello masculino hasta sus hombros ya no tan tensos—Ni siquiera se si soy capaz de querer a alguien—

—En ese caso permiteme ayudarte—

—Hmmm—jadeo. Los suaves labios del menor habían bajado hasta su cuello empezando a repartir pequeños besos que erizaron su piel por completo—Meliodas—se sentía demasiado bien. Todo se sentía bien, era como si la cruda se hubiera evaporado por completo y sólo existiera ese contoneo que humedecia su parte más sensible. Esas manos bajando a su cadera, esos manos succionando su piel. Buscando más contacto. Se sentía desfallecer. Una ola de calor humeante se apoderó de su cuerpo, alzó las piernas para poder ponerlas sobre la cadera de el blondo y abrió los labios para gemir en bajo. Esa fue la acción que hizo saberle a meliodas que le estaba gustando.

Aferro sus dedos en el borde de la camisa de la joven clavando su mirada en ella, empezó a alzarla hasta descubrir sus senos desnudos; y sin necesidad de quitarla bajo los labios para besar el botón rozado que apuntaba a él

—Mhh—jadeo en bajo. Quería más que simples beso, más que solo caricias por encima de la ropa. Quería algo más a fondo que la hiciera gritar—Detente —como si fuera un robot que estaba para obedecerle. Meliodas se detuvo dejándola con una sensación de vacío, le bajó la playera dispuesto a tomar distancia creyendo que la había incomodado pero antes de que pudiera hacerlo ella había llevado las manos a su ropa—No es justo si solo yo me quito la ropa—las mejillas canelas del mas bajo se tiñeron de un tenue color rojizo. Permitió que alzará su playera y le ayudó a terminar de quitársela revelando un cuerpo que nadie imaginaba que tuviera—Wow —

—Soy hiperactivo nishishi—no dejo que ella respondiera cuando volvió a besarla. Solo que esta vez con más fuerza que antes. Le levantó su pijama sin cuidado, tomo uno de sus pechos entre sus manos empezando a masajearlo lentamente y luego bajó sus labios rosas hasta el que estaba desocupado

Tenía un fetiche con los senos grandes, no iba a negarlo. Aunque trataba de taparlo no podía evitar sentirse atraído hacia chicas con ese aspecto, atrapó su pequeño pezon entre sus labios. Succión levemente sacándole suspiros y cuando sólo lamio como un dulce gatito ella no pudo aguantar los sonidos que salían de su boca

—Ahhh mhhh—eran tenues pero verdaderos. Cargados de lo delicioso que sentía esa sensación acompañada con contoneos que le hacían sentir lo duro que empezaba a ponerse. No mentía, subía y bajaba las caderas buscando la intimidad cubierta del blondo y solo lograba despertarlo. Su respiración se agitaba, un poco de sudor empezaba a verse desde su frente y jadeaba más de una vez pasando de pezon en pezon—Ahhh meliodas—

—Mierda, en verdad eres deliciosa—susurro con la voz grave bajando su boca por todo el cuerpo de la albina. Beso abajo de sus pechos sacándole una risilla, beso su abdomen haciéndola suspirar, metió la lengua en su obligó logrando que gimiera y finalizó con besar su intimidad por encima de la ropa. No se detuvo solo ahí, mientras bajaba el holgado pantalón de la joven empezó a dejar sutiles besos por sus brazos y curvas, la despojo de la ropa baja dejándola completamente desnuda ante él; pero en vez de hacerle algo más intenso como lo tenía esperado, solo pasó la lengua por su muslo y acarició su trasero. En verdad se esforzaba por hacer que se mojara para disfrutar—Elizabeth —

—No puedo creer que me voy a acostar con alguien menor a mi—ambos rieron por su comentario al mismo tiempo que meliodas se quitaba su pantalón y bajaba su ropa interior para liberar su glande y miembro erecto

—Nishishi Veras que soy mejor que cualquier persona de tu edad—acarició sus labios húmedos, friccionandose un poco y gruñendo en bajo tras presionar su sensible punta sobre su entrada–Ellie...—

—Solo hazlo...hmmm...hazlo meliodas, tómame—no lo dudo, se adentro lento en ella soltando un gélido mientras las lágrimas bajaban de los ojos femeninos y se aferro a su cadera tensado los labios—Ahhhh continúa—sabía que no era virgen por lo que no debía preocuparse por lastimarla.

—Estas...demasiado estrecha—susurro contra su piel. Resultado de no haber tejido relaciones en un buen rato, pero eso era incluso mejor para él. Empezó a moverse lento jadeando mientras cerraba sus ojos para disfrutar de todo eso y se deleitaba con el temblar del cuerpo femenino. Era un poco extraño como algo duro y a la vez suave entraba y salía, era un sentimiento cálido y tan reconfortante que era imposible no gemir de placer. Que no te engañara su pequeño tamaño, había algo en él que no era nada pequeño—Hmmm ellie... —

—Ahhhh un poco más. Por favor un poco más ¡meliodas! —no se negaría a tan petición que ambos necesitaban. Llevo una de sus manos hasta su muslo izquierdo para levantar su pierna y colocarla en sus hombros. Sus jadeos llenaban la habitación, el frío antes invernal que los llenaba ahora era recompensado con un cálido verano. Una cascada de cabello plateado que dejaba a meliodas embobado, sentir como ella aferraba sus brazos en su cuello y lo atraía para besarlo. Quien no lo supiera incluso diría que ella era su maestra o su hermana mayor. Claro estaba que no era así, no importaba de todas formas, era legal y demasiado delicioso como para poder negarse a ese sentimiento que era más antiguo que la humanidad misma. Incluso cuando los dioses eran los dueños de el mundo terrenal, el amor seguía entre ellos para enseñarles algo de bondad y pasión—Ahhhhh ¡meliodas! —

