Geras x Kronica.

   El reflejo en aquel frío espejo reflejaba la imagen de un hombre de piel morena, totalmente desnudo. Su cuerpo estaba totalmente detallado, cada vena, cada facción de su rostro; cada músculo y cada centímetro de su cuerpo, era sólo la obra de arte masculina mejor esculpida.

  El hombre acercó sus labios al espejo y dejó un beso tallado sobre el cristal; estaba orgulloso de tener esa hermosa figura para mostrar, y estaba orgulloso de que Kronica haya sido la encargada de crearlo.
 
  Por muchos años se había dado el trabajo de cuidar a los pequeños retoños de su Diosa, de estar tanto tiempo con ellos y pasar largas horas a su lado enseñándoles el valor de un gran día de aprendizaje.

   Geras.

  Su nombre.

   Era un ser increíble; con la fuerza y mentalidad preparada para todo. Tenía un gran intelecto y un gran sentido de la adoración.

  Jamás dejaba de pensar en su creadora.

  Pero sabía bien su lugar; quizá había jugado el papel de padre para aquellos niños que jamás habían sido arropados por manos masculinas; pero tenía en claro que ese era su papel, para lo que había nacido, era el único propósito; era proteger a Kronica y servirle.
  
Estaba ahí, debajo en la pirámide; Kronica le había creado y enseñado su lugar, pero como una simple creación; había logrado desarrollar algo muy extraño.

  Sentimientos.

  Y un corazón como un rompecabezas.

  Pues Geras miraba a Kronica.
 
   Geras la adoraba.

   La protegía.

   Y.....

   La amaba.

   Sus manos siempre habían deseado pasearse por su tersa piel, tan perfecta. Siempre había anhelado sentir un poco de su calidez, siempre había deseado que ella le mirara con otra intención, más que la de un simple; Creadora a Creación.

  Geras quería ser oído, pero no con las palabras de un sirviente, quería ser oído como un amante y un fiel oyente. Quería abrazarla, quería besarla, quería arroparla tal como a sus hijos. Pero no podía; era un sirviente, un simple

  Sirviente.

  O eso creía.

                     (......)

—Mi señora. —Llamó con aquella grabe voz que lo destacaba.

—¿Qué deseas, Geras? —Preguntó Kronica con un una sonrisa en su terso rostro.

  El hombre bajó la mirada mientras su mirada estaba en el suelo, con sus manos en la espalda le hizo una pequeña reverencia de respeto y luego la volvió a mirar.

—Cetrion salió, iba a detenerla pero insistió. Sólo le diré que fue un error mío dejarla ir, si quiere puedo ir a buscarla.

—No.

  Él se sorprendió.

—¿Qué? —Preguntó Geras incrédulo.

—Ya es grande, dejemos que tenga un tiempo para ella. —La mujer se sentó sobre una de las sillas que había allí y luego se cruzó de piernas.

Geras se mordió los labios: "Cuánta sensualidad"

  Pensó.

—¿Pasa algo? —Preguntó la diosa mirando coqueta a su creación.

  El hombre de arena dió un paso hacia atrás chocando contra la pared que estaba justo allí.

—No, debo irme....

—Espera, espera. —Kronica se levantó moviendo sus caderas y luego se le acercó con latitud.

  La mujer sonrió feliz mientras pasaba su mano izquierda por la mejilla de Geras; éste se limitó a mirarla. Su cuerpo se tensó.

—Me gusta como te preocupas, Shinnok y Cetrion tienen tanto que agradecerte.

—Para eso estoy aquí, mi señora.

—Claro que no, también estás para hacerme compañía.

    Sonrió.
 
   Geras la miró incrédulo.

—¿Desea que la acompañe en algo? —Preguntó él mientras dejaba su vista sobre los orbes brillantes de su creadora.

  Kronica sólo asintió.

—Verás, cuando yo era más joven, tuve la oportunidad de concebir dos hermosas criaturas; y sólo tu presencia y amor pudo arroparlos mejor que yo. Geras. —Habló ella. —Sé que crees que eres una simple creación, pero creo que fuiste hecho para soñar, para pensar y para amar.

   La mujer se acercó aún más, cortando cualquier distancia entre ambos seres. Los ojos de Geras se abrieron al sentir el calor de ella tan cerca, al sentir sus manos tersas y al sentir cómo su cuerpo comenzaba a pedir algo...

  Quería abrazarla.

  El morocho sintió bajar el sudor por sus manos, aquellas que estaban tan tensas: Geras tenía la espalda contra la pared, y mientras Kronica se acercaba más, el se alejaba.

  Pero por respeto.

  Al sentir que su cuerpo ya no tenía movimiento alguno, observó como su señora sonreía de manera graciosa para luego darle un besito en la frente.

—¿Sabes? Cuándo esculpí tu cuerpo jamás pensé que me saldrías tan hermoso.

  Los labios de Geras comenzaron a temblar por aquellas palabras; su estómago comenzó a cosquillear.

—Soy su obra, mi señora, es usted perfecta haciendo cualquier cosa.

—¿Cualquier cosa?

—Si.

   Kronica tomó la mano de su creación y la llevó hasta su pecho. El hombre se sorprendió.

—Lo único que sé es que... soy buena en todo, y que me gustaría que lo comprobaras tú mismo. —Sus ojos comenzaron a brillar mientras miraba a Geras.

—Mi señora... haría lo que fuera por....

—¿Mi? —Preguntó graciosa. —Eso ya lo sé.

  El hombre se tensó aún más. Cuando la deidad colocó su mano sobre su seno izquierdo; El tacto era suave, desde arriba de su ropa, pero él sólo pensó en cómo sería sin ella.

Te creé para muchas cosas, y lograste desarrollar tus propios sentimientos, mi querido, eres mi obra maestra.

Kronica con cuidado besó los labios Geras, el roce fue perfecto y único, todo parecía más cálido.

  Kronica insitó a Geras a acariciar su pecho mientras ella colocaba sus dos delicadas manos sobre el cuello de él. El beso se volvió más intenso, los labios esponjosos de Geras hicieron que Kronica se estremeciera.

   La mujer llevó su mano lentamente hasta los pectorales de su hombre y luego los acarició suavemente; Geras se estremeció mientras una corriente eléctrica recorría su espalda.

  Pero las juguetonas manos de la deidad femenina querían más...

   Querían jugar.

   Kronica bajó su mano derecha, arrastrándola desde el pecho de Geras hasta su entrepierna. Con cuidado metió su mano entre la ropa del guardián y luego la metió bajo su boxer.

  Él se sonrojó; pero al instante reaccionó.

  El cuerpo de Kronica gritaba el nombre de Geras, y sabía que él debía complacerla.

  Y no porque ella quisiera, o le ordenara.

  Él también quería jugar.

  Con lentitud, las manos del hombre se pasearon por las piernas y glúteos de la deidad, haciéndola soltar un gemido.

—Túmbame —Pidió ella señalando una de las mesas de allí. Geras obedeció feliz y con cuidado dejó a Kronica recostada sobre una de las mesas.

  Ella se dejó caer; Geras le levantó el vestido y observó sus piernas. Con cuidado se agachó hasta quedar cara a cara con la intimidad suplicante de Kronica. Quien sentía su humedad ya muy a flor de piel.
 
  Porque estar con Geras era excitante.

  El hombre con cuidado separó con sus manos las piernas de Kronica y se acercó más a ella. Dejó salir de su boca, una lengua áspera.

  Y sin preámbulos la dejó acariciar la vulva de Kronica; la cual se tensó al sentir la lengua de su amante sobre su piel.

  La legua de Geras iba y venía, jugando con el clítoris de la deidad; saboreando los fluidos que no dejaban de salir; siguió y siguió acariciando los labios de su amada.

  Kronica sintió como su cuerpo pedía más y más. La lengua de Geras aún sobre su flor, jugando mientras acariciaba su vulva suave.

  La deidad se sonrojó al soltar un fuerte gemido, dando señal de que había llegado a su orgasmo.

Geras se levantó y luego se quitó la ropa con rapidez. Kronica comenzó a quitarse la ropa también; y al hacerlo comenzó a acariciarse los pechos, haciendo que la virilidad de Geras se despertase.

  El miembro del hombre suplicaba estar dentro de Kronica; así que cuando se acercó a ella, colocó lentamente su gran miembro dentro de la mujer; expandiendo su interior al instante; Kronica lanzó un gemido de placer.

  Hacia mucho que no sentía nada igual.

  Volvieron a besarse.

  Geras comenzó a acariciar con su mano los pechos de Kronica; ella simplemente sé dejó llevar.

  Las embestidas de Geras no tardaron en llegar; la mesa comenzó a chillar mientras el miembro del hombre empujaba dentro de Kronica; haciéndola gritar.

  Los fluidos vaginales de la mujer comenzaron a salir. Geras se mordió los labios al sentir la calidez de Kronica salirse de si misma.

   Siguió empujando, mientras ella se abría aún más. Sintiendo como su cuerpo se tensaba de placer.

                     (.....)

  Ya sobre la gran cama de Kronica. Geras la tomó una vez más. Pero esta vez decidió ponerla en cuatro y entrar de nuevo en ella mientras la tomaba de los hombros y hacia círculos con su cintura.

  Kronica comenzó a gritar aún más fuerte. Las manos de Geras acariciaron sus pechos una vez más.

  Le siguió dando y dando más, su miembro era sujetado con fuerza por las paredes cálidas de la mujer.

  Geras luego tomó con cuidado los glúteos de Kronica, los cuales estaban empapados en sudor, y los acarició.

  Volvieron a cambiar de posición para poder besarse: él se le subió encima aún dentro de ella y comenzó a besarla con pasión y lujuria.

  Pero el ritmo de las embestidas seguía igual; el interior de Kronica chocaba contra el miembro hinchado de Geras, su cuerpo estaba lleno de placer.

  Pero cuando ambos sintieron que en cualquier momento llegarían al orgasmo; Kronica le pidió a Geras que sé la metiera más rápido, él obedeció.

  Los jugos de Kronica tenían el miembro de Geras empapado.

—Me vengo. —Gimió el Moreno mientras su pene sentía que no podría retener más ese líquido blanco.

—Hazlo en mi... Geras. —Pidió la diosa.

  El miembro dentro de ella soltó aquel líquido caliente, llenándola por completo; ambos soltaron un gemido al llegar a su orgasmo y luego Geras se tumbó junto a ella en la cama.

  Kronica acarició la mejilla de su hombre y luego se quedó dormida en su pecho.

—Te quiero, Kronica, igual que a tus dos hermosos hijos.

  Y ahí se dió cuenta de que le hubiera gustado ser el padre de Cetrion y Shinnok....




   (...)

Hola! Aquí su Geras x Kronica. Alv.

¿qué hago escribriendo lemmon a las 8:00 de la mañana? Ndeah, pero aquí les dejo esto y me voy.

*se va volando*


Pidan más parejas!

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