It's Time...

OK GENTE, ESTA NO ES LA SEGUNDA PARTEDE ESPECIAL, ESA LA SUBIRÉ EN AÑO NUEVO, PERO BUENO, POR LO MIENTRAS LES TRAIGO ESTE ONE-SHOT QUE NO TIENE UN INICIO MUY BUENO, PERO TIENE UN GRAN FINAL, ESPERO QUE LES GUSTE MUCHO, A POR CIERTO... ESTE CAPITULO ESTÁ PLAGADO DE REFERENCIAS, INCLUSO CUANDO APENAS ENTRAMOS, ESPERO QUE LAS LOCALICEN TODAS, (EL QUE LO HAGA TENDRÁ LA OPORTUNIDAD DE ESCOGER EL TEMA DEL PROXIMO ONE-SHOT) BUENO, SIN MAS QUE DECIR COMENZAMOS!

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-Que las reinas les den la bienvenida y los guíen por el gran campo de batalla de Ahidi...- decía con tristeza el viejo mandril colocando un par de flores alrededor de los cuerpos que hoy despedían –que canten sus nombres con amor y furia para que los escuchemos alzarse desde las profundidades del paraíso y sepamos que han tomado el lugar que les corresponde en el trono de los reyes, porque han caído un rey y una princesa, un guerrero y una guerrera, un guía de vida y una aprendiz, un padre y una hija, un amigo y un joven retoño...- terminó de pronunciar el con un par de lágrimas en sus ojos, haciéndose a un lado, dejando que quienes los acompañaban se despidieran del gran león que alguna vez fue su rey y de la joven leona que a su lado residía que, de haber vivido mas tiempo habría sido su futura reina... Sin embargo quien estaba desconsolado completo era el menor de la familia, que los observaba con tanta tristeza como se podía expresar en esos momentos.

-papá, Kiara, lo siento- dijo un joven león de melena roja y mirada de fuego mientras las lagrimas surcaban su rostro –no soy el león que ustedes querían que fuera y no soy el líder apto para dirigir la guardia que yo creía ser- levantó la vista mirando el cuerpo inerte de su padre -yo... no se-

El reino había pasado al control de Zira pues tanto su hermana como su padre habían muerto en batalla y sin un soberano que gobierne las tierras el que tome el control prevalecerá como el siguiente al mando. Tantas veces le dijo su padre de los que habitaban las lejanías y el nunca escuchó, ahora se lamentaba no haberle hecho caso a su padre. Sus amigos tanto como el estaban destrozados, su madre se acercó a el y lo abrazó.

-llegaste a este mundo antes de tiempo- dijo ella con suavidad –eras una criatura diminuta, tan delicado, tan frágil...temí que no sobrevivirías pero tu padre jamás lo dudó, el dijo que te convertirías en el más feroz y el mas fuerte de todos, tu hermana nunca te lo dijo pero ella creía que quien debería ser el rey eras tú y siempre estuvo orgulloso de ti- ella lo miró con orgullo mientras trataba de transmitirle seguridad –lo que decían, era verdad, tienes el corazón de un rey, y el alma de un león, solo tu puedes parar esta guerra y detener a Zira. Eso es lo que es lo que eres hijo- y mientras decía lo último lo soltó lentamente mientras se alejaba un poco.

El, que aun no se encontraba convencido del todo dudó un poco, se laejó del grupo queriendo estar solo, sin embargo fue Fuli quien logró sacarlo de su estupor y regresarlo a la normalidad.

-Kion- el levantó la vista y vio a su fiel acompañante.

-debí hacerle caso a mi padre, jamás debí hacer algo así- dijo el triste y enojado consigo mismo –si no hubiese organizado el ataque jamás habrían venido y ni el ni Kiara habrían muerto- Ella lo miró con fuerza como si aceptara lo que dijo el.

-es probable- comentó sin emociones.

-me siento tan horrible, tan inservible como lo era antes de descubrir que portaba el don del rugido- dijo el frustrado terriblemente, el dolor y la culpa lo estaban masacrando.

-si, lo puedo ver claramente- dijo ella con la misma tonalidad de voz que al principio.

-no estoy seguro de que hacer, tu deberías ser la líder, no yo...- esto preocupó a la joven chita, decidió hablar con mas suavidad.

-está bien, cometimos un gran error, porque todos estuvimos de acuerdo, no solo fue tu culpa- ella fue interrumpida.