—¡Mhhh elizabeth! —sus caderas chocaban creando un fuerte sonido. Piel y piel los mantenían en un trance del que ninguno quería salir. Besos y más besos que terminaron con los labios hinchados de tanto succionar y sus manos no estaban quietas. Acariciaban sus cabellos, pasaban los dedos por cada curva y parte de piel oculta para descubrir lo que solo las estrellas conocían de sí mismos—Me encantas...¡Elizabeth, elizabeth! — sus blancas montañas se movían de arriba a abajo de forma frenética, ellos juntaban las caderas al mismo tiempo como si una turbulencia feroz quisiera derrumbar un avión y chapoteo de sus intimidades los volvía tan locos que incluso llegaron a salvar por la sensación

Dentro de lo ligeramente doloroso que era la rapidez con la que la penetraba, había un placer que su cuerpo tembloroso ansiaba por absorber

—Joder, voy a correrme—susurro envuelta en una fina capa de sudor con sus ojos cerrados. El clímax estaba realmente cerca, la sangre coloreaba cada parte de sus mejillas. Los labios femeninos habían bajado hasta dejar un chupete en el cuello masculino que se vería en unos pocos días. Su flor rosada lo succionaba cada vez más adentro ayudándole a que su cuerpo temblara y tensar a e incluso sus testículo chocaban contra su trasero llevándolos a la gloria de los cielos —¡Ahhhhhh! —cuando el blondo sintió la fuerza de su venida y el agua sagrada que había salido de ella rápidamente salió. Se más turbo a sí mismo mientras besaba los labios de la cansada mujer y terminó sobre las sábanas para evitar 9 meses. Ninguno estaba listo, menos él que apenas había cumplido su mayoría de edad unos meses atrás

Se dejaron caer en la cama aún con las respiraciones agitadas mirándose mutuamente. Repentinamente la conciencia volvió hasta la mente de meliodas que se hizo pequeño en la cama

—¿Sucede algo bonito? —

—No...bueno si...No es importante solo...la verdad es que yo...bueno—balbuceo sacándole risas a la desnuda muekr que solo lo abrazo para atraerlo a ella. Elizabeth se encontraba tan feliz, Tanti que podría ir por alguna copa de vino. El sentimiento se evaporo cuando repentinamente sintió los dulces labios del menos besando su pecho a la altura del corazón con una cara de paz que no podía con ella—Cielos—suspiró—En verdad necesitaba esto—rieron al unisono permitiendo que el frío se fuera y la pena igual

—¿Mucho trabajo querido? —

—No tienes idea—

—Te recuerdo que ya pasé por eso—eso era demasiado cierto. Antes de que el silencio volviera a reinar, la traviesas albina se había levantado como un conejo escapando de su casador, solo para ir hacia su escritorio y traer una carpeta con cosas en su interior—¿Recuerdas que te dije que me inspirabas? —el mas bajó asintió con la cabeza sentándose en la cama. Ante sus ojos somnolientos, la joven abrió aquella carpeta revelando dibujos muy realistas. Desde flores, maravillas irreales, cosas simples como tazas de café o personas e incluso había varios dibujos suyos—Dibujar me calma, pero aveces es tan difícil ordenar mi cabeza que solo con alcohol podía concentrarme—

—Ya no lo necesitarás. Me tienes a mi—le sonrió inocente a la situación de una persona con vicio que la enternecio. Quizá no era lo mejor para él momento, pero comentarle que sería difícil podría romper esa ilusión en sus ojos verdes. Ya después vendría lo cliché de siempre volverse pareja y amantes apasionados, pero por esos momentos sólo beso su frente y acaricio su rostro. Solo existían ellos dos y las estrellas que no podían verse por la mañana

*

Yo se yo se. Estúpido, sin sentido y con agujeros argumentales. Aunque haya sido así, a mi en lo personal me gusto

Dato de este one-shot. Parte de la historia de ellie está basada en mi. ¡Y no XD! No soy alcohólica, solo tengo 15 :u me gusta el alcohol, si, pero no en exceso XD. Hablo mas que nada de las relaciones de ellie. La mayoría terminaron en odio y la más reciente en algo un poco peor que solo dos personas que no pueden ni verse. No fue una experiencia linda pero como lo dije al inicio. El dolor te hace sentir vivo y si no sientes dolor...bueno, mejor no termino me puse filosófica XD

Aunque no me lo crean en situaciones difíciles puedes encontrar más aprendizaje que en el salón de clases - w- ok no xd

También es la primera vez que uso un gif de personas reales, me sentí rara pero en gustó jaja

Tambien quise ser algo diferente. Por eso hice a elizabeth mayor que meliodas ^^ espero eso no haya molestado (abro hilo como dicen en twitter: Ya saque una historia donde elizabeth es mayor. Se llama "cuestión de edad" por si les interesa)

En fin ¿qué les pareció? ¿Les gustó? Lamento el mal lemon pero ahorita traigo una vibra mística que quiero usar para almas perdidas y no para escribir lemon jaja

Espero les haya gustado, si es así voten y comenten. Saben que adoro leer sus comentarios y sin más que decir nos veremos luego

Pd: espero haya disfrutado de este humilde regalo señorita coco ^w^💕✨

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