Chocolate Amargo | Parte 1
— ¿Qué ha pasado? — preguntó con gran preocupación en cuanto llego al aula.
Solo se hallaban de tres chicas aparte de ella, una de sus mejores amigas, Petra, lloraba mientras era abrazada por otra. Se sentía algo pérdida, había ido a dirección a entregar su justificante por las faltas de la semana pasada debido a su salud, y luego a la sala de maestros para aclaraciones, y cuando regresaba se encontraba a sus amigas en un momento bastante triste.
¿De qué tanto de había perdido durante su ausencia?
— Ackerman la rechazó y humilló — respondió Nanaba.
— ¿Ackerman? ¿Quién es Ackerman? — preguntó con inocencia.
Una de ellas la miró de manera exasperante, suspiró. Era cierto, Lisa, por su mala salud seguido faltaba a clases, y su mundo era ponerse al corriente o estar en el hospital, por lo que la vida social y estar al pendiente de los escándalos de los otros grados o su mismo grado no formaba parte de su vida, por lo que no podía conocer a Ackerman, el rompecorazones de último grado.
— Es... Un idiota — dijo Nanaba finalmente — No vale la pena ese chico.
Ella asintió únicamente volviendo su atención a Petra que seguía sollozando con una carta en sus manos. Se acercó a ella acariciando su cabello intentando consolarla.
— Es triste que me siga gustando — mencionó — Lisy, solo aléjate de personas como él.
[...]
Había pasado ya una semana de aquello. Lisa se mantenía sentada en una de las bancas cerca al jardín mientras veía a sus compañeros de clase correr alrededor de la cancha. Pos su salud se la pasaba sentada en la clase de gimnasia solo viendo a la lejanía. Reía de vez en cuando al ver cómo unos fallaba en ciertas cosas, imaginaba que debía ser fantástico hacer aquello, aunque la mayoría de quejara.
— ¿Estás enferma?
— ¿Huh? — dio un pequeño sobresaltó.
Inmediatamente se llevó una mano al pecho por el pequeño susto, observó con los ojos muy abiertos al joven que había aparecido de la nada, él se mantenía neutro, con una mirada fría, se veía imponente; el prosiguió a sentarse en la misma banca.
— Me has asustado — admitió.
— Lo noté — respondió.
Ella sonrió de manera corta volviendo a dirigir su mirada a sus compañeros. El chico a su lado de inmediato le pareció atractivo, su cabello negro, su piel, sus ojos; sacó un chocolate de su bolsa.
— ¿Quieres? — le ofreció.
Él negó. Ella no le importo, le dió una mordida a la barra alegre volviendo a sus compañeros.
— ¿Por qué no estás en la clase?
— Ah, soy alguien muy enfermiza jaja — le dijo volviendo a verlo — Mi cuerpo no me permite hacer muchas cosas, es detestable.
— ¿No hay algo que más detestable que tú cuerpo? — cuestionó.
Ella le sonrió un poco, dirigió su mirada al cielo mientras parecía pensar, entonces volvió a mirarlo.
— Sí, el hospital, los medicamentos... Y Ackerman.
Él frunció el ceño levemente, apoyo su rostro en sus manos.
— ¿Ackerman te ha hecho algo?
— No, pero a mí amiga sí, la ha rechazado, ella lloró mucho esa ocasión. Opino que no debe ser alguien bueno si hace llorar a las mujeres, en especial a ella, es una excelente amiga y persona — explicó con la mirada en un punto indefinido mientras él la observaba con atención — ¿No lo crees?
Volvió a mirarlo, él permaneció callado un rato.
— ¿Crees que debió haber aceptado los sentimientos de tu amiga a pesar no ser recíprocos? ¿No sería peor mentirle a decirle la verdad? — argumentó él.
Lisa bajo la mirada mientras meditaba unos segundos.
— Pero, pudo haberla rechazado de una forma no tan humillante. Lo dijo enfrente de toda la escuela — volvió a decir.
— Ah, quizá no lo pensó demasiado, él también comete errores. Aún así, no creo que eso sea suficiente para que tú lo detestes al mismo grado que los hospitales y medicamentos.
Ella rió de manera tierna, cerrando sus ojos mostrándose alguien delicada.
— Quizá tengas razón agradable desconocido, pero no es alguien con quién me gustaría cruzarme.
Él soltó un largo suspiró volviendo su vista a las canchas.
— A todo esto ¿No deberías estar en clase?
— Me aburrí, así que solo me salí — dijo desvergonzado — No soy un fanático de la escuela.
Ella rió ante su desvergonzada sinceridad. Era la primera vez que no se sentía triste en la clase de gimnasia, le alegró de la compañía de aquél cínico desconocido.
— Eres un sin vergüenza — lo llamó.
— ¿Cómo puedes insultar a alguien que apenas conoces? Eres tú una maleducada — reclamó — Primero preséntate y luego insulta.
Ella volvió a reír.
— Soy Lisa, un gusto — le extendió la mano sonriente.
Él la miró unos instantes antes de aceptarla.
— Levi — una casi inapreciable sonrisa apareció en sus labios.
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Este One shot, lo haré en unas dos o tres partes, pues creo que si lo hago todo quedaría demasiado largo y no se entendería.
Igual, qué les ha parecido está primera parte?
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