Liu Kang x Kitana.

 Dedicado a: Ayumi-K_LK-15_08

  La asiática Kahn estaba sentada bebiendo un poco de vino mientras observaba las grandes ciudades de Outworld. Detrás de ella hizo presencia su fiel guardaespaldas, Jade.

—La cuidad es hermosa. —Habló la morocha mientras apoyaba sus delicadas manos sobre las barandas del balcón, Kitana sonrío de lado mientras se movía un poco.

  La edeniana de piel morena, esbozó una gran sonrisa mientras caminaba hacia una de las mesas que estaba en aquella habitación; sobre la madera maciza de aquella mesa, se encontraban diferentes tipos de vinos, con unas copas justo al lado.

  Jade tomó una de las copas y puso un poco de vino blanco dentro del recipiente transparente. Kitana por su lado, se acercó a ella y se sentó sobre una de las sillas que estaban allí.

—Ser Kahn debe ser todo un trabajo, ¿No, amiga? —Preguntó divertida su escolta mientras bebía algo del líquido violeta.

  Kitana resopló feliz.

—No.

—A qué te refieres... ¿es fácil?

  Sonrió.

  La Kahnum miró uno de los abanicos que tenía cerca y luego cerró los ojos alegre.

—No es tan complicado, no si tienes a tu consorte contigo.

—Ah, claro, olvidaba el hecho de que Liu Kang estaba contigo. —Jade tomó asiento junto a ella y luego dejó la Copa sobre la mesa.

         

                     (......)

 
  Se había recostado hace ya rato, ser la persona que dirigía al pueblo, no era lo más fácil del mundo; aunque tenía la ayuda de su pareja, aún sentía que era un trabajo algo complicado.

  Bajo su cuerpo, el colchón era muy cómodo, y sentía la brisa fresca entrar por la ventana, mientras las cortinas se movían lentamente por el viento. Kitana lanzó un suspiro y cerró los ojos con lentitud, mientras la reconfortante almohada bajo su cabeza hacia todo el trabajo de comodidad.

  Outwolrd ahora estaba bajo su Gobierno, el estado había cambiado, no era el mismo que el de Kotal, pero tampoco era muy diferente; ambos tenían casi los mimos ideales y estaban en el mimos bando. En cambio, le agradaba la idea de que su hermana Mileena ya no gobernaba, y que el golpe de estado que D'vorah y Kotal habían ejercido ante el poder de la semi-edeniana.

    El pueblo ahora podía vivir en armonía. La ahora Kahnum sonrió y antes de que pudiera irse hacia los brazos de Morfeo, abrió los ojos al sentir la presencia de su consorte Shaolin la sorprendió.

  El guerrero asiático parecía cansado, muy agitado; unas pequeñas cicatrices se hacían presente sobre el torso del gran guerrero. Kitana al verlo llegar tan cansado y lo quedó observando unos largos segundos.

—Liu...

—Kitana, vengo algo agotado, sólo déjame descansar. —El shaolin movió a su cónyuge de azul a un lado, y se sentó sobre la cama.

  La edeniana bajó la mirada algo triste.

  Aveces el humor de Liu no era el mejor.
   Aveces sólo se dejaba llevar por sus instintos y se salía de sus cabales.

—Te prepararé un baño. —Dijo la asiática, para tomar camino hacia la habitación Blanca y fría.

   Entró a paso lento a la fría habitación, miró la regadera y luego la encendió. Su humor había bajado, de pasar a estar conforme por su hermoso Gobierno, ahora sólo tenía el simple humor de que su pareja le hablara mal. Luego de haber estado casi todo el día sin él.

Ella sentía que aveces Liu Kang se centraba mucho en sus tareas, todo era entrenar, estar con Kung Lao y al final del día tener una noche sólo para él y Kitana, pero algunos días sólo era una simple noche, con dos seres que parecían desconocerse.

  Al agua tibia cayó por la gran pileta, el sonido inundó por completo la habitación. Kitana se desató el cabello y lo dejo caer sobre sus hombros; el estrés ahora estaba sobre ella, y sólo quería sentirse bien; sentía que ese baño era para ella y no para el nombre en la habitación.

—El agua parece cálida. —Escuchó hablar al hombre detrás de ella, abrió los ojos y luego miró con cuidado a su pareja. Se iba a levantar, pero Liu Kang rápidamente apoyó su gran mano sobre la espalda de la mujer y luego se agachó a su altura.

—Te dejaré...

—No. Quiero disculparme por haberte hablado mal. —Dijo él y la miró a los ojos; Kitana era la única mujer que podía observarlo con tanto detalle, con tanto aprecio y amor. Y que podía soportar su mal humor aveces.