-pero si no los hubiese convencido esto no habría pasado- contra-argumentó el. Con las lágrimas bajando por su rostro. De golpe la frustración y la ira se convirtieron en martillos que golpeaban su pequeño corazón.

-de acuerdo- admitió ella por fin –volviste a donde empezaste- dijo ella y lo miró directo a los ojos –pero yo fui la primera en creer de verdad en ti y sigo pensando eso- el la miró con una lagrima en los ojos, después bajó la cabeza –antes no era nada, era solo una estúpida chica solitaria que no se interesaba por otro animal, pero cuando me encontraste en los límites del reino cambiaste mi vida, me convertí en la Fuli que soy ahora gracias a ti- ella le levantó la cabeza con una sola pata –nunca te lo había dicho porque de sobra conoces mi forma de ser, pero es la verdad- ella respiró con fuerza mientras lo veía, jade y ámbar se mezclaron en una sola mirada –el ser líder de la guardia no te hizo así Kion, el solo hizo que...- fue interrumpida por un Kion ligeramente mas animado.

-que fluyera- el la miró con una diminuta sonrisa. Sus pesares pronto se alivianaron al recordar las veces en las que su padre le enseñó como debía seguir la vida. Sabía que su padre no hubiera querido que dejaran el reino en las garras equivocadas y sabía que su hermana hubiera peleado para recuperarlo.

-así es...- se tomó una pausa y después continuó –entonces, ¿que vas a hacer al respecto?- preguntó ella esperando la respuesta que necesitaba para seguir.

-probablemente el plan mas loco y estúpido de todos los que he tenido- respondió el mientras empezaba a ver el plan en su cabeza. Fuli sonrió y se acercó a el.

-ese si el Kion que conozco- acto seguido le lamió ligeramente la mejilla para darle mas seguridad, el joven león sonrió ante el gesto luego ambos volvieron.

Al regresar, lo primero que Kion vio fue el cuerpo sin vida de su padre, eso le produjo mas ganas de llorar, sin embargo las resistió, tomó una gran bocanada de aire y empezó a hablar.

-yo tenía tanto miedo de convertirme en mi papá, básicamente porque creí que nunca lograría ser como el, mi hermana era la que recibía todas las enseñanzas y sé que aunque no me prestaba mucha atención me daba las mismas experiencias que a ella cuando se le daba la oportunidad, sin embargo, ¿cómo te conviertes en alguien como ellos? ¿Alguien que es tan fuerte? ¿Tan valiente? ¿Tan entregado...?- se interrumpió y levantaba la vista mientras tomaba aire –creo que solo hay que intentarlo- se volteó a donde estaban sus amigos muy serio –¡Un Jefe Protege A Los Suyos!- su voz era determinada, no pensaba hecharse para atrás ahora. -Tengo que volver. No les pido que me acompañen pero si yo no peleo por el reino, ¿quién lo hará? Es por eso y porque el legado que dejó mi padre debe continuar, si no lo pudo continuar mi hermana lo haré yo, no voy a rendirme nunca y por su memoria juro que recuperaré el reino, o moriré intentándolo- esas palabras lo llenaron de confianza.

Su mejor amigo, inoportuno como siempre gritó con fuerza.

-¡ESTOY CON EL! ¿QUIÉN VIENE?- todos lo miraron mal antes de darle nuevamente atención a su líder.

-Simba fue un gran rey, estas tierras merecen llevar su nombre muy alto- dijo Beshtie con la mirada centrada.

-la princesa Kiara fue una excelente reina cuando la dejaron a cargo y merece ser vengada también- dijo Ono con una mirada determinado, seguro de si mismo.

-estamos contigo Kion, si lo hacemos por quien criamos durante tanto tiempo y por su hija- dijo Timon con una mirada seria. Junto a el su mejor amigo Pumba lo respaldaba.

-hagámoslo- dijo Nala con fuerza, ella confiaba en su hijo.

-vamos ya, recuperemos estas tierras y demuestren de lo que realmente son capaces las praderas- dijo Kion con voz desafiante.

Se movieron rápidamente hasta los límites, donde sabían que no los verían, los daños en menos de un día eran increíbles, nadie podía creer que se hubiese podido hacer tanta maldad en tan poco tiempo, eso los desalentó mucho, pero Kion les levantó nuevamente el espíritu.

