#5 SEGUNDA PARTE
He aquí lo prometido :)
Paulline
-¿Es enserio Stuart?- John no podía creérselo y Paul sabía que la excesa confianza que John depositaba en Stuart era irreal.
-Sé que parece ridículo...
-Es totalmente ridículo.
-¡John! Deja a Stuart no tenemos mejor opción.
Los tres aún no se atrevían a entrar al restaurante y a Paulline la carcomian los nervios.
-Creo que me debí vestir mejor- la pelinegra observó su ropa que le quedaba mucho más grande.
-No te preocupes por eso, todo estará oscuro sólo trata de ser agradable nada de enojarte.
-¿Ves? No es tan difícil, McCartney. Solo se tú misma y no te enojes. ¡Recuerda bien eso último!
-Ya entendí- dijo rodando los ojos- ¿Van a esperarme?
-Claro, linda. No estés nerviosa- ese era Stuart reconfortando de nueva vez a la pelinegra.
-McCartney ya debes entrar.
El restaurante era muy lujoso los pocos minutos que pudo apreciarlo, una mujer de treintantos se subió a la tarima y empezó a decir las reglas todo paso rápido y una venda cubrió sus ojos.
No era nada de otro mundo, le vendaban los ojos a todos los asistentes y las meseras los ayudaban a cambiarse de lugar. Diez minutos en cada mesa mucho tiempo para la cantidad de asistentes y lo incómodo que era hablar con un desconocido.
-Hola
-Hola
Esa era su primera mesa y esperaba no arruinarlo.
-Sabes Shelly era una gran chica- la voz desconocida había dejado su tono automático ahora era más expresiva lo malo es que comenzaba a quebrarse- ¿Por qué tuvo que morir justo antes de nuestra boda?- el desconocido comenzó a sollozar y Paulline se acercó a él para consolarlo.
Lo peor era que esa había sido su mejor cita hasta ahora ya para la quinta mesa estaba aturdida por toda la información que esos desconocidos dejaron en ella.
-Hola nena.
Era el clásico confiado ya se había topado con algunos antes.
-Hola imbécil- no parecía ella estaba cansada de todo esto, nunca le volvería hacer caso a Stuart.
-Wow ¿Con esa boca besaras a tu futuro novio?
Era el peor de todos y el dolor de cabeza tampoco ayudaba.
-Vaya que tienes confianza. Haber cuanto dura tu falsa seguridad ¿Cuanto te mide?
El quinto chico soltó una carcajada fastidiosa como la de...
-¿Qué te gusta hacer?- esa pregunta la descoloco este chico había sido el único que se había preocupado por lo que ella tuviera que decir.
-Amo la música, quisiera formar una banda y tocó el bajo.
-Todo una estrella he
-No es por presumir pero creo que nadie se me compara- sonrió la chica con autosuficiencia- ¿Y tú? ¿Hobbies?
-Prefiero la música rock, toco la guitarra la cual está algo vieja y mi mejor amigo es un idiota.
-Con lo de amigo idiota me recordó al mio- por primera vez pudo carcajear Paulline en ese tenso lugar.
-¿También tienes un amigo idiota? Tal vez abundan...
-Sí es algo tonto, prepotente, egoísta, rebelde, parece que no le importa ni una mierda alguien en este mundo pero esa es sólo una fachada él jamás abandonaría a una persona que cuenta con él muy al contrario como le han hecho los demás.
-Pareciera que estas enamorada de ese amigo tuyo hablas de él como si lo conocieras bien, conoces sus virtudes y defectos pero a pesar de todo sigues ahí.
-Tal vez yo sienta algo- dijo pensativa ¿Él enamorado de John?
-No tienes que dar una respuesta ahora es bueno que lo consideres sólo eso.
El quinto chico la dejo pensando y con él los diez minutos pasaron volando pero lastimosamente tuvo que cambiar dos veces más, ya después de que la "dinámica" terminará se dirigió a una de las mujeres organizadoras del evento y pregunto por el chico, gracias a su mala suerte el quinto chico se había retirado antes por un compromiso ese chico era el único que valía la pena en el lugar entonces algo cabizbaja Paulline se retiró.
-¿Cómo te fue Paulline?
-Bien Stuart, quiero irme ya estoy cansada.
-Está bien. John esta en el auto ahí se quedó dormido todo el rato que estuviste adentro.
La pelinegra asintió. Al entrar en el auto de Stuart pudo ver a una melena castaña sobre los asientos traseros, John dormía plácidamente, como envidiaba su lugar. Sin ninguna otra opción Paulline se acomodo en el asiento del copiloto luego entró Stuart a un lado suyo, los primeros minutos fueron silenciosos a excepción de los sonidos del motor y los ocasionales ronquidos de John.
-Debió ser incómodo para ti.
-No para nada solo console a un hombre que perdió a su casi esposa en un accidente de avión y a otro que aún no supera a su ex la cual recuerda ¡Hasta cuando alguien menciona un vaso de agua! Ya sabes cosas tan típicas como estornudar- Paulline no quiso mirar a Stuart en ningún momento y prefirió dirigir su atención a la carretera.
-Lo siento pero creí que era una buena idea ya sabes conoces a varias personas y rápido, pensé que sería lo mejor para ti.
-¿Por qué te preocupas tanto? Me acabas de conocer, eres más amigo de John que mio.
-Después de todo es mi culpa.- suspiro y la chica se quedó muda.
-¿Cómo? ¿Tu culpa? ¡Explicate Sufflicte!
Los ojos de la chica destellaban rabia y ahí Stuart sintió terror.
-¡No es lo que crees!- se apresuró a explicar- Yo no quise que te convirtieras en chica, fue la bruja con eso del deseo más profundo de tu inconsciente.
-Querías ser el único mejor amigo de John ¡Por eso me hiciste esto! Sabias que John no tendría sólo amistad con una mujer. Y yo que me sentí mala persona por odiarte.
-¿Qué? No me refiero eso. Paul tú me gustas desde que te vi eras como un espejismo para mí lo único malo es que eras hombre... Nunca desee algo así pero a lo mejor hay cosas que uno quiere y no nos damos cuenta.
Paul no pudo sentirse más estúpido le dijo todo ese montón de chorradas de niñato de primaria, cuando se pone celoso y estaba avergonzado ¿Stuart enamorado de él? ¿Sentía una especie de alegría por está confesión? Primero John y ahora Stuart. Las hormonas lo volvían loco.
-Stuart...
-¿Ya llegamos?- un John adormilado hacia acto de presencia reduciendo la tensión del momento.
-Aún no- contestó Stuart- Iremos por tu guitarra luego de solucionar lo de Paul ¿Alguna idea? Por lo visto lo de la cita a ciegas no generó grandes resultados.
-Era una idiotez.
-Y luego ¿Qué haremos?- la chica estaba nerviosa ¿Y si nunca volvía a la normalidad?
-Que tal si abrimos un puesto de besos abra potenciales de verdadero amor ¡Aparte ganaremos dinero!
Stuart frunció el ceño.
-No funciona así John, es algo más complejo, el verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida, es alguien con quien tienes una atracción física aparte que comparten gustos y aficiones hay confianza y comunicación.
-Que cursi eres Stu.
-John él tiene razón si solo se tratara de un beso ya hubiera besado a cualquier desconocido que se me hubiera cruzado.
-Ok ¿Quién te gusta McCartney?
-Nadie.- suspiro- Ese es uno de los grandes problemas.
-¿Nadie?
-No para nada... excepto ese chico que conocí en el restaurante.
-¿Cuál chico?- Stuart aprovecho el alto para mirarla a los ojos.
-El quinto chico, me agrada y tiene gustos parecidos a los míos ¡Debería intentar!
-¿Hablaste con él después de que les quitaron las vendas?
-No. Sé fue antes.
-Podemos regresar al restaurante y ver si dejo un teléfono o dirección.
-Nooo ¡Yo ya quería llegar!
-Cállate John, nos regresemos.
Lennon bufó y McCartney sonrió.
El quinto chico sólo dejo su nombre el cual como después descubrieron no aparecía en el directorio. Paulline decepcionada se marchó a su casa, ni su padre ni su hermano se encontraban ya que habían salido a un viaje en Blackpool, era lo mejor como explicaría todo.
<<Mi única opción ni siquiera aparece>>
Se dio un baño el cual fue perturbante para él luego se puso la pijama de Paul, iba a preparase la cena cuando el timbre sonó.
-¿Quién será a esta hora?
Al abrir no había nadie y por un momento pensó que era una broma hasta que vio un pequeño sobre en el tapete de "Bienvenidos"
Lo tomó, no tenía remitente entonces empezó a abrirlo. Era el quinto chico.
Hola
Ojalá me recuerdes soy el que tenía un amigo idiota. Quería disculparme contigo Paulline no quise irme pero surgió un imprevisto ¡De verdad quería conocerte! Regrese al restaurante y le pregunte a una de las señoritas y me dio tus datos, te llame toda la tarde pero al aparecer no estabas también me dio tu dirección no considere prudente visitarte a estas horas entonces decidí mandarte esta nota. Paulline ¿Quisieras salir conmigo? Conozco un restaurante de mariscos cerca del muelle ahí podríamos conocernos...
Por debajo se leía la dirección del lugar y la chica no podía estar mas feliz.
Al día siguiente fue a casa de John donde también se encontraba Stuart les contó todo a sus amigos pero ninguno tenía la misma emoción que ella demostró mientras lo contaba.
-Por mí esta bien entre mas rápido todo vuelva a la normalidad yo tendré mi guitarra.
-¿Si es un secuestrador? No te vas a arriesgar Paulline.
-Calma Stuart nos reuniremos en un restaurante habrá mucha gente.
-Ves Stu, nada por que preocuparse aparte la chica sabe defenderse.
-Pe-ro ¡¿Cómo se van a reconocer?!
-Yo usare un vestido rojo y él una camisa del mismo color. Esta todo cubierto.
-¡No puede ser!
-Sí puede ser, todo se va solucionar.
-Ven conmigo John- Stuart se llevó a su amigo dejando a Paulline sola ahora podría comprar lo que usaría esta noche.
-¿Qué pasa Stu?
-Cállate y sígueme iremos con la bruja ¡Esto no puede quedarse así!
Entraron al local el cual no lucia como la primera vez.
-¿Qué ha pasado?- Stuart admiraba el lugar.
-¡Mi guitarra!- el castaño corrió por el lugar hasta llegar al mostrador.
-¿Aquí venden guitarras?- Stuart seguía conmocionado.
-¿Aquí? ¿En el paraíso de las guitarras? Oye no lo sé.
-Ay no.
-No Stuart venden camotes.
-Vamonos ya John
-Nooo
***
Paulline se preparaba para su cita había encontrado en la tienda un lindo vestido rojo aterciopelado de manga larga y con cuello en v. Se calzó unos zapatos de tacón negros y aplicó un poco de maquillaje, al mirarse en el espejo podía confirmar que estaba igual de bueno como hombre que como mujer.
Alegre salió de su casa y tomó un taxi quince minutos antes de la ahora acordada. Todo pudo salir perfecto pero no contaba con Stuart en la entrada del restaurante.
-¿Stuart?
-Paulline necesito hablar contigo.
-No puede ser después tengo que llegar a mi cita.
-Es urgente.
-Ok pero sé rápido, por favor.
Stuart se llevó a la chica a la parte trasera del local ya ahí le suplico.
-Yo estoy enamorado de ti y lo sabes.
-Pero yo no Stu ¡Nos acabamos de conocer! ¿Quién se enamora de alguien cuando no tienen ni una semana de conocerse?
-Para el amor no existe el tiempo.
La pelinegra estaba harta del montón de sandeces que repetía Stuart ¿De dónde había sacado esas frases? ¿De telenovelas?
-Stu creo que fui claro no siento nada por ti y dudo sentirlo. Por favor comprende.
La seriedad de sus palabras no dejo ni una duda en el chico ni Paul ni Paulline lo aman, no puedes forzar a alguien a sentir algo cuando ya te dejo en claro las cosas.
-Lo siento creo que lo mejor es que te deje ir a tu cita.
-Gracias Stuart yo sé que encontrarás a una gran chica o chico al cual amar ¡Y no lo digo por lástima! Lo digo en serio.- reafirmo la pelinegra.
Sufflicte sonrió y le dio un pequeño abrazo la chica sabiendo que tal vez sería la última vez que la vería.
-Suerte.
Cuando Paulline regreso al restaurante vio a John ¿Otra interrupción? Iba a obligarlo a retirarse cuando vio que llevaba puesta una camisa roja.
-¿John?
-Sí Paul soy yo "El quinto chico"
-¡¿Cómo?! Te habías quedado dormido en el coche.
-Eso pensó Stu.
-¿Entonces no dormías? Escuchaste lo que dijo Stuart.
-Sí escuche su declaración pero sabía que lo rechazarías como acabas de hacer.
-Ahora ¿Cómo le haces para estar en todas partes?
-No lo sé.- John se acercaba cada vez más a Paulline haciéndola estremecer.
-Aún no me lo creo ¿Desde cuando tienes bonita letra?
-¡Oye! Si me esfuerzo es decente aparte aquí tengo el recibo del restaurante por sí no me crees.
-No, esta bien- esbozo una pequeña sonrisa.
-Sí tú lo dices...
-¿Y yo soy el amigo idiota?- frunció el ceño.
-No, hablaba de Stu ¡Te lo juro!
-Bueno yo si me refería a ti.
-Mmm
John terminó rompiendo la distancia que los separaba y choco sus labios contra los de la pelinegra rodeo su cintura en una especie de abrazo y sé permitió perderse. Paulline/Paul se sentía similar tantas emociones que parecía que su pecho quería estallar. Al detenerse una sensación de alivio lo embriagó jamás se había sentido tan tranquilo, en ese momento volvió a ser Paul. Curiosamente su transformación fue todo lo contrario a cuando se hizo chica ¡Teniendo uno de los momentos más felices de su vida!
Una felicidad que pudo compartir con John ambos iban caminando de la mano por el muelle todo era silencio pero no era uno incómodo entonces John se acercó a su oído.
-Más vale que te duermas temprano hoy porque ahora sí iremos por mi guitarra luego tendré que despertarte y sabemos el humor que tienes cuando eso sucede.
-Si me despiertas. Te mató ¿Ok?
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