Su atención estaba en el celular, observando de sus redes sociales. Era alguien popular en redes, por lo que continuamente revisaba de estás.

— Ni siquiera es bonita en persona — escuchó a alguien decir a sus espaldas.

No volteó, continuó en lo suyo. Había recibido varios comentarios en su última publicación. Sonrió cuando leyó de unos amorosos comentarios.

— ¿Enserio esa zorra está en tu salón?

Otra chica habló a sus espaldas. Arleth dejó el celular, guardandolo en su bolsillo, acomodó su mochila y se dispuso a volver a casa. Hacía tan solo unos días se había mudado, y debido a ello había sido transferida de colegio.

Nunca fue alguien sociable, mucho menos ahora que era alguien popular, muchos rumores corrían entorno a su persona, y varios de ellos eran completamente falsos, que sin embargo la dañaban.

Observó en la casa frente a la suya, a un chico con el mismo uniforme quién también estaba por entrar. Él pareció percatarse de su mirada, volteando hacia ella.

Lo reconoció. Levi Ackerman, el presidente de la clase.

Ambos se miraron por un rato inmóviles sin pronunciar nada. Hasta que Arleth termino por girar la llave, abriendo la puerta, le hecho una última mirada a su compañero de clase y luego la cerró.

Al día siguiente ninguno se sorprendió el encontrarse en el autobús, ninguno pronunció palabra una, uno se sentó al final del autobús y el otro al frente volviéndose a ignorar. No se tenían interés, no eran amigos, no tenían por qué hablarse.

Cada quien bajo y camino a si ritmo para llegar al aula. Levi yendo más adelante que ella quién iba centrada en su celular, entonces escuchó como los murmullos respecto a ella comenzaron; se detuvo un momento para escuchar con más claridad de estos y luego se adentro al aula.

— Ackerman, somos compañeros de equipo — la joven Arleth estaba parada frente a él con sus libros en mano.

Se había distraído un ligero momento y por lo que no se había percatado de esto. La miró un tanto sorprendido, tenían las miradas de todo el salón sobre ambos y los murmullos volvieron a comenzar. Escucho risas, y pudo entender de las palabras "zorra" "puta" "fácil" entre todo lo que se decía.

— Correcto — dijo él.

Se levantó para ir por una silla para ella. Arleth estaba inexpresiva con la mirada fija en la ventana, por supuesto que había escuchado todo lo que decían de ellas, parecía estarse conteniendo. Levi suspiró y volvió a tomar lugar.

Observó a la chica discretamente, la falda de su uniforme no era alta a diferencia de varias chicas de la clase, tampoco es como que usará algo bastante ajustado, era justo, y lograba verse bien.

— ¿Qué? ¿Esperas que vista como el estereotipo de zorra? — volvió a sorprenderse por lo directa que había sido, aparte de haber atinado a sus pensamientos — No lo hago.

Levi rió desviando su vista.

— ¿Te causa gracia que haya adivinado lo que piensas? — la chica se mantenía sería, neutra — Tampoco es como si fueras discreto.

— La gente habla de ti, y ni siquiera te importa — dijo él volviendo a anotar.

Arleth se relamió los labios, ardió. Los tenía resecos, ayer le había sangrado debido a esto.

— Siempre han hablado de mi — comentó imitando al chico — No debería sorprenderme.

Levi volvió a observarla, notó de su maquillaje algo vago intentando cubrir de sus ojeras, bajo su vista hasta sus labios, eran gruesos, pero resecos. Volvió a seguir anotando en su cuaderno.

— ¿Estás de acuerdo con lo que dicen? — cuestionó.

— Deja de preguntar, eres molesto.

El ya no dijo más, ambos permanecieron en silencio hasta que la clase acabo, Arleth volvió a su lugar, sin volver a cruzar palabra. Durante el receso el azabache mientras comía pudo notarla apartada con su celular.

Ambos cruzaron miradas, pero Levi se fue a su lugar habitual empezando a comer en silencio, pronto a su mesa llegaron de sus amigos, alegrando el ambiente.

A pesar de ser una persona callada, tenía de varios amigos con los cuales contar, quienes a veces también le sacaban de quicio.

— Los rumores corren rápido, se está hablando de que hiciste equipo con Arleth — comentó Isa metiendo de un bocado de arroz a su sopa.

— Sí — dijo sin darle mucha importancia.

Su vista volvió a dar al fondo donde la chica estaba sentada, notando que un grupo de mujeres se habían puesto en su lugar. No hizo mucho caso y continuó comiendo.

— ¿Al menos sabes de lo de Arleth? — preguntó Isa.

Zoe rio.

— El enano nunca se entera de nada — comentó la castaña — Ten cuidado con ella, no creo que sean esos rumores solo por qué sí.

Él asintió desinteresado, el grupo de chicas del fondo habían desaparecido junto con Arleth. Le dió de poco importancia, se levantó para ir a dejar de la bandeja y pasar al baño antes de regresar a clase.

Cuando salió del baño, observó al grupo de chicas salir del baño conrrespondiente a ellas riendo mientras hablaban animadamente; se secó las manos depositando del papel en el cesto, para de una vez volver a su aula, entonces escucho un quejido proveniente del baño de mujeres.

Se asomó por el pasillo y al no notar a nadie, entró a este curioso.

Se llevó de una fuerte sorpresa al encontrar a Arleth sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Su cabello estaba empapado al igual que su rostro, notó de pedazos de papel en su cabello. Notó de sus ojos rojos.

— ¿Arleth...?

La chica lo miró por un momento. Quiso apartarse de ella en cuanto el mal olor a sus fosas nasales llegó, ahí fue que supo el por qué a la humedad en su rostro. Arleth la miró molesta.

— ¿Vas a reírte también? — su voz sonó alterada — Hazlo de una vez y déjame sola.

El chico se arrodilló frente a ella. A pesar de estar a la defensiva pudo ver el miedo en sus ojos, su estado era frágil, vulnerable.

— No vine a hacerlo — dijo después de un rato — Te llevaré a casa.

Le ofreció su mano para levantarse, sin embargo ella no la aceptó, y termino por levantarse sola.

— No me veas con lastima, estoy bien — espectó.

Levi no dijo nada, solo se quitó de su saco del uniforme para colocarlo sobre sus hombros y jalarla hacía el exterior. Jamás había faltado a clases, una vez no haría la diferencia, ella ocupaba ayuda, y eso hizo.

Arleth se negó en unos momentos, pero tampoco es como que se opusiera. En el fondo ella solo quería irse del colegio, pero tenía miedo de hacerlo por cuenta propia, así que terminó por seguir a Levi negandose solo para no perder de su supuesto orgullo.

— Deberías dejarte ayudar — comentó él una vez fuera del instituto.

— ¿Buscas algo a cambio? ¿Es un reto el ayudarme? ¿Te pagaron por hacerlo?

Levi no respondió, recordó de las palabras de las chicas al salir del baño "esa zorra debería morir"; debió suponer que Arleth debió haber pasado por varias cosas así en el pasado para que ahora dijera eso en cuanto alguien se le acercaba con buenas intenciones.

— Solo quiero ayudarte — dijo finalmente.