  Tomó la mano de la edeniana y luego con cuidado se acercó a sus labios. El roce entre ambos fue prefecto para ella; y se sintió tan bien luego de esa disculpa tan repentina.
—Creo que ambos necesitamos un baño. —Explicó el Shaolin luego de besar a su pareja, Kitana alzó una ceja algo confundida.

  El Shaolin la tomó por la mano y luego le dió un corto beso en la mejilla. Kitana dirigió su vista hacia la tina de agua tibia, y cerró los ojos mientras el sonido de la canilla y el agua cayendo inundaban sus oídos.

   Lo único que cubría el cuerpo del guerrero de fuego, cayó al suelo. Kitana se quedó observando el torso desnudo de su compañero, y luego sus ojos se centraron en el cuerpo desnudo del Shaolin agotado.

—¿Te vas a bañar junto a mi?
—Preguntó coqueto el guerrero.

  Kitana se ruborizó.

  Liu Kang sonrió.

                     (.....)

—Ahhh. —Suspiró la Kahn. —El agua está tan cálida.

   Las suaves manos del asiático masajearon suavemente la espalda desnuda y húmeda de la emperatriz. Kitana soltó un suspiro al sentir el agua caer sobre su fina piel.

—Estabas alterada. —Dijo Liu Kang. —Sentí como tu piel se tensó ante el tacto de mi mano.

  La Kahnum asintió; le había dicho a Jade que estaba tranquila, y que gobernar nl era tan complicado; pero nunca estaba demás que le dieran un momento para ella, o un buen masaje.

   Ser gobernante era algo difícil, pero siempre tenía un momento para estar con Liu Kang.

—Es reconfortante, luego de un día de trabajar. —Comentó Kitana dándose vueltas y encontrándose con los ojos del shaolin.

—Te ves tan hermosa. —Declaró su consorte observando las curvas de su amante, y dirigiendo su mirada hacia los pechos de la asiática.

—¿Te gusta lo que ves, Liu Kang?

—Es un cuerpo esculpido por los mismos dioses antiguos.

   Liu Kang apoyó una de sus manos sobre la cintura de Kitana, y lentamente la subió hasta su pecho izquierdo y lo acarició lentamente, la kahnum soltó un suspiro y se acercó hasta el cuerpo del Guerrero; ambos cortaron la distancia entre ellos; los pechos de Kitana quedaron totalmente pegados al torso de Liu Kang.

  Sé besaron.

  Kitana con rapidez tomó la mano izquierda de Liu Kang y la llevó hasta su zona íntima de la cual escurría él agua. El Shaolin acarició la vagina de la asiática y con lentitud metió uno de sus dedos dentro de la vulva de la chica y acarició con un vaivén su intimidad.

  Kitana gimió de placer al sentir esa sensación de electricidad recorrer su cuerpo, el shaolin acarició y luego comenzó a besar a su cónyuge con más pasión y frenesí.

  Ambos se dejaron llevar, Liu Kang tomó a Kitana por la cintura y la dejó caer en la tina de agua, ella se recostó en el líquido caliente mientras el guerrero introducía su pene lentamente en la vagina suplicante de la Kahn.

—Muévete. —Suplicó Kitana abriendo sus piernas.

  El guerrero comenzó con embestidas despacio, y continuó por un largo tiempo, Kitana sentía como sus paredes acariciaban y sujetaban con fuerza el miembro que comenzaba a incharse dentro de ella.

   Las embestidas y los besos comenzaron a ser más fluidos; Kitana sentía la legua áspera del Guerrero saborear sus senos, sus pezones duros por la sensación, lograban excitar más al contrario; Liu Kang con sus manos tomó los glúteos de la muchacha y los apretó. Los fluidos de Kitana lograban mojar por completo el miembro de Liu Kang, haciéndole sentir una sensación inmediata de total placer.

   El guerrero no dejaba de besar los senos de su contraste; Kitana podía sentir el movimiento en su interior. En tanto movimiento, Liu Kang gritó de placer, los senos de Kitana rebotaban con tanto movimiento, se movían de una manera única, que Liu Kang disfrutaba de ver.

  Las paredes tan cálidas de Kitana y húmedas seguían oprimiendo el gran pene del shaolin, que gemía sin cesar al sentir la sensación esa.

  Siguieron besándose hasta que el guerrero soltó aquel espeso y cálido líquido blanco dentro de Kitana. La kahnum pudo sentir cómo la semilla de Liu Kang escurría de sus labios inferiores.

                      (.....)

      

—Gracias por darme esta gran noche. —Agradeció la kahnum acurrucada sobre el pecho de su amor.

  Ambos estaban recostados sobre la gran cama, suave y cómoda en la que siempre dormían y compartían sus noches.

—Eres la única a la que le daré todo mi amor y aprecio. —Declaró el guerrero mientras le daba un suave beso en los labios a su amada.

—Te amo, mi princesa. —Dijo Liu Kang.

  Y luego se dejaron caer en el profundo cómodo sueño.

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