-¡escuchen todos! Seguramente mi padre les habría dado un buen discurso, unas palabras de el los harían sentir invencibles, yo no soy mi padre- se detuvo a mirarlos severamente –no soy un héroe como el, o como mi abuelo Mufasa, pero no siempre fueron como los recordamos- todos lo miraban –ellos empezaron como niños, igual que todos nosotros... Los recordamos como grandes porque destacaron, haciendo cosas que nadie creía, se mantuvieron unidos hasta el final, sin importar quienes eran sus padres, de donde venían, quienes creían en el y quienes no... ¡Ahora nos toca a nosotros hacer la diferencia!, ¡ahora todos somos una familia!, ¡la ultima esperanza que tienen las tierras del reino de salvarse de su destrucción!... ¡Ahora quiero que todos juntos vayamos y lo demos todo en esta batalla!- los miró a todos mientras decía esto -¡¿Entendido?!-

-¡Fuerte y claro!- respondieron los demás con mucha fuerza.

-¡Guardianes!, ¡¿Entendido?!- volvió a gritar Kion.

-¡Fuerte y claro!- repitieron los demás.

-Ayúdenme a salvar las Praderas- luego lideró a todos –¡adelante!- y sin mediar mas palabra que esas empezaron con un gran ataque.

Golpeaban a todos los habitantes de las lejanías que podían, dejándolos únicamente inconscientes, Los arañazos y las cortadas se hicieron presentes en todos. Para cuando Zira se enteró de que estaban en el reino ellos ya habían llegado a la roca del rey, se detuvieron al ver que Zira lideraba una cantidad considerable de hienas y chacales.

-así que el príncipe decidió volver a su muerte- contempló con burla ella.

-no te voy a perdonar lo que le has hecho a mi padre y a mi hermana Zira- respondió Kion conteniendo su rabia.

-frente a nosotros, ¡ustedes son nada! ¡Ataquen!- gritó ella para que los que la acompañaban empezaran a correr hacia ellos.

-¡Hasta El Fin De Las Praderas...!- empezó a correr Kion.

-¡Guardia Del León Defensa!- gritaron los otros respaldando a su amigo.

La lucha empezó con mucha fuerza, siendo que ellos no estaban muy heridos pudieron dar una buena batalla, los golpes y los gritos resonaban por todo el lugar, cada quien hacía su parte apoyándose entre ellos si era necesario, pronto empezaron a ganar terreno, no tenían compasión por nadie, no podían tener compasión si querían ganar esta batalla.

Pronto tuvieron acorralados a los oponentes, sin embargo ellos estaban ya muy cansados, Kion que había recibido la mayor parte de los golpes, cayó ante el ultimo zarpazo de Zira, ella empezó a reírse.

-jajajajajajajaja, nunca lograrán ganar esto- entonces golpeó con fuerza a todos los que restaban, dejándolos en el suelo. Ella los dejaba inconscientes, pero eso iba a cambiar, tomó a Fuli del cuello y sonrió malévolamente.

Ella tenía sus ojos llenos de maldad, querían hacer daño y lastimar a todo lo que pudiesen. No obstante apenas acercó sus dientes al cuello de la chita, un golpe la lanzó unos metros mas lejos, haciendo que soltara a la guepardo, al mirar con detalle vio a Kion, sin embargo algo había cambiado en el, su melena era roja brillante, y sus ojos estaban inyectados en ira.

-¿pero que...?- dijo ella levantándose y golpeando el cuerpo de Kion sin resultado alguno.

-mas vale que te tranquilices, maldita asesina- dijo el con la voz escalofriantemente tranquila –has asesinado a tantos animales inocentes uno tras otro sin compasión ni piedad alguna- ella trató de arañarlo pero solo hizo que Kion sostuviera su pata y la hiciera sangrar –estuviste a punto de asesinar a mis amigos y te atreviste a matar a mi familia...- el sonaba enojado a mas no poder.

-¿qui...? ¿quien demonios eres tu?- preguntó ella sintiendo por primera vez miedo.

-solo soy quien va a destruirte por completo...- el la miró y le mostró toda su ira, haciendo temblar a Zira –no te perdonaré aunque me supliques porque ¡Solo eres una basura!- y sin mediar mas palabra empezó a darle una paliza a Zira, no dejaba de darle un solo golpe, las garras le destruían la piel y la dejaban malherida. Al final la dejó lo suficientemente viva como para ver lo que iba a suceder a continuación.

-¡Maldito!- gritó Zira con tanto dolor que no se podía ni levantar.

-ese es el precio de meterte con mis seres queridos Zira, no eres mas que escoria pura que solo quiere hacer daño- le respondió Kion mientras se plantaba con firmeza, de pronto el cielo se empezó a obscurecer –están todos en la misma dirección y solo se los voy a decir una vez...- tomó aire y continuó con mucha fuerza mientras una enorme ventisca soplaba en dirección de las lejanías -¡salgan de las praderas!- y sin decir mas rugió, rugió con todas sus fuerzas lanzando a cada invasor por el aire hasta llegar a las lejanías, Zira salió disparada hacía el cielo con un grito de dolor y frustración, al ver que no quedaba ningún maleante paró.

El sabía que le había hecho mucho daño a Zira pero la rabia que sentía lo había dominado por completo, sus amigos lo miraron esperando que no hubiese ningún cambio en el joven león, que después de unos segundos miró a sus compañeros, sus ojos habían recuperado su color ámbar natural y su melena había vuelto a ser de un rojo obscuro.

-¡lo lograste Kion!- gritó Bunga que aun con el brazo roto corrió y abrazó a su amigo.

-por todos los animales que lo has hecho Kion- respondió Beshtie con una sonrisa aunque su rostro denotaba dolor.

-gracias chicos- respondió Kion, aunque casi en el mismo segundo recordó lo mas importante en ese momento -¡Fuli!- y sin esperar respuesta salió corriendo directo a la roca del rey, donde encontró a la chita, con las patas traseras fracturadas, pero viva.

-Kion- logró pronunciar ella.

-Fuli- enseguida la abrazó y ceró sus ojos dándole gracias a su padre y a su abuelo de que estuviera bien –ya todo terminó-

-es... excelente- respondió ella con poca fuerza.

-lo es- dijo Kion con una pequeña sonrisa, ayudó a Fuli a moverse, llegaron a la cima de la roca del rey en pocos segundos.

-¿y? ¿ cual es el siguiente paso?- pregunto Fuli con una sonrisa, segundos después se mostró sorprendida por un beso que Kion le estaba dando, aunque no tardó en corresponder.

-probablemente sea incierto- respondió Kion una vez se separaron. Rafiki llegó con ellos y como antes lo hizo con Simba le pidió al joven león que subiera a la cima y reclamara su posición como nuevo rey de las tierras del reino.

-joven Kion, es hora de que tomes la responsabilidad que antes cargaba tu padre pase a tus hombros- el cerró los ojos y sin mucho mas remedio subió, poco a poco inseguro de si mismo.

-padre, Kiara, logré recuperar el reino- un viento suave revolvióla melena del joven león.

-bien hecho hermanito, sabía que lo lograrías- sonó la voz de Kiara en sus oídos.

-es hora de que tomes tu lugar, reina con sabiduría y gentileza hijo mio- sopló la voz de Simba alrededor de Kion.

-gracias padre, gracias hermana- respondió por ultimo Kion, antes de rugir, con fuerza, un rugido que llegó hasta los limites del reino dando un claro mensaje: las praderas estaban a salvo.

-5 MESES DESPUÉS-

Alrededor de la roca del rey estaban muchos animales distintos, las especies se juntaban celebrando y festejando una ocasión especial, en la propia cueva de la roca del rey se encontraba el ahora rey Kion y a su lado, su hermosa reina Fuli, juntos avanzaron a la vista de los animales mientras Rafiki con orgullo presentaba a sus dos crías, ambas de un pelaje dorado como el sol, con pequeñas manchas distribuidas por todo el cuerpo, el mayor, un cachorro macho de ojos verdes y la menor una pequeña hembra de ojos ámbar, cuyo destino estaba premeditado por los reyes del pasado, ocultando al próximo defensor de las praderas.


BUENO GENTE, ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO DEL ONE-SHOT, ME GUSTÓ EN LO PERSONAL HACERLO Y SIENTO QUE QUEDÓ BASTANTE BIEN, AUN ASÍ QUIERO SABER SU OPINIÓN, NO OLVIDEN MARCAR TODAS LAS REFERENCIAS XD, BUENO ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO Y SI ES ASÍ NO OLVIDEN DEJAR SU HERMOSA ESTRELLITA Y COMENTAR, SIN MAS QUE DECIR, ME DESPIDO, UN ABRAZO, UN SALUDO Y NOS VEMOS PRONTO... CHAUCHAU!


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