‼️Ikaris‼️

Kinktober Day 18 ~ Spanking

~público: femenino~

- 3...

Otro golpe.

- ¡4!

Y otro.

- ¡Aah!

T/N apretó los puños con fuerza. Sus ojos lagrimeaban intensamente ya. No sabía cuantas veces le había dado, pero no han sido solo cinco en realidad. Han sido más, pero el Eterno le obligaba a repetir el contar cada vez que ella paraba.

Ikaris le prometió parar en el décimo, pero la chica no colaboraba.

- Mi amor, ¿cuál es?- preguntó él mientras acariciaba el trasero de T/N.

La tenía tumbada en sus piernas, bocabajo. Su manos estaban atadas en su espalda igual que sus pies, T/N estaba totalmente inmovilizada. Sentado en una silla, Ikaris disfrutaba su momento con su acompañante.

Ella negó mientras jadeaba y sollozaba dolorida.

- No lo sé...- declaró T/N.

Pareciera que lo estuviera haciendo apropósito, Ikaris ya estaba empezando a sospechar. Pero realmente ella no podía concentrarse, no conseguía pasar del número seis. Con cada golpe, incrementaba su intensidad y eso la hacía temblar.

En un primer momento, el juego le gustó y quiso alargarlo. Pero ahora, con sus nalgas rojas por completo y su ardor era mayor, no sabía que hacer.

- ¿Otra vez vamos a tener que empezar?

Ella lloriqueó de nuevo y negó.

Ikaris acarició de nuevo su trasero, lo miró. No sabía muy bien cuantos golpes le había dado ya, pero más de 10 seguro. Se miró la mano, también estaba roja.

- ¿Quieres parar?- preguntó él.

Ella negó, con su orgullo por delante, quería terminar el juego.

- Soy capaz de llegar a 10. Pero... tengo que concentrarme...- lo dijo con la voz rota.

Él suspiró sonriendo, sin quitar su mano del trasero de ella. En realidad la adoraba, podía hacer lo que quisiera con ella solo con picarla un poco. T/N era una chica muy orgullosa que siente que puede aguantar de todo y quiere demostrárselo a él.

Y aunque el Eterno no se lo creía al principio, ella le había demostrado un gran aguante a todo. Jamás había parado nada a medias. Y eso a él, le encantaba y le chiflaba. Obviamente, si era conveniente, él mismo pararía el juego si así lo viera necesario. Después, no dudaba en recompensarla como es debido y como la reina que es ante sus ojos.

- De acuerdo, comencemos de nuevo pues.

Con una última caricia, volvió a separar su mano de ella y con un suave golpe, comenzó.

Ella jadeó por lo sensible que estaba, pero no dudó. Levantó la cabeza y fijó su mirada en un punto fijo.

- 1... 2... 3...

La cuenta continuó con los golpes de él incrementando su fuerza progresivamente.

- ¡4!, ¡5!

Ikaris paró un momento para acariciar su nalga suavemente.

- Lo estás haciendo bien, te queda la otra mitad. Recuerda, si te equivocas, vuelves a empezar.

Ella asintió sin decir nada. Estaba demasiado concentrada en el próximo número que iba a decir como para articular otra palabra.

Ikaris se rio por su reacción y advirtió que iba a continuar. Y pegó otro golpe.

- 6... 7... ¡8!

Ese golpe fue el más intenso. El Eterno sonrió por la reacción y estaba feliz del resultado. Ya que él comenzó a bajar su mano, llegando a la parte baja de los muslos de T/N. El golpe lo impactó ahí.

- Solo dos más reina.

Ella asintió con los ojos cerrados.

Volvió a golpear.

- ¡9!

Ikaris sonrió con una gran sonrisa y le impactó el último golpe.

- ¡10! ¡Aaaah!- T/N se permitió gritar y desahogarse ahora.

Ella se sobresaltó cuando notó la mano de él otra vez en su trasero. Esta vez acariciando suavemente su piel.

Ikaris bajó su cabeza hasta impactar sus labios muy suavemente en las nalgas de ella. Lo llenó de besitos y acaricias con tranquilidad.

- Este es el que más te ha costado aguantar reina. Pero, lo has hecho genial.

Ella se rio agotada, se relajó por completo en en sus piernas. Al notar sus manos sueltas y su pies también, se levantó despacio con ayuda de él. Se sentó con cuidado de nuevo en las piernas de él.

Ella se encontraba completamente desnuda, abrazó el cuello de él y se escondió en su cuello. Él también la abrazó por la cintura y la acarició en su espalda baja.

- Lo has hecho genial, de verdad. Estoy muy orgulloso de ti.

T/N se ruborizó y se rio por la vergüenza de sus afirmaciones. Pero su orgullo seguía inflándose.

- Si me lo propongo, puedo aguantar otros diez.- declaró ella.

- ¿Lo intentamos?- propuso Ikaris.

- He dicho si me lo propongo y todavía no me lo propongo.

Esto le sacó unas risitas al Eterno y recibió un golpe por parte de ella en la cabeza. El golpe fue suavecito, modo advertencia.

- ¿Estás cansada?- preguntó Ikaris cuando notó como ella comenzaba a adormilarse.

Recibió por respuesta un asentimiento. Así es como él la cargó para ir a descansar como es debido.